Post de Mariaje Ruiz y Naiara Salinas Aliette de Bodard es una escritora de fantasía y ciencia ficción ganadora de premios varios como el Nebula (en dos ocasiones), Locus y el British Science Fiction que en 2018 publicó un artículo titulado "La supresión de la maternidad", donde exploraba el porvenir de los protagonistas de la literatura (mayormente) tras quedar huérfanos por determinadas circunstancias. El artículo fue posterior a la publicación de su último libro, In the vanisher's palace. Yo misma, Naia, en clase de Literatura Infantil aprendí que la orfandad era un punto clave en los esquemas argumentales de la mayoría de cuentos. Teoría que no dudamos en rebatir con un par de ejemplos opuestos pero que sigue estando ahí, claro. A raíz de este post del blog La nave invisible, vamos a discutir lo que cuenta su autora, unido en este caso a las series pero con la garantía de aplicarse a cualquier trama, sea en el formato que fuere. La identidad del héroe Comienza interviniendo Mariaje: Es interesante lo que dice, pero creo que se olvida de un factor importante, que quizá simplemente no conozca. No es que los hijos no puedan estar de aventuras sin sus padres, pero es que la pérdida de los progenitores influye en la psique. Lo hace el hecho simplemente de que te abandonen psicológicamente, que no te atiendan debidamente, aun estando los padres vivos... Muchos psicólogos y analistas han tratado esta cuestión en diversos artículos. Eso de alguna manera configura los deseos, las metas, la forma de proceder en muchas ocasiones, mucho más de lo que pensamos. La pérdida, del tipo que sea, no tiene por qué ser necesariamente un pastiche narrativo, que uno pone ahí porque simplemente funciona, puede quedar bien o quién sabe qué (el problema entiendo que es cuando uno empieza a poner elementos como si fueran piezas que uno intercambia y ya está, y ahora se muere una madre y en el fondo da un poco igual porque podría haber pasado cualquier otra cosa). De hecho la pérdida bien contada puede reforzar mucho la figura. Batman, por ejemplo, no se convierte en Batman porque sí: la historia de la pérdida de sus padres es esencial para entender cómo llega el personaje a ser quién es y sus motivaciones, y los sitúa a ellos precisamente en la importancia que tienen (en ese sentido. "ausencia es presencia", como decía Jude Law en The Young Pope). Hablemos de arte y géneros Por otro lado, creo que también depende de lo que cada uno quiere contar. O es capaz de contar. ¿La madre de Bella no aparece, no se le nombra? Bueno, quizá simplemente se ha considerado que no es esencial para el metraje. En ese sentido también depende de la intención. Si hay una invisibilización pretendida o simplemente la ausencia o la falta de mención, esta es circunstancial, por motivos varios. En general en arte -y no solo con este tema, sino con otros muchos- me parece que las cosas pueden ser muy complejas y que en general no es buena juzgarlas desde la ideología o las motivaciones políticas. Porque esencialmente el arte es expresión y contar historias, y a veces en esas historias hay cosas que no nos gustan, como en la vida misma. Entonces, yo creo que en estas cosas hay que distinguir entre si simplemente nos están contando historias de huérfanos (que en ese caso es normal que nos hablen sobre todo de ellos y no de los padres) o de gente abandonada o lo que sea, o nos quieren decir, como una de las cosas que afirma el artículo, "que las familias no pueden tener aventuras". No creo que exista esa pretensión ideológica, la verdad, y si la hay no creo que sea la más extendida. La pretensión más extendida que yo veo (desde distintos lados, no hablo de ninguna ideología en concreto) es la de tratar de hacer las historias acordes a nuestras ideas sin tener en cuenta lo narrativo-psicológico. Y eso me parece malo para el arte, venga del lado que venga. Creo que puede haber connotaciones ideológicas en las obras, pero cuando lo más importante es la ideología, más que la coherencia de la historia, la estética, la técnica y todo lo demás, me parece que en realidad se instrumentaliza el arte. Naia, haciendo un inciso: el arte claramente es inseparable de su tiempo y de su ideología, pero al mismo tiempo posee la capacidad de trascender, que es lo que lo convierte en algo tan especial, lo que nos permite una relectura del material heredado y hasta su reescritura. No hay que olvidar que la literatura infantil llegó a manos de leyendas e historias transmitidas de forma oral de padres a hijos, de generación en generación. En Alemania fueron los hermanos Grimm los encargados de recopilar estos cuentos y darles un sentido pedagógico, dirigido a los niños, que son quienes al final van a enfrentarse solos a su futuro, por mucho apoyo que tengan (e incluso si no lo tienen). La orfandad, así, puede interpretarse como un símbolo de independencia y madurez, el aprender a valerte por ti mismo cuanto antes porque tus padres no siempre van a estar ahí para protegerte. Siempre me ha resultado llamativo este pensamiento, teniendo en cuenta que el ser humano es la especie más dependiente de todo el planeta, por lo que hay un halo de fantasía en las aventuras protagonizadas por niños, hasta qué punto podemos invocar el "instinto de supervivencia" cuando ni somos conscientes de que lo tenemos. Para mí, en esta línea, la fantasía es la clave. En ese tipo de historias, género y trama van muy unidos. Todos los cuentos tenían su punto fantástico en la antigüedad y continúa siendo así, en parte porque se consideran (equívocamente) para niños y es durante la infancia cuando más alimentamos esa parte del cerebro conocida como imaginación. Y cierto es que un niño no necesita perder a sus padres para creerse un superhéroe, pero su viaje tampoco será el mismo. A veces, la fantasía choca con la realidad y acaba perdiendo ante una figura más adulta, que representa ese otro lado de la balanza. Pero cuando el niño está solo, la fantasía, la magia, puede ser su única salvación, su secreto para sobrevivir. En la televisión (o en el cine mismo) la mayoría de protagonistas huérfanos pertenecen a series de fantasía y/o ciencia ficción, como es el caso de Once upon a time, Charmed, The vampiare diaries, Juego de tronos, Las escalofriantes aventuras de Sabrina, The 100, The Flash, Arrow, Supergirl, etc. No es necesario que todos los personajes sean huérfanos o que empiecen siéndolo. Tampoco que estén completamente solos. A veces basta con que hayan creído que están solos y que lo han perdido todo para activar ese instinto del que hablaba. Lo que tienen en común estas historias es el viaje de sus protagonistas, su carácter luchador, su personalidad férrea por todo lo que les ha curtido la vida al conocer el drama desde muy pequeños. Todos ellos acaban siendo un modelo de supervivencia del que los espectadores más jóvenes acaban tomando nota para hacer frente a su realidad. Visto así, sí que suena instrumental, como apuntaba mi compañera, pero es un instrumento sutil, semi inconsciente e incluso necesario. ¿Supresión de la maternidad = supresión de la figura femenina? Existe otra cuestión que se trata en el artículo de Bodard, ya que no por nada hace referencia a la maternidad en el título, y es la independencia de la mujer en este desarrollo. Una mirada a las ficciones mencionadas antes nos lo muestra: desde Blancanieves y Emma Swan hasta Arya Stark: hay todo un séquito de guerreras forjadas sin madre. A mí, Mariaje otra vez, me parece genial que se represente a la mujer empoderada, luchadora, heroína, llena de fuerza y con personalidad. Pero también hay mujeres que son todo lo contrario y tampoco es bueno dejar de representar eso por corrección política o similar, en mi opinión. Por otro lado, también hay mujeres fuertes pero corrompidas, o luchadoras pero ingenuas o de carácter débil para enfrentarse a ciertas circunstancias. Lo que creo es que quizá a veces se ha entendido que de alguna manera se ha tratado de decir mujer inteligente=mala, o buena=tonta mojigata, por poner ejemplos. Es muy fácil echarle la culpa a los artistas, pero no tengo tan claro que sea así, o solamente. Al final los estereotipos también tienen su parte de realidad. Y cada quién entiende lo que entiende y hay cosas que a todos nos dan pereza o rechinan por cómo somos o pensamos. Pero yo personalmente creo que, de entrada, es injusto echarle la culpa a los artistas, porque la misión pedagógica de decirnos la vida es así y esto solo representa una faceta de la realidad y esto otro es un estereotipo no es suya. Eso lo tienen otros, empezando por los padres, pero muchas veces no lo hacen. Yo creo que en arte se puede representar cualquier cosa, todas las facetas de la vida. El cómo contarlo y cómo es más conveniente por distintos motivos, ya es otro tema. Otro apunte: la misión pedagógica en sí misma creo que la tienen otros, pero también está el discernimiento y la búsqueda de la verdad de cada uno, los esfuerzos que haga para mejorar y comprender más.
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