Post de Teresa AntónYa terminamos con Shadowhunters, la serie de ABC Freeform basada en la saga de Cazadores de sombras de Cassandra Clare. No voy a decir que es una gran serie porque no me lo parece pero sí es cierto que la veo y me gusta- ¿La principal razón? Soy una gran fan del mundo de las sombras que creó Cassie, y con fan me refiero a fangirl loca que necesita todo lo que sale sobre nuestros amigos los nefilim. Todos sabemos que las adaptaciones son, bueno eso, adaptaciones. Siempre cambian cosas y en las que duran tanto como las series pues aún más cambios. Hay en series en las que mejoran con creces los libros, como en The Vampire Diaries y Gossip Girl. En serio, ¿habéis leído los libros de Gossip Girl? Aún no entiendo cómo alguien fue capaz de ver que se podía sacar algo bueno de eso. También hay series en las que no se sabe si es mejor el libro o la serie. A mi me pasa con True Blood, las primeras temporales eran “fieles” a los primeros libros pero después fueron por caminos completamente distintos. La serie me encanta, aunque aún odio ese final SPOILER ¿cómo es que después de todo Sookie termina con un desconocido al que ni siquiera vemos? Sigo pensando que debe ser una broma de mal gusto FIN SPOILER. Pero los libros también me gustaron (era como ver dos historias diferentes en el mismo mundo, como un fanfic) y con ellos conocías mucho más de las criaturas mágicas que aparecían en ese mundo. Con lo que sea ambos me parecen tan geniales que no sabría por cuál decidirme. En el caso de Shadowhunters prefiero mil veces los libros sobre la serie pero a lo largo de esta temporada han ido dejando algún que otro guiño al lector sacado de los libros. Dato: ¿os habéis dado cuenta que salen cosas de cinco de los seis libros y aún así solo han seguido la trama del primero? ¡Menuda mezcla que han metido! Magnus Su personaje es el mejor de la saga y tiene un montón de frases estupendas. En la serie solo han aprovechado algunas de ellas pero esperamos oír más, especialmente las de Malec. Este momento ocurre en el segundo libro. Jace (por razones que no diré por si acaso) se haya en el piso de Magnus bajo vigilancia, cuando sus amigos van a buscarle tienen esta conversación: “- Alec, cariño. Clary. Y el chico rata. -Hizo una reverencia en dirección a Simon, que pareció molesto-. ¿A qué debo el placer? - Venimos a ver a Jace -respondió Clary-. ¿Está bien? - No lo sé -contestó Magnus-. ¿Es normal en él permanecer tumbado así en el suelo sin moverse? - Qué… -empezó a decir Alec, y se interrumpió cuando Magnus lanzó una carcajada-. No tiene gracia”. (Ciudad de ceniza, p.143). Esta escena también pertenece al segundo libro (al parecer es el que se han leído los guionistas). Magnus está esperando a que Clary salga de la ducha para entrar él (seguro que si el que estaba dentro era Alec no esperaba) y tienen esta conversación: “- ¿Por qué tardan tanto las chicas en ducharse? -inquirió-. Chicas mortales, cazadoras de sombras, hechiceras, todas sois iguales. No me estoy volviendo más jóven aguardando aquí fuera. Clary se hizo a un lado para dejarle pasar. - ¿Cuántos años tienes, de todos modos? —preguntó, curiosa. Magnus le guiñó un ojo. - Yo ya estaba vivo cuando el Mar Muerto era sólo un lago que se sentía un poco pachucho. Clary puso los ojos en blanco. Magnus la echó con un gesto de las manos. - Ahora mueve tu pequeño trasero. Tengo que entrar ahí; mi pelo está hecho un desastre.” (Ciudad de ceniza, p. 277-278). Jalec La pareja protagonista (que en la siguiente temporada sufrirán tras descubrir que son hermanos) también tiene algunas frases sacadas del libro, en este caso ambas del primero. Esta escena fue muy diferente en el libro (y prefiero la original). Clary acababa de descubrir que si te pintaban un runa sin ser nefilim te morías o te convertías en repudiado (algo similar a los zombies) y Jace le había pintado una sin saber si era o no una cazadora de sombras. La conversación fue así: “- ¿Jace? - ¿Sí? - ¿Cómo supiste que tenía sangre de cazador de sombras? ¿Había algún modo de que pudieras darte cuenta? El ascensor llegó con un último crujido. Jace descorrió el pestillo de la reja y la deslizó a un lado, abriéndola. El interior recordó a Clary una jaula para pájaros, todo metal negro y decorativos pedacitos dorados. - Lo imaginé-dijo él, pasando el pestillo de la puerta tras ellos-. Parecía la explicación más probable. - ¿Lo imaginaste? Debiste de haber estado muy seguro, teniendo en cuenta que podrías haberme matado. El muchacho presionó un botón en la pared, y el ascensor dio una sacudida, poniéndose en marcha con un vibrante gemido que ella notó en todos los huesos de los pies. - Estaba un noventa por ciento seguro. - Comprendo dijo Clary. Algo en su voz hizo que él se volviera para mirarla. La mano de Clary restalló contra su cara en un bofetón que lo balanceó hacia atrás sobre los talones. Se llevó la mano a la mejilla, más sorprendido que dolorido. - ¿A qué diablos viene eso? - El otro diez por ciento- contestó ella." (Ciudad de hueso, p. 94-96). Este momento no podía faltar. Es una de las primeras historias que nos acercan a cómo era la relación padre-hijo de Valentine (que en ese momento creíamos que era Michael Wayland) y Jace. El inicio del “Amar es destruir y ser amado es ser destruido” que tan metido tenía Jace al inicio, y del que han pasado en la serie. En el libro la escena es diferente. Clary ha pasado por mucho y no puede dormir, entonces Jace decide contarle una historia para que se duerma: “ — Cierra los ojos. Ella los cerró. Podía ver la imagen residual de la luz de la lámpara reflejada en el interior de los párpados, igual que diminutas estrellas estallando. —Había una vez un niño—comenzó Jace. Clary le interrumpió inmediatamente. —¿Un niño cazador de sombras? —Por supuesto.—Por un momento, un sombrío tono divertido coloreó su voz, luego desapareció—. Cuando el niño tenía seis años, su padre le dio un halcón para que lo adiestrara. Los halcones son aves rapaces…que matan pájaros, le dijo su padre, son cazadores de sombras del cielo. >>Al halcón no le gustaba el niño, y al niño tampoco le gusta él. Su pico afilado lo ponía nervioso, y sus ojos brillantes siempre parecían estarlo vigilando. El ave lo atacaba con el pico y la garras cada vez que se acercaba a él. Durante semanas no dejaron de sangrarle las muñecas y las manos. Él no lo sabía, pero su padre había seleccionado a un halcón que había vivido salvaje durante más de un años, y por lo tanto era casi imposible de domesticar. Pero el niño lo intentó, porque su padre le había dicho que hiciera que el halcón le obedeciera, y él quería complacer a su padre. >>Permanecía al ave constantemente, hablándole para mantenerla despierta e incluso poniendo música, porque se suponía que un ave cansada era más fácil de domar. Aprendió a manejar el equipo: las pihuelas, el capuchón, la caperuza, la lonja, la correa que sujetaba al halcón a su muñeca. Se suponía que debía mantener ciego al halcón, pero no tenía valor para hacerlo; en vez de eso intentó sentarse donde el pájaro pudiera verlos mientras le tocaba y acariciaba las alas, deseando con todas sus fuerzas que aprendiera a confiar en él. Le daba de comer en la mano, y al principio el halcón se negó a comer. Más tarde comió con tanta ferocidad que el pico hirió al niño en la palma de la mano. Pero el niño estaba contento, porque era un progreso, y porque quería que el pájaro le conociese, incluso para que el ave le dejara sin sangre para conseguirlo. >>Empezó a ver que le halcón era hermoso, que sus alas delgadas estaban pensadas para la velocidad en el vuelo, que era fuerte y rápido, feroz y delicado. Cuando descendía hacia el suelo, se movía como la luz. Cuando aprendió a describir un círculo y posársele en la muñeca, él casi gritó de júbilo. A veces el ave saltaba a su hombro y ponía el pico en sus cabellos. Sabía que su halcón le quería, y cuando estuvo seguro de que no sólo estaba domesticado sino que perfectamente domesticado, fue a su padre y le mostró lo que había hecho, esperando que se sentiría orgulloso. >>Pero en vez de eso, su padre tomó al ave, ahora domesticada y confiada, en sus manos y le rompió el cuello. Te dije que hicieras que fuese obediente—le dijo su padre, y dejó caer el cuerpo sin vida del halcón al suelo—. Pero tú le has enseñado a quererte. Los halcones no existen para ser mascotas cariñosas: son feroces y salvajes, despiadados y crueles. Este pájaro no estaba domado; había perdido su identidad. >>Más tarde, cuando su padre le dejó, el niño lloró sobre su mascota hasta que finalmente el padre envió a un criado para que se llevara el cuerpo del ave y lo enterrara. El niño no volvió a llorar, y nunca olvidó lo que había aprendido: que amar es destruir y que ser amado es ser destruido.” (Ciudad de hueso, 219-221). Esto sí que es básicamente igual, excepto que en el libro les acompañaba desde el principio el hermano Jeremiah: “Había una fecha grabada en la base, 1234, y unas palabras alrededor de ella: NEPHILIM: FACILIS DESCENSOS AVERNI. - ¿Qué significa? La amplia sonrisa de Jace fue un destello blanco en la oscuridad. - Significa: Cazadores de sombras. Les sienta mejor el negro que a las viudas de nuestros enemigos desde 1234.” (Ciudad de hueso, 193). Los Orígenes Pero no solo hay frases de los libros. Los más fans de la saga, que se habrán leído las otras que están relacionadas habrán podido disfrutar de mucho más. Ver a los personajes de los libros ha sido genial y poder ver cosas que sale en la trilogía de Los Orígenes era amor. Primero fue Tessa, la protagonista de la anterior saga. Ella es una bruja por lo que es inmortal y parece ser que podremos verla en la siguiente temporada ya que aquí hicieron varias referencias a ella. También oímos hablar de Henry Branwell, el “antepasado” de Lidia. ¿Por qué entre comillas? Lidia es un personaje que en los libros no existe y la familia de Henry tomó el apellido de la esposa de este (así que Branwell se pierde) ya que ella fue la primera mujer en dirigir un instituto: Charlotte Fairchild. ¿Os suena Fairchild? Jocelyn Fairchild es la madre de Clary así que Lidia y ella deberían estar emparentadas. Y, por último, el momento locura para las fans de Will Herondale: la viruela demoníaca. Will es uno de los protagonistas de la saga de los Orígenes y está un tanto obsesionado por demostrar que la viruela demoníaca es real. Más adelante podrá comprobar que él tenía razón cuando todos le tomaban por loco. Sé que me deben de faltar cosas pero es que empecé con la recopilación tarde así que si recordáis alguna otra estaré encantada de leerla.
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