Érase una vez, una pandemia de un virus mortal nunca antes visto que asoló el planeta. En cuestión de semanas, todo estaba patas arriba: el mundo se había sumido en la anarquía; la gente asaltaba supermercados; la mascarilla dejó de ser una prenda única de médicos, superhéroes y villanos; los hospitales estaban a rebosar de pacientes y la naturaleza se abrió camino ante la ausencia de humanos. Por supuesto, no faltaron las teorías de la conspiración que buscaban derrumbar cualquier intento de orden. 

Podría estar resumiendo 2020, de no ser por un pequeño detalle: en medio de esa vorágine, sucedió un milagro: empezaron a nacer bebés híbridos con partes de animales. No, no había relaciones extrañas detrás. Así empieza Sweet Tooth, el último estreno fantástico de Netflix. Y sí, también tiene origen literario, en concreto el cómic homónimo de ​Jeff Lemire.

Aventuras para todos los públicos

Como viene a ser costumbre últimamente, Sweet Tooth nos presenta otro entramado de líneas argumentales que siguen un desarrollo paralelo hasta que se entrecruzan, siendo el eje central la protagonizada por Gus (Christian Convery), un niño medio ciervo con tanta gula que inspira el título de esta producción. En un mundo lleno de cazadores que desean eliminar esa nueva raza sospechosa de ser un resultado del virus, Gus crece de forma aislada con su padre en medio del parque natural de Yellowstone, sin ser consciente de lo que sucede más allá, hasta que la tragedia asoma por la puerta y el pequeño se ve en la obligación de espabilar y embarcarse en un viaje peligroso a Colorado para obtener respuestas. Por supuesto, a pesar de apañarse un pelín viviendo solo, no le falta un guardián, Jepperd (Nonso Anozie), alias "Grandullón", un ex cazador con adicción a las pastillas que vive con la culpa de sus pecados. 

"Goloso" (apodo del chiquitín) y "Grandullón" van encontrándose con distintas aventuras y obstáculos a lo largo de los ocho capítulos que componen la primera y por ahora única temporada: familias que también viven aisladas cumpliendo a rajatabla las medidas anti... como se llame ese virus; niños perdidos que creen que los híbridos no son el problema, sino la solución; cazadores; trenes que o llegan tarde o se pierden... En uno de estos episodios conocen a Oso (¿o debería decir Osa? Bueno, el doblaje es el que es), una adolescente (Stefania LaVie Owen) que se encariña enseguida con Gus y decide ayudarle a encontrar a su madre. 

Pero de forma paralela a esa historia con tinte más infantil-juvenil, tenemos las de dos adultos. El primero es el doctor Singh (Adeel Akhtar), cuya esposa ha logrado sobrevivir al virus con ayuda de un medicamento experimental de una doctora que, antes de retirarse, deja toda su investigación en manos de su compañero para que sea él el responsable de encontrar la cura definitiva. La segunda es Aimee (Dania Ramírez), una mujer que, tras vivir completamente confinada, encuentra a una bebé híbrido y decide criarla y abrir la Reserva, un santuario para proteger a todos los niños mestizos de las sucias manos de los cazadores. 

​A pesar de que la serie se narra como un cuento infantil, el argumento y la estructura diversificada que sigue la dotan de una perspectiva muy madura donde se ponen en jaque cuestiones morales importantes, entre ellas los límites a los que estamos dispuestos a llegar por aquello en lo que creemos. Pero ante todo es una historia ecologista que defiende el valor de la naturaleza y juzga duramente a la humanidad por su trato sobre esta, echando la mirada en las consecuencias que tiene la experimentación y la destrucción de los recursos, no solo para con la vida terrestre y demás, sino también para con el orden social, aunque también deja la puerta abierta a los milagros y la esperanza de una regeneración. Un mensaje que hoy en día debería calar (se puede decir más alto, pero no más claro). 

Sin estar 100% segura de su fecha de producción, la trama toca la fibra sensible del espectador lo suficiente como para que esta se contemple con gracia y respeto al mismo tiempo. No obstante, no hay que olvidar que, aunque sea una adelantada a su tiempo, sigue siendo una ficción que parte de unos cómics, por lo que achacar su estreno a los tiempos que hemos vivido resulta un tanto injusto. Por ese toque oscuro argumental el tono que asume toda la narración es el ideal, al dejar que aflore la inocencia de los niños y su comicidad aun siendo conscientes de que no todo lo que ocurre a su alrededor es un paraíso y diversión. Se trata de personajes que sufren pérdidas y aprenden a reconstruirse apoyándose los unos en los otros en un viaje con tantos afluentes que no puedes esperar para ver dónde desemboca.

Una producción muy cinematográfica

Sweet Tooth tiene la ventaja de tener al gran Robert Downey Jr. (y esposa) como productor ejecutivo y su puesta en escena es tan magistral que bien hubiese valido para presentarse en salas más que en varios capítulos de una plataforma, aparte de por la sinopsis. Y es que una pantalla grande, por mucho que no tenga nada que envidiarle a estas alturas la pequeña, le sentaría genial a su bella fotografía, que se mueve continuamente entre lo sombrío y lo luminoso, con mucha escena nocturna (hasta siniestra), pero también sol, marcando las dos vertientes del relato, que aborda la crueldad de los hombres y la lucha de los personajes por encontrar o mantener la positividad. Por no hablar de un CGI bien colado que nos deja unos híbridos súper achuchables. 

Era una sensación continua mientras la veía, la de que hubiera sido una buena apuesta para los cines (o al menos una película de streaming), pues, aunque cada episodio se resuelve buenamente y acrecenta el interés, ¿de verdad la idea no hubiera sido viable para un metraje de dos horas y pico? Hombre, a lo mejor nos perderíamos más detalles de la trama, nos perderíamos parte del ritmo contemplativo que explora la psique de los personajes..., pero seguiríamos teniendo la esencia y quizá se tomaría un camino más directo hacia el cierre, que es lo que no sucede aquí. Creo que es la primera vez que he pensado: "Me encanta esta historia, pero... ¿de verdad necesito saber tanto para disfrutarla?" Precisamente, la referencia que más vino a la cabeza durante el visionado fue la adaptación cinematográfica de Peter y el dragón, de Disney (por el protagonista, que me recordó bastante a Peter; por su toque aventurero, su mensaje a favor de la protección de lo salvaje, etc.).

​El éxito de las adaptaciones literarias en formato serie está ocasionando una pérdida del género fantástico en el séptimo arte, que prefiere nutrirse de acción a raudales, cuando no de terror o dramas independientes. Y no estoy en contra de la decisión, sobre todo considerando la calidad tan excelente de las producciones para televisión del presente (incluida esta, que es otra delicia audiovisual), aunque a veces me pregunto si es directa o se la replantean, sobre todo en el caso de la todopoderosa Netflix, que se ha vuelto una tirana con las renovaciones y deja más cosas inacabadas que a la inversa, cosa que no hace con sus largometrajes.

Nada me gustaría más que ver a Gus y CIA llegar al final de su aventura, por lo que me es inevitable preguntarme qué es mejor para que esto suceda. Así como a ciertas sagas largas les veo más futuro como serie, también opino que no porque la fantasía haya sufrido en taquilla debe renegar de ella, ya que todavía hay historias de enorme calidad como esta que pueden revitalizar la noción que tenemos del género en el cine (en otras palabras: que no se diga que todo filme con estas características es un truño). 

Por ahora no puedo más que recomendarla y animar a todo aquel que me esté leyendo a verla. Es bonita, curiosa, tierna, alegre, triste, madura y esperanzadora. Muy bien otra vez, Netflix. 

¡Hola, hola, allscreeners! He vuelto y tenía que hacerlo con nuestro querido, adorado, amado y añorado Lucifer que regresa con una segunda parte de su quinta y penúltima temporada que no dejará indiferente a nadie y de la que hablaré en la siguiente review que, para organizarnos, se dividirá en las que yo considero que han sido las tres líneas argumentales principales de esta nueva tanda de episodios. Pero no puedo comenzar sin avisar de que aquí habrá SPOILERS y de que no continuéis leyendo hasta haber visto a Luci hacer de las suyas. Dicho esto, ¡empezamos!

1. El padre ausente hace acto de presencia

La 5A terminaba cuando aquí Dios, aka el padre de Lucifer, Michael y Amenadiel, hacía acto de presencia para ver qué leches estaba pasando entre Luci y Amenadiel y así es precisamente como comienza esta 5B. Pero lo que parecía ser una visita puntual pronto se convierte en algo más duradero y es que Dios decide que la Tierra es un buen lugar para hacer una cena familiar y para enamorarse más del pequeño Charlie, su nieto, al que aun no conocía. Tras una cena familiar de lo más inusual (y divertida, añadiré), Dios toma la decisión de ordenar a Michael que regrese al Cielo. Todos pensábamos que ahí acabaría la trama de Dios, pero no, pronto descubrimos que Dios ha decidido quedarse para poder reconectar con Amenadiel y, especialmente, con Luci, cosa que a nuestro diablo favorito no es que le haga mucha gracia. Y es que, claro, que papi se quede a vigilarte después de años de lo que podríamos denominar "radio silence" no hace demasiada ilusión a nadie.

Sin embargo, esta reunión pronto traerá más quebraderos de cabeza a nuestros ángeles y es que resulta que, podríamos decir, la Tierra interfiere con los poderes de aquí Dios. Y pronto comienzan a suceder cosas extrañas, como que cada vez que Él aparece la gente se lía a cantar y bailar. Pero, oye, esta es la excusa para darnos el episodio musical del que tanto nos habían hablado y uno de mis favoritos de la 5B. ¿La solución a esto? Pues nada, deshacerse de sus poderes (¿en serio? ¿Se puede?) y dejarlos ocultos en un sitio que ni Él mismo puede recordar para vivir una vida normal. Esto, quizás, supone para Lucifer el primer paso para reconciliarse con Dios y es que a pesar de todas sus disputas, sigue siendo su padre y verle indefenso y desprotegido hace que Luci comience a preocuparse, y mucho, por su padre. También aquí se abre una subtrama que me parece que se debe mencionar y es el hecho de ver a una Maze deseando ser algo más humana, con un alma que la permita ir al cielo porque ve que la vida de diablesa no es para ella. Al principio Dios le dice que va a ser que no (aquí de nuevo me pregunto: ¿es capaz de deshacerse de sus poderes pero no de darle un alma? A mí que alguien me lo explique) pero más adelante descubrimos que quizás no se la puede dar porque ya está creciendo una en su interior (que también se lo podría haber dicho a la muchacha en lugar de desilusionármela). Pero volviendo a la trama principal, el hecho de que Dios pierda sus poderes nos lleva a la segunda línea argumental de la 5B y es que Dios se ha dado cuenta de que ya está viejo para continuar con el trabajo. Y para ello, nada mejor que una buena y merecida jubilación.

Nunca una jubilación había dado tanto de sí (y eso que, teniendo en cuenta que soy de las pocas que ve Dynasty, debería estar acostumbrada) pero es que, claro, una cosa es que Dios se jubile y otra muy distinta que el puesto pueda quedar vacante. Y ahí es donde comienza la trama principal de esta temporada: en saber quién sucederá a Dios. Al principio la cosa está bastante clara y es que todo el mundo (y con eso nos referimos a la mayoría de los hermanos ángeles) apoya a Amenadiel. ¿El problema? En el último momento él decide que no le apetece eso de ser Dios y perderse ver a su hijo crecer, así que decide apoyar la candidatura de Lucifer. No debemos olvidar que Amenadiel ha visto cómo ha cambiado el diablo a lo largo de toda la serie pero, para el resto de sus hermanos, él sigue siendo la oveja negra de la familia y no contará con su apoyo tan fácilmente. Además, Michael también presenta su candidatura y, de buenas a primeras, nadie sabe la que armó en la Tierra y Dios decide omitirlo, por lo que cuenta con el apoyo de la gran mayoría. Pero, oye, eso mejor que lo solucionen entre hermanos que aquí papi se ha reconciliado con mami y mejor que se vayan a su universo (sí, aquí soy un poco crítica pero es que me parece que ambos se lavan las manos muy pronto y dejan que todo se arregle después de una disputa entre hermanos en la que nunca Dios intenta interferir).

Y es que precisamente el irse tan rápido es lo que desencadena que, en lugar de hacer una transición limpia, uno de los ángeles (Gabriel para ser exactos) se alíe con Michael y traiga de vuelta del universo de su madre cierta espada, la única capaz de acabar con la existencia de los ángeles, y vaya a caer en las manos equivocadas, es decir, en las de Michael. Esto, unido a (ATENCIÓN ALERTA MEGA SPOILER) la muerte de Dan en manos de Michael en un esfuerzo por rearmar la puñetera espada y así matar a Lucifer o, en su defecto, conseguir que Chloe al morir debido a su culpa vaya al infierno y así mantener a Lucifer a raya ahí, hace que al final los dos gemelos entren en una pelea a muerte por ver quién será el nuevo Dios  que comienza, cómo no,  con un intento de distracción en forma de baile (en serio, vivo por estos momentos). Ahí, la gran damnificada es Chloe, que muere cuando Michael le clava el báculo del árbol de la vida y vemos cómo al fin Lucifer es capaz de decirle dos palabritas mágicas que la pobre mujer llevaba queriendo oír toda la temporada: "Te quiero". Y, también, nos lleva a la tercera pata de estas líneas argumentales: la relación entre Chloe y Lucifer.

Claramente la tercera línea argumental y, es más, la línea argumental de toda la serie, es la relación amorosa entre Chloe y Lucifer y cómo Lucifer se va reformando gracias a esta detective. Y aquí queda más claro que nunca. No solo no nos han dado peleas estúpidas (a estas alturas de la serie era innecesario), sino que vemos cómo Chloe está dispuesta a sacrificar todo por permitir a Lucifer ser el nuevo Dios. Y más cuando descubre que la razón principal por la que hacer todo esto es por ser digno de su amor (cosa que, adelanto, tampoco era necesaria). Es más, es capaz de dar su vida (y de hecho, la da) y dejar a la pequeña Trixie huérfana (recordemos que había perdido a su padre en el capítulo anterior). Sin embargo, Lucifer también está dispuesto a arriesgarlo todo por ella y decide volar al cielo (a pesar de que esto le lleva a la muerte) solo para traerla de vuelta. Además, se siente terriblemente culpable al averiguar que Dan está seguramente en el Infierno (porque Amenadiel no le ha encontrado en el cielo) y no quiere que Trixie se críe sin su madre. Por ese motivo, no duda ni un momento y vuela al cielo y convence a Chloe de que regrese mientras él ocupa su lugar y muere por ella. Si eso no es amor que venga Dios y lo vea (vale sí, era un chiste fácil).

Para acabar, he de decir que esta temporada me ha gustado bastante, aunque no voy a negar que algún capítulo (como el de Dan) se me hizo algo pesado y de relleno, pero oye, lo bueno en este caso supera a lo malo. Se notaba un poco que estaba pensada como última temporada originalmente (antes de la renovación), no solo por la gran trama divina que nos han regalado donde aparecían muchos personajes que llevábamos temporadas esperando, sino también por el resurgimiento de otros, como el ángel Remiel, Eva y los que ya he mencionado, los cuales nos han dejado multitud de referencias a las temporadas anteriores. Y no puedo acabar esta review sin hacer mención a la relación entre Maze y Eva que me da la vida y a cómo me encantó el capítulo de Linda y su hija, porque son personajes secundarios que poco a poco han ido ganando mi corazoncito y de los que no me importaría algún spin-off.... Dicho esto, me despido ya por hoy. ¡Hasta la próxima, queridos allscreeners!