Post de Naiara Salinas Pensaba reservarme esta crítica para el compendio general de todo el mes que tengo pendiente esta semana, pero ante lo que he ido leyendo en Internet sobre la película, he cambiado de opinión. Damas y caballeros, esto es Dumbo. Lo que nunca vi y ahora espero ver... es a un elefante triunfar Dumbo nunca ha sido mi peli Disney favorita, y solo Bambi me arrancó más lágrimas (y trauma) que ella cuando era niña. Teniendo en cuenta cómo habían ido los remakes en live action de la compañía del ratón realizados hasta ahora, solo la presencia de Tim Burton me daba ánimos para alzar el dedo a favor de esta... hasta que recordé cómo había ido Alicia a través del espejo. Pero entonces vi la primera foto del elefantito y hubo "algo" que tampoco puedo explicar bien. Poco después llegaría el primer trailer... y el resto es historia. No es que los otros remakes de Disney no hayan estado a la altura. Pero donde se quedaban en la mera copia casi calcada, con nada más que un par de añadidos (un hurra para El libro de la selva por ser, hasta la fecha, el más original), Tim Burton ha logrado dar su visión de este clásico no solo a través de un retoque histórico, sino también continuando la historia, por lo que se podría decir que es en parte remake y en parte una secuela; responde a la pregunta de qué le pasaría al pequeño animal de orejas voladoras después de alcanzar el éxito. Todavía había miga que rascar, y Burton lo ha aprovechado buenamente. Su expansión del argumento alcanza inevitablemente a la temática, y es que aunque hacer justicia a Dumbo continúa siendo el eje de acción principal, lo que los niños del siglo XXI pueden aprender de este filme va más allá del respeto por lo que es diferente: mensajes a favor de la naturaleza, de la libertad de los animales frente a su opresión en las ferias, de la inteligencia de la mujer, del luchar por lo que uno cree y no rendirse a pesar de tenerlo todo en contra, de lo que supone una familia... y el saber hacer oídos sordos ante las habladurías. Sobre esto último se construye la paradoja que motiva esta crítica, ya que el pequeño Dumbo ha tenido que enfrentarse a las críticas dentro y fuera de la pantalla. Sin ser el "peliculón del año", la cinta logra salvarse a través de su contenido humanitario y una puesta en escena con la que Burton continúa luciéndose como ya lo hiciera, por ejemplo, en Charlie y la fábrica de chocolate (si de parques temáticos hablamos). En este caso, es el Dreamland capitaneado por Michael Keaton (un Willy Wonka mucho más egoísta) el foco del excentricismo del director, empleado para captar el espectáculo fantástico que atrae a los personajes y que sin duda alude a los parques temáticos reales, con lo que marca un punto de inflexión histórico en el porvenir (o devenir) del circo. Una historia a medida No solo por esto, sino por la llamativa historia sobre un animal maltratado por ser distinto a los demás estaba este remake destinado a caer en manos de semejante director. Es más, cuenta la leyenda que Burton accedió a rodar las dos de Alicia a cambio de poder hacerse con este proyecto en el futuro. Con razón un hombre que se ha pasado la vida contando historias de personajes alienos a su sociedad y su tiempo estaría interesado en trasladar todo su mensaje filmográfico a Dumbo. Lejos del respaldo tradicional de su mujer Helena Bonham Carter y Johnny Depp, regresan a él otros de sus habituales, como Danny Devito (a quien vistió de Pingüino para The Batman), Eva Green (tras Sombras tenebrosas y El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares) y Michael Keaton (Beetlejuice), quienes son los rostros humanos protagonistas junto a Colin Farrel y sus hijos en la ficción. Con semejantes nombres en cartel, sin embargo, nada hace peligrar el protagonismo del elefante, que continúa siendo el que da sentido a cualquiera de las tramas adicionales. Dicho de otra forma, sin Dumbo no habría película, y es lo que más agradecerá el público fiel que vaya a verla. Los demás papeles resultan correctos en su desarrollo, sin venirse abajo pero tampoco brillando y, quizá por influencia de Disney, hasta infantilizándose un poco. Con Dumbo Tim recupera el encanto ensoñador y tierno que se vio en Big Fish y en la propia Charlie y la fábrica de chocolate. Aparte, es reivindicativa sobre los derechos y crítica con el robo como lo fue en Big Eyes; las tres cintas que nada tienen que ver con la atmósfera gótica que tanto se le acuña y que, en esta ocasión, parece ser indicación de que el hombre se ha ablandado en demasía con la edad. Burton no tiene que ser gótico para ser genial, sin embargo; existen más marcas de su autoría. Cuando esta parece eclipsarse por la presión de Disney, aún tenemos todo lo demás para darnos cuenta de que quien firma esta obra tiene unas claras intenciones más allá de lo que le impone la productora. Cambios inevitables
Aquí sí voy a colgar el cartelito de SPOILER, ya que la adaptación a un live action implica poner una barrera entre nuestro mundo y la animación, y en este caso Burton decide sustituir a los animales auxiliadores (el ratón Timothy y los cuervos) por los humanos, a saber: la troupe del circo y Eva Green. Tampoco es musical. No por ello se olvida de las referencias, que emocionan a cualquier adulto joven de hoy que haya crecido con el filme de 1941. Quizá no tengamos cuervos, pero la pluma sigue siendo el elemento que hará que Dumbo vuele. Los ratones tienen su cameo también, así como otras secuencias muy familiares para los espectadores del ayer, introducidas en un nuevo contexto: los elefantes rosas ya no estarán impregnados de alcohol al compás de versos satánicos, ni oiremos los fuertes truenos al montarse la carpa. Las canciones pasarán a formar parte de los diálogos y Danny Elfman se encargará de recuperar el sonido clásico a través de la banda sonora instrumental. Como veis, nada se deja de lado y todo logra cuadrar en el marco "realista" que se nos está vendiendo (tan realista que hasta la crisis del circo tras los efectos nefastos de la Primera Guerra Mundial se deja ver. Es algo a tener muy en cuenta sabiendo que la peli original se estrenó en plena Segunda Guerra Mundial. Eso forma parte del mensaje a las masas) [FIN SPOILER]. El mundo que elabora Burton aquí es suficiente para rescatar nuestro yo infantil que disfrutó con el Dumbo del 41 y seguir concienciando a través de valores tan diversificados como nuestro tiempo. Con ese toque de Liberad a Willy, más el drama familiar que une a humanos y animal, Tim Burton reconecta con el público y alcanza el objetivo de que su elefantito vuele al siglo XXI, más alto de lo que lo hizo en el viejo largometraje animado.
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Agosto 2023
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