Post de Naiara Salinas Pues otro Día del Libro ha pasado, qué se le va a hacer, lo bueno dura poco. Antes de que se cumpla el mes sin escribir en esta sección, el domingo estuve recordando aquellas series míticas que sabemos que están basadas en un libro, que no son pocas. Y llegué a una conclusión que pienso bastante acertada: casi todas acaban resultando muy distintas de su original literario. ¿Que cómo lo sé? Uno: he visto casi todas, aunque no haya leído todos los libros. Dos: conozco gente que ha leído los libros y me lo ha confirmado. Tres: el propio género se lo permite, es decir, cuando hay escasez de material publicado pero la serie continua, ¿en qué te vas a basar sino en tu propia imaginación? ¿Se convierten entonces en un fanfic? ¿En un fan service? Hum. Dejo la pregunta al aire. De lo que yo vengo a hablar es un poco de este fenómeno que sucede sobre todo en televisión y mi idea es establecer comparaciones entre unas afortunadas seleccionadas, porque también va por grados esto. Si queréis acompañarme, seguid leyendo. The Vampire Diaries Empezamos por una de las largas cuya primera saga puedo congratularme de haber leído (luego la de Damon ya fue otro cantar), así que lo tengo fácil para comparar. Lo que yo defiendo es: cuanto más longeva la serie, más distancia del original cobra. Creo que fue más o menos a partir de la tercera, por no decir segunda temporada, cuando empecé a notar cambios drásticos. La novela de L.J. Smith nos introducía tramas y personajes más que suficientes para divertirnos durante más de cuatro libros, es decir, que por falta de material no pudo ser. Pero de alguna manera TVD acabó adquiriendo otro tono, otro cariz, y se desarrolló a partir de él, desligándose por completo de la fantasía juvenil para acabar en algo más enredado y serio, prolongando el tiempo de villanos que en la saga duraron lo que se dice un libro (ejem, Klaus y Katherine, ejem) y omitiendo otros (kitsune, ejem). Parece que les funcionó, pues se despidieron por la puerta grande y con una legión de fans. Más o menos. Pretty Little Liars Con esta me ha pasado justo algo parecido. Es decir, leí las cinco primeras novelas de la saga, pero de la serie solo alcancé una temporada. De todas formas, me he puesto al día con los spoilers y no sé si dejé de verla porque no tenía tiempo, porque la cosa era demasiado distinta a lo que a mí me había enganchado (aunque lo cierto es que la lectura me devolvía las ganas de retomar la serie, así que tuvo que ser la pereza por el número de temporadas), etc. La cuestión es que, de acuerdo, podemos acusar a Crónicas vampíricas de haber ido por su lado, pero lo que ha ocurrido con este drama juvenil es todavía más drástico. No solo por el cambio de ciertos roles como el de Toby o Noel, no solo por el manejo del grupo de As que acababa dispersándose y, ni ya digamos, el final final, con esa revelación que se lo cargó todo; por todo eso y por más perlitas. Recuerdo haber leído una cosa sencillita e interesante, con su capacidad de atraer, y bien es cierto que la serie aprovechó detalles que en el libro hubiera estado guay desarrollar, como las escenas entre el grupo de (ex) amigas, pero no sé hasta qué punto su desvinculación con los libros jugó realmente a su favor. ¿Qué opináis vosotros? Intrigada me tenéis, seguidores de Pequeñas mentirosas. The 100 En este caso solo he visto la serie (y la sigo viendo, o la veré cuando se estrene la nueva temporada) y es una de las pocas cuyo desarrollo, pese a sus bajones, apruebo con buena nota. ¿Cómo sé que puedo incluirla en esta lista sin haber leído el original? Tengo algo llamado fe ciega y además he investigado. De todas formas, no hay que ser un genio para darse cuenta de que toda serie acaba añadiendo más mundo y The 100, esa historia creada por Kass Morgan, no iba a ser diferente. Aunque esta vez tenemos tanto adhesión como supresión, porque en el primer libro, al menos, Wells dura algo más de lo que duró en la primera temporada, y teníamos a Sasha, una chica vinculada con el monte Weather. Puede ser supresión o puede ser un ligero cambio de nombres, porque en la novela el canciller Jaha es Rhodes. Y no he encontrado mención a Finn, Raven, Jasper, Monty ni a los salvajes, que creo que es una de las vueltas de tuerca que han hecho que esta producción funcione. No obstante, puede que también se hayan pasado con la guerra entre bandos. Las crónicas de Shannara Vale, aquí estoy siendo muy irónica, lo reconozco, porque esta serie solo ha alcanzado dos temporadas y la saga original es más extensa, es decir, cualquiera diría que ha habido tiempo de añadir más detalles que la novela ¿verdad? Pues sí, ¡ja! ¿Cómo os quedáis? Y es que los libros en verdad van saltando de generación en generación. La serie se come buena parte de este mundo pero desarrolla hasta que no puede más la historia de Will, uno de los pertenecientes al linaje Shannara tan legendario, lo cual se notó muchísimo en la segunda temporada que se estrenó en otoño del año pasado. ¿Causa? Pienso que por cuestión de no complicarse mucho la vida, teniendo en cuenta que la recreación de las Cuatro Tierras ya es carera de por sí como para encima tener que renovar reparto cada temporada. Aparte, si el público se encariña con los personajes corres el riesgo de perderlo (me pregunto si por esa razón no han adaptado aún El Silmarillion de Tolkien...). Como fuere, desde la relación imposible entre Will y Eretria hasta todo el asunto del druida y su hija, aquí si no han metido más salseo es porque no les han dejado. Bates Motel Esta es una precuela y con eso ya lo he dicho todo, ¿no? En lugar de añadir hacia delante, ha añadido hacia atrás, porque la historia famosa que conocemos es la de Psicosis, y el libro de titula Psicosis. No sé hasta qué punto se habla de la infancia e Norman Bates en él, pero, vaya, dudo que de para cinco temporadas y personajes nuevos como Dylan y Emma. Aquí la serie ha reinventado totalmente a este asesino mítico, nos ha ofrecido otro punto de vista, mayor profundidad en su patología y una trama emotiva que anticipa y hasta modifica lo que conocemos. Ha sido un rodeo a esa historia que ante todo se ha tratado con respeto. Las cuatro primeras temporadas nos muestran el antes y solo en la quinta temporada, después de medio aventurarse en los hechos de Psicosis, llegamos al después. Juego de Tronos En este ejemplo el resultado ha sido casi obligatorio, porque de alguna forma hay que acabar la saga y si al escritor se le va la vida por el camino imaginaos... Así que considero este el caso más literal del título de este post. No solo ha ido más allá, sino que se ha adelantado. Si bien la sexta temporada fue un exitazo, con la séptima menguó un poco... y ahora temo que el final tan acelerado les pase factura, pues tal y como funciona el ritmo en la saga, siempre queda la sensación de que hacen falta más capítulos, de que para contar tan apoteósica batalla final no basta con solo seis. Aparte, creo que los guionistas se están rindiendo demasiado a las teorías locas de los fans, claro que también tenemos mucha imaginación como para acertar aunque sea una (y más vale porque, aunque suene contradictorio, si todo fueran sorpresas el insulto sería enorme, pues el mensaje escrito llevaba claramente a otro sendero). Cómics: ¿legítimos o no? Aquí me detengo porque hasta ahora he hablado de novelas, pero con los cómics pasa una cosa muy graciosa y es que son como los números: infinitos. Mientras haya números opino que seguirán existiendo, porque se venden como fascículos y lo mismo de The Flash te encuentras hasta el 350 (después de todo lleva mucho tiempo corriendo). Por eso he obviado todas las series de superhéroes en esta lista. Realmente no es que vayan más allá de los cómics porque es difícil; digamos que se basan en ellos pero ajustan los personajes y las tramas a lo que ya tienen, y es que la flexibilidad es el rasgo más destacable de este formato. Van a la par. Lo mismo sucede con The Walking Dead, que va siguiendo el mismo hilo pero a la vez añade un par de cambios. En la que me quiero detener un poco más es en Riverdale, ya que aquí ha habido una mezcla de tonos y de historias que ha divergido en algo entre Pretty Little Liars, Gossip Girl (esa es otra serie también basada en una saga, por cierto) y Twin Peaks, lo cual no está nada mal porque es explorar un lado más oscuro de la tierna pandilla de Archie que cantaba algo tan marchoso y light como "Candy Girl". Y esta segunda temporada, por cierto, está resultando bastante completita al respecto. Y próximamente... Hay libros para dar y tirar y aun así parece que nunca nos saciamos. Por supuesto que esta lista no se queda aquí, pero el tiempo es oro y yo no soy rica, por lo que recuerdo ficciones ya acabadas como True Blood y pienso en otras que van a seguir aunque solo tengan un libro, es decir, no sean sagas, como Big Little Lies, Por 13 razones y American Gods. Eso sí es rizar el rizo. Y otros ejemplos, como Una serie de catastróficas desdichas, The Magicians y Shadowhunters, también sería interesante analizarlos. ¿Qué más se os ocurren? La conclusión que extraemos de esto es que una serie es un formato muy bueno para las sagas pero al mismo tiempo el más fácil para echarlas a perder, porque aquí lo de ir por vía libre está a la orden del día y no es lo mismo adaptar algo de presupuesto elevado como en el cine que para la tele. En algunos casos podrás mantener la misma estructura que la novela y fracasar; en otros crearás algo totalmente nuevo y triunfarás. Pero la mayoría de veces, como espectadores y lectores, montaremos en una montaña rusa plagada de alegrías y decepciones. Si lo más importante para ti es la esencia, estás salvado. Si no..., buena suerte, amigo seriéfilo.
0 Comentarios
Dejar una respuesta. |
El diálogo seriéfilo de la semanaThe last of us Archives
Enero 2023
All Screens by All Screens is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en http://allscreens.weebly.com. Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://allscreens.weebly.com |