Post de Naiara Salinas ¡Hola, hola! Esta semana recupero el hilo de los estrenos después de irme por las ramas en la anterior (qué queréis, una necesita innnovar de vez en cuando), y lo hago de la mano de dos aliados vinculados al género de la ciencia ficción, más o menos (si consideramos el género de superhéroes como tal, aunque en la serie a la que me refiero tampoco es que aparezcan exactamente muchos). ¿Queréis que comentemos esos capítulos? Allá vamos (ah, y ALERTA SPOILERS, como siempre). El retorno de Peggy Carter Lo adelanté la semana pasada: nuestra Hayley Atwell ha vuelto a ponerse en la piel de la agente más carismática y peleona del UCM con una serie que temíamos que no fuera a regresar, aunque finalmente lo ha logrado, y con doble episodio: Agent Carter (nota: si quieres caerle bien a tu público, organiza una batalla de Dubsmash. Nunca falla). La trama de esta temporada nos sitúa tiempo después de los acontecimientos de la number one, en 1947. Y aunque prácticamente solo hace dos años que acabó la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos muestra una recuperación notable (atrás quedan las alusiones a las víctimas de la guerra, los enfrentamientos, etc.). Y para recuperación, la de Peggy, que ahora es una más en su departamento del SSR y hasta se diría que una agente bastante respetable. Nada más adentrarnos en la oficina advertimos varios cambios con respecto a la temporada anterior: el agente Sousa ha sido trasladado como jefe a Los Ángeles, donde se enfrenta a un caso entre merliniano (no por otra cosa el capítulo se llama “La dama del lago”), de Expediente X y muy para Sherlock Holmes: un cadáver femenino congelado en un lago (¿hielo en California? Con el cambio climático todo es posible, incluso en el siglo XX). Mientras tanto, en Nueva York, la SSR captura por fin a una rusa muy escurridiza… en un momento en que pretendía hacerse pasar por Carter: Dottie Underwood. Mientras el nuevo director, Chad Michael…, perdón, Jack Thompson, supervisa el interrogatorio a cargo de Peggy, que demuestra ser la más apta para el trabajo, recibe una llamada de socorro de Sousa, así que ni corto ni perezoso, como es el jefe, se planta ante Carter y la envía a Los Ángeles con una pequeña metirijilla: que Daniel la ha reclamado explícitamente a ella (ejem, Cupido, ejem). Hummm, no es buena idea. De esta forma dejamos atrás Nueva York y nos adentramos en la tierra del sol norteamericano, de Hollywood y de camisas con estampados llamativos, donde descubrimos el siguiente cambio: un Edwin Jarvis que ahora vive en la costa oeste, ya que a Howard Stark le ha dado por experimentar con el cine y montar su pequeña industria (este hombre no se cansa de acumular puntos extra). El mayordomo sigue siendo fiel a Carter y va a recogerla al aeropuerto (el gran amigo Howard está muy ocupado haciendo negocios por el mundo), y no duda en presentar a su vez a un nuevo personaje que promete: su mujer, Ana Jarvis. Si Edwin es muy servicial, educado, reprimido y algo torpón, su mujer es todo lo contrario, lo cual es una sorpresa bien grata para Peggy y los espectadores. ¡Queremos más escenas de Ana! Peggy acude a la oficina donde trabaja su colega Sousa, que simula ser un lugar de cazatalentos (aquí me despisté y creí que aparecería Angie, la gran amiga de nuestra agente que, recordemos, consiguió cumplir su sueño de ser actriz y se mudó a Los Ángeles). Por cierto, la secretaria también augura momentos cómicos. En la oficina descubrimos maximum tensium entre Peggy y Daniel. ¿Algo que haya pasado entre ellos? ¿Por qué él decidió trasladarse? La falta de respuesta del hombre ante el simpatismo y la cercanía de Peggy provocaría incluso que Steve Rogers se levantara de su tumba de hielo. Pero en fin, lo importante de estos dos primeros capítulos es desentrañar el misterio de la mujer, cuya autopsia muestra que el cuerpo brilla en la oscuridad, y al parecer se debe al efecto de un acelerador de partículas de una industria llamada Isodyne. Un momento, ¿acelerador de partículas? ¿Acaso estamos en The Flash? (Plagioooooooo). Peggy se cuela en Isodyne y conoce a un científico loco, Jason Wilkes, que le cuenta en plan chismorreo que la víctima era una física que mantenía un affair con el dueño de la empresa, Calvin Chadwick, casado con una joven actriz que, ATENTOS, se llama Whitney Frost, justo el alter ego de una villana conocida de Marvel, Madame Masque (primer easter egg). Y obviamente, si estás casado con una villana eres sospechoso. Este episodio acaba con una muerte dramática (la del compañero de Sousa, que, descubrimos, es un corrupto) y una revelación inaudita para los shippers de Souter (si es que se llaman así): ¡¡¡Daniel tiene novia!!! (pongo cara de horror). ¿Cómo has podido, cabrón? ¡Tú tenías que ser el marido de Peggy! (Tranquis, aún hay temporada para rato, todo puede arreglarse). En “A View in the Dark” descubrimos además otra cosa que nos pone los pelos de punta: hay una Zero Matter (¿se traduciría como Materia Oscura/Cero?) pululando por Isodyne que nos recuerda mucho, pero muchísimo, al monolito de Agents of S.H.I.E.L.D. pero que también puede remitir a otro futuro superhéroe de la pantalla grande, Doctor Extraño (*música de intriga de fondo*). Ya que Peggy no puede contar con su compañero y jefe porque este anda demasiado ocupado planificando su pedida de matrimonio para su chica (ya lo que faltaba. Encima la mujer no es otra que la misma que hace de Aurora en OUAT. Ahí, donde más duele), Peggy va en busca de un Jarvis que demuestra haber aprendido de su experiencia anterior al lado de la agente y se marca una pelea muy divertida de judo con ella. La valiente Carter se da cuenta de que sin nadie de Isodyne no puede resolver el caso y acude de nuevo a Jason, quien, además de invitarla a cenar (WHAT), le explica los orígenes de la Zero Matter como una imitadora del Proyecto Manhattan (sí, el mismo que creó la bomba atómica que estalló en Hiroshima y Nagasaki). Los dos resuelven robarla debido a los estragos que está causando (una especie de enfermedad que hace que la gente en contacto con los infectados se congele y muera), pero ¿quién se mete en medio? Frost (jeje, ¿a alguien más le parece muy significativo ese apellido?). Poco antes del final, Jason y Peggy se besan (aquí está la situación: una reivindicadora del feminismo y que cree en el trabajo profesional se lía con un tipo al poco de conocerle. Imaginad a Steve viendo este capítulo en el presente. El pobre se trauma). Misterio, comedia, dramas y más ciencia ficción en el comienzo de esta temporada. Sabemos que Stark en algún momento hará su aparición estelar y es más que probable que el universo (a saber: la secretaria, Jarvis, Thompson y todo el mundo) se alie para que Peggy y Sousa aclaren sus sentimientos, ya que al hombre todavía se le ve muy preocupado por ella, lo suficiente como para estallar en una rabieta al descubrir que está desaparecida (cuando en realidad está en su propia misión). Por cierto, ¿qué opináis de Dottie? Dado ese final tan escalofriante de la primera temporada… ¿creéis que oiremos hablar de otro villano científico alemán muy famoso en los siguientes capítulos? Los 100 locos Mi post dedicado al SciFi se completa con esta pedazo de serie que lleva dos temporadas dejándome a cuadros (y por si os interesa, nuestra colaboradora del Rincón, @_MissLeguleyaR, habla de ellas en esta entrada). Y si he titulado este apartado de esa forma es porque esa es la impresión que me ha quedado al ver el 3x01. Empecemos por Murphy, ya que el capítulo también empieza con él). Tras ver el vídeo de un tío suicidándose en el mismo sofá en el que está él sentado, la puerta de acceso y salida se cierra y lo deja atrapado durante lo que para él es una eternidad, aunque para nosotros apenas sean cinco minutos. Y esos cinco minutos dan para ver a un chico desmoralizarse por completo, dejarse barba y pelo a lo rastafari, ver más cachos de la cinta, volverse loco y hasta intentar en vano suicidarse con la pistola que dejó la primera víctima. Y entonces, sin más, la puerta se vuelve a abrir y John llega a la misma mansión en la que Jaha cerró la temporada dos. Y a este ni parece importarle haber dejado a su compañero encerrado y al borde de la muerte ni la suciedad máxima que presenta. Así que de un loco con causa pasamos a otro sin, que además se pone de parte de la inteligencia artificial A.L.I.E, a la que Murphy reconoce como creadora de la bomba que acabó con la humanidad. Y de nada sirve que lo aseen y le den de comer; el otro sigue queriendo abandonar esa casa de locos. Mientras tanto, en el campamento de los supervivientes del Arca (ahora rebautizado como Arkadia), Lincoln y Bellamy entrenan. El terrestre se ha ganado un hueco honorario en el grupo y ahora viste la chaqueta de los guays, pero su querida Octavia no lo siente como tal, y es que ella se está más orgullosa de ser terrestre (ha aprendido a luchar, a montar a caballo y a hablar su lengua. GUAU, esta chica sí que es guay). Bellamy forma grupo con su hermana, Raven, Monty y Jasper, al que se le ve muy maltrecho (hasta para elegir corte de pelo) tras la muerte de su amada, para ir de expedición en busca de Clarke cerca de la Nación de Hielo, donde hay una confrontación con los terrestres, que preguntan por una tal Wanheda, que amenaza con romper la tregua que la rubia tardó tanto en forjar con el clan de Lexa. Para más inri, Indra hace acto de aparición junto con Kane para advertir a los jóvenes que Clarke está siendo cazada por todo el mundo para suplantar a Lexa en el liderazgo, ya que existe la creencia de que si obtienen la sangre de un líder poderoso, serán imparables. Es ahí cuando descubren que Wanheda es como llaman ahora a Clarke, que se ha teñido de pelirroja y pelea con panteras para ganarse la comida. Así que llevamos apenas veinte minutos de capítulo y ya tenemos dos locos en una mansión con una genocida, un Jasper al que ya le da igual todo (como si se emborracha, como si se pone a escuchar música en alto en medio de una misión, como si se deja atrapar por un terrestre y que este casi le corte el cuello) y una heroína que huye de todo el mundo y se acuesta con otra terrestre, Niylah, y encima al final termina siendo capturada por sus enemigos. Por si fuera poco, Raven parece haber cortado con Wick, una relación que prometía, y encima vuelve a tener serios problemas de salud a causa de su intervención en el Monte Weather. ¿Cómo le afectarán esta vez? Pido por favor a los guionistas que le den un respiro a la pobre, o mutilada acabará. La canciller Abby está desmoralizada tras la marcha de su hija y se plantea volver al monte Weather, y una guerra de clanes amenaza el pacifismo en la nueva Tierra. Clarke no tendrá más remedio que tragarse su orgullo y volver con los demás si quiere sobrevivir. Los que siguen apostando por Bellarke se van a llevar un chasco si la chica continúa empeñada en probar la carne femenina (vaya, qué canibalista ha sonado eso), pero el verdadero problema no es que los terrestres y los celestes vuelvan a intentar matarse entre ellos por una persona, sino lo que A.L.I.E. planea con Jaha y esa bomba peligrosa escondida en la mansión. El hombre sigue en plan “Me creo Dios o Súper Sabio” y da explicaciones que en realidad no conducen a ninguna respuesta y encima lo dejan como un fanático. Murphy, no seas idiota, huye de ahí en cuanto puedas y avisa a los demás, Jaha dejó de estar capacitado para el liderazgo hace mucho. A este paso, solo Bellamy, Octavia, Lincoln y Monty se mantendrán cuerdos.
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Enero 2023
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