Post de Naiara Salinas Siempre que nos sucede algo en la vida, tenemos un referente al que acudimos en busca de ayuda, consejo, apoyo o ejemplo. En mi caso, como también espero que lo sea en todos los que leéis este blog habitualmente, el cine ocupa un puesto importante en la lista. No es extraño comparar situaciones cotidianas con películas, dado que unas se apoyan en las otras como en un círculo vicioso. Ahora mismo, en plena cuarentena por pandemia, los objetos de atención son los largometrajes postapocalípticos (nos encanta ponernos muy dramáticos), pero también algunos que derrochan humanidad. He seleccionado unos cuantos ejemplos que a lo mejor viene bien recordar a más de uno (de todas formas, solo por si acaso, añado al final de cada uno una moraleja para concretar más qué es lo que conviene recordar). 1. Cómo funciona una pandemia (Contagio) Esta es la cinta que más ha dado que hablar en el último trimestre y, como intuía que esperabais que la mencionase, la he colocado en cabeza para cerrar cuanto antes. Estrenada en 2011, dirigida por Steven Soderbergh (ganador del Oscar a Mejor Director en el 2000 por Traffic) y protagonizada por todo un reparto de la talla de Gwyneth Paltrow, Matt Damon, Kate Winslet, Jude Law, Marion Cotillard y Laurence Fishburne, su argumento tan sospechosamente paralelo a nuestra crisis sanitaria ha disparado el número de visualizaciones, seguramente con el ansia viva de encontrar un fenómeno simpsoniano que nos adelantase cómo iba/íbamos a acabar. CRASO error (siriusly, chicos, nunca veáis cine para predecir el futuro, no lo recomiendo en absoluto por el bien de vuestra salud mental). La trama se inicia cuando Beth (Paltrow) vuelve a casa tras un viaje de negocios en Hong Kong y cae repentinamente enferma. Cuando su estado se agrava, su marido Mitch (Damon) la lleva urgentemente al hospital, donde fallece a las pocas horas (y también su hijo adolescente, con los mismos síntomas). Los doctores no reconocen la enfermedad, pero cuando más casos se disparan con exactamente los mismos resultados deciden poner a Mitch en cuarentena y abrir una investigación para encontrar la causa y desarrollar una vacuna. Se involucra la OMS, el gobierno y figuras científicas, legislativas y periodísticas de renombre cuando la enfermedad se expande a nivel global. Ni qué decir que todo se dramatiza considerablemente para conseguir el golpe emocional, pero he de reconocer que el proceso sigue una línea verosímil, por lo menos en cuanto al contagio y la expansión. El gran misterio es de dónde surge el virus (que en este caso, SPOILER ALERT, se transmite a través de animales secundarios a los que previamente había mordido un murciélago, teoría que se acerca bastante a la del coronavirus FIN SPOILER). La moraleja que considero más importante, sin embargo, es que pase lo que pase sucumbir al miedo y la paranoia solo conseguirá empeorar la situación y generar más caos. Por si el virus no fuera suficiente infierno. 2. Ojito con las pruebas (Soy leyenda) La distopía de 2007 dirigida por Francis Lawrence (sí, el de las tres últimas de Los juegos del hambre) y protagonizada por Will Smith es otra gran aludida. En ella, Smith interpreta a un virólogo del ejército de Estados Unidos, Robert Neville, que se queda en una Nueva York casi desierta para intentar arreglar el daño causado, paradójicamente en este caso, por la ciencia, ya que lo que empezó siendo una vacuna contra el cáncer termina convirtiéndose en un virus pandémico que convierte a las personas en vampiros (o, como mínimo, criaturas con sed de sangre y cuerpos humanos que si te muerden te convierten en uno de ellos. Vale, llamémoslos... vampizombies). Neville representa a todo ese colectivo que, sin ser directamente culpable, se presenta en la primera línea de combate para arreglar los destrozos de otro, porque su código ético y moral pesa por encima de su propio bienestar, y encontrar la cura es todo lo que importa y la única forma realmente productiva que tiene el hombre de darle un sentido a su vida en ese presente. Moraleja: aunque es poco probable que nos acabemos convirtiendo en vampiros, a veces la cura puede ser un mal, pero eso no significa que tengamos que tirar todos los intentos por la borda. Mientras quede una mente científica en el mundo, hay esperanza. 3. Nadie es más importante que nadie (2012) Puestos a exagerar, imaginaos que de pronto el gobierno ofreciera a mentes ilustres la posibilidad de rehuir el contagio y el confinamiento... con otro confinamiento en unas naves preparadas para soportar el fin del mundo, dejando a los demás como sacrificios en medio de la destrucción global. Eso es lo que sucede en 2012, la película de Roland Emmerich basada en la predicción maya en la que John Cusack se convierte en un padre de familia que hará lo que sea para ponerla a salvo. La historia se apoya en algunos valores que resaltan la solidaridad y la sensatez frente al egoísmo y la manipulación, por medio de héroes que se sacrifican para que otros puedan vivir o personajes que discuten que unos libros estén por encima de otros solo porque forman parte de la cultura clásica. Todo, señala el personaje de Chiwetel Ejiofor, es valioso, desde un cuento que adorabas de pequeño hasta la vida de una simple familia norteamericana. Aparte, ensalza con gran virtud a los científicos que dan la voz de alarma y trabajan duro para poder salvar a esas personas. Moraleja: es importante valorar todo lo que nos da la Tierra, cuidarla y cuidar los unos de los otros en los buenos y los malos momentos. Entre todos podemos salvarnos. 4. La anarquía no es la solución (Los últimos días) Me extraña, sinceramente, que este filme no sea tan mencionado, sobre todo en el caso de España. Sobre él hablé aquí, por lo que en lo que respecta al tema de esta entrada añadiré poco. El argumento, como sabréis, versa sobre una enfermedad que genera un pánico horrible al exterior, lo que causa que la gente se refugie en sus casas e incluso bajo tierra, donde el sol no alcanza. Viene a ser un confinamiento "voluntario", bueno, no, "deseado", "necesitado". Porque quedarse encerrado no es lo peor que puede pasar en esta historia, pero además tanto el personaje de Quim Gutiérrez como el de José Coronado deben enfrentarse a lo peor de la sociedad que ahora vive bajo la ley del más fuerte, que cree que todo vale con tal de garantizar la supervivencia. Bajo los perfiles de estos protagonistas encontramos el sentido de la responsabilidad, el deber y el amor, que son los pilares que les impulsan hacia delante. Moraleja: casi la misma que en 2012: somos más fuertes cuando estamos unidos. Que el mundo esté en crisis no te da derecho a vivir al margen de la ley porque todos somos responsables de que el mundo permanezca civilizado o se convierta en un territorio plenamente salvaje. 5. Apóyate en tus seres queridos (El secreto de Marrowbone) Película maravillosa, hermosa y sorprendente donde las haya, con un guión y unos personajes construidos muy magistralmente. Otra de realización hispana, con el gran Jota Bayona como productor ejecutivo y el guionista de algunos de sus éxitos (como El orfanato y Lo imposible) convertido en director novel, Sergio G. Sánchez. Recuerdo que la primera vez que hablé de ella me centré sobre todo en cómo abordaba el terror, pero curiosamente no es lo que más recuerdo que me atrajese al salir de la sala. La he vuelto a ver hace nada y he redescubierto mi amor por la humanidad tan profunda que contiene esta trama en la que se combinan el horror y el cuento dramático familiar. Los protagonistas son cuatro hermanos que deben permanecer ocultos al mundo, con la excepción del mayor y cabeza de familia, para evitar que les separen. Les hacen creer a todos que se quedan en casa para cuidar de su madre enferma, pero lo cierto es que les sigue un pasado muy oscuro que ha contribuido a esa encerrona. Su lema es: "Nada, nadie, nunca nos separará", aunque es más fácil hacer promesas que cumplirlas; por ello, uno de los conflictos que aborda el filme es el de la impaciencia, el cómo esa situación acaba quemando a todos los afectados, quienes no pueden esperar a dar el salto hacia la libertad. Es el conflicto que personifica el personaje de Billy (Charlie Heaton), quien es el más solitario, pues Jane (Mia Goth) y Sam (Matthew Stagg) se apoyan entre ellos y Jack (George MacKay) tiene a Allie (Anya Taylor-Joy). Moraleja: en este tipo de situaciones duras, la unión hace la fuerza. Sigue el ejemplo de los mayores, ármate valor y paciencia porque todo, al final, tiene una meta y una razón de ser. Ante todo, no te vengas abajo y piensa en todos los que te quieren y a los que quieres. 6. Disfruta de las pequeñas cosas (Náufrago) Aunque muchos tienen la suerte de pasar la cuarentena en compañía (el contacto humano es muy importante para no perder la razón), otros están más solos que la una y pueden empezar a hablarle a todo aquello que tengan a mano, como Tom Hanks en esta película (esta va por ti, héroe). Pero la isolation (en inglés suena como mucho más fuerte la cosa, a abandono total) nos concede la oportunidad de valorar mejor los detalles, como el trato que tienes con tus vecinos, a los que a lo mejor te da por empezar a conocer. Y es que cuando uno está solo tiene la ventaja de poder hacer aquello que se le antoje, desde pasear desnudo por la casa y escuchar música en alto hasta charlar más consigo mismo, pensar en la vida y en qué hacer cuando se solucione el lío, probar nuevos pasatiempos, tachar tareas pendientes de la agenda, desarrollar la imaginación y la creatividad... y, al final, ser mejor persona, porque la falta de compañía te hará valorar más a las personas que permanecen confinadas a tu alrededor. Puede que hasta te haga ilusión salir al balcón todas las tardes para aplaudir con ellos, verles la cara, preguntarles qué tal lo llevan... O quizá quieras ser tú el que tenga pequeños detalles con ellos, ya sea cantándoles, proponiéndoles ejercicios para mantenerse en forma, etc. Ideas hay muchas (Scott Lang me apoya en Ant-Man y la Avispa, que lo sepáis). Moraleja: estar solo no es el problema, si sabes cómo aprovechar el tiempo. Aprenderás a apreciar todo lo que te rodea e interactuarás con el medio de otra forma. 7. Cuando las paredes son físicas, es tu imaginación la que te libera (Ready Player One) Aprovechando que acaba de estrenarse en Netflix, quiero recordar otra joya del séptimo arte. En el mundo en el que viven Wade y sus amigos prácticamente no se puede vivir: todo es pobreza y fealdad. Las grandes compañías controlan los movimientos de la población. Es una realidad tan desastrosa... que solo hay una forma de escapar de ella y esta es Oasis, el videojuego donde puedes ser quien tú quieras y hablar con quien te venga en gana. La película supone todo un hito en la carrera de Spielberg, donde el cineasta se recrea en la historia de su oficio y nos brinda el pasatiempo plagado de referencias que todos los amantes de la cultura pop gustamos de devorar. Peca de autorreferencialidad varias veces, sí, pero por una gran causa. En serio, es un largometraje que debería valorarse mucho más allá del hecho de ser una adaptación de un best-seller, ya que otorga un valor considerable al arte, que es justo lo que más nos está ayudando a sobrellevar esta situación gracias a la iniciativa de multitud de creadores y empresas. Aparte, en sí misma es una explosión artística ingente. Moraleja: no se trata de apartarse de los problemas del mundo, sino de usar tus propios recursos para salir adelante. 8. La vida da muchas vueltas (El corredor del laberinto) Vale, qué gran chiste este, je. No podía faltar en esta lista alguna distópica juvenil (añado que para mí Ready Player One entra en otra categoría. Más o menos). En este "modelo" el encierro se produce con fines científicos en plan Gran Hermano para analizar los patrones psicológicos en un escenario muy a lo Soy leyenda donde se busca la cura para una enfermedad... que no tiene nombre. Vamos, que mientras Will Smith está a su bola en Nueva York, en otras partes encierran a adolescentes y los obligan a recorrer un laberinto en busca de la salida. ¿Qué destacar de aquí? Primero: la manipulación de la información, que no es que contribuya exactamente a mejorar el problema. Segundo: esto del laberinto es una metáfora muy recurrente en el arte para simbolizar la forma en que avanzamos en la vida en busca de una solución a nuestros problemas: llegamos a callejones sin salida, tenemos que volver sobre nuestros pasos, nos perdemos, nos encontramos... Es un lío tremendo y en el presente son nuestros políticos y científicos quienes están en esta carrera para intentar sacarnos lo antes posible. Si las personas corremos, el tiempo vuela, así que mejor no darle tantas vueltas pero avanza siempre sobre seguro. Moraleja: un laberinto como es esta pandemia no puede afrontarse sin más. Tienes que tener un plan, un equipo de apoyo y una estrategia para cuando todo se venga abajo. Un día fallarás en tu incursión por esos callejones opacos, pero sabes que puedes volver a intentarlo todas las veces que haga falta hasta encontrar la salida. Perseverancia y astucia, en definitiva. 9. De la pérdida también se sale (Vengadores Endgame) El punto más dramático de esta crisis es cómo nos está afectando. Ya son demasiados los que han perdido a algún familiar o tienen otros ingresados, por no hablar de amigos y conocidos. Cuando todo esto acabe, lo más triste será encontrarse un monumento muy similar al que dedican a todas las víctimas del chasquido en la última entrega de Los Vengadores. Mucha gente se vendrá abajo, pero algo que ilustra muy bien esta película es que, de una forma o de otra, se sale. Simplemente hay que encontrar la voluntad de luchar. Moraleja: no siempre se gana, pero solo pierdes de verdad cuando te dejas derrotar por la pena y la amargura. 10. Después de esta, nos queda ir a mejor... si el meteorito no nos pilla a mitad de camino (Noé, Juerga hasta el fin, etc.) En Noé (en todas sus versiones) Dios condena a la humanidad con un diluvio universal para eliminar el mal de la Tierra y empezar de cero otra vez. Justamente una de las cosas que más está llamando la atención estos días es el desarrollo de la naturaleza, que poco a poco va sanando un poco y purgándose, un pequeño punto positivo que recomiendo no desaprovechar cuando salgamos. Por otro lado, hasta en argumentos cómicos como en el de Juerga hasta el fin el apocalipsis acaba teniendo su positividad, porque si solo en la otra vida vas a poder disfrutar de un concierto de los Backstreet Boys... pues sea. Moraleja: nada, simplemente que hay que afrontar las cosas con cierta perspectiva y humor, que todo lo sana. Espero que esta experiencia nos valga para ser mejores porque a todos nos va a venir muy bien.
BONUS:
11. Ojito con pasar de las autoridades, que son a los únicos a los que tienes que hacer caso cuando, por ejemplo, te pilla una invasión zombie. No estés todo el rato enganchado a la tecnología, que ¡no te enteras si te atacan! (Los muertos no quieren morir). 12. Evita estar en Nueva York a toda costa: lo dicen las estadísticas, todo lo malo se concentra ahí siempre, como en El día de mañana, King Kong, algunas que ya he mencionado... 13. Todos ejercemos un papel vital para ayudar a los más afectados, así que nada de pensar que no estás haciendo nada. Incluso el gesto más pequeño se convierte en un paso hacia la cura. Y hay que apoyar y aplaudir a los que nos prestan servicios tanto como los médicos titulares (Patch Adams). 14. No seas avaricioso sin sentido, deja algo para los demás: oseasé, aprende a almacenar provisiones de tal forma que, cuando necesites reponer, no vayas por ahí matando a la gente en el súper de la esquina. ¡Un poquito de tranquilidad, hombre! Que no estamos en El hoyo. Dicho esto, espero que todos vosotros y vuestros seres queridos estéis sanos y salvos. ¿Qué más moralejas añadís? ¡Abrazo virtual y nos leemos en el próximo post!
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