Post de Naiara Salinas Cuando una tiene hype y enorme buchabú por algo es más arduo el esfuerzo por ocultarlo que por mostrárselo al mundo. Apenas una hora después de ver el regreso de esta saga que me tuvo obsesionada en algún momento de mi adolescencia entre los últimos libros de Harry Potter, la huella profunda de Memorias de Idhún y las aventuras de Las crónicas de Narnia, aquí estoy escribiendo mi reseña. Y porque es una adaptación especial, obviamente va a estar muy completa (pero ¡sin spoilers! ¡Milagro!). El origen: la trilogía de Phillip Pullman Los años noventa fueron decisivos para la literatura fantástica dirigida principalmente a los jóvenes que hoy en día estamos en la veintena-treintena. Tan solo dos años antes de que J.K.Rowling nos encandilara con un niño mago en 1997, Phillip Pullman, otro británico, ya estaba dando a conocer a Lyra Belaqua y su universo. La materia oscura es el nombre que adoptó la trilogía principal (compuesta por Luces del norte -1995-, La daga -1997- y El catalejo lacado -2000), a la que más tarde seguirían libros "solteros" más anecdóticos que otra cosa (El oxford de Lyra -2003-, Érase una vez en el Norte -2008- y El libro del Polvo -2017-). Su singularidad reside en el concepto de la fantasía que adopta, ya que bajo esa capa juvenil se esconden ideas filosóficas, metafísicas y demás científicas más capaces de ser comprendidas por un adulto que por un niño. Y aun así, el lenguaje de su autor hace accesible todos estos conocimientos, que se miran con doble prisma y causan que la saga sea muy admisible en análisis académicos. El argumento del que parte es el siguiente: en una Tierra paralela (sí, lo sé: materia oscura, Tierras paralelas... Arrowverso, ¿eres tú?) llena de magia y seres diversos, los humanos tienen su alma dividida en una forma animal denominada daimonion (literalmente es 'demonio' en griego clásico, pero no os alarméis aún). Este ser adquiere una forma definida al llegar a la edad adulta, mientras que cuando se es niño, cambia a placer. El daimonion es capaz de sentir y ver lo que su humano siente y ve. Son dos mitades de una misma esencia, y esto es importante comprenderlo porque a raíz de esta conexión empiezan a surgir los problemas. Y es que Lyra no es una niña corriente; es una huérfana acogida en el campus de la Universidad de Oxford gracias a su tío Lord Asriel, un explorador que regresa con un descubrimiento único y alarmante entre las grandes élites: el Polvo, aquello que forma parte de la materia oscura y permite la conexión entre mundos. Dicho Polvo se manifiesta en los niños a través de sus daimonions. Aparte, los niños están siendo raptados por un grupo de personas llamados "zampones", de los que se dice que realizan experimentos crueles. Cuando dos de ellos muy cercanos a Lyra desaparecen, la niña tendrá la necesidad de hacer algo y viajará a Londres con la señora Coulter, una recién llegada con unos aires misteriosos. Antes de partir, el rector le entregará un objeto que cambiará su vida para siempre, ya que le otorgará la verdad absoluta y profunda de las cosas: el aletiómetro. Más conocido... como "la brújula dorada". La brújula dorada: el buen intento que no resultó La adaptación cinematográfica de 2007 dirigida por Chris Weitz (quien se encargó también de Luna nueva, la segunda parte de Crepúsculo) adoptó el título de la edición norteamericana del primer libro. Con un argumento y un reparto (Daniel Craig, Nicole Kidman, Sam Eliott, Eva Green, etc.) capaces de atraer por sí solos, no gozó del éxito esperado. Los cambios llamativos con respecto a la novela en un intento de acotar el guion no convencieron a la crítica y a la mayoría del público fiel, mientras que a otros, como a mí, nos animaron a leer los libros y sumergirnos hasta la obsesión en todo ese maravilloso mundo. Y es que pese a que no coló (mirándolo ahora en retrospectiva la verdad es que la adaptación sí fue un poco floja, sobre todo teniendo en cuenta que se pierde el final que conecta directamente con el segundo libro, lo cual ya dificultaba una continuación fiel fiel) tengo bastante en cuenta que la mayoría de los espectadores de ahora van a reconocer la serie gracias al filme..., por lo menos si se han visto el tráiler y se han topado con los elementos que caracterizan la historia. Sin embargo, viendo todo el bagaje cultural y científico del que se sirve Pullman en su saga, es comprensible que el formato de la gran pantalla se le quedara insuficiente. La promesa de la nueva era de las adaptaciones fantásticas HBO y BBC rescatan esta historia tan popular en el mejor momento posible, uno en el que las adaptaciones en televisión ya no tienen que envidiar apenas nada a las del cine, uno en el que hay pruebas vivientes de que aquellos libros que se quedaron en un largometraje pueden expandirse unas temporadas más (sí, Shadowhunters, te estoy mirando a ti). Las grandes plataformas parecen ser la mejor apuesta gracias a sus millones recaudados en todo el mundo que garantizan que la calidad de los efectos especiales y la ambientación no se pierda (Juego de tronos, Carnival Row y The Witcher y El señor de los anillos próximamente). Aparte, el hecho de que ya haya sido renovada a una segunda temporada hace que la confianza en esta nueva versión aumente, así como los nombres que firman el guion (Jack Thorne, de Harry Potter y el legado maldito, Shameless y Skins), la banda sonora (Lorne Balfe, del videojuego Assassins Creed, Genius, Misión imposible: Fallout, etc.) la dirección (Tom Hooper, de El discurso del rey, Los miserables, La chica danesa y Cats) y la producción ejecutiva (el propio Pullman está entre ellos). Tras degustar el piloto, no podría estar más encantada. El guion es bastante amable con el público encariñado tanto con las novelas como con la película. Todo es bastante reconocible y eso genera una sensación de nostalgia enorme, que provoca que se mire esta serie como a un viejo amigo al que hace mucho tiempo que no se ve. Pero al mismo tiempo, introduce a las nuevas generaciones en lo que tiene pinta de ser un viaje prometedor que a más de uno animaría a regresar al papel como buenamente ocurrió en 2007. Hablando de lo cual, cuando ya se tiene una estructura de guion montada, eso contribuye a que el impulso sea incluso más efectivo. Por eso, los viejos espectadores pocas novedades con respecto a la película encontrarán en esta introducción, que obviamente conecta con las novelas también. Sin embargo, no hay que verla como una doble adaptación (como lo sería Doctor sueño, por ejemplo); se nota que es la trilogía la fuente principal, pero determinados aspectos narrativos audiovisuales que funcionaron en su día se han quedado para permitir al guion avanzar por un sendero seguro. Uno de esos elementos es la explicación inicial, para situarnos en contexto. A partir de aquí será un juego continuo de "Encuentra las siete diferencias", pero desde el principio se deja claro que veremos más (todo está en los detalles). Y es que la gran ventaja de los episodios es que no están limitados, lo que da a pie a que ese mundo que tanto atrajo pueda ser desarrollado con mayor gracia y profundidad. Y que las libertades creativas tengan incluso más cabida (su otra gran ventaja, a todo esto, es el tiempo que ha pasado entre una versión y la otra, que produce menos apego). El gran reto que le veía a la serie con respecto a la película era encandilar al público con el reparto, ya que los nombres que he mencionado antes ocupan bastante hueco entre lo mejor de Hollywood, y siempre hay un pequeño sabor amargo entre los que ya se habían hecho con ese casting y los que siguen siendo puretas de las novelas. Si bien aún mantengo la duda sobre unos pocos de los nuevos fichajes (la mayoría secundarios sin importancia a los que me puedo acostumbrar fácilmente), en general también estoy bastante satisfecha con esta elección, destacando a Dafne Keen como la protagonista y a James McAvoy (el cual, no sé si por ser él, logra que mire a Lord Asriel con más simpatía de lo que consiguió Daniel Craig. Y no es que el personaje sea santo de mi devoción). Cierto es que queda mucho por ver todavía, pero las primeras impresiones, según qué cosas, cuentan bastante, y por lo que a mí respecta Keen se hace con el papel de Lyra enseguida (aparte de cuadrar mejor el aspecto físico). Tampoco quiero ignorar a las voces detrás de los daimonions (o deamons según la película): la legendaria Helen McRory (Harry Potter, Penny Dreadful, Peaky Blinders) y la joven promesa Kit Connor (Rocketman), ambos encargados de dar alma a dos de esas medio almas animales. Y, por supuesto, Ruth Wilson, que como Coulter quizá no desprenda la misma elegancia que Nicole Kidman, pero le da un carácter que más adelante puede desembocar tranquilamente en la energía fiera que el personaje requiere. Oh, sí, las comparaciones son odiosas, pero en este caso inevitables por partida doble. En general a casi todos les toca conseguir que olvidemos a los actores de 2007 en la piel de sus personajes, pero unos lo tienen más fácil que otros, bien sea porque se ajustan más a lo que los lectores imaginamos o bien porque tienen la oportunidad de desarrollar más su papel. Me aferro a lo del lapso de tiempo como tercer argumento a favor. En resumen, todo lo que he visto y oído por ahora me ha gustado. Saboreo la perspectiva de poder ver de nuevo lo que me encandiló de la saga y adoro que los daimonions no me creen nostalgia con respecto a los cinematográficos en calidad. Es una adaptación bien realizada (ya solo con oír la banda sonora es fácil emocionarse) y no puedo esperar a ver hasta dónde llega o está dispuesta a llegar. No quiero sonar a pureta, pero realmente espero ver algo más familiar, sin que por ello reniegue de los cambios, ya que considero que la gran ventaja de la tele es que los límites a la hora de indagar en el universo ficticio se difuminan para llenar los vacíos de curiosidad. Y el universo de Pullman tiene MUCHO que ofrecer, como las brujas tan misteriosas, los osos del hielo, ideas y conocimientos varios sobre la religión, la alquimia, la física cuántica... Es sencillo pensar que va dirigida a un target más adulto que joven por la madurez con la que está concebida, pero eso no cambia que también sea un relato de aventuras que hará las delicias a todos los que disfruten con ellas. Quiero poder recordarlo todo sin necesidad de recurrir a los libros porque, ahora que el tirón está ahí, pienso aprovecharlo como pueda. Esta no será la última vez que escriba o hable sobre La materia oscura, lo voy avisando. Espero que esta versión haya llegado para quedarse por muuuucho más tiempo y que logre acabar la trilogía, al menos.
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Enero 2023
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