Post de Naiara Salinas (en colaboración con Series Serium) Y... ¡llegó! Uno de nuestros días favoritos del año. ![]() El problema de llevar ya tres años en esto es que las ideas se van agotando. Porque este es un día donde exprimimos todo nuestro amor por las series, y más por las cumpleañeras, ficciones que con el tiempo han cobrado un significado distinto al que tenían en sus tiempos. Hay mil formas de celebrar este día, pero este año quise, por lo que he comentado, proponer a los blogs que hablaran de una serie que significara algo para ellos en el sentido de reflexionar un poco sobre su legado, el furor de su época, etc. Series Serium, ya todo un blog amigo en redes sociales, se prestó muy amablemente a ello y aquí tenemos su texto: El ala oeste de la Casa Blanca El año pasado descubrimos, prácticamente la misma semana, que existía la Semana Seriéfila y nos encantó la idea. ¡¡Incluso intentamos hacer TT del Día Seriéfilo!! Así que cuando Naiara de @All_Screens nos ha pedido un parrafito para celebrar la Semana Seriéfila y el Día Seriéfilo, lógicamente no nos hemos podido negar. Y para ello nos vamos a centrar en una de series míticas donde las haya, estrenada un 22 de septiembre de 1999, El ala oeste de la Casa Blanca (The West Wing). Con esta serie, y durante sus siete temporadas, Aaron Sorkin, su creador, nos permitió acompañar en su día a día al presidente de EE.UU. Jed Bartlet (inolvidable Martin Sheen) y a su gabinete presidencial (Rob Lowe, Allison Janney, Bradley Whitford, John Spencer, Stockard Channing, Alan Alda, Kristin Chenoweth y un larguísimo etc). Su magnífico trabajo fue reconocido con multitud de premios, incluidos veintiséis Emmys. Lo que significó y significa El ala oeste de la Casa Blanca en el universo seriéfilo y, concretamente, en la llamada ficción política (?), ha generado “ríos de tinta” y si lo dudáis podéis echar un vistazo a Twitter y comprobaréis la legión de fieles seguidores que conserva o cómo sus intérpretes gozan de un popular reconocimiento que aprovechan para promover obras sociales. Desde el punto “más personal” confesamos nuestra devoción por esta serie de ritmo frenético, estrategias políticas, personajes inteligentes y humanos (“muy humanos” en ocasiones), precisos flashback y que en cada episodio nos dejaba una lección de cómo se pueden “hacer bien las cosas”, o cómo hasta los más trágicos errores tienen solución, o simplemente que en las situaciones más insospechadas los sentimiento pueden aflorar. En nuestro país se estrenó la primera temporada con mucho retraso (unos cuatro años) y no fue precisamente en el entonces Canal Plus, sino en TVE, a unas horas intempestivas y con cambios de días de emisión. Las temporadas siguientes se emitieron en otros canales. En definitiva, era difícil o prácticamente imposible seguir la serie. Así que ¡benditos DVDs! Si pensabais que con Netflix o HBO, o cualquier canal en streaming, se inventaron los maratones seriéfilos, estáis en un error. Existieron muchos años antes, desde que las series se “lanzaban en packs por temporadas”. La colección de El ala oeste de la Casa Blanca pronto llegó al mercado cada año, así que imaginaros tener veintidós capítulos por temporada a golpe del mando del vídeo… Efectivamente, el “típico maratón”, pero hace quince años. Aún hoy, de vez en cuando, es un placer escoger al azar cualquier episodio de cualquiera de sus temporadas y comprobar cómo de cercanos podemos sentir a unos personajes, que, aunque de ficción, han conseguido trasmitirnos alegrías y tristezas, triunfos y derrotas, amores y desamores y el resto de emociones por las que en un momento dado, todos o casi todos hemos pasado, y sin tener que dedicarte necesariamente al mundo de la política… Claro que si encima te gusta la temática política, estamos hablando casi de la perfección en una serie. Solo queda decir, ¡felicidades! Y ¡feliz Semana Seriéfila! ¡Feliz Día Seriéfilo! ![]() Y ahora, mi contribución: Perdidos Llega un momento en que una ya no sabe si llamarla en español o Lost (de toda la vida ha sido ambas). Cierto es que este día tiene muchas, pero que muchísimas, series para conmemorar, pero si esta ha sido mi elección se debe a que considero que su legado no es igual que otros. Perdidos es esa serie que desde 2004 se unió al bagaje cultural seriéfilo internauta donde ya quedaban tesoros como Expediente X y demás producciones de ciencia ficción. No obstante, su impacto fue tal que, creo yo, originó un fenómeno que a día de hoy es muy típico: la teorización. Con Perdidos se abrió esa veta que instigaba al fandom a permanecer atento a todas las señales, pistas y giros argumentales que se les ofrecía. Hasta entonces, por muy fantástica que fuera una trama, esta no había pasado de la pequeña pantalla, pero Perdidos fue una de las primeras en lograr que se abrieran foros y blogs para teorizar y discutir sobre lo que ocurría. En definitiva, fue una de las primeras series en generar un fenómeno de masas. Teorías, cuentas especializadas, mogollón de merchandise, presencia en eventos de televisión... Nunca una serie levantó mayor expectación cada temporada que esta. Si tuviera que comparar su éxito con alguna serie actual, diría que se parece a Juego de Tronos y/o The Walking Dead, por lo que sí, considero estas y otras producciones herederas de Perdidos. Cuando yo empecé a verla iba finalizando la cuarta temporada y a punto de empezar la quinta, creo. Y la vi desde el principio (bueno, puede que me dejara un cacho de la primera temporada, que recuperé más tarde). Fue una serie que saltó de canal en canal, al igual que El ala oeste. Yo la conocía principalmente por Fox España, aunque entonces no me atraía y decidí que merecía más la pena continuar enganchada a Smallville o Prison Break. También sé que La 2, de TVE, la emitía. Pero no, en ese caso también pasé. Todo cambió cuando Cuatro (antes de que se incorporara a Mediaset) adquirió los derechos de emisión y, en un maravilloso verano, me ventilé todos los episodios emitidos hasta entonces. Fue la nueva tradición instalada: todos los días después de comer había que ver el maratón de Perdidos que se emitía. La cumplí tan a rajatabla que incluso cuando nos fuimos de vacaciones a la playa se mantuvo. Lo veía con mi familia, aunque ellos no eran tan seguidores como yo, que enseguida me encariñé con personajes como Harley, Charlie, Kate, Sayid, Claire... No sé por qué tardé tanto tiempo en engancharme. Si miro hacia atrás pienso que tal vez era demasiado joven y asustadiza para apreciar la belleza narrativa o entender sus misterios, o encariñarme. En otras palabras, no era mi tipo de historia. Pero con la edad los gustos se van transformando y de pronto me encontré con un paraíso donde podía fantasear y teorizar con los demás, y siempre he reconocido que Perdidos tiene ese toque de misterio atractivo que, quieras que no, te absorbe. No solo eso, sino que además la emoción de las diferentes tramas es única, no solo ya por la parte misteriosa y fantástica (los Otros, los osos polares, el Humo Negro, las relaciones familiares inesperadas, todas las conspiraciones y el simbolismo reinante hasta en los nombres de los protagonistas...). Yo todavía recuerdo cómo me puse a llorar con el romance de Desmond y Penny (oh, por favor, la escena de la llamada es una de esas que no me quito de la cabeza. ¡Es preciosa!), o cuando Charlie, mi favorito, murió (SPOILER ALERT, ups). Por esa época, además, estaba esperando con ansia The Vampire Diaries, y la estaba esperando con ansia porque sabía que Ian Somerhalder iba a aparecer en ella, y yo había querido destruir a los guionistas por matarlo en la primera temporada de Perdidos. ¿Lo que menos me gustó? Que de repente se volviera un cubo de Rubik. Osea, creo que retorcieron tanto el argumento que perdió mucho de su esencia y se volvió demasiado confuso y, a veces, confundir al espectador no es lo recomendable. Una cosa es hacerlo para que no pueda "predecir el final" y otra muy distinta tratarlo como si fuera idiota. Por la quinta temporada yo tenía un poco esa sensación, pero no podía empezar a desengancharme porque tenía que saber qué demonios era la isla. Y, por otra parte, añadieron elementos fantásticos siniestros que no estuvieron mal (Richard, por ejemplo, y el origen del Humo Negro). El caso es que pasé de estar viendo una serie sobre supervivientes en una isla misteriosa (muy de aventuras si lo pinto así) a una parafernalia cósmica-física-cuántica-espaciotemporal... De pronto había dos dimensiones, dos tiempos que coexistían y yo sentía que el cerebro me iba a ESTALLAR. ¿Y para qué? Para que luego en la última temporada me sacaran cosas de la manga y se quedaran tan panchos como si hubieran resuelto todas las dudas, y no fue así. Yo aún me pregunto qué fue de Claire y el bebé en el tiempo en que estuvieron desaparecidos, por ejemplo. O qué fue de Walt. Aun así, es difícil no pensar buenamente en esta ficción cuando buceo en mi baúl de los recuerdos. Hubo personajes que me encandilaron más que otros; con Locke sufría altibajos, aunque ese es uno de los aspectos más atractivos de Lost, que las personalidades están tan bien construidas y evolucionadas que cuesta mucho querer u odiar del todo a un personaje, aunque hay excepciones evidentes. Por ejemplo, a Harley y a Charlie NUNCA, jamás, podría odiarles. En cambio, Benjamin y Michael se intercambiaron, ya que uno pasó de ser odiado a respetado-mínimo- y el otro al revés. Las dobles caras (esa faceta múltiple de la personalidad humana que es tan real para mí, que defiendo que no somos una sola cosa) y los secretos que escondía cada uno, el cómo sus vidas se entrecruzaban en los flashbacks...; todo eso era una delicia. A partir de la quinta temporada los flashbacks de los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic se me desfasaron y dejaron de interesarme, pero por suerte llegaron nuevos personajes y pude centrar mi atención en ellos. Perdidos es también una de las primeras series en la que este tipo de estructura resultó básica para el guion. Y, bueno, si tenemos que hablar de herencias claras, están todas las alusiones que sus creadores han colado en proyectos posteriores, como Once Upon a Time (que ha logrado reunir a casi todo el cast en diversos papeles a lo largo de las seis temporadas). Así que yo también quiero felicitar a esta cumpleañera y recordar sus mejores momentos compartiendo este video que me ha encantado (*emoji de sonrisa abierta*). PD: ¿qué opináis de estas dos series de las que os hemos hablado? ¿Las visteis en su día? ¿Os engancharon tanto como a nosotros?
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Enero 2023
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