Dr. Nathan Katowski: "Hemos perdido al tercer bebé, Jack. Lo siento mucho, muchísimo". 
Jack Pearson: "Lo siento, no estoy procesando nada. ¿Mi mujer...?"
Dr. Katowski: "Está bien y despertará pronto. Tienes dos bebés sanos y maravillosos, Jack. Chico y chica. Pero hemos perdido al tercer bebé. [...] ¿Le parece bien si le hago compañía un segundo?"
Jack: "Sí".
Dr. Katowski: "¿Puedo decirle algo profundo?"
Jack: "Vale".
Dr. Katowski: "Perdí a mi mujer el año pasado. Cáncer. Esa es la razón por la que trabajo tanto a mi edad, solo intentando... matar el tiempo.  Estuvimos casados cincuenta y tres años. Cinco hijos, once nietos. Pero perdimos a nuestro primer hijo temprano, durante el parto. Es la razón por la que me metí en este campo, para ser sincero. Me he pasado cinco décadas trayendo bebés al mundo, más bebés de los que puedo contar..., pero no hay día en que no piense en el niño que yo perdí. Y ahora soy un hombre viejo. Me gusta pensar que gracias al bebé que perdí, gracias al camino que seguí... he ayudado a salvar a otros muchos bebés. Me gustaría pensar que algún día serás un viejo como yo... hablándole a un joven que no quiere escucharle, explicándole cómo cogiste el limón más amargo que la vida podía ofrecerte... y lo convertiste en algo para hacer una limonada decente. Si puedes hacer eso entonces todavía podrás llevarte tres bebés de este hospital, solo... que no de la forma en la que lo habías planeado. No sé si eso ha sido profundo o senil, pero se tenía que decir. Su mujer dormirá un rato más. Vaya a ver a sus bebés, están deseando conocer a su padre. Creo que tienen uno bueno".