Post de Naiara Salinas Un bombazo. Esa es la sensación que tuve cuando hace meses descubrí una oleada de videoclips en francés donde aparecían macizorros corriendo por un bosque, gritándole a un retrato, paseándose con chulería por la prisión de la Bastilla o componiendo música. ¿Quién era esta gente y qué clase de movimiento cultural representaban? Resultaron ser nada más que humildes actores interpretando para la cámara el mismo papel que en sus respectivos musicales. Y a raíz de eso descubrí todo un mundo que me fascinó al instante. Tras un maratón bastante intenso de musicales gabachos gracias al amigo YouTube, empecé a reconocer las similitudes estilísticas y narrativas, obviando las diferencias. Fui apuntándolas todas para que cuando llegara este día pudiera ordenarlas, porque no contentos con desarrollar toda una serie de números con bastante personalidad, el Broadway francés cuenta con un modus operandi bastante homogéneo. Hoy vengo a traeros las claves de este género en el país vecino. 1. Inspiración literaria Qué bien viene esto como anticipo al mes más literario que está a la vuelta de la esquina. Si Broadway suele inspirarse en guiones y libretos originales para componer sus musicales, en Francia se nutren de la literatura como nadie. Es más, si es un relato clásico, mejor aún. Robin Hood, Rojo y negro, la leyenda artúrica, Nuestra señora de País (aka El jorobado de Notre Dame), Romeo y Julieta... Sí, Los miserables también cuenta, aunque este lo considero aparte porque su expansión se produjo sobre todo gracias a Londres y Broadway (posiblemente sea el único musical con libreto francés que ha contado con traducción al inglés). Pensaréis, viendo los títulos mencionados, que no beben tanto de sus propias fuentes como de las de Reino Unido, pero no es del todo cierto. Solo en un par de casos encuentro nutrición por acontecimientos históricos: la ópera rock de Mozart y 1789: los amantes de la Bastilla. 2. Casting de pasarela No es una exageración. Es muy normal no distinguir a primeras que estás viendo un musical, sobre todo cuando lo primero con lo que te topas por Internet es uno de sus videoclips (ya hablaremos de esto luego), y es que cada miembro del reparto sale tan... demasiado perfecto, que antes crees que se trata de un anuncio de perfumes que de un musical. Acudir a ver un musical francés es garantía de buenas vistas, hasta el punto de que igual vale como cura de la miopía. Sin embargo, no es probable que esta gente sea modelo, pero sí cantante profesional (de los que se hacen un nombre antes por la música que por la interpretación). 3. Rollo millenial Tú piensas: si les da por lo clásico, la música también será muy clásica, ¿no? La escenificación, el vestuario... Para nada. De hecho, en los escenarios franceses he encontrado muchísimo amor por el pop y el rock. Las canciones tienen un halo muy de discográfica actual, lo cual produce números con bastante energía, movimiento y sex appeal (ya que tenemos un reparto hermoso, que se luzca, ¿o qué?). Es normal que acaben produciendo adicción, porque suenan como éxitos de radio (incluso de Eurovisión). ¿Creíais que Hamilton era revolucionario? Pues Francia llegó primero. Esta es otra de las razones por las que considero Los miserables como un aparte, porque no encaja dentro de toda esta parafernalia. Los musicales de esta década buscan romper esquemas y juegan mucho con los efectos visuales; no como en el cine, claro, sino a menudo creando escenarios con hologramas, por ejemplo. El vestuario, si la obra lo permite, incorpora prendas de uso cotidiano, como vaqueros pitillos, aunque estés representando el siglo XIX. 4. 100% francés Quizá esta es la mayor pega, aunque totalmente comprensible. ¿Acaso no tenemos musicales en España en español? Estamos acostumbrados a que todo nos llegue comido en inglés, pero los musicales franceses sacarán al aprendiz de idiomas que llevamos dentro para poder introducirnos bien en la trama, ya que el libreto es exclusivamente francés y me temo que no son obras que realizan gira por esas zonas, es decir, se quedan en Francia y alrededores y no se traducen. Mi consejo: no desesperéis, todavía queda gente honrada en el mundo que traduce y coloca subtítulos en las filmaciones. Antes de pasar al último punto, quisiera presentaros un poco mejor los que me calaron más:
5. Videoclips Posiblemente el rasgo más destacable y más bizarro. ¿Videoclip de un musical? Publicando esto en la era Hamilton tal vez impresione menos, pero aun así, teniendo en mente las fechas que acabo de referenciar, es cuanto menos sorprendente que un género tan apegado a las tablas se haya abierto al formato audiovisual sin preámbulos. Como introducción para cada obra son excelentes y definitivamente recomiendo que los veáis primero para decidir si os gusta. Siguen un mecanismo distinto, más del videoclip tradicional, pero algunos son espectaculares. Aquí es cuando doy paso al primer vloganálisis centrado en uno de estos vídeos, donde, además de la trama y la correlación entre metraje y letra de la canción, comentaré simbolismos. Esta era la única forma de que entendierais mi apego por estas obras. Como veis todavía nos queda mucho teatro mundial por explorar. No toda la buena música se quedó en Broadway; en Europa existen auténticas joyas. Valga este post como alegato. ¿Qué musical os ha captado más?
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Marzo 2023
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