Post de Naiara Salinas "Hasta que no se eduque a las mujeres de modo más racional, el progreso de la virtud humana y el perfeccionamiento del conocimiento recibirán frenos continuos". En algún momento de finales del siglo XVIII, en plena época de la Ilustración, Mary Wollstonecraft selló con esas palabras el porvenir de muchas mujeres. Considerada la primera filósofa feminista de la historia, también expresó que la debilidad y la inocencia que se predicaban tanto del "bello sexo" no era más que una forma cortés de llamar a la ignorancia. Hay una razón por la que sus palabras decoran todo el mes de marzo en mi agenda, y es que, en tiempos donde lo racional pugnaba con el romanticismo, esta figura histórica ensalzó el amor por encima de todo de forma lógica como un canto hacia la libertad y un desbloqueo del decoro. Falleció el 10 de septiembre de 1797 a raíz de complicaciones tras el parto de la querida hija que heredaría su nombre, Mary, así como su pretensión literaria. Justo en ese punto arranca el biopic que aquí os presento y que me pareció ideal para este día y este mes, como una forma de honrar las enseñanzas que ambas nos dejaron. La de Mary Shelley fue una vida llena de complicaciones y tragedias, que son las que ilustra este filme. Todo comienza cuando su padre, otro hombre de letras, decide enviarla a sus dieciséis años a Escocia, a la mansión Baxter, para que se curta como escritora y como mujer. Allí conoce al poeta romántico Percy Bysshe Shelley, que vive con la libertad de la que puede gozar un hombre de su posición pero además con el completo rechazo al decoro y las imposiciones de la sociedad. Él le abrirá la mente a Mary a todo un universo de amores, fantasía, conocimiento y letras..., pero no todo será goce. Y es que en el romanticismo hay muchas sombras... y muchos monstruos. Mary seguirá teniendo que luchar por encontrar su voz y que esta sobresalga. Como buen biopic, la película se sumerge en lo que hay tras el texto de Frankenstein o el moderno Prometeo y le da un nuevo sentido a la obra al proyectarla sutilmente sobre la vida de su escritora. El guión cumple en la labor documental dramatizada y poco hay de invención (incluyendo los conocimientos más "rosas" fruto de rumores), lo cual genera una oportunidad de conocer los entresijos del dúo literato principal, así como acercarse a otros personajes más invisibles, como el filósofo William Godwin y su familia. El manejo de la aparición de Lord Byron es tan salseante como el hecho en sí, y es que Tom Sturridge lo perfila con un excentricismo y una vanidad que podría definir perfectamente al artista medio de la época (ejem, Wilde, ejem, Dorian Gray, ejem). Claro que sin duda algo que destaca en cuanto a la composición es el modo en el que la paleta de colores se rinde al paisaje y el aire lúgubre que nos quiere transmitir la historia, en medio de un paraje tanto idílico como sombrío. Es la Inglaterra gótica en su estado puro y un reflejo de la belleza en el horror, acorde con el mensaje de toda la obra. Y es que el largometraje está cargado de un lirismo que envuelve el drama de Mary y le hace soñar con esa voz que ansía encontrar y que, durante un tiempo, cree ver en su amante, quien resulta esencial en su desarrollo como personaje. La trama gira entorno a ambos durante prácticamente las dos horas, pero es de destacar dos partes divididas por un acontecimiento traumático y dos visiones de la vida: la joven y la que entronca de golpe con el mundo adulto. Durante la primera Mary todavía es una niña, que a pesar de gozar de buena educación aún posee cierta inocencia, por lo que orbita alrededor de Percy. Se desvive por él, le apoya, se inspira, aprende. En el montaje sus voces llegan a entrecruzarse en medio de su creatividad porque, en ese momento, Percy es la voz que Mary necesita y desea. Mary Wollstonecraft también dijo: "Concedo que con un amante la mujer deba esforzarse por excitar su emoción, no para satisfacer su vanidad, sino su corazón. No creo que esto sea coquetería, sino el impulso sencillo de la naturaleza. Solo protesto contra el deseo sexual de conquista cuando el corazón está fuera de cuestión". Bien, pues atendiendo a esas palabras, en esa parte Mary es todo corazón y, como dos espíritus naturales, la pareja busca su libertad y se aleja de las convenciones sin importarles el escándalo que supone estar juntos. Pero si he dicho que esa época estuvo marcada por la lucha entre el sentimiento y la razón, esta última entra en juego en la segunda parte y de nuevo las palabras de la madre señalan a su hija manipulada, hundida. Es en este momento de frialdad donde se pone en jaque la verdadera esencia de la joven, donde surgen sus demonios internos, donde su voz única y original empieza a despertar y donde el amor externo deja de ser el impulso principal frente al amor interno. Una imagen muy simbólica sobre esto es la de Mary pasando el lápiz por su mano, como escribiendo sobre su piel, rascando en ella para sacar a la superficie todo lo que contiene y que el carbón lo absorba para transportarlo al papel. Ni qué decir que el filme goza de unos diálogos brutales gracias a esa apuesta por la literariedad. Un ejemplo modélico es la conversación que Mary mantiene con su madrastra en la primera parte. Otros parecidos:
El elenco resulta muy llamativo, con caras bastante reconocibles y perfiles muy dispares. Elle Fanning brilla y Douglas Booth sorprende (para bien). En resumen: importante historia para un día como hoy, llena de reivindicación y exaltación de las pasiones: carnales, sentimentales, literarias. La película nos muestra de qué forma Frankenstein ha intervenido en la sociedad más allá de su relato, solo porque fue una mujer criada en un mundo de hombres la que lo escribió, la primera mujer en escribir en un género mayormente masculino gracias a las voces de las que se había impregnado y que despertaron la suya, llena de decepción y desesperación, pero también de esperanza, porque podría acabar con el "fin" de la novela, pero se explaya para incluir un episodio más que modifica lo que podría haber sido un cierre trágico. Querido Percy Bysshe Shelley: creaste un monstruo para tu tiempo (*guiño, codazo, guiño*). Nota: a los fans de Penny Dreadful especialmente os puede enamorar este biopic. El tono y el estilo recuerdan mucho a la serie. Hasta la banda sonora. "Recuerda que soy tu criatura. Debería ser tu Adán, pero soy más bien tu ángel caído, a quien privaste de la alegría sin haber cometido mal alguno. En todas partes veo la felicidad de la que solo yo me encuentro irrevocablemente excluido. La aflicción me ha convertido en demonio. Haz que sea feliz y seré virtuoso otra vez". Ficha técnica Mary Shelley 2017, Reino Unido Director: Haifaa Al-Mansour Reparto: Elle Fanning, Douglas Booth, Tom Sturridge, Ben Hardy, Stephen Dillane, Joanne Froggatt, Maisie Williams, Derek Riddell y Bel Powley Puntuación: 10/10
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Agosto 2023
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