Post de Rosana RábagoY ayer llegó el día… día en el que me tocaba despedirme de mi ficción favorita de la televisión española, mi querida Velvet (recuerdo aun un post en el que decía que si me la cancelaban me iban a oír cuando echaba pestes de la programación española). Lo cierto es que no me la han cancelado, ha acabado y mejor que sea así antes de que acabe con poca audiencia y yéndose por la puerta de atrás. Pero aun así, Antena 3 se las ha apañado para casi contarme a mí (y al resto de los espectadores) el final de Velvet por mucho que, como decían ellos, “el final no está escrito”. ¿Cómo lo han hecho? Con excesiva publicidad (aprovecho para advertir que desde aquí hay un señor ¡ALERTA SPOILERS!). Me explico, yo entiendo que es el final de la serie estrella de este canal español, pero una cosa es ir poniéndote avances de vez en cuando y otra es saturar como han hecho el final y es que ya desde la emisión del penúltimo episodio nos ofrecieron un avance en el que daban a entender que el niño se salvaba (recordemos que estaba gravemente herido por el incendio en las galerías), que Cristina sobrevivía (otra que acaba muy malherida por el incendio aunque al menos ella se lo merecía al haber provocado ella misma el fuego por un acto de pura rabia) y que los protagonistas, al fin, se casaban (siendo el final, raro era que no pasase). No contentos con este avance, durante toda la semana se han dedicado a ir poniendo cortinillas y mosquetones en todos y cada uno de los canales del grupo recordando el final y emitiendo el susodicho avance en cada pausa publicitaria que realizaban. Pero lo mejor fue la rueda de prensa del lunes, allí ya casi te destripan el capítulo entero de nuevo, mediante un nueva promo, en la que volvemos a ver al niño ya completamente recuperado y, novedades, que los protagonistas se van a Estados Unidos a vivir (yo tenía mis esperanzas de que se quedasen en Madrid y con Velvet a su cargo). Y una nueva nota de prensa ya te hacía sospechar que las novedades de Pedro y Rita es que finalmente la segunda o bien recae en el cáncer (que finalmente fue lo que sucedió, para sorpresa de los espectadores) o que volvía a estar embarazada (que me decanté por esa antes de ver el episodio). Así que, al final, casi que lo único nuevo que ví anoche de Velvet (o al menos que no intuí) fueron los famosos quince minutos en directo y el final de Rita. Una pena, porque una serie como Velvet podría haber jugado más con la intriga de este último capítulo sin contarnos tanto mediante avances. También me sorprendió el trato que la cadena dio a otra de las series que acababan, Mar de plástico, que finalizó dos días antes de que las galerías echasen el cierre. Si bien es cierto que yo no la ví, me sorprende que con dos temporadas y estando nominada a varios premios españoles, el final pasase tan desapercibido en comparación con el despliegue que realizaron para Velvet. Una extraña estrategia, pero ellos sabrán. Pero bueno, yo vengo aquí a hablaros del final de Velvet, mi serie española favorita, así que allá que voy. El penúltimo capítulo nos dejaba con Alberto junior y Cristina gravemente heridos por el incendio de las galerías y ahí era precisamente donde continuaba el capítulo que ayer emitieron, titulado El gran día. En dicho episodio (que, repito, puso fin a la serie Velvet) podíamos ver la rápida recuperación de mini Alberto (con una muy tierna escena entre padre e hijo) seguida de una nueva (y tercera) pedida de mano por parte de Alberto a Ana, que la chica aceptaba rápidamente delante del personal del hospital testigo de su amor. Tras esto nos plantamos en las galerías, donde aparece Alberto para recuperar su empresa, aunque él no vaya a hacerse cargo (¿alguien más se ha quedado con la intriga de quién será el nuevo director y qué hará con Velvet?), ya que se va con Ana y Alberto junior a Nueva York. Sin embargo, don Emilio se niega en rotundo a acompañarlos, él pertenecerá siempre a Velvet y de ahí no le van a mover. Pero tomar esa decisión es muy duro y menos mal que llega doña Blanca para darle un poquito de ilusión y decirle que pase lo que pase ella estará con él. Juntos y con mini Alberto se van a ver las nuevas viviendas (porque Alberto ha llegado con afán derrochador y ha recomprado las galerías, ha alquilado un edificio entero para los trabajadores y ha ofrecido 15.000 pesetas a quién le diga que pasó con las cartas que Philippe Ray enviaba a Velvet). Mientras tanto, Alberto va a la oficina de correos junto con Mateo (que sí que ha encontrado su correspondencia una vez que la va a buscar a su antiguo piso) y espera pacientemente la llamada que le diga quien ocultó las cartas que él mandaba a Velvet. Esa llamada llega y cuando Alberto se entera de que Carlos es el culpable, ofrece al empleado de Correos el doble de recompensa si consigue que Carlos se presente en el callejón de las galerías en una hora. El trabajador lo consigue y ahí Alberto y Carlos se enzarzan en una pelea de la que el primero sale victorioso. Este es el único momento dramático que vemos por el momento y es que a partir de ahí todo son los preparativos de la boda donde, además, Patricia y Alberto hacen las paces y deciden dejar el pasado en el pasado, acción que se demuestra cuando Patricia le pide a Alberto ser la madrina de su boda y él, gustoso, acepta. Al final, la boda llega pero, nuevamente, y mientras la novia acaba de llegar al altar, este momento se ve interrumpido por un desmayo de Rita que hace a Pedro ponerse en lo peor. Pero la costurera sale y parece que todo ha ido bien y ella pide a Ana que, por favor, celebren la boda. Mientras tanto vemos que Bárbara (Amaia Salamanca), cansada de llamar inútilmente a Cristina, se planta en su casa y junto a ella vemos como la malvada exmujer de Alberto ha caído en una profunda depresión y como la mitad de su cuerpo se ha quemado debido al incendio que ella misma provocó en Velvet. Una vez han convencido a Ana de realizar de nuevo su boda es cuando las famosas escenas en directo tienen lugar. Y, hay que reconocer que tienen muchísimo mérito esas escenas y es que, como dijo Naiara ayer en Twitter, fue ver teatro en directo. Con la presión de que había 4.348.000 espectadores (el 30,7% de share, según los datos de audiencia que han salido esta mañana) pendientes de que todo fuera correctamente. Esas escenas vuelven a mostrarnos los nuevos preparativos de la boda (por cierto, fan del cambio de vestuario. El primer vestido de novia de Ana para su boda con Alberto, comparados con los que habíamos visto en Velvet, no me convencía nada) y, además, supuso el adiós de los actores entre ellos. Por lo que la emoción y la espontaneidad fueron inevitables (aunque las disimularon muy bien). Y tras los trece minutos en directo volvíamos al diferido para disfrutar por fin de la famosa boda de Alberto y Ana, evento que Alberto le prepara por sorpresa a Ana bajo la luna y, donde por fin, y ayudados por mini Alberto y el cast principal de Velvet, consiguen casarse. Tras esto nos dejan unas pocas escenas de los momentos después de la boda, donde vemos como cada una de las parejas secundarias (don Emilio y doña Blanca, Raúl de la Riva y Humberto Santamaría, Rita y Pedro y Clara y Mateo) va aclarando su futuro mientras se encuentran en el Pausa, el bar al que siempre acuden desde la primera temporada. Así, los más veteranos de las galerías nos muestran un amor maduro en el que se tendrán el uno al otro siempre y donde se convierten en vecinos de planta en el nuevo edificio mientras que Raúl de la Riva y Humberto Santamaría se van a que el primero diseñe el vestuario del nuevo western del famoso galán español. Por otra parte, Mateo le confiesa a Clara que siguen casados (ya que nunca se atrevió a entregar los papeles de la nulidad al tener la esperanza de que lo volverían a intentar) y la secretaria le besa apasionadamente (algo me dice a mí que al día siguiente ella le echara la bronca porque su relación siempre ha sido un “ni contigo ni sin ti”). Otros dos que también deciden dejarse de tonterías y quererse a su manera son Patricia y Enrique que se besan apasionadamente cuando la chica llega de la boda de su hermano y Ana (aunque, creo que su final debería haber sido algo más trágico. Al fin y al cabo, ¡se cargaron a Valentín!). Pero no todo podía ser tan bonito y en medio de la celebración y gracias a una conversación entre Rita y Pedro nos enteramos de que la costurera sigue con cáncer y que ha querido ocultárselo a los demás para dejar que Ana y Alberto disfruten de su momento. ¿La parte buena de esto? Que esta vez si se encuentra bien y se dispone a luchar para superarlo. Si pudieron con el cáncer una vez, ¿porqué no otra? Y, al igual que comenzó en el primer capítulo (aunque sin el vestido rojo de por medio. Y me hubiera encantado que lo hubiesen sacado porque ALERTA SPOILERS en el libro Noches de terciopelo se afirma que Alberto ha confeccionado como obsesión durante el tiempo que estuvo sin Ana decenas de copias exactas de ese mismo vestido con las medidas de la joven, por lo que hubiera sido precioso que le regalase otra vez el vestido y así cerrar el círculo FIN SPOILERS) Velvet cerró sus puertas en la azotea con Ana y Alberto hablando y contemplando con optimismo su nuevo futuro con el que Ana lleva “soñando cada noche, incluso cuando parecía imposible”. Así y con un beso bajo los fuegos artificiales, Ana y Alberto pusieron el broche de oro al final de Velvet, una serie que ha arrasado internacionalmente y que ayer acumuló un share total del 26,2% de espectadores pendientes del final de la historia de amor que se ha dado durante cuatro años en las galerías más famosas de la televisión española, las galerías Velvet. ¡Hasta siempre, Velvet! Y, a vosotros, ¿qué os ha parecido el último capítulo de Velvet? ¿Os ha encantado tanto como a nosotras? ¡Esperamos vuestros comentarios sobre esta gran serie española en la parte de abajo! Y, como no sé cuando volveré a dejarme ver por aquí, aprovecho para desearos una ¡Muy feliz Navidad y próximo año nuevo 2017, allscreeners!
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Post de Rosana Rábago
¡Muy buenos días allscreeners! Ya ha llegado el momento en el que me devano los sesos decidiendo sobre qué hablaros cada semana (dichosos parones) y aunque esta semana estaba entre Águila Roja y la season premiere de la séptima temporada de Pretty Little Liars (de la que os hablaré la semana que viene junto al 7x02), al final he decidido hablaros de algo que a todos los españoles nos afecta y es, por supuesto, la emisión de las cadenas españolas en abierto de las series.
Es por todos bien sabido que las ficciones extranjeras y Antena 3 no es que se lleven bien. Yo aun sigo esperando la tercera temporada de mi adorada Once Upon A Time (menos mal que una se aburre y la ve en inglés y que recientemente logré tener Movistar TV) por no hablaros, porque ya lo hice en su día, de como se cargaron The Flash emitiendo ya no solo tres (con lo que acababa a la 1 de la mañana), sino cinco capítulos para acabar la serie antes.
Tras este gran hito entenderéis que hace poco cuando puse por Twitter que Antena 3 este año emitirá en verano tres grandes series como son Supergirl, Blindspot y Lucifer tuviese sentimientos encontrados.
Por un lado me alegré por la chica de acero, ya que esta gran serie aun no había sido comprada por ninguna cadena española y merecíamos poder verla aquí (con The Flash pasó lo mismo y, tras la pifia de Atresmedia, al final la compró TNT. A ver si con Supergirl corremos esa suerte), pero por otro lado me entró el miedo. No sé si llegaremos a ver una buena programación de esta serie o si de repente decidirán que hay que hacer hueco para septiembre y se la ventilarán de un plumazo. Con Blindspot también me medio alegre ya que es una serie que después de las maravillas de las que nos hablá Jessica en El rincón del seriéfilo, pues le tengo unas ganas enormes. Pero de nuevo, no sé si me arriesgaré a seguirla desde Antena 3 dado su historial. Y de Lucifer, la verdad es que no me llama la atención en demasía pero igual me animo a verla, quien sabe.
No solo Antena 3 la lía a la hora de echar las series extranjeras. La 1 aun no ha apostado por ellas y desde el grupo Mediaset aun sigo esperando a que emitan Agent Carter, de las que son poseedores de los derechos en España (y mis esperanzas de verla en Cuatro o en Telecinco cada vez disminuyen más).
Pero lo mejor del caso es que ya no solo se pasan con las series de fuera de nuestro país. Yo siempre he adorado Antena 3 por encima de Telecinco por sus ficciones, pero si hay algo que no comprendo, y también os he hablado de ello por aquí es: ¿porqué tienen que emitir Allí abajo contra El príncipe? ¿o Águila Roja versus Velvet? Es algo que, de verdad, no entiendo. Hay años en que los lunes tienes tres series nacionales a la misma hora y los miércoles nada de nada. ¿Me puede explicar alguien porque no apostáis por emitir esa ficción de gran éxito el día que no hay nada? ¡Hijos, os llevaríais todo el share!
Pero esta no es la única forma en la que maltratan a las series, hay dos formas más que a mi me sacan de mis casillas.
La primera seguro que la compartís conmigo: los anuncios. Y aquí la principal culpable es Antena 3. ¿Os habéis fijado en que después de un “Volvemos en un minuto” echan exactamente otros dos minutos de la ficción y luego nos tocan los eternos anuncios que siempre se pasan de los 12 minutos de anuncios por cada hora reglamentados por la Ley General Audiovisual? Hacer la prueba y veréis como no me equivoco. Yo recuerdo algún año siendo niña en que me dedique a contar los anuncios que echaban durante Los Simpsons en Antena 3 y juraría haber llegado a los treinta en una pausa publicitaria.
Y luego tenemos otra especie de maltrato y yo lo he vivido recientemente con Águila Roja y seguro que muchos de vosotros también. ¿Alguien recordaba que había pasado en la temporada anterior? Yo desde luego no y me tuve que tragar el eterno (dura unos veinte minutos, sin exagerar) “En capítulos anteriores” para saber que había pasado. Y eso es porque la serie lleva sin emitirse cosa de seis meses en los que, como cortaron la emisión antes de tiempo, como que no te dejan con la intriga de que pasará y, tras seis meses sin noticia alguna de la serie, van y la estrenan... ¡en verano! Claro, todos sabemos lo que pasará, que la cortaran para los Juegos Olímpicos. Y yo aquí me pregunto: ¿Era necesario? ¿No compensaba más estrenarla en enero o esperarse hasta septiembre a volver a cortarla en un punto que no nos atraiga? Que además, si me dijesen que son los Juegos Olímpicos y la retoman, igual hasta lo aceptaba, pero a saber cuánto pasará hasta que continúen con ella…
Por si estas dos razones no fueran poco, también tenemos una última cosita. Y son las cancelaciones. Y es que recientemente informé por Twitter de la emisión del último capítulo de Vis a Vis, una de las grandes series españolas del momento.
Si os soy sincera, no es una serie que siga habitualmente, pero la gente siempre me habla maravillas de ella y mi madre sí que la ve así que algo sé. Así que mi sorpresa fue bastante enorme cuando me enteré de que se deshacían de ella. Las razones que dieron no es que me convenciesen: que querían despedirse de ella en el punto álgido y no cuando empezase a flojear, lo que yo traduzco en: “no tiene suficiente audiencia”. Y, las audiencias, aunque para las cadenas es algo de vital importancia, han cambiado. Ya la gente no ve la tele, sino que ve las series por streaming en internet para evitar los anuncios, por lo que medir las audiencias ya no es exacto y deberían buscar otra forma de medirlas que fuese algo más precisa. Pero bueno, eso no lo han pensado.
Y lo peor del caso es que me temo que algo parecido le vaya a suceder a El Ministerio del Tiempo y, a Allí Abajo ya no le doy más de tres temporadas. Una pena, porque las ficciones españolas últimamente están mejorando muchísimo y estas tres, junto a Velvet, son grandes ejemplos de ello. Solo espero no tener que decirlas adiós aun a todas.
Y vosotros, ¿qué opináis sobre la emisión de series en España? ¿Os gustaría que cambiaran algunas cosas a la hora de ofrecernos las ficciones nacionales y extranjeras? ¡Espero vuestros comentarios y nos vemos la semana que viene para hablar de Pretty Little Liars! ¡Hasta la próxima allscreeners!
Post de Naiara Salinas La segunda temporada de El Ministerio del Tiempo nos dejó hace lo suyo y aún estamos a la espera de que se confirme si habrá renovación o no (cruzo los dedos). Si hay algo que hace especial a esta serie es que junta personajes ficticios de diferentes épocas con otros que verdaderamente existieron y que hoy en día se estudian en el colegio. Lo mejor de este cruce entre pasado y presente es la multitud de guiños que los guionistas aprovechan para colar (y conceder, de paso, cierta libertad para bromear). Hoy me apetece recordar esos easter eggs aludiendo a los personajes históricos cuya adaptación y trama más me han gustado, clasificándolos en tres grupos. Monarcas y gobernadores Conquistadores, reyes de las Españas, invasores… Tanto hombres como mujeres han protagonizado diferentes episodios y casi siempre metidos en problemas. A algunos (y no miro a nadie) se les subió el poder demasiado a la cabeza; otros quisieron jugar con su cameo al despiste, y algún que otro nos dio una sorpresa. Ellos son: Napoleón Bonaparte Apareció en el capítulo de la segunda temporada titulado “El monasterio del tiempo”, interpretado por Fernando Cayo. Su trama se ambientaba en la navidad de 1808, cuando Bonaparte pasó la noche en el monasterio de Santa Clara de Tordesillas, donde tres prisioneros habían de ser ejecutados. Uno de ellos era Rodolfo Suárez, antepasado del futuro presidente de España y símbolo de nuestra democracia, Adolfo Suárez. La historia determina que una abadesa defendió a los prisioneros y consiguió que se les perdonara, pero lo que aconteció en este capítulo (algo que todavía no me explico) es que esa mujer murió antes de tiempo y el Ministerio tuvo que enviar a Amelia y Pacino en compañía de Angustias para sustituirla. Fue uno de los capítulos más divertidos, porque Angustias es un personaje con el que te ríes mucho, pero Pacino haciendo de cura no tuvo parangón tampoco. De hecho las mejores escenas son las de ellos dos, que además fueron los que tuvieron mayor acceso al mariscal francés, que confesó ser gay (a lo mejor fui yo la única que se hizo la sorprendida, pero sí, me quedé como “LOL”). Estamos tan acostumbrados a ver al Napoleón emperador, regio y conquistador, que ya era hora de que alguien lo humanizara, y, mira por dónde, el gabacho no solo esconde un secreto sino que además es gracioso y todo. Genera cierta simpatía, y eso que a mí nunca me ha caído especialmente bien. En el siguiente video podéis disfrutar de algunos momentos suyos. Isabel la Católica Cuando anunciaron el cameo de Michelle Jenner como el personaje que la ha condecorado en TVE, todo el mundo esperaba un guiño en relación con Rodolfo Sancho, que en la serie Isabel interpretaba a su esposo, el rey Fernando. Los guionistas no se hicieron de rogar y el primero comentario que soltó Julián nada más ver a la reina fue “Juraría que la conozco de algo”. Jenner tiene su trayectoria en la piel de este personaje histórico, así que en principio nadie esperaba que ofreciera algo nuevo en cuanto a interpretación. El giro cojonudo estuvo en convertirla en creadora del Ministerio del Tiempo gracias al Libro de las puertas, un regalo de un rabino a quien prometió protección y, según la historia, nunca cumplió. Por eso el trío conformado por Julián, Amelia y Alonso tuvo que viajar a esa época para salvar al rabino y evitar que siglos más tarde el abogado de sus descendientes indemnizara al Ministerio por permitir la muerte del hombre.
Felipe II El rey “prudente” que murió en el Escorial la lío parda en el 2x13 (último episodio emitido) al querer evitar que su Armada Invencible perdiera contra los ingleses. Se saltó la ley impuesta por Isabel y viajó por el tiempo para cambiar la historia, aunque se le cruzó alguna fecha y acabó en nuestro siglo, donde tras quedar traumatizado de por vida por lo que le contó Salvador, decidió radicalizarse aún más todavía e hizo un barrido completo de la historia española (un mundo donde los catalanes y los vascos logran independizarse y donde aún hay Inquisición. Que Dios nos pille confesados). Por lo demás, fue un capitulazo, en especial por la reflexión final del rey en su lecho de muerte, que afirmó no haber tenido muchos momentos felices en la vida.
Hitler y CIA Este individuo no realizó más que un cameo en “Cómo se reescribe el tiempo”, aunque uno de sus hombres, Heinrich Himmler (líder de las SS) provocó mucho dolor de cabeza a la patrulla al tratar de hacerse con una de las puertas del tiempo para cambiar la historia a favor de Alemania, en una fecha en la que Franco y Hitler debían reunirse para establecer si España entraba en la guerra para apoyar al dictador. Por suerte, esto al final no sucedió, pero hubiera sido un mazazo emocional. La Segunda Guerra Mundial es uno de los periodos que más a gusto he estudiado en mi vida, tanto por mi interés personal como por la cantidad de libros leídos y películas vistas ambientados en él, de manera que el planteamiento de este episodio me llamó la atención desde el principio. Hoy en día lamentamos aquel acontecimiento pero por suerte, como bien nos muestra Irene, solo quedó en eso. La cosa hubiera podido ser mucho peor si España se hubiera metido en medio. Artistas y literatos Pintores, escritores, cineastas… La historia incluye también la cultura (de hecho, es cultura), de modo que una serie como esta no puede dejar de lado el patrimonio que los creadores han brindado a la humanidad. A menudo las tramas de estos individuos son las más complejas por cuanto que están más desarrolladas y juegan mucho con el vínculo existente entre la obra y el creador. Si hay un momento ideal para ser friki es cuando estos personajes hacen su aparición y podemos recitar sus versos, aludir a sus cuadros, hacer juegos de palabras… El arte llama al arte… de la invención. Diego Velázquez No solo es uno de los mejores pintores que ha dado nuestro país, sino también un infiltrado en el Ministerio, de manera que estamos acostumbrados a verlo más que a ningún otro. Su especialidad: dibujar retratos robots. Es de gran ayuda para identificar al personal, pero de vez en cuando le dan algo más de protagonismo y le permiten acompañar a los héroes en sus aventuras. Lo curioso es que todavía no ha completado su ciclo de pintor y debe compaginar su labor en el Ministerio con su creatividad, a la que está obligado para no echar a perder la historia del arte (y nadie como él sabe lo peligroso que es eso). Para mí es uno de los personajes más carismáticos y simpáticos de la serie, sobre todo cuando hace referencia a sus cuadros. Lope de Vega Uno de los más queridos, tanto que repitió aparición en la segunda temporada como contrapartida a Cervantes, que “rivalizaba” con él en teatro (ciertamente la patrulla decidió convocarlo para que el escritor se centrara en lo suyo, que era la novela). El Lope de El Ministerio del Tiempo es un mujeriego, un bribón y un gallito, pero a la hora de la verdad demuestra tener principios y nada nos gusta más que dar ese aire al considerado como el dramaturgo español del Siglo de Oro por excelencia. Justamente estaba alistado para la Armada Invencible de Felipe II, pero consiguieron evitar que zarpara en ese navío (hay que ver lo pequeña que es la historia, ¿eh?). ¿No habría estado bien un encuentro entre Lope y Felipe II? Aprovechando que los dos tienen sus respectivos capítulos. Desde “Tiempo de gloria” le une una amistad profunda con Amelia, su fan número uno, y eso pone de los nervios a Julián y posiblemente también a Pacino. Lope no duda de sí mismo ni de su capacidad creativa, que emplea para ligar. Una de las mejores escenas de este personaje es esta que os añado a continuación: Miguel de Cervantes Si hablamos de Fulano hablamos también de Mengano. El episodio “Tiempo de hidalgos” de la segunda temporada fue muy esperado por tratarse de un homenaje al autor en el 400ª aniversario de su muerte, junto a la de Shakespeare (lo que se conoce como “efeméride”). Fue un capítulo lleno de guiños, aunque Cervantes lo pasó fatal al comienzo por no poder vivir de lo que quería, que era el teatro. Pacino, Amelia y Alonso se convertían en actores de Los baños de Argel, hoy considerada clásico, en esos tiempos repudiada por el público. Cuando encima el gran Lope de Vega se mete en medio ya no hay nada que hacer, se acabó. Teniendo en cuenta la fama de la que goza hoy en día, fue conmovedor ver a Miguel desmoronándose y perdiendo la fe como creador, algo que sin duda les sucede a muchos escritores que terminan frustrados. Hasta que no llegó a los cincuenta años, el pobre no vio un libro publicado. Eso es esmero y lo demás son tonterías. Aunque un poco de trampa para motivar al hombre tampoco viene mal. Federico García Lorca y la generación del 27 Él es sin duda mi favorito de entre todas las encarnaciones habidas y por haber. Primero, porque el parecido del actor con el personaje sigue siendo impresionante a día de hoy; segundo, porque combina el misticismo y el folklore de su obra con la realidad. El Federico de la serie es tan sensible que ve lo que los demás ignoran y comprende y capta detalles que a otros les pasan desapercibidos. Fue el personaje más complejo y misterioso (creo que en parte eso se debe al propio misterio que rodea su vida más allá de la literatura, en especial en lo que se refiere a las circunstancias de su muerte) y el más fielmente reflejado. Ángel Ruiz, quien le dio vida (un pamplonica, madre mía, qué orgullosa me sentí al saberlo), hizo un excelentísimo trabajo, de postrarme a sus pies y hacerle la ola. ¿Y el acento? Sublime. Fue perfecto. Y para que os alegreis más, sabed que le dieron un premio por este papel (faltaría más). Pero no vino solo. “La leyenda del tiempo” continúa siendo mi capítulo favorito por centrarse en la generación del 27, que siempre me ha servido de referente y de inspiración (de pequeña me gustaba fantasear con que yo era descendiente de Pedro Salinas, por apellidarnos igual y eso) y porque trasladó a los protagonistas a la famosa Residencia de Estudiantes (visita obligatoria para los de letras), donde no solo se congregaron poetas y dramaturgos sino también pintores como Dalí, cineastas como Buñuel, actrices como Rosita Díez Gimeno… Fue un excelente crossover de personajes que estaban en sus años mozos. Me lo pasé estupendamente. Y ellos también, aquí tenéis la prueba.
Pablo Picasso El joven pintor cubista fue a París a estudiar y con el tiempo se convirtió en todo un artista. Uno de sus famosos cuadros, el Guernica, protagonizó “Cualquier tiempo pasado”, en el que se produjeron complicaciones para traerlo a España (donde actualmente decora el Museo del Prado) desde Estados Unidos. El trío protagonista tuvo primero que viajar a 1899 para conseguir la firma del pintor y falsificar el recibo del encargo, y luego a 1981, para evitar que la pintura se quedara en suelo americano. Esta aventura nos brindó la oportunidad de conocer al Pablo estudiante que todavía estaba en plena formación, un muchacho con mucho sentido del arte y las ideas aparentemente claras. Siempre mola cuando nos ofrecen las versiones jóvenes de los famosos, cuando aún se están forjando y están llenos de ilusiones y objetivos. Esta escena con Velázquez merece cinco estrellas por lo divertida e interesante que resulta. Harry Houdini Es “tiempo de magia” gracias a la resurrección de Harry Potter con una obra de teatro que está al caer, un nuevo libro y una nueva película que verá la luz en otoño de este año. Pero antes que Potter hubo otro Harry, y este estaba obsesionado con el espiritismo. Tras llevarse un chasco con la mujer farsante de Arthur Conan Doyle (sí, el que escribió Las aventuras de Sherlock Holmes), Houdini pretendió desenmascarar a todo aquel que se atreviese a jugar con materia sensible. Hasta que un joven llegó a afirmar que tenía rayos X en los ojos. Este hombre era en realidad agente del Ministerio y, por temor a que fuera capaz de poner en peligro el secreto de la agencia solo para demostrar a Houdini que era poderoso, la patrulla hizo una visita al Nueva York de la primera década del siglo XX para impedirlo. Este Houdini nos mostró su oscuro secreto más allá del ilusionismo y el escapismo, su manía y una cara más bien desconocida para la mayoría. También fue un capítulo admirable por los trucos de magia, que siempre me han gustado. ¿Dónde queda la ilusión y dónde la realidad? Su relato en boca de Amelia merece ser escuchado: Leyendas vivas No solo esta serie es capaz de devolver a la vida a personajes históricos sino que además rescata a otros de leyenda de los que a veces se pone en duda su existencia, pues han llegado a nuestros días en forma de obra ficticia. El Lazarillo de Tormes Cuán fue mi sorpresa y la de muchos más espectadores al conocer en persona al mismísimo Lázaro de Tormes en “Tiempo de pícaros” (sí, lo sé, por el título debería haber sospechado algo), el pequeño héroe de la novela picaresca. La patrulla no viajó a su época por él, sino por un prófugo, pero una vez tuvo lugar el encuentro las cosas fueron a peor y tuvieron que cambiar de planes para salvar al personaje, que al final resultó ser el autor de su propia historia. Una teoría interesante para uno de los grandes misterios de la literatura. Lo mejor fue el recuerdo de la escena con el ciego, mítica, así como la referencia a los orígenes de Lázaro y el momento en el que este fue presentado a su primer amo. El Cid Rodrigo Díaz de Vivar es un farsante, nunca existió como tal, cuentan los guionistas. O sería más correcto decir que existió por muy poco tiempo. Y la culpa fue de un cámara que osó distraerlo en pleno combate. Eso obligó a que cierto agente del Ministerio ocupara su lugar para hacer honor a la leyenda y evitar que se perdiese por el camino. “Tiempo de leyenda” fue el capítulo de estreno de la segunda temporada y en ella vimos a Alonso más admirador que nunca (el Cid es para él lo que Lope para Amelia). La misión era descubrir por qué el ADN encontrado entre los restos Cid no se correspondía con el auténtico y la sorpresa fue evidente. Tal vez Rodrigo no fuera Rodrigo realmente, pero hizo muy bien su papel y lo mejoró para convertirse en el héroe castellano y el esposo al que alabaron los trovadores. Y Alonso tuvo la oportunidad de montar en su caballo y vestir su armadura. Jordi Hurtado Jejeje, esta es una pequeña broma que me he permitido colar. Todos conocemos a este hombre como el más longevo de la historia de la televisión. Mi padre era joven cuando este empezó a presentar Saber y ganar, para que os hagáis una idea. Para mí hace tiempo que adquirió la categoría de leyenda viva y en la serie nos confiesan que el secreto de su inmortalidad son las puertas del tiempo, pues sí, es otro agente más del Ministerio. Le vimos primero en “La leyenda del tiempo” y luego volvió a aparecer en “Cambio de tiempo”. Seguro que se lo pasaron muy bien con el chiste. Así que en resumen, mi top 5 de entre todos estos que he mencionado quedaría en:
1. Lorca 2. Lope de Vega 3. Velázquez 4. Lázaro de Tormes 5. Cervantes ¿Coincido con vosotros? Post de Naiara SalinasHacía tiempo que no veía una serie tan motivadora e inspiradora dentro de la parrilla española, en concreto desde Pulseras Rojas. Y no es que no encuentre esos ingredientes en otros productos nacionales, faltaría más (series como El Ministerio del Tiempo me vuelven loca, ya lo sabéis), pero Cataluña una vez más me ha sorprendido. El miércoles pasado llegó a nuestras pantallas Merlí, una serie que ya muchos definen como la House de la educación debido a su protagonista, un excéntrico y rebelde profesor de filosofía que decide educar a sus alumnos usando métodos poco convencionales. La premisa ya en sí es interesante, pero ¿y si supierais toda la historia que rodea a los personajes de esta ficción? Conozcamoslos a todos (ALERTA, LOS SIGUIENTES EPÍGRAFES PUEDEN CONTENER ALGUNOS SPOILERS) El maestroMerlí Bergeron se nos presenta al principio de la serie como un hombre divorciado que no tiene donde caerse muerto y vive con su madre. Su objetivo vital se transforma un poco cuando su hijo adolescente, Bruno, se muda con él al marcharse su madre al extranjero. Teniendo otra boca que alimentar, Merlí decide retomar su vocación filosófica trasladando sus conocimientos al aula de bachillerato en un instituto donde justo estudia su retoño. Y en cuanto llega, ya empieza a liarla: humano rudo y sincero como él solo, se expresa con todo su desparpajo, sin eufemismos, llama a las cosas por su nombre y se salta las normas. Entre el profesorado hay quien le coge cierta tirria, pero en la clase resulta querido y admirado. Y es que no hay muchos profesores como Merlí, que con cincuenta y cinco años es todo un pozo de sabiduría y consejo para los jóvenes, de quienes conserva la vitalidad y las ganas de pasarlo bien (y prueba de ello es la activa vida sexual del tipo, que, sin ir más lejos, ya empieza desde el primer capítulo a acostarse con la mujer de un amigo de la familia, ouch). Los alumnosTodos componen una piña donde no falta el típico payaso, el chulito de turno, la chica sexy y avispada, la dulce, el chico tímido, etc. Pero detrás de la máscara que proyecta cada uno, hay historias serias en las que Merlí tendrá algún tipo de influencia (siempre para mejor, claro). Por ejemplo, el propio Bruno. Un chaval que se ve obligado a aguantar a un padre con el que apenas tiene relación tanto fuera como dentro del aula. La convivencia no es fácil, y menos cuando es tu progenitor el que va llamando la atención por todo el centro educativo con sus métodos poco ortodoxos, cuando todo lo que quieres es ser lo más discreto posible. Vergüenza, irritación… Esos son los sentimientos que muestra Bruno al comienzo de la serie, donde está en continua guerrilla con Merlí. Pero como todo adolescente, Bruno esconde un secreto que ni siquiera ha mencionado a su padre: es homosexual y está enamorado de Pol. Solo su mejor amiga, Tania, lo sabe, aunque ¿por cuánto tiempo seguirá siendo eso un secreto? A continuación tenemos a una pareja muy popular: Berta y Pol. Ella quiere sentirse querida y es capaz de todo por llamar la atención de un novio que cada vez se le escurre más de las manos, incluso de mentir afirmando que está embarazada. Un farol que no dura mucho, por supuesto. ¿Cómo acabarán las cosas para estos dos? Él es el chulo, el guaperas, el admirado… pero para nada el típico niño de mamá. Es más, ni la tiene. Al principio se enfrenta a Bruno, pero luego comprende que en el fondo no son tan diferentes. Todos necesitan un hombro donde llorar. ¿Y qué hay de los graciosillos? Aquí entran Gerard y Marc. El primero es un enamoradizo, el clásico de “culo veo, culo quiero”, pero nunca es correspondido. Esa falta de suerte en el amor le lleva a caer en medidas desesperadas, como pedirle consejos a su profesor. Está seguro que de con Merlí la cosa va a cambiar, de que él le abrirá nuevas puertas. Con razón se convierte en fanboy del hombre, hasta el punto de soltar la frase estrella de la publicidad de la serie: “Quiero más Merlí”. Anda que no vende eso… Por otra parte, Marc es un genio del teatro. En realidad, todos los alumnos, en mayor o menor medida, tienen un punto creativo en su interior, pero Marc lleva su actividad más allá de las clases. Es amigo de todos, responsable, toca la guitarra y liga con las chicas recitando a Shakespeare. Y también es el mayor apoyo de Gerard cuando es rechazado por el otro sexo. Sin duda, este dúo es mi favorito de la serie. Os lo harán pasar muy bien. Y junto a ellos está el tímido Joan, otro chaval al que la inspiración de Merlí le viene que ni pintado, ya que no se puede decir que el chico piense por sí mismo. Es Don Perfecto: amable, educado y empollón. Hasta aquí vemos que este es un grupo simpático para Merlí, pero como en todas partes, siempre hay una oveja negra, y en este caso esta permanece recluida en su casa. Hablo, por supuesto, de Iván, un chico aquejado de agorafobia que vive casi como un vagabundo sin salir de su habitación. En contra de las normas del instituto, Merlí asalta su casa decidido a brindar a ese muchacho la educación que merece. Para mí este es el papel más complicado. Iván resulta un tanto siniestro a ojos de sus compañeros (si le vieran, claro), un friki, que no habla, no se corta el pelo y apenas se lava la ropa. Pero a Merlí todo eso le trae sin cuidado; para él Iván es un alumno más, uno al que hay que “sacar de la caverna”. ¿Lo conseguirá? Este hombre parece capaz de obrar milagros. Tal vez no sea tan erróneo llamarle Merlín. Personajes entrañables que se te quedan grabados en la memoria e historias de todo tipo. Para mí esta serie se asemeja más a otras ficciones tipo El club de los poetas muertos. En esa mítica película de Robin Williams la literatura era la protagonista; aquí lo es la filosofía, una disciplina que está en vías de extinción en el bachillerato de nuestros días. Por eso me parece estupendo que exista una serie que reivindique el valor de los viejos filósofos y dedique un capítulo a cada uno para demostrar que sus doctrinas siguen siendo aplicables a la vida real, y más cuando eres un joven que está aprendiendo. La semana pasada conocimos la historia de los peripatéticos y recordamos el mito de la caverna de Platón. Todavía nos quedan Aristóteles, Sócrates, Hume, etc. Otras series españolas ambientadas en las aulasMerlí no es la única producción que trata la relación entre profesor y alumnado. Esta serie me ha hecho recordar otras que ya son un hito en la historia de la televisión nacional: Física o química: donde los profesores se acostaban con alumnos y viceversa. Lipdubs, drogas, violaciones, embarazos adolescentes, bullying, fiestas, desmadres, intentos de suicidio… Cantidad de dramas en esta explosión de elementos. Al salir de clase: una de las primeras en marcar tendencia, que empezó con la llegada de una nueva alumna al instituto Siete Robles. Un paso adelante: esta vez, nos trasladamos a una academia de baile tipo la de Fama, con unos profesores exigentes que a veces convertían este arte en una competición seria entre los alumnos. Pero también hubo momentos inolvidables. El internado: ¿quién no recordará las enseñanzas de Héctor, Jacinta, Martín y Rebeca? Cuatro profes buenos en un lugar donde todos ocultaban cosas y todos llevaban una doble vida. Con más de la mitad del claustro echado a perder al final de la serie, por no hablar de los alumnos que fueron dejando la Laguna Negra por el camino, es un milagro que quedara espacio para la educación. Compañeros: drama social y comedia en la línea de Al salir de clase. La diferencia es que esta fue producida por Antena 3. Cambio de clase: serie emitida en Disney Channel, totalmente infantil y cómica que suponía la versión española de Salvados por la campana. Muy pocos profesores se dejaron ver en ese pasillo tras una ventana (de hecho no recuerdo haber visto ninguno), pero a los alumnos bien fichados les tuvimos. La pecera de Eva: la más parecida a Merlí, por cuanto que trataba de una psicóloga, Eva, que acogía a los alumnos en su consulta para resolver sus dudas y problemas, al mismo tiempo que nos mostraba su vida personal. En resumen, recomiendo totalmente que os abráis a esta ficción. No solo la disfrutaréis sino que además aprenderéis buenos lemas de vida de la mano de varios filósofos.
Post de Naiara Salinas El jueves pasado fue un día de celebración para TVE, pues su serie más longeva y emblemática cumplió los 300 capítulos, lo que supone no solo una demostración del triunfo de esta ficción, sino también de su trascendencia, al haber alcanzado a más de una generación. Y es que, pese a empezar contando la época en la que vivieron nuestros padres y abuelos, los protagonistas de Cuéntame han ido creciendo a la par que nosotros y es muy difícil no haberse encariñado con esos chavales a estas alturas, pues, aunque supuestamente mayores que nosotros en el año actual, en la ficción atraviesan las mismas vicisitudes, las mismas incertidumbres, los mismos vaivenes… que el común juvenil de hoy. Los Alcántara son el reflejo de muchas familias españolas que directa o indirectamente han sido y son testigos de algunos de los momentos históricos más importantes del país. Han vivido la dictadura, el estreno de las primeras películas eróticas, el 23-F, la crisis, la drogadicción, el barullo en la plaza de toros de Pamplona en pleno San Fermín, ETA, etc. Y por el tiempo que llevan con nosotros, he decidido rendirles un homenaje en forma de ránking de algunas tramas y escenas potentes de entre las que recuerda mi memoria (porque la serie es tan larga que he sufrido continuas idas y venidas): 1. Cuando Carlos y Karina eran la pareja del siglo Esto fue hace tiempo, pero me marcó tanto que espero con sinceridad que se repita, y es que la forma en la que rompieron estos dos por culpa de las malmeteduras de Felipe no tiene perdón. Eran súper entrañables y estaban hechos el uno para el otro. Ahora siguen llevando una relación estupenda como grandes amigos y compañeros de piso (lo cual es todo un logro. No siempre es fácil convivir con un ex), pero ¿a quién no se le cuela de vez en cuando algo de nostalgia por los viejos tiempos? Sobre todo cuando se demuestra que en los peores momentos Carlos lo da todo por Karina y Karina, por Carlos (ejemplo: cuando el novio de la madre de Karina la acosaba, cuando ella trató de suicidarse por drogas y Carlos fue quien la llevó al hospital…). 2. El regreso de Inés Drama donde quiera que los haya, la vuelta de la hija mayor de los Alcántara supuso uno más para esta familia. Ella era la artista, la bohemia, la que soñaba con los escenarios… y la que se dejó embaucar. Por el mundo de los negocios entre bastidores y por la droga. Veíamos a Toni ejercer de hermano mayor y mejor amigo al mismo tiempo, intentando apoyarla, pero al final uno no se hace responsable de las decisiones de los demás. Por suerte Inés mejoró y a partir de entonces los sustos fueron de otro tipo. El regreso de este personaje no fue una cosa al azar, desde luego, y ayudó a volver a introducirlo para las generaciones de ahora, que ya no pueden imaginarse a los Alcántara sin su hija mayor. Pero más aún, nos gusta porque gracias a ellas podemos explorar más el mundo de la actuación en la España de los años 80 (las relaciones entre artistas, los contratos, los rodajes, los programas especiales…). La de historia del cine, teatro y la tele que nos hubiéramos perdido de no ser por ella. 3. Carlos prisionero Aquella fue la temporada más tensa, vaya si la recuerdo bien. Saber que nuestro narrador estaba en la cárcel por encubrir a Karina mientras Felipe salía indemne fue demasiado para mi espíritu justiciero. El buenazo de Carlos, siempre ayudando a sus amigos, pagó el plato por enésima vez. Solo, sin amigos, en un criadero de ratas, con su vida en peligro todos los días… Menos mal que tenía a un abogado como su hermano Toni de su parte. Aun así, el momento que nos hizo pasar con esa puñalada fue terrible (y para su familia también. Qué disgusto tenía la pobre Merche).
4. Muertes sonadas Doy fe de que una de las más graves fue la de Desi la pasada temporada. Un personaje que llevaba desde los inicios de la serie dando caña, siempre metiendo en líos a Antonio tanto como sacándole de ellos. El padrastro de Josete, el cómico, el mejor amigo. No solo fue una gran pérdida en la ficción sino también en la realidad. Es difícil no olvidar las emotivas palabras que le dedicó el patriarca de los Alcántara. Por detrás de él, la muerte de Eugenio, el padre de Oriol, también fue todo un shock emocional.
5. El cáncer de Merche Otro momento dramático que nos enseñó una vez más lo unida que está esta familia y lo coraje que es esta madre. Quiso mantenerlo en secreto, pero al final como mejor se supera una enfermedad de este calibre es con el apoyo de los que más quieres. 6. Una carrera de escritor Pero que no se diga que solo hay drama en esta serie, que también nos ha dejado buenos momentos. Estamos en una época en la que los jóvenes desarrollan más que nunca su talento artístico, y Carlos, pese a abandonar la carrera de Filología, no dejó nunca el mundo de las letras. Se la han jugado varias veces en este campo, pero también nos hemos alegrado mucho por él. Al parecer es tan bueno que me extraña que TVE no haya decidido aprovecharse y mandar editar un libro como si estuviera escrito por el propio Carlos (seguro que enseguida tendría éxito). Lo que es seguro es que, cuando termine la serie, nos daremos cuenta de que hemos estado viendo en primicia el mayor best-seller de este joven autor. Sus amigos y familiares ya son conscientes del genio letrista y con eso, a mí me basta. 7. El incendio en Alcalá 20 Y tras lo bueno, otra vez lo malo. Sin duda en la lista de momentos traumáticos de Cuéntame este se sitúa en el top 5. Uno de los incendios más devastadores de la historia de la capital, el caos juvenil más polémico antes de la llegada del Madrid Arena. Lo que empezó siendo una estupenda noche donde nuestros chicos bebían, bailaban y reían (e incluso Toni tenía algún acercamiento con Karina) se convirtió en un horror que desató el pánico. Los espectadores temimos más por la vida de Karina que nunca, y las secuelas duraron en la siguiente temporada. Por cierto, la actuación: brillante.
8. Toni y sus desventuras periodísticas (+ último adiós) A los Alcántara les encanta meterse en problemas y podría pasarme horas y horas enumerándolos y aun así me quedaría corta, pero dediquemos un segundo a hablar del primogénito. A Toni le persigue una doble afición que tiene mucho que ver con la justicia: por un lado como abogado defensor de las causas nobles y justas y, por otro, como reportero en busca de la verdad. Esa verdad en concreto le ha llevado a tener muchos altercados con ETA, la mafia y demás. ¿Os acordáis de cuando estuvo atrapado en el 23F? ¿Y el viaje que se marcaron sus padres a Marruecos para identificar un cadáver que resultó (gracias al cielo) no ser el suyo? Pues esta faceta heroica parece que ha llegado a su fin tras catorce años. Nuestro Toni se despide para no volver y, como afirma Pablo Rivero, lo hace de modo agridulce. Así es como ha repasado el actor la evolución de su personaje. Le echaremos de menos, snif. 9. Las travesuras de la benjamina María ha cambiado de cara tantas veces que directamente ya no se la pongo. Es broma, cómo no olvidarse de esa niña que vuelve loca a todo el mundo con sus ocurrencias. Pero es que los niños son así, y María gusta y no gusta en general porque aún está aprendiendo a espabilar y a no dejarse llevar por el medio, como cuando sus amigas y ella acordaron suspender y repetir curso para seguir juntas, pese a que ella se había pasado todo el verano estudiando. MAL, María, MUY MAL. En temas académicos, la amistad a un lado y el futuro por delante (buf, sé que suena egoísta, pero después de ver a la amiga china traicionando de forma vil a las otras dos, me dieron ganas de darles una colleja con el manual). Pero poco a poco le va tocando crecer, y esta es una de sus mejores escenas: 10. Herminia La abuela es toda una joya. Se le quiere por lo oportuna que es y porque todos tenemos o hemos tenido una nana a la que mimábamos tanto como la familia a ella. Herminia es toda una señora, todo dulzura. Parece débil pero lleva sobreviviendo cuatro generaciones Alcántara. Yo lo tengo claro: les va a enterrar a todos.
Otros momentos: la relación de Miguel y Paquita, que es muy de risa (esta chica a mí me encanta), las novias de Carlos (desde Karina, lo siento, pero ninguna ha vuelto a darle esa ilusión romántica. Con todas se ha llevado disgustos), los trabajos de Antonio (que si la imprenta, que si político, que si las banderas, que si la bodega… Este hombre lo intenta todo con tal de no volver a la crisis por la que se tuvieron que mudar al pueblo otra vez), el drama de la heroína en San Genaro, sobre todo con Luis; el casi divorcio de Antonio y Merche, y cuando Carlos regentaba el bar, más el grupo musical de sus amigos. ¡Qué sería de la vida sin música!
Tras esto solo me queda decir: ¡¡¡¡FELICES 300 CAPÍTULOS, GENTE DE SAN GENARO!!!! Y que sigáis con nosotros hasta que Carlos sea mayor, please (yo al menos quiero oír la historia entera).
Post de Naiara Salinas
Misterio, aventuras, viajes en el tiempo, historia, romance, ironía, humor y originalidad. Estos son los ingredientes que componen El ministerio del tiempo, probablemente el estreno español más esperado del año, tan esperado, que hasta TVE organizó el pasado jueves una premiere en la Gran Vía de Madrid, donde asistió todo el reparto, productores, directores y, sobre todo, docenas de fans. En dicho evento, los espectadores tuvieron la oportunidad de ver en primicia, en unas condiciones de lo más cineastas, el primer capítulo de la nueva temporada, esa por la que los ministéricos luchamos a base de voces a TVE (y luego no la querían renovar… Lo que se hubieran perdido de haber seguido en ese plan). Hasta Hitler montó el pollo:
De hecho, como prueba del amor del público por esta gran ficción, traigo para vosotros, amados lectores, una colecta de tweets que ejemplifican mi estado de ánimo (y el de más españoles), la noche del pasado lunes.
¿¿Pero qué es esto?? No recuerdo una serie que levantara tal movimiento fan desde… desde… ¿El internado? Y es que si algo tiene este Ministerio es que nos ofrece un recorrido por nuestra propia historia, lidiando con todos aquellos personajes, escritores, pintores, gobernadores, etc., que estudiamos en nuestros días. Incluso José Mota le ha dado caña con sus sketches (en el buen sentido, claro):
La primera temporada ya empezó con buen pie jugando con los acontecimientos en torno a Lope de Vega, Pablo Picasso, la reina Isabel, Federico García Lorca, Buñuel, Dalí, etc. Traiciones, segundas intrigas, la moral del viajero del tiempo… Pero lejos de explicarme con palabras, prefiero que lo veáis en imágenes (hoy ellas tienen el protagonismo, os lo puedo asegurar). Esto es lo que nos contó el comienzo de la serie:
Una creación bastante completa, que ha reiniciado el buen camino con el estreno de esta segunda temporada, de la que pasaré a hablar a continuación (cuelgo el cartel de ALERTA SPOILERS):
Tiempo de leyenda se titula el episodio (casi igual que nuestro blog, je) y sobre una leyenda debía tratar: el Cid Campeador, guerrero, héroe… y estafador. Vayamos por partes.
Empezamos con una escena de combate en pleno medievo. Un fiero guerrero contra varios enemigos. Los observan dos hombres y uno lleva una cámara… Un momento, ¿¿WTF?? ¿Una cámara? ¿Pero tú eres burro, zopenco? ¿Cómo se te ocurre traer una cámara al pasado y esconderte entre la maleza para filmar una pelea que promete acabar en sangre? Oh, ¿y encima me distraes al combatiente… y encima logras que lo maten? Oh, estupendo, y ahora resulta que es el Cid. Ole, viva la inteligencia humana, así que vas y te descubres ante el Cid con una cámara para conseguir que le maten por distracción y luego lo rematas disparando al otro con una pistola en plena Edad Media. ¡¡Di que sí!! Esto hoy en día merecería el despido inmediato. Perfecto, siglos de historia cargados por una chorrimemez. Aplausos. Mientras tanto, ¿qué es del futuro, es decir, el presente? Amelia y Alonso se reencuentran con su compañero Julián, al que, en una trama aparte, han permitido pasar un tiempo de duelo por la muerte de su mujer. El hombre vuelve más dispuesto que nunca a colaborar y con nuevo look (muy guapo, por cierto. Amelia bien que lo sabe, jeje). Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y en realidad el jefe se reserva a Julián para más adelante. Hablando de Salvador… Se reúne con la intermediaria entre el Ministerio y la presidente del Gobierno, pero…, dado los tiempos en que vivimos, ¿cuál de ellos? Tenía que preguntarlo, sorry (badum tsss). Por cierto, muy grande la frase: “A alguien podría ocurrírsele hacer una serie absurda sobre este Ministerio. Es que se me revuelven las tripas”. Humor bien clavado, guionistas. Mientras estos dos arreglan sus asuntos, vemos a Amelia y a Julián muy contentos en el bar, compartiendo anécdotas, palabras… Pero qué tiernos, ya no es ningún misterio ese sentimiento tan bonito ;)
Por fin el jefe llama al dueto (Julián está de baja otra vez) y les da la misión: el ADN del Cid ya no es el mismo que tenían cuando lo recogieron de pequeño. Pero la pregunta no es cómo se les ocurrió tal cosa, sino qué diantre es el ADN. Que Alonso lo pregunte lo podemos entender hasta cierto punto, pero ¿Amelia? En fin, muy divertida esta escena. Y el temita va a tener chistes para rato durante el capítulo.
Ir a la Edad Media y verificar la identidad del Cid es la misión de nuestros protagonistas, pero con la baja de Julián necesitan a alguien para completar el trío, y Salva elige… a Ambrosio Spinola (con más aspecto del Quijote que de Spinola, pero bueno). Una vez allí, nosotros, que hemos visto cómo unos idiotas, ejem, se cargan al personaje, esperamos que nuestros héroes se encuentren con un cadáver y tengan que recomponer la historia, pero en realidad… no es así. ¿El Cid tiene nueva cara? Amelia desconfía en cuanto el extraño les invita a cenar y les empieza a recitar fragmentos del romance. Alonso acosa al guerrero con preguntas como buen fan y Spinola… es Spinola (llegados a este punto tenemos dos bandos: chicos contra Amelia. Adivinad quién gana).
Las sospechas de Amelia encuentran su fundamento cuando descubre unas fotos que nada tienen que ver con la época ni con la cámara espía que filmó el combate (algo se podría aprovechar del material, digo yo). La mujer se acuesta con muchas dudas y, ais, cómo se nota que piensa en Julián, que enseguida lo vemos abrir los ojos de su propio sueño en el presente. Salvador tiene una charla con él después de que recaiga e intente usar las puertas del Ministerio para volver a ver a su mujer. Le da un discurso moralizante sobre superar el pasado y luego lo mete en la enfermería del centro a trabajar. Y entre bambalinas y bambilones, se codea con algunos grandes como Blasco Ibáñez:
Volviendo al pasado, gracias a Amelia la mentira del Cid no dura eternamente, sobre todo cuando descubre que una de las fotos está sacada en la sede del Ministerio. Hummm, interesante. Lo malo es que considera que Jimena, la esposa de Rodrigo, está de su parte y… va a ser que en principio no tanto.
El famoso Cid en realidad es Rogelio Buendía, el aspirante a cineasta que la cagó totalmente al principio del capítulo y que se revela como parte del Ministerio del Tiempo, de una brigada de 1980. La cosa es que nuestro amigo se metió en el embrollo por culpa de un director americano que quería filmar una película sobre el Cid y carecía de datos suficientes (anda que compararlo con Cristóbal Colón…). Por favor, no os perdáis la contestación del que era director del Ministerio por aquel entonces:
Rogelio intenta conseguir las imágenes documentales que le piden y después de cagarla… toma la drástica decisión de abandonar a su familia para convertirse en el Cid campeador. Bien por él.
Jimena también confiesa haber descubierto hace tiempo el engaño, pero no dijo nada porque aquel era el marido que había soñado y temía perderlo. Justo cuando le dice a Amelia algo como “Él no morirá”, aparece Rogelio todo ensangrentado, a pocas horas de su batalla clave. Mientras se lamenta por no cumplir con la historia, Alonso decide ponerse el traje serio de fanboy y sustituye al Cid liderando las tropas. Momento épico. El pobre Rogelio muere perdonado por todos (cómo no, es el creador de la leyenda).
Misión completada, vuelta a casa. Como decía, un comienzo potente, con bastantes guiños a la historia española. Mi galería de imágenes se completa con alguna joya como la del joven disfrazado que es atendido por Julián y le cuenta que viene de ayudar a Viriato en la guerra y que se despide diciendo “Adiós, George Clooney” (en referencia a la época en la que el actor trabajaba en Urgencias, serie de su año).
¡Pero alto, no os vayáis! No todo acaba aquí. ¿Qué sería de la vida sin buenos contenidos extra? Con la serie regresan también los Archivos, donde podéis adentraros en los entresijos del rodaje, de forma muy detallada. Por no hablar de Julián, que tiene su propia historia en Tiempo de valientes, disponible en la web de RTVE.
Y ahora, sí que sí, con estas imágenes me despido y os deseo buena semana. ¡Hasta la próxima, ministéricos! Post de Rosana Rábago¡Buenos días seriéfilos! ¿Con ganas por la primera edición de la gala de los Oscars Seriéfilos? ¡Nosotras tenemos tantas que hasta hemos preparado un anuncio! Pero bueno, que me voy por las ramas. Hoy vengo a hablaros de las series españolas que regresan y así aprovecho para darle algo de caña a la sección de Series made in Spain que algo abandonadita estaba. Así que, allá voy. Que conste en acta que me gustan muchísimo más las series estadounidenses (de hecho, os aviso desde ya, el viernes que viene preparaos para mi review de Legends of Tomorrow) pero también, al igual que Naia, soy defensora de las series españolas y hoy, en concreto, vengo a hablaros de cuatro. ¿Empezamos? 1. El chiringuito de Pepe El chiringuito de Pepe está emitiendo actualmente su segunda y última temporada los lunes a las 22.30 en Telecinco (osease, hoy) En esta segunda temporada nuestro chef Sergi Roca se las tendrá que seguir viendo con Pepe Leal y su familia. Además, todos ellos acaban de descubrir que Sergi Roca es parte de su familia y esto promete traer más de un lío en lo que dure la temporada. Por si esto no fuera suficiente, tendrá que debatirse entre el amor de su ayudante de cocina, Mati (interpretada por Dafne Fernández); y la panadera del pueblo, Laura (Begoña Maestre) grandes amigas ambas enamoradas de Sergi Roca. Además, esta temporada contará con la incorporación de Dani Martinez en el papel de David “Kalifornia”, un nuevo dj que llegará levantando las pasiones del sector femenino de la serie. 2. Bajo Sospecha Esta serie volverá mañana y eso que parece que era cosa de una temporada. La primera temporada me encantó y me tuvo enganchadísima y a la segunda le daré su oportunidad pero, si os soy sincera, creo que van a cargarse la serie. Durante esta segunda temporada perdemos al personaje de Blanca Romero y en lugar de infiltrarse en un colegio tendrán que hacerlo en un hospital. Además, junto a Yon González, regresa también Lluís Homar que recupera su puesto como jefazo de la policía y, más importante, como papi en secreto de Yon. Y, más importante, tendremos reparto nuevo entre los que se encuentran Olivia Molina, Miguel Manrique o la grandísima Concha Velasco. 3. Allí Abajo ¡Nuestros Ocho apellidos vascos televisivos vuelven a partir de este miércoles 13 de enero (aunque no se sabe si ese día se hará resumen de la primera temporada o se emitirá la segunda directamente)! O lo que es lo mismo: regresan Iñaki, nuestro cocinero vasco y Carmen, la enfermera que cuidó de Maritxu durante tanto tiempo y vuelven más enamorados que nunca y con Carmen visitando Euskadi unos días, lo que promete recordar cosas tan clichés como la pandilla de Iñaki o otras mil cosas más típicas de Ocho apellidos vascos. No solo será interesante ver a estos dos en la pantalla, me muero por ver lo que sucede con el bar mientras Iñaki no esté, como la liaran Dolores y Angela como enfermeras o la relación entre Jozé y Benito. Para descubrir todo esto habrá que esperar a mañana para ver lo nuevo de Allí Abajo, pero mientras tanto, os dejamos el trailer de la nueva temporada: 4. El Ministerio del Tiempo ¡Y también vuelve la serie de TVE sobre viajes al pasado, El Ministerio del Tiempo! De ella solo sabemos que aparecerá Houdini y que Rodolfo Sancho, debido a su papel también en la ficción de Antena 3, Mar de plástico, desaparecerá unos capítulos siendo sustituido por el también actor Hugo Silva (Los hombres de Paco) que interpretará no a un personaje histórico, sino a un miembro del ministerio. Además, Silva será personaje recurrente durante toda la temporada. ¿Interesante, no? Pero estas no serán las únicas series españolas que regresen. También volverán otras como Vis a vis; Carlos, Rey Emperador; Cuéntame cómo pasó y se estrenarán series como La Embajada. ¿Cuáles veréis vosotros? ¡Hacernoslo saber en los comentarios de abajo!
Post de Naiara SalinasSabemos que España es pequeña comparada con Estados Unidos y, aunque allí los actores también acostumbran a dar saltos del cine a la televisión o viceversa, sus áreas de movimiento son considerablemente más amplias. Es posible que no entendáis a dónde quiero llegar, así que voy a ir al grano. Sabemos que hay actores que han crecido con la televisión y siguen dando guerra, de la misma forma que virtuosos del cine que se niegan a abandonar la posibilidad de obtener un Goya. El nexo de unión entre ambos estaría tal vez en el teatro, por donde han pasado y siguen pasando grandes estrellas. Otros en cambio han probado los tres mundos (y a la falta de trabajo, uno acepta cualquier oportunidad que le venga). El caso es que en nuestro país los actores no solo se “encasillan” por el tipo de pantalla a la que sirven, sino también por la cadena. Por poner un ejemplo: Paco León es un ilustre actor y director que, después de parodiar “Estrenos de cartelera” en el programa de Antena 3 Homo Zapping, ganó fama en Telecinco interpretando al Luisma en Aída, el spin off de Siete vidas. Y ahora, las películas dirigidas por él, Carmina o revienta y Carmina y amén, están producidas por Mediaset. Vamos, que se lo han comido pero bien. Y como no es el único caso y hay mucho actor evolucionado en la pequeña pantalla, me pareció interesante “medir” la trayectoria de algunos actores con mucho tirón. Los “internos” de AtresmediaTambién conocidos como Yon González, Blanca Suárez y Ana de Armas, que son de los que puedo hablar con más profundidad porque les he visto en trabajos post-El internado. Para mí siempre serán los hijos predilectos de Antena 3, y ahora veréis por qué: Tras su debut, Yon consiguió papeles en Gran Hotel y Bajo sospecha, ambas producciones de Atresmedia. Antes siquiera de El internado, participó en SMS: Sin miedo a soñar, serie de La Sexta, que, casualidad, ahora forma parte de Atresmedia. Y sus proyectos de cine tampoco se desvinculan de la cadena: tanto Torrente 4 como Perdiendo el norte llevan el sello del canal número tres. Blanca Suárez fue muy bien acogida por los productores de la serie, tanto, que la pusieron de protagonista en su hermana, El barco. También participó en Cuéntame un cuento, en el capítulo de “Blancanieves”, y revivió su historia de amor con Yon González en Perdiendo el norte. Aunque, todo hay que decirlo, la temporada pasada cambió de bando y se unió a Telecinco con Los nuestros. Aun así, para mí es hija digna de Antena 3. De Ana de Armas ciertamente no sé mucho actualmente, salvo que, igual que le sucedió a Blanca, se juntó con su ex de El internado, Yon (este zagal se las llevaba a todas), en la película Mentiras y gordas. Sin embargo, lo más “reciente” que hizo tras su debut fue participar en Hispania, interpretando a la esclava Nerea. Y dado que ha estado muy unida con otros actores de Antena 3 (Marina Salas, de El barco, como compi de trabajo y Marc Clotet, de Física o química, como pareja), está claro dónde está su corazoncito. Ah, en este grupo también se puede incluir a Luis Merlo, que trabajó previamente en Aquí no hay quien viva, Natalia Millán, que volvió en Velvet y tuvo uno de sus primeros papeles en Un paso adelante, Marta Hazas (SMS, Bandolera, Gran Hotel, Velvet y El hormiguero) y Denisse Peña, la pequeña Evelyn, que regresó a la TV con Bienvenidos al Lolita. Tíos buenos y artistas con afiliación al 3En la primera categoría caen tres actores: Mario Casas, Maxi Iglesias y Álvaro Cervantes, aunque más los dos primeros. Mario porque participó en Los hombres de Paco, El barco, SMS, Mentiras y gordas, Fuga de cerebros, Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti. Maxi porque salió en Física o química, Los protegidos, Toledo, Velvet y Mentiras y gordas (media España juvenil se ha pasado por esa película, al parecer). Y Álvaro porque aparte de acompañar a Mario en 3MSEC y TGDT, protagonizó Luna, el misterio de Calenda y El corazón del océano. Pero actualmente se ha pasado al enemigo, a través de Hermanos, Los nuestros (¡vaya! Como Blanca) y Carlos, rey emperador. En la segunda categoría tenemos a Santiago Segura, Gorka Otxoa, Daniel Áviles y Roko. El primero como colaborador de El hormiguero, concursante en Tu cara me suena, y director y protagonista de la saga Torrente. Los otros tres como parte del reparto de Vive cantando, pero sus trayectorias incluyen una nueva incorporación a Velvet para Gorka, un pasado como niño mutante en Los protegidos para Daniel y un segundo lugar en El número 1 y uno primero en Tu cara me suena para Roko. Y a todo esto, aunque empezó en Telecinco con Cámera café, no estaría de más incluir a Arturo Valls, que ha presentado Ahora caigo y participado también Tu cara me suena. Los historiadores de RTVE¿Adivináis a quién voy a mencionar aquí? ¿Alguna apuesta? Pues sí, a Rodolfo Sancho de cabeza. No solo por haber acompañado a Michelle Jenner muchas temporadas (bueno, solo tres) en Isabel, sino por gozar de aparición en Amar en tiempos revueltos y coprotagonizar La señora y El ministerio del tiempo. A él me da que le acompaña todo el reparto de Cuéntame cómo pasó, porque prácticamente el 90% de los actores ha crecido en esa serie y como mucho han participado en cine, pero el pelo en otras cadenas no se les ha visto, apenas. Y con las mismas, tenemos a los protagonistas de Águila Roja. Otros que van y vienenPor respeto a su curriculum no les llamaré traidores, porque al final de lo que se trata es de trabajar, no de para quién.
Amaia Salamanca y Miguel Ángel Silvestre se dieron a conocer en Sin tetas no hay paraíso, de Telecinco, y en el presente se vuelven a encontrar las caras en Velvet. Además, Amaia ha sido el amor platónico de Mario Casas en Fuga de cerebros. Su compañera, Maria Castro, se mudó un tiempo a Antena 3 para protagonizar Vive cantando y ahora se ha pasado a TVE, concretamente a Seis hermanas. Además ha tenido papeles en SMS, Tierra de lobos y Aída, de manera que de incluirla en un equipo, sería Telecinco. José Mota fue un fiel a la 1 hasta que esta canceló La hora de José Mota. Entonces fue adoptado por Telecinco, aunque la oportunidad le duró poco. Eso sí, en su curriculum ha contactado con personajes de todas las cadenas (invitados a sus sketches, principalmente) y además ha visitado varias veces el plató de El hormiguero (pero eso lo hacen casi todos). Nicolás Coronado, el guapísimo hijo del actor José Coronado, hizo sus pinitos protagonizando la miniserie de Antena 3 No soy como tú (Crepúsculo a lo spanish), y luego se pasó a Tierra de lobos en Telecinco, para regresar a Antena 3 dando vida al amante peligroso de Caperucita Roja en Cuéntame un cuento. María León, la hermana del ya mencionado Paco León (que también podría estar en este grupo perfectamente), realizó un cameo en Aída, apareció en Hospital central y Cuenta atrás (esta última de Cuatro, comprada por Mediaset) y luego se unió a Con el culo al aire y a Allí abajo. Hablando de Allí abajo: ¿recordáis a Mauricio Colmenero, el “hostelero y pesetero” personaje de Aída? Pues ahora pone acento andaluz y va en silla de ruedas. Y hablando de Aída, ¿tan mal estaba la cosa en Mediaset que Pepe Viyuela, nuestro Chema, se ha ido a TVE para coprotagonizar Robles y Olmos? Vaya. Un momento, ¿ese de Bienvenidos al Lolita no es Juan, de Águila Roja? Espera, ¿me dices que Peter Vives ha trabajado en Águila Roja, El tiempo entre costuras y Velvet? Y eso sin contar el traslado desmesurado de la familia de Aquí no hay quien viva a La que se avecina… Como ellos hay muchos otros, sobre todo cuando hablamos de las telenovelas de sobremesa de la 1 y la 3 (en Telecinco echan el Sálvame, ya sabéis, si no Mujeres, hombres y viceversa), y si tuviéramos que extendernos, llegaríamos hasta los presentadores de programas (Jesús y Jorge Javier Vázquez a Telecinco, Carlos Sobera a Antena 3…) y así continuamente. La cosa es que cuando las cadenas le cogen cariño a alguien, se esfuerzan por mantenerlo junto a ellas el máximo tiempo posible. En la mayoría de los casos funciona, mientras que en otros no tanto. Pero al final cada canal y productora recicla actores, y si encima estos tienen la suficiente confianza con ellos como para pedir un aumento de sueldo o más proyectos… la amistad será eterna (¿oigo campanas de boda?). Y si creéis que esto solo pasa en nuestra televisión, para nada, y si no mirad el destino de personajes de series hispanoamericanas como Patito Feo, Rebelde Way, Floricienta, Piratas o Casi ángeles, todas emitidas en Nickelodeon o Disney Channel (salvo Rebelde Way, porque era especial). ¿Es cosa mía o los actores se repiten en más de una? NaiaraEl internadoNormalmente cuando me preguntan cuál es mi canción, mi grupo, mi libro o mi película favoritos, tiendo a tartamudear, a desviar la vista o a rascarme el cerebro, porque para mí es difícil elegir solo una opción (ni creo que sea posible, ya que la respuesta en mi caso cambia según la etapa), pero si me dan a elegir por una serie española, la elección es bien rápida: El internado. Me sumé a las aventuras de la Laguna Negra en la segunda temporada, y el enganche fue inmediato. No solo era la comidilla en el colegio, sino también entre los adultos (mis padres no tuvieron más remedio que verla cuando todas esas noches me apoderaba del mando de la tele, pero bien que terminaron sumándose al club de fans). Para mí era una serie que lo tenía todo: buenos actores, buenos misterios, buenos puzzles… Cuando introdujeron la trama de los nazis mantuve la boca abierta durante segundos. Líos familiares, profesores que en verdad fingían serlo, un secreto en cada esquina, romances, tíos buenos, aventuras infantiles… De verdad, no había nada, pero NADA, que no tuviera la serie. Muchos de los actores que triunfan hoy en día salieron de ahí: Yon González, Blanca Suárez, Marta Torné, Ana de Armas… Volver a ver a Luis Merlo en la piel de un personaje completamente diferente al de Mauri en Aquí no hay quien viva fue… OMG, sin palabras, BRA-VO, y no digamos de la difunta Amparo Baró. Esa Jacinta protectora y ángel de la guarda que más de una vez tuvo que ponerse seria para evitar que las locuras de los jóvenes llegasen demasiado lejos. Y hablando de los jóvenes, madre mía. Cuando parecía que todo el mundo iba a encasillarse en un papel, de pronto Iván tenía Alzheimer, Roque era un traidor, Vicky una pasota, Carol una mártir y Marcos el héroe (bueno, sí, eso lo predijimos todos). Y qué decir del resto del personal: la agencia de espionaje de Fermín, las maldades de Noiret, los intentos de Héctor por vengarse y averiguar el destino de su hermana, los dramas de Elsa con su hermano el Gnomo (mucho antes de que Tyrion Lannister se diera a conocer entre los seriéfilos), por no hablar de los de María… Oins, y los niños, qué monosos. Eran de lo más divertido que tenía la serie, apuntaban ese toque de ternura, humor e inocencia en medio de tanta muerte y traición. Al final la gran pregunta era: ¿quién es bueno y quién es malo? Personajes muy ambiguos, dobles caras (y a veces hasta tres), experimentos, dones mágicos (como los de Lucas, Lucía y Julia, que a veces aquello parecía la academia del profesor Xavier o Entre fantasmas), un paraje un tanto siniestro… Cuando en bachillerato fuimos a una convención de universidades y formación profesional en mi ciudad para elegir nuestro futuro, tuve que preguntar por la Universidad de Nebrija (donde se rodó la serie desde su comienzo en 2007 hasta su final en 2010). Yo era la típica fan que se quedaba más tarde después de la serie para ver los Archivos: escenas eliminadas, tomas falsas, entrevistas… ¡Hasta me compré los libritos de las aventuras! Y coleccioné el cómic que venía con la revista BRAVO. A simple vista, puede parecer que estuviera poco tiempo en antena, pero esos tres años y medio que duró dieron para siete temporadas (¡el número mágico, sí!) bien completitas. Y después de esa serie, que dejó el listón bien alto, nada ha sido igual, ninguna otra ha podido superarla en el género (y vaya si hubo intentos). Otras dignas de mención: El comisario, porque me vienen a la mente buenos ratos familiares en una de las pocas series policíacas que devoré en la infancia; El barco, porque fue producto de los mismos responsables de El internado y también tuvo grandes momentos, aunque nunca superase a su madre; Aquí no hay quien viva, porque quise llorar cuando derribaron el edificio y los vecinos tuvieron que marcharse. Con esa serie sí que llegaron buenos ataques de risa; Física o Química, porque fue una serie para adolescentes y sobre adolescentes desde el principio (y porque los tíos no estaban nada mal. Llamadme obsesa si queréis); Los protegidos, por los poderes y los esfuerzos de dos adultos por controlar a cinco jóvenes desmadrados; Aída, por acompañarme buena parte de mi adolescencia y brindarme otro saco de la risa después de Aquí no hay quien viva. RosanaLos protegidosNaiara ha mencionado que su serie favorita española ha sido El internado; en mi caso, la respuesta es sencilla: Velvet, pero como estamos hablando de series finalizadas cambiaré mi respuesta por Los protegidos. Los protegidos fue una ficción que trataba sobre la vida de cinco chicos a cada cual más dispar pero que tenían una cosa en común: tenían poderes sobrenaturales. Culebra (Luis Fernández) podía hacerse invisible; Lucas (Mario Marzo) tenía la habilidad de trasformarse en otra persona con tan solo tocarla; Carlitos (Daniel Áviles) podía mover los objetos con la mente (también conocido como telequinesia); la pequeña Lucía (Priscilla Delgado) tenía la capacidad de leer el pensamiento de otras personas; y, Sandra (Ana Fernández) tenía el desafortunado y descontrolado don de la electricidad. Los cinco se reunían bajo el cuidado de dos adultos: Mario (Antonio Garrido), el padre de Carlitos; y Jimena (Angie Cepeda), una mujer cuya hija (Blanca, interpretada por Lily Moret) había desaparecido al poco tiempo de descubrir sus poderes consistentes en ver las cosas que aun no han acontecido. Como casi todas las series españolas, a ella me enganchó mi madre en el tercer capítulo de la ficción; y, desde entonces fui una fan condicional. De hecho, recuerdo que esta serie fue la que hizo que me aventurara a entrar en el mundo de los fanfics cuando tras acabar una temporada caía en el hecho de que no volvería a ver a esta atípica familia hasta dentro de, por lo menos, tres meses más. Hay que decir que noté y sufrí la pérdida de Jimena y su sustitución por la nueva directora del colegio Astoria, Julia Redondo (interpretada por Marta Torné) al igual que lo hicieron muchos otros espectadores que vieron cómo la serie perdía interés debido a una mala programación por parte de Antena 3 (¡qué raro!) y una bajada potente de la calidad. Además, me pareció imperdonable que emitieran el segundo final de esta GRAN serie. ¿Por qué me tenían que dejar con la intriga de que pasaría si Culebra primero y después los demás se volvían malos si luego no me la iban a resolver? ¡Innecesario! Pero bueno, las cosas son así y aunque Los protegidos ha sido una gran serie tuvo un final que, definitivamente, no se merecía dado el mal trato al que le sometió la cadena. Otras dignas de mención: El barco, porque me generó tanta expectación e intriga por ver los siguientes capítulos como lo hicieron Los protegidos; Gran hotel, por tener esa caracterización histórica y una historia de amor imposible que, al final y contra todo pronóstico llega a buen puerto; Aída, por Luisma y por Mauricio, grandes personajes interpretados por grandes actores; El internado, por sus dosis de misterio que una vez resuelto te dejaban con una duda aun si cabe mayor; Aquí no hay quien viva, por ser una de las mejores series cómicas que han existido en el país (pese a ese final tan agridulce); El tiempo entre costuras, por ser de las pocas adaptaciones fieles al libro que te enganchan tanto con una historia a primera vista tan simple como la de una costurera. TeresaAquí no hay quien vivaLa tarea de esta semana ha sido bien complicada. ¿El problema? No me gustan las series españolas: me desespero con los anuncios, los capítulos son larguísimos, a pesar de su extensión no ocurre casi nada por capítulo, son repetitivas hasta la saciedad y si son medianamente decentes las alargan, y alargan, y alargan y me entran más ganas de leer todos los artículos de la Ilustración española que de seguir torturandome con una serie que ya no tiene más chicha.
El caso es que si tenía que elegir una serie española que me haya marcado tenía pocas opciones porque siempre termino dejándolas; por eso me he decantado por un clásico de la comedia: Aquí no hay quien viva. Reconozco que no la he visto completa (aunque lo intenté) pero sí es cierto que es una de las que más he disfrutado, muchísimo mejor que su descendencia (La que se avecina). No voy a contaros de qué trata porque me da que todos han visto algún capítulo (y si no, encended Neox, la repiten constantemente), pero sí quiero destacar uno de los puntos que más me gusta. Quien conozca algo de la literatura del siglo XX habrá oído hablar de Antonio Buero Valleja y con él de Historia de una escalera, obra de teatro que me encantó y me recuerda enormemente a esta serie ¿coincidencia? Como todo el mundo, tenía mis personajes y parejas favoritas: las vecinas del primero A y sus tres mirilla, la pareja de Mauri y Fernando, la pareja de Lucía y ¿Enrique o Roberto? (reconozco que no conseguía decidirme cual prefería), Bea y Pablo Guerra (que por mi preadolescencia me parecía el ¿guapo? de la serie, dejemos esto de lado). Gran parte de los personajes iban y venían, y la mayoría se mudaron juntos a Mirador de Montepinar donde se dedicaron a liarme las historias. Puede que esta no fuera una de mis series favoritas, pero sí que me encantaba y me reía con cada episodio (bueno no exageremos, con la mayoría) así que si he de elegir una serie española que sea esta. Otras dignas de mención: Esta lista se quedará cortita pero bueno, empecemos. Las ya mencionadas por mis compañeras El internado (ejemplo perfecto de serie que se alargó) y Los protegidos (que estuve apunto de dejarla cuando anunciaron que la cancelaban). Ambas las vi enteras y he de decir que me gustaron bastante. Por mi hermano empecé Física o química, gran error. La dejé en no sé qué temporada después de que Julio y Cova dejasen la serie, una de las principales parejas por las que la veía. Tal vez se pudieran salvar algún personajes más como la Yoli, Fer, Gorka e Irene. Gran Hotel es otra de las que cancelaron cuando estaba planteándome dejarla, pero me gustó e incluso tengo fotos en los exteriores del Gran Hotel (Palacio Real La Magdalena, Cantabria). He probado con varias más (Vis a vis me gustó lo que llegué a ver pero no tenía tiempo para seguirla y hubo que priorizar series, así que la dejé) pero no suelen funcionar conmigo por lo que aquí se acaban mis menciones. Post de Rosana RábagoHace poco os hablaba de ¿por qué no vemos las series estadounidenses en España? y las razones que os daba eran múltiples y variadas. Pero lo cierto es que también resulta muy complicado seguir las ficciones de éxito que se realizan en nuestro país. ¿Alguién puede explicarme porque tengo que decidir hoy si ver Águila Roja o Velvet? La respuesta es fácil y, me diréis: “sencillo, porque la emiten hoy a la misma hora”. Sí, parece bastante simple, pero lo cierto es que es ridículo. ¿Por qué emitir dos series nacionales de éxito el mismo día cuando los viernes, por decir cualquier día, emiten una bazofia como Sálvame deluxe o los martes, que no emiten nada que no sea cine? Hace tiempo llegué a la conclusión de que era (y realmente es) por hacer la competencia a las demás cadenas. Pero, ¿no ganarían más llevándose toda la audiencia si emitieran Velvet los martes en lugar de los jueves, cuando compite con otra gran serie como lo es Águila Roja? Pero no hay manera, las cadenas lo hicieron antaño y lo vuelven a hacer nuevamente. ¿No me creéis? He aquí algunos casos de los últimos años: 1. Bajo Sospecha vs. El Ministerio del TiempoUna de las últimas batallas campales se vivió entre Antena 3 y TVE. Mientras la segunda emitía la exitosa primera temporada de esta serie que mezcla la historia con la ciencia ficción, la cadena principal de Atresmedia se decantaba por estrenar la serie de misterio sobre la desaparición y posterior asesinato de la pequeña Alicia Vega. Afortunadamente, ambas series han logrado pervivir (aunque, en mi humilde opinión, y no veáis lo que me enganche a Bajo Sospecha, ésta debería haber acabado en su primera temporada), pero la verdad es que decidir cual de las dos grandes producciones españolas ver (Bajo Sospecha o El Ministerio del Tiempo) fue, para algunos, una terrible decisión (menos mal que existe la posibilidad de grabar e internet, ¿no?). 2. Allí abajo/ Sin identidad vs. El PríncipeLa comedia que tan buenos resultados dió en su primera temporada a Antena 3 fue otra de las que tuvo que enfrentarse a un peso pesado de Telecinco como lo es El Príncipe. Mientras Allí abajo nos contaba las aventuras del vasco Iñaki que se quedaba atrapado en Sevilla después de que su madre quedará en coma tras un desafortunado accidente (ya sabéis, las escaleras y jugar a la gallinita ciega son muy peligrosas) donde conocía a la enfermera Carmen (recordaréis a María León, la actriz que la encarna, no solo por ser hermana de Paco León, sino también por su papel protagónico en otra ficción de Atresmedia, Con el culo al aire), El Príncipe nos contaba la historia de amor entre el joven policía Javier Morey (interpretado por Álex González) y la hermana de El Príncipe, un vendedor de drogas al que busca Morey (interpretada por Hiba Abouk que, casualmente, también aparecía en Con el culo al aire). Una vez acabó la temporada de Allí abajo, Antena 3 no quiso perder a su audiencia de los martes y decidió pasar la ficción que emitía los miércoles (Sin Identidad) a los martes para ver si así ganaba la partida a Mediaset. La jugada no fue mala, porque enfrentó la temporada final de la venganza de María Fuentes (en cuya piel se metió la actriz Megan Montaner, conocida por su participación en series como El secreto de Puente Viejo o Gran Hotel) a la temporada final de El Príncipe, ambas seguidas por una gran multitud de audiencia que, en ocasiones, también era fan de la otra ficción. 3. Vis a vis vs. La que se avecinaLos lunes, como los jueves, también son días bastante seriéfilos en España. Y eso bien lo saben en Mediaset, Atresmedia o RTVE. Por eso, no es raro que enfrenten a grandes éxitos o apuestas de la cadena. Esto fue lo que sucedió la temporada pasada. Antena 3 se decantó por emitir la versión española de Orange is the new black titulada Vis a vis en la que nos narran el ingreso en prisión de la joven Macarena Ferreiro (Maggie Civantos) que acaba en la cárcel por los delitos de manipulación y malversación de cuentas en la empresa en la que trabaja que comete por, ironías de la vida, amor a su jefe. Mediaset, por el contrario, decidió jugar sus cartas con un buque insignia de la compañía, La que se avecina, que narra la vivencia (más que alocada) de los vecinos de Mirador de Montepinar. Mediaset ganó la jugada y, tras los cinco primeros capítulos, Antena 3 decidió pasar Vis a vis a los jueves (el otro gran día seriéfilo en España) con gran éxito, pues la ficción renovó por una segunda temporada que se prevé que se estrene durante el próximo mes de octubre. 4. Velvet vs. Águila RojaNo podía cerrar este post sin volver a plantearos la pregunta que os hacía al comienzo: ¿qué veréis hoy, Águila Roja o Velvet? Sí, Antena 3 y La 1 han vuelto a las suyas y han decidido enfrentar la octava temporada del samurai ninja y profesor Gonzalo de Montalvo con la historia de amor que se vive en las galerías Velvet por parte del jefe de estas, Alberto Márquez (Miguel Ángel Silvestre) y una de las costureras, Ana Rivas (interpretada por Paula Echevarría). Es decir, hoy tendréis que decidir si veis Águila Roja o Velvet. También hay una tercera opción. ¿Cuál? Sí, hoy también estrenan Zoo en Cuatro. Demasiado donde elegir, ¿no os parece? Por mi parte os puedo adelantar que veré Velvet y grabaré Águila Roja (no creo que vea Zoo, personalmente no me llama nada y, no nos engañemos, no dispongo del tiempo suficiente para ver todas las series de nuestro calendario seriéfilo). ¿Por cual os decantaréis vosotros? Hacernoslo saber en los comentarios junto con vuestra humilde opinión de que os parece el enfrentamiento que hay en España entre grandes series nacionales que, aunque no lo he dicho antes, más de una vez pertenecen a la misma productora.
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Octubre 2019
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