Post de Naiara Salinas En episodios anteriores... El jurado de All Screens inauguró la competición oficial entre las grandes plataformas streaming del año mediante una visita a las instalaciones de Netflix para evaluar más de cerca el conjunto de obras presentadas al certamen. ¿Condición? Haberse estrenado durante el invierno y la primavera de este año. Con un mes vacacional de lapso, yo, Naia, representante, vuelvo a la acción para evaluar a la segunda competidora. Esto es... la Competición Winspring 2019. *Suena música de intro* Locutor: Empieza la competición. Tres plataformas han bombardeado nuestros dispositivos con sus grandes apuestas este semestre. Es el momento de decidir cuál es la mejor. Todos preparados. Comienza el show... Con una interferencia de las de vieja escuela seguida de un coro celestial cuando aparece su firma, HBO parece con ello presagiar su futuro en esta competición. ¿Su punto fuerte? Lo tiene muy claro: "Nosotros llegamos primero. Aunque Netflix es pionera en su manera de ofrecer y desarrollar el contenido, hay dos aspectos cruciales por los que el público suele decantarse por nosotros: la calidad y la intensidad emocional con que contamos nuestras historias. Buscamos series maduras, que traten de cuestiones actuales que el público pueda identificar, no exentas de polémica, y con un gran nivel de interpretación por parte del reparto". Dicho y hecho. Lo primero que le pedimos a HBO a la hora de presentar su muestra de catálogo es que, aunque entre en la competición, obvie la última temporada de Juego de tronos, valorada hasta la saciedad en nuestro blog. Sin embargo, eso no le borra la sonrisa, asegurando que todavía tiene tres buenos ases en la manga, aunque... ¿solo tres? "Netflix ha presentado más", le advertimos. Ella continúa seguro de sí mismo. En cuanto saca el primero, nos vemos obligadas a darle la razón. 1. Chernobyl Auténtica. Visceral. Profunda. Y, como prometió, polémica. De solo cinco capítulos, esta miniserie se centra en el accidente real en la central nuclear de Chernóbil, Ucrania, el 26 de abril de 1986, cuando una nube de radiación invadió toda Europa del Este y cuyas secuelas prevalecen hoy en día. Nada más ver el tráiler se intuye que la visión no va a ser lo que se dice amable y desde el minuto cero la tensión y la intriga se mascan en el ambiente. Con un primer episodio centrado en el accidente, los siguientes expondrán sus consecuencias en diferentes fases, desde el proceso de cuarentena de los contaminados, la fase de limpieza y mudanza hasta el juicio de los culpables. El tono siempre se mantendrá acertadamente oscuro; la estructura, impecable, más teniendo en cuenta que siendo un acontecimiento real apenas hay hueco para sorpresas y, aun así, uno se mantiene en vilo pegado a la pantalla, preguntándose si alguno de esos buenos hombres y mujeres sobrevivirá. Pero el suicidio inicial del personaje de Jared Harris ya nos indica que el drama será el gobernador de esta "ficción". Y nadie dramatiza mejor que HBO. Un rasgo destacable y de aplaudir por encima es el enorme respeto con que se cuenta esta historia, escrita con mucho mimo, sobre todo en lo que a investigación se refiere. Pocas cosas caen en la hollywoodización, y las que lo hacen resultan sutiles o ayudan a amenizar el golpe a los ojos sensibles del espectador, ya que los efectos físicos de la radiación se muestran en carne viva (literalmente) y contribuyen a acentuar el horror. Solo un personaje aparece de la nada, el de la científica Ulana Khomyuk (Emily Watson), como representante de la comunidad científica que trabajó duramente no solo en la investigación, sino en mecanismos para prevenir una mayor radiación. Aparte, cada detalle en las explicaciones científicas es impresionante (y porque en ningún momento aparece un narrador doblado a lo Discovery Channel, porque si no podríamos hablar hasta de serie documental). Quizá lo más ficticio de la trama es la idea de la conspiración comunista detrás de todo, lo cual nos indica que el punto de vista es especialmente occidental. Al final, la miniserie se acaba convirtiendo en un thriller, pero uno único porque a fin de cuentas pocas tramas sobre desastres naturales hay que nos hayan causado tantos escalofríos y malestar general como esta. Menos mal que tenemos a los mineros duros de roer. A la que ha conseguido desbancar a Juego de tronos le damos un merecido 10 porque no flaquea en absolutamente ningún aspecto. 2. Big Little Lies Para alguien que de la primera temporada solo llegó a ver el principio y el final, esperaba con mucho entusiasmo la segunda, que esta vez fue seguida en su totalidad. La complejidad psicológica de estos personajes de perfiles tan diversos los unos de los otros es el ingrediente básico, a partir del cual se desatan los sucesos. Big Little Lies es el ejemplo claro de cómo funciona una bomba humana emocional, de hasta qué punto puedes aguantar todas las mierdas que te echan, y para una mujer, la lucha puede ser incluso doble, indiferentemente de la edad o la posición económica. Por eso es tan genuina al mostrar el lado femenino en cada faceta de la vida: como madres, como esposas, como ligues, como víctimas, como luchadoras, como jóvenes inexpertas y con dudas, como ancianas cabezotas, como ambiciosas, como divididas... La segunda temporada viene marcada por el final de la primera, ya que, aunque pasa todo un verano entre medias, el trauma todavía prevalece y hay personajes incapaces de olvidar lo ocurrido, menos cuando nuevas amenazas asoman. Si hay algo que nos vende muy bien esta entrega es que no hay realidad que sea absoluta, y que buena parte de los vaivenes mentales que atraviesan las protagonistas se debe a que el monstruo no es enteramente tal. Es más, el guion entero está continuamente luchando consigo mismo en lo que respecta al personaje de Alexander Skarsgård, quien seguro que habrá agradecido esa vuelta de tuerca, ya que Meryl Streep aparece como abogada del diablo y la Streep es mucha Streep (¿cómo lidiar con una oscarizada que aparece a simple vista como frágil, cuidadosa, amable y servicial? Sentimos la pesadilla de Nicole Kidman, aka Celeste, lidiando con esa acosadora). Además, otra idea que nos vende la serie es que no hay personaje secundario que no importe. Por eso cuando buceamos en la experiencia de Ed o, más importante aún, de Bonnie (Zoë Kravitz) nos sentimos eternamente agradecidas porque ni ellos cumplen con el estereotipo. La temporada es un hito a las relaciones materno-filiales y a cómo sobrellevar los traumas del pasado para empezar una nueva vida. Tiene que ver mucho también con la culpabilidad y el deseo casi imposible de atar cabos sueltos. Aunque el final no se iguala ni supera en emoción al primero, acaba siendo necesario para responder al "¿Y ahora qué?". La serie podría acabarse aquí mismo y no importaría, pero por supuesto que batallaremos por una tercera temporada que nos siga hablando de estos personajes tan enigmáticos que se engañan a sí mismos más que al mundo. Por las nuevas incorporaciones, la historia de Bonnie (aka Leta Lestrange 2.0. Lo siento, lo tenía que decir) y el planteamiento de fondo, la puntuación es un 9. Enhorabuena, HBO. No vas mal. 3. Euphoria El siguiente producto que nos ofrece HBO para cerrar su "tríada dramática" llega muy justo, apenas acabada la primavera, y parece una explosión hormonal juvenil de las de toda la vida, aunque también nos preguntamos si tiene algo que ver con la canción de Loreen. HBO se explica: "Netflix tiene Por trece razones como equivalente, la cual está muy bien, pero su reflejo de los problemas juveniles acaba siendo muy romántico. Nosotros buscábamos otro enfoque, queríamos sacar esos asuntos turbios con la crudeza que suponen: drogas, enfermedades mentales, sexualización del menor... Son temas que a día de hoy siguen preocupando, y ya he dicho que aquí contamos historias reales". Dicho y hecho: la serie nos presenta a Rue, interpretada por una ya madura Zendaya que deja muy atrás su pasado Disney. Rue es drogadicta y se ha pasado casi todo el verano ingresada en un centro. Cuando sale la vida parece haber seguido aparte de dar un giro de 150 grados. Dos puntos fuertes que concederle a esta ficción: la estética y la voz narrativa. Incluso manteniendo un tono monótono la mayor parte del tiempo, las palabras de Rue-Zendaya calan hondo y nos sumergen en la mentalidad adolescente de una forma visceral (vamos a añadir esta palabra a la definición de HBO a partir de ahora, ¿vale?), con mucha personalidad. Esa es la clave, se dice este jurado: la serie trasluce gran personalidad incluso para contar pocas novedades. Tampoco Rue es la única adolescente de interés en esta historia: cada uno acaba protagonizando su propio episodio, en cierto modo, o al menos llaman la atención del foco de Rue sobre ellos, lo cual es importante para que la historia prosiga. La parte estética se denota mucho más en los flashbacks y las historietas animadas, como la maravillosa intro del tercer episodio sobre el polémico caso de One Direction (¿en serio? ¿Tanto ruido por un fanfic que además se menciona como tal?) o ese otro en que Rue ejerce de investigadora en el caso de su amiga Jules. El reparto, sacado desde ámbitos dispersos del cine y la televisión, sorprende por su trabajo también. Y aun así, reconocemos habernos iniciado en la serie con pereza. Sin duda la cosa va mejorando conforme vas avanzando, pero si le quitas la estética y la voz la serie se convierte en otra cualquiera, una heredera completa de Física o química. ¿Es por ello más mala o, vamos a ser amables, menos buena? No necesariamente, pero sí le quita emoción, y eso que aquí menda se la ha visto en maratón. Teniendo que esperar cada semana al siguiente episodio no tengo muy claro que me hubiese enganchado. Pero una vez empezada y pasado el tercer episodio, hay que acabarla. Tenías razón, HBO: no eres nada romántico. Tampoco tengo claro, como se criticó a FoQ en su día, que la adolescencia sea tal cual, pero dado que no hemos vivido nunca en Estados Unidos como para verlo con nuestros propios ojos, aunque sentimos que estás un poco contagiado de hollywoodinismo, le damos a este drama juvenil tuyo un 7. Y como ya no quedan más series, es el momento de hacer la media, añadiendo Juego de tronos con un 6,5. "¿Tan poco?", se molesta HBO. "Le hubiéramos dado más si hubiera sido tan buena como las seis primeras", nos justificamos, aunque se nos olvida meter a estas novedades en el pack.
En fin: 10+9+7+6,5= 32,5/4= 8,12 Por seis décimas, HBO se coloca en cabeza, ¡enhorabuena! Veremos cómo le va a la siguiente: Amazon Prime.
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Enero 2023
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