Post de Naiara Salinas Con las navidades llegan siempre las reuniones familiares, que este año pesan por las restricciones. Tampoco parece que vayamos a disfrutar de muchos eventos habituales en estas fechas (cof, cabalgatas, cof, cof). Pero aún podemos matar el tiempo y hacer cosas en familia, como cortar juntos el pollo/pavo/cordero, darnos/enviarnos regalos, cantar juntos las campanadas... y ver series o películas temáticas. Es muy habitual elegir antes las segundas que las primeras, aunque solo sea por la amplitud del catálogo. Sin embargo, sucede que como las series cada vez están subiendo más peldaños en esto del arte audiovisual frecuentan más en las plataformas las producciones (aunque sean de una temporada) con esta temática. A continuación unos ejemplos: Dash & Lily: las dos caras de una moneda Una de las mejores opciones para degustar estos días, aunque yo me adelantase un par de semanitas. Esta es una comedia romántica que nos junta a dos polos opuestos: Dash, cuya percepción de estas fiestas es poco menos que la del Grinch, y Lily, siempre positiva, siempre ilusionada. Cuando ambos se cruzan en la vida del otro comienza una relación divertida con un cuaderno como único nexo a partir del cual se van retando a hacer cosas (muchas de las cuales quebrantan su rutina) a la par que tratan de conocerse mejor y desenmascarar su identidad, ya que la gracia está en que jamás se ven las caras, solo se "escuchan" a través de la palabra escrita. Mientras tanto, a su alrededor todo se vuelve un poco caótico o dramático. Gracias a esta retroalimentación ambos se verán impregnados del (no) espíritu navideño del otro y sacarán fuerzas de flaqueza para hacer frente a sus problemas. Es la clase de argumento del que, incluso sin saberlo, piensas: "Está basado en una novela, ¿verdad?" Efectiviwonder: El cuaderno de desafíos de Dash y Lily de David Levithan y Rachel Cohn, que no deja ninguna duda de lo que trata. El encanto que muestra esta adaptación se siente desde los primeros diez minutos, que para mí fueron amor a primera vista (o primera escucha). Con dos personajes muy complementarios y carismáticos era fácil engancharse, pero la idea del reto es buenísima para mantener la atracción viva durante los ocho episodios. Su estructura se ve enriquecida por los focalizadores (las perspectivas), siendo Dash el punto de partida cuando entra en la librería y descubre el cuaderno rojo de Lily. A partir de entonces da comienzo su trama, que es encontrar a la chica. Pero naturalmente ese misterio, al que nos aproximamos con la misma intriga, no dura mucho, ya que por algo la ficción incluye los nombres de dos protagonistas y no solo de uno. Y cuando Lily aparece toda ese aura de misterio y chulada se desvanece para dejarnos a una adolescente normalita, con sus rarezas, sí, pero muy arquetípicas, salvo su caradura e ingenio para plantearle los retos a su "víctima". Ver cómo esta relación se construye a través de lo que ambos se cuentan en el cuaderno es una de los aspectos más puros, bonitos y con más espíritu, algo así como la versión idealista de Tinder. Hablando de espíritu, el navideño no se queda atrás, ya que es el contexto donde se desencadena todo y tiene un peso importante. La serie emplea los dos puntos de vista para mostrarnos las luces y las sombras de la Navidad, con una conclusión que no es ni demasiado pesimista ni demasiado ñoña. Es más, Dash, para quien estas fechas son difíciles porque le recuerdan todo lo que está mal en su vida (reflejo del adulto harto de paparruchas), se deja avivar por la luz de Lily, cuyo mundo, a su vez, sufre un giro de noventa grados en poco tiempo y de repente se encuentra apoyándose en el cinismo de su nuevo amigo. Debido a sus historias, carencias o traumas, aun con personalidades tan opuestas, se logran entender muy bien. Están hechos el uno para el otro, oins. Al final Dash & Lily se convierte en una visión muy realista sobre la Navidad, donde toda esa bondad y perfección no son más que parte de una fachada, con un interior más amplio. Encima es una serie súper breve y muy entretenida, preciosa, achuchable. Te ríes y te emocionas. Lo tiene todo y la química de los protagonistas es la estrella de este árbol bien decorado. La tenéis en Netflix, si queréis verla. Un cuento de Navidad (2019): la visión más oscura Basta con solo ver el diseño del póster, donde la figura de Scrooge nos da la espalda encaminándose hacia otra encapuchada sospechosamente parecida a Doña Muerte, que le ofrece la mano, en una calle lúgubre y nublada donde la luz de la única farola presente es tan pálida que apenas transmite calor. Esta es una miniserie de la BBC emitida hace un año (a Estados Unidos llegó a través de la vieja Fox), basada en el clásico de Charles Dickens, dirigida por Steven Knight y Nick Murphy, y protagonizada por Guy Pearce, Joe Alwyn, Andy Serkis, Charlotte Riley, etc. Está dividida en tres capítulos de casi una hora, por lo que de verla seguida dura lo mismo que una película. Refresco la trama por si acaso: al protagonista, Ebenezer Scrooge (de lo peor de la sociedad británica victoriana, un hombre enfrascado en su trabajo, frío, manipulador y sobre todo otro Grinch de la Navidad), se le aparecen en la fecha señalada tres fantasmas que le conducen en un viaje espiritual (literalmente) por su pasado, presente y futuro para que escarmiente de todas las malas decisiones que ha tomado y de cómo estas han afectado a los de su alrededor. Huelga decir que pese a conocer por encima la historia, en la vida recuerdo haber visto una adaptación (a menos que cuente Los fantasmas de mis exnovias), por lo que no tengo con qué compararla, aunque tampoco es necesario porque a esta versión no creo que le falte nada. Dickens es uno de esos autores con muchas capas: crea relatos que, a pesar de su oscuridad, tragedia y brutalidad, llenan de esperanza a quien los lee. Un cuento de Navidad es un buen ejemplo, el cruce entre el pasado doloroso de Oliver Twist y el futuro prometedor de Grandes esperanzas. La atmósfera es lo que mejor funciona, restada de amabilidad mediante fotogramas ensombrecidos, fantasmas (salvo uno) de muy mal agüero y Scrooge como eje de todo, tan podrido por dentro que presenta una apariencia a veces igual de derruida y muerta que los seres que lo visitan. Aunque siempre se ha tratado como cuento infantil, no diría que sea para todos los públicos porque se va a temas de discusión esencialmente adultos. De hecho es todo lo contrario a la serie anterior, que era más desenfadada. Aquí todo es serio, parte de un juicio al que se somete a Scrooge en una festividad marcadamente religiosa. La Navidad no presenta luces para todo el mundo y es una fecha para meditar sobre esos males y hasta qué punto somos culpables. Knight también es el responsable de Peaky Blinders, de la que ha tomado un par de cosas (tono, por ejemplo) para esta versión, con la fantasía chachi que permite unas transiciones y metáforas visuales de lujo. Podemos estar de acuerdo en que a este "cuento" (novela corta, en verdad) le sienta de cine la fotografía gótica con fuertes claroscuros y demás contrastes, en la que Londres aparece como una enferma pálida casi agonizante. Entre los fantasmas hay un vínculo significativo entre apariencia y la época que representan, siendo el más horripilante, misterioso y peligroso el futuro no concertado por encima de un pasado anciano y un presente joven y amable. Para concluir: como clásico de Navidad no debe faltar, aparte de la oportunidad de descubrir una perspectiva más madura y actual. La tenéis en HBO. Navidad en casa: una más en la familia El año pasado Netflix estrenó esta comedia noruega que nos cuenta cómo Johanne, harta de que su familia se entrometa en su vida, decide inventarse que tiene novio, a lo que sus allegados le invitan a que lo presente en la próxima reunión que es... ¡oh!, en Navidad. Por tanto, empieza una carrera de veinticuatro días (ejem, como el número de Nochebuena) para encontrar al mejor candidato, que pasa por una serie de entrevistas más actividades lúdicas como las que solían realizar en el programa Next. La acabo de descubrir, dado que con el estreno reciente de la segunda temporada Netflix me la ha dejado bien visible en el menú, pero ya solo con el tráiler he pensado que debía colarla en este post, pues es la serie perfecta para sacar cualquier tema de conversación en la próxima cena con los nuestros. Además, para unas navidades donde se nos exige y se nos suplica que nos quedemos en casa... pues con mayor razón. Las buenas lenguas externas la califican como muy divertida, satírica y que acaba ilustrando sobre lo que de verdad importa. La impresión que esos 1:46 minutos me han dejado ha sido... emmm... muy familiar (no había mejor forma de definirlo). Así que si alguien osa preguntaros cuándo vais a presentar a vuestra pareja, respaldaos con esto, hacedme caso. ¡Eh! ¿Y si la empezamos juntos? ¿Qué más series navideñas habéis encontrado por ahí? ¡Os leo!
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Enero 2023
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