¡Es día de Oscars! Y como tal, mientras en Hollywood ponen el Dolby Theatre a punto, por aquí hacemos un repaso de los ganadores de esta segunda edición de nuestros premios estrella, tras la pseudo gala emitida durante el día (que también tendréis disponible aquí). Como el destino de Mejor Serie todavía está por decidir, la dejamos fuera de la lista, cuyos ganadores están destacados en negrita: CATEGORÍAS BÁSICAS Mejor showrunner
Mejor actor
Mejor actriz
Mejor actor de reparto
Mejor actriz de reparto
Mejor actor/actriz revelación
Mejor guion original
Mejor guion adaptado
CATEGORÍAS GENÉRICAS Mejor drama
Mejor comedia
Mejor serie juvenil
Mejor serie de superhéroes
Mejor miniserie
Mejor serie española
Mejor Serie de Animación o Anime
Mejor serie revelación
Mejor serie finalizada/cancelada
Mejor serie del verano
Mejor ganadora del Emmy
Mejor concurso
Mejor show
CATEGORÍAS ORIGINALES Mejor promo
Mejor episodio
Mejor season finale
Mejor midseason finale
Mejor final de serie
Mejor banda sonora original
Mejor opening
Mejores escenografía y vestuario
Mejores efectos especiales
Mejor diálogo (enlace a cada respectivo diálogo haciendo clic en el nombre de la serie en cuestión) Mejor fichaje de temporada
Mejor personaje
Mejor héroe
Mejor villano
Mejor romance
Mejor bromance/sisterromance
Muerte más dramática
Mejor escena musical
Mejor cover de Glee
Mejor Hot Guy
Mejor Hot Girl
Mejor Honest Trailer Serie novata más esperada
Mejor canal de televisión/plataforma
Mejor blog seriéfilo
Mejor Incógnita
Mejor Fandom
Ahora incluyo el agradecimiento de @LinaMaria11_22, la ganadora del Oscar Seriéfilo de Honor, como sabéis: Podéis repasar cada momento de la gala a continuación, con sus bromas y sus bandas sonoras. Por supuesto, hubo tiempo para el homenaje a las series novatas de este año (al menos algunas: las que me sonaban, estoy viendo o quiero ver).
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Post de Naiara Salinas Iba siendo hora de rescatar las teorías locas, y traigo una de las series que más se presta a ellas por sus dosis de misterio y tensión en cada episodio, donde tanto se averiguan cosas como surgen más preguntas en una cadena sin fin. Sabía que acabaría escribiendo de nuevo sobre Riverdale, no solo por ser una producción bastante interesante que me enganchó desde el principio (nos ha devuelto la infancia a mi madre y a mí), sino por la cantidad de easter eggs que contiene en relación con los cómics de los que parte. No obstante, aunque me encantaría enumerarlos todos, tuve que fijarme en uno en concreto para desarrollar una teoría vinculada a la trama del asesinato de Jason Blossom, que es lo que mantiene en insomnio a toda la ciudad (SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ). Los que seguís esta ficción sabéis que todo comienza cuando el hermano mellizo de Cheryl Blossom desaparece el 4 de julio y todos le dan por muerto, solo que ahogado en el río. Cuando el curso comienza y tiene lugar el baile de bienvenida, sin embargo, Kevin Keller, el hijo del sheriff, encuentra con su ligue el cuerpo del chico, con un agujero en la frente, clara señal de disparo. A partir de ese momento saltan las alarmas entre la población y comienza una ardua investigación para saber quién es el culpable. Primero tenía la teoría de que la concepción de esta serie como thriller venía de su versión animada, Los misterios de Archie (que ya comenté aquí en líneas generales). Con cuatro capítulos he terminado por convencerme de esta idea, pero aunque muchos misterios rodean todavía al cuerpo mutilado de Jason, todavía no ha salido ninguna pista que vaya a convertir esto en un caso más para los de Expediente X o Stranger Things como podría haber pasado en la animación, donde los misterios eran más sobrenaturales o insólitos. No, no creo que la intención del showrunner sea tirar a lo fantástico, por ahora. Y la pista que me lo prueba es, aparte del tono realista, una gran referencia que aparece no una, sino dos veces: la novela A sangre fría. En lo que llevamos de serie (que no es mucho), dos personajes clave la han mencionado: primero Veronica en el 1x01, cuando conoce a Archie y a Betty y les cuenta que su impresión de Riverdale, adonde acaba de llegar, es como A sangre fría; y segundo Jughead, cuando le explica a Betty que está escribiendo su propia versión de la novela. Este último dato es importante, ya que Juggie es el narrador oficial de toda la serie y el que supuestamente nos va a ofrecer un punto de vista objetivo, cual cronista que redacta un artículo a la par que tienen lugar los hechos. Por si no lo recordáis o no lo sabéis, A sangre fría fue escrita por Truman Capote entre 1959 y 1966 y está basada en un crimen real que aconteció en Holcomb (Kansas), donde fue asesinada una familia, los Clutter. Capote se desplazó a la localidad y durante años estuvo entrevistando a los ciudadanos y a los supuestos asesinos con la intención de conocer no solo el trasfondo de la historia sino también cómo había afectado a la gente. Así, el escritor fue pionero en algo que no se había contemplado en el periodismo hasta entonces: la novelización de una noticia. En otras palabras, partiendo de un hecho real Capote creó una historia donde interpretó los datos a su manera. Construirla le supuso una labor exhaustiva de investigación y muchos años por las dificultades que encontró por el camino, así que prácticamente se podría decir que se convirtió en detective. El llamarle periodista viene de eso y de su capacidad para obtener fuentes con el objetivo de conocer la verdad, que más tarde retocaría. Si os fijáis, en Riverdale pasa algo parecido. Jughead es un escritor novel, pero él no necesita desplazarse al lugar del crimen porque ya vive ahí, es cercano a los acontecimientos, conocía a la víctima y el hecho de estar en una ciudad pequeña le da acceso a muchos puntos de información, porque al final da la impresión de que todos saben todo (aunque no sea así). Su oportunidad de oro le llega cuando Betty le ofrece formar parte del Blue & Gold, el periódico del instituto, momento en que nuestro joven escritor pasa a ser un entrevistador y un detective como Capote, alguien más activo y no un mero testigo. Incluso la cooperación de esta pareja tiene su referencia histórico-cultural, pues Truman no estuvo solo en el tiempo que duró su investigación, sino que fue acompañado por Harper Lee, la autora de Matar a un ruiseñor. Puede que no hayamos visto mucha faceta de escritora en Betty (aunque su madre es la reportera de la ciudad), pero gracias al 1x04 sabemos que tiene un diario, y como directora del Blue & Gold es inevitable que publique noticias, empezando con el escándalo de Chuck Clayton en el 1x03. Prosiguiendo con Capote, más aspectos que el escribir e investigar tiene en común con Jughead. Para empezar, no le resultó fácil conseguir sus datos pues no era persona de fiar entre los ciudadanos, mayoritariamente puritanos. Truman era homosexual y eso le convertía en objeto de crítica y repulsión. Juggie no es gay, pero ya se ha demostrado que no cae bien a todo el mundo y que tiene fama de raro. Aparte, en los cómics el personaje es asexual, con lo que también genera la misma extrañeza en los demás (la regla de la ficción y la realidad es: si no eres como los demás, resultas un incomprendido). Cuando realizaba las entrevistas Capote nunca usaba una libreta, cosa que Jughead tampoco. Aparte, el autor tenía sus vicios, sus propios problemas, y el chico del gorro con forma de corona también (ejem, sin hogar y sin curro, ejem). Eso causó que Harper se convirtiera en un apoyo sustancial para que el hombre siguiera adelante, ¿y quién anima en la serie a Juggie a escribir? Exacto. Por otra parte, las víctimas: en la serie tenemos un niño rico, en la novela toda una familia. En la novela ya sabemos quiénes fueron los artífices, en la serie no, pero Capote puso mucho empeño en averiguar detalles de los asesinos y, tal vez, si mi teoría es cierta, analizando y comparando esos detalles podríamos encontrar algún equivalente en Riverdale, donde ya hemos conocido a la banda criminal por excelencia. ¿Podrían los South Side Serpents estar involucrados en la muerte de Jason? Quién sabe. Los Clutter y los Blossom, dos familias aparentemente perfectas. A los primeros se les consideraba el arquetipo del sueño americano de los 50: "generosos, empáticos, trabajadores, sanos, no tenían aparentes enemigos" (Wikipedia). Los Blossom no es que caigan bien, pero nadie se esperaba realmente que un joven como Jason fuera víctima de semejante crimen, pues en Riverdale nunca había pasado nada "sangriento" y, sin embargo, estamos descubriendo que no es oro todo lo que reluce. En el 1x04 sabemos más de la vida del narrador, que precisamente también hace una referencia a lo del sueño americano al hablar del autocine. Los homicidas de los Clutter fueron ex convictos en libertad condicional que creyeron que en la caja fuerte de sus víctimas encontrarían dinero suficiente para empezar una nueva vida. Terminaron huyendo a México con las manos vacías. Jughead acusa a Fred Andrews de haber despedido a su padre porque este le robó, y desde entonces no parece que hayan vivido muy bien. Mucho parecido para ser casual, ¿no? No he leído A sangre fría pero si los tiros van por ahí creo que un lector avispado podría resolver el misterio antes de acabar la temporada. ¿Y si Jason estaba involucrado en algún chanchullo con la banda de moteros? ¿Y si les pilló en medio de un atraco? ¿Tendrá Hiram Lodge algo que ver con esos trapos sucios? ¿Qué opináis? ¿Puede una novela desvelar la intriga de Riverdale? Una cosa está clara: Jughead va a ser un Capote en toda regla y Betty será su Harper Lee.
Post de Naiara Salinas Ay, el amor... Miraditas que hablan solas, pequeños roces, muchos besos, abrazos, bombones, alegrías y llantos... Lo respiramos en el papel y en las pantallas más a menudo que en el aire (por desgracia), y cuando se trata de un día como este solemos acordarnos más que nunca de nuestras parejas y momentos románticos favoritos, porque si hay un momento para ser moñas es ahora o nunca. Sin embargo, aunque es evidente que los shippeos están en todas las series, algunas son más perfectas que otras para este día. Si el año pasado repasamos nuestras parejas favoritas, este voy a hacer un repaso de las ficciones que yo vería hoy. 1. Anatomía de Grey Lo sé, se ha muerto más de la mitad del casting original (en pantalla, que conste) y ya no es lo mismo, pero aun así sigue siendo una serie donde el amor es uno de los ingredientes principales. Líos entre médicos, entre médicos y pacientes, entre pacientes, entre médico y enfermera... Pero San Valentín no solo trata de parejas, sino del amor en general, la amistad y demás. Probablemente esta sea la serie ambientada en un hospital más sentimental de la historia, así que tanto si queréis soñar como llorar a lágrima viva de pasión, la recomiendo. 2. Crónicas vampíricas Como decía antes el amor nos hace soñar... y soñar nos hace imaginar... y la imaginación puede llevarnos a otros mundos donde existen seres fantásticos. El amor en sí es fantástico (y una fantasía literal cuando es platónico), así que una serie como The Vampire Diaries es necesaria para esta celebración, en especial cuando nos demuestra que nuestro primer amor no tiene por qué ser el último, que nuestro mejor amigo puede convertirse en algo más, que el hermano de fulana también y que hasta nuestro peor enemigo puede provocarnos un estremecimiento en nuestra piel. El amor tiene su punto oscuro y hasta cierto punto trágico, como demuestra esta historia donde tanto ganan los personajes como pierden (y pierden muchísimo, que lo sepáis). Ahora que se está acabando es buen momento para pensar en ella (no quiero decir que antes no, sino que ahora inevitable). Todo empieza por una relación entre dos vampiros y una humana, y a partir de ahí la cosa se va complicando... 3. Once Upon a Time Y hablando de fantasía, si creéis en el amor de los cuentos de hadas indispensable esta maravilla donde volveremos a soñar con la magia y la chispa que solo pueden brindarnos relaciones como la de Emma y Hook, los Charming, Regina y Robin Hood, Rumpel y Belle, etc. Ni todas esas parejas duran ni son las únicas bonitas historias. Lo bueno de esta serie es que mezcla paradigmas: la villana sale con el héroe, el antihéroe con la Salvadora... Hasta el más joven de la casa tiene su amorcito. 4. This Is Us Pero qué bonita es esta serie que nos habla del amor familiar y conyugal. Cuando una joven pareja (Milo Ventimiglia y Mandy Moore) tiene tres hijos (uno de ellos adoptado) la vida les cambia por completo y deben asumir su condición de padrazos. De mayores los hijos siguen su propio rumbo. Alguno forma su propia familia y otro empieza a descubrir poco a poco el amor, pero ninguno se olvida de los otros miembros. Es romántica, profunda y muy sabia. Amor de padres a hijos y viceversa, de hermanos y de pareja. 5. La chica invisible Acabada hace tiempo, es una de las aportaciones más cómicas y alocadas de la lista, ya que en ella una chica muy torpe, Jenna Hamilton, debe lidiar con sus desvaríos amorosos por Matty McKibben al mismo tiempo que se enfrenta a la dura (puteadora más bien) adolescencia de instituto. Porque todo el mundo puede enamorarse, ahí va. 6. The Big Bang Theory Decía que todo el mundo puede enamorarse, ¿no? Hasta los más frikis y/o nerds de la pequeña pantalla. Estos cuatro amigos ya no son los mismos de 2007 ( a veces les echo un poco de menos, pero luego se me pasa). Todos están en una relación, incluso algunos se han casado. Sin embargo, aunque esas parejas sean adorables porque cada una es un mundo, no las incluyo aquí por eso, sino porque ante todo son una muestra de un amor tan grande y especial que hasta los asexuales pueden experimentar: ¡el amor por el frikismo! Series, cómics, pelis, videojuegos... Es una delicia tener una serie que nos representa a todos los que nos obsesionamos y nos enganchamos a cosas ficticias, que las vivimos como si fueran reales. 7. Glee No solo tiene momentos muy románticos y parejas que recordaremos de por vida, sino también una pasión por la música y el arte en general que no suelen mostrar muchas series. Ya solo ver cómo lo bordan Rachel y Will Shuester en sus números... Y el resto del cast, por supuesto. 8. Velvet La españolas también deben tener su huequito, y si tenemos que sacar una joya de la corona en esto de historias románticas ESTA es, sin duda, la mejor. Durante cuatro temporadas hemos contemplado cómo la pareja Alberto-Ana luchaba contra viento, marea y dinero (sobre todo el dinero. Bueno, y terceras personas vinculadas a ese dinero) para poder amarse mutuamente sin miedo al qué dirían. Al mismo tiempo vimos otras parejas romperse y formarse, como la de Rita y Pedro y la de Mateo y Clara. Romanticismo, diversión y cinismo; cada una completó el cupo y aportó diferentes tipos de noviazgo. Por supuesto, también tuvimos a los meros sexistas, hum (con todas las implicaciones del término). 9. Cuéntame cómo pasó Si hay una serie que englobe absolutamente todo lo anterior es esta: el amor conyugal, el primer noviazgo, el descubrimiento sexual, el amor fraternal (sin que sea incestuoso, ojo), el amor familiar... Gracias a Carlos y CIA hemos tenido oportunidad de ver cómo las relaciones se alimentan con el paso del tiempo y cómo esa mejor amiga se acaba convirtiendo en algo más para después volver a ser relegada a su puesto anterior pero manteniendo un feeling que no pasa desapercibido para el espectador. Y eso es solo un ejemplo, ya que los Alcántara han tenido movidas amorosas para dar y regalar. Lo más importante es que en las buenas y en las malas se han mantenido unidos como un clan, un buen, buenísimo clan. 10. Bates Motel
No, no me he equivocado. A ver, no todo el mundo en San Valentín desea algo pasteloso. Algunos tienen un sentido del amor más retorcido y esta serie es perfecta para esos, pues muestra la cara más psicótica y enfermiza de este, el tipo de amor que surge... de una obsesión. También es un amor tabú, ya que es insinuantemente incestuoso... claro que nunca llegaremos a ese extremo. Norman y su madre no son lo que se dice la familia más típica. Dylan es el más normal, y aun así su historia es cruda, ya que ese sí que nació del incesto. La obsesión del joven Bates por el género femenino aumenta al mismo nivel que su estado hormonal, pero nadie como Norma para meterse en medio. El resto ya os lo sabéis. Si en lugar de compartir palomitas abrazaditos o acurrucados preferís apretaros las manos de la tensión o inclinaros hacia el televisor/portátil..., en definitiva, si os van los thrillers, no os apartéis de este hoy. Post de Naiara Salinas ¿Echabais de menos más reflexiones a raíz del ciclo de TV Series Lovers? La semana pasada asistí a dos charlas muy seguidas que tenían en común un tema, aunque llevado de forma diferente: el arte y las series. La primera conferencia, impartida por Jordi Carrión, estaba orientada a la reflexión de si las series son arte contemporáneo y la segunda, a cargo de Carlos Reviriego (crítico cultural muy reputado), daba por hecho la primera pregunta y hablaba de clasicismo y manierismo en ellas. Pese a que fueron dos sesiones muy nutritivas, ambos se centraron más en la presencia del propio arte en las series para llegar a sus conclusiones. Es decir, hablaron más del contenido que de la forma, algo muy curioso teniendo en cuenta que Jordi Carrión inició su exposición presentando el opening de The Young Pope. La de Carlos Reviriego aún tuvo algo de mayor inmersión al abordar en su tema el cambio en la realización de las series (de ahí su nombramiento de esas dos corrientes pictóricas). Suponiendo que las series son las hermanas pequeñas del cine (como ya comenté en el último post) y a este se le denomina "el séptimo arte", hemos de deducir entonces que algo de artístico tienen, y para mí el mejor ejemplo no es cuánto se habla de Van Gogh o de Rodin en ellas, sino los openings. La verdad es que fue una pena que no se les diera tanta importancia (el ponente hasta se saltó el ejemplo de Westworld), así que he rescatado el tema para darle otra vuelta. Tanto las series como las películas concentran en su esquema audiovisual elementos que las hacen merecedoras de ser consideradas "arte", en concreto la mezcla de todos ellos: música, imagen, luz y color, la variedad de planos y la estructura narrativa. Y con este popurrí consiguen una intensidad expresiva diferente a la de otros géneros y formatos porque precisamente eso, como bien defendió Reviriego, es lo que pretenden: expresar, no ilustrar lo que el escritor siente o piensa. Si se suele decir que en las novelas importa muchísimo cómo se empieza y cómo se acaba una historia, algunos metrajes han tomado esta costumbre como un mandamiento y lo han desarrollado en forma de presentación. Sin embargo, aquí solo el caso televisivo ocupa (quizá tenga oportunidad de retomar el tema con el cine en otro momento). Últimamente los openings están de capa caída: bien con el objetivo de ofrecer más minutos de episodio, por la moda impuesta en la cadena, porque lo breve es mejor o por las tres cosas las series actuales los recortan al mero título. Pero hay todavía algunas ficciones que los desarrollan como en los viejos tiempos y esas son las que merecen atención, ya que si algo de especial tiene un opening es que en pocos segundos (máximo un minuto y medio, creo) tienen que introducir: el carácter de la serie, su tono, sus personajes y su trama. Esta es la razón por la que me encanta fijarme en ellos y por la que existe una categoría de Mejor Opening en los Oscar Seriéfilos. De hecho, los ejemplos que traigo hoy están, han estado o puede que estén nominados, así que esta es mi oportunidad para justificarlos: Series Marvel/Netflix La combinación de estas dos por lo general produce calidad. Sus creadores se han inspirado en distintos géneros pictóricos. Si analizamos la apertura de Daredevil, por ejemplo, nos encontramos con un fondo rojo y una pintura que desciende dibujando la silueta del protagonista, de su ciudad, Nueva York (en concreto el distrito, Hell's Kitchen) y la figura de la Justicia, por la parte legal que caracteriza al personaje. Todo ello acompañado de una melodía tenue con piano y violines que expresan misterio, seriedad... En Jessica Jones, por contra, tenemos un estilo más rebelde, como de graffiti, y una música más rockera. Y Luke Cage aporta lo mejor del Harlem afroamericano. En los tres casos, las imágenes son sutiles pero muy descriptivas y colaboran a la hora de caracterizar la serie.
La epicidad de la HBO Westworld y Juego de Tronos son los ejemplos, en este caso, ya que ambos openings han sido compuestos por el mismo hombre, Ramin Djawadi. La primera BSO es calmada, con el piano en predominio, mientras que la segunda suena más épica. Ambas se han convertido en marcas ya de sus series, pero lo bonito es fijarse en las imágenes. Las de Westworld pueden parecer más complejas porque cuentan una historia y transmiten tanto significado como dilemas y misterios hay en la serie: está la mezcla del mundo real y el ficticio, de los robots y los vaqueros, el despertar de los anfitriones... En Juego de Tronos lo que tenemos es más bien un viaje por las tierras de Poniente y más allá, donde los edificios se despliegan como si fueran piezas de un juego. Esta tiene la anomalía de que adapta el opening en cada capítulo mostrando los lugares principales que se vinculan con las casas protagonistas, más aquellos que van a aparecer en las siguientes imágenes. Tal vez el de Westworld aporte más simbolismo al centrarse en detalles como la aguja, el teclado del piano, los ojos... Su historia es la creación de un anfitrión que termina despertando. Tanto en este ejemplo como en el otro aparecen elementos de sus series. En fin, puro arte. Disfrutadlo:
Series juveniles Son las que más pecan de recortar intros, pero aun así ofrecen también buenos ejemplos de resumen, como es el caso de The 100, Teen Wolf y Las crónicas de Shannara. La apuesta de la primera es algo más directa y menos sutil, centrándose sobre todo en el paisaje y los créditos. Shannara cuenta la historia que se omite luego: el cómo ha surgido ese mundo postapocalíptico poblado por humanos, gnomos, elfos, etc,., lo cual le sirve bien de resumen para que el espectador capte que no se trata de otro universo, sino de un futuro muy lejano. Todos incorporan una música más moderna, intensa, ajustada al género. Teen Wolf es experta en resumir la trama de su temporada y caracterizar a sus personajes con detalles minimalistas.
Otros ejemplos En general los productos de Netflix, que de por sí gozan de calidad, generan buenos openings, como el de Narcos. El caso de Stranger Things es llamativo, una especie de expresión artística minimalista que se concentra en la música electrónica con aires de los 80 y en la superposición de cada letra que va componiendo poco a poco el título. En otros volvemos a encontrarnos el caso de la historia, como Vikingos (mitológica, claro). American Horror Story le da tenebrismo y tintes góticos para crear la atmósfera que sobresale en la serie. El suyo es un estilo más clasicista, con imágenes bastante impresionantes que no se corresponden exactamente a lo que viene después pero que cuentan bastante del mundillo terrorífico.
¿Cómo eran antes los openings? Ok, si las series evolucionan también lo hacen sus intros, como si tomaran más conciencia de su propio arte. De lo más evidente hemos evolucionado a la sutileza. Las series de ahora, como habéis podido comprobar, optan más por los símbolos, las metáforas y los detalles. No se trata de mostrar la serie en sí porque eso ya vendrá después, sino de coger aspectos que el espectador por sí solo puede relacionar con ella, como si los showrunners pretendieran darle pistas de la trama o simplemente presentarle el mundo en el que se va a desarrollar. Las de antes eran más directas, con algunas imágenes de los episodios (escogidas a modo de representación de la serie, como un anuncio de grandes momentos) y más ensalzamiento de los protagonistas. Buenos ejemplos son Smallville, One Tree Hill, Los Simpson, Friends... Bueno, en el caso de Los Simpson todo hay que decir que ponen a prueba la originalidad en cada temporada y en cada episodio. El final nunca es el mismo. Su longevidad, de paso, le ha permitido modernizarse.
Las series policíacas y de médicos suponen, para mí, la transición hacia los openings actuales, con rasgos de la vieja escuela pero también de la nueva. Hay que tener en cuenta que son también de los subgéneros más viejos y que más series longevas han aportado, ya que parecen no agotarse los misterios (Bones, Caso abierto, CSI, House, Anatomía de Grey...). Voy a ordenarlos de mayor a menos sutileza. Como veis, House va primero y es porque la considero entre las pioneras.
Como veis, un opening tiene más importancia de la que parece. No es solo una presentación guay. Si no logra definir la serie para mí no ha tenido éxito. Tanto la música que se escoge como las imágenes y el estilo son imprescindibles para mandar el mensaje al público de "Esto es lo que vas a ver". Yo tan solo he puesto unos ejemplos, pero sé que hay muchísimos más, así que os animo a decirme cuáles son vuestros favoritos, tanto si están aquí como si no, y por qué. Ya que estamos, el ciclo de TV Series Lovers finalizará mañana con el estreno de Legion en español. |
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Enero 2023
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