Post de Naiara Salinas Nueva York puede considerarse afortunada, más o menos. No hay ciudad americana más protegida, no solo por esos valientes (y a veces corruptos) hombres con uniforme, porras, batas, traje y corbata, sino también por gente que no duda en ponerse una máscara y salir por las noches a defender a inocentes. Por un lado, tenemos a nuestro amigo y vecino Spiderman colgándose de los rascacielos; por otro, la Torre de los Vengadores vigila las cercanías de la Gran Manzana para detener cualquier nueva invasión alienígena o robótica. Los delincuentes deberían pensárselo dos veces antes de salir a la calle, pero todavía queda un terreno oscuro: Hell’s Kitchen, la Cocina del Infierno. De nada sirve que existan una detective con súper fuerza y un camarero con piel de acero en esa zona. ¿Pero qué pasa si es el mismísimo diablo el que suelta los puñetazos? Daredevil nos enseña que la justicia es y debe ser ciega. El “demonio de la Cocina del Infierno” ha regresado una vez más para servir esa justicia en doble plato. Pero no está solo. Es hora de desplegar el menú del pasado fin de semana, un atracón servido por Netflix que dejó empachado a más de uno (a mí esta súper cena me ha durado tres noches y una tarde, sin ir más lejos). Ojo, que aquí van SPOILERS como una casa: Sobremesa: V de Vendetta Los cuatro primeros capítulos nos sitúan en lo que parece que va a ser el argumento principal de esta temporada: Daredevil VS The Punisher. ¿Y quién es The Punisher? Vale, segunda pregunta: ¿cuántos de los aquí presentes habéis visto una película de 2004 titulada igual? El filme hablaba de un tío llamado Frank Castle, ex agente del FBI, que iba por ahí pegando tiros y mutilando a criminales a la par que buscaba venganza por el asesinato de su familia. Nuestro “castigador” no trabajó para el FBI sino que fue militar, pero conserva el nombre y su objetivo. The Punisher comienza sembrando el caos en Hell’s Kitchen, tanto entre los civiles como entre los delincuentes. El primer paso es cargarse a la mafia irlandesa, con la pega de que una de las víctimas logra escapar y se convierte en superviviente de la masacre, y adivinad a quién recurre: a cierto bufete de abogados que están en su salsa en cuanto a clientela tras derrotar a Wilson Fisk la pasada temporada. En cuanto a clientela, pero no a dinero. Nelson & Murdock (o Nelson, Murdock & Page, como diría Matt) demuestran que saben hacer su trabajo; en pocos meses se han ganado la confianza de la población más humilde de Nueva York. Nelson dirige el cotarro mientras Murdock continúa en su labor semi secreta de justiciero. Cuando Grotto, ese cliente mafioso irlandés, llega a la oficina con el rabo entre las piernas solicitando ayuda, el trío es incapaz de negarse. Lo que no saben es que cuando The Punisher ficha a una víctima no para hasta acabar el trabajo, lo que incluye disparar a quemarropa en un hospital. Si Matt Murdock es incapaz de detener al culpable, no tiene más que ponerse los cuernos (no en el mal sentido) y salir a hacer acrobacias, aunque ese tiro le salga por la culata y acabe siendo secuestrado por el villano en cuestión. Secuestrado, que no matado. ¿Por qué un asesino dejaría vivo a un justiciero? Tal vez The Punisher no sea solo metralleta y sed de sangre, tal vez tenga un pelín de alma, lo que se confirma cuando deja escapar a su amigo “rojo”. Sin embargo, la justicia es la justicia, y después de acabar con el cártel mexicano y con Grotto, hay alguien muy enfadado que saca la artillería pesada y atrapa a nuestro Castigador. Pero ahí llega el demonio (más santo de lo que nos tiene acostumbrados, por cierto) dispuesto a hacer su trabajo y condenar a Castle de la forma en que se merece: con un juicio. Así que los mafiosos ya pueden aguantarse las ganas de matarle. Primer plato: Ley y Orden ¿Por qué esos capítulos son la sobremesa? Porque no son más que el principio. La trama inicial se convierte en un veni vidi vinci. ¿Qué, ya está? ¿Esto es todo lo que ha durado el gran villano que nos prometían? Tranquis, queda Castigador para rato, ya que las cosas en este universo nunca son de color blanco y negro, sino gris. Es ahora cuando empieza lo bueno. Gracias a una experta metomentodo como es Karen, capaz de colarse en casas para descubrir pequeños secretos, sale a la luz el pasado del acusado, que nuestra rubia usa para convencer a sus socios de que deben apoyarle en el juicio. Y resultan tan convincentes que Castle no tiene otra que aceptarles (después de todo, nadie más está dispuesto a mover un dedo por él). Sin embargo, a estos abogados aún les quedan némesis en el barrio. Bueno, más bien LA némesis: la fiscal del distrito, Reyes, que sacará la artillería pesada para que Frank acabe en prisión. Que no os extrañe, ya se lo hizo pasar mal a otra heroína, Jessica Jones (¡primera referencia a la detective!). Suerte que al menos se elimina la pena de muerte de la lista. En esta batalla no valen las artes marciales, sino el ingenio, y es aquí donde Foggy demuestra por qué merece ser el director del bufete, mientras un Matt más distraído que nunca comete errores, hace pellas… Quién lo hubiera dicho, con lo inteligente que parecía. Pero la culpa no es solo suya, es que el hombre tiene otros asuntos de los que ocuparse. Exacto, esos asuntos tienen forma de mujer de rasgos exóticos con nombre griego: Elektra. Flashback: en la primera temporada Matt habló de una novia que tuvo en su época universitaria. Ha llegado el momento de conocerla y, para alegría de los fans del personaje, esta chica es todo cuanto buscábamos: independiente, lasciva, carismática, sensual, indómita… y mentirosa. Pero que tenga un secreto no nos extraña. Lo que nos molesta es que aparezca justo en un momento crucial. Mientras Foggy y Karen pelean para que se haga justicia y se desenmascare la verdad sobre Frank Castle, Elektra interrumpe cada momento que tiene Matt en su ajetreada vida para ayudar en el caso y le conduce por un camino que puede amenazar su vida. Pero da igual, porque nuestro héroe no va a decir que no a una vieja aliada incluso aunque esté harto de sus estafas y quiera perderla de vista, sobre todo porque ya la ha olvidado. Ah, ¿que no os lo había mencionado? Al final del capítulo 4 Murdock pasa una velada muy encantadora con sus amigos (Foggy alza el puño en actitud triunfante, ya que lleva intentando que su colega vuelva a ser una persona normal desde comienzos de la temporada) y tiene una despedida muy romántica con Karen (y sí, la despedida incluye un beso bajo la lluvia, una escena muy cliché entre los superhéroes -véase aquel mítico momento entre Spidey y Mary Jane-). Ohhhh, parece ser que su affaire con Claire en la pasada temporada se quedó en eso, aunque Karen para el fandom es como Felicity en Arrow: primero es salvada, luego se convierte en ayudante del grupo, luego resulta ser la más lista de todos, el mundo quiere shippearla con el héroe porque se identifican con ella y les cae bien, y al final pasa lo que pasa: los guionistas ceden al amor. Pero este es muy complicado y, estando Elektra en medio, no podía sino durar dos telediarios. Lástima, ya me hubiera gustado ver a Matty en una relación estable. Otra vez será. En fin, volviendo al juicio, durante los cuatro capítulos siguientes nos mantienen en vilo con el futuro de The Punisher, algo nunca visto en una serie Marvel, donde prima la acción. ¿Seguro que seguimos viendo Daredevil o hemos pasado a C.S.I, Ley y Orden, The Good Wife y otras muchas que tratan sobre investigaciones y juzgados? Está claro que Castle (no penséis en el escritor de la otra serie, please) ha matado a gente y merece castigo (valga la ironía), pero también es verdad que esa gente era de la peor calaña de Nueva York y que hay gato encerrado en la forma en la que tratan al acusado. Como el espectador ya siente empatía hacia él tras oír la historia adorable de cómo su hijita le recibió en el colegio al llegar de la guerra y tras dejar a Daredevil con vida, es inevitable que quiera que Nelson & Murdock ganen el juicio. Sin embargo, en el último momento todo se tuerce y Frank, que se consideraba al principio inocente, se declara culpable de una forma brutal y muy amenazante (quiero decir, si querían hacerle pasar por loco desde luego se termina convirtiendo en uno). De todas formas, el francotirador llevaba rebelándose contra el sistema desde antes de empezar el juicio (¿para qué hacer caso a tus abogados? Total, ellos no tienen ni idea de lo que has sufrido). Esto es un giro ESPECTACULAR, pero no tanto como lo que se cuece entre bastidores… Segundo plato: UCM a tutiplén, villanos, resurrecciones… MEGA CROSSOVER. Hemos perdido el juicio (me refiero al legal, que cuerda sigo estando, más o menos). ¿Qué cojones hacía Matt mientras tanto?, se preguntan Foggy y Karen, que no entienden la actitud de su compañero. Bueno, Elektra no solo aparece para estorbar (un poco), sino porque está persiguiendo a un grupo que nos suena… vaya si lo hace: ¿recordáis a esa mujer china mafiosa que acompañaba a Fisk en la primera temporada? ¿Y al tío ninja que Daredevil supuestamente quema? Aquí el adverbio tiene más sentido que nunca, pues Nobu sigue vivito y coleando y su grupo, la Mano, se desliza por las sombras de la ciudad buscando algo. Elektra es la que lleva la investigación principal pero necesita a su viejo aliado para enfrentarse a los matones y resolver el misterio cuanto antes. Si Matt hubiera planificado mejor su agenda tal vez podría haber echado un mínimo cable a sus amigos, pero es que el tío ni se molestó en preparar el alegato inicial. Si las cosas ya estaban turbias entre Foggy y él por su identidad secreta, más calcinadas se quedan tras el juicio, en especial cuando el bufete se ve amenazado por la fiscal. Parece ser que Claire no es la única que está harta de los justicieros (es más, ese encuentro que tiene con Foggy en el hospital es de un “Qué me vas a contar” total. Estos dos necesitan irse de copas juntos y desahogar sus penas sobre Matt). Pero la enfermera, a la que se la echaba un poco de menos, todavía guarda la suficiente fidelidad como para aconsejar al ciego y echarle un último cable antes de dejar su empleo en el Metro General, y no por falta de vocación tras atender demasiados casos de violencia extrema (la pobre aún mantiene el recuerdo de Luke Cage. Gran easter egg ese), sino porque la corrupción llega también al mundo de la medicina, aunque me estoy adelantando. Hay una cosa que me puso verdaderamente los pelos de punta y fue descubrir la razón del extraño comportamiento de Castle en el juicio, y es que qué hacer cuando una mente más perversa mete la mano. En cuanto el Castigador cruza la celda de su nuevo hogar, es conducido a un patio donde un Wilson Fisk ejercita sus músculos a base de pesas (¿se cree Rocky o algo?). Menudo giro, ¿eh? The Punisher aliado con Kingpin, mejor que huyamos antes de que sea tarde. Y es que el antiguo villano ha sabido adaptarse a la cárcel y buscarse alianzas de a pocos. La mitad de los agentes que custodian a los malvados beben de su mano y, aunque la cárcel sea otro comedero de bandas y líderes que amenazan a los novatos, Fisk se las ingenia para pasar lo más desapercibido posible, hasta que llega su Castle. El calvo le asegura la justicia y la información que el hombre necesita para atrapar al asesino de su familia y este, ni corto ni perezoso, se convierte en su matón personal. ¡Oh, no! Mientras tanto, Nelson & Murdock se preparan para una ruptura inminente. Adiós a un bromance que aseguraba buenos momentos, snif. El mundo de Matt más trastocado no podía estar: vuelve su antiguo amor, su relación con Karen va de capa caída (y más cuando ella pilla a Elektra en su casa), pierde su segundo juicio importante… Y para colmo, tiene que aguantar el regreso de otros personajes. Suerte que al menos uno de ellos está de su parte, o al menos eso parecía al principio. Hablo de Stick, por supuesto. El viejo regresa para ayudar a Elektra justo cuando esta se pone en peligro de muerte por culpa de una distracción mientras luchan contra un grupo de ninjas. Aquí es cuando descubrimos la mentira de esta luchadora nata y es que de toda la vida ha sido una agente de Stick, medio criada y totalmente entrenada por él, como Matty. Además, la muchacha tiene un problema de control de la agresividad bastante fuerte (no puede evitar matar a todo enemigo que se cruza en su camino) y Matt, el santurrón católico, no puede permitir que su ex se pierda de esa forma, así que tiene un rifi rafe con su maestro por esas opiniones tan distintas. Cuando parece que Elektra toma la decisión de ir por el buen camino y quedarse con Matt, aparece un intruso y la otra le degolla. Ole. Pero Murdock no es el único que debe lidiar con bandas. En la cárcel de pronto se produce una fuga y salta el pánico entre el juzgado. The Punisher vuelve a ser libre. Karen, Foggy y (esporádicamente) Matt saben que nada de lo que está pasando es normal y que debe de haber alguien detrás. Cuando nuestro abogado con palo se entera de en qué sección ha estado Castle encerrado, no duda en hacer una visita a su viejo enemigo, lo que termina siendo mala idea, porque aparte de amenazar a Vanessa con la deportación definitiva, lo único que consigue es que Fisk golpee su cabeza contra la mesa un sinfín de veces sin que los guardias hagan nada, les amenace tanto a Foggy como a él y además solicite a un agente el expediente del abogado. Buff… Peligra tu identidad secreta, Matty. El conocido como el “hombre sin miedo” parece más asustado que nunca (por no hablar de cómo conservar la dignidad al salir cuando te han atacado de esa forma). Para más inri, empiezan a llover tiroteos por todas partes, a través de una mano invisible que se piensan que es de Castle. ¿Será cierto? No creo que Reyes pueda contestar nunca a esa pregunta. Continuemos: tenemos a Fisk, Stick, Nobu y la Mano en el cotarro. Pero hay más. De pronto Elektra es atacada por un tío francés que maneja unas cuchillas que nos suenan… Pero más aún de fangirling es el nombre del personaje: Jacques Duchamps. ¿Podría ser el Espadachín, ese personaje marvelita que entrenó a Ojo de Halcón cuando estaba en el circo? OH MY… Cuando Elektra descubre que ese tío ha sido enviado por Stick, la furia le corroe y se dispone a perseguir al anciano para devolverle el favor. Y mientras el espectador se pregunta “¿WTF? ¿Pero por qué la quiere matar de repente, por elegir a Matt antes que a él? Viejo chiflado”. Pero no, es mucho más que eso. El gran easter egg de esta parte es que vemos muchas cosas que nos suenan de la película protagonizada por Jennifer Garner y, como esa Elektra, la nueva resulta tener algo especial para la Mano. La llaman “Cielo Negro” y está destinada a guiar a esa horda de ninjas que se manejan como si fueran la Liga de Asesinos de DC. Raro, ¿verdad? Pero no nos olvidemos de los secundarios. Karen y Foggy intentan rehacer sus vidas tras el batacazo del juicio. La primera, que pasa mucho tiempo con los periodistas investigando, descubre que su vocación podría ser incorporarse a sus filas para escribir sobre la verdad y nada más que la verdad. Es ella quien destapa, en parte, que el verdadero implicado en la batalla de bandas que mató a la familia de Castle es un tipo al que llaman Blacksmith (nuevo easter egg) y ¿quién resulta ser? El mismo general que atestiguó a favor del acusado en el juicio. Ole su salchipapa. The Punisher le encuentra justo cuando está a punto de secuestrar a la rubia, la salva, cumple su venganza y sigue los pasos de Elektra, pero da igual. Las bandas le acribillan en un barco que él hace volar por los aires. Se le cree muerto, pero ¿lo está? Si lo estuviera no podría ayudar a Daredevil a defenderse de Nobu. Un momento, ¡lo hace! ¡Bien, nuestro antihéroe es un héroe! Sin embargo, no todos los finales son felices. Nobu obliga a su grupo a tomar medidas para conseguir la colaboración de Elektra y deciden empezar atacando a su primer amor, o más bien a los amores de su primer amor. Primero irrumpen en el hospital de Claire (suerte que él logra salvarla) y luego atacan el transporte donde está Karen (esta chica solo atrae problemas). El punto final lo pone el secuestro de Stick. Cuando Daredevil y Elektra hacen ademán de rescatarle tras ser torturado por la Mano (el ciego de rojo logra convencerla de que es el camino correcto y de que ella es mucho más que una asesina), una víctima se cobra esa pelea, y no es otra que la mujer. Un momento, ¿¿¿cómo??? Así es, la guerrera se sacrifica para proteger a Matt y para evitar que la Mano la controle. Noooooooooooooooooooooooooooo. Lo que podría haber sido un gran final termina dejándonos un sabor agridulce, ya que Murdock estaba dispuesto a dejarlo todo para irse con ella. Oh, dios, necesito un pañuelo, ahora vuelvo. Postre: empieza el crossover esperado ¡Nos dejamos a Foggy! Si Karen iba por ahí en plan periodista suicida que se mete donde no le llaman (pero en el fondo la queremos por esa valentía), Nelson recibe la visita de su ex, Marcy, que reconoce su trabajo en el juicio y le anima a unirse a su bufete. Como Nelson & Murdock han sellado su quiebra, él acepta y acude a ver a una abogada que también nos suena… Una que suele tener encontronazos con una detective muy ruda. Así es. Y entre esto y la mención a Luke Cage no nos queda duda: The Defenders es real, lo será en poco tiempo, en cuanto las otras series hagan su aparición. Y qué ganas tengo de que llegue el momento. Resumen: una temporada excelente, que supera con creces a la primera, y aporta grandes personajes. Supone un maremágnum de tramas, giros argumentales exquisitos y referencias al UCM en las que no faltan los recortes de las noticias de la batalla de Nueva York de los Vengadores, que también aparecieron en la primera temporada. The Punisher ha sido soberbio, no me ha defraudado para nada. De Elektra me hubiera gustado ver más, no me puedo creer que le hayan escogido el mismo final que en la película protagonizada por Ben Affleck (sí, la que fue un churro). Matt Murdock sufre un cambio y pasa a ser un héroe mucho más humano, que tropieza con la misma piedra y que sigue el consejo de Claire y se decanta por no matar a sus víctimas. Pero además, es un tío que cree en el amor. Ayyyy cómo no adorarle, es un trozo de pan (aunque se vista de diablo). Y la verdad es que su relación con Karen es de esas que te hacen inclinar la cabeza y sonreír como si fueran dos pipiolos. Ella es como Lois Lane para Superman: una chica lista cuya cabezonería la pone en aprietos, hasta que su héroe la salva (esto pasa un par de veces en esta temporada). Otro personaje que me encanta es el “modista” del héroe, que se sale con sus armas y los trajes que configura.
Ahora solo queda esperar a que Marvel regrese con más referencias al UCM.
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