Post de Naiara Salinas ¡Bien, mi primera review televisiva de 2017! He perdido práctica, pero por ser Holmes hago un esfuerzo (XD). Los dos últimos comienzos de año, seriéfilamente hablando, han sido una joya, no solo por la bienvenida a nuevas series sino también por el regreso de una de las favoritas, Sherlock. Si el año pasado tuvimos el especial navideño, este ha sido el esperado estreno de la cuarta temporada, que supone un punto de inflexión en muchos sentidos. No me creo que tras ver este 4x01 no se os haya quedado una poker face, porque lo que es predecible... no lo ha sido para nada. Pero vayamos por partes. Muchas cosas han cambiado desde que Mary y Watson se han casado, y aún más están por cambiar. El episodio, así, nos mostraba el desarrollo de la familia a la par que Sherlock cubría sus ansias de resolver casos mientras aguardaba el siguiente movimiento de Moriarty, cuya muerte, pese a ser irreversible (como que se pegó un tiro delante del detective), continuó dejando trampas para su némesis. Un inicio equilibrado entre el humor al aumentar la familia (la pequeña Rosemund es un amor, pero aun más es ver a Sherlock ejerciendo de padrino en el bautizo sin despegarse del móvil, su nueva obsesión. Adorablemente gracioso) y la tensión por saber qué viene a continuación. Mientras Holmes intenta lidiar con su nuevo cargo con la bebé, el inspector Lestrade regresa a él con un nuevo caso: el misterioso asesinato de un chico que tan solo una semana antes había llamado a su padre para felicitarle el cumpleaños (trágico, horrible, pero buen tino el del asesino). Un clic activa el cerebro de Sherlock y da por iniciada la nueva partida de Moriarty. Pero en hora y media por supuesto no vamos a dedicarnos a seguir un solo caso, ya que resulta que existe otro crimen vinculado a la perla negra de los Borgia, una reliquia muy valiosa que lleva al criminal de turno a romper varios bustos de Napoleón, de ahí el título del episodio, "Los seis Napoleones" (eso, claro está, en la versión traducida, que se inspira en la novela del mismo nombre). El problema llega cuando este caso y el anterior terminan entrecruzando sus caminos (por accidente, casi se podría decir) y dirigiendo a Sherlock a un nuevo objetivo: Mary. En la temporada tres se reveló su pasado como agente encubierta y el inicio de las nuevas aventuras viene marcado por este. Así es cómo entre Mary y la Wikipedia Mycroft Sherlock descubre la existencia de A.G.R.A., la organización para la que trabajaba su amiga, presuntamente caída durante una misión de la que solo la rubia escapó con vida. Ahora un antiguo compañero busca venganza contra ella y la ha puesto en el punto de mira. Mary, como buena espía, hace lo que mejor se le da: huir para resolver por sí sola el problema sin poner a John y a Rosemund en peligro. Claro que Holmes ha sido muy precavido y, para cumplir con su promesa de padrino de proteger a esta familia, le ha puesto un busca y tarda en encontrarla lo que nosotros en decir "pío" (qué cachonda esta escena, sobre todo por el montaje exhaustivo que muestra a Mary cambiando de personalidad conforme más lejos viaja para ser pillada en cuanto llega a su destino). Sí, la técnica de Mary no tiene nada que hacer contra el ingenio y la cabezonería de Sherlock y John, aunque sin quererlo guían al "malo" hasta ellos también. Como suele pasar, todos descubren el malentendido menos el vengador, que muere de un disparo. A su vuelta a Inglaterra el detective sigue las pistas otorgadas por su hermano hasta la verdadera culpable del caso de A.G.R.A., y aquí es donde viene la parte más triste e inesperada, cuando Mary, en el último momento, decide sacrificarse para salvar a Sherlock de su enemiga y la ex agente y actual enfermera fallece sin remedio en el momento. Sin duda un final que deja catatónico al que sigue con fervor un episodio donde se espera que el caso de otra vuelta de tuerca y nos revele a un segundo Moriarty (sí, yo tenía esa teoría del gemelo muy viento en popa, jou). Nadie, creo yo, se esperaba que un personaje tan importante como la señora Watson fuese a caer en pleno comienzo de temporada, con una hija recién nacida. Eso cambia por completo el tono llevado durante esa hora y esos veinte minutos. Se palpa el trauma, la tragedia, y la comicidad que tanto distingue a los protagonistas se ahoga de repente por tan tremendo golpe. El dúo rompe muy dolorosamente, pues Watson no puede perdonar a Sherlock el haber sido causante (en cierto modo) de la muerte de su mujer al no cumplir con su palabra de cuidarla y Holmes está tan perdido que hasta acude a una psicóloga para que le de respuestas al caso más difícil que se ha encontrado en su carrera: perder a un ser querido por su arrogancia (tal y como él lo ve. Yo no le culpo, que conste. Fue Mary quien decidió recibir la bala). Así que aparte del nuevo villano, cuya cara ya se ha introducido, Sherlock tendrá que luchar por recuperar a John y sacarle del pozo donde ha entrado por la pérdida. Otros aspectos llamativos: las bromas y los diálogos como siempre muy bien llevados, son lo mejor de esta serie y me estoy arrepintiendo de no haberla nominado a Mejor Guion Adaptado o Mejor Diálogo en los Oscar Seriéfilos. Una de las cosas que más me gustan es cómo la vinculan mucho a la literatura, a los relatos, y cómo estos tienden a aparecer como símbolo o reflejo del episodio (se podría decir que tiene muy presente su formato de origen, hasta en la edición de imagen). En este caso teníamos el cuento del mercader que trata de rehuir a la muerte hasta que esta llega a su encuentro a la hora convenida, que es justo lo que le sucede a Mary, quien siempre ha vivido al límite escapando de su destino fatal hasta que, cuando cree que ha dejado atrás esa vida, esta vuelve para reclamarla. Resulta un tanto siniestro porque es como decir que a un agente solo le espera ese final, aunque Mary logró, durante un tiempo, construir un paréntesis para descubrir la felicidad al lado de John y, en ese sentido, me parece bonito que el personaje haya acabado noblemente volviendo a su origen para evitar que este echase a perder todo lo que había logrado.
También me quedo con un par de easter eggs; no solo las referencias a Moriarty y al próximo villano (interpretado por Toby Jones), sino al hermano de Mycroft y Sherlock (sí, hay más de estos pululando por ahí, que Dios nos pille confesados), Sherrinford, con quien Mycroft intenta ponerse en contacto casi al final del capítulo. Así que conoceremos al tercer Holmes, eh... Las interpretaciones han sido magistrales, sobre todo el cambio del final, el llanto y la rabia contenidos de Watson y el "estancamiento" de Sherlock. Va a ser una temporada muy interesante, ¿qué decís?
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