Post de Naiara Salinas Llega el momento más temido del año: ese donde tienes que reunir todo lo que has visto o vivido y realizar un balance, quedarte con lo mejor y reflexionar sobre lo peor. En este blog no solemos enumerar esto último (por lo menos yo y públicamente, quiero decir), no nos gusta condenar aunque haya quien se lo pueda merecer. No obstante, destacar lo mejor tampoco es tarea fácil, sobre todo si nos ponemos un límite, porque sería muy sencillo nombrarlo todo, pero lo mismo la lista acabaría el año que viene (bueno, tampoco falta tanto). Por otra parte, ¿por qué siempre tienen que ser series? ¿Qué ocurre si justo este año he preferido fijarme en otras cosas? ¿Por qué no puedo ordenar las bandas sonoras que más me han molado? Ah, ya, porque sería imposible, las quiero a casi todas por igual. ¿Y qué hay de esos personajes que me han enseñado a ver la vida con otros ojos, que me han tocado la patata y a los que seguiría hasta el fin del mundo porque sin ellos mi 2021 hubiese sido un muermo? Los personajes son los que terminan en mi corazón, mucho más que su serie. Para mí ellos guían las acciones, la trama, son el alma de las historias, porque podemos tener muchas parecidas, pero nunca serán la misma si las protagonizan distintos perfiles que toman distintas decisiones. No os preocupéis, ya tengo mi top de series cerradísimo, pero mi último homenaje del año quiero que sea para sus protagonistas, secundarios, antagonistas, etc. Tengo a diez individuos a los que he admirado de forma especial, pero no son los únicos y aquí quiero veintiún nombres aunque no los desarrolle todos. No voy a distinguir entre series nuevas y veteranas, pero sí lo haré entre personajes, ya que son los nuevos, los que llegan para quedarse y los efímeros, los que marcan el año. Menciones honoríficas Vamos a empezar por el final. Veintiún nombres he dicho, ¿no? Once se han quedado sin hueco en el top porque no me marcaron igual, pero eso no significa que no los admire ni me encante verlos cuando aparecen. Algunos de ellos, de hecho, se han quedado fuera por no repetir serie, pero en realidad están a un nivel parecido que el que sí ha entrado en el top. Ellos son:
Y ahora vamos con ese top 10. 10. Assane Diop (Lupin) Este año he aprendido a admirar mucho a los criminales, en especial a los ingeniosos con motivaciones más profundas que el poseer «cosas caras». El ladrón de guante blanco fan del ladrón caballero es un hombre con una mente tan rápida y tramposa como ética. Padre de familia, amigo... Se mueve por el mundo con plena conciencia y al margen de la mente tan impersonal del típico genio. Es un Sherlock Holmes (o un Moriarty) con mucho carisma y mayor bondad. Sabe lo que importa y lucha por ello pero no se deja consumir del todo por la venganza. Además, tiene un salero... Tal y como lo interpreta Omar Sy es imposible no cogerle aprecio. Un Lupin más brillante y más digno que la versión animada que he visto rulando por ahí. 9. Sylvie (Loki) La variante femenina de Loki es una superviviente un tanto radical que batalla para encontrar su hueco en el mundo y de paso hace replantearse todo el sistema de creencias de la AVT (o TVA si se dice en inglés). Lo que me encantó de ella es que bajo toda esa capa de tía dura se esconde un alma en pena (no que yo la compadezca) harta de vivir con miedo. Por no hablar de las miraditas tan dulces que intercambia con su compañero, ejem... 8. Shade (Stargirl) Bendita segunda temporada por presentarnos a este villano que en realidad termina siendo un antihéroe bastante práctico y refinado (estilaco), con gusto por el drama (gran actor) y un humor muy inglés. Desde el momento en que apareció supe que sería un gran personaje; otro ladrón con su toque caballeresco que se ha robado toda la temporada con su gran carisma y se ha convertido en mi favorito de toda la serie. Como buen controlador de las sombras, es un fantasmón, pero cuando aparece te garantiza una buena conversación y una conclusión muy divertida. Aunque cuando se pone serio... uuuuu, tampoco pierde appeal. Un criminal con principios. No voy a negar que hasta lo veo atractivo físicamente. ¿Será el bastón con forma de pájaro o su acento? Ya veremos... 7. Kang Sae-byeok (El juego del calamar) ¡Más ladrones! Aunque yo siempre tuve fe en ella. Sabía que sería una avispada que llegaría lejos y cambiaría de bando continuamente para sobrevivir, pero la historia que reveló fue todavía más conmovedora. Quizá solo por eso el episodio de la prueba de las canicas es mi favorito (aparte, la actriz lo hace tan bien emocionalmente, pasando de la frialdad al reconocimiento de su humanidad, que no se sale sin admirarla). Yo apostaba seriamente por ella como ganadora (me dio un poco de rabia su final), pero la vida no siempre es justa y este juego mucho menos. PD: Sí, veo que, a juzgar por los nombres y las descripciones que voy dando, tengo una tipología de personaje que me atrae en especial. No me escondo, a mí me encanta pelar cebollas aunque acabe llorando. 6. Moiraine (La rueda del tiempo) No me enamoró a la primera, lo confieso. No me llamó en especial porque la vi muy dentro del arquetipo de maestra, pero conforme avanzaba la temporada terminó siendo mucho más y fue una delicia descubrir a esta mujer de clase alta orgullosa que aprendió a ser humilde y con dos dedos de frente se lanzó a hacer algo para cambiar el curso de la historia. Valiente, maternal, paciente, inteligente... Su empatía con los chicos equilibrada con su practicidad la convierten en la versión mágica y femenina de Obi-Wan Kenobi, con un espíritu algo más rebelde. La razón por la que ha sido ella y no Nynaeve (que también me parece sublime) la que ha acabado en este top es por todo lo que sacrifica por la causa: a su gran amor, su hogar, su vínculo con su guardián y hasta su poder. Por favor, se merece el cielo. Para ella un vídeo entero porque el mundo tiene que conocer su grandeza. 5. Zero (Cortar por la línea de puntos) Este es tan sencillo de explicar que solo necesito una frase (pero usaré más, por supuesto). Zero me representa a mí, te representa a ti, nos representa a todos los millenials y, en unos años, también a las generaciones venideras. Zero es ese golpe de realidad que ocurre en algún punto entre los 30 y los 40 cuando empiezas a atravesar la crisis que supone ser consciente del tiempo y lo poco que se ha invertido en vivir de verdad en lugar de bajo los preceptos de la sociedad. Es un personaje súper auténtico, verosímil y muy bien construido, con unas ocurrencias la mar de chistosas y profundas. El narrador perfecto, un filósofo de la calle. 4. Viktor (Arcane) Lo voy adelantando: voy a ser pesada con Arcane en el futuro y no me arrepiento de nada. Tengo un análisis planeado para él y más, pero supongo que no pasa nada por un pequeño anticipo, porque mucho se puede comentar de este joven científico soñador de la ciudad subterránea que, a pesar de contar con privilegios negados a su gente, continúa sintiéndose inferior y enajenado, queriendo explorar más allá de lo que permite la ciencia normal en busca de una cura para todos los males, algo no solo con lo que dejar huella, sino que ayude a los que peor viven. Más todavía se puede comentar de su relación de compañerismo con Jayce o de cómo en su persecución de esa cura se va acercando a lo monstruoso y se refrena a tiempo. O eso pretende (yo creo que aun así caerá en el lado oscuro de esos Ravenclaws demasiado curiosos que se aventuran por caminos que no pueden controlar aunque insistan en encontrar la forma). Este personaje tiene uno de los mejores desarrollos de toda la serie con un recorrido tan ambiguo como acostumbra el guion pero unas luces en esa mente..., que es muy difícil no acabar dándole la razón. Tanto me fascinó, que acabé destripándome su historia en League of legends porque no aguantaba no saber más, pero eso solo ha provocado más enamoramiento. Deseando seguir esta trama, porque entiendo que no va a ser 100% leal. Los tullidos inteligentes marginados son otra de mis debilidades. Para él otro vídeo: 3. Alex (La asistenta) El 2021 me ha presentado personajes admirables, memorables, pero como modelo de vida tengo en lo alto del podio a esta muchacha a cuya intérprete le auguro buen futuro en los próximos premios si la vida es justa. Alex no solo es una gran madre, sino que es una chica muy valiente, con un sentido de la responsabilidad que ya quisiera yo, una luchadora que puede que no se enfrente a dragones, ni a asesinos, ni a seres oscuros, ni a experimentos locos, pero sí a la vida, en concreto, los obstáculos, que en su caso son mayores que un simple despido o una falta de oportunidades. Alex es un personaje que empieza bien, bien en el fondo, que tiene muchos motivos para enfadarse y gritar al cielo, pero no lo hace, se concentra en luchar por darle luz a su hija, por mantener su vida lo más alejada posible del drama que está viviendo y ha vivido. Solidaria, con un espíritu que llena. Es imperfecta, pero resiste los golpes como nadie. Yo quiero llegar a ese nivel. Entonces, si tanto la admiro..., ¿quiénes se han colado en los dos primeros puestos? Bueno, ya sabéis lo de las malas obsesiones... 2. Kate Bishop (Hawkeye) Si antes decía que Zero me representaba, Kate es mi animal espiritual, no solo por su admiración ciega (y a su vez con su conocimiento de causa) hacia Ojo de Halcón, el mejor Vengador del mundo: su estilo, su gusto por el tiro con arco, su forma de pensar, su gracia, su curiosidad... Es divertida y tiene más nervio del que se le aconsejaría a una superheroína, pero nada que la experiencia y las enseñanzas de un maestro no puedan subsanar. Es torpe y hábil, confiada y segura de sí misma, y sin duda nos ha brindado muchos de los mejores momentos del año. Me postro a sus pies, señorita Bishop. Quiero ser ella en su totalidad, quiero pelear junto a Clint con un arco, quiero vestir ese traje, tener un «pizza perro», tener una guarida, derrotar a un villano como Kingpin... Estoy verde de la envidia. 1. Kaz Brekker (Sombra y hueso) Para qué negarlo: ha sido mi obsesión casi todo el año. Me enamoré de él en los libros y verlo luego en escena fue un sueño, superando las expectativas. No solo le debo al 2021 descubrirme a este maravilloso personaje, sino también a Freddy Carter, del que he estado pendiente desde abril (tampoco había hecho mucho antes, así que naturalmente me lo he visto todo). Hay personajes en esta lista que suponen un reto elevado en interpretación (como Alex), pero lo de Kaz, constructivamente hablando, es otro nivel, porque es más duro tener que reflejar distintos rangos emocionales con poquísima expresión facial, en pequeños gestos, en la mirada. Kaz es la mejor demostración de todo lo que los ojos esconden, esa oscuridad fruto de un sufrimiento que pocos han conocido y del que en la primera temporada apenas tenemos atisbos. Es un personaje muy trágico y al mismo tiempo un cómico, un burlón, un genio adolescente del crimen que no por ir con bastón está indefenso (al revés: ojo con cabrearle que te zurra de lo lindo), que ha visto demasiado y por ello siempre va un paso por delante y no le cuesta improvisar cuando algo se tuerce; la mente estratega con la que quieres contar para cualquier clase de golpe, sea sencillo o complejo. Puede que sea un cascarrabias con una moral muy ambigua, pero es justo, leal y tiene muchas de las mejores frases y razonamientos de la saga y la serie, con grandes momentazos. Como dije en la meme review, es el híbrido entre los mejores criminales de la historia, un Frankenstein que salió muy bien (y eso que todavía ni siquiera hemos visto lo mejor de él en pantalla). ¿No había dicho yo hace nada que los tullidos inteligentes marginados son mi debilidad? Y los ladrones complejos con pasado turbio. Mi nueva aspiración en la vida es crear un personaje tan guay y que me genere tanta obsesión como él, porque os juro que desde que lo conocí no hago más que verlo en todas partes. Cualquier excusa es buena para sacarlo a colación.
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Post de Naiara Salinas Si os dijera que no estaba esperando a finales de año escribir un post sobre esta serie quizá no me creyeseis y..., sí, os entiendo, porque... ¿cómo no conocerla? ¿Cómo no querer hablar de ella? ¿Cómo no enamorarme, cuando tiene todo lo que me gusta? Mi flechazo llegó muy tardío, pero llegó: de querer desentenderme he pasado a la obsesión absoluta, traducida en revisiones de escenas y hasta capítulos completos, elaboración de análisis propios tras ver unos cuantos muy buenos en YouTube y lectura exhaustiva de fanfics y el lore de la fuente madre: el videojuego League of Legends. Cuando me da, me da muy fuerte. Un universo completo Arcane explora los orígenes del entramado complejo desarrollado por Riot Games desde 2009: un mundo llamado Runaterra que alberga distintas regiones, cada cual con su caracterización particular, donde conviven diferentes razas (humanos, feéricos, autómatas, etc.), magia y ciencia; esto da pie a que cada aventura, dentro del espectro épico fantástico, tenga una tonalidad o pertenezca a un subgénero diferente. Si uno se aventura a la web principal, se dará cuenta de que el material pedía una adaptación desde hacía tiempo: hay mucha, muchísima, información sobre cada región: los campeones del juego que pertenecen a ella, relatos de cada uno, imágenes del diseño... Sin duda uno de los proyectos más ricos y ambiciosos de la compañía, que se ha visto beneficiada del apoyo de Netflix para lograr este salto a nuestros monitores de una forma más profunda y menos interactiva. Y yo agradecida que les estoy, porque lo han hecho tan bien que, sin ser fan del juego, ya estoy muy sumergida en toda su creación. En el caso de la serie, nos movemos en el steampunk (*emoji con corazones en los ojos aquí*), que desarrolla el choque de la ciencia tecnológica con la magia. Tenemos dos ciudades colindantes (una dependiente de la otra), cuya división no la determina solo su ubicación simbólica en el mapa, sino también el claro desequilibrio en cuanto a nivel de vida: por un lado la próspera Piltover (la aventajada situacional, económica, arquitectónica, política y sanitariamente) y, por otro, la decadente Zaun, tierra subterránea de cañerías y toxinas. En la ciudad de la luz, la del aire fresco, la de los grandes edificios de mármol blanco, existe el orden, mientras que en Zaun (hogar de la desesperación, del vicio, el ambiente industrial y los gases contaminadores) reina el caos y los ciudadanos actúan como una manada que se apoya en el alfa más fuerte, aquel capaz de velar por la paz y los intereses de su pueblo. La enemistad entre ambas zonas está presente durante toda la temporada y es el pilar sobre el que se asientan muchos de los conflictos personales, empezando por dos hermanas zaunitas, Vi y Powder, cuyas vidas sufren un revés tras la primera rebelión, que mata a sus padres. Desde ese momento ambas crecen bajo el ala de Vander, líder rebelde de Zaun, odiando todo lo que representa Piltover. La otra dicotomía la pone el saber académico, dado que un piltillo, Jayce, trata de descubrir cómo controlar la magia a través de la ciencia y acaba aliándose con Viktor, un genio zaunita asistente de uno de los miembros del Consejo y fundador de Piltover. Pero lo que para unos jóvenes científicos es una oportunidad de mejorar las cosas, para otros malhechores es un arma más a tener en cuenta si se quiere cambiar la orientación de la balanza... La expansión de todo ese universo, ese lore, no ahoga una narrativa que camina por senderos muy socio-políticos al mismo tiempo que aventureros; de hecho es fantástica porque cada ingrediente suma a esa narración y consigue brindarnos un producto atípico. Todas las historias y los personajes que intervienen denotan un tono muy maduro, entroncando cuestiones serias como los trastornos mentales postraumáticos, el perderse a uno mismo entre la sed de poder y de venganza, la necesidad del academicismo en la política, la hipocresía de la inacción en aras de la paz, el miedo al futuro como obstrucción del progreso, el peligro de los prejuicios que entorpecen la resolución de conflictos, el abuso de autoridad, la xenofobia, el derecho a la autonomía... No es una trama de héroes contra villanos, sino de las que retuercen el bien y el mal para que seas tú quien armes tu juicio de valores. Por ello, el buen planteamiento del world building, la variedad de razas, su belicismo y esa ambientación urbana donde la magia es una leyenda y algo temible cuando se despierta, así como el desarrollo de los protagonistas y el guion, más la cantidad de análisis y comentarios que pululan ya por las redes (fenómeno fan a tope), yo diría que POR FIN podemos hablar de una nueva Juego de Tronos en todo su esplendor (din din din, ¡habemus ganadora! Ha costado dos años, pero la tenemos. Ni The Witcher, ni Sombra y hueso, ni La rueda del tiempo. ESTA es la elegida. Tanto es así, que hasta ha destronado a su predecesora). Y yo que promulgo el amor por las trilogías allá donde hay una saga de más de cinco entregas, acabo encantada cuando ojeo esa estructura dividida en tres actos (tal cual: Acto I, Acto II y Acto III), con tres episodios cada uno, finalizando en cliffhangers brutales a modo de transición que añaden una capa más a cada personaje y a su conflicto. Y estos se podría decir que son el corazón y la mitad del éxito de la serie, no solo por su popularidad entre los jugadores (los cuales lo que más han gozado ha sido la precuela a lo que son en el LOL), sino por lo mimados que han sido, fueran protagonistas o secundarios, con una personalidad muy distinguida, una trama muy interesante y unas voces magistrales (en especial Ella Purnell como Jinx, Hailee Steinfeld como Vi, Harry Lloyd como Viktor —ese, además, con un acento del este muy logrado— y Jason Spisak como Silco) muy hábiles a la hora de arrinconar todos los matices de cada uno: la ira, la esperanza, la inocencia, el desengaño, el dolor, la locura, la simpatía y el humor. En el caso de España, los jugadores tienen su fan service con el regreso de los dobladores del videojuego. El mejor diseño de producción y editing del año Trasladar una animación de videojuego a una de plataforma no parece una tarea que en principio requiera mucho esfuerzo, o eso diría una mente ignorante como la mía. Pero tal y como se ha hecho en Arcane me figuro que habrá llevado más de unos meses, porque no se trata solo de lo precioso y calcado que es el dibujo (con un toque híbrido muy similar a lo que se vio en Spiderman: un nuevo universo), sino también del cuidado del montaje, de la inserción de cada elemento, detalles como el aspecto de los personajes para reflejar su crecimiento; sus expresiones faciales; su vestuario; la mugre; las heridas; la iluminación... La estética es cojonuda. Cada plano está tan cuidado que da igual cuando le des al stop, que te saldrá un wallpaper precioso. Ese producto atípico que comentaba arriba no se consigue solo por el mundo introducido y su forma de abordar los temas, sino por cómo emplea la escenografía para aportar y crear símbolos, unas veces más sutilmente que otras. Pocas decisiones de diseño son al azar en una serie plagada de metáforas visuales, como las presentes en la mejor escena (no es solo que lo diga Jordi, sino que yo también lo pienso). Y ni qué decir de la banda sonora original, empezando por una intro muy molona a cargo de Imagine Dragons que habla de la enemistad, de los puñales por la espalda que muchos personajes se clavan entre sí, y siguiendo con una mezcla de temas cañeros para la acción y otros más sentimentales a lo largo de los episodios (incluso eso tiene sentido cuando te das cuenta de que la mayoría de las canciones rockeras suenan en las secuencias de Zaun, mientras que en Piltover predomina la música instrumental. Hasta ese punto se cuida el detalle). Sabes que los compositores, los editores (quien sea) han acertado... cuando la primera canción de la serie suplica por la paz casi con timidez y, en cambio, la última está llena de resentimiento. Conclusión
Que Arcane se ha convertido en la mejor adaptación de un videojuego de la historia creo que es algo en lo que podemos coincidir jugadores y novatos. Se puede acusar su poca valentía al elegir el formato animado antes que el de acción real (siempre me quedaré con la duda de si hubiera sido tan, tan guay, aunque lo dudo), pero en lo demás ha arriesgado bastante ofreciendo algo que, a pesar de seguir siendo muy comercial, contiene mucha personalidad y mucho arte, un orgullo para los profesionales del sector. Arcane no solo es bonita: tiene un buen fondo y una buena escritura; garantiza una experiencia alucinante. Los Annie Awards tienen toda la razón del mundo. Digna del top de lo mejor del año. Post de Naiara Salinas De la creadora de la desastrosa saga Las series son para el verano, llega la secuela todavía más desastrosa... Cuando el mundo te ha arrebatado todo lo que amas (el tiempo). Cuando un enemigo acecha en la oscuridad (el tiempo). Cuando te faltan las armas necesarias para hacerle frente (tiempo). Tan solo podrás recurrir a un último recurso: el tiempo. Siete días a comienzos de mes para cruzar un portal y emprender un viaje dramático lleno de romance, de comedia, de aventuras y de sexo. ¿Conseguirá el Tiempo salirse con la suya? Maid (La asistenta) Empezamos con un plato muy fuerte, por duro. Maid llegó a Netflix en octubre y se convirtió en otro exitazo inesperado, aunque después de verla, confirmo que todo aplauso es merecido, sobre todo a nivel de interpretación. Esta miniserie de diez episodios de casi una hora recoge las vivencias reales de la escritora Stephanie Land, metamorfoseada en Alex, una joven madre soltera víctima de abuso por parte de su ex que trata de asentarse en un hogar con un oficio mal remunerado de asistenta para darle a su hija Maddy la vida que se merece. Una Cenicienta de verdad, sin príncipe encantador (pero tal vez sí un hada madrina). No es una serie que genere especial adicción (por tanto, nada recomendable para un maratón), pero sí cuenta con una historia de la que deseas saber el final, porque al principio da la impresión de moverse en un círculo vicioso que tiene tan atrapada a la protagonista que la fuga es inviable. Como la vida misma, el viaje de Alex está repleto de avances y retrocesos, un conjunto de sucesos desencadenados tanto por malas decisiones como por mala suerte que en ocasiones arrastran no solo a la joven y a su hija a un presente tan dudoso como el futuro, sino también a sus amigos más cercanos y familiares. Es una historia muy familiar que busca transmitir las consecuencias de una desestructuración sin justificar los vaivenes que atraviesan los personajes más viciosos pero sí empatizando con todos a través del ojo de una protagonista que es un trozo de pan, una madre coraje que intenta escapar del desorden impuesto por esa vida y ser lo que siempre ha querido ser. El guion putea mucho a Alex y es desesperante ver cómo por cada paso adelante da dos atrás, pero el desenlace merece la pena porque no está exento de justicia y, sin que resulte muy Disney, te deja aliviado/a/e. Es una alegría que Kate Winslet ya obtuviera el Emmy por Mare of Easttown porque el 2022 le pertenece a Margaret Qually por el mejor papel de toda su carrera hasta ahora (un gran salto desde que la vi en la fatídica adaptación de Death Note por primera vez): valiente, enérgica, sufridora, optimista, altruista, madura. Su madre (tanto en la realidad como en la ficción) no se queda atrás, es el segundo personaje más interesante. Maid es un gran ejemplo de por qué vivir el presente es esencial, demostrando los claroscuros por los que se rige el mundo, donde la última palabra la tienen la esperanza y la fuerza de voluntad. De lo mejorcito de este 2021. El tiempo que te doy Para empezar, el tiempo que yo le he dado a esta serie no ha sido muy largo (badum tss): una de las más cortitas del año, bendita sea, cuya peculiaridad son los títulos de sus episodios, que te describen en formato temporal lo que se ve (9 minutos de presente, 5 de recuerdo, por ejemplo). Nos cuenta una historia de amor y de desamor, entre Lina y Nico. En concreto, todo lo que le lleva a ella superar la ruptura, marcada por la cantidad de momentos buenos hasta la irrupción del malo, desde el cual no hay vuelta atrás, aunque mentalmente sí. El guion nos describe con un toque muy realista todo lo que implica entregarse a una relación, que siendo tan duradera marca y llega a definir muchos aspectos de nuestro día a día. Lanza la reflexión de hasta qué punto es posible el borrón y cuenta nueva cuando, además de pasión y cariño, ha habido compañerismo y descubrimiento. ¿Por qué por algo malo habría de eliminarse todo lo bueno también? ¿No forma parte del desarrollo? Lina se enfrenta a esta tesitura en diez capítulos, dentro de los cuales la mitad están marcados por la relevancia del pasado frente al presente. Cuanto más avanza la trama, más se encuentra Lina en vías de tener que volver a agarrar las riendas de su vida y seguir adelante, incluyendo menos minutos de recuerdo. Un ritmo y una estructura muy acertados con dos actores que se ponen muy tiernos por momentos. Y, dado que no he visto muchas producciones españolas este año, le guardo un hueco en el corazoncito. Ojito, que se sufre un poco. La vida sexual de las universitarias Serie que empecé porque salía la hermana desconocida de Timothée Chalamet y serie en la que me quedé porque era genial. Genial y breve (no es que este sea un requisito imprescindible para ver una serie en mi caso, pero sí que ayuda a vendérmela), con sus 20 minutitos propios de sitcom, pero sin toda esa parafernalia del público en directo. Su título no da lugar a dudas en lo que al argumento se refiere, que nos presenta a cuatro chicas de distinto origen (Kimberly, Bela, Leighton y Whitney) en su primer año de carrera. La vida las junta en el mismo dormitorio de la residencia y se acaban convirtiendo en amigas mientras cada una vive su drama personal (y no solo relacionado con el amor y/o el sexo, ojo), aunque en lo general la serie de drama poco tiene. Esta comedia se prepara con ingredientes clave para su disfrute instantáneo: cogiendo la esencia de Sex Education (tanto la parte sexual —el gran atractivo, el punto «original»— como los valores que defiende y algunos enredos), con una pizca del humor que encandiló a la generación de Chicas malas y añadiendo el toque mágico de HBO (Max) que logra que todo su catálogo triunfe aunque no sea novedoso. No se puede decir, por ende, que algunas de las tramas de aquí no las hayamos visto antes, pero sí que cada una brilla con luz propia gracias al carisma de sus protagonistas: la tímida, inocente y torpe Kimberly aprendiendo a desmelenarse, a liberar sus impulsos; la orgullosa Leighton aprendiendo a sentir y empatizar; la alocada Bela aprendiendo que en la lucha por su sueño no vale todo y la luchadora Whitney aprendiendo a independizarse y forjarse una identidad al margen de su madre política. Aparte, se nos presenta la diferencia entre lo pudiente y lo humilde, que se igualan en el terreno amoroso. En La vida sexual de las universitarias tenéis diez episodios chispeantes súper ligeros y adictivos de enredos e ideas muy ingeniosas, frescas y divertidas en torno al sexo, las tendencias juveniles y la vida misma, sin restar importancia a lo que es serio. De este trío es la única que he seguido semanalmente desde el finde de su estreno. Grandes diálogos (dicen que la guionista ha sido fichada de The Office, así que no me extraña). BONUS
The Witcher Un breve comentario sobre esta segunda temporada, que mejora en cuestiones de estructura narrativa (adiós a la confusión de líneas temporales) y elementos técnicos, pero pierde parte del encanto de su predecesora, mucho más luminosa, original y versátil. En lo demás crece de forma muy notable: es un gusto ver la dinámica entre Geralt y Ciri, aunque Yennefer sigue robándome el corazón y es un placer verla en acción con Jaskier. La trama de los elfos no ha estado mal y augura cosas interesantes, aunque nada como conocer el lugar «donde se fabrican brujeros». Ya sabéis: si hay que ser brujero, enviar el monstruo al infierno... (esto se lee cantando). El cambio de compositor también le ha sentado muy bien: de alguna forma, las notas de Joseph Trapanese (que en primavera nos deleitaba con Sombra y hueso) se asientan mejor sobre el montaje, siempre conservando la esencia de lo que hizo Sonya Belousova en su día. He echado en falta un poco más de firmeza al principio (y eso que el relato de Nivellen es muy chulo; una pena que no se desarrollase); su ritmo fluctúa más que en la primera temporada. Nada que comentar sobre los cambios con respecto a ese libro que sigo sin leer (y ahora miedo me da). |
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Enero 2023
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