Post de Naiara Salinas En el cine tenemos la ya estrenada Los siete magníficos, con Denzel Washington, Ethan Hawke y Chris Pratt a la cabeza del reparto. Y en televisión (ordenador para nosotros, de momento), ha llegado esta semana la esperadísima Westworld. El western, queridos lectores, vuelve a estar auge este año, no solo esta temporada sino diría que en verano también (ya que tuvo lugar el 50 aniversario de El bueno, el feo y el malo del que os hablé). Sin embargo, el producto televisivo se adapta a la era tecnológica ofreciendo algo parecido a los Juegos del Hambre, Parque Jurásico y Gamer (película protagonizada por Gerard Butler y Logan Lerman), ya que la serie se ambienta en un futuro donde un grupo de científicos y diseñadores crean un parque que permite al usuario vivir una experiencia real en el Lejano Oeste. La propuesta resulta atractiva aunque no novedosa, ya que parte de una primera versión de 1973, pero la razón por la que realmente decidí darle una oportunidad fue por la firma de J.J. Abraams y Jonathan Nolan en la producción y en la concepción respectivamente. Fue entonces cuando pensé: "Esto promete". Un pensamiento que se volvió determinante cuando conocí por primera vez al reparto: Evan Rachel Wood, James Marsden, Ed Harris... y hasta el mismísimo Anthony Hopkins. Nombres que no solo suenan sino que además ya gozan de una gran reputación en Hollywood. Y encima la comparaban con la mismísima Juego de Tronos, mi serie favorita. Osea que sí, tenía que verla, era mi estreno más esperado. ¿Qué sabor me ha dejado este primer episodio? Perplejidad. Westworld es una súper producción, de eso no hay duda, pero cuesta pillarla un poco. Hay dos mundos y por ende dos clases de personajes: los reales y los ficticios. Los primeros engloban tanto a los creadores del parque como a los usuarios que se divierten diariamente interpretando su papel, y los segundos comprenden a extras creados para conferir verosimilitud al Mundo del Oeste, cada uno con historias y características personales que se reinician al final de cada día (como le pasa a Bill Murray en Atrapado en el tiempo). Evan Rachel Wood encarna a Dolores Abernathy (del grupo de los ficticios), una mujer que vive agradablemente procurando disfrutar de su mundo, del que solo puede ver la "belleza". Hasta que un tren que llega al pueblo la reencuentra con Teddy Flood (James Marsden), un viejo amor. Entonces comienzan a suceder varios acontecimientos que se concadenan sin remedio: un forastero que ejerce de villano y busca algo relacionado con el parque (Ed Harris), criminales que asaltan la granja de Dolores y matan a su padre y a su amado, marionetas que comienzan a despertar... La mayoría se olvidan una vez que se reinicia el día, pero las consecuencias prevalecen y los encargados de la seguridad pronto se dan cuenta de que algo no está yendo como debiera. Toda trama requiere de un conflicto para su desarrollo y en este caso, como en Parque Jurásico, la ficción va tomando cada vez más conciencia de su ser y rebelándose contra el creador adquiriendo una mente propia. Eso por un lado, pues usuarios del exterior también meten las zarpas donde no deben (como Ed Harris). Por tanto, como en Humans, se plantea la línea difuminada entre el robot y el ser humano con sentimientos (con tantos referentes no pretendo comparar, sino señalar que en el siglo en el que nos encontramos pocas cosas tienen ya secretos para los espectadores, puesto que estos son los temas de más actualidad). Otro de los aspectos que llaman la atención es la perfilación de los personajes, que aún se encuentra en proceso, ya que un piloto que plantea un dilema a la vez que presenta su universo ficticio no es suficiente para darnos a conocer a todos sus protagonistas, y por tanto una se queda con ganas de ver y saber más (esa es la intención, ¿no?). Lo primero que capta enseguida el cerebro es que nadie va a dejarnos una identidad clara y por tanto solo conoceremos el 10 o el 20% de los primeros en aparecer en pantalla, todos con sus misterios. Por ejemplo, sabemos qué opina Dolores de su mundo, pero todavía nos queda llegar al porqué de su importancia, por qué su foco es uno de los principales. Su misterio empieza con su padre, que realmente no lo es, sino otra marioneta a la que han atribuido tal papel y que es una de las primeras en "fallar". Teddy es otra incógnita, ya que al principio parece ser un usuario enamorado de una ficticia y luego resulta que es uno de ellos. ¿Por qué lo confundí y cómo me di cuenta? Es uno de los que llegan en el tren que supuestamente transporta a los usuarios al pueblo (uno de los acompañantes del hombre, de hecho, lo es), aunque luego resultan estar mezclados. Sin embargo, nada puede herir a los usuarios en ese mundo que no es el suyo (una forma efectiva de garantizar su seguridad), mientras que las marionetas sí mueren. Y al pobre le Teddy le toca pasar por eso un par de veces, para luego volver a reiniciarse (matar a un chico guapo en el primer capítulo no es plato de buen gusto, pero su resurrección continua indica que es importante y no un mero extra). ¿Y qué es lo que tanto busca Ed Harris, cuyo personaje en realidad se llama Pistolero? Da la impresión de que es un agente que quiere desbaratar el experimento, un espía de la competencia, si acaso. Aparte de estos tres, conocemos al bandido Hector Escaton (Rodrigo Santoro) y a la prostituta Maeve Millay (Thandie Newton), el segundo lío claro de esta aventura, aunque Hector no tiene pinta de ser de los que dejen huella precisamente (porque, SPOILER, también la casca). En cambio, Maeve pronto empezará a experimentar lo que una de sus compañeras: memoria y conciencia de sí misma (cosa que se conoce gracias a la promo del 1x02). En el bando real tenemos a Jeffrey Wright en la piel de Bernard Lowe, el mayor experto en el parque con la función de vigilar (algo irónico si tenemos en cuenta que interpretó a Beetee en la saga de Los Juegos del Hambre), a Anthony Hopkins, director de la iniciativa, y a Sidse Babett Knudsen como Theresa Cullen, una de las operativas que velan por la seguridad y que promete ser una toca pelotas de cuidado para Lowe. ¿Merece la pena verla? Sí. Creo que hay mucho por descubrir todavía de esta ficción (como al resto del reparto, por ejemplo. Tengo ganas de volver a ver a Ben Barnes, que sustituye a Eion Bailey- el Pinocho de Once Upon a Time- en la piel de un tal Logan, del que todavía no sé si es un ficticio o un usuario, aunque por la promo del segundo capítulo no parece augurar nada bueno). Tampoco es extraño reconocer la causa de su nombramiento como heredera de Juego de Tronos, pues parece igual de ambiciosa, cuenta con una intro currada y hasta comparten compositor (el épico Ramin Djawadi). Los efectos también son una pasada (sobre todo cuando muestran la forma en la que crean a los personajes ficticios).
De modo que, sí, ha merecido la pena la espera y pienso disfrutar de cuanto pueda ofrecer. Le auguro buen futuro.
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Enero 2023
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