Post de Naiara Salinas ¡Buenas, allscreeners! De vuelta como una «profesional» (si alguna vez se me pudo considerar como tal) para traeros las críticas pendientes de la última recta de agosto y todo septiembre, obviando Dune, de la que dejé esbozos aquí. Jungle Cruise (fecha de visualización: 16 de agosto de 2021) Una aventura de las de vieja escuela es muy buena opción para una temporada en la que se viaja mucho. Desde Piratas del Caribe parecía que Disney estaba muy estancada en este aspecto, pero Jungle Cruise llegó como un soplo de aire fresco para el puro entretenimiento. Justo otra trama basada en una atracción popular de la compañía del ratón, ¿casualidad? En ella los hermanos Houghton (Emily Blunt y el cómico que va despuntando desde Buenos presagios, Jack Whitehall) se embarcan con un marinero de agua dulce embaucador (Dwayne Johnson) al Amazonas en busca de un tesoro con propiedades curativas que ayudará a la humanidad, pero en la jungla acecha una maldición vinculada a los conquistadores españoles. El filme te ofrece lo que vende y te devuelve a aquella adolescencia soñadora con un ritmo muy atractivo y giros argumentales que, si bien no siempre sorprenden, encajan divinamente en el puzle que diseñaron los viejos novelistas como Mark Twain y Jonathan Swift o los adaptadores de leyendas como en el caso de La momia. Mismos ingredientes muy bien respaldados por un diseño más que correcto y un elenco en su salsa (Blunt se ha salido este verano entre el horror de Un lugar tranquilo 2 y el encanto que presenta aquí). En resumen: buenamente ejecutada, cumple con lo que se espera del género y te devuelve la nostalgia por ese tipo de historias. Es como revivir la infancia y los personajes enganchan, aunque su química es un plagio de lo que ya hemos visto con algunas actualizaciones de la década. Muy en la onda de Las aventuras del doctor Dolittle, pero mucho menos infantil. Compraría una secuela. Lo mejor: los chistes malos de Dwayne Johnson (me sentí identificada con ese humor, qué puedo decir), el paisaje amazónico, la participación inesperada de Dani Rovira, la química entre los protagonistas y la resurrección de un estilo que parecía olvidado. Lo peor: justo que no hay ni un solo intento de innovar en la fórmula, aparte de un villano que al principio promete pero luego se ahoga en el cliché del esnob. Free Guy (fecha de visualización: 20 de agosto de 2021) La segunda comedia de Ryan Reynolds para este año es toda una explosión de gags e easter eggs en medio de una trama que explora la humanidad de las inteligencias artificiales y, más al fondo, el valor de los secundarios y los extras, las personas «del montón». Guy es un NPC, lo que en jerga gamer significa «personaje no jugador» que solo está como relleno para mejorar el ambiente del videojuego Free City. Un videojuego que Millie, una joven del mundo real, investiga para demostrar un robo y un plagio a través de su avatar, Chica Molotov. Las cosas se complican cuando Guy cae enamorado de Molotov y Millie se da cuenta de que tal vez ese NPC sea muy valioso para su causa. Por el enfoque, el territorio con el que «juega» y el desarrollo mismo de la trama, el filme queda como un cruce entre Ready Player One, El show de Truman y, por qué no añadirlo, Liberad a Willy. La chispa de Reynolds continúa seduciendo a cuantos buscan un humor inocente y al mismo tiempo entregado (hasta el punto de que se vuelve picante). El intérprete no desaprovecha la ocasión de reírse, una vez más, de sí mismo y el mundo que le rodea con su simpatía tan característica que, en este personaje, se acrecenta, porque es «el tío de azul majo». Todos aquellos que han disfrutado con Deadpool y El otro guardaespaldas volverán a reírse en esta historia que maneja referencias en cada secuencia y nos brinda una ambientación muy lograda que adopta el dinamismo de las mejores partidas y se extrapola al montaje entero muy a lo Scott Pilgrim contra el mundo (hay un momento en concreto donde el game over da la impresión de involucrar al espectador también, lo que contribuye a la inmersión total). Entretiene porque no se despega del tono aventurero mientras desarrolla el romance, la comicidad y el delito. A Reynolds le acompañan dos jóvenes en despegue: Jodie Comer (en un perfil súper opuesto al de Killing Eve. Es increíble lo que rejuvenece en esta película) y Joe Keery (que es un easter egg en sí al sacar el lado nerd de sus compañeros de Stranger Things). Luego tenemos a un Taika Waititi muy en su salsa interpretando a un antagonista histriónico y claramente ridiculizado (muy... «meh» para la historia, aunque como rol para Waititi viene de pulgar alzado). En resumen: experiencia súper inmersiva y divertida, una propuesta muy original (sí, a pesar de las comparaciones y referencias) que no te hace cuestionar ni un instante su éxito obtenido. Es de lo mejor que he visto en verano, entra en el top 5 con un sobresaliente porque la gocé mucho. El Reynolds más dulce y achuchable de toda su filmografía. Lo mejor: cómo el diseño de producción se convierte en un videojuego en sí, el vestuario de los avatares, Reynolds, los gags sobre el UCM y demás cosas que se esperan en esta trama, así como la química entre Comer y Keery, a los que no se puede evitar shippear. Ah, ¡y muy adecuada la inclusión de los influencers gamers! El toque «realista». Lo peor: ha pasado mucho tiempo, ya no me acuerdo si había algo que me disgustó. Annette (fecha de visualización: 25 de agosto de 2021) Otra ópera de Leos Carax, en este caso literalmente porque se trata de una ópera rock que aborda la conflictiva relación con la fama, la explotación de los niños artistas y la caída del estrellato. Adam Driver y Marion Cotillard interpretan a una pareja muy enamorada en la cumbre de su carrera, él como comediante muy excéntrico y ella como cantante de ópera. Ambos acaban siendo los padres de Annette, una niña con un don excepcional. El largometraje es puro espectáculo musical-visual que provoca extrañeza a quien no está muy familiarizado con el estilo de este director, cuyos recursos son tan geniales como prestos a sacar de la historia por sus excesos. La cinematografía se compone de un gran compendio de metáforas o alegorías visuales y algo de meta, como la apertura, una de las más increíbles que he visto para un musical, donde el equipo (en concreto: el cantante y compositor de la BSO, el director y el elenco protagonista) arranca con una transición de la realidad a la ficción (literalmente podemos decir que los actores se meten en la piel —o peluca— de sus personajes). Carax tiene alma de dramaturgo y poeta: crea unos paisajes tan sugerentes como bellos y no se refrena a la hora de romper la cuarta pared, utilizar un bebé animatrónico de madera como reflejo de una pobre marioneta controlada por su padre o de que se cante en vivo y en directo (misma técnica que usó Tom Hooper en Los miserables). Da la impresión de que su filosofía es que si puede ahorrar en postproducción, mejor. Sabe aprovechar la emoción del momento y, mejor aún, cómo lograr que los actores se suelten. Adam Driver parece que continúa subiendo peldaños en este aspecto, ganando en arrebatos con cada personaje que va interpretando, y en esta película es mi apuesta para las nominaciones (está realmente potente, lo da todo), sin olvidarme de una Marion Cotillard deslumbrante a la que hay que aplaudir musicalmente y de un Simon Helberg que se luce una barbaridad en una escena en concreto (la dejo en ese hipervínculo, pero no cliquéis si no habéis visto la película porque es un spoiler). Si, como dijo Scarlew Harzac, motion es emotion, este filme es todo un ejemplo. En resumen: muy suya, valiente (kamikaze, incluso), hermosa, excéntrica, fantasiosa. ¿Muy... francesa? Lo mejor: el trío Driver-Cotillard-Helberg, los simbolismos, las canciones (sí, las interpretan ellos mismos, no hay covers detrás) y el gran mensaje de fondo. La historia no deja indiferente y en cierta forma es un culebrón. El principio es una gran presentación de lo que la hace distinta. Lo peor: la extensión de ciertas escenas, más determinados momentos que provocan alienación, puede impedir que el público vea la genialidad que hay detrás. Yo misma estuve un tiempo dándole vueltas, indecisa sobre lo que me había parecido. La apruebo pero creo que la dejo en un 7 como mucho. Además, el 90% es enteramente musical, así que si no os gustan los musicales mejor no la veáis. No es para todo el mundo. Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (fecha de visualización: 3 de septiembre de 2021) Marvel lo ha vuelto a lograr: presentar a un nuevo superhéroe en un mundo donde nos hemos aferrado con saña a los antiguos es una tarea arriesgada que la Casa de las Ideas asume con total confianza. En el caso de Shang-Chi le ha salido redondo, como cuando nos presentó a los Guardianes de la Galaxia. Un héroe que nos transporta a otro género vinculado con una cultura a estas alturas muy familiar pero que no habíamos visto todavía en el UCM (demostrando así la enorme versatilidad de los superhéroes), en una trama que, aparte de orígenes, tiene que ver mucho con las relaciones familiares, la superación del dolor, el perdón y el encontrar tu propio camino. Shang-Chi y su amiga Katy se ven envueltos en las maquinaciones de la orden ancestral de los Diez Anillos, comandada por el Mandarín original (no el truño de Iron Man 3), que también resulta ser el padre de nuestro protagonista. Juntos tendrán que aprender a sacar su potencial para derrotarle. Básicamente entré a la sala para ver la presentación de este personaje y sus allegados pero salí convencida de que habían logrado algo que parecía inconcebible: la redención de Iron Man 3, que diría que es la película más conectada, aparte de Doctor Strange (esta última sin otra motivación que preparar el camino para el multiverso de esta fase una vez más). La película mantiene todas las fórmulas que hacen de Marvel la titana de los blockbusters, pero las emplea con un arte y una madurez mayores que en otras entregas. Tal vez también ayude todo el mundo que presenta, ya que nos movemos en una tradición muy legendaria que nos remite más a todo lo que procede de ahí que a la propia Marvel, así que es como ver una película de acción y fantasía más. De hecho, me quedé con ganas de un crossover con la Mulan de Niki Caro porque encaja perfectamente en ese universo. Pero incluso hay que concederle más mérito que esta a la hora de transmitir la cultura china, ya que el respeto se siente por todas partes sin que resulte cargante o muy artificial para los occidentales. La primera prueba de ello la tenemos nada más comenzar, con siete minutos de metraje en chino del auténtico y no del... ¿chino? Me perdonaréis el chiste (el falso sería made in USA en este caso, jeje). Qué son siete minutos leyendo subtítulos a cambio de la promesa de recibir una gran historia inmersiva con un gran protagonista que es todo un descubrimiento (Simu Liu ha llegado para quedarse mucho tiempo, espero. Qué tío más majo. Su química con Awkwafina traspasa la pantalla) y una trama que es adictiva de principio a fin, con grandes dosis de comicidad. En resumen: magnífica introducción a esta nueva incorporación. No esperaba nada de ella (en serio, yo iba porque era de Marvel, pero me mantuve ignorante hasta que vi el vídeo temático de Sensacine) y me sorprendió para bien. Los personajes enamoran por su propio talante y el mundo presentado es fascinante y una gran apuesta para el UCM, rivalizando con Wakanda (pero no con Asgard. Asgard seguirá siendo el reino más mágico incluso en la extinción). No puedo esperar para ver cómo crece. Lo mejor: el dúo protagonista, los dramas paterno-filiales y fraternales, los cameos, ¡Morris!, la moraleja y la escena post-créditos (hacía tiempo que no se presentaba algo tan relevante). Ah, y las escenas de karaoke, mi capricho diario. Lo peor: yo creo/espero/deseo que Eternals va a ser mejor todavía, pero esta no ha estado mal. Nada mal. La tengo en cuenta en mi top 10 del año, por ahora (aún quedan tres meses por delante). Beckett (fecha de visualización: 5 de septiembre de 2021) Yo de esta no sabía ni de su existencia hasta que Saúl y Sara la comentaron con especial insistencia en que no viéramos el tráiler. ¿Por qué? ¿Tan spoileante es? Incluso después de haber visto la película, sigo sin echarle un vistazo para comprobarlo (que mis amigos pidan ahora mismo un deseo, que solo ellos saben lo insólito que es eso), pero concedo que la experiencia a ciegas merece mucho la pena, pues la trama es básicamente una serie de catastróficas desdichas que introducen al espectador en la piel del pobre protagonista. Todo comienza con mucha tranquilidad y normalidad, una pareja de recién casados disfrutando de su luna de miel en Grecia. Pero no la Grecia turística de Atenas, las islas tan blancas, ese paisaje idílico de Mamma Mia... No, una Grecia humilde y más verosímil (si tenemos en cuenta las noticias sobre la crisis que atraviesa el país). Hasta que, de pronto, se desencadena una hecatombe de la nada que arrastra inevitablemente a este pobre (de verdad, muy pobre) hombre como un pelele de las malditas casualidades y las mentes corrompidas. No hay forma de describir esto como un viaje (aparte del que realizan de forma física, evidentemente) porque es un golpe tras otro, como miles de accidentes que arrollan a Beckett en una dirección u otra sin que él tenga mucho poder de decisión. Hacía tiempo que no sufría así por el devenir de un personaje. Ni él entiende nada, ni nosotros, los espectadores que no conocíamos esta película ni vimos el avance (hay que concederle al guion el mérito para conseguir dejarnos en la duda continua durante aproximadamente una hora de las casi dos que tiene). En resumen: vaya forma de desquitarse, chico. Espero que el actor cobrase muy bien y disfrutara de unas vacaciones de lo más relajantes después (la paciencia de John David Washington entre 2020 con Tenet y 2021 con Malcolm & Marie y esta es de premio. El hombre más no ha podido sufrir). Típica película de pensar: «Yo me quiero morir ya, me cansa tanto dolor». Es llevar el instinto de supervivencia por encima del límite de lo que se considera aceptable en una cinta de acción (género con el que se supone que ya nos hemos acostumbrado a ciertas transgresiones de lo que puede soportar el cuerpo humano). Lo mejor: si la paciencia es una virtud, el que la tiene viendo este filme y el protagonista son santos. Cuando se llega a la parte donde se desvela todo, el descanso se agradece. Lo peor: aunque el argumento tiene la capacidad de impresionar, la realización no termina de cuajar. Se queda en un corte básico y algo soso, pero eso también me hace pensar que es una apuesta atrevida porque el tono y el ritmo con el que se maneja el filme, tan independiente, no es habitual para este tipo de historia o subgénero. Reminiscencia (fecha de visualización: 7 de septiembre de 2021) El debut de Lisa Joy (una de las mentes detrás de Westworld) en la gran pantalla como directora y guionista de un filme de ciencia ficción prometía, me hacía la boca agua. Pero lamentablemente el viaje se quedó a medias. Reminiscencia explora un mundo decadente tras lo que llaman el fenómeno de las aguas, una inundación a gran escala que ha dejado un planeta muy pobre en recursos pero muy rico en veteranos de guerra que hacen terapia viajando a lo más recóndito de su memoria gracias al trabajo de Nick Bannister y Emily, quienes operan con una máquina que genera reminiscencias, viajes mentales visibles al pasado. ¿Conocéis el cuadro de Dalí, el que se titula La persistencia de la memoria? Básicamente de eso se trata. La película se plantea como un thriller que se desencadena cuando en la vida de Nick entra Mae, una mujer con más de un secreto que, tras desaparecer, sumergirá (el verbo del día) a Nick en una búsqueda obsesiva. Justo esa parte de la trama es la que me acabó chirriando, pues la sensación que me dio es que se desaprovechó todo un contexto a favor de un drama romántico que, aunque vuelve más humana la historia, sigue quedándose a medias y resta importancia al resto de personajes que tienen más que aportar. ¿Hay misterio? Sí. ¿Acción? Regalada. ¿El ritmo es bueno? Hummmm, así asá. Tal vez en Westworld me malacostumbraron a los grandes enredos y los acertijos, que pese a seguir existiendo aquí tienen una resolución un tanto pobre y sin muchos aspavientos, como si fuera menos de lo que promete el hilo que sigue. Al lado, todo ese escenario corrompido y heredero del afán de destrucción del hombre pasa sin ton ni son. La idea es buenísima, pero no alcanza la madurez en este formato. Una pena. En resumen: gran idea, mejores actores, pero me supo a poco. Yo le hubiese añadido una capa más de profundidad. Lo mejor: creo que el concepto tiene muchas posibilidades si se reexplora más adelante. El tema de la memoria y la conexión entre los distintos personajes que pasan por la vida de Nick están muy bien tratados. Thandie Newton sigue siendo la mejor. Técnicamente también es muy top (se nota el presupuesto). Lo peor: lo dicho. Yo habría tirado menos del romance y habría alimentado la trama con todas las reminiscencias. O habría dado otra motivación al personaje de Rebecca Ferguson. Se queda muy superficial así; la memoria es un asunto súper complejo que requiere de algo más. Respect (fecha de visualización: 30 de septiembre de 2021) La última película del mes y de la fiesta del cine (porque no había mejores ofertas en la cartelera), tercera de otoño (y de las otras dos tendréis que esperar para saber más). Con todo, la acabé disfrutando, pues no es sino un biopic de la cantante icónica Aretha Franklin, la mujer que nos enseñó a reclamar respeto, como reza el título. Antes de hacerlo, no obstante, tuvo que aprender a ganárselo y a defenderlo con uñas, dientes... y su poderoso vozarrón. Antes de esta película poco consciente era de hasta qué punto: la muchacha vive un tremendo marrón en cada fase de su vida. Dejando a un lado el culebrón, algo muy llamativo es lo mucho que el guion se enfoca en la infancia, ocupando cerca de media hora (o más) de metraje. Eso implica que sí, la película es larga y no se libra de sus dos horas y media sentidas bien hondo. De hecho lo que la aletarga tanto es el traspiés continuo de la protagonista con una relación condenada al fracaso, un poco cual ruleta rusa, así como con sus propios demonios, que nunca deben faltar en un buen biopic artístico. Eso crea una sensación de repetición no solo en lo que a la trama se refiere, sino al género, ya que se vale de fórmulas arquetípicas elevadas al cuadrado, lo que la convierten en una montaña rusa emocional (¿por qué todo es ruso?). La intención es evidente: obtener una visión bastante completa y respetuosa de lo que fue la vida de esta mujer brava, a quien encarna Jennifer Hudson con una energía que la veo siendo considerada para las nominaciones, aunque corre riesgo de quedar eclipsada por otras interpretaciones del año más destacables. En resumen: una adaptación decente del resumen de Wikipedia sobre Aretha Franklin con una entonación empoderada que acerca a la cantante a nuestra comunidad. Lo mejor: la interpretación de Jennifer Hudson (tengo dudas sobre si canta ella o hace playback. Si canta, mis dieces y, si no, gran playback de todas formas) y la aparición de las canciones más míticas, así como el recuerdo a una mujer icónica que nos dejó no hace tanto. Lo peor: el relato está muy sobrecargado y no por ello le da más profundidad al personaje. Funcionaría igual si se acortaran o eliminaran algunas partes; hasta sería más asequible. La dirección no deja huella alguna. Aretha se gana nuestro respeto, pero es la única.
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Agosto 2023
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