Post de Naiara Salinas Esta es la situación: dos series con protagonistas juveniles que afrontan los clásicos problemas familiares, de amistad, etcétera (algunos con un añadido más truculento). Dos finales de temporada pensados para que todos, no solo los personajes, levanten sus banderas mientras proliferan un grito revolucionario rollo "¡Conmigo no podrán!" al más puro estilo de Victor Hugo. Y una redactora dispuesta a informar y opinar sobre ello. Así es, amigos seriéfilos lectores. Esta semana empiezan muchos adioses (algunos para siempre) y es momento no solo de desahogar las penas, sino también de hacer un balance de todo lo que hemos vivido durante este último semestre. Y como da la casualidad de que mis primeras dos season finale tenían este temilla en común, he decidido juntarlas, en un día en el que justo se estrena la segunda temporada de otra serie sobre institutos revolucionarios que supongo que no necesito nombrar (porque yo lo valgo y es muy obvio). Ahora mismo, por supuesto, me refiero a las estupendas Riverdale y Rise. El despertar... y el sueño de un mensaje Empecemos con Rise, una serie que desgraciadamente no vivirá más allá de los diez capítulos que componen esta primera temporada pero que por lo menos no sufre del final inconcebiblemente abiertísimo de Lucifer (y, como siempre hago, dentro de unas líneas fijo que me contradigo). Como bien nos la presentó Rose hace un par de meses, Rise es una serie capaz de cautivar al espectador por el enfoque con el que decide tratar asuntos que nos ocurren a todos pero a los que a veces no prestamos demasiada atención, trasladando y proyectando su mensaje positivo desde el arte y, más en concreto, el teatro. Sin embargo, lo que al principio se vende (o al menos eso parece) como un crossover entre Glee y This is us, poco a poco va cogiendo más referencia del drama que de la comedia musical, pues esta producción está aquí para enseñarnos que nada hay de bonito en tener que lidiar con una ruptura familiar, un embarazado indeseado, una madre enferma, padres y entrenadores exigentes o un sueño roto. Además, aporta novedades con respecto a los problemas que plasmó Glee, como el alcoholismo (¿veis? Si al final es This is us en versión juvenil). El profesor de apellido "inescribible" (razón por la que me referiré a él siempre por su nombre pila, Lou, por la pereza de abusar del copy-paste) es como su ángel de la guarda al proporcionarles, sin que se den cuenta, el espacio que necesitan para desahogar sus frustraciones, a través de una obra cuyo texto y cuya música les arropa con la mayor de las comprensiones, a la vez que les ayuda a abrir sus mentes en busca de esa identidad que en los jóvenes siempre está indefinida. Lo bonito de la serie es que no cuela música porque sí, sino que todo sirve a la representación, es decir, los personajes no cantan fuera del escenario a menos que estén ensayando o tratando de animar a un ser querido. Los momentos sonoros de esta serie son realistas y hasta nos hacen olvidar que en el fondo es de género musical (drama musical, para ser más exactos), salvo cuando logran que conectemos con la historia, y es que una obra como El despertar de la primavera no deja indiferente a nadie. Está hecha para mostrar la realidad cruda y causar polémica (¡como Por trece razones!), y es tan importante para los personajes que se acaba convirtiendo en el centro de todo. Rise habla del teatro como conexión con la vida y la cultura, como terapia de grupo y forma de afrontar la realidad protegidos en un contexto ficticio. Se agradece que se hayan mantenido fieles a este concepto de principio a fin, sin intercalar números musicales extras con covers alejadas del musical (aunque la banda sonora oficial las admita) porque es lo que la diferencia con respecto a otras producciones de temática similar. Ahora bien, siempre que hablamos de series americanas ambientadas en un instituto los mayores acaban recibiendo de regalo sus propias tramas, porque son tan importantes los chicos como los profesores y padres que les enseñan y apoyan cuando conviene (o les tocan la moral). Y aquí encuentro la mayor ironía, porque válgame que esta sea una serie ideal para un amante del arte como Josh Radnor y justo su personaje sea más cansino que en Cómo conocí a vuestra madre. A ver, amigo, ¡si no se puede tener el monopolio no se tiene y punto! Su actitud revolucionaria empieza a cansar cuando de soñador pasa a ser un tiquismiquis casi divo que va por la vida pidiendo y que solo te cae bien lejos del escenario cuando actúa por el bien de sus "niños" y no por el suyo. También es comprensible, porque cuando tienes un sueño y lo visualizas quieres llegar hasta él como sea y es difícil conformarse con menos. Pero, vaya, hay visiones que deberían ser más realistas, y en este sentido es genial que cuente con una ayudante que le baje de las nubes (para mí, de los mejores personajes, oye). En general podría decirse que Rise busca romper un poco con los estereotipos mostrando la debilidad de gente calificada como "popular" sin llegar a marginarlos, porque esto no es una guerra de clases (de las sociales, digo). El chico transexual no tiene por qué ser objeto de burla y orientar toda su trama ello, sino que puede querer volver a establecer lazos con su mejor amiga y ayudarla con su problema. El jugador de fútbol puede enfrentarse al estrés de darlo todo en el partido y en la obra con una madre enferma de esclerosis. La chica que le gusta puede no ser popular, pero tampoco una marginada sufridora de bullying, sino simplemente con una vida y unas posibilidades muy distintas de las suyas. Y el chico gay puede no querer reconocer lo que es pero porque todavía está descubriendo esa sexualidad, ya que viviendo con una familia católica no podía esperarse que le gustaran los hombres. Cero triángulos amorosos que no llevan a ninguna parte, cero rivalidades por el mejor papel (quitando los primeros episodios)... Otro que salva el show por la puerta grande es Mazouz, creado para caer de maravilla a la primera y conmoverte profundamente más tarde. No solo es majo y algo guapete: es listo, creativo, amable, educado, atento, servicial... y una cosita tan adorable que no me extraña que las hijas de Lou quieran adoptarlo como hermano mayor (o como algo más).
¿Por qué Rise no ha logrado la renovación? Porque, a pesar de estar bien planteada, es algo floja en su ejecución. Creo que no se esperaban el "no" tan directo, razón por la cual tras el final de temporada te preguntas por el destino de ciertos personajes cuya trama sigue abierta. Pero en general, después de tanta polémica y quebradero de cabeza, acaba como tiene que acabar: representando la obra. Y es una pena no ver cómo continúa la aventura teatral, batallando con el director y el AMPA, viendo al hijo de Lou actuando, la decisión final que toma Mazouz..., pero en fin, así son las cosas. Algunas tramas bien pudieran haberse colocado antes, como la de Sasha. Entiendo que hay muchos personajes y solo diez capítulos, pero eso en Juego de Tronos, que además tiene mucha más tela, es suficiente, así que no vale de excusa. En esta serie se nos presentan personajes que luego se dejan sin desarrollar y es una pena, o aparecen otros de la nada que luego tienen tal importancia que te preguntas por qué no han salido desde el principio. Aun así, yo la he disfrutado mucho y la recomiendo por su profundidad y buen reparto juvenil. Sangre, puñaladas traperas, Romeo y Julieta y El padrino Pasamos a Riverdale, por si no lo habéis notado (resulta muy difícil definir esta temporada con una sola referencia, cachis). En términos de revolución, una vez llegan las comparaciones Rise es claramente un precedente, una semillita, y River-DALE es LA GUERRA. Guerra entre amigos. Guerra entre el norte pudiente y el sur marginal. Guerra entre parejas. Guerra entre padres e hijos. Guerra entre familias. Guerra contra el sistema... Así es como he sentido esta temporada que para mí se divide en dos partes que al final se mezclan y dan lugar a una tercera, cuyo desarrollo equivale al de una montaña rusa. De la primera parte no tengo mucha queja, la verdad. Introducir el morbo del asesino en serie fanático de Betty más los Serpientes del Sur y el vicioso padre de Veronica hizo que mis amigos y yo lo pasáramos genial cada jueves. La intriga había subido de nivel, las tramas empezaban a complicarse pero manteniendo un equilibrio y nuestros chicos evolucionaban como pokemons (Archie de no hacer nada pasó a ser agente doble y líder fundador del Círculo Rojo, una organización dedicada a la búsqueda y captura de Capucha Negra, el villano presentado al final de la primera temporada). La pandilla que tan bien había funcionado en los inicios de la serie se veía resquebrajada por sus diferentes creencias y problemas. Pero Roberto Aguirre-Sacasa sabía que esto no podía durar mucho, porque el grupo es una parte muy clave de la serie y de los cómics, así que tras el primer dramón y subidón de adrenalina, dio paso a la calma y a los típicos enredos de instituto que, si bien colaron cosillas entretenidas, en general bajó el listón de la temporada, y solo el regreso de Capucha Negra logró que remontara. Si tuviera que decir en una frase qué es lo que más me ha gustado de esta temporada diría: Serpientes, Hiram, Bughead, Alice Cooper y Cheryl. El cambio en todos es bastante evidente, pero la pelirroja, la madre rubia y el chaval del gorro se salen por su acercamiento a su lado más rebelde y macarra, que curiosamente los ha convertido en modelos a seguir incluso aunque sepamos que no son perfectos. Jughead como Serpiente es..., qué puedo decir. Me tiene enamorada. Ya lo tenía antes y me encanta esa sopa de emociones y acontecimientos a la que le someten en estos capítulos, donde por un lado está el ansia de justicia, por otro su romanticismo con Betty, por otro el deseo de cuidar el legado de su padre y sentirse parte de su familia (recordemos que en la primera parte prácticamente se alejaba de ella hasta vivir solo y desamparado). Sin quebrar su espíritu, vemos lo que la vida ha hecho a este chico que, tras pasar una infancia siendo apaleado por los que se creían superiores a él decide gritar basta y tomar cartas en el asunto. Leal a su gente, simpático y sin perder esa sonrisilla adorable cuando está con su chica: Jughead es uno de los tesoros más preciados de Riverdale y merece quedarse hasta el final. En cuanto a Cheryl, siempre jugando con la ambigüedad, en la segunda mitad por fin parece decantarse por un bando y elige el correcto, demostrando que es una pija que puede ser mala pécora tanto con buenos como con malos, pero cuando apoya al bando bueno... yiiijaaaa. Ojito a esta arquera con capucha roja. Yo diría que el factor sorpresa sigue ejerciéndose de buena forma, sobre todo cuando acaba la segunda parte y comienza lo que yo llamo "la recta final", porque se pasa de la calma a la tormenta en un segundo, aunque la calma no era tan pacífica con Hiram Lodge al acecho representando la Guerra Fría del siglo XXI, hasta revelarse como el auténtico gran villano. Porque sí, Capucha Negra asesinaba, pero Hiram tiene una mente brillante y no necesita estar loco para cometer el crimen, solo calcular cuidadosamente el momento adecuado, elegir muy bien a sus aliados y enemigos y manipularlos como marionetas. Una presentación mucho más que digna y eficiente para alguien que en la primera temporada ocupó muchas boquitas por su problema carcelario. Qué ironía que al salir de la cárcel lo primero que quiera este tipo sea construir una en el lado sur de la ciudad (parece que alguien no ha tenido suficiente...). No me cae nada bien, lo odio, quiero que pague las consecuencias y que pierda, y por eso sé que los guionistas y el actor han hecho un trabajo más que excelente, porque Hiram no solo juega con los de su alrededor sino también con nosotros, los espectadores, añadiendo a su faceta de Padrino una de auténtico padre que quiere lo mejor para su hija... para luego darle la vuelta. Así es como funciona este Harvey Dent de cuidado. Creo que el problema que ha tenido esta temporada es dejarnos con la idea de que existe una manía hacia las protagonistas, dado que no hay chica del norte en esta serie que crezca con unos padres normales que solo quieren el bienestar para sus pequeñas. No, solo Archie y Jughead se libran de ese pésame. Pero feminismo ha habido, mucho. Desde la rockera recién descubierta Alice Cooper hasta la nueva incorporación, Toni Topaz, pasando por los tejemanejes de Veronica y Hermione y llegando a la mente de Betty... Oh, sí, chicas al poder. Pero lo de los padres no es el único asunto turbio, porque cuanto más se enganchan los fans a la serie más teorías surgen y más fan service da la impresión de que incorpora el texto (como esa alusión a una relación pasada entre Alice y F. P. que dio como resultado un bastardo, o la relación entre Cheryl y Toni, a las que ya shippeaban incluso antes de coincidir en pantalla, más el episodio donde la pandilla de toda la vida se va de escapada a la casa de campo de Ronnie; eso directamente fue un fanfic, con perdón de los que los escriben). Lo de Chic es otra parte que me tiene un poco mosca; por un lado aportó creepysmo en el momento de Guerra Fría, pero por otro..., no sé, estorbaba. Aun así era un tema que tendría que haber salido tarde o temprano y me alegra que lo hayan sacado cuanto antes para seguir adelante con la serie (aparte, en lo que a mí respecta el problema no lo tuvo tanto la trama como el personaje, que daba un mal rollo de cojones pero al mismo tiempo sacó a la luz la oscuridad de los Cooper, lo que al final se relacionaba con Capucha Negra. Es decir, gracias a Chic el crimen prevaleció en ese paréntesis, y como los crímenes son algo muy guay aquí por cómo se resuelven... pues ole). Y en cuanto a las nuevas incorporaciones e historias secundarias y lo que les depara el futuro a todos en general solo puede decir... ¡quiero más! Bravo por los Serpientes del Sur, por los Espectros, la mafia de Hiram, las participaciones de Reggie, Kevin, Midge, Jossie y Moose, que mantienen el espíritu joven, divertido y liviano de los cómics cuando todos los demás se han "oscurecido"...
Una buena temporada, con sus pros y sus contras. Hemos pasado de una adaptación de A sangre fría a... un popurrí protagonizado por Sons of Anarchy y la pandilla de Scooby Doo. Estoy deseando ver qué hacen con Sabrina la bruja.
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Enero 2023
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