Post de Naiara Salinas Queda poco para la gran ceremonia cinéfila de la primavera, los premios por los que todo nuestro oro (y dignidad a veces) damos, y que conste que cuando digo oro me refiero al tiempo, no al dinero. De manera que no, la recomendación de este mes no es cosa del azar, sino de una nominada de la que se debería estar hablando más, ya que tiene papeletas para llevarse al hombrecillo dorado con todo el derecho del mundo en las tres categorías grandes en las que está nominada: Mejor Documental, Mejor Película de Animación y Mejor Película Internacional. Flee es una producción híbrida donde Amin, un refugiado afgano residente en Dinamarca, repasa su historia completa hasta el momento en el que su amigo director y guionista le propone grabar ese docu. Por tanto, sí, el guion se elabora sobre una base meta y a través de ella entramos en una realidad dramática muy distinta donde la esperanza, la voluntad y el amor son las únicas armas a las que puede aferrarse uno para sobrevivir. Mucha gente opina que buscar una intencionalidad subyacente al cine más allá del entretenimiento es un error. Pero definirlo así supone eliminar la otra cara: el arte, la expresión. Muchos cineastas (por no decir todos) tienen la necesidad de contar historias que por algún motivo les han llegado y de las quieren hacerse eco. Flee, bajo mi punto de vista, entra dentro de este grupo. No se le puede considerar «entretenimiento» porque no es divertida, ni fácilmente digerible, ni simple. Flee es una historia real desgarradora, plagada de adversidad, miedo y terror, y es la prueba de que el cine no siempre es entretenimiento, pero sí emoción, buena o mala, un lenguaje que te remueve por dentro, que puede llegar incluso a agitar la conciencia. Este largometraje ejerce ese efecto desde el primer fotograma. Más allá de la historia, la forma de contarla es muy humana y muy natural, al dejarnos ver la relación existente entre Amin y el director, antiguos compañeros de clase que han llevado vidas muy distintas. Jonas Poher Rasmussen invita a su amigo a ser sincero y este lo hace con la condición de que su identidad se proteja; de ahí el formato animado. Una animación muy artesanal con un movimiento irregular, como entrecortado, muy en la línea estilística del flashback que supone el 95% del filme, pero también un método de representar visualmente la inseguridad, el titubeo, de su protagonista, quien se expresa al principio muy temblorosamente y carcomido por la emoción, hasta el punto de que la narración se detiene varias veces para tomarse un descanso. Estos momentos entre bastidores tan inusuales enriquecen el relato con dos líneas temporales: presente y pasado, y a su vez le da un toque de falsa ficcionalidad al estar reflejando esa conversación entre amigos que normalmente no veríamos en la pantalla. Incluso en los documentales, nada que no sirva como prueba o testimonio directo entra en plano; lo que hace Jonas aquí es regalarnos la totalidad del rodaje para profundizar más en el contraste entre el Amin que él conoce y el que es de verdad. Ya yendo más a lo que es la trama, solo por la situación que vivimos en la actualidad se puede conectar fácilmente, y esta es la principal razón por la que me niego a considerar entretenida esta película. Tampoco es una denuncia directa; testimonio es el término más adecuado. Muestra lo que es huir de un país en guerra e intentar encontrar tu sitio en otro. Aparte, se aborda la sexualidad, como miembro que es Amin de la comunidad LGTBIQ+. Es un buen protagonista porque para él todo empieza en su infancia y pasa por muchos momentos duros hasta ir escalando poco a poco; de nuevo se juega con la perspectiva inocente como en Belfast, pero se aleja de la ternura y se centra más en el trauma, aunque no prescinde de la cotidianeidad y escenas más neutras y positivas, a lo Persépolis (Marjane Satrapi, 2000). A pesar de que, como decía, la voz de Amin contiene emoción mientras relata cada episodio, también manifiesta un tono muy sereno, algo agotado, porque seguramente no sea la primera vez que le ha tocado revivir esto, aunque sí ante una cámara, y logra sumergirte muy bien en su mundo interior. En resumen: partiendo de lo íntimo hacia lo universal, es una película que te hace llorar de forma muy agridulce pero que vale para abrir un poco los ojos respecto a la situación de los refugiados de todo el mundo (y del lado oriental en especial). Puede considerarse coming of age, ya que vemos cómo todo lo que sucede afecta a Amin en su desarrollo como individuo, pero ante todo es un acto de valentía enorme donde el refugiado se planta y se encara con su pasado, negándose a seguir huyendo. Para mí es la ganadora: no le veo ni un solo defecto (hasta la duración es la ideal). Ficha técnica: Flee 2021, Dinamarca Drama, documental, animación Dirección: Jonas Poher Rasmussen Guion: Jonas Poher Rasmussen Reparto: Amin y su familia Puntuación: 10/10 Disponible en: salas de cine
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Post de Tessa Antón
En todos estos años, aunque parezca imposible, esta es la primera vez que escribo una recomendación cinéfila del mes. Tal vez porque no veo muchas películas, pero el 2020 llevó a que empezara a ver más y tenía muchas ganas de hablaros de esta que traigo hoy.
Hace tiempo ya os conté mis primeras impresiones y recomendaciones viendo cine de bollywood; hoy vengo con una de sus películas que más se acercan al cine comercial de Occidente al que estamos acostumbrados. Una gran película para aquellos que quieran empezar poco a poco.
Gunjan Saxena: La chica de Kargil es una película biográfica que nos cuenta la historia de una de las primeras mujeres piloto en las Fuerzas Aéreas Indias, quién voló un avión de combate durante la guerra de Kargil en 1999. La película presenta parte de la historia bélica entre India y Pakistán, con escenas que me recordaban a Pearl Harbor porque, bueno, aviones y es de las pocas películas bélicas que he visto. Y, a su vez, lo mezcla con el sueño de una niña por ser piloto en un mundo de hombres.
La película nos cuenta la historia de ella desde que era niña y quería ser piloto, no necesariamente de guerra, hasta que se hace adulta y trata de cumplir su sueño. La vemos entrar en la academia y más tarde ir a luchar. La vemos enfrentarse por el camino a su propia familia, a una sociedad machista, a sus compañeros y superiores que creen que una mujer no debería estar ahí… En conclusión, resulta una oda feminista que te invita a luchar por lo que crees y a no dejarte tumbar frente a la gente que se te opone.
Con una protagonista que es una mujer piloto de guerra, no pude evitar acordarme de Capitana Marvel y esas escenas en flashbacks en la que la vemos recordar su carrera. Claro que en este caso la capitana está basada en una persona real, con quien han hablado para realizar la película, y ahora dejamos los aliens y rayos de luz para tener personas y armas humanas. Basada en una persona real, el personaje de Gunjan Saxena es muy interesante. Interpretado por Janhvi Kapoor, quien estaba casi debutando con esta película, muestra que tiene potencial para seguir en la industria. Aunque a mi parecer, quien destaca es el padre, cuyo rol e interpretación por parte de Pankaj Tripathi me encantó.
La dirección lleva a una película dividida en dos partes. La primera parte es como empieza todo. Su carrera de vida que la llevará a ser piloto y todos los baches que hay ahí, con un par de clímax. Es una película personal, muy biográfica que sigue a la protagonista de forma que tengas la sensación de que ella es quien te cuenta la historia. Es un drama de superación personal. Luego tendremos la parte más centrada en la guerra, más hacia el último tercio de la película, y aquí ya es una película de acción que tras haber conectado tanto con la protagonista al inicio, solo quieres sentir que todo irá bien para ella. Me ha gustado mucho cómo está organizada y muchos de los momentos dramáticos.
Por último, para hablar de la música voy a decir que las canciones y la BSO están bien, malo sea siendo Bollywood, pero no tiene momentos de pausar la trama para poner a los personajes a cantar y menos hacernos un número musical como ocurre en otras películas de esa industria, sino que se utiliza la música sólo como sonido score y la tenemos de fondo para intensificar ciertos momentos. En resumen: Gunjan Saxena: La chica de Kargil es una película inspiradora y entretenida. Con una historia basada en hechos reales que, además de mostrarte la historia y cultura de la India, tiene un tono feminista y de reivindicación de la mujer. La protagonsita casi hace su debut aquí y se descubre con gran potencial. La película muestra muchas escenas de acción del cine más comercial al que estamos acostumbrados y un mensaje muy bueno. Ficha técnica Gunjan Saxena: La chica de Kargil 2020, India Drama, biográfico, guerra Dirección: Sharan Sharma Guion: Sharan Sharma, Nikhil Mehrotra Reparto: Janhvi Kapoor, Pankaj Tripathy, Angad Bedi, Viineet Kumar, Abhiroy Singh, Manav Vij, Vicky Ahuja Puntuación: 7,5/10 Disponible en: Netflix Post de Naiara Salinas Como parte del Reto Cinéfilo que os anunciamos a principios de mes (y de año), y ya que tenía acceso facilitado, tomé la decisión de ver este drama distópico tan tierno con un Tom Hanks que ya está en la edad de hacerme llorar. Como he dicho, Finch se ambienta en un futuro distópico donde la Tierra (y parece ser que la humanidad) ha sucumbido ante las catástrofes naturales (en concreto, el calentamiento global). Finch es un ingeniero que vive solo a lo Will Smith en Soy leyenda con nada más que sus robots y su perro, hasta que decide fabricar un nuevo robot con más características humanas que pueda conversar con él y ayudarle a cuidar a los demás cuando él ya no esté. Toda la tropa emprende un viaje por Estados Unidos huyendo de las ráfagas radiactivas y buscando establecerse en un lugar mejor. Finch es la clase de propuesta que me hubiera esperado por parte de Disney, así que fue una sorpresa descubrirla en Apple TV Plus, porque contiene una reflexión y tantas capas emocionales que termina conmoviendo sin remedio. Tiene el toque del último superviviente que apuntaba al compararla con Soy leyenda, pero este guion no profundiza tanto en las causas de ese apocalipsis (ni desde luego tiene zombis vampiros como antagonistas), sino en las consecuencias: un planeta desolado, casi deshabitado, donde el clima decide tu próximo destino y tu tiempo de vida. Vemos a un Tom Hanks especialmente sensible que se aferra como puede a la vida, bien a través de sus recuerdos (las fotografías, los libros, la música, etc.), bien a través de sus «hijos adoptados» (ejemplo: la importancia que da al bienestar del perro por encima de su propia salud). Tiene toques emotivos y humorísticos muy a lo Wall-E y sin duda se la puede considerar una versión más futurista de Pinocho por el origen y la relación que se construye entre el nuevo robot, Jeff, y su padre. Por las prisas, la familia entera se tiene que marchar de su refugio deprisa y Jeff queda, digamos, incompleto, sin el 100% de su inteligencia, lo que lo deja como ese hijo un poco retrasado al que hay que explicarle todo despacio y lo más detalladamente posible pero que aun así comete errores y te saca de quicio. Realmente llevan una dinámica de padre-hijo todo el largometraje más que de jefe-ayudante, ya que Finch se ve en la situación (un tanto desesperada) de tener que enseñarle todo lo que no ha podido cargar en su chip, y todo mientras recorren el país en una autocaravana. Cómo evoluciona la relación de estos dos es para mí la chicha de la aventura, sobre todo ver cómo Jeff va tomando conciencia de las cosas, adquiere iniciativa y se esfuerza por facilitarle el viaje a Finch, un viaje que además resulta tanto físico como mental para el hombre, pues sabe que no va a vivir siempre, que cualquier día puede ser el último, y lucha con todas sus fuerzas por salvar a sus seres queridos, ya que, aunque algunos sean de metal, ha convivido tanto tiempo con ellos que ni se le pasa por la cabeza dejarlos atrás. La dirección corre a cargo de Miguel Sapochnik, uno de los más brillantes que han pasado por Juego de tronos (el responsable de mega episodios como «Casa Austera», «La batalla de los bastardos» y «Vientos de invierno») y que también ha dirigido Altered Carbon, True Detective, The Dreamer, Repo Men, etc. Me parece que realiza un trabajo cojonudo capturando toda la dimensión sentimental, que te llega en capas, y esa Tierra tan grande e inhóspita que te deja una sensación de abandono y soledad enormes. Y sobre todo hay que abrazar y aplaudir a Tom Hanks, por ser un abuelete nostálgico, un gran cabeza de familia que atiende a todos por igual, un cascarrabias con poca paciencia y un hombre hundido que huye del sentimiento de soledad y de la desesperación más que de los huracanes y la radiación. En resumen: es una peli súper preciosa, con muchos momentos tiernos, un humor liviano, momentos de tensión y peligro y momentos de absoluta llorera. Una aventura para toda la familia que te deja lecciones muy valiosas. Si os gustaron todas las películas que he mencionado, no podéis pasar esta, de verdad. Ficha técnica Finch 2021, USA Drama, ciencia ficción, road movie Dirección: Miguel Sapochnik Guion: Craig Luck e Ivor Powell Reparto: Tom Hanks, Caleb Laundry Jones y Seamus (el perro) Puntuación: 9,5/10 Disponible en: Apple TV Plus Post de Naiara Salinas En diciembre, lo normal para esta sección es pensar en algo más o menos temático, ¿no? La Navidad, el solsticio de invierno o, como el año pasado, el aniversario de la obra de los hermanos Grimm, etc. Mi plan original, siendo honesta, era recomendar Spider-Man: un nuevo universo, aprovechando el estreno de la nueva. Luego pensé que en realidad esta sección está más bien dedicada a joyas ocultas, joyas controvertidas o clásicos muy, muy del ayer y que esa película la conoce todo el mundo (aunque nunca está de más recordarla porque es una pasada y ahora que he visto Arcane me ha vuelto a la memoria con más fuerza que nunca por su animación tan similar). Ya casi estaba rebuscando clásicos navideños en el baúl de los recuerdos cuando, durante el pasado puente de la Constitución, sucedió algo mágico: una amiga me recomendó con mucha energía (la podía sentir zarandeándome a distancia) esta película recién estrenada y fui a verla al cine con otro amigo. Y salí convencida de que era una de las mejores pelis del año y de que tenía que dedicarle un lugar muy especial. ¿Y qué mejor que este? Peli de un director español, independiente, actores internacionales, pasará desapercibida en la cartelera entre tanto blockbuster... ¡Encaja a la perfección! Basada en hechos reales, El amor en su lugar es un largometraje de Rodrigo Cortés que nos traslada a un gueto de Varsovia durante la ocupación nazi, donde seguimos a una troupe de judíos que interpretan una obra mientras planean una fuga esa misma noche tras la función, pero no todos pueden marcharse. Los nervios están a flor de piel, pero el espectáculo debe continuar... Me resulta muy difícil hablar de esta película sin dividirla en dimensiones o secciones, pero ello conlleva el riesgo de llevarme por una espiral de análisis muy extenso con spoilers a diestro y siniestro y no es esa mi intención aquí (aun así, creo que me extenderé más que en una recomendación habitual. Lo siento, no lo siento). Eso también supone el primer punto positivo, porque una película en apariencia tan sencilla, que no llega a dos horas sin cambiar de espacio ni de elenco, capaz de transmitir tantas cosas... es el reflejo de un poder creativo inmenso. Rodrigo Cortés es mundialmente conocido por largometrajes que no funcionan «al uso», que te venden historias muy originales, dramáticas e intensas, como Luces rojas o Enterrado. Esta no es 100% original, parte de una obra del dramaturgo Jerzy Jurandot y es mejor porque fue real (más o menos). En ella, el orensano, con el apoyo del novelista alemán David Safier, pone la carne en el asador para destacar el arte como ese nicho, refugio o burbuja donde, por unas horas, tu vida puede ser distinta y se puede soñar, inspirar y distraer de la dura realidad. Aunque esto suene muy obvio, es un director que sabe dirigir, que sabe cómo usar la imagen, el montaje, los planos... Al igual que Denis Villeneuve, posee mucha habilidad para generar ambientes que se cuelan en la mente del espectador y no se apartan de ella, con lo que obtiene la inmersión en el relato. Las técnicas de este filme no son innovadoras, pero se ejecutan con una maestría envidiable, empezando por un plano secuencia donde la protagonista, Stefcia, nos guía a través de su gueto impregnado de una base cromática muy fría en sus calles invadidas por soldados nazis, aunque cálida en sus hogares. El recurso secuencial se utiliza más de una vez, pero ninguna como ese momento tan descriptivo. En esta primera escena se vive unos minutos de tensión cuando uno de los soldados de rango superior (no recuerdo cuál) comienza a soltar chistes y fuerza a todo el mundo a reírse bajo amenaza de balazo. El contraste entre los colores y la comedia y el drama es clave en todo el relato, puesto que la trama, en el momento en que se desarrolla en el teatro, se convierte en meta y en una muñeca rusa, dado que vemos a actores interpretando a actores que interpretan una comedia romántica y, para más inri, musical, mientras en la realidad están viviendo todo un drama. Es ahí donde empieza el juego de verdad, en un lugar de luz tenue donde el telón juega un doble papel al dividir, por un lado, el lado real (público) del ficticio (obra) y, por otro, ocultar lo que se cuece entre bastidores, situaciones que harían que toda la magia de la representación se perdiera. Esa idea pende de un hilo durante todo el metraje, puesto que, a pesar de escenificar momentos divertidos, la tensión (manifestada en un leitmotiv sonoro muy uniforme dominado por violines cortantes) nunca deja de estar presente y se acentúa cuando el libreto, paradójicamente, refleja con otro sentido la realidad y las relaciones de este grupo. Los personajes de la obra tienen los mismos nombres que sus intérpretes. Básicamente se están interpretando a ellos mismos en una versión más alegre y pizpireta y cada uno tiene la oportunidad de exhibir su talento y parte de su juicio a lo largo de la actuación. A través de este juego, Cortés nos indica la fina línea que separa ambos mundos, en especial cuando el autor de la obra se inspira en su propia vida y recrea en sus canciones y acotaciones sus sueños más recónditos. Así que si en el libreto hay un enredo amoroso, en la realidad también, pero lo que unos personajes viven cómicamente, los actores lo viven dramáticamente. En dos horas, tanto la Stefcia de la obra como la de la película debe tomar una decisión: con quién se queda (de ahí el título del largometraje, claro que en lo concerniente al guion el conflicto es más complejo, puesto que Stefcia también está eligiendo entre la prisión y la libertad). Una maldita genialidad. Eso también contribuye a valorar como nunca el esfuerzo que realiza un actor en su rol, sobre todo cuando le pilla con la guardia tan baja, cosa que en un sitio lleno de incertidumbre como un gueto ocurre a todas horas. El trabajo del elenco cinematográfico es sobresaliente por todo el rango de emociones que deben experimentar a la vez, poniéndose en la piel de humanos sufridores y nerviosos que deben aparentar lo opuesto «por el bien del show». Y ni qué decir de las canciones. Cortés hace que todos canten en vivo y en directo, desafinen o no (aunque los registros de todos son bastante óptimos y hay grandes voces), y ello dota de más realismo aún a la película. Cómo emplea la iluminación también es otro punto a favor, como en una escena de rabia especial que se vuelve roja (se puede ver en el tráiler). De los rostros encargados de expresar este cúmulo de sensaciones me quedo con la solemnidad y la buena fe de Ferdia Walsh-Peelo, al que tras Vikings y Sing Street me complace seguir viendo crecer como actor; la conflictividad de Mark Ryder (Los Borgia, Robin Hood), el gestionador de la fuga; la ansiedad súper creíble de Valentina Bellè (Los Medici), el avispamiento de Jack Roth (Bohemian Rhapsody, Rogue One) y, por supuesto, mi gran descubrimiento, Clara Rugaard (I Am Mother, Teen Spirit), quien termina llevando el peso emocional central de forma muy digna y galardonable. En resumen: El amor en su lugar es una película preciosa plagada de detalles que convierten la experiencia en un testimonio muy emocionante y sensible, que atrapa, divierte y conmueve como promete el póster. Es increíble la de ideas súper reflexivas que consigue soltar con ese ritmo frenético donde se masca toda la ansiedad por la situación, y si a eso añadimos los giros dramáticos... Esos personajes que viven al límite enamoran y la buena ejecución sobre las tablas te hará quedarte hasta el final de los créditos, ya que la voz de Clara es muy suave e hipnótica. Mazo descubrimiento y, por supuesto, eternamente agradecida a mi amiga. Ficha técnica El amor en su lugar (Love Gets a Room) 2021, España Drama, romance, musical Dirección: Rodrigo Cortés Guion: Rodrigo Cortés y David Safier Reparto: Clara Rugaard, Ferdia Walsh-peelo, Mark Ryder, Valentina Bellè, Jack Roth, Magnus Krepper, Freya Parks, Henry Goodman, Dalit Streett Tejeda y Anastasia Hille Puntuación: 10/10 Disponible en: tu cine independiente de confianza Post de Naiara Salinas No, el blog no ha muerto, sigue vivo y, como ha descansado mucho, nada como revivirlo con un beso de amor verdadero. Mucho se está hablando de Tick Tick Boom, ese peliculón musical con el que Lin-Manuel Miranda ha debutado en la dirección y que es casi seguro que dirija a Andrew Garfield al Oscar gracias a su gran y muy estudiada interpretación de Jonathan Larson. Prometo que pronto os hablaré de él, pero mientras, dado que Larson no solo compuso y escribió el libreto entero de su autobiografía, sino también uno de los musicales más aclamados de todos los tiempos... me parecía que era buen momento para sacar a la luz su adaptación. Y así llevamos el noviembre musical a nuestro rincón escrito también. Rent se compuso a partir de la famosa ópera italiana La bohème, de Giacomo Puccini (y en la BSO encontramos un tema que delata esta inspiración como ninguno), y nos presenta un conjunto de historias entrelazadas sobre un grupo de amigos (Mark, Roger, Mimi, Tom, Angel, Maureen, Joanne y Benny) que tratan de salir adelante en el Nueva York más bohemio y callejero marcado por las drogas, el sexo y el sida. La película comienza en la Nochebuena de 1990 y se va desarrollando a lo largo de un año. Dirige Chris Columbus (Gremlins, Harry Potter, Solo en casa, Percy Jackson y el ladrón del rayo, etc.) y adapta Stephen Chbosky (Las ventajas de ser un marginado, Wonder). Rent es un musical que presenta muchas historias conocidas, familiares, pero del que no se puede afirmar que sea adelantado a su tiempo, porque de hecho su tiempo es lo que envuelve todo, desde la música hasta los escenarios y los personajes. Algo maravilloso de este relato es que funciona como una muñeca rusa, ya que proviene de uno que a su vez proviene de otra fuente (la novela Scènes de la vie de bohème, de Henri Murger). Cada obra se ambienta en una ciudad y una época diferentes, con un siglo de diferencia, es decir, pasamos del París del siglo XIX a la Nueva York del siglo XX, por lo que los ambientes no pueden ser exactamente iguales y, aun así, se consigue establecer una conexión gracias a que Rent se termina observando como una evolución de aquel suburbio conocido como Barrio Latino donde los pobres se apilaban en buhardillas. Puede que los tiempos cambien, pero los vicios y las virtudes son atemporales, viene a decir Larson, que cambia la buhardilla por un apartamento-estudio. El «bohemio» es el individuo (o colectivo) que, según la RAE, «lleva un tipo de vida libre y poco organizada; en especial, el artista de vida poco convencional». Y por eso el musical estaba destinado a ser su género, que además ha cruzado de la disciplina teatral a la cinematográfica con mucha facilidad. Su espíritu es completamente artístico. Viene a ser un cuadro costumbrista con distintas pinceladas, unas más oscuras, otras más luminosas, unas más grises y otras más coloridas, unas más continuas y otras más irregulares. Es un collage de personajes y relaciones. El título hace referencia a la renta, el aquiler, que los personajes apenas pueden pagar porque viven miserablemente, bien sin empleo o bien sin cobrar lo suficiente. El filme lanza unas cuantas críticas contra el sistema burocrático y la imposición injusta de los fuertes sobre los débiles (siendo los fuertes los ricos empresarios), pero sobre todo se centra en plasmar una realidad de la forma más humilde y sincera, alejada del romanticismo con el que muchos jóvenes observan esa vida bohemia cuando deciden que quieren dedicarse al arte. Esta trama es un jarrón de agua fría plagado de duelo, pero también de resurgimiento, es una obra pensada para inspirar y alentar, no para desanimar, aunque muchos sucesos y escenarios sean truculentos y dolorosos, porque se sostiene sobre el amor que todos se tienen entre ellos. Por ese motivo, el tema «Seasons of love» abre y cierra el largometraje: todo es un ciclo, en la vida a veces se gana y a veces se pierde, pero nunca hay que dejar de luchar por lo que uno ama y en lo que cree. Mantiene la positividad gracias a un ritmo y un estilo muy Larson, del que, por cierto, vemos reflejada su propia experiencia sin mucha sutileza. Para enriquecer este mensaje tenemos un grupo de lo más variopinto donde al final nadie sobra. Mark es el encargado de conducir la narración como buen aspirante a cineasta (el toque meta del musical); Roger tiene madera de músico pero ha tenido que superar su drogadicción primero. Se enamora de Mimi, una bailarina en un club de striptease que sigue metida en el vicio. Tom es un profesor de filosofía despedido por sus ideas radicales. Maureen es cantante y revolucionaria; solía salir con Mark, pero lo dejó por Joanne, una abogada lesbiana. Y Angel es... un ángel, un baterista y un drag queen muy solidario aquejado de sida. Y ya si os fijáis en las caras, menudas delicias: Rosario Dawson, Idina Menzel, Tracie Thoms de Caso abierto, Jesse L. Martin de The Flash, etc.). En resumen: una adaptación muy rockera (como la rebelde que es) con una dirección por parte de Columbus bastante digna para la década en la que se estrenó. Rent fue posterior a Tick Tick Boom en Broadway y yo la veo como una extensión de la biografía de Larson, solo que narrada en tercera persona (vamos, no puedo hablar de una sin hablar de la otra, como habéis podido comprobar). Si habéis visto la película de Miranda y esta no, vais a reconocer muchos elementos. Y si os gustó el repertorio, el de esta comparte esa caña y ese punto positivo, pero a su vez también es más pasivo-agresivo, más denunciante. Para una servidora que nació en los 90 siempre es interesante observar esa época a través de los que la vivieron en sus carnes. Ah, y como guinda, hace exactamente dos días que celebró su decimosexto aniversario. Ficha técnica Rent (Rent) 2005, USA Musical, drama romántico Dirección: Chris Columbus Guion: Stephen Chbosky Reparto: Anthony Rapp, Adam Pascal, Idina Menzel, Rosario Dawson, Jesse L. Martin, Tracie Thoms, Taye Diggs y Wilson Jermaine Heredia Puntuación: 8,5/10 Disponible en: Amazon Prime Video Post de Naiara Salinas «Hay tres clases de personas: los de arriba, los de abajo, los que caen». Tras un paso muy imperceptible por las salas, en marzo de 2020 Netflix estrenó El hoyo, largometraje español dirigido por el bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia y presentado durante el Festival de Sitges en octubre de 2019. A pesar de haberla visto como tantos otros usuarios de la plataforma, jamás llegué a dedicarle ni un solo comentario..., aparte del tuit informativo donde indicaba que la había visto. Quizá, no sin ironía, todavía estaba digiriéndola. Y este año, tras acabar por fin El juego del calamar y echando la vista a un 2020 plagado de doble moralidad, encuentro razones para refrescarla. Como se suele decir, llegó en el momento preciso. En la película, un hombre llamado Goreng (Iván Massagué) se despierta en una celda en medio de un complejo hermético de varios niveles con un agujero en el centro donde aparece de vez en cuando una plataforma que baja con comida. El compañero de celda de Goreng, Trimagasi (Zorion Eguileor), le explica la situación: cada nivel está ocupado por dos personas a las que reasignan aleatoriamente a otro nivel cada mes. La plataforma que cruza de arriba abajo y se detiene un tiempo en cada planta se llena cada día de comida que solo los superiores llegan a engullir. El hoyo, por tanto, se convierte en una cadena alimenticia literal donde los de arriba viven sin mucha preocupación y los de abajo... adquieren un hambre mayor que el digestivo. El hoyo es una película en apariencia muy simple, de no más de una hora de metraje, que en su fondo agrupa varias interpretaciones condicionadas por un final que confunde, que rabia, que no deja indiferente. Nunca esclarece el propósito de ese englomerado de plantas donde todo el subsuelo pelea encarnadamente para sobrevivir mientras los de la superficie simplemente alivian su hambre. ¿Dónde ocurre esto? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Es este otro experimento sociológico macabra destinado a llevar al límite la individualidad humana hasta resquebrajar su moralidad? ¿Y con qué fin? Son preguntas que como espectadores nos dejan en la impotencia, porque nunca se responden. Si eres el tipo de persona que espera que se lo den todo mascado, quizá esta no sea tu película. Sin embargo, la historia entera te entrega a cambio un cúmulo de sensaciones a través del viaje de Goreng, un protagonista elegido muy concienzudamente para presentarte el lugar y sus normas, un individuo con ciertos principios que llega ignorante y virgen como el público y que, por no saber, solo puede reaccionar ante lo que ve y sufre. Es introducido como un hombre con recursos, con título homologado, gente culta..., al que destinan voluntariamente a un infierno, solo que él no es consciente porque comienza en un nivel seguro. En la evolución de este personaje puede esconderse la clave para comprender la motivación del filme, en cómo un tipo que lee a Cervantes (el artículo que escoge quedarse, a diferencia de su compañero, que elige un cuchillo) de pronto se encuentra matando para mantenerse con vida y se otorga a sí mismo una misión para darle un poco de sentido a todo. Es una situación límite donde el hambre despierta la voracidad y conduce a la locura colectiva y al canibalismo, donde todo rasgo de humanidad se difumina a favor de la bestialidad. Donde enseguida calas a aquellos que poseen fortaleza y tratan de cambiar ayudando, una mentalidad que en esta trama se percibe muy quijotesca, es decir, una fantasía, una misión imposible (¿o no?). En resumen: El hoyo está para bajarle los humos a los que por vivir mejor consideran que no tienen que preocuparse por los demás. Te presenta la sociedad de clases de una forma original y turbia pero verosímil, al darle la vuelta a la tortilla y situar a todos los prisioneros en un grado parecido de egoísmo cuando se trata de supervivencia. Lanza una crítica severa contra el hambre: la avaricia, la gula, no solo de comida, sino también de poder, por aquellos en la cima que no tienen reparos en acaparar más de lo que realmente necesitan y dejar sobras a los demás como si fueran perros, insectos. Al mismo tiempo pone el foco en la animalización rápida del hombre cuando escasea un bien tan preciado y tan básico, por lo que cualquier otra forma de vida más cultural (literatura) se vuelve surreal. Está llena de escenas incómodas de ver, puede ser grotesca pero nunca demasiado intensa. Hay muchos análisis interesantes que han salido para llegar al quid de la cuestión y cada cual destaca un aspecto; yo defiendo que el director construye así la trama adrede, para que solo importe el qué. No perdamos el foco en lo importante y es evidente que el contexto no lo es. Lo que sucede es horrible estés en el nivel en el que estés, en la época que sea y sea la razón que fuere. No hay forma de defender esa atrocidad. Ah, y para quien quiera entender el final, este artículo. Feliz Halloween a todos. Ficha técnica El hoyo 2019, España Thriller, terror psicológico, ficción Dirección: Galder Gaztelu-Urrutia Guion: David Desola y Pedro Rivero Reparto: Iván Massagué, Antonia San Juan, Zorion Eguileor, Emilio Buale y Alexandra Masangkay. Puntuación: 7/10 Disponible en: Netflix Post de Naiara Salinas *Sonido de matasuegras y cañón de confeti* ¡Hola, allscreeners! Hoy nuestro bebé mimado, este sobre el que escribo ahora mismo, cumple 6 añazos y no se me ocurría mejor forma de celebrarlo, para empezar, que resucitando esta sección dormida todo el verano. Este no es sino el primero de una ronda de especiales que se completará este fin de semana en un eventito que he bautizado como el Aniversario de las Cosas Pendientes. Porque vaya si tenemos..., unas cuantas. Aunque... ¿quién no las tiene? Mis recomendaciones casi siempre se centran en clásicos o películas fuera de y en cartelera que pueden haber pasado desapercibidas para el público (joven) y que lo mismo merecerían algún vistazo. Resulta que todavía tengo unas cuantas en mi cajón de sastre para compartir, recordar o revelar para aquellos que las tengan "pendientes" (*guiño*). Con esa idea vengo aquí a daros la tabarra y, dado que un 6 llama a otro 6 y además septiembre es el mes de despedida de Lucifer... pues estaremos encantadas de recibiros en cualquiera de los círculos del Infierno para este maratón. 1. Cadena de favores Empezamos con una mítica. Raro es quien no haya oído hablar de ella o visto de pasada en la tele (la emiten mucho), pero nunca es tarde para conocerla. Basada en la novela homónima de Catherine Ryan Hyde, nos presenta a Trevor (Hayley Joel Osment), un niño de 11 años cuyo nuevo profesor, Eugene (Kevin Spacey), inspira durante una clase a crear algo insólito como parte de un trabajo y experimento sociológico: una cadena que se inicia cuando una persona (el propio Trevor) ayuda a otras tres que lo necesitan, sean desconocidas o no, y estas, a su vez, ayudan a otras tres. Todo de forma altruista. Esa cadena no tardará mucho en volverse viral, como lo llamaríamos hoy en día, y un periodista, tras ser un "favorecido elegido", investigará el origen del movimiento, que va dejando una huella profunda en la comunidad norteamericana. Como historia es una de las que más me cautivó en mi adolescencia y, al igual que Trevor, al colegio le debo haber descubierto esa cadena. La enseñanza de su guion es tan grande que por supuesto que todo iba a empezar en las aulas, a partir de un maestro con sus propias cicatrices que agarra el buen espíritu de Robin Williams para inspirar a sus alumnos a cambiar el mundo, porque cuando algo no te gusta es lo que debe hacerse, en lugar de seguir dejando que te decepcione. Y de decepciones Trevor sabe mucho, viviendo con una madre alcohólica. El filme expone situaciones duras que muestran lo peor de la humanidad: drogadicción, suicidio, maltrato, vagabundos, bullying..., pero en el horror puede haber esperanza si alguien se levanta y actúa al respecto. Nada en esa cinta contradice ese mensaje; si acaso, está presente en toda secuencia. En resumen: si tienes un día de mierda, esta película puede inspirarte, puede devolverte la fe en la humanidad. Es una lucha contra el egoísmo y una defensa de la solidaridad, un gran exponente del poder de nuestra voluntad. Hayley es increíble, pero Spacey (sí, a pesar de su presente tan nefasto) y Helen Hunt también. Las tramas están muy bien llevadas y la resolución emociona. Ficha técnica Cadena de favores (Pay it Forward) 2000, USA Drama, romance Dirección: Mimi Leder Guion: Leslie Dixon Reparto: Haley Joel Osment, Helen Hunt, Kevin Spacey, Jon Bon Jovi y Jay Mohr. Puntuación: 9/10 Disponible en: Rakuten TV y en tu mejor biblioteca pública. 2. Crash De una película inspiradora vamos a otra de la que seguro que ya hemos hablado por aquí en otro contexto. Crash es multiargumental, es decir, cuenta diferentes tramas monotemáticas, en este caso sobre el racismo. Con un cast apabullante de Oscar (como el que se llevó el filme entero), es increíble cómo evoluciona cada relato y se enlaza con los demás. Bajo esta premisa accedemos a múltiples puntos de vista que aportan para bien y para mal, ya que hay policías racistas, policías no tan racistas, familias latinas que se ganan el pan como pueden, familias afroamericanas que delinquen, familias árabes al límite... Estados Unidos muestra nichos representativos de su enorme población para denunciar los prejuicios y la violencia, mucho más que la desigualdad. El título se traduce como 'colisión', en alusión a los pueblos y las razas que se encuentran y chocan sin remedio, pero también al resultado de un conjunto de acciones desenfrenadas. Tiene un montaje y una escritura muy inteligentes, profundos y directos que cumplen su objetivo para con el público. ¿Mi trama favorita? La de la niña y su capa mágica protectora. Modelo de guion, en serio. Y una gran canción para los créditos finales, sí, señor. En resumen: invita a pensar y a emocionarse a partes iguales. Ficha técnica Crash (Crash) 2004, USA Drama Dirección: Paul Haggis Guion: Paul Haggis y Robert Moresco Reparto: Brendan Fraser, Sandra Bullock, Don Cheadle, Matt Dillon, Terrence Howard, Thandie Newton, Michael Peña, Ryan Phillipes y Jennifer Esposito Puntuación: 10/10 Disponible en: Rakuten TV y en tu mejor biblioteca pública 3. La princesa y los duendes ¿Recordáis una infancia animada que iba más allá de Disney, Disney Pixar y Dreamworks? ¿No? Pues dejadme que os muestre "un mundo ideal", a través de uno de los clasicazos de mi infancia, tan clasicazo que solo la conservo en VHS. El rey del reino ficticio donde transcurre esta historia es el narrador de lo que le ocurre a su hija Irene, quien jugando un día en el bosque se queda atrapada en el reino de los duendes y, aunque es rescatada por un joven minero llamado Curdie, las circunstancias le hacen regresar al subsuelo y descubrir un complot para destronar a los habitantes del castillo humano. Irene se tendrá que aliar con Curdie para rescatarlos a todos, cosa que será posible gracias a una magia ancestral que habita en el castillo. Recuerdo que cuando era una mocosa vi esta cinta por lo menos 800 veces y siempre me emocionaba mucho. Me encantaba la edición de sonido, que me relajaba una barbaridad aunque entonces no sabía lo que era el ASMR. Y cada vez que sonaba la canción de Curdie me ponía a cantar emocionada, porque si hay un punto enorme a favor de esta fantasía de cuento es que la música sirve como remedio muy eficaz contra los duendes. Para escribir este post me he puesto a buscar fragmentos e imágenes y sigo creyendo que la animación posee su encanto personal. Los protagonistas son muy monos y, en cuanto a la ejecución, seguro que hay quien opina que está más lograda que Memorias de Idhún teniendo en cuenta la diferencia de épocas (por mal que pese). En resumen: una recomendación totalmente subjetiva (aquí no me escondo tras el refinamiento, me niego) hecha con todo mi amor que no busca sino que más personas descubran esta maravilla, que además adapta otro clásico de la literatura infantil, por lo que es una gran oportunidad para volver a los cuentos de hadas de la vieja escuela y divertirse con una buena aventura, que cuenta con producción nórdica, británica, japonesa y estadounidense. Eso es, mejor combo para un relato fantástico imposible. No la dejéis pasar, que os lo he puesto muy fácil, ya veréis abajo. Ficha técnica La princesa y los duendes (The Princess and the Goblins) 1991, USA, Reino Unido, Japón y Noruega Fantasía, aventura Dirección: József Gémes Guion: Robin Lyons Reparto: Sally Ann Marsh, Peter Murray, Rik Mayall, Claire Bloom y Joss Ackland Puntuación: 10/10 Disponible en: YouTube 4. Divine El verano pasado se estrenó en los cines de Alemania esta comedia romántica con tintes religiosos protagonizada por los en continuo ascenso Matilda de Angelis (vista recientemente en Leonardo y The Undoing) y Callum Turner (La última carta de amor, Emma y Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald). Y aunque la vi hace meses pirateada (porque no me quedó más remedio), he esperado hasta que no he podido aguantar más para recomendarla con la esperanza (en vano) de que nos acabara llegando al resto de Europa, aunque fuese a través de alguna plataforma como... HBO, por ejemplo (Warner Bros., ¿qué haces con tu vida? Que lo que yo quiero no me lo das). Como este año parece que lo tenemos mejor para viajar, yo os cuento y ya, si eso, si pasáis por Alemania o Italia (que para algo la trama se ambienta allí) la buscáis: Gregory es un periodista agnóstico que es enviado a Roma a cubrir las elecciones papales, y allí tiene un encuentro poco fortuito con María, su casera, de la que se enamora perdidamente. El problema es que María está a punto de tomar los hábitos y cuando Gregory intenta conquistarla comienzan a suceder fenómenos raros... ¿Le permitirá Dios conquistar a su discípula? ¿Podrá María elegir entre su amor por Dios y por Gregory? Antes de que me lo pregunte nadie: ¿de verdad soy capaz de verme una película en un idioma que ni hablo ni entiendo y sin subtítulos solo por un crush actoral? Se ve que no me conocéis: obviamente. Y me enteré de bastante, que conste. Podéis llamarlo milagro divino (aunque agradecería volverla a ver en inglés, aunque sea). A lo disparatado del argumento (que se va de desmadre un par de veces) se unen dos protagonistas que están requete-simpáticos y desprenden una química adorable. Si ya los teníais fichados por sus trabajos anteriores, aquí tampoco os van a decepcionar; de hecho pueden ser un redescubrimiento, porque hasta entonces los habíamos visto en papeles dramáticos sobre todo, pero con la comedia se desahogan de una forma tan natural que es una delicia verles, sobre todo a un Turner que se vuelve muy excéntrico conforme avanza el metraje. El guion juega con el humor de la casa y uno de los gags mejor empleados es el de "Dios mío", je. En resumen: el punto divino de la sinopsis es el aspecto más atractivo y original para una estructura muy familiar y sencilla, en torno al que el director da rienda suelta a su gracia y los actores se desenvuelven sin ningún tipo de presión, como si fuera un largometraje realizado por y para colegas. Muy divertida, ahí con su nota histriónica. Otro atractivo que tiene es la oportunidad de ver otra Italia, en parte, ya que también tenía ganas de verla porque se rodó en Colonia solo un mes después de que la pisara con mis amigas durante nuestras vacaciones de 2019. Es posible que si la buscáis ahora la podáis encontrar con subtítulos o directamente en inglés, quién sabe. Ficha técnica Divine (Der Göttliche Andere) 2020, Alemania, Italia Comedia romántica Dirección: Jan Schomburg Guion: Jan Schomburg Reparto: Matilda de Angelis, Callum Turner, Pino Ammendola, Anna Bonaiuto y Mark Davison Puntuación: 8,5/10 Disponible en: Amazon Prime Alemania 5. El niño 44 Descubierta hace poquito en la tele. Tom Hardy interpreta a un agente soviético caído en desgracia que comienza a investigar por su cuenta una oleada de asesinatos infantiles relacionados con un partido político. La trama en su momento me llamó la atención lo suficiente como para no cambiar de canal y la verdad es que aborda cuestiones muy interesantes que se ven damnificadas por una dirección algo pobre por parte de Daniel Espinosa, que no termina de aprovechar los grandes recursos que se le presentan. Aun así, la incluyo en esta lista porque creo que si se contempla como una TV Movie se puede disfrutar mucho, puesto que la intriga la consigue y cuenta con un elenco muy, muy bueno. La relación entre los personajes de Hardy y Rapace, que interpreta a su esposa, es curiosa e intrigante. La escenografía tampoco está nada mal y el frío de Rusia es excelente para una historia cruda que busca el mal rollito en el cuerpo. Eso sí, cuidado con acabar muy helado si eres de buscarle mucho las cosquillas a estas producciones. En resumen: una TV Movie con thriller soviético de lujo. Lo que más vale, repito, es el reparto y la trama, aunque la ejecución sea poco eficiente en determinados aspectos. A mí no me disgustó, solo me sorprendió no haberla descubierto antes, pero cuando la volví a ver desde el principio reparé en ese defecto que le resta brillo. La recomiendo para poder confirmar o desmentirlo. Otro aviso: es más ficticia que realista (también parte de un libro que se toma sus licencias sobre un caso real). Ficha técnica El niño 44 (Child 44) 2015, USA Drama histórico, thriller Dirección: Daniel Espinosa Guion: Richard Price y Tom Rob Smith Reparto: Tom Hardy, Noomi Rapace, Joel Kinnaman, Gary Oldman, Vincent Cassel, Paddy Considine y Jason Clarke Puntuación: 6,5/10 Disponible en: Amazon Prime 6. Kate y Leopold Pues en honor a Hugh Jackman, que acaba de estrenar Reminiscencia, quería recuperar alguna de sus óperas primas, y me he dado cuenta de que su filmografía ha estado súper presente en esta sección a lo largo de los años, así que he tenido que bucear más y rescatar esta comedia romántica que protagoniza con Meg Ryan, donde ella es una ejecutiva ambiciosa del siglo XXI y él, el duque de Albany en el XIX, que por el experimento de un maniático acaba en Nueva York con Kate. Sí, hay romance de por medio, de los que se ponen difíciles al principio pero que te aseguran un buen puerto al final. Es cierto que esta no me ha dado tiempo a refrescarla, pero sí recuerdo a Hugh especialmente dramático, un intensito romántico de estos que buscaban representar a esa época de galanes y caballeros con ademanes de las tablas que, situados en un contexto actual, generarían risa más que respeto (lo cual, por cierto, es un poco triste. Qué deshonra burlarse del lenguaje antiguo). Así que sí, el filme es puro entretenimiento y una oportunidad de ver a dos grandes de la época (des)conectando, en especial siendo dos individuos que no siguen los preceptos de la sociedad (él como soltero y ella, como mujer líder). Estos cruces de épocas me suelen molar bastante. En resumen: para una tarde aburrida. Además, este año se suma a las cumpleañeras de 20º aniversario y el guion lo firma un STEVE ROGERS. Mangold volvió a dirigir a Jackman en Logan, ¿qué más queréis? No está mal, sobre todo si os va Bridgerton. Ficha técnica Kate y Leopold (Kate & Leopold) 2001, USA Comedia romántica Dirección: James Mangold Guion: Steven Rogers y James Mangold Reparto: Meg Ryan, Hugh Jackman, Viola Davis, Liev Schreiber y Breckin Meyer Puntuación: 7,5/10 Disponible en: YouTube Prime Post de Naia Salinas "En las garras de las circunstancias no he gemido ni he llorado. Ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado, jamás me he postrado. Ya no importa cuán recto haya sido el camino, ni cuántos castigos lleve a la espalda: soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma" (Nelson Mandela) Hoy se celebra el Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo en Lucha de Sudáfrica y, con la Eurocopa en plena jugada también (*guiño*), no se me ha ocurrido otra que desempolvar del baúl de los recuerdos uno de estos dramas históricos eastwoodianos. Que ya sé que el fútbol es una cosa y el rugby otra, y que en la vida real solo participan los europeos ahora mismo mientras que en la película se trata de un mundial. Pero yo voy a lo que voy: deportes y política (vaya... justo los temas que menos me gustan. La vida sorprende). Invictus parte del libro de John Carlin, Playing the Enemy, pero toma el título del poema que compuso el protagonista de esta historia durante su tiempo en prisión. En ella, el presidente sudafricano Nelson Mandela (Morgan Freeman) decide aprovechar la Copa Mundial de Rugby del 95 (que justo se celebra en el país) como medio de apoyo a su gran causa política: la abolición total del Apartheid, un sistema sociopolítico instaurado por los descendientes de los colonos europeos entre 1948 y 1992, basado en la segregación de la población por causas raciales o étnicas. ¿El objetivo de Mandela? Reconciliar a la mayoría negra y la minoría blanca. Ello le conduce a una alianza con el capitán de la selección sudafricana, François Pienaar (Matt Damon), en un momento en que el equipo está a punto de perder la fe en el deporte y su talento. Como digo, ni me gusta el deporte (bueno, depende. Los de equipo y tiro sí, aunque solo se me da bien el tiro con arco y sin duda prefiero practicar cualquiera de ellos antes que seguirlos con fervor por la tele) y la política me interesa solo como ciudadana de un país determinado con unas supuestas leyes que cumplir. Pero esto es cine, pasión más que confirmada, y, si bien es cierto que no me considero especialmente fan del cine de Clint Eastwood, su toque como director y productor termina dejando largometrajes que te conmueven, te revuelven, te invitan a pensar (aún no supero Million Dollar Baby). Muy humanos, en definitiva. A pesar de poner ese semblante sereno y aparentemente frívolo, el corazón de Eastwood está lleno de la sensibilidad que se requiere para interpretar a cada individuo, coger su relato y componer una obra muy emotiva. Invictus no iba a ser menos y, por eso, de todos los enfoques posibles, opta por un intimismo no exento de clasicismo que explora la visión de Mandela como dirigente de uno de los países más fracturados en ese momento, y lo sitúa como figura paralela al capitán Pienaar, que también es responsable de levantar la moral de un equipo sumido en la amarga derrota continua. La película consigue capturar esa doble lucha de múltiples formas, empezando por una perspectiva que sigue tanto el vaivén del presidente como el del capitán, con sus propias historias personales (muy llamativas son sus relaciones con sus respectivas familias, donde hay un contrapunto que favorece al rubiales frente al hombre más poderoso del país, y con sus compañeros, donde gana la hermandad en ambas partes), mientras a su alrededor los roces entre la población de color y la blanca mantienen el ambiente en tensión (por ejemplo, cuando contratan a los seguratas blancos, lo cual provoca el recelo del equipo de Mandela). Luego está el propio rugby, un deporte de contacto que obliga a ensuciarse las manos y a acabar con unas cuantas magulladuras (la representación física de esa batalla ético-moral). Si la unión hace la fuerza, este filme es un gran ejemplo de hasta qué punto y cómo una victoria alimenta la esperanza de toda una nación (aquí meteríamos el deporte como metáfora en un frente internacional, en plan: "¡Oéoé, no somos un país mediocre, podemos ganar todos juntos, blancos y negros!"). Aunque, a la hora de la verdad, la razón por la que aplaudir esta historia es la magnífica elección de sus protagonistas, con un Morgan Freeman impecable digno del Oscar (aunque ya lo ganó por Million Dollar Baby) y un Matt Damon bien conservado, ambos en papeles hechos a medida, sí, pero magníficamente ejecutados como para merecerse las nominaciones que tuvieron. Y ya para acabar, comentemos un momento el título, cuya traducción del latín no sería 'invencible' como sería lo habitual, sino 'invencido' (o 'no vencido', a falta del otro término en nuestro diccionario). Toda la película, toda decisión directiva, es un homenaje bien planteado al poema de Mandela, que a su vez es un eco de su persona, su biografía, su espíritu, su filosofía. Y por eso el bueno de Clint está muy interesado en mostrar la vulnerabilidad de sus personajes, en asomarlos un poco al precipicio, aunque en términos de desarrollo argumental van ascendiendo. La lucha es exitosa y la evolución es bastante notoria y muy visible en las dinámicas presentes en la trama. No son individuos que no han conocido la derrota, sino que la han encarado y se han levantado. Y por eso no son invencibles, sino "no vencidos". Otro resultado hubiera sido si además de caer se hubieran mantenido abajo. En resumen: otra buena historia de superación profunda de individuos con mensaje colectivo, con un elenco 10. Como punto negativo pondría el ritmo durante el segundo acto, que quizá alarga un poco el metraje. Por lo demás, bien ejecutada. Ficha técnica Invictus (Invictus) 2009, USA, Sudáfrica Drama Director: Clint Eastwood Guión: Anthony Peckham Reparto: Morgan Freeman, Matt Damon, Scott Eastwood, Zak Feaunati, Grant L. Roberts y Bonnie Mbul Puntuación: 7,5/10 Disponible en: YouTube Premium Post de Naiara Salinas Empieza la cuenta atrás para el día del libro, San Jordi, y me complace, tras haber visto doscientas y pico películas sobre escritores y un par sobre editores, haber encontrado una sobre uno de los departamentos editoriales más maltratados. Una editorial francesa se prepara para el lanzamiento de su vida: la última parte de la trilogía de misterio Dedalus está a punto de ver la luz al mismo tiempo en todo el mundo. El temor por las filtraciones es tan grande que el editor jefe, Eric Angstrom, decide encerrar a todos los traductores en un búnker con todo tipo de comodidades, donde día tras día habrán de completar la traducción de un número determinado de páginas antes de recibir el siguiente tomo. La situación cobra un cariz dramático cuando, de la nada, comienzan a filtrarse las primeras páginas del manuscrito, lo cual inicia una investigación contrarreloj para descubrir al culpable... al precio que sea. La amenaza está servida. El corte francés de este thriller puede llegar a definir más de una decisión no solo narrativa, sino también estilística. Su director y guionista, Régis Roinsard, partió de la polémica real en torno a la publicación del Inferno de Dan Brown, cuyos traductores también se vieron obligados a permanecer semanas en un búnker hasta completar el texto. Tal noticia conmocionó al sector literario en su momento, a Roinsard poco después y seguramente sorprenderá a los espectadores que se enteren este año por el estreno de este filme. Ese toque de realismo inesperado es el primer plato de un menú destinado a atraer al público más intrigado, que normalmente accede a esta clase de historias desde una perspectiva enteramente ficticia, es decir, la que se limita a jugar con supuestos. Aquí no se supone nada, sino que se admite la factibilidad, basándose en la presión del mercado que muchas veces ha obligado a tomar medidas drásticas en los sectores con menos capacidad competitiva. Esta trama inventada emplea ese contexto para lanzar una crítica abierta contra el sistema editorial. Para mí no es ningún secreto que el trabajo de un traductor está minusvaloradísimo a pesar de que sin él las ventas mundiales caerían como chorros. Tampoco suele estarlo el del ilustrador (¿los próximos en tener una peli propia?). De manera que Roinsard coge un ejemplo excesivo y nos lo expone mediante capas para ilustrar esta realidad tan incómoda. Un argumento como este tiene que tener cada tramo bien planeado. El guion es consciente de su atractivo, pero también de que el espectador no es ningún idiota y buscará las pistas que conduzcan a la gran revelación. Y estas son bastante visibles porque apenas se deja nada al azar. Como pelando una cebolla, en el momento en que se empieza a ahondar en cada personaje, la lista de sospechosos se va reduciendo considerablemente (obviando la trampa al citar el final de Asesinato en el Orient Express, que me callaré por si acaso) y es cuando peligra el plot twist. Por eso, apenas se alcanza la mitad del metraje cuando, de pronto, ¡pam!, la gran revelación asoma y tumba el clímax prototípico del género. Porque al francés no le interesa tanto el quién, sino el cómo y el por qué, y he ahí la parte que acaba enganchando, a través de fórmulas relacionadas con el montaje que construyen un ritmo muy dinámico hasta en la pausa contemplativa (el tercer acto entero es una maravilla). No se libra de la conveniencia de guion (por un plis), pero a rasgos generales es una ecuación bien planteada que todavía se reserva momentos de tensión máxima y un poco de acción disparada. Al final resulta que no le reza a un deus ex machina, sino a la justicia poética, por lo que merece un aplauso. No obstante, antes de llegar ahí hay que destacar sí o sí, una vez más, el juego realista, esta vez desde el punto de vista del reparto. Una vez salí de la sala me detuve a buscar cualquier entrevista o making of que hablara un poco más sobre el proceso de preparación, pues cada actor interpreta tanto en francés como en su idioma original, y algo muy llamativo es que el doblaje respeta esa decisión (solo se dobla lo que iría en francés y el resto se subtitula). No es al azar, ya que el juego de lenguas es una de las claves del misterio (atentos a la escena de "la burla"), así como aliciente de la trama (pues por algo la traducción es el eje), y a través de él Roinsard se recrea en los perfiles culturales de cada país, bien jugando con los estereotipos, bien desmontando algunos (ejemplos: el español tartamudo y torpe, la rusa disciplinada, el griego anarquista, la alemana lógica, el italiano camelador, el inglés joven con mucho potencial...). Es una lectura que puede ser tanto casual y anecdótica como premeditada que no pude evitar mientras seguía el largometraje y me hizo pasarlo mejor. ¿La razón? Estos personajes pasan mucho tiempo encerrados juntos y cuando el editor se pone firme para descubrir al hacker del grupo las tensiones liberan apoyos e insultos por igual que obligan a atacar aludiendo a esos prejuicios. La dinámica de grupo es uno de los desarrollos más interesantes del largometraje, ver cómo estos individuos, a pesar de no conocerse mucho, se hermanan ante la explotación a la que están siendo sometidos o se vuelven contra los demás para salvar el culo. Casi todos los actores proceden del país que representan sus personajes y son caras famosas elegidas adrede por su director, que puso como requisito eso y que dominaran el francés. Es un poco el Eurovisión de la traducción (en el bando español nos representa Eduardo Noriega en un registro nada habitual en él). Por tanto, recomiendo que si tenéis la oportunidad la veáis en VOSE. Porque el francés de Noriega, Olga Kurylenko y Alex Lawther es auténtico y es una delicia verles desenvolverse en él. Por último, como guinda: una película tan cercana a la literatura no puede sino incluir referencias a tutiplén, a veces de forma directa (la mención a Asesinato en el Orient Express ya comentada) y otras, indirecta (el aspecto y la psicología de la traductora portuguesa es una alusión a Lisbeth Salander, personaje de la saga Millenium, que comparte género con Dedalus). Y es que el largometraje no solo vale para criticar el mercado, sino también para valorar la literatura como lo que es: un espacio de expresión libre, de recreación, de aprendizaje y diálogo con el lector. En este filme el diálogo es esencial para la narración. En resumen: trama muy ágil, adictiva, intelectual, crítica (que no controvertida) y reflexiva en torno al negocio editorial que busca ensalzar el trabajo honesto y el amor por las letras a través de unos personajes para todos los gustos cuya relación evoluciona en todas las sendas posibles (uno de los grandes placeres del filme es indagar en cada protagonista y conocer sus motivaciones ocultas. Hay algunos que calan más que otros). La ejecución es tan magnífica que se le perdonan sus pocos errores, aparte de que va muy en la línea francesa de la serie Lupin, con un genio criminal que se adelanta a todo quisqui y le da una vuelta al sentido de la palabra "predecible". Es intrigante y "original" (los franceses, que son muy buenos en el tema). Podría reflexionar también acerca de por qué el thriller es el género protagonista, pero, pensándolo mejor, es como una muñeca rusa que introduce un misterio en torno a otro, lo cual me lleva a pensar que ninguna alusión es casual en realidad y que el guion quiere que sospeches de todos pero te creas la resolución. Muchos adjetivos se le pueden aplicar, pero increíble, en su definición más literal, no es uno de ellos. Conveniencias vale, pero agujeros ninguno. Todo tiene mucho sentido y te lo pasas en grande. Ficha técnica Los traductores (Les traducteurs) 2020, Francia Misterio, dramedia Director: Régis Roinsard Guion: Régis Roinsard, Romain Compingt y Daniel Presley Reparto: Lambert Wilson, Olga Kurylenko, Riccardo Scamarcio, Alex Lawther, Eduardo Noriega, Sidse Babett Knudsen, Anna Maria Sturm, Frédéric Chau Frédéric Chau, Maria Leite, Manolis Mavromatakis, Sara Giraudeau, Rose-Marie Houeix y Patrick Bauchau Puntuación: 10/10 Disponible en: unas pocas salas de cine afortunadas Post de Naiara Salinas Aunque en teoría faltan todavía unas semanitas para los premios Annie dedicados a la animación, no digamos los Oscar, considero que ya va siendo el momento de resaltar este pequeño tesoro nominado, antes de que sucumba por la presión de Disney y Pixar. Wolfwalkers es una película de animación independiente irlandesa, de los mismos artífices de El libro de Kells y La canción del mar, que nuevamente nos trae una historia folclórica en la que Robyn, la hija de un cazador, se aventura en el bosque deseando escapar de su destino de doncella para seguir los pasos de su padre cazando uno de los lobos de la manada que asola a la aldea, hasta que conoce a Mebh, una joven wolfwalker (una bruja con el poder de compartimentar su alma y transformarla en la de un lobo cuando duerme) que la muerde por accidente. A partir de ese momento la vida de Robyn pega un giro de ciento ochenta grados y, con sus nuevos poderes, deberá huir de la tiranía de los cazadores y ayudar a Mebh a encontrar a su madre desaparecida para salvar juntas a la manada. Siempre que veo películas de esta productora (siendo honesta, solo he visto dos, me falta una XD) acabo completamente cautivada; por la historia, por esa animación tan peculiar, artesanal, en 2D y por la cantidad de mundo que tiene Irlanda. Esta es parte de la que ya considero una trilogía sobre mitos celtas, en la que la acción se sucede sin ningún desenfreno y va muy encauzada a su meta. Divide muy armónicamente sus actos y sabe cómo desarrollar sus recursos sin resultar cargante, ni repetitiva. Vamos, que es una aventura que se va creciendo y genera mucho interés a su paso. Al igual que sus predecesoras, Wolfwalkers contiene el halo de leyenda que se acaba transformando en un cuento muy familiar, de los que pueden narrarse a la hora de dormir tranquilamente (y dado que la magia en este caso sucede cuando cierras los ojos, no sería ni mala idea para inspirar los sueños de los más chiquis). Su relato es muy sencillo. No obstante, su trama afronta cuestiones más adultas que La canción del mar, que era ternura en un 80%, ya que el tema de la cacería se aborda con la tiranía suficiente como para tornarlo un tanto oscuro. En realidad, la película ofrece una doble lectura: por un lado, está la aventura, con la que Robyn y Mebh se convierten en heroínas dispuestas a sacrificarse por el bien de la familia. Sin embargo, bajo esa capa se esconde un mensaje de libertad no solo para los animales damnificados, sino también para las jóvenes que quieren ser algo más que doncellas, jóvenes con garras y habilidades, fieras y valientes, indómitas como el bosque, como los lobos. Y aún queda tiempo para sacar más interpretaciones. El perfil de las dos chicas es muy complementario y hasta metonímico: Robyn representa a la sociedad inglesa. En esa aldea, al igual que su padre, es una forastera que ha llegado a imponer su orden pero que en el fondo no deja de ser seguidora de las leyes de otro. Es decir, es un personaje que se inicia con muy pocas opciones, prisionera de su condición. Y a pesar de ser uno de los hombres más diestros, su padre peca de la misma servidumbre. Por contra tenemos a Mebh, que no solo representa el lado irlandés salvaje (como vería un inglés a su vecino verde), sino también la energía, el espíritu natural, la fuerza mágica ancestral en peligro de extinción por culpa de la caza de los ingleses. En esta historia, Inglaterra empieza siendo la villana, en teoría, e Irlanda se convierte en el culto que hay que proteger. Se podría decir que todo cambia cuando Robyn se "cambia de acera", pero en verdad las wolfwalkers continúan siendo perseguidas y obligadas a ocultarse. Cuando parece que la civilización va a destruir todo atisbo de barbarie, se produce un punto de inflexión. El final deja esperanza para la convivencia entre ambos pueblos y esta especie, y es que, como bien saben los Stark de Poniente, el lobo solitario muere, pero la manada sobrevive. En resumen: una fábula fantástica para todos los públicos con una interpretación bastante adulta oculta en una aventura intrépida. Se nota un cambio de perspectiva con respecto a La canción del mar: aquí parece importar más el mensaje de fondo que la acción en sí (no es que en la otra no hubiese nada importante que contar, pero estaba más apegada a su carácter de cuento infantil). Los personajes gozan de muy buen desarrollo y de psiques para todos los gustos. Gracias a ellos el largometraje se impide emitir su mensaje de forma pesada, sirviéndose del alivio cómico cuando corresponde y añadiendo intensidad narrativa en las escenas de la aldea. Si a la otra la comparé con El viaje de Chihiro, a esta le tocaría igual La princesa Mononoke, pero todo es hablarlo. No contiene tanto viaje ni mitología como el filme anterior, pero se nutre de madurez y de técnicas de imagen que causan que navegues continuamente entre lo real y lo imaginario. Como experiencia visual es increíble, no pierde calidad con el paso de los años. Y, por supuesto, todo lo que sea Irlanda y lobos merece muchos premios. Yo espero sinceramente que se lleve el Annie a Mejor Película Independiente. Ficha técnica Wolfwalkers (Wolfwalkers) 2020, Irlanda Fantasía, aventuras Dirección: Tomm Moore y Ross Stewart Guion: Will Collins (Historia: Tomm Moore, Ross Stewart, Jericca Cleland) Reparto: Honor Kneafsey, Eva Whittaker, Sean Bean, Simon McBurney y Maria Doyle Kennedy Puntuación: 10/10 Disponible en: Apple TV |
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Marzo 2023
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