Post de Rosana Rábago y Naiara Salinas El equipo "OUAT-fangirl" vuelve a unirse con motivo de un acontecimiento sin igual en la trayectoria de esta gloriosa serie. Nos referimos, por supuesto, al esperado episodio musical emitido ayer en Estados Unidos del que prácticamente acabamos de gozar y escribir la review. ¿Nos acompañáis? Pues SPOILER ALERT. Una de mis sagas favoritas de todos los tiempos (Naia al habla, hey) es la de Percy Jackson. En uno de los libros, los hijos de Apolo se dedican a disparar flechas mágicas a sus enemigos, maldiciéndoles con que reciten en verso todo lo que dicen. Por qué cuento esto, os estaréis preguntando. Porque para mí el dios ha hecho lo mismo en este episodio con los Charming y CIA, y si lo digo es porque a priori no hay una causa, como en The Flash y Supergirl, que justifique el ponerse a cantar de repente. Simplemente Snow y Charming se levantan un día con vozarrones dignos de Broadway. Bueno, en realidad existe explicación; después de todo cantar por arte de magia es posible en esta serie. Pero remontémonos, que en anteriores episodios el Hada Negra desvelaba sus intenciones y, finalmente, tras tanto vaivén, Emma y Hook seguían adelante con la boda. La felicidad por el compromiso no les duraba mucho, sin embargo, ya que en cuestión de minutos, la malvada villana volvía a la carga y hacía ver a nuestros héroes que su hijo, aka Gold, aka Rumpelstiltskin, les había vuelto a traicionar (a estas alturas, pregunto, ¿a alguien le extraña?) y se había aliado con ella. Claro, que te fastidien el día de tu boda no es plato de buen gusto para nadie y, Emma, ni corta ni perezosa, decide que va a poner fin a la amenaza del Hada Negra de una vez por todas. Para ello, se va con Snow, Zelena y Regina a ver contra qué se enfrentan. Y, como era de esperar, la torre del reloj alberga una nueva maldición, que se lanzará en el mismo momento en el que los prometidos se den el “Sí, quiero”. Emma, que no está por la labor de que eso suceda, se va a despedir de sus seres queridos y a prepararse para la gran y temida Batalla Final. Con este panorama empieza un musical como si quisieran alentar a nuestros héroes ante la batalla que está por llegar, siguiendo la estela de toda buena película Disney. Eso o apoyarse en el clásico “reír por no llorar” (nah, más lo primero). La verdad es que juntarlo todo en un episodio convincente era misión casi imposible, razón por la que puede que a muchos les parezca que los guionistas se fumaron algo antes de escribirlo. A mí me parece que su gracia ha tenido, ya que, ahora que lo pienso, ¿dónde he visto otra serie ambientada en un mundo medieval con canciones paródicas sobre el destino, las batallas y el propio acto del cántico, emitida por la ABC? ¡Toma! ¡Galavant! Y es que si a algo me ha recordado esta aventura es a esta ficción animada con toques de rock y espectáculo contemporáneo. Aparte de por el tono de los números en general (por favor, para entender mejor mi comparación escuchad la banda sonora). Así, Once Upon a Time se aleja de la epicidad y el romanticismo de sus originales animados (no del todo, ojo, que el sentimiento se pone en cada número como en un musical real) y se embarca en el estilo de las comedias en acción real, tipo Encantada. Y para que no choque en exceso con la seriedad del presente mejor lo presentan en forma de flashbacks, con una nueva aventura de los Charming intentando evitar el destino de Emma (ya ni recuerdo el momento del piloto en el que la metían en el tronquito. Cuánto ha llovido desde entonces, majaris). Con el objetivo de hacerle hueco al mayor reparto posible, se las ingenian para colar a Hook y a Zelena en esa parte del pasado, con numerazos, lo admito, aunque las canciones no son de las pegadizas precisamente (salvo la del capitán, quizá, que incorpora el famoso “Yo Ho” en la letra). Quien se libra (y de una forma muy astuta) es Rumple, con una cobra hecha y derecha.
Tras unos cuantos números musicales en el que varios actores demuestran sus dotes para el canto, es el momento de ver por qué la música es tan importante en este episodio. Así, el Hada Negra regresa para desalentar a Emma y decirle que su canción (que se oye nada más comenzar el capítulo, donde otra cría amargada se encargó de echarle por tierra su sueño de ser cantante) es un tema que le recuerda a cuando estaba sola en el mundo. Ese simple comentario basta para que la Salvadora se venga abajo y sus poderes empiecen a fallar. Pero, no hay que preocuparse, porque Henry acude al rescate tras aparecérsele una página nueva (yo quiero un libro como ese que cambie la historia y añada páginas nuevas cada vez que lo coges, tiene que ser interesante) en el que desvela que la canción no es para desalentarla, sino que contiene todas las melodías que habían interpretado en los flashbacks del Enchanted Forest para que le sirvieran de apoyo en el momento en el que más lo necesitasen. Así, Emma interpreta su ya conocido Emma’s Theme (el mejor de todo el repertorio) y le da un nuevo significado, rompiendo así el hechizo que había paralizado a todos sus seres queridos (menos a Henry) en la oficina de la alcaldesa. Una victoria así requiere una celebración en condiciones y todo Storybrooke se une para presenciar la boda de la princesa y salvadora Emma Swann y su pirata Killian Jones donde, como todo enlace que se precie en un capítulo musical de una serie, todo el reparto se pone a cantar sobre lo bonita que es la vida y lo maravillosos que son los nuevos comienzos. No obstante, no os dejéis engañar, este no es el final de esta temporada (o de la serie, visto lo que está sucediendo con la séptima temporada y la salida de Jennifer Morrison de la ficción) porque aquí sigue presente la maldición del Hada Negra, que se libera justo después del número musical tras la boda, y con la que nos dejan con la miel en los labios de cara a los dos capítulos de la semana que viene de Once Upon a Time, que suponen la season finale de la sexta temporada de la serie basada en los cuentos infantiles más popular de la televisión y de la que os dejo el trailer justo debajo. En resumen, ¿ha funcionado aquí el musical? Digamos que no ha tenido tanto impacto como el de las series DC (ha sido incluso más raro), pero igualmente disfrutar de este espectáculo protagonizado por algunos de nuestros personajes favoritos ha sido muy fácil y ha suplido nuestro deseo, como fans del género que somos. También nos ha regalado momentos divertidos e inolvidables, y no podemos esperar a ver las tomas falsas. Aparte, nos ha recordado la moda de los walkmans y las cintas (ya van unas dos o tres series con eso).
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Enero 2023
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