Post de Raúl Meoz El teatro es una herramienta para la expresión de ideas y reflexiones. Por eso desde la Grecia clásica los escritores han volcado en ella sus frustraciones, aspiraciones y temores. Sin embargo, parece que la política como temática central falleció en Roma, por su afán de espectáculos más ligeros como las comedias de Plauto. Bien es cierto que autores como Shakespeare o Lope de Vega plasmaron inquietudes sociales, pero no ahondaron en el tema ni las pusieron en primer plano. No fue hasta el siglo XIX que la ideología y el mensaje político encontraron su hogar en escena. A partir de entonces los artistas son conscientes de su condición y de la problemática social y ya en el XX comienzan a ofrecer soluciones y alternativas para solucionar las situaciones más crudas y reales. El señor de las moscas, de William Golding, es un claro ejemplo de ello. Esta novela muestra una visión de cómo el ser humano sucumbe (o no) ante el totalitarismo. Por eso cuando Sergio me ofreció hacer una versión teatral no pude resistirme. Por fin este proyecto va a pisar el escenario, en esta ocasión bajo el título de Animaliak. Sí, no se llama como la fuente porque realmente es una versión libre, muy libre. La historia mantiene reminiscencias de la original y los mensajes se mantienen intactos; sin embargo, adopta una forma diferente. Los dramaturgos tenemos dos defectos: el primero es que nos gusta alardear de nuestro amplio vocabulario, arcaizante, bizarro y obsoleto; el otro es que creemos que el texto nos pertenece solo a nosotros y nuestra visión es la única válida. Yo por suerte he conseguido distanciarme de esto último. Es por esto que me hace especial ilusión entrevistar a Sergio Arca, el director de la obra, para que pueda expresar su opinión y reflexión acerca del proyecto. Raúl: ¿En qué momento te suscita interés hacer una obra como Animaliak? Sergio: Con esta historia me ha pasado algo extraño, porque me leí la obra [El señor de las moscas] hace poco más de un año, en noviembre del 2020, por casualidad. Llegó a mí y no la entendí mucho. Sí que me gustó lo que estaba leyendo, el contenido era potente, pero había cosas que se me escapaban. Después fui descubriendo toda la simbología de la novela y su mensaje y me quedé alucinado, porque, a pesar de haber sido escrita en los años 50, es una crítica a lo establecido en el momento que podría aplicarse perfectamente a la actualidad. R: ¿Qué es lo que más te inspira de esta producción? S: Yo lo veo como un reto. Para empezar todo lo que he hecho anteriormente ha sido escrito por mí. He hecho varias comedias, un drama muy diferente a este y como reto me parecía interesante montar una obra con esta temática. R: ¿Crees que hay espacio para una obra tan marcadamente política? S: Es una pregunta complicada, eh [Risas.] A ver, a la hora de venderla no lo creo. Sí que es verdad que creo que ahora se está innovando muy poco respecto a esto. Cada vez es más difícil hablar de según qué cosas. Hubo una época en los 80-90, en los 2000 también, en la que se podía hablar de lo que fuera, aunque fuese políticamente incorrecto, que no es nuestro caso. R: ¿Puede ser un inconveniente para la obra? S: Nuestra obra no es políticamente incorrecta. Considero que si el espectador se sienta en la butaca y ve lo que vamos a mostrar nosotros, sin saber de dónde viene la obra, no creo que esa persona sienta que está ante una obra política. Quizás tenga que rebuscar un poco para encontrar toda la política de nuestra propuesta. R: Hasta el siglo XIX no había obras teatrales marcadamente políticas. Sí que podían utilizar su entorno como contexto, pero no eran obras de crítica o de mensaje. ¿Estos temas resultan atrayentes para el público en la actualidad? S: Vamos a ser sinceros, yo sí que estoy viendo la representación de esta obra en la realidad. Quizás no de forma tan exagerada, pero el panorama político en España se basa en dos caras opuestas de la moneda que están en lucha continua. Hay un sector de la política que es todo el rato gresca, bronca… y en el otro lado también. No quiero decir qué bando es el correcto. Por eso creo que es un valor de nuestra propuesta: ver las similitudes de la obra con la situación actual del país o del mundo. En España hay un nivel de crispación que en ocasiones deja en un chiste nuestra obra. R: Es curioso que la novela se escribió justo después de la Segunda Guerra Mundial, donde había un miedo real a los totalitarismos. ¿Seguimos con lo mismo? S: En Europa, en general, ha resurgido el totalitarismo, tanto de izquierda como de derecha, siendo sinceros. La sociedad está muy polarizada, hay un sector que sí que tiene miedo a volver a aquello, luego hay otro sector que lo apoya, gran parte por la demagogia a la que están expuestos. No tengo tan claro que haya un miedo real, ni que volvamos al totalitarismo. Creo que hay más inconsciencia, porque hasta ahora nos tomábamos esos mensajes como una broma. R: ¿El teatro puede ser una herramienta para el cambio? S: Para mí el teatro tiene un poder transformador brutal. La cultura en general es muy necesaria para el cambio, ya que crea conciencia en el pueblo. Hacer reflexionar al público mediante diferentes formatos (cine, teatro, novela…), puede hacer que despertemos. R: Animaliak tiene un aspecto muy curioso y es que los personajes se presentan sin un contexto previo o sin una explicación de su situación. S: El contexto sí que se menciona, pero no se entra de lleno en ello. Es un grupo de siete jóvenes que, por x razones del exterior, han sido encerradas en un búnker del que no pueden salir. Lo que nos interesa es ver cómo se relacionan en una situación extraordinaria. Queremos ver cómo se organizan, cómo es su día a día en ese lugar hasta que salgan, si es que salen, porque ellos mismos no saben qué va a ocurrir. Es una obra muy antropológica. R: Además, como elemento diferenciador, en la obra no existe el género. S: No queríamos determinar el género de los personajes. Son siete personas y ya está. No nos importaba que fueran hombres, mujeres u otras identidades. Queríamos romper con los prototipos, que fuera algo neutro. De ahí también vienen los nombres de los personajes. Porque si tú le pones Juan, ya le estás dando un género. De modo que les pusimos nombres del alfabeto griego, que tienen su connotación. Por ejemplo, tenemos a Alfa, que es un líder; a Omega, que representa la parte más espiritual (una referencia a Jesucristo: alfa y omega). R: Cuando ves las fotos promocionales, todo en blanco, y el nombre de los personajes, parece un experimento científico. S: Al final es una crítica a la degradación humana. Con el tema del blanco queremos hacer un juego con la pureza. Tenía claro que era interesante que los personajes comenzaran completamente inmaculados y, a medida que la obra avanza, se va a ver cómo este aspecto va a variar: hay personajes que continúan blancos y otros que ya no. En cuanto a la escenografía, hemos querido ser muy austeros. Primero por un tema económico, somos un grupo de reciente creación y este es nuestro primer proyecto, y también porque la obra no nos pedía un decorado muy elaborado. R: La obra de momento se va a realizar en euskera porque Kras Kolektiboa quiere fomentar la cultura en euskera. S: La lengua materna de la mayoría de nosotros es el euskera y nos parecía interesante hacer una producción así. Yo particularmente no había hecho nada en euskera y lo vi como un reto. Estamos a favor de fomentar el euskera y promover obras en este idioma, pero no nos cerramos a otras posibilidades. R: ¿Cuál ha sido la parte más complicada de Animaliak? S: Siento que no nos escuchan. A la hora de programar la obra, a la hora de promocionarla, siento que recibimos poca ayuda. No sé si es por tema de recursos o por otros asuntos, pero siento que tenemos que luchar el doble por abrir las puertas que hemos abiertos. Y eso es muy frustrante. Datos de la representación:
15 de enero 19:30h Sarobe (Urnieta) Duración: 75 min. Idioma: Euskera Dirección: Sergio Arca Dramaturgia: Raúl Meoz Intérpretes: Nerea Ormaetxea, Joana Garciarena, Nerea Tellería, Luix Mitxelena, Ilargi Arrizabalaga, Garazi Moreno eta Lohizune Telletxea Música: Nerea Tellería Cartel: Estoy Malite
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Marzo 2023
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