Post de Naiara Salinas Mis días vagos han acabado. Tras recuperarme del golpe intenso que fue organizar y escribir para la Semana Parón Navideño, he sacado tiempo para reunir por fin en el post tradicional de cada mes mis opiniones acerca del cine visto el pasado mes de diciembre, el último de 2017 (lógica aplastante). Es muy maja la lista que viene a continuación. Perfectos desconocidos (fecha de visualización: 6/12/2017) El primero de los estrenos vistos en diciembre fue español, para variar, y con un buen sabor de boca. Álex de la Iglesia nos devolvió algunos de los rasgos que más identificamos en su cine con esa mezcla de fantasía y realidad que hace que el mundo se vuelva loco, literalmente. En esta ocasión dirigía su dardo picante contra las nuevas tecnologías, a cómo estas favorecen el engaño y la escasa comunicación (o atención al prójimo, más bien), a través de un grupo de amigos que se junta para la clásica cena y deciden jugar a leer y escuchar los mensajes de móvil que les llega a cada uno. Aparentemente inocente (cualquiera podría hacer lo mismo, o no me digáis que no os habéis planteado, en caso de haber visto la película, qué pasaría entre vuestros amigos), pero con consecuencias desbordantes. Lo mejor de la película sin duda es la naturalidad y la ausencia de artificios (y eso que De la Iglesia tiende bastante al histrionismo), uno de los rasgos positivos que marcan nuestro cine; uno se queda con la sensación de que bajo esa camaradería aparente hay tensión, bien solventada por un reparto que se desfoga como mejor puede, que aprende a reírse de sí mismo y de la situación que está viviendo y en donde no hay duda de que gana la camaradería (Eduardo Noriega, Eduard Fernández y Ernesto Alterio, además, se vuelven a ver las caras después de coincidir en El método, otra cinta de la que ya hablé en la que se disparan las tensiones por conseguir un puesto de trabajo). La parte cómica se ajusta a lo disparatado del suceso sin olvidarse del drama, en lo que atañe a las parejas (sobre todo la de Belén Rueda y Eduard Fernández). En resumen: muy entretenida y crítica, como no podía ser de otra forma. Álex de la Iglesia vuelve a demostrarnos que nadie en santo ni normal en este mundo y lo mejor es aprender a convivir con las excentricidades de uno mismo. Ah, y que la tecnología está muy idealizada y que justo aquello en lo que más confiamos (nuestro móvil, en este caso) puede volverse en nuestra contra. La confidencialidad electrónica no existe, es un invento de la humanidad. Wonder (fecha de visualización: 12/12/2017) Una de las maravillas más maravillosas, como su título bien indica. La lección de August resulta conmovedora, tierna e ilustrativa en más de un sentido al poner en el asador ese popurrí de temas infantiles y adultos que hacen al más pecador postrarse y arrepentirse. O tal vez estoy exagerando, pero así es como me sentí tras ver la película. Uno de los aspectos más alabados en mi caso es la dirección, primera razón por la que confié en el guion. Stephen Chbosky vuelve a hacer lo que en Las ventajas de ser un marginado (una de mis películas favoritas, dicho sea de paso) y respeta el producto original (la novela de R. J. Palacio) a la hora de traducirlo al lenguaje cinematográfico. La historia multiperspectivista se mantiene acertadamente para profundizar en cada personaje que rodea al joven protagonista, un niño fantasioso que solo quiere que dejen de molestarlo por su aspecto. Como bien indica su hermana en la ficción, él es la estrella alrededor de la cual giran los demás, pero eso no significa que estos no tengan su propia historia que contar, uno de los temas más bonitos de la película. Es difícil no emocionarse con Wonder teniendo ese joven reparto que vive los problemas típicos de la adolescencia y la infancia y lo sobrelleva de la forma más madura posible; las amigas de toda la vida que se distancian, la hermana que se siente invisible para con sus padres y cree que nunca hará algo de lo que estos estén orgullosos, el niño humilde que intenta encajar y se deja llevar por lo que los más populares dicen o hacen, el niño con complejos, el niño cuyos padres han malcriado y se siente en cierto modo incomprendido... Todo esto no funcionaría sin esos actores capaces de transmitir de forma natural, como si la única orden del director hubiese sido: "Sal ahí y pórtate como el niño que eres. Juega, haz bromas, métete con alguien, pide perdón...". En resumen: un largometraje muy humano que hará que se te salten las lágrimas (no es broma, de cinco gatos que estábamos en la sala todos acabamos sollozando) y, efectivamente, te dará un par de lecciones en boca de esos niños que demuestran más madurez al final que muchos adultos. Aplausos a todo el reparto, incluida la pareja Owen Wilson-Julia Roberts, que funciona muy bien en este caso. Coco (fecha de visualización: 26/12/2017) El siguiente estreno cayó en navidades y también nos dejó hechos un mar de lágrimas. Coco tiene lo que nos gusta de Disney, la clase de argumento con personajes y momentos divertidos que se ganan tu corazoncito poco antes de saltar al drama de los dramones (a veces funciona al revés). Muchos la comparaban con El libro de la vida y, tras haber visto ambas, he de decir que no es muy justo porque, si bien se ambientan en el mismo mundo, el planteamiento es completamente distinto y la historia de amor en Coco es otra: es entre un chaval y la música, entre un padre y su hija. Es decir, un amor ante todo familiar, como forma de honrar directamente al rito que caracteriza el Día de los Muertos mexicano. No solo al rito, sino a la cultura mexicana en general, como bien contaba el booktuber y autor Javier Ruescas en este video especial (me llamó la atención en su momento y después de ver el filme me enamoré perdidamente de todos esos easter eggs y deseé hasta poder viajar a México y verlos en persona). En Coco no hay dioses que valgan, sino que la familia de Miguel es la entera protagonista, la que motiva el viaje del chico, la que le supone un obstáculo, la que le socorre cuando lo necesita... mostrando todas las caras que supone pertenecer a un clan como este, los rasgos positivos y negativos (porque el errar es humano). Cuando descubres la conexión del título con la historia te emocionas. Es decir, para mí la división puede realizarse según dos criterios: uno emocional (en la primera parte te ríes mucho y en la segunda empiezas a sollozar a moco tendido) y otro algo más objetivo (Miguel en el mundo de los vivos, Miguel en el mundo de los muertos y epílogo. Esto se puede discutir, naturalmente). No cabe duda de que el guion respeta mucho la tradición mexicana, pero es preciso hacer hincapié en un rasgo que manifiesta esto todavía más: el doblaje. Cuando escuché el trailer en castellano por primera vez me asusté, porque si hay una peli en la que merece dejarse el doblaje latino es esta. Por eso cuando en el cine vi que este se había mantenido suspiré de alivio y de alguna forma eso me permitió introducirme aun más en la historia y en el país. En resumen: no se le puede achacar ningún rasgo negativo, salvo que haya tardado tanto en estrenarse. Disney vuelve a aludir a su mensaje de siempre sobre perseguir los sueños cueste lo que cueste, pero esta vez el obstáculo es polémico, pues... ¿merece la pena negar la sangre de uno por ese sueño? ¿Debería la familia ser un apoyo incondicional sobre cualquier meta que uno se proponga? Es la clase de amor complicado que no siempre mostrará ese apoyo, pero que siempre te querrá porque un lazo vincula a todos sus miembros. Y al final, ni el sueño más grande puede competir contra eso, como demuestra el personaje de Héctor. La música es otra de las grandes estrellas de esta historia, faltaría más. Un sonido muy mexicano con una letra y ritmos festivos e inspiradores, de esas que se te pegan al salir. El gran showman (fecha de visualización: 02/1/2018) La primera peli del año se une a las "navideñas" para cerrar bien un ciclo. Si 2017 abrió con La La Land, 2018 abre con otro musical cargado de mucho espectáculo y mensaje sobre lucha por los sueños y los derechos esta vez (muy parecido a Coco, sí). El gran showman destaca ante todo por el espectáculo, que es lo más aplaudible de un guion muy previsible a estas alturas. Quizá no deje de pecar en esta característica peculiar de los musicales, donde la música y la coreo lo son todo, pero aun así hay historias que cuentan con buenos plot twist (La La Land, sin ir más lejos), es decir, que no por hacer mucho caso a la música se debería dejar de lado lo demás. No estoy diciendo que este filme no cuente con una buena historia, pero no me sorprendió mucho. Si salí maravillada de la sala fue por las actuaciones que había visto, números impecables donde cada actor muestra un rendimiento elevado sobre el "escenario", sobre todo Hugh Jackman, hombre de teatro que protagoniza su segundo musical en pantalla tras Los miserables. Sí sorprende, en cambio, encontrarse con un Zac Efron y una Zendaya muy maduros (al primero le ha cambiado incluso la voz, muy alejada de la de Troy Bolton en High School Musical o la de Link en Hairspray); ellos reflejan la relación de amor "imposible" que rompe con los estereotipos de la sociedad de la época, un aspecto sobre el que se apoya prácticamente todo el filme, enviando un mensaje de apoyo hacia la diversidad. Vaya, una película ideal para estos tiempos, con lo que no hay duda de que el personaje que más cala hondo es el de los artistas, y los menciono en singular porque constituyen un colectivo marginal rechazado y apaleado durante el metraje que se levanta y demuestra que su rareza no solo los hace únicos sino también mejores personas, humildes y con el sueño de desarrollar sus habilidades. En resumen: El gran showman sin duda crea un gran show. Tal vez sea mera coincidencia, pero que justo Disney haya comprado la Fox da qué pensar en este argumento tan idílico cuyo mensaje recuerda a tantos otros filmes de la compañía del ratón. El libreto de canciones confirma que a los compositores de La La Land les queda todavía mucho futuro por delante. Los estilos son varios, pero se concentran en baladones y temazos para numerazos, con un rollo muy contemporáneo para ese siglo que nos hace pensar en Moulin Rouge. Buena apuesta musical o técnica para los Oscar, que me recuerda por qué adoro tanto este género. Dando la nota 3 (fecha de visualización: 04/1/2018) A un estreno musical le siguió otro. Las Bellas se reúnen por última vez en una entrega donde la aventura supera a las de las anteriores entregas gracias a un toque de acción imprevisto por parte de Amy la Gorda, cuyo padre reaparece tras tantos años para pasar más tiempo con ella (o eso es lo que cree todo el mundo). Esto demuestra que sin perder el humor de toda la vida, se abren nuevas fronteras para estas cantantes, y no solo por el hecho de viajar en compañía del ejército, sino también por su porvenir tras la graduación universitaria. Dando la nota 3 profundiza en cómo es la vida profesional, cuando es más fácil dar tumbos hasta encontrar el camino que de verdad se quiere seguir y qué sacrificios han de hacerse en su recorrido. Lo más grande que tuvieron estas chicas hasta ese momento fue su fama y sus trofeos de los concursos acapella, pero una vez separadas la vida no les sonríe de la misma forma, así que no es raro que todas añoren los viejos tiempos y quieran hacer cualquier cosa por volver a juntarse y revivirlos. El caso es que eso tampoco les sale como lo habían planeado, pues el éxito unas deben trabajárselo, no les viene de la mano. Sin embargo, ¿qué más da cuando al menos están juntas? Este grupo de amigas es un ejemplo de unión y fuerza de grupo a lo largo de los años; no importa el tiempo que haya pasado, pues siempre se mantendrán fieles a sus ideales y a sus colegas. Todo el guion del filme se construye para despedir notablemente a estas cantantes, recordando sus buenos y sus malos tiempos, incidiendo una y otra vez en la "última oportunidad". Para cantar juntas tal vez, aunque las hay que casi prometen un spin off, ejem (aka "carrera en solitario"). ¿No será que esta es la última oportunidad de asentar sus vidas de una vez y decidir su verdadero destino, es decir, dejar atrás el pasado? Think about it. Se echan de menos las caras masculinas de las otras partes, lo que a su vez se suple con adiciones que aprueban (musicalmente hablando). Si bien la banda sonora pierde la gracia del canto acapella al añadir música instrumental, las mezclas de Becca siguen manteniendo el punto creativo. El reto vuelve a aumentar y las locuras no tienen parangón. En resumen: digno cierre para una trilogía con toques muy gleecianos donde además de grandes voces y personajes hay grandes momentos y frases. Siempre diré que como la primera ninguna, pero no resulta aburrida tampoco y eso, amigos, dice mucho cuando en otras sagas no renovarse puede ser un síntoma de muerte prematura. En este caso, mejor irse por la puerta grande antes de que la cosa resulte demasiado repetitiva. Te deja hasta con ganas de más, pero sabemos que no debe ser así. Atentos al homenaje de los créditos finales. Esto es todo por ahora. Antes de que echéis de menos Star Wars. Los últimos jedi en esta lista, recordad que la critiqué en un post individual.
¡Nos vemos pronto, allscreeners!
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Post de Naiara Salinas Regreso a las recomendaciones especiales de cada semana algo tardíamente, lo sé (creo que han pasado dos desde la última), pero no me gusta recomendar por recomendar y lo cierto es que no me sentía muy inspirada. Todo eso ha cambiado este fin de semana cortesía del maratón de Netflix que he decidido realizar con el objetivo de ponerme al día de los estrenos, al menos en series. Pero también ha caído alguna peli, como no podía ser de otra forma, y dado que aparte de Death Note no estaba muy familiarizada con el cine de esta plataforma tan adictiva… me he llevado una grata sorpresa al descubrir historias simpáticas en su arsenal. La de hoy es una de varias. Tramps nos cuenta el embrollo en el que se mete un buen chaval americano de origen polaco (interpretado por un actor británico, además) cuando acepta el encargo de su hermano mayor, que está en la cárcel, de entregar un maletín en una estación a cambio de una considerable remuneración. No está solo en el ajo, le acompaña Ellie, una chica con una vida muy dura que desea su parte del dinero para escapar de su presente hacia un futuro mejor. Pero cuando el chico, Danny, entrega el maletín a la persona equivocada, a ambos no les quedará más remedio que embarcarse en una excursión para recuperarlo en menos de veinticuatro horas o ninguno obtendrá su recompensa. Tramps reúne a dos personajes que, sin llegar a ser Bonnie y Clyde, cometen algún que otro hurto, se cuelan en una casa, se saltan el pase del metro... Vaya, que rompen algunas reglas, sin ser criminales profesionales, y es que lo divertido del asunto es que les han encargado el trabajo a dos personas que no tienen mucho que perder y sí que ganar, que no delinquen sin más, sino que cuentan con principios... y una historia. Una historia que juega muy a favor de Ellie, el gran misterio, dado que lo vemos desde el punto de vista de Danny sobre todo y, aunque algunos planos iniciales nos muestran un poco cómo es el día de esta joven, no sabemos mucho más de ella hasta que se topa con Danny y este, por intentar hacer migas en una situación algo tensa, le hace preguntas. Tampoco es que él sea un libro abierto, pero hay una razón por la que es el primero al que nos muestran más detalladamente. Esta pareja rompe con los moldes, pues lo único que tienen en común es la situación en la que ambos han sido enredados (o más bien Danny lo ha sido. Ellie ya era partícipe desde el principio). Bueno, tal vez ya no se pueda decir que rompan con los moldes en pleno 2018, pero normales tampoco son. Danny es un chico encantador, humilde, inocente y soñador. No le pega para nada el rol que le ofrecen, así que lo normal es que la cague un par de veces. Ellie viene de otro mundo, uno más sombrío, por lo que le repampinfla el trabajo sucio con tal de ganar algo de pasta. Al principio la relación entre ellos es escueta, seria, pero gracias a la perseverancia de él la chica acabará abriéndose y establecerán un curioso compañerismo a base de anécdotas y estrategias compartidas. Conocer a estos personajes mientras les ocurre algo de "locos" probablemente sea lo mejor del filme, lo que lo desenmascara más como comedia romántica que como historia de polis y cacos. Porque es lo que de verdad cuenta en el fondo, sus motivaciones, no el asunto del maletín. Y creo que por eso uno se queda desconcertado con esta parte de la trama que resulta la causa de todo, o no la entiende muy bien, dado que no se termina de revelar por qué es crucial lo que contiene el maletín, o por qué hay tanto paripé para entregarlo cuando no parece gran cosa (si alguien ve la peli y es capaz de entenderlo que me lo cuente, porfa). Es el clásico objeto que sirve a otro propósito argumental, aunque no por ello da menos dolores de cabeza (los protas tendrán algún que otro enfrentamiento relacionado con él y la recompensa, aunque a Danny, veremos, esta no le importa en absoluto, está haciendo un trabajo por su hermano y ya). El reparto es muy simpático y realiza a mi modo de ver un trabajo excelente. Se nota la química y calan muy bien su personalidad ficticia. La naturalidad está presente en los diálogos a través de los continuos balbuceos, repeticiones, etc. En resumen: una película agradable para un finde que no esté muy ocupado, con una trama sobre cómo se construye una relación en medio de una situación nada común, con personajes que son como la sal y la pimienta y, aun así, logran encajar como si todo les empujara a ello. Cuenta con su parte cómica, su parte tierna y su parte de acción (me pregunto cuántas botellas vaciaría el actor que hace de Danny después de cada toma corriendo). Para saber si consiguen su objetivo... tendréis que verla. Ficha técnica Tramps (Tramps) 2016, USA Director: Adam Leon Reparto: Callum Turner, Grace Van Patten, Michal Vondel, Mike Birbiglia, Louis Cancelmi y Margaret Colin Puntuación: 7/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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