Post de Naiara Salinas No sería de extrañar que en los próximos años su nombre suene con fuerza, pues el que fuera una vez coronado como rey de la fantasía ha regresado a las andadas de la mano de un estreno que todos sus fans esperábamos y deseábamos ver tarde o temprano (más temprano que tarde): American Gods. No solo fue la primera novela suya que me leí, sino que además fue suficiente para afirmarme como fan, pues la forma que en que aúna elementos mitológicos y folklóricos, así como sus aires un tanto góticos o punks la dotan de una originalidad especial. Cuando te adentras en el universo literario de Gaiman te das cuenta de que nunca leerás nada igual en otro autor. Personajes marginales y misteriosos, inventados o conocidos, todos con sus demonios interiores, que chocan contra lo sobrenatural de golpe y se sienten perdidos, arrastrados por una marea de acontecimientos singulares. O, por el contrario, personajes sobrenaturales que chocan contra la humanidad. Pardillos y villanos que se convierten en héroes... Lascivia, lujuria, sarcasmo, humor negro... Todo eso podemos encontrar en su bibliografía. Sí, American Gods es uno de los estrenos del año, no cabe duda. Sin embargo, aunque el otro día mencionaba alguna que otra obra digna de ser adaptada igualmente, ya tenemos otras creaciones de Gaiman en la pequeña y gran pantalla, lo que me corrobora que en breves este escritor llegará a ser fuente de guiones tanto como Nicholas Sparks (por poner un ejemplo). Aparte, él mismo es guionista. Este post es un especial dedicado a esas adaptaciones. Tal vez os sorprendan títulos como Neverwhere o Lucifer. EN LA TELE 1. Neverwhere La primera de la lista es la adaptación de la última novela que me leí de Gaiman. Cuenta las peripecias de Richard Mayhew, un escocés que se muda a Londres y, tras un encuentro poco fortuito con una muchacha herida llamada Puerta, termina viviendo una aventura inimaginable con ella recorriendo el laberinto de calles y túneles... del Londres de Abajo, compuesto por los restos de la historia completa de la ciudad, con criaturas extrañas, poderes antiguos y leyendas vivas incluidos. Siendo un homenaje a mi ciudad favorita, cómo podía perdérmela. Me acabé el libro en cuestión de días y enseguida me puse a ver la miniserie, disponible en Internet. Data del año 1996 y no creo que ninguna cara os suene, salvo una: la de Peter Capaldi (el actual Doctor Who), en la piel del ángel Islington. Como curiosidad: la novela surgió a raíz del guion que Gaiman escribió para esa miniserie. Tal y como cuenta él en el libro (una costumbre suya el ofrecer detalles y curiosidades de su proceso de creación), los productores le obligaron a eliminar y cambiar muchas cosas, aunque como de todas formas pensaba escribir una novela con todo el material no le importó. Uno se da cuenta enseguida de que el guion y la novela nacieron a la par cuando reconocemos diálogos y escenas calcadas, pero aun así yo recomiendo, como siempre, leerse primero el libro. Aunque igual suscito comentarios negativos por esto, lo cierto es que su narrativa es mucho más ligera que la de American Gods (lo sé porque, por mucho que me gustara, tardé bastante más en acabarlo). Además, tuvo una versión radiofónica (emitida por la BBC en su aniversario) con un reparto mucho más famoso. ¿No os gustaría un remake? Pensadlo detenidamente mientras veis este fan trailer. 2. Lucifer Si hace unos días hablaba de por qué el cómic de The Sandman era excelente para una serie, añado aquí otra razón: porque uno de sus personajes secundarios o invitados goza de spin off ya adaptado. Sip, esa serie protagonizada por el hijo caído de Dios (con un guapo y carismático Tom Ellis en su piel) nació en el seno del subconsciente de Gaiman. Su cómic (de la editorial Vértigo en España) tiene ya catorce entregas, aunque se dio a conocer en el número de The Sandman titulado "Estación de nieblas", donde aburrido decidía expulsar a todas las almas del Infierno y le entregaba las llaves al protagonista, el Sueño de los Eternos. Dos ángeles, Duma y Remiel, se encargaban desde entonces de vigilar el submundo. En la serie conocemos a la Estrella del Amanecer viviendo como mortal en la Tierra desde el año pasado, donde ayuda a la detective Chloe Decker a resolver crímenes con sus habilidades demoníacas. Su historia nos permite indagar en la religión y el mito de los ángeles, conociendo al resto de parientes y la labor que desempeñan para mantener el equilibrio en el mundo. Sin duda, un universo muy Gaiman, que nunca dice no a un buen elemento histórico. 3. American Gods Llegamos a la gran estrella de la lista. Mañana los americanos podrán degustar el piloto, mientras que nosotros tendremos que esperar al lunes... a menos que trasnochemos (pero será lunes igualmente). La novela fue publicada en 2001 y, al igual que Neverwhere, ha sido muy editada desde entonces, incluyendo partes eliminadas del borrador final, mensaje dedicado a los lectores, etc. De verdad, la obra de Neil es como un Blue-Ray plagado de extras, ¿cuántos autores conocéis que hagan eso? Todo ese contenido no demuestra sino que es perfectamente amoldable al formato televisivo, de modo que yo no me espero algo tan literal, sino expansivo, lo cual he ido comprobando en cada avance emitido. En American Gods acompañaremos a Sombra y al señor Wednesday (o Miércoles, para los amantes de la traducción) en su viaje por Estados Unidos reclutando aliados para la inminente guerra que está por venir, entre los dioses antiguos y los nuevos (dicho así suena muy Juego de Tronos, ¿verdad?). Aparte, Sombra deberá lidiar con su esposa muerta, que se le aparece de repente en plan zombie. Lo mejor del argumento es su universalidad. Pese a su nacionalidad británica, Gaiman ha investigado y tratado de conocer a fondo la historia de Norteamérica, bebiendo de cada raza inmigrante hasta tejer una trama y unos personajes que rinden tributo a esa multiculturalidad y esos orígenes, uniendo Irlanda, África, los países Escandinavos..., y enfrentándolos contra la nueva Norteamérica, más digital. De modo que cuando hablamos de guerra de dioses en realidad abarcamos mucho más: el enfrentamiento entre la tradición y la novedad, los viejos valores y los nuevos. ¿No estáis deseando ver eso traducido en varios episodios? Yo sí. Podéis conocer más a fondo esta historia en el siguiente video: EN EL CINE 4. Stardust ¿Cómo? ¿Que esa bonita película de un joven que se va en busca de una estrella caída para regalársela al amor de su vida y atraviesa un reino mágico cual cuento de hadas es obra también del mismo tío de las anteriores novelas? Pues sí. Quién lo diría, eh. Probablemente sea una de las pocas de su cosecha para todos los públicos. Aunque no supuso mi introducción a su literatura, sí a su universo fantástico. Todo lo que opino de ella ya lo escribí una vez como parte de las recomendaciones cinéfilas de la semana, donde también identifiqué algunos elementos propios de Gaiman, como el simbolismo de los nombres. No me queda más que decir de ella, con la excepción de que, junto con American Gods y Neverwhere, completa mi tríada del escritor. 5. Los mundos de Coraline Saltamos a la última cinta, de animación. Un género muy poco habitual en la biblio de Gaiman, pero idóneo en este caso, pues al igual que Lucifer parte de contenido gráfico. Mezcla fantasía y terror y su argumento se compara mucho con el de Alicia en el País de las Maravillas, que también tiene adaptación animada. Coraline es una niña que se acaba de mudar con sus padres a una casa muy antigua, donde, aburrida, se marcha a explorar y encuentra un pasadizo que la conduce a una especie de "mundo espejo" con réplicas de lo mismo que tiene en el suyo, con algunas diferencias, como que ahí en lugar de ojos tienen botones. La técnica aplicada al filme fue la de stop motion, con la se obtuvo un resultado muy digno de Tim Burton, con esos aires de tenebrismo dócil para el público infantil. Como habéis visto, en la obra de Neil Gaiman no solo viajan adultos sino también jóvenes. De hecho, buena parte de su mensaje literario es ese: que la vida es un viaje por la historia y el mundo, donde caben múltiples creencias y culturas, donde convivimos con los fantasmas del pasado. Terror, magia... Para mí es el Tim Burton de la literatura, así que independientemente de que os guste o no American Gods, os invito a descubrir su universo..., que seguro que hallaréis fascinante.
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Post de Naiara Salinas Tenía que llegar. Que una ficción con un final ya conocido logre sorprender tiene mucho mérito, y durante cinco años así ha funcionado Bates Motel contra todo pronóstico, presentando unos personajes con dobles caras que, fuesen malvados o buenos, hemos llegado a respetar y querer. Creo que somos muchos los que esperábamos que esta magnífica serie protagonizada por un joven Norman Bates acabara uniéndose a Psicosis, antes del maravilloso giro emitido en el capítulo 6 de esta quinta temporada. Ahora, el asesino psicótico se ha enfrentado a las consecuencias, pero antes de una valoración general de su final me apetece practicar eso de la retrospección y comentar diez momentos en los que opino que esta historia superó con creces a Psicosis. El clásico de Hitchcock nos presentó a este personaje peculiar, pero con la serie hemos llegado a conocerle y adorarle mucho más. 1. Cuando Norman no era más que otro estudiante de instituto Quién iba a imaginar que alguien tan timidillo pudiera esconder un futuro asesino en su interior, ¿no? Pero, como otros criminales, Norman empezó siendo un chiquillo inocente buceando en su mundo hasta salir a la superficie. Las primeras temporadas de Bates Motel nos mostraron cómo este adolescente lidiaba con su nueva vida a la par que se metía en los entresijos de su madre. 2. Cuando Dylan llegó a casa Dylan ha sido la más agradable sorpresa que nos han podido presentar. Uno siempre pensó en Bates como hijo único, de modo que el hecho de que tuviera hermanastro y nunca se hubiese sabido de él logró que nos tiráramos de los pelos pensando en cómo iba a acabar (seguramente mal, creímos, ¿no? Si es que querían unir la serie a la película, donde este personaje no aparece). Con el paso del tiempo le hemos cogido muchísimo cariño, no solo por su personalidad y actitud respecto a sus seres queridos sino también por su vida trágica, siempre como el segundón, pese a ser el mayor, huyendo de una realidad atroz y soportando el circo de su madre y su hermano. 3. Cuando empezó la obsesión de Norman por las mujeres y la taxidermia Otro gran momento, más tributo a Hitchcock. El hecho de que la sexualidad del chico comenzara aflorar es algo que sabíamos que acabaría pasando, incluso con su madre detrás de él todo el tiempo. Así empezó su dilema. Por otro lado, que el padre de su mejor amiga le introdujera en el arte de la disecación de animales a esa edad fue de lo más interesante. 4. Cuando Norman encontró tres amores Primero fue Bradley, luego Cody y finalmente Emma. Tres chicas muy suyas, con sus dramas. El joven logró empatizar con todas y se llevó una buena recompensa. Nadie hubiera previsto que acabara siendo un rompecorazones, teniendo en cuenta su carácter de pringadillo como adulto, así que un aplauso por él y por el guionista, porque ¿qué es una serie sin romance? 5. Cuando Norma se metió en líos por preservar su motel y muchas otras cosas Señalamos con el dedo acusador a esta mujer imparable en más de una ocasión, ya que en principio era su personalidad la que contribuía a la inestabilidad mental de su hijo. Sin embargo, como personaje Norma puede colgarse las cinco estrellas. Si bien no siempre actuó como debería, a la hora de luchar por sus cosas demostró auténtico valor y determinación, así como astucia. Una mente inteligente como esta es necesaria a la hora de urdir un crimen... y ocultarlo. Aparte, con la de veces que el motel ha estado en peligro de extinción nos sorprende que al final la mujer consiguiera salirse con la suya, y menos mal. ¿Qué hubiera sido de la serie si hubiera habido que cerrarlo antes de tiempo? Sin embargo, no solo por su motel mata, sino también por si niño del alma. Durante cuatro temporadas hemos visto a esta familia enfrentarse a: narcotraficantes, a traficantes de prostitutas inmigrantes, a chantajistas ricos sin escrúpulos, a la policía, etc. Norma conocía el gran secreto de Norman y se convirtió en su misión oficial protegerlo a toda costa, hasta que no pudo seguir negando la ayuda que necesitaba. Y en esa marea acabó arrastrando a Dylan y al sheriff Romero. 6. Cuando a Norman se le fue la olla y tuvo que ser ingresado La premisa era que nadie en el pueblo conocía el problema del chico hasta la muerte de Marion Crane, ¿no? Y que su mente se había roto definitivamente tras la pérdida de su madre. El hecho de mostrar su psicosis con un proceso convirtió su enfermedad en algo más real que si hubiera aparecido de repente. Y el hecho de que ya recibiera un tratamiento, aunque se lo saltara por las buenas, responde a por qué la gente creyó que estaba curado. Sin duda, muy inteligente por su parte. 7. Cuando salió a la luz el trauma pasado de Norma Tanta sobreprotección, tanto histrionismo... para al final darnos cuenta de que la señora Bates era también una víctima de maltrato y abuso por parte de su hermano, quien resultó ser (SPOILER AL CUADRADO) el padre de Dylan (FIN SPOILER). Con todo este background no solo justificaron al personaje sino que además generó una empatía que no creí fuera posible en el público. Aunque su relación con Norman, pese a ser enfermiza, nos entretenía, no fue hasta este momento cuando la admiramos en serio, sobre todo por su capacidad de seguir adelante como si nada. 8. Cuando los secundarios encontraron un futuro La historia mantenía a Norman en el punto de mira, pero nos regaló algunas otras tramas aparte que se resolvieron, por suerte, como en un cuento de hadas. Me refiero en concreto a Dylan y Emma, quienes después de superar muchos baches encontraron por fin una vida juntos, se casaron y tuvieron una hija. Sin duda el que salieran de la vida de los Bates ayudó a que este final feliz fuese posible. Ahora que han regresado, no obstante..., vuelvo a esperarme lo peor. Rezo por que superen esto también. 9. Cuando resultó que el sheriff Romero era el "amante" que lo desencadenaba todo A lo largo de las temporadas fuimos viendo cómo Romero establecía un vínculo cada vez más fuerte con la familia a raíz de conspirar con ellos para mantener cientos de secretos en la más absoluta oscuridad. Era cuestión de tiempo que Norma y él acabaran liándose, la tensión sexual se percibía a kilómetros desde cada pantalla de televisión y/u ordenador. Y no es que la mujer no hubiese tenido otros pretendientes. Sabíamos que cuando Norman se metiera en la relación de quien fuese la cosa acabaría muy mal y llegaríamos al punto sin retorno. Así fue, mas no sin antes regalarnos el noviazgo y breve matrimonio soñado por los fans, cuya consecuencia ya se ve actualmente. Ese fue un buen plot twist, muy verosímil y llevado con sutileza al principio. 10. Cuando no solo alcanzó a Psicosis, sino que además la retorció Para este apartado me remito al post que escribí en su día, donde ya dije lo que me había parecido este otro plot twist. Por dejar un adjetivo, COJO-NUDO. La superación máxima. Aquí descubrimos que estábamos ante un guion diferente basado en el mismo protagonista y que la originalidad iba a marcar de por vida esta ficción. Es como leer un fanfic de qué pasaría si las cosas ocurrieran de otra forma. Ahora es cuando debo retractarme y, en lugar de señalar diez momentos, señalar once, o al menos diez y medio, pues, como he prometido, si hay un aspecto que cabe destacar es el final, que no es que supere al de Hitchcock pero se iguala en calidad y, dadas las circunstancias, contribuye a cerrar el ciclo de estos personajes, algo muy justo. La season finale empieza, al contrario que en otras series (en las que se aprecia cierta calma inicial, como un lapsus antes de la tormenta final), en maximum tensium desde el minuto cero, resolviendo lo que se dejó el 5x09: un Norman secuestrado por Romero, que le ordenó que lo condujese a donde estaba enterrada su amada Norma. El asunto se resuelve como era de esperar: con el antiguo sheriff muerto. Pero brillante es cómo ese último asesinato quiebra el desdoblamiento de Norman y, tras despedirse el espíritu de su madre, el joven es incapaz de aceptar que la ha matado y que ha muerto y su mente sufre una regresión al piloto de la serie, cuando ambos llegaron al pueblo y se instalaron en la casa del motel. Eso me pareció PRECIOSO, digno de un final de serie que recuerda su origen, con un hombre joven roto del todo que ya lo único que desea es liberación y reunirse con su ser más querido. Y en ese aspecto Dylan juega un papel esencial... Muy pocas series me mantienen con las uñas entre los dientes (y eso que no tengo el vicio de morderlas) los cuarenta y cinco minutos enteros, pero esta temporada Bates Motel se ha superado y su final puede ser uno de los mejores escritos de toda la historia. Tanto que cuando parece que ha habido solución lo que queda en realidad es una calma tensa (como la que comentaba antes) que augura un último golpe bestial. Sobre todo porque todavía quedan veinte minutos de capítulo. Sobre todo cuando la policía sigue buscando al asesino y el hermano sigue pendiente también. Tanta acción indica que falta otra víctima, puesto que ¿cómo va a acabar la serie de otra forma? El clímax llega con el reencuentro familiar ansiado, donde Dylan y Norman cenan con el cadáver de su madre (qué escabroso). Y la tensión no se masca en esa escena, ya que Norman actúa como cuando era adolescente, únicamente interesado en volver a unir a la familia, sino en lo que acontece previamente, donde Dylan se reencuentra con su viejo compañero de negocios sucios para comprarle una pistola y llama a Emma como si fuera a despedirse. TODA esa secuencia es genial, genera impacto y dramatismo en el público porque da la impresión de que va a acabar con todo de una vez, y el mérito se lo lleva Max Theriot. Cuando su actuación lúcida se encuentra con la psicótica de Freddie la pantalla explota y el espectador hierve de puro nervio porque es un continuo juego del gato y el ratón, solo que nadie tiene seguro quién es quién. La sopa de emociones que reflejan ambos, su sinceridad... logran que entendamos más que nunca sus intenciones: que Dylan no quiere matar a su hermano sino verle sano y que siga siendo familia suya; que Norman no quiere matarle tampoco porque desea lo mismo. El problema es que Dylan nunca llenará el vacío que ha dejado su madre, con quien desea reunirse desesperadamente. Entonces obliga a Dylan a actuar intentando apuñalarle. El resto es historia. La muerte de Norman no parecía ser el único final disponible (podría haber acabado como el filme y habría sido espectacular también, creo yo), pero el guion ha terminado virando en una curva sin salida como forma de hacer justicia tanto al protagonista como al secundario. De esta forma ambos consiguen su final agridulce (uno muerto pero con su mamá del alma y otro vivo, huérfano, pero con su esposa y su niña del alma) y queda patente que no habrá continuación. Tenso, dramático, justo poéticamente, pausado... Si tuviera que comparar esta season finale con otra experiencia diría que ha sido como observar el encuentro de dos vaqueros en un duelo, donde se observan con la mano rozando el arma, esperando a ver quién hace el primer movimiento. Uno puede pasar casi una hora mirando sin que se le calme la tensión, como he podido comprobar (y por eso me parece muy logrado).
Así que sí, esta ficción televisiva ha logrado superar a su madre cinematográfica al "rodearla", esto es, mostrar su pasado... y su futuro. ¿Quién sabe si el Bates de Hitchcock también habría acabado así en realidad? Después de todo, hasta que el personaje muera, su vida prosigue tras el último "corten". Una buena historia sobre el amor familiar. Gracias a los productores, los autores y el reparto por esta joya, que ha entrado en mi top de series para recordar por siempre jamás. Post de Naiara Salinas Antes de comenzar y seguir con el especial de adaptaciones por el Día del Libro, tengo que admitir que a veces elegir entre cine y series cuesta, ya que últimamente la tele ha ganado en calidad y muy buenas historias se han llevado a ella. Aparte, existen casos de rifa y transferencia, como cuando una saga no funciona en el cine pero sí en la tele (Shadowhunters), viceversa, o funciona en ambos (los cómics son el ejemplo común de esto último). La trilogía de Patrick Rothfuss que comienza con El nombre del viento, sin ir más lejos, tiene contrato para los dos ámbitos (cómo lo harán es todavía un misterio). Sin embargo, opino que hay una cualidad que tienen la mayoría de las novelas o cómics adaptados a serie: la moldeabilidad. Algunos son tan largos que dan para varias temporadas sin problemas; otros contienen tramas que invitan al seguimiento una vez alcanzado el final. No obstante, aunque admito que los guionistas de hoy en día se lo curran mucho, existen historias que muchas veces son demasiado largas para el séptimo arte pero muy cortas para desarrollar muchas temporadas (por cuanto que su final es muy cerrado). Ante eso, sin embargo, queda una tercera opción, también televisiva: convertirlas en miniserie. Así que algunas de mis opciones aquí expuestas van orientadas a ese camino. ¿Queréis conocerlas? Futuros showrunners: atentos. Please. 1. Memorias de Idhún, de Laura Gallego Razón: aquí sí que sí. En el post anterior de All Cinema había terminado proponiendo tres títulos de esta maravillosa escritora española para el cine, y seguro que algún fan pensó: "Hey, ¿y Memorias de Idhún qué?" Después de todo es su trilogía más famosa, que ha generado tanto fandom aquí como... Harry Potter (eso al menos me gusta pensar, ya que poca gente de mi generación no se ha leído la saga). Ahora bien, la propia Laura comentó en su día que prefería no vender los derechos porque no tenía claro que tres novelas tan extensas como estas pudieran adaptarse a la gran pantalla sin cortar escenas para ella vitales (como para cualquier autor encariñado con su obra, pienso yo). Es decir, que perdía más que ganaba. Eso afirmó a principios de siglo, cuando se publicó. Ahora, en pleno 2017, hemos sido sido testigos de cómo una saga de mayor volumen que esa era adaptada con tremendo éxito a la televisión sin perder un atisbo de calidad. Sip, me refiero a Canción de hielo y fuego, a.k.a. Juego de Tronos. Por eso opino que se debería dar una oportunidad a esta trilogía tan fascinante, aunque sea española. Creo que un poco de trabajo de equipo entre varias productoras, algunos directores extranjeros y un reparto tanto nacional como internacional le darían el empujón necesario. Cómo podría ser: ya he comentado la vinculación entre un equipo nacional e internacional para obtener presupuesto (aparte, no me imagino otra cosa que no se acerque mínimo al estilo de David Benioff y D.B.Weiss). Pero lo importante ahora es la estructura. Memorias de Idhún tiene mucho material y background como para desarrollar una serie completa, pero si se quisiera algo más ajustado podríamos tirar al "sistema Sherlock", es decir, tres temporadas en formato miniserie, una dedicada a cada libro. Habría bastante para cubrir los aspectos esenciales y las partes en las que se divide cada novela, lo que podría satisfacer a su autora, que hasta podría participar en el guion para asegurarse. Problema resuelto. 2. Fangirl, de Rainbow Rowell Razón: porque todos somos fans, y necesitamos una historia que se ponga en nuestro lugar. Esta es perfecta. Y aunque solo es una novela, da para mucho, considerando que su tema es de expansión e imaginación: el fan fiction. Dos gemelas empiezan la universidad por primera vez de forma separada. Cath es solitaria, va muy a su bola y prefiere pasarse horas leyendo y escribiendo su versión de una saga muy popular que imita a Harry Potter (en todo, salvo en el nombre) que salir de fiesta y socializar. Sin embargo, cuando Levi, un texano de cuidado, entre en su vida, Cath experimentará por primera vez qué supone abandonar el nido y experimentar el amor sin tener a su hermana del alma a su lado. Es una historia con mucha reflexión sobre la forma en que se escriben y se conciben mundos, la propiedad intelectual y los fanfics y su impacto en el público, aparte de añadir enredos amorosos, alguna que otra puñalada por la espalda y problemas familiares. Es una historia con la que cualquiera puede identificarse, con sus dosis tiernas, dramáticas y de humor, ideal para un público joven. Además, como dato, la autora se pasó meses investigando el fenómeno de los fan fiction y tomó como modelo al mago de Rowling por considerarlo una de las "víctimas" más populares (cosa que es verdad. La de fics que me he leído y encontrado del Mundo Mágico). Su desarrollo del fanfic sobre Simon Snow (la saga ficticia que tiene enganchadísima a Cath y que ella termina a su modo) ha generado tanto interés que al final se ha decantado por escribirla en un libro aparte que se publica esta primavera. Cómo podría ser: yo la veo muy comedia, aunque incluya seriedad. Esta ha nacido para ser una producción totalmente americana (me pregunto si debería haber escrito este post en inglés para llamar más la atención) y, una vez alcance el final del libro, podría continuar con la reacción de los lectores al fanfic de Cath y su camino a la conversión en escritora con historias originales, mientras prosiguen sus aventuras universitarias. 3. Vampire Academy, de Richelle Mead Razón: sé lo que muchos me podrían decir: "Esta ya ha sido adaptada y fue un fiasco". Exacto, al cine, que no le hizo mucha justicia, igual que a Cazadores de sombras. Por eso creo que si la trasladan a la pequeña pantalla el resultado podría ser más grato, teniendo en cuenta cómo han acabado los nefilim. La historia y los personajes dan para mucho, teniendo en cuenta que existe hasta una segunda saga. En ese sentido es muy comparable a la de Cassandra Clare, así que espero que alguien avispado le de una oportunidad y la desarrolle como es debido. La película en sí parecía más una temporada de serie. ¿Vampiros con poderes y rollos de monarquía y herencia? Lo pide a gritos. Cómo podría ser: le aplicaría el mismo sistema que han ejecutado con Shadowhunters. No tiene por qué seguir las novelas de cabo a rabo mientras use sus elementos en favor de la trama principal y el enganche del espectador. Lo bueno es que tiene bastantes hilos para llamar la atención y mantener el interés. Ah, ¿y qué pasa con el casting? No creo que Dominic Sherwood (que fue Christian Ozera en la peli y actualmente es Jace en Shadowhunters) pueda con dos series, pero el resto del reparto lo mantendría, ya que muy ocupados tampoco se les ve y me gustaba la química entre Rose y Lissa. 4. Sandman, de Neil Gaiman Razón: ¡primer cómic de la lista! Uno que se intenta llevar al cine año tras año sin éxito, bien porque alguien se cae del proyecto (Joseph Gordon-Lewitt, ejem) o porque de pronto la idea ya no es tan buena. Tal vez sea porque su lugar es otro, algo más modesto. Neil es un autor ya muy adaptado (tanto que la semana que viene le dedicaré otro especial, aviso) y por el momento el resultado cosecha buenas críticas. Dada la expansión del cómic en la televisión, no me costaría imaginarme una serie de este curioso personaje que navega por el subconsciente. El número de tramas es infinito (hasta que alguien decida ponerle punto final) y hay muchas partes desde donde abordarlas, lo que hace que piense que este es su verdadero destino y la causa por la que la película no ha salido adelante aún. Una mezcla entre lo concreto y lo abstracto, entre la realidad y el sueño. Cosas más bizarras se han visto (Legion, sin ir más lejos, y en su caso ha terminado bien). Cómo podría ser: lo mínimo que necesitamos es un protagonista intrigante y carismático y un sentido. Podemos desarrollar una trama por temporada o dejar que el señor de los sueños viaje a su bola a lo Doctor Who, ocupándose de diferentes cosas por capítulo. Las posibilidades son amplias. 5. Los cuentos de Beedle el Bardo, de J.K.Rowling Razón: y ya está, el último de los libritos del Mundo Mágico en gozar de adaptación. Dado que son historias independientes lo veo más como miniserie. ¿No os gustaría ver desarrollada más a fondo la fábula de "los tres hermanos"? ¿Y conocer el resto de personajes? Cómo podría ser: son cinco cuentos, así que cinco capítulos de aproximadamente una hora cada uno, cosa que obligaría al relleno, pero podría ser igualmente interesante. ¿Qué pensáis? Sería guay estrenarla como celebración de un aniversario del Mundo Mágico. Podríamos hasta nombrarlo el Universo Mágico de Rowling. Otras opciones: antes de escribir esta entrada estuve debatiendo con una amiga sobre qué libros nos parecían mejor para serie y para cine. Ella opinaba que El Silmarillion, por ejemplo, es más seriegráfico, pero a mí no me importaría ver una nueva saga dirigida por Peter Jackson en el cine, y más con fran trailers tan espectaculares como este: Otra saga que merecería continuar, sea de la forma que fuere (aunque yo la veo digna para el cine), es la de Percy Jackson. De acuerdo, ha habido controversia entre las dos primeras cintas por cambiar muchos aspectos del libro. Eso no significa que la historia sea mala, sino que posee muchos ingredientes. Tal vez, solo por eso, encuentre su hueco en televisión, donde además de la saga principal podríamos ver la de Los héroes del Olimpo y la recién nacida Las pruebas de Apolo. Eso es lo primero que piensas, y luego te encuentras estas joyas en Youtube:
Sea como fuere, lo que está claro es que las sagas que se prolongan son más de serie que de cine. O, últimamente, todo lo juvenil. Como esta trilogía de Amanda Hocking, Trylle, donde una chica que vive con su hermano mayor y su tía e intentó ser asesinada por su madre de niña recibe la visita de un chico que le revela que es una trol, intercambiada al nacer con un humano para aprender las costumbres de los mortales. Lo mejor es que ella no es cualquier trol, sino una princesa. Pero mejor dejo que veáis el "trailer". Como este hay muchos de otras novelas rolando por ahí, así que si esta idea no os convence, os recomiendo que les echéis un ojo primero y juzguéis a raíz de ellos. Hay auténticas obras de arte. Para despedir este especial, reabro el debate: ¿qué libros de los aquí y del otro post pensáis que son más para tele o para cine? ¿Cuáles adaptaríais vosotros y dejaríais en paz?
Espero que si no conocíais alguna de estas obras os haya picado la curiosidad y las busquéis mañana en la feria. ¡Leamos libros! Post de Rosana Rábago ¡Buenas, allscreeners! La verdad sea dicha, hoy no tenía intención de publicar nada en el blog. Pero esta mañana, al levantarme y comprobar mi cuenta personal de Twitter, he visto que había mucha cosa de Los Simpsons. Y, movida por la curiosidad, he descubierto que era porque hoy es nada más y nada menos que el “The Simpsons Day”, una iniciativa de Neox y FOX TV para conmemorar que un día como hoy, hace 30 años, Matt Groening nos ofrecía el primer capítulo de la familia de dibujos animados más divertida de la televisión. Y, aprovechando que hoy es su día, voy a hacerles un pequeño homenaje, porque como todos, he visto y aun sigo viendo Los Simpsons y creo que es necesario rendirles un pequeño tributo en esta fecha tan marcada en el calendario por muchos seriéfilos de todo el mundo. Si os sois sincera, empecé viendo Los Simpsons cuando era bastante pequeña. Y mi hermano y yo la seguíamos con asiduidad. No había ni un solo día festivo en el que a las dos de la tarde no estuviéramos pegados a la tele con Antena 3 puesta esperando ver a esta particular familia. ¿Resultado? A día de hoy, hay pocas veces que no encendamos la tele a esa hora y el capítulo ya lo hayamos visto. Pero da igual, porque Homer, Bart, Lisa, Marge, Maggie y compañía siempre nos han hecho pasar un buen rato. Siendo ya adulta, os diré, de hecho, que creo que de pequeña veía esta serie porque eran dibujos porque hoy me río bastante más con sus chistes que cuando era niña, lo cual tiene su lógica, si tenemos en cuenta que Los Simpsons, pese a ser una serie de dibujos animados, esta destinada a un público adulto. Tanto es así, que muchos de los capítulos de esta ficción nos muestran distintos problemas que solo los adultos pueden llegan a comprender en los distintos ámbitos ya sean educativos, culturales, religiosos, laborales, familiares o de cualquier otra índole. ¿Y que mejor forma hay de hacer hincapié en estas situaciones que cantando? Este podría bien ser otro de los puntos fuertes de Los Simpsons y es que, para ejemplificar muchos problemas que viven los ciudadanos de Springfield, la ficción se ayuda de muchas canciones originales como las que os expongo a continuación (la lista podría alargarse, pero nos daría para toda la vida):
No obstante, no solo con la música Los Simpsons nos han ganado. Por todos es bien sabido que aquí la popular familia amarilla tiende a hacer predicciones (recordemos que según esta serie, Donald Trump iba a ser presidente de Estados Unidos y precisamente pasó eso) y, encima, las aciertan. No solo han predicho el futuro en esta ocasión, sino en muchas otras como las que vienen recogidas en el siguiente video: Además, la familia amarilla de la televisión también nos ofrece especiales de Navidades y de Halloween (estos últimos muy conocidos y de los que Naiara os hablo aquí) que cosechan grandes éxitos de audiencia. Finalmente, aunque llevemos muchos años disfrutando de Los Simpsons, aun son muchos sus misterios por resolver, aunque el más importante y el que espero que se desvele antes de que acabe la serie es: ¿dónde narices está ubicado exactamente el pequeño pueblo de Springfield? Y, antes de despedirme, no podía irme sin dejaros otro de los puntos fuertes de Los Simpsons: ¡el gag del sofá! que, junto a lo que escribe cada día en la pizarra Bart al ser castigado, es un elemento cambiante de la intro de la serie que caracteriza a nuestra querida familia. Y vosotros: ¿desde cuándo veis Los Simpsons? ¿Cuál es vuestro personaje favorito? ¿Qué final dariais a la serie cuando le llegue su hora? ¡Espero todas vuestras opiniones y comentarios! ¡Hasta la próxima, allscreeners!
Post de Naiara Salinas Todos lo decían, y yo pensaba: "Ya, claro, es Netflix, como para que nada de lo que allí se emita sea un fracaso". Tal vez por eso, y porque tenía otras adicciones en aquel momento, me demoré tanto en ver Por trece razones, el nuevo fenómeno de la plataforma. Ahora mismo puede que hasta me sienta un pelín culpable de no haberla descubierto antes. De lo que no me arrepiento es de haber escuchado a esas personas que la recomendaban (mejor tarde que nunca). Un atracón (porque devoré esta joya en dos días, nuevo récord) puede cambiarte la vida, sobre todo si es con una historia como esta. Seguro que esperabais el típico post de "Trece razones para ver Por trece razones", pero viendo que la idea había sido pillada un sinfín de veces y que la temática podía abarcar mucho más, me he decantado por centrarme en esto último y utilizar la trama para analizar la forma en la que se enfoca el asunto. El bullying es muy serio y delicado como para tratarlo de cualquier manera. He visto muchísimas historias centradas en él. Normalmente no uso este espacio para hablar de mi vida privada, pero no me avergüenza reconocer que lo he sufrido en mis carnes, razón por la que me llega muy adentro y por la que, tras ver el episodio definitivo ayer, me quedé un buen rato pensando en la vida hasta el punto de olvidarme de que tenía que dormir (en consecuencia hoy tengo unas ojeras de campeonato). Pocas series me han hecho llorar con realismo (quiero decir, al pensar en ellas). Y pocas veces tomo notas mientras las veo, pues prefiero quedarme con una visión general. Esta es la excepción, pues Por trece razones, en lo que a mí respecta, no es solo entretenimiento. Contiene un trasfondo muy educativo acerca de la realidad que viven docenas de jóvenes en todo el mundo y de los motivos que pueden hacerles creer que no merece la pena seguir luchando. Es pura y dura lección moral. Para aquellos que no la hayáis visto aún, un breve resumen: basada en la novela de Jay Asher, cuenta la historia de Hannah Baker, una adolescente que poco antes de suicidarse graba trece cintas con sus razones para que las escuchen los compañeros de clase implicados directa o indirectamente. Quien nos guía en este descubrimiento es Clay Jensen, un chico tímido considerado amigo de Hannah que es el undécimo personaje al que le toca recibir las cintas (estas van pasándose en orden siguiendo instrucciones claras) y, abrumado y asustado, irá enterándose de la verdad de la joven de la que en su día estuvo enamorado, mientras los padres intentan imponer justicia. La serie se ocupa también de mostrar cómo afectan trastornos como la depresión y la ansiedad. En ese aspecto me recordó un poco a Las ventajas de ser un marginado (los protagonistas masculinos de ambas historias tienen amigos que se han suicidado y, en cierto modo, eso les ha causado trauma). Pero más importante es la idea de la acción humana como un efecto mariposa o dominó: cómo muchas veces lo negativo se acumula a través de una cadena de faenas que se transforma en un huracán emocional abrasador. Por trece razones nos muestra un bullying obvio y sutil que junta lo convencional con lo particular, y es que porque no haya golpes o insultos directos no significa que se esté absento. Hannah no solo sufre el desprecio de sus compañeros, sino también decepción, desilusión, vacío, soledad... Cosas que terminan quebrándole el espíritu positivo y conduciéndola hasta el trágico final. Conclusión: hay que tener cuidado con nuestras acciones y nuestras palabras, porque nunca sabemos cómo van a afectarle a alguien. Podemos destruir más que arreglar. Tras esta chapa voy al lío. Capítulo a capítulo me he dedicado a destacar los acontecimientos y a nombrar cada razón como lo que es en lugar de emplear el nombre de un personaje (como hace la víctima). Estas trece señales definen el bullying y, por si alguien no considera que sean lo bastante importantes, pienso justificarlas. Eso implica que a partir de aquí habrá SPOILERS, pero prometo que solo estarán en la lista, así que os animo a seguir más abajo si no queréis tragároslos, pues considero este tema lo suficientemente importante como para que no me guste la idea de que se abandone la lectura por no haberlo visto. -----------------------------------SPOILER ALERT--------------------------------------- 1. Exhibicionismo (Justin) La primera causa es bastante cliché, pero no por eso menos importante. Cuando hablo de exhibicionismo me refiero a exponer fotos íntimas, algo que más adelante se repetirá con otro sentido. Justin es el típico chico deportista popular que con su encanto encandila a Hannah, quien en ese momento es la alumna nueva. Al principio todo es idílico para ella: trabaja en unos cines, tiene un amigo friki y está colada por un chaval que la corresponde, qué más se puede pedir. Todo falla en su primera cita, cuando "jugando" él le saca una foto aparentemente inocente pero que en malas lenguas y ojos juiciosos resulta muy comprometida. Para más inri, ella da su primer beso esa noche. Desde ese momento la reputación de Hannah se trastoca, pero ella finge superarlo. 2. Deslealtad/desconfianza (Jessica) Si alguien te puede putear la vida más que un rollo de una noche es tu mejor amiga. Jessica, como Hannah, es nueva, razón por la que las juntan y terminan conectando en cierto modo, aunque al principio se muestran escépticas. El daño que le inflige a la víctima es no creerla cuando esta le asegura que no tiene nada con Alex, el novio de Jess, quien difunde una lista donde puntúa más alto el culo de Hannah que el de su chica. Previamente, los tres eran una piña que se apoyaban en sus problemas (incluida la jugarreta de Justin, para que veáis), hasta que perdieron el contacto y los tortolitos se juntaron con otra gente más popular. Ni qué decir lo grande que es el disgusto al verte de repente sola y marginada por tus mejores amigos, con quienes quieres seguir llevándote bien pese a todo. Pero aún más duele que alguien a quien creías conocer y a quien te habías abierto con todo tu corazón no te crea cuando le dices la verdad, como si una jugarreta bastara para acabar con una amistad. 3. Bromas de mal gusto (Alex) Y ya que hablamos de Alex, hay que decir que soltar comentarios sugerentes de ese tipo carece de la menor gracia, menos por encajar en un grupo de pervertidos depravados y menos aún cuando se trata de tu ex mejor amiga, a quien sabes lo que duele ese tema. Si quieres hacerte el gracioso mejor ve con ojo, pues si picas mucho a un león al final acabará reaccionando. Huelga decir que, tras el suicidio, es el que más se siente culpable, y con razón, pues Hannah en las cintas lo considera a él el "huracán". 4. Acoso obsesivo (Tyler) Por si no bastara con perder dos amigos de muy mala forma, Hannah de la noche a la mañana se convierte en el objetivo de una cámara, la de Tyler. Es más bien su objeto de admiración, pero como es fotógrafo ya sabéis lo que viene: paparazzi acosador con habilidades de espionaje. No solo logra ponerla nerviosa, sino que además contribuye a alimentar los rumores de "facilona" y "guarra" entre sus compañeros, aparte de echar a perder otra amistad. En defensa suya, esa amistad afectada tampoco era muy verdadera y el chaval es un rarito de cuidado. Lo bastante rarito como para ser incluso repelido por los demás cada vez que se juntan para tratar el "dilema de las cintas". Eso, por supuesto, no justifica sus acciones. Si te gusta alguien no vayas publicando por ahí sus fotos comprometidas para que la gente chismorree. En un instituto es cruel. 5. Difamación (Courtney) Una cosa es esparcir rumores por "accidente" (cuando es una broma entre colegas que se va de las manos) y otra muy distinta mentir con todas las de la ley para salvar el pellejo. Eso hace Courtney, para mí el peor personaje de lejos junto con Marcus. ¿Por qué? Los demás son canallas, pero al menos lo muestran; estos van de buenos y me ponen enferma. Dan la imagen de gente que desea ayudar y contribuir. Tras el suicidio cualquiera los acusaría de nada viendo cómo se entregan a la causa. Claro, son Don Perfección. Y para proteger esa perfección son capaces de todo, como dar la espalda a una compañera cuando más les necesita solo porque su mera compañía puede poner su reputación en peligro. Eso al menos Courtney, que encima es una lesbiana encerrada en el armario. No haberte emocionado esa noche, Courtney. Vade retro. 6. Humillación pública (Marcus) ¿Y qué pasa con Marcus? Él hace algo peor: no solo engaña al mundo sino también a Hannah, lanzando un cebo amigable para que pique y quiera salir con él por San Valentín, tras supuestamente haberle sido emparejada por una lista de compatibilidad. Primero hace alarde de todo su encanto y su inteligencia, pero, llegado el momento, no muestra el más mínimo respeto (justo como Justin). La deja plantada en el restaurante una hora, luego llega acompañado por sus amigos del equipo y cuando se enrrolla con ella la toca donde no se debe en público. Hannah le grita que la deje en paz y él le pone en evidencia delante de todos los presentes. Muy mal. Imaginad el estado de Hannah, necesitada de alguien en quien confiar, siendo traicionada de esa forma. Eso contribuye a que no se sienta ni querida ni respetada. 7. Venganza (Zach) Si queda alguien sensible en el equipo de baloncesto ese podría ser Zach, quien tiene fama de bromista pero en el fondo esconde a otro solitario en alma en quien Hannah se fija por lo mucho que termina recordándole a ella misma, aunque en ese momento todavía lo ve como un popular más. Zach es más sutil y no conquista a la joven mediante palabras, sino actos, algo que para ella resulta más importante y agradable, pues ya la han engañado suficiente del otro modo. En clase de Comunicación los alumnos tienen unas cestitas donde al finalizar la jornada pueden dejar mensajes a sus compañeros, y Hannah recibe siempre dibujos de un conejito con algún chiste malo o una frase que, por muy boba que sea, consiguen sacarle una sonrisa. En el fondo sospecha de quién pueden ser, pero nunca lo dice. Finalmente Zach le invita a salir y ella, desconfiada, le rechaza muy bordemente porque tras varias decepciones relacionadas con el equipo se ha construido una coraza para protegerse. Entonces Zach, tal y como describe Hannah, le quita aquello que la ayudaba a llevar mejor el día. Muchas veces, lo que a nosotros nos parece básico o una tontería para otros significa el doble, de modo que cuando eso les falta un nuevo agujero se abre en su corazón. 8. Robo (Ryan) Nadie debería publicar lo de otra persona sin su permiso. En eso se basan las leyes de copyright, ¿no? El siguiente personaje es un gay intelectual que se salta la norma creyendo "hacer lo mejor para su amiga", sin saber que eso para ella cuenta como traición a su confianza tanto como lo anterior. Hannah, considerada ya una bala perdida, decide acudir a un club de poesía, donde el único conocido es este chaval que a priori caería bien a todo el mundo por su sinceridad. Y, por una vez, esta reina, aunque joda lo mismo. Ryan no le miente exactamente (¿o sí? Lo cierto es que me pareció notar cierta envidia al ser "superado" por una "novata"). Simplemente le roba su mejor poema para publicarlo en la revista del insti que él edita. No niega lo que ha hecho, pero en cuanto a respeto de la propiedad es bastante obtuso y no se arrepiente, aunque ese poema resulte muy personal como para ser leído en un lugar lleno de juicios que no comprenden nada pero saben reírse de todo. Incluso de los sentimientos de una persona. 9. Culpabilidad (Justin) Justin no aparece aquí porque se sienta culpable, sino porque en parte lo es. La que se siente culpable es Hannah, cuando observa escondida en el armario la violación de ex colega Jessica y no la impide, paralizada por el miedo. Eso la destroza y es importante, porque en este momento pasa de considerarse víctima a creerse verdugo y que todo lo hace mal. Entre este episodio y el anterior han pasado tres meses de verano donde la chica ha prometido reinventarse y empezar de cero cortándose el pelo y decidiendo pasar de movidas. Su perspectiva y vivacidad han cambiado, está algo más apagada, necesita ser otra persona desesperadamente porque ser la Hannah del curso pasado es un asco. Pero en esa fiesta a la que acude descubre que en el fondo sigue siendo la misma y, peor: no es que las cosas se tuerzan a su alrededor sin más. Ella llama a lo negativo. Entramos en la depresión de lleno. 10. Decepción (Sheri) Sheri es, junto con Clay, la más santurrona de la lista de afectados, pero también obra mal cuando se niega a hacer lo correcto (para salvar el pellejo, otra vez) y llega a abandonar a Hannah a su merced cuando esta le rebate. Por su culpa hay un accidente y un compañero de clase muere. Esto no solo suma más culpabilidad en Hannah sino decepción, porque creía que Sheri era diferente a los otros. Nunca la trató mal y siempre le animó a seguir intentándolo. Lo único que no hizo fue apoyarla cuando realmente lo necesitó. 11. Ignorancia (Sr. Porter y Clay) Y con esto llegamos a los dos entes más... comprensivos (por desgracia, no lo suficiente). Ni Clay ni el señor Porter (el orientador del colegio) hacen nada para que Hannah se sienta mal consigo misma, es decir, no la insultan, no la menosprecian, no se ríen ni cuentan mentiras de ella. Su mayor pecado es no saber lo que está sufriendo y no ser capaces de llegar a ella. Es decir, aunque puedan entender que hay cosas que le han hecho daño, no llegan a un nivel de empatía, que es lo que ella más necesita. Clay no solo se convierte en su mejor amigo sino también en el amor que pudo ser. Mientras que él ya estaba colado por ella desde el principio ella fue haciéndolo poco a poco con cada muestra de cariño y buena voluntad. Terminan enrrollándose y de pronto la baja autoestima y el trauma de Hannah provocan que ella reaccione mal y más tarde no se considere lo bastante buena para él y hasta esté convencida de que la odia. Si tan solo él le hubiera dicho que la quería de verdad y que no le importaban las habladurías, habría encontrado su salvavidas. En cuanto a Porter... Bueno, él ya deja entrever que sabe mucho de teoría pero nada de práctica. En ocasiones el estar atento a una persona puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, así que quien ignora o quien sabe pero no interviene llega a ser tan culpable como los demás (bueno, si lo ignoras eres inocente, pero deberías haberte dado cuenta si tanto te importaba la víctima). 12.Violación (Bryce) El culmen del acoso, el que ya es considerado delito por sí solo. Tras sufrir multitud de decepciones un daño físico termina desfigurando el interior de Hannah y haciéndola tomar su decisión fatal. Bryce está creado para ser repelente desde el comienzo: mujeriego, irrespetuoso, seboso... Él viola a Jessica con el permiso mudo de su colega Justin y ataca también a Hannah justo cuando más vulnerable se halla. Esto destroza a cualquiera, pero es más grave cuando ya tienes otras faenas acumuladas. 13. TRAICIÓN GENERAL Lo quieran o no, todos traicionan a Hannah: traicionan su confianza, su amistad, su sinceridad, su pureza... Pese al buen trato que ella ha dado a todos, estos la menosprecian y consiguen que su vida sea un auténtico infierno. Hipocresía, indiferencia... Son rasgos muy presentes en la sociedad, seguro que todos hemos pecado alguna vez de ellos. Pero con una persona nunca se debería ser indiferente, pues no solo es cuerpo. Dentro tiene un corazón que puede romperse con facilidad. Clay es el único que parece darse cuenta. -------------------------------------FIN SPOILER----------------------------------------- Precisamente uno de los aspectos a mi parecer más brillantes de la serie es el enfoque mencionado arriba, con una narración muy intimista (no solo por los diálogos) donde la cámara capta cuanto puede las reacciones y la degeneración de Hannah, en especial durante el último episodio (hasta la música contribuye a expresar cómo se siente). Conforme la trama avanza gana en seriedad y en intensidad. Los grupos en los que he dividido las razones no son al azar, sino que los describe la propia víctima al grabar las cintas ("Empecé por Justin y Jessica, que me destrozaron el corazón. Luego con Alex y Tyler, Coutney y Marcus, que se cargaron mi reputación. Después Zach y Ryan, que me destrozaron el ánimo, hasta llegar a la cara doce, Bryce, que rompió mi alma"). Todo al principio parece un juego, donde Clay debe ir encajando las piezas a lo Sherlock Holmes, donde en los flashbacks se ven risas y momentos típicos de películas juveniles. Pero no hay que engañarse, nos dicen los guionistas, ni perder el tema principal de vista. El bullying no es un juego. Sufre gente, en especial los padres ignorantes que quieren impedir que esto vuelva a suceder. Los problemas se van agravando, pasando de lo más "trivial" (que tampoco) a lo más grave. Por eso el otro acierto es mostrar la cruda realidad sin "romanticismos hollywoodienses" para hacerse eco del sufrimiento de la víctima. ¿Que hiere la sensibilidad? Ya lo creo, pero ellos ya avisan de lo que está por venir antes de empezar el capítulo. Yo no pude ver la escena del suicidio sin llorar, pero la vi porque había que verla. Porque si te la muestran es porque creen que es algo que debe saberse. Porque esta gente sabe que los adolescentes no son tan inocentes y nada de esto les resulta nuevo, tristemente. Lo mismo con las violaciones. Esas escenas están muy, muy conseguidas, con un realismo que te sobrecoge (de hecho la forma en que se afronta todo el compendio de emociones es muy verosímil, hasta la incompetencia del orientador). "Todos matamos a Hannah" Cada personaje siente un grado de culpabilidad diferente, que se incrementa al mismo tiempo que las discusiones. Durante el antes todos son inocentes, pero después del suicidio se enfrentan a la realidad del efecto dominó. Las reacciones sufren un giro y pasan de la calma fingida a la agresividad conforme Clay decide ponerse de parte de la víctima y no de los culpables. Todo se convierte en un embrollo de delitos y conspiraciones para proteger los secretos de Hannah... y de los demás. Resulta gracioso entonces que el despacho del orientador se convierta en una especie de comisaría que busca a esos culpables. ¿Y al espectador? ¿Qué provoca todo esto? Tomo un ejemplo en este diálogo: Clay: La cosa va a empeorar, ¿verdad? Tony: ¿Te asusta? Clay: Sí, pero voy a seguir. Exacto. Eso fue lo que yo sentí. Por trece razones te atrapa en la historia, te sumerge en ella hasta el punto de que aunque sufres con Hannah sigues viéndola porque, como Clay, necesitas llegar al fondo del asunto. Y por eso me parece genial que él sea el focalizador principal, pues aporta nuestra inocencia ante los hechos. Además, también es un joven trastornado que sufre pesadillas y visiones continuas. Con él no solo vemos lo que fue sino lo que pudo haber sido, lo cual lo hace más duro. Escuchar las cintas es difícil para él porque es el único que no merece estar en la lista y que en realidad se encuentra ahí por otros motivos que nada tienen que ver con la culpa. Es lo maravilloso del personaje: Hannah no le acusa, pero él se siente culpable y le cuesta el triple que al resto escuchar su voz, logrando así el objetivo de la chica: que no sea un camino de rosas (Clay es la pieza clave para que se haga justicia en muchos sentidos). Su intención era crear su propio huracán y lo logra. El debate termina surgiendo y en este, los que son más marginados tienen una opinión distinta de los populares. Los primeros quieren sincerarse y los segundos quieren protegerse. Esto también es muy llamativo porque al final reconocen que pertenecen al grupo social de Hannah, que son como ella, víctimas de los prejuicios (Alex afirma: "Hannah era mi amiga y tenemos que contar la verdad. Porque sé que si cualquiera de nosotros hubiera seguido siéndolo, siendo su amigo, estaría viva"). Otro debate que surge es respecto a Tony, el otro crucial de la historia, debido a la tarea básica que le relegan para que la misión de Hannah tenga éxito, pues mientras tiene lugar el relevo de cintas, los adultos llevan el caso a juicio y buscan pruebas, lo que hace que se pregunte si ha hecho lo correcto protegiendo los secretos de su amiga para que se cumpla su último deseo, aunque eso pueda obstruir la justicia real. Por trece razones es una producción sincera que nos enseña que "la vida es impredecible y el control no es más que una ilusión". No todo acaba en trauma, sin embargo. La historia continúa después de Hannah. El episodio trece es una combinación de catástrofes y desvelamientos. ¿Eso implica una segunda temporada? Por mí no. Creo que si la novela no tuvo secuela, por más que se dejen tramas abiertas, la serie tampoco debería. No debería estirarse más de lo necesario, pues no haría justicia a su protagonista. Aunque admito que sería interesante saber qué sucede al final con el caso. Para acabar, comparto la canción principal de la serie (en realidad hay muchas, pero considero esta la principal por estar interpretada por nada más ni nada menos que la productora, aparecer en el capítulo final y por su mensaje). Post de Naiara Salinas Oh yeah, los presos han vuelto como en una película de Terminator. Aquella ficción que nos mantuvo enganchados a Fox hace doce años viene para descolocarnos como a sus protagonistas. Igual que Sara Tancready, Lincoln Burrows, Sucre, T-Bag y el resto de la tropa de Foxriver creímos que todo había acabado y rehicimos nuestras vidas como pudimos sin el buenorro e inteligente de Michael Scofield. Pues bien, como la serie no podía regresar sin su héroe principal, los guionistas han tomado ejemplo de la parrilla presente y han practicado una "resurrección imposible", con más preguntas que respuestas (su gran especialidad). Todo comienza con un T-Bag que, tras un par de fugas (perdiendo la mano por el camino), acabó volviendo a la prisión donde empezó todo para cumplir de una vez su condena. Libre de forma legal, alguien le depara una desagradable sorpresa enviando un sobre encriptado a la cárcel con una foto del muerto en cuestión y pistas que solo un cerebro que ha trabajado con Scofield puede descubrir. ¿Cuál es la mejor decisión en estos casos? Creo que el T-Bag antiguo habría dicho "A la mierda" y habría rehecho su vida, pero el nuevo ve las cosas de forma muy distinta y acude al hermano de turno, el cual, no contento con haber sido condenado a muerte una vez, sigue metiéndose en líos chanchulleros. ¿Cómo recibe Linc a esta "escoria mujeriega y asesina"? Mandándole a tomar por culo. Aun así, se queda con el sobre solo por si acaso, y llama a Sara solo por si acaso. El problema es que la antigua enfermera ha seguido adelante con otro marido y el pequeño Mikey lejos de problemas de mafias y gobiernos, de modo que cualquier cosa que le parezca estrafalaria va derechita a su papelera mental, y que el antiguo amor de su vida pueda estar vivo es una. Lincoln, comiéndose la cabeza, demuestra que no es tan inepto como parece cuando descifra en el sobre un lugar mitológico, Ogygia (sip, el mismo donde Calipso retuvo a Ulises cuando regresaba a su amada Ítaca, qué gran nombre para una cárcel), que le conduce a Google Maps y de ahí a Yemen, territorio en guerra (oh my...). Vale, ¿cuál es el siguiente paso? Corroborar la teoría, aunque signifique asaltar una tumba (yo siempre me he preguntado... ¿los que entierran nunca se dan cuenta de que falta el cadáver? Porque o la funeraria está sobornada o a saber). Así que hay que ir a Yemen como sea. Pero no se puede ir solo. "Es una pena que haya rechazado al enclenque manco", piensa Linc para sus adentros. Por suerte, la serie contaba con más personajes vivos al final de la cuarta temporada, y da igual que estos tengan una vida si arruinándola con ese plan podemos volver a verlos; por eso regresan nuestros negritos favoritos: C-Note, que se ha convertido a otra religión, y Sucre. No obstante, antes debemos enfrentarnos a unos tipejos raros que intentan matar al hermano calvo lanzando su coche al río. Gracias a su experiencia en DC el hombre puede salir volando por la luna y aterrizar "limpiamente" en el agua sin ningún rasguño, aunque si yo lo intentara me llevaría varias contusiones y algún esguince. Para más inri, los mismos van a parar a casa de la Tancready y disparan a quemarropa contra el marido, que se defiende con una pistola mientras la madre se ocupa de ocultar a su cachorro. No pasa nada, es demasiado pronto para que muera nadie. Volviendo a T-Bag, el paso del tiempo ha permitido a la serie adaptarse a la nueva tecnología y ahora podemos sustituir una basta mano de plástico llena de firmas (noooooooo) por una mano inteligente que funciona como otra parte del cuerpo más (bah). Espero que no intente estrangularle mientras duerme por no cumplir con su cometido (si es que esto pasa). Entre tanto C-Note sustituye a Sucre como acompañante de Lincoln al extranjero (hay que saber tratar con árabes) y desde que desembarcan hasta que llegan a Ogygia les da tiempo a: ser engañados de nuevo por esa cepa del gobierno (porque en esta serie todo es culpa del gobierno, aquí se puede decir claro) que les encuentra en el aeropuerto y se presentan sin ninguna duda (y digo yo, ¿no os enseñó la madre que os parió a no hablar con extraños?); ser rescatados por una súper mujer árabe sexy (que no tiene otro superpoder que la inteligencia), y ser estafados por el guía de la cárcel. ¿Y todo para qué? Para que cuando se encuentren con Michael no solo descubran que es un terrorista muy peligroso sino que ha cambiado de nombre y aparentemente no recuerda nada de su vida anterior. Ah, y se ha hecho dos nuevos tatus en ambas palmas. ¿¿WTF?? ¿Qué ha pasado con Michael? ¿Cómo ha llegado a Ogygia? ¿Quién le tendió la trampa y lo está usando ahora? ¿Por qué quieren mantenerlo muerto para el resto del mundo... o prácticamente inexistente? ¿Quiénes intentan matar a Lincoln y a la familia de Sara? ¿Quién se pone en contacto con T-Bag y qué secreto esconde su cirugía? ¿Cómo volverá Lincoln a América si ha cedido su pasaporte? ¿Sobrevivirán al conflicto de ese país? ¿Qué personaje será el primero en cascarla? ¿Veremos más caras conocidas?
Regreso muy acelerado que nos ha traído lo que tanto amamos de Prison Break en su época: misterio y acción en cadena. Muy pronto para juzgar todavía si resucitar a Scofield como no lo han hecho en Legends of Tomorrow ha valido la pena, aunque el comienzo de esta nueva aventura ha dejado con bastantes preguntas como para mantenernos alerta sobre los siguientes acontecimientos. Esta vez la cárcel no solo está definida por sus rejas, sino también por la nación. Puede que consigan liberar a Michael, pero luego deberán liberarse a ellos mismos de las garras del gobierno, y eso, por lo que parece... no será tarea fácil. Post de Naiara Salinas Lo prometido es deuda. Dije hace eones que escribiría sobre Legion, esa serie de Fox taaaaaan psicodélica que ha puesto nuestra capacidad de hilamiento a prueba. El momento ha llegado. Con una visión global retrospectiva y una revisión de los momentos que más confusión causaron, puedo, en partes, realizar un balance de la nueva producción marvelita. Cómo sobrevivir a un subgénero explotado Ya lo dijo Rosana: los superhéroes, de tanto que los vemos en la parrilla actual, están agotándose en argumentos y desarrollo de los mismos. En una era donde haber nacido en el seno de Marvel o DC ya no es una novedad, el valiente Noah Hawley ha irrumpido con una propuesta original: si ya no puede haber impacto al hablar de mutantes, dejemos que la gente experiencie por primera vez qué supone ser uno. Por eso no es de extrañar que, de toda la selección que cabía, tomara a un psíquico no solo hijo de un personaje conocido y admirado por los fans (el cebo perfecto), sino también aquejado de una aparente esquizofrenia, para poder desarrollar en su guion un completo rompecabezas, no tanto argumental (porque si quitamos el 95% de los efectos y elementos confundidores la verdad es que la trama es bien simple), sino gráfico. La primera vez que uno se enfrenta a Legion sospecha que este jovenzuelo "loco" no ha llegado para cumplir con la expectativa de tributo a los cómics y enganche inmediato. No. Lo que el espectador espera es que los superhéroes sean adictivos, ¿cierto? Que por eso tienen tanto éxito y se les exprime tanto como se puede. Pero las paranoias de David Haller no son precisamente atractivas, le dejan a uno descolocadísimo, algo nervioso y con más dudas que respuestas. Todo eso, por supuesto, al principio. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué Noah no puede limitarse a contar el drama del chico? Porque no es que su historia sea indiferente: lo han acusado de enfermo mental cuando lo cierto es que todo lo que ha vivido es real, provocado por sus poderes, y que fuera del psiquiátrico hay una guerra donde él puede brindar esperanza a su bando, claro legado de Charles Xavier. Es decir, el personaje tiene "chicha". No obstante, mantener solo esa premisa no haría de Legion más diferente que la saga de X-Men completa y que Logan. Si vamos a sacar a un nuevo personaje en la tele mejor que sea con una buena excusa, y si hablamos de un psíquico poderoso pero enfermo, ¿por qué no intentamos meternos en su cabeza un poco y entender cómo funciona su don? He ahí el quid de la cuestión: Legion no solo pretende contar la típica historia del "hijo de", sino convertirse en un alegato a favor de las personas que sufren esas enfermedades mostrando cómo viven la realidad dentro de su cerebro. La mente es un lugar complejo donde se vinculan razón y sentimiento, donde ordenamos nuestros pensamientos de forma única. La mayoría de las personas la usan como si fuera un ordenador plagado de carpetas y subcarpetas, es decir, un disco duro ordenado. Pero si te toman por "loco" o eres un enfermo no esperes que todo sea tan limpio, sino un completo caos. David, tanto si es por culpa de otro mutante parásito como si es por el camino que ha elegido, es una bala perdida con recuerdos fragmentados y sentimientos encontrados. Su mente rota es lo que hace que al público le cueste tanto adentrarse en su historia, porque no se lo da todo servido en bandeja sino a cachos, como un puzzle que se debe ir componiendo poco a poco para averiguar la verdad. Si comprender a una persona normal nos cuesta un poco (porque para eso hay que conocerla muy bien), imaginaos cómo es acercarse a un enfermo mental: o vives lo que él o es imposible. Por eso, aunque sea duro, el guion no da marcha atrás en este aspecto, pues sabe que solo así puede ser fiel al héroe. La genialidad de la serie es haber tomado ese reto de forma muy literal, es decir, no siempre lo que pasa en nuestras cabecitas es lógico, ¿no? ¿Cuántas veces nos ha sucedido que lo que decimos no es lo que pensamos de verdad, o que en nuestra mente está muchísimo más desarrollado? Cuando nos vemos atrapados en una situación absurda creamos la parodia en nuestro fuero interno; cuando estamos tristes suenan violines imaginarios. Aunque no sean tan tangibles como en el caso de Legion, también proyectamos ilusiones que, de ser reales, convertirían nuestro mundo en un auténtico País de las Maravillas, con todo lo que ello implica. Bien, algo que Hawley ha aprovechado muy bien es este universo mental para jugar con los efectos especiales, de sonido y el estilo. Lo que vemos es el resultado de un trabajo sólido que ha pretendido (y logrado) conectar las emociones del protagonista con el mundo exterior. Hay que tener en cuenta que David pasa la mayor parte del tiempo atrapado en su cabeza, carcomiéndose con lo que está ocurriendo a su alrededor. Pasa de no ser nadie a ser lo más importante en un capítulo, y eso no es fácil de llevar cuando toda tu vida te han hecho creer que estabas loco. El cambio de pantalla, la emulación de una película sin voces, los dibujos que cobran vida, la habitación en la playa, las pesadillas, el color rojo de peligro, el sueño absurdo del baile a lo Bollywood colado sin más (mi parte favorita del piloto), los dèja vu... Todo eso no es brillante a secas, sino que intensifica la experiencia y le dota de simbolismo y/o significado real (aparte, Hawley es un excelente manipulador del entorno y los detalles para servir a su objetivo, sea la música o sea hasta la ropa). Ahora bien, eso no quita que cause dolor de cabeza Llevando la empatía ficticia al extremo, supongamos que el mareo que sentimos al recibir toda esa información es el que siente David; entonces Hawley habría logrado su objetivo, en parte. No obstante, no deja de ser un riesgo, pues la realidad no solo consiste en mente sino también en cuerpo, y el cuerpo está fabricado para actuar. Necesitamos que pasen cosas o moriríamos de colapso. Así que la guerra externa tiene su peso, pero no tanto como la que libra Haller dentro de sí mismo, y aquí se encuentra la justificación última de todo el enredo al que nos someten (por tanto, llega la hora de colgar el cartelito de SPOILER ALERT): una posesión de la mano de un villano que los fans de los cómics conocerán bien (al resto nos puede sonar más o menos), el Rey Sombra, a.k.a. Amahl Farouk, otro psíquico que actúa como un parásito que invade mentes y se alimenta de su poder. Alguien tan poderoso como David no iba a quedar impune, así que voilà. Farouk juega al engaño con todo el mundo, moldea la realidad, interviene cuando se considera en peligro de descubrirse y termina destapándose cuando no le queda más remedio. Lo que consigue para con nosotros es volvernos tan locos como a su víctima, pues llegamos a preguntarnos qué pensamientos y acciones son de uno y cuáles son de otro (eso no significa que tengamos que ser exorcizados como el prota). Los cuatro primeros capítulos se camuflan muy bien en la imparcialidad, pero tarde o temprano hay que ir metiendo pistas o el partido acabará sin público. Es aquí donde debo levantarme de la silla y rendirme con aplausos y reverencias a los actores de turno: Dan Stevens y Aubrey Plaza. El trabajo actoral del primero es subliminal, no tengo palabras. Ella, dentro de lo que cabe, va en la misma línea de personalidad chicarrona todo el tiempo (con mayor o menor nivel), pero él debe convencer al mundo de que está loco o enfermo, aunque al mismo tiempo conserva su inteligencia y su sensibilidad. Es víctima y es verdugo, es rarito y es normal. Un tío con un trastorno de doble personalidad falso. El David real es entrañable, simpático y gracioso (podrías achucharle con gusto), pero dentro oculta a un sádico con un humor bastante negro (valga el chiste, es un bestia). La mezcla de ambos carácteres facilita el trabajo si estamos hablando de un tío perdido, aunque en realidad es un atormentado. El actor se hace eco de la confusión y la transmite como puede. Al mismo tiempo añade chispa al personaje y cierto histrionismo con el que logra que nos lo creamos, aparte de ayudarnos a sobrellevar la confusión con algunas dosis de risa (es un loco con encanto). Sin embargo, lo que cuenta es que no es un ente normal, sino un mutante poseído que no controla sus poderes, parte donde el esfuerzo es alto. En cuanto a Aubrey, lo mejor es su desparpajo y la naturalidad con la que se maneja. Al contrario que Stevens, que está en continua dualidad, a ella le toca asumir rápidamente su papel, que no es tan femenino y que se desdobla de una forma más concreta. Es genial ver a una mujer haciendo de hombre, de buena y de mala. Su aportación es un tanto bufónica, en armonía con la excentricidad cómica de Dan/David. Sin duda buena parte del éxito de la ficción se le debe a ella. Lo divertido es que esta percepción, incluso habiendo visto toda la serie y habiéndola asumido, no es siempre tal cual. El que primero da la impresión de interpretar dos papeles es Dan, pero luego esa función para a Aubrey. Esa es la trampa y el reto interpretativo, que cada uno sea su propio personaje y aun así haga dudar al espectador. Destaco abajo las que creo que son dos escenas donde se refleja muy bien el talento de ambos y donde sus personajes se fusionan (al final es inevitable que a David se le pegue algo de su "parásito").
Resumen para dummies Entonces... ¿es buena, es mala? ¿Merece la pena o es solo otra serie más de superhéroes? Ya os digo que no (respecto a esto último). Como experiencia visual es algo nunca visto en el subgénero y completamente original. El guion es un acertijo lleno de cebos y de trampas donde, aunque nos disguste, acabamos picando. De modo que mi conclusión... es que es molesta y una genialidad al mismo tiempo. El primer capítulo te intriga y te anima a ver más porque necesitas unas cuantas aclaraciones, así que cumple su función, se podría decir. Los tres siguientes te desesperan porque la narrativa es tediosa y sigues sin pillar nada de lo que está sucediendo. A partir del quinto o el sexto comienzas a sospechar y en el séptimo se resuelven TODAS las dudas, para luego cerrar esa primera parte en el octavo y convencerte de que te has metido en un juego muy inteligente. Prueba de ello es el repaso que se tiende a dar cuando por fin lo has comprendido todo. Por tanto, es una serie que recomiendo ver y rever, porque nuestra primera reacción va a ser siempre "WTF", pero luego, al volver atrás, te das cuenta de todas las pistas que han dejado caer sin que nos diéramos cuenta, tan hipnotizamos como estábamos por los efectos (lo más destacable). De lo que se trata es de descubrir el engaño. Noah Hawley es un mago que realiza trucos aparentemente sacados de la manga, pero no es así. Y NO es que no cuele homenajes a los cómics, todo lo contrario. El héroe y el villano han salido de esas páginas, así que no puede ignorar el hecho de que son creaciones de otros. Se ven muchas alusiones que hacen delicias a los fans, pero el showrunner no ha querido usarlos como punto de referencia principal, sino construir su propia historia con ellos (un fanfic en toda regla). Por tanto, la originalidad no solo se la llevan el estilo y el diseño, sino también los nuevos personajes, con sus propias anomalías y excentricidades (qué mejor equipo para acompañar a Haller que ese). Además, las relaciones entre David y Syd (grandioso personaje también), Cary y Kerry y Melanie y Oliver son dignas de verse. La pega que le veo a la renovación es que, ahora que verdaderamente hemos entrado en el juego, la originalidad no va a ser la misma. ¿O todavía queda mucho engaño por delante? Si queda, tendremos el alivio de poder enfrentarnos a él con más conocimiento. El fuerte de esta ficción hasta ahora han sido los plot twist. Como presentación esta temporada ha puesto muy alto el listón, aunque sabemos que lo que venga a continuación no va a sorprender igual. En definitiva, si no eres fan completo a partir del séptimo capítulo mejor no sigas viendo más porque no vas a engancharte nunca. |
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Enero 2023
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