Post de Naiara Salinas Por una vez, en lo que llevamos de año, me complazco de presentar la película de la semana en hora temprana. ¡Bieeeen! La de hoy fue vista esta semana mismo, y me encantó tanto que la comparto con vosotros. En ella una adolescente, Emily, se siente tan resentida con sus padres por haberse perdido su competición de comba y por el distanciamiento familiar de los últimos años que, ni corta ni perezosa, decide drogarlos y con ayuda de sus hermanos planea un "secuestro" casero durante el fin de semana con el único objetivo de lograr que sus progenitores recapaciten sobre cómo han estado tratándolos para volver a ser una familia unida (una especie de "restaurar el equilibrio" extremista). Lo que nadie espera, por supuesto, es que más gente se involucre en este desmadre y lo retuerzan más de lo que está... Si tuviera que comparar esta película con alguna serie, elegiría o Malcolm in the Middle o Los Simpson. Familia aparentemente desastre donde cada hijo y cada cónyuge es un mundo, aunque la madre tiende a dirigir más el cotarro que el propio padre, que no puede presumir de ser un excelente modelo. En esta familia hay cuatro hijos, dos chicos y dos chicas (mira, como en Las crónicas de Narnia). El mayor se hace pasar por gay porque solo así consigue atraer la atención de sus padres. Emily es la siguiente, una chica deportista, empollona, y con más principios morales que los adultos. De los peques la niña tiene complejo de actriz (gracias a ella aparecen referencias a numerosas pelis, como Reservoir Dogs o La naranja mecánica) y el niño es un friki de los animales y se oculta siempre tras la máscara de uno. La madre es una compradora compulsiva y trabaja en una agencia importante (no recuerdo de qué, exactamente) y el padre es artista. Cuando digo que me recuerda a Malcolm o a Los Simpson es por su tono de comedia gamberra, donde no faltan los momentos hilarantes. El argumento es tan loco que solo una familia loca puede protagonizarlo, y desde el minuto uno eso se aprecia. Así que durante la primera parte uno se descojona bastante porque además la protagonista es bastante original en su "maléfico" plan y hay ganas por saber cómo acabará esto. Cuando encima se mezcla gente del exterior ya se pone el grito en el cielo. Es todo tan descabellado como permite el género, pero, dado que el trasfondo es una terapia familiar, el tono cambia hacia el final y se vuelve más serio. Emily quiere unir a una familia desestructurada de los pies a la cabeza y usa el comportamiento de sus hermanos como prueba de la falta de responsabilidad. Puede parecer manipuladora y algo egocéntrica, pero en realidad se siente dolida y preocupada por cómo han cambiado las relaciones al ir creciendo. Es en la etapa adolescente cuando los padres y los hijos más se distancian, ya que los peques empiezan a ser mayores como para creer que pueden apañárselas solos y viceversa (oseasé, los padres no están tan apegados). Como ven que sus hijos ya no los "necesitan" caen en el error de vivir por y para su trabajo, manteniendo a una prole que cada vez exige más gastos, bien por los campamentos, los viajes, las compras, las citas... Trabajan tanto que cuando llegan a casa, en lugar de prestar atención a sus polluelos, quieren descansar o darse sus propios caprichos, lo que les lleva a ignorar acontecimientos importantes como una competición. Sin embargo, lo que para los hijos es un insulto a la sangre que comparten, para los mayores supone un sacrificio, y en este filme se despejan ambas opiniones, por lo que, al final, supone una aproximación a cómo vive cada bando y a qué le preocupa. Los padres no deberían ignorar los sentimientos de sus hijos y estos no deberían tratarles como los villanos de turno solo porque cometen errores, ya que todo el mundo lo hace. Así que, pese a su tono inicial, esta comedia tiene su corazoncito (como toda comedia, hora que lo pienso, que siempre plantea un tema serio desde una perspectiva algo más divertida o histriónica). En resumen: perfecto largometraje para ver en familia. Así de hecho lo descubrí yo. Entretiene mucho y engancha tanto por la forma de enfocar la terapia como por las referencias culturales. Tiene muchos clichés, pero nada que el espectador no se espere al oír el término "comedia". Lo bueno de esto es que al final siempre nos reímos con los mismos chistes, aunque se cuenten de forma distinta. Además, hay alguna que otra cara conocida. Ficha técnica Fin de semana en familia (Family Weekend) 2013, USA Director: Benjamin Epps Reparto: Kristin Chenoweth (Los Descendientes), Matthew Modine (Stranger Things), Olesya Rulin (High School Musical y Powers), Joey King, Shirley Jones, etc. Puntuación: 8/10
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Post de Naiara Salinas ¿Os gusta Daniel Radcliffe? ¿Estáis enganchados a Lucifer? ¿Sois muy de thriller pero también os sentís algo gamberros en cuanto a chistes? Entonces traigo la recomendación perfecta para vosotros, queridos lectores. Si queréis saber más, continuad leyendo. Horns nos habla de Ig (diminutivo de Ignatius. Sí, muy LOL), un sospechoso de haber asesinado a su novia, Merrin, al que, en medio de la investigación del caso, le salen unos cuernos de la nada que generan efectos muy diabólicos... Sin saber cómo ni por qué están ahí, Ig decidirá aprovecharlos para averiguar la verdad sobre la muerte de su chica..., sintiendo la llamada del mal muy de cerca. Esta es una de esas películas que llaman la atención desde el momento en el que ves el cartel, lees la sinopsis o ves el trailer. A mí me atrajo por su premisa sobrenatural en una investigación. Horns pone en tela de juicio frases como "vender el alma al diablo", conceptos como los propios "bien" y "mal", etc. Para que me entendáis mejor fijaos en el protagonista: aparentemente un buen chico que de pronto se convierte en un paria para toda la población, como un acusado corriente de violencia machista, una acción muy juzgada y castigada hoy en día. Ese buen chico lo cierto es que no hace mucho a su favor alimentando vicios como el alcohol o meándose en las velas que la gente pone para su difunta novia. Es decir, que no es lo que se dice "corregible". Frente a él, Merrin era una santa, siempre con un crucifijo en el cuello y de aspecto bastante angelical. Esta contradicción resulta todavía más curiosa e irónica cuando a él le crecen los cuernos. Claramente el narrador ausente (pues el filme se basa en una novela de Joe Hill) llama "diablo" a Iggy, y todos sabemos que el cornudo es una encarnación del mal. Sin embargo, como diría Lucifer, también es un castigador de almas, una especie de justiciero menos sensible que el de arriba. ¿Por qué esto es importante? Porque a Iggy se le da la oportunidad de poder ser ese justiciero que desenmascare la verdad y se cobre su venganza, de abrazar el lado oscuro para obtener un bien que equilibre la balanza de nuevo. Está tan amargado y lleno de rencor que tirar por ese lado es más fácil que perdonar. Prueba de ello es que los cuernos le dan el poder de la verdad, oseasé, que, igual que nuestro ángel caído de la tele, si hace una pregunta recibe la respuesta más sincera, aunque sea muy grosera. Aparte, también tiene el poder de la persuasión: los demás responden a sus órdenes (vale, la sinceridad realmente viene de esta habilidad). Todo eso debería convertirlo en un tirano, un loco o algo por el estilo, ¿no? Qué va, en esta película no hay sitio para juzgar el pecado porque de lo que se trata es de averiguar la verdad y obtener justicia. Los juicios morales son para otros argumentos. Aquí el director quiere que te pongas en la piel de la víctima y no precisamente de la muerta, así que aunque todo resulte obsceno, gore, de taparse los ojos y otras reacciones nefastas, seguimos apoyando a Ig. Esta es una advertencia más directa por si sois algo escrupulosos con el tema: el lenguaje es muy diabólico tanto figurada como literalmente. Se sueltan tacos, respuestas muy directas, se realizan acciones muy impuras con tanta libertad que casi parece una comedia gamberra a lo American Pie, salvo que aquí el género es de los serios. Puede parecer una broma (para el protagonista también lo es al principio), pero todo sigue el tratamiento de alguien que no siente pudor como es el diablo. No veréis apariciones angelicales ni nada de eso (bueno, mejor no prometo nada), se juega mucho más con los dones. Al ser un thriller atrapa porque está el misterio del asesinato a la vez que el conflicto de los cuernos. Ig afronta muchos traumas en la peli, su viaje hacia la verdad no es un camino de rosas. Consigue volver al pueblo contra él y está solo para demostrar que es inocente. Aunque antes he dicho que no hay lugar para los juicios morales, la verdad es que la trama abre un debate, pues parece justificar en cierta manera cómo alguien "cae al infierno" creyendo que el fin justifica los medios. Ig se va transformando mientras investiga, se alimenta de su rabia y llega a volverse más diabólico. Y no es como si no tuviera elección, porque podría abrazar el crucifijo de su chica para "sanar" su alma. La secuencia final es muy ilustradora de esa elección y resume muy bien el tema del filme en la frase: "La venganza lo consume todo". Cómo acaba es algo que tendréis que averiguar vosotros. En resumen: muy entretenida, hilarante y cruda al mismo tiempo. El misterio engancha porque, como suele pasar, todas las piezas conducen a un culpable que nunca, por regla general, lo es. Eso mola porque te permite juzgar y comparar el nivel de bondad de cada personaje, cuestionarte qué significa lo de "ser el bueno" y "ser el malo". Obviamente Ig no es el único incorregible (le viene un poco de familia), pero ¿es malo por abrazar el lado oscuro? Al menos es sincero consigo mismo y con el mundo, no como otros. Y Daniel lo hace muy bien (me encanta cómo con cada papel que escoge se aleja un poco más del universo Potter, aunque no demasiado. Una curiosidad: el nombre de su personaje significa 'fuego', 'valiente' y 'combativo', ejem). Muy, muy recomendable. Ficha técnica Horns (Horns) 2015, USA Director: Alexandre Aja Reparto: Daniel Radcliffe, Juno Temple, Max Minghella, Joe Anderson y Kelli Garner. Puntuación: 8,5/10 Post de Naiara Salinas Este martes 24 por fin se dan a conocer las afortunadas en esta temporada de premios para conseguir el trofeo número uno. La Academia de Hollywood mantiene a buen resguardo sus nominados, pero huelga decir que tantos premios antesala han acabado por filtrar ciertas candidaturas. Aun así, nada será seguro hasta que cinco estrellas lean la lista. ¿A qué vengo yo, entonces? Pues a jugar mi quiniela con algunas categorías. Mejor película Da igual que sean dramones, comedias o animación. Aquí todas tienen cabida, y por su mensaje, sus buenas críticas, el trabajo que han conllevado, su historia y su importancia para el cine, etc., joyas como esta pueden sonar perfectamente el martes:
Mejor director ¿Puede considerarse a Damien Chazelle un pionero nostálgico? No lo tengo claro, pero lo que sí es que es un artista defensor de los artistas, y el curro que se ha marcado tanto escribiendo como dirigiendo La La Land lo sitúan, para mí, en esta categoría, que podría compartir con Mel Gibson (por Hasta el último hombre), Tom Ford (por Animales nocturnos) y cualquier otro director de las películas anteriormente expuestas, ya que si algo tienen los Oscar es tradición, y cuando una película está nominada lo lógico es que alguno de sus representantes, sean directores, actores, guionistas, compositores, etc., también lo esté. De todas formas, prefiero no ahondar mucho en ello porque no conozco en exceso el trabajo de esos cineastas. Aun así, buena suerte a todos. Mejores actores Ryan Gosling entra de cabeza entre los principales, seguido de Casey Affleck. No estoy segura de que Ryan Reynolds vaya a tener acogida, ups, pero sí podrían tenerla Denzel Washington por Fences, Andrew Gardfield por Hasta el último hombre o Silencio (cualquiera me vale, aunque creo que la interpretación de la segunda destaca más) y no sé quién más, la verdad. Puede que Chris Pine por fin tenga un reconocimiento por Hell or High Water (es mejor actor de lo que creen muchos). Aunque ya tengo asumido que el Oscar se lo juegan los dos primeros que he mencionado. En la categoría de secundarios, no obstante, entrará casi seguro Dev Patel, y Aaron Taylor Johnson también tiene serias posibilidades (su nominación en los Globos de Oro me cayó de sorpresa), por no hablar del ya oscarizado Jeff Bridges por Hell or High Water. Mejores actrices Natalie Portman, Meryl Streep y Emma Stone caerán de lleno. Nicole Kidman puede sumarse por Lion y Viola Davis por Fences. Entre las secundarias, Octavia Spencer por Figuras ocultas. Ya, ya sé que no me estoy arriesgando mucho, pero es que hay cosas que tienden a ser demasiado evidentes como para no apoyarlas. Además, aquí la verdad es que juego con desventaja porque la mayoría de las pelis no las he visto todavía (alguna caerá, lo prometo), pero creo poder justificar cada nominación. Para la de Emma sobran palabras. En cuanto a Meryl Streep, de todos es sabida la simpatía que le causa a la Academia, así que si al final deciden quitarla de en medio solo sería porque hay actrices cuyos papeles han pegado más fuerte. Por ejemplo, el de Natalie Portman, que protagoniza un biopic de una ex primera dama de los Estados Unidos (la política y los biopics también suelen tener buena acogida, mirad si no el caso de Lincoln). Amy Adams, por cierto, convence tanto como profesora de Traducción con un trauma a sus espaldas que comprende su futuro en La llegada... que también podría entrar. Yo, sin duda, la metería. Mejores guiones La La Land tendría muchas papeletas; es una buena historia contada de una forma no muy usual. La llegada creo que podría estar entre los adaptados, ya que tiene mucho mensaje moral de fondo. Animales nocturnos posee una estructura un poco de muñeca rusa y por esa dualidad algún reconocimiento le darán, y esta es la mejor categoría para eso. Puede que Comanchería y Manchester en el mar estén ahí también. Y... ¿es posible que Deadpool también? Porque si hay una categoría en la que destaque, es esta (vamos, chistes sobre el propio Hollywood no creo que se pasen por alto). Mejores BSO La La Land. Desde ya. Es que fijo. No solo en Mejor Banda Sonora sino también en Canción Original para "City of Stars". La llegada creo que también caerá porque es muy llamativa y sensible. Disney siempre tiene un hueco reservado, si no es en Mejor BSO, en Mejor Canción, y seguro que cae el tema de Vaiana. Aunque, ya puestos, en 2016 también han estado Buscando a Dory y Zootrópolis, cuyas artistas también son potentes. El tema de Lion cantado por Sia, "Never Give Up", podría entrar también. No descarto, por supuesto, Sing Street, cuyo director ya ha sido reconocido antes con nominaciones por Once y Begin Again. Y aunque no se ha hablado mucho de ella, lo cierto es que Belleza oculta tiene mérito con esa preciosa canción de One Republic, con un mensaje tan inspirador y animador que puede que los académicos tengan en cuenta. Para mí ha significado mucho, no sé para vosotros. Categorías artísticas Mejores efectos especiales, diseño, maquillaje, vestuario, sonido... Todo lo que involucra a grandes producciones, esas otras joyas que no llaman tanto la atención en los escalones superiores pero cuyo trabajo detrás de las cámaras nadie puede poner en duda. Es aquí donde pueden sonar títulos como Passengers, cuya adaptación en el espacio creo que está muy lograda, aparte de que el diseño del Avalon tanto dentro como fuera es asombroso. La llegada sería su gran competidora. Rogue One cuenta con el respaldo de una larga saga a sus espaldas, y si el año pasado nominaron a El despertar de la fuerza no veo por qué este tendría que ser diferente (sobre todo logrando resucitar a un muerto a través del CGI). Animales fantásticos y dónde encontrarlos es pura magia. Para empezar han logrado recrear la Nueva York de los años 20 en unos estudios apartados de Londres. El maquillaje y el vestuario, el diseño de las criaturas... Si hay algún potterhead entre los académicos es hora de demostrarlo. Por su parte, La La Land repetirá fijo porque tiene un gran montaje y mucho trabajo coreográfico detrás, así como sonido. En cuanto a los superhéroes... creo que Batman vs Superman caería antes que Civil War (y lo digo yo, la reina Marvel) porque es más compleja a nivel de producción (vamos, solo hay que comparar el nivel de destrucción en ambos largometrajes), pero aquí la madre de los efectos este año (o 2016) ha sido Doctor Extraño, y estoy cien por cien segura de que ese cubismo de planos va a tener un reconocimiento sí o sí. Tampoco se puede negar que Un monstruo viene a verme tenga belleza cinematográfica, pero el mal resultado en la taquilla americana puede acabar con su sueño de llegar a los Oscar. Una pena, porque creo sinceramente que esos primeros primerísimos planos, junto con el sonido, están muy, muy logrados. Espero que al menos gane unos cuantos Goya para compensar. Assassin's Creed también podría conseguir un hueco, bien por diseño o vestuario o bien por efectos especiales. El libro de la selva tiene un gran trabajo en ese aspecto también, al combinar la imagen digital con un trabajo real. ¿Qué opináis? Star Trek ha celebrado su 50 aniversario con una tercera entrega en la gran pantalla y también es muy importante para la historia del cine (aparte, las caracterizaciones de Idris Elba y Sofia Boutella son estupendas). Y Hasta el último hombre en maquillaje y vestuario. Mejor Película de Animación Apuesto por Vaiana, Buscando a Dory, Canta, Trolls, Kubo y las cuerdas mágicas y Zootrópolis, tanto por popularidad como por realización y mensaje. En esta lista se han mezclado obviedades y deseos. Por supuesto, creo que hay muchas películas que merecerían estar ahí, pero por cercanía y por los premios ya entregados resulta fácil adivinar cuáles están pegando más fuerte. Por supuesto, la Academia conoce más que el espectador, es decir, tiene en cuenta los festivales y todavía hay muchos estrenos de los que no disponemos para contrastar opiniones, así que algunas de esos filmes puede que nos suenen a chino cuando las oigamos en la transmisión online del 24. No desesperéis; estoy segura de que habrá tanto sorpresas agradables como desagradables. Sé, por experiencia, que no hay espacio para todo lo que se querría nominar.
Post de Naiara Salinas Hoy vengo a hablar de una película que, a estas alturas del partido, no necesita presentación. Tenía unas ganas enormes de verla, no solo por la expectación que ha levantado con su cantidad de premios y clips musicales, sino por lo que adoro el género, que siempre me anima, y más con una historia como esta (advertencia: la siguiente crítica puede contener SPOILERS no intencionados debido al análisis exhaustivo). La La Land es magia escénica. Una película que habla de sueños frustrados, sueños difíciles, oportunidades, amor, cine, música... En ella se concentran los ingredientes que la hacen merecedora de concursar por el Oscar (cosa que sabremos con certeza el martes 24), guiños hollywoodienses incluidos. Damien Chazelle es un director joven influido tanto por su época como por lo antiguo, la historia que le ha llevado a su actual puesto. Decidido a recordar la vieja meca del cine ha tejido un argumento ambientado en la "ciudad de las estrellas", Los Angeles, el origen de todo, nutriéndose de los componentes particulares de la Edad de Oro para dotar a un filme del siglo XXI de un aspecto clásico, que recoge los elementos de los mejores musicales de esos tiempos: el cinemascope del principio, los apagados en círculo, el vestuario, la superposición de letreros en las imágenes, el auge del jazz... El largometraje es ligero, entretenido, con clara influencia de la música francesa también... Pero nada de dejarse engañar, no todo suena clasicista. Como he dicho antes, Chazelle es un director joven adaptado a los nuevos tiempos que simplemente siente nostalgia por el cine que conoció de pequeño. Y eso se nota en las mezclas musicales, con números como la apertura y cantantes como John Legend en sus filas. Hay sitio para todo porque, realmente, la película se ambienta en nuestro presente (o al menos, un año muy cercano), pero se transmite con un estilo de la vieja escuela que aporta originalidad. Así que es tanto una defensa del modelo tradicional como del novedoso, lo que se ve tanto en la forma como en el contenido. Además, muchos aspectos de la trama parecen estar basados en su propia experiencia, rodeado de muchísimos como él que también han aspirado a resucitar lo que creían en peligro de extinción, que también han luchado por sus sueños y se han desviado por el camino. En La La Land tenemos una joven pareja: una aspirante a actriz (Emma Stone) que trabaja de camarera para pagarse la vida en la ciudad y un pianista (Ryan Gosling) que desea abrir un club de jazz pero al que le cuesta más encontrar un trabajo estable. Ambos se cruzan por cosas del azar e inician una relación que avanza desde los modales rudos al amor sincero, del tipo que se apoya en la persecución de sus sueños. Cada uno cree en el otro y le anima a buscar oportunidades, de forma que todo parece muy idílico al principio. Sin embargo, aunque sea una comedia y la música nos haga menear el esqueleto, el mensaje va más allá. Nada sucede a la primera de cambio y lo bueno se hace esperar, viene a decir Chazelle, que divide su guion en estaciones, comenzando por el invierno, la estación fría (aunque estemos en California), donde todo parece más duro. Los protagonistas no consiguen nada, se conocen de malas formas, fracasan y nos dejan con un sabor un poco amargo. Cuando llega la primavera vemos un cambio más positivo; sus vidas siguen igual pero al menos empiezan a entenderse. De pronto están en verano y ya pueden considerarse una pareja formal, y no haber alcanzado sus sueños todavía no parece importarles porque al menos se tienen el uno al otro y van de camino a la cima. Como un círculo vicioso, tras un otoño un poco decepcionante volvemos al invierno y al frío que queda tras una bronca y pérdida de la fe, donde apetece más que nunca tirar la toalla. ¿Qué ha pasado entre medias? Tenemos a Sebastian, que nunca pierde el buen humor pese a irle tan mal. Él mismo lo dice: "Dejo que la vida me golpee una y otra vez hasta que se canse. Soy el ave fénix que resurge de sus cenizas". Su rollo es un poco el de un artista independiente que se sabe diferente y "especial", que se limita a ignorar lo que piensa la gente y está muy centrado en su objetivo. Por otro lado, está Mia, que lo intenta, lo intenta y no lo consigue. Parece un poco más con los pies en la Tierra, por cuanto que asume que no puede vivir de los sueños y se busca otro sostén mientras tanto. Sebastian se convierte en su inspiración, en su modelo a seguir, porque no hay nada más bonito que saber que alguien con sus sueños truncados todavía conserva la esperanza y además también la deposita en otros. Con esas aspiraciones tan lejanas es normal que se sientan unidos pese a la diferencia de sus personalidades y gustos. Sin embargo, el mismo chico que parecía tan decidido de pronto parece cambiar de opinión y se mete en algo que no apoya, en busca de una mayor "estabilidad", mientras que la chica con los pies en la Tierra se lanza a probar algo que nunca ha hecho. Es decir, tanto se terminan influyendo el uno al otro que parecen cambiar de bando, y cuando les sale el tiro por la culata chocan contra la frustración y descargan su desilusión en el otro. Sin embargo, creo que en esta relación Sebastian es más fuerte porque aun cuando parece desviado, sigue creyendo que los sueños pueden cumplirse. Es Mia la que se viene abajo y solo alguien tan golpeado como Sebastian puede alentarle a seguir luchando y no rendirse porque él como nadie sabe que las oportunidades no llegan del vacío y que el talento hay que exprimirlo como sea. No hace falta señalar el gran trabajo de interpretación por parte del equipo, sobre todo en lo que se refiere a las coreografías, que, al igual que las voces, resultan muy naturales. Chazelle se las ha ingeniado para convertir esto en un juego a la vez que un espectáculo. Se nota que los actores lo pasaron bien. Se les permite reírse mientras cantan, se tiran a la piscina y montan en bici mientras otros bailan, aportan mucha espontaneidad en sus números. Sus voces son dulces y no siempre tienen por qué dar el tono. No son los mejores cantantes pero son auténticos, y con eso basta. Tienen un talento increíble y hay un enorme trabajo para haber alcanzado ese nivel, un trabajo que ocupó tres meses. ¿Alguien más pensó que Ryan Gosling ya sabía piano cuando rodó la peli? Porque yo me lo creí, y resulta que el tío ha conseguido tocar así después de un arduo entrenamiento. El número de baile que "improvisa" con Emma en una noche de fiesta es sensacional también, quita el hipo. Así pues no solo hay historia y buenos actores, sino un currazo y una meditación en la filmación. Volviendo a la apertura, con "Another Day of Sun", por ejemplo: ¿esa increíble toma única? He vuelto a repasar la secuencia varias veces y siempre quedo impresionada por cómo se mueve la cámara. Sé que hay una grúa, pero ¿ya está? Me recuerda mucho al típico lip dub, y no me imagino la de horas que tiene que llevar ensayar para que quede perfecto (anécdota: haber visto esta peli después de los Globos de Oro te afecta a la imaginación, porque inevitablemente te acuerdas del opening calcado). No solo es ese tipo de tomas (que se repiten más adelante), también son los efectos especiales, como cuando Sebastian y Mia flotan en el observatorio entre estrellas, o un momento en el que el reparto finge moverse a cámara lenta mientras pasa la chica, cosa que se ve que no está metida por ordenador sino que forma parte de la interpretación. Es esa mezcla de ensoñación con realidad lo que otorga la magia. Aquí el croma o el CGI funcionan más para recrear otro mundo que sucede en la mente de los protagonistas, el resto es real. El director ha preferido apoyarse antes en sus actores que en los ordenadores, lo cual es magnífico y le ayuda a conseguir naturalidad. También he creído ver unos cuantos guiños no solo a Hollywood sino también a los propios Oscar o, si acaso, a otras películas conocidas (eso es un poco trampa, pero respeto el homenaje): el ritmo de Cantando bajo la lluvia, la escena en la que se van al cine, la visión del universo y las estrellas (para mí una posible alusión a La teoría del todo, aunque puede que me esté arriesgando mucho)... y, sobre todo, el final, muy a lo Diario de Noah (je, ironías everywhere). La banda sonora y las actuaciones son con lo que me quedo. El vestuario colorido y retro, la mezcla de géneros musicales, el mensaje... Dijo Damien que esperaba que esta película inspirase a los jóvenes porque son los que más se enfrentan a las críticas todos los días. Por lo que a mí respecta su defensa es perfecta y ajustada al público al que va dirigida. Ryan Gosling muestra una comicidad encantadora y su Sebastian se ha convertido en mi personaje favorito de todos los que ha interpretado (para mí siempre había sido un actor muy serio, no me preguntéis por qué). Emma, por su parte, deslumbra. Me parece una actriz muy enérgica, graciosa y de armas tomar que aquí se contiene un poco (pero no tanto, porque cuando baila en la fiesta en plan guasa...). Se nota la química amistosa entre los dos y por eso el final puede dejar con un gusto un poco... triste (si habéis visto El diario de Noah podéis haceros una idea), pero se transmite de la forma más amena posible.
En resumen: creo que, aunque se ve que tiene cierto apego al pasado, Chazelle es un visionario por cuanto que ha cogido una estética "pasada de moda" y la ha adaptado a nuestro tiempo. No hace falta decir que todavía le queda mucho por ganar y por defender. Ya con Whiplash demostró que es un artista sensible amante del jazz, así que diría que Sebastian es con quien más se identifica (otra apuesta innecesaria. ¿Qué opináis vosotros?). Post de Naiara Salinas Con los Oscar acercándose, me ha parecido buena idea retroceder unos años a uno de los biopics más curiosos de mi mediateca. Mi semana con Marilyn cuenta desde el punto de vista de un novato en la industria cinematográfica, Colin Clark, cómo fue el rodaje de El príncipe y la corista, gracias al cual Inglaterra acogió a la popular Marilyn Monroe y todo su equipo. La película no solo es un reflejo de este evento, sino también de la peculiar relación entre el joven Clark, interpretado por Eddie Redmayne, y la actriz, basada en el testimonio del primero. Cuando uno piensa en Marilyn Monroe piensa en: pelo rubio, glamour, fama, encanto, éxitos musicales, leyenda, vestido blanco y boca de alcantarilla. Es decir, cosas positivas (salvo la boca de alcantarilla). Hay un último pensamiento, no obstante, reservado a los pocos que se han molestado en conocer su historia a fondo: tragedia. Y es que esta mujer es un ejemplo de que la fama no lo es todo si no eres feliz al otro lado. Este largometraje parte de una visión única, un tanto idealista de un chico admirador de Monroe que, tal y como dice, "haría cualquier cosa por trabajar en el cine". Como tantos otros, babea por Marilyn, por su encanto natural, su sarcasmo y su simpatía, y, por trabajar con ella, conoce lo que el público ignora, el lado más oscuro de esta superestrella: su falta de seguridad. Quién lo diría, ¿eh? De la misma que admite ante la prensa que duerme desnuda. Pero no todo son ni han sido rosas en la carrera de la actriz. Ha sufrido en sus carnes el machismo de Hollywood y arrastra todavía muchos traumas de su infancia que le generan una depresión de la que pocos son conscientes. Colin es el afortunado y, quizá porque Marilyn le considera especial para revelarle ese secreto, no puede evitar caer enamorado como un polluelo. Es más, Colin peca de inocente durante toda la trama, creyendo que el que Monroe se haya fijado en él es una correspondencia a sus sentimientos, cuando en realidad es un amor platónico que, como su nombre indica, nunca será real. El cariño que Marilyn le muestra en realidad se debe a que todavía es "puro", no se ha contagiado por la fama y la arrogancia de la industria, es un novato con pasión que otros han perdido en su camino al estrellato, incluso ella. Así que, tal y como lo veo, no se está contando solo la historia de un enamoramiento efímero sino que se está mostrando cómo Hollywood afecta a las personas, cómo se crea y se propaga la star system, qué hay de personal e impersonal delante y detrás de la cámara. La seguridad que los actores dejan entrever cuando ruedan se desvanece cuando se dan cuenta del circo en el que viven, donde llegan incluso a ser tratados como objetos. El mundo real lo experimentan más los trabajadores como Colin y la encargada de vestuario, Lucy, que se limitan a acudir al plató, fichar, dejar preparadas sus cosas, cobrar e irse. Es más, estos trabajadores a menudo muestran más sensibilidad con respecto a su "aventura", como cuando Colin le ofrece una silla de atrezzo a una de las mujeres del reparto que está cansada de tanto rodaje y uno de sus superiores le grita, pese a su muestra de cortesía. Quien es superior y está acostumbrado a los rodajes funciona de un modo diferente al que obtiene una pequeña oportunidad (de hecho, esa gente es la propagadora de la star system para obtener mayores ingresos. Por eso la llegada de Marilyn levanta tanta expectación. Algo solo tiene la importancia que le da la prensa). La ironía es que es un trabajador menor el que alcanza el corazón sufridor de Marilyn, que en el fondo siente envidia por la libertad de la que gozan los demás mientras que ella se ha convertido en una "cara bonita" para el público. Por eso se pega a Colin, intentando quedarse con algo bueno de esa experiencia, sentirse normal por una vez, no estar atada al circo. Colin, sin embargo, desea acercarse más a los ricachones, a los superiores, que tienen la suerte de tener cerca a joyas como Marilyn. Una desprecia la fama y el otro quiere un poco más de éxito y reconocimiento. Una está arriba y el otro, abajo. Ese arrastre por ganarse el favor de la mujer a la que admira es objeto de crítica por parte de Lucy, que al principio apuntaba a ser el amor de Clark. Es como si le dijera: "Espabila, sois de mundos distintos, ella nunca será tuya". Interpretaciones: la caracterización de Michelle Williams como Monroe roza una perfección que la hace merecedora de aquella nominación en 2011. Sobre todo cuando, después de lo dicho, se ve que no es un personaje fácil de captar, pues es delicada y decidida, alegre y traumática... No tiene una sola pincelada sino muchas y por tanto hay que tener cuidado porque cada una tiene su justa medida. La idea es ofrecer algo verosímil, así que Marilyn no puede ser sobreactuada, sino todo lo contrario, que es lo que logra Williams. En cuanto a Eddie... ¿haciendo de un hombre con muchas ideas infantiles? Por qué no, su cara simpática ayuda, es muy fácil imaginárselo así un poco al comienzo de su propia carrera (no le estoy insultando, que conste, sino señalando que bien pudo sentir la admiración de Colin en sus inicios hollywoodienses). No me olvido de otras caras muy conocidas como la de Kenneth Branagh, que hace un poco de sí mismo, ya que también es un reputado director en la vida real. En este filme es un poco el caballero de la sala, el general, el que los pone a todos firmes pero a la vez se desespera con Marilyn porque no ejerce ningún tipo de influencia sobre ella. Judi Dench es una actriz tan veterana que ya nada le sorprende. Actúa sin aspavientos, limitándose a cumplir su papel, y es la que pone los puntos sobre las íes cuando se trata de Marilyn. No la mira por encima del hombro ni como si estuviera loca, pero enseguida capta su punto débil y le hace alzarse con dignidad como la superestrella que es. Muy buena para motivar al resto del equipo. Emma Watson es el realismo más firme de la clase trabajadora. Humilde, sincera... Conoce de qué va la industria y se niega a dejarse llevar por ella, luchando por mantener los pies en la Tierra, algo que le falta a Colin. Sabe que todo es temporal y que con el amor no se juega. En resumen: buen reparto y buen bildun roman sobre el cine. Con razón seguimos a Colin en sus aventuras y desventuras: es el que aprende que los sueños tienen un lado oscuro y que hay que ganarse el estrellato. Tanto le afecta esta experiencia que, fijaos, en la vida real terminó publicando un libro. En sí eso es una muestra de madurez. Por otra parte, puede que parezca que Marilyn tiene un punto inocente también. No es tan cierto, solo se deja contagiar por Colin porque quiere ser como él. Ficha técnica Mi semana con Marilyn (My Week with Marilyn) 2011, Reino Unido Director: Simon Curtis Reparto: Michelle Williams, Eddie Redmayne, Kenneth Branagh, Judi Dench, Dominic Cooper y Emma Watson Puntuación: 7,5/10 Post de Naiara Salinas Hoy, con motivo de los Golden Globes, he decidido rescatar dos películas que han caído entre las nominadas, una en la categoría de drama y otra en comedia/musical. Comedia: Florence Foster Jenkins En el primer largometraje una mujer de la alta sociedad, madrina de un teatro, decide convocar un concierto de ópera donde ella será la solista, pese a que no puede presumir de dar el tono. Su marido, el señor Jenkins, contratará a un joven pianista y se las apañará con su ayuda para que Florence cumpla su sueño... ajena a las risas y las opiniones de su público. Vi esta película hace meses y nada más que una vez, así que no esperéis que mi memoria sea perfecta. Pero si por algo me gustó fue por la simpatía con la que cuenta la historia, donde la protagonista aparentemente está loca (o sorda, según se mire) y todo lo que le rodea es como un circo que sigue su juego. De hecho, ahora que lo pienso, me recuerda mucho al cuento de El traje nuevo del emperador, solo que aquí los estafadores son el señor Jenkins, el joven pianista (que ya de paso os suena por The Big Bang Theory) y el público más afable y el niño que desenmascara a la prota es una mujer vulgar sin muchos conocimientos de música que se ríe la primera en el primer concierto de la cantante. Sí, así de cruelmente sincera puede llegar a ser. Y sin embargo, también es la que defiende a Florence cuando en su último concierto un grupo de soldados borrachos se descojonan vivos y empiezan a insultarla (ese será el único spoiler, tranquis). Volvamos a los estafadores. Hugh Grant hace el papel del marido aparentemente leal que cuida de Florence y la anima a cumplir sus sueños, mientras a sus espaldas se acuesta con una mujer más joven y guapa. El personaje da a entender que antes hubo amor verdadero, pero Florence está chocheando y él todavía es joven para disfrutar de los placeres de la vida. Sabe que su esposa es de salud débil y tal vez por miedo a lo que le causaría un disgusto es tan sobreproteccionista con ella, pero el espectador se da cuenta de que eso no le hace ningún bien, ya que cuando la anciana descubra la mentira el chasco será todavía más grande. Aparte, ella es millonario y él, pobre. Cuando lo vi me produjo tanta simpatía como decepción, porque a priori no es un personaje que caiga mal, ya que se nota que Florence le preocupa o la habría abandonado hace años (y al ser una comedia se procura llevar todo con gracia), pero es muy hipócrita y eso no lo demuestr tanto con su mujer sino con su amante, que al final termina siendo víctima también. En cuanto al pianista es el personaje que más me gustó, por varios motivos: uno, porque es un Howard disfrazado de Sheldon (badum tsss) y dos, porque es el novato, el que al principio aspira a ser el niño del cuento que se sincere pero que luego, al conocer más a fondo a la cantante, se suma al engaño por su bien, siendo consciente de que eso le puede arruinar su carrera. Un personaje torpón, arrogante, servicial y con altas expectativas que termina casi como Florence. Es decir, hay un paradigma de dos amantes de la música (uno instrumentalmente y la otra vocalmente) con el sueño de llegar a lo alto, pero uno tiene talento y otra no, y cuando sus caminos se cruzan parece que en vez de apoyarse para llegar al estrellato Florence cae y arrastra inintencionadamente a su pupilo al dejar su reputación por los suelos. Esa continua lucha que tiene el joven resulta muy cómica porque al no estar completamente de acuerdo con lo que está pasando se deja conducir por el señor Jenkins y este le mete en situaciones de lo más extravagantes. No obstante (como diría Snape), el final deja un aire un poco trágico porque uno no puede evitar sentir pena por Florence y sus circunstancias. Con todo lo que ha hecho por el arte... ¿cómo no dejarla que se dedique a él aunque no sea lo suyo? Una vez que te planteas esta pregunta empiezas a entender a los estafadores. En resumen: humor simpático y con tintes algo británicos (¿por la presencia de Hugh Grant?). Interpretaciones un poco acomodadas, salvo en el caso de Meryl Streep, que en la vida real canta bien. Buena historia y con una moraleja bien clara: que no hay que dejar de perseguir un sueño si te gusta tanto solo porque los demás crean que no llegas a la altura..,. aunque de vez en cuando ser un poco realista no está de más. ¿Tiene papeletas para llevarse el premio? No creo que sea tan buena como La La Land, pero da el pego entre los nominados. Puntuación: 7/10 Drama: Hasta el último hombre Recién vista (hace unas horas). Con ella he completado el cupo de diciembre. Primero una curiosidad: al igual que la anterior, está basada en hechos reales, pero que esto, tratándose de unos premios hollywoodienses, no os sorprenda. Lo sorprendente es el argumento: un hombre americano, Desmond Doss, hijo de un combatiente de la Primera Guerra Mundial, decide tras experimentar un trauma en su juventud no empuñar un arma en su vida y, por ende, no matar a ningún hombre. Esto no sería raro si no fuera porque decide alistarse en el ejército para servir como médico militar en el enfrentamiento de las tropas estadounidenses contra las japonesas. ¿Cómo llevará su escuadrón el hecho de que quiera meterse de lleno en el campo de batalla con las manos desnudas? Bueno, estoy decidida a pasármelo bien con esta crítica porque no hace mucho un anónimo se metió a gusto con todas las lagunas de su argumento y su personaje principal, que, al parecer, "no es consecuente con sus ideas desde el minuto uno". Para empezar, querido anónimo, "consecuente" no es la palabra, sino "coherente", porque lo que es lo otro opino que tiene bastante conciencia de sus actos y opiniones, y hay que ser valiente para ir a una guerra sabiendo las consecuencias. En cuanto a coherencia, si se decide juzgar la decisión de Desmond de no matar yendo a una guerra es porque no se ha entendido del todo lo que quiere contar el filme y lo único que se demuestra con semejante opinión es que se es igual que el resto de soldados que tachan al hombre de loco por su acción. No, la única coherencia que se debería ver es: "Quiero proteger a los míos yendo al centro del problema, pero no para contribuir matando sino para salvar". Así que en lo que a mí respecta el personaje es muy coherente en este guion (aparte, existió de verdad y hay pruebas gráficas que salen al final). Otra cosa es que sea un ente anómalo en medio de esa multitud que hace la guerra y no el amor, uno de los aspectos que resalta el filme. La película contiene un tema profundo que enfrenta los valores de un hombre sincero, noble, valiente y humilde contra la realidad de una guerra fría, hostil y destructiva. Allí donde no puede haber hueco para la cortesía si se quiere sobrevivir, una sola persona está dispuesta a arriesgarse por algo en lo que cree firmemente, y es que él, como hombre, no tiene derecho a decidir quién muere. Creo que este largometraje no está hecho para ser juzgado en cuanto a realismo o verosimiltud (a ver, es Hollywood. Ya lo dije en la recomendación de Invencible: buscará ensalzar sobre todo al héroe, dejando a un lado, pero no demasiado, los detalles históricos), sino que buena parte de sus nominaciones se deben al conflicto que plantea y a la actuación de Andrew Gardfield, que evoluciona de muchacho a hombre con la fe en Dios como guía. Durante la trama el protagonista es tratado con injusticia por sus compañeros. Renegado, apaleado... Cuando no pueden diagnosticarle algún tipo de trastorno intentan bajarle la moral de varias formas para que se vaya por su propio pie, lo cual supone una muestra de rechazo a alguien que piensa diferente a ellos. Pero no se va, ni tampoco traiciona a sus colegas. Se mantiene fiel a sus ideales y termina saliéndose con la suya. Una vez en el campo de batalla es gratificante ver hasta dónde llega su valor. No se trata solo de que esté entre luchadores sin ningún arma, sino de que se niegue a caer tan bajo como ellos quitando vidas desconocidas simplemente por estar en el bando enemigo. Eso para mí es lo que le hace valiente, que aun viéndose en peligro a sí mismo y a sus compañeros, no caiga en la tentación de disparar. Los diálogos son una muestra de cómo es este enfrentamiento de ideales, y he recogido algunos tan buenos que no me resisto a incluirlos (alguno acabará en la frase cinéfila de la semana): "No se trata de para qué te alistaste, se trata de la vida de estos hombres, y de la tuya, hijo. Será mejor que lo dejes". "-Siento que mis valores están siendo atacados y no sé muy bien por qué. -No me importan tus principios porque a los japoneses tampoco". "-Me tratan como a un delincuente por no querer matar. -¿A quién vas a proteger en prisión?" "Con un mundo tan decidido a destruirse a sí mismo no me parece una cosa tan descabellada querer reconstruirlo un poco". Básicamente, la moraleja del filme es: mantente firme en tus convicciones aunque el mundo esté en tu contra y crea que estás loco, aunque acabes estando solo, porque al menos tendrás la paz de saber que nunca dejaste de ser tú mismo y nunca te rendiste a los demás". O bien: ten tu propia opinión al respecto y aférrate a ella. Se reflexiona también sobre el origen de la violencia a través del odio, cuando el sargento le confiesa a Doss: "Aprendí a odiar pronto. Y a juzgar a la gente, pero contigo me equivoqué", como intentando justificar su aceptación de las armas. En resumen: muy buena película para la clase de Ética. La historia de amor entre Desmond y Dorothy añade el toque más tierno. Las escenas de combate resultan rápidas, explosivas y caóticas como un reflejo de la guerra real. Mezclando esa crudeza con el primer acto, más amable, y mostrando el conflicto moral desde el momento en que los niños se pelean al principio Mel Gibson consigue, en mi opinión, una dirección muy humana, al seguir la evolución de Desmond hasta el final, incluyendo el periodo en el que el horror de la batalla le desmorona y casi le hace perder la fe (la oración clave es: "¿Qué quieres de mí? No lo entiendo. No te oigo"). Puede que se apoye mucho en la religión para defender su mensaje, pero eso no me importa tanto porque está justificado, ya que las creencias de uno componen una ideología propia que lo enfrenta a la de los demás, y la mayoría de las guerras empiezan por eso (aparte, el protagonista es judío). También me encanta cómo la mujer defiende la fortaleza cuando, en el momento en que se va a casar y su prometido no aparece el cura le afirma que muchos hombres se echan atrás y ella contesta: "Puede que otros hombres, pero mi Desmond no". Eso dice mucho del personaje también. A Andrew espero que le den el Globo de Oro (lo tiene fácil para ganar porque Ryan Gosling está nominado en Comedia/Musical) y una nominación a los Oscar. Puntuación: 9/10 Post de Naiara Salinas La primera película del año tenía que ser especial y nunca vista, así que... me fui a lo más raro (es lo que tiene el cine de Darren Aronofsky). Con todos ustedes, La fuente de la vida. El filme está compuesto por dos relatos. El llamado "relato marco" lo engloban Tommy Creo, un oncólogo que experimentando con un mono pretende encontrar la cura del cáncer, y su esposa Izzi, que, aquejada de este, empieza a escribir una historia para Tommy ambientada en la España del siglo XVI, donde un soldado de la reina Isabel, acusada de hereje por el inquisidor Silecio, es enviado a buscar el Árbol de la Vida en Nueva España, descrito en el Génesis, cuya sabia otorga la inmortalidad a quien la beba. A lo largo de la película ambos relatos se entrecruzan y es genial cómo la ficción termina siendo una expresión de la realidad, que es tal y como funciona a menudo sin que nos demos cuenta. Sin embargo, lo más llamativo no es la historia, sino la forma en la que está concebida. Aparte del doble relato, la belleza de la película está en condensar lo espiritual con lo científico, una creencia con una investigación, esa fantasía y la realidad, con unas imágenes asombrosas, épicas, sencillas y místicas. El montaje se dispersa de forma que cada hilo va a su ritmo, luego se entrecruza mostrando conexión con todo y esto causa que cueste un poco pillarle el punto, ya que al final no sabes si están contando dos historias (tres incluso) o una. Funciona como una muñeca rusa, es la mejor forma de entenderlo. Aronofsky actúa como una cámara que capta una panorámica y luego va estrechando el zoom. La sombología del relato se traduce en la intensidad de las imágenes, la superposición de la luz y la banda sonora, cuyo leivmotiv está muy presente. Los efectos especiales son una pasada, muy vinculados a la magia y al espiritismo. Juntando estos elementos el director consigue contar una historia épica, trágica y mítica, donde la moraleja está en que la inmortalidad no se consigue a partir de la física ni de la química, sino del recuerdo. En resumen: una de las películas más espectaculares que puede haber en lo que a fotografía y música se refiere, llena de símbolos como el libro de Izzy que conectan la historia real a la fantástica y llenan un poco de esperanza y milagro a un hombre que no hace más que buscarlos. Una historia que se apoya mucho en la religión y, por ende, la fe, tanto desde un punto de vista cristiano como "pagano". Los actores tienen la oportunidad de lucirse en diferentes personalidades y Rachel Weisz está encantadora. Ficha técnica La fuente de la vida (The Fountain) 2006, USA Director: Darren Aronofsky Reparto: Hugh Jackman, Rachel Weisz, Ellen Burstyn, Mark Margolis y Cliff Curtis. Puntuación: 8/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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