Post de Naiara Salinas Está nublado, llueve y hace un poco de fresco. El suelo es barro que se adhiere a tus botas y pretende que te hundas como en arenas movedizas, cargadas esta vez con mogollón de restos de comida y bebida, más vasos de plástico tirados y restos de cristales. La única forma de evitar que esto suceda es saltar y mover el esqueleto, despegar los pies de la tierra, cosa que no es difícil porque la música que suena a todo volumen y el ambientazo del público te animan a tocar las estrellas. Así podría ser un día normal en el T in the Park, el mayor festival de rock de Escocia jamás conocido. También es el escenario principal de la película que recomiendo esta semana. Si no os suena You Instead tal vez sí lo haga Tonight You’re Mine, que es el título americano que le han dado (la peli es británica). Pese a estar en inglés os garantizo que la podéis encontrar doblada al castellano (es más, creo que está en YouTube) y disfrutar así de la pequeña pero intensa experiencia que viven los protagonistas, interpretados por Luke Treadaway (hermano gemelo de Harry Treadaway, de Penny Dreadful) y Natalia Tena (Juego de Tronos, 10.000 kilómetros). Él interpreta a Adam, líder de The Make, una banda muy comercial que es la estrella invitada del festival. Y ella es Morello, de The Dirty Pinks, un grupo de chicas que todavía está labrándose su carrera musical. Los dos grupos tienen un encontronazo nada fortuito al comienzo del filme y Morello y Adam enseguida chocan por su fuerte carácter. Terminan atrayendo la atención de un hombre que, para darles una lección, los esposa y se guarda la llave. Así que uno y otra tendrán que aprender a convivir (y tocar juntos) mientras intentan arreglar el lío en el que les han metido. Con el tiempo el roce hace el cariño... y ya os podéis imaginar el resto. Aunque las relaciones entre grupos musicales con una vida tan agitada como la de este par no son nada sencillas. Esta no es una película al uso, pues está rodada en parte como si fuera un documental y mezcla la historia ficticia con imágenes reales del festival (lo que la convierte en una fiable fuente de información del ambiente que se vive). Contiene muchos elementos de las películas indie británicas, como ese afán por el minimalismo (poca banda sonora instrumental, poco reparto...) y la naturalidad (algunas tomas parecen hasta improvisadas, pero eso es bueno, ¿no?). Las escenas de los conciertos parecen grabadas para emitirlas en los 40 principales como un resumen, más que para estrenarlas en cine (o en DVD). Pero detrás de cada momento y de cada plano (con los que se juega mucho también) hay una profundidad psicológica. Una simple riña termina desembocando en una historia de amor compleja donde cada miembro de la banda tiene sus preocupaciones y sus dramas ajenos al resto del grupo. Esta gente no solo se dedica a tocar sino que también son humanos que sufren lo mismo que el público que los observa; experiencias relacionadas con el sueño de triunfar en la música, la fama, las relaciones falsas, la hipocresía... Y luego está la otra gran protagonista: la música. Todos los actores ponen sus voces y su talento para convertirse en cantautores con una verosimilitud que sorprende. Se meten tanto en el papel que cualquiera diría que podrían tener éxito si sus bandas existieran de verdad. Animan el cotarro, lo dan todo en el escenario y su música se te queda grabada en el oído. Es posible pasárselo bien con ellos y aceptar que eres un espectador más de su concierto. Sin duda, una película perfecta para conocer de manera diferente lo que se cuece en un festival de este calibre. Aquí tenéis mis dos canciones favoritas:
En resumen: una película muy fresca, verosímil, entretenida, con una excelente banda sonora... que hará que disfrutes del cine independiente casi tanto como de un blockbuster. Ficha técnica You Instead (You Instead/ Tonight You're mine) 2011, Reino Unido Director: David Mackenzie Reparto: Natalia Tena, Luke Treadaway, Sophie Wu, Alistair Mackenzie y Gavin Mitchell Puntuación: 8,7/10
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Post de Naiara Salinas ¡Buenas tardes, amigos lectores! Tras cederle ayer este espacio a mi compi del alma Rose, me toca volver a tomar las riendas con una nueva recomendación de la semana. Y si en la anterior me dediqué a hablar de lo bonito que es ganar un futuro esperanzador, hoy toca contaros cómo se puede robar esa esperanza y dársela a los que de verdad la necesitan. Y es que precisamente de eso trata Trash, ladrones de esperanza, un largometraje ambientado en el Brasil más humilde donde tres niños deciden convertirse en Robin Hoods después de encontrar una misteriosa cartera que les involucrará en un berenjenal asociado con el robo, la corrupción y demás problemas que son un tema constante en las noticias de este país, al que por cierto me une un vínculo muy especial gracias a la sangre materna que corre por mis venas (sim, eu sei falar em português). Rafael, Gardo y Rata son los protagonistas. Los dos primeros se ganan la vida trabajando en un vertedero de Río de Janeiro, donde Rafael encuentra la cartera que os he mencionado antes. Una cartera perteneciente a un hombre que lo dio todo para hacer justicia, aunque para ello tuviera que traicionar a su jefe y pagar las consecuencias. Así que la cartera se convierte en un mapa del tesoro que los chicos decidirán emplear para hacer el bien, aunque tengan que huir de los capos corruptos que buscan recuperar ese dinero perdido. La historia de estos chicos trascenderá y dos amigos norteamericanos harán de todo por ayudarles y lograr que el mundo conozca su verdad. ¿Quién ganará en esta búsqueda del tesoro? Como hija de una brasileña y pariente de muchos otros, sé de sobra la pobreza y la injusticia que abarca este país. El cine brasileño ha estado acostumbrado a mostrarnos la cruda realidad sin eufemismos (véase Ciudad de Dios o Tropa de élite) y a veces hasta ha sido difícil verlo. Esto es en parte lo que contribuye a la imagen tan negativa que se tiene del país en la actualidad, como un lugar peligroso donde reina la violencia, el narcotráfico, etc. No voy a negar que esto sea verdad, pero quien ha viajado allí sabe que las cosas no son tan exageradas como las pinta Hollywood. Trash, ladrones de esperanza supone un cambio porque, aunque no deja de lado la maldad ni la violencia (hay escenas que son algo duras de contemplar, sí), aporta una mirada más amable y simpática, gracias a estos jóvenes protagonistas que no viven todavía en el mundo adulto y por tanto no tienen la necesidad de ser serios. De hecho, son bastante juguetones y Rata, que vive en las cloacas (de ahí su mote), es súper travieso y espabilado. En este filme todo es asumible con perfecta naturalidad, desde que un niño viva en las cloacas hasta que otros dos sean basureros (una realidad que en nuestro país valdría una multa o incluso una pena de cárcel), y además la intriga es mayor que en otros largometrajes porque el espectador espera desde el principio, por el tono y el carácter de la historia, que la cosa acabe mal, pero luego hay continuos giros que van a favor y en contra de los personajes, es decir, que hay tensión la mayor parte del tiempo porque uno no tiene claro cómo va a terminar (en todo momento los chavales corren peligro de muerte, en todo momento cometen errores y juegan un poco con su suerte y en todo momento alguien malo pilla a quien no debería). Luego está la cuestión del género, que está a caballo entre la picaresca, el misterio (rollo detectivesco) y la aventura. Picaresca por el ambiente en el que se desarrolla (chicos de la calle que deben buscarse la vida para sobrevivir), misterio por la relación entre la cartera, su dueño y el dinero, y aventura por el viaje que se pegan los personajes para resolver ese misterio y encontrar su tesoro antes de que los maten. Pronto descubres que el dueño de la cartera es más inteligente de lo que parece y que su plan estaba meticulosamente pensado, hasta el punto de que los chicos deben hacerse con una Biblia en una cárcel para poder seguir las pistas (digno de una novela de detectives, en serio). ¿Caras conocidas? Las de Rooney Mara (Carol, Pan, Los hombres que no amaban a las mujeres), Martin Sheen (Selma, The Amazing Spiderman 2) y Wagner Moura (Tropa de élite), que no decepcionan, aunque aquí el Oscar va para el trío protagonista desconocido, en mi humilde opinión. En resumen: una historia que te atrapará y te mostrará las dos caras de los suburbios de Brasil. Ficción y realidad conviven en la misma frontera, y la versatilidad genérica suma. Ficha técnica Trash, ladrones de esperanza (Trash) 2014, Gran Bretaña y Brasil Director: Stephen Daldry y Christian Duurvoort Reparto: Rooney Mara, Martin Sheen, Wagner Moura, Rickson Tevez, Eduardo Luis y Gabriel Weinstein Puntuación: 9/10 Post de Rosana Rábago¡Y por fin me estreno con esta sección (ya solo me falta catar la del teatro y la de los juegos, tiempo al tiempo)! La verdad es que ya tenía ganas pero una es más seriéfila que cinéfila (de hecho es Naia quien me suele arrastrar al cine), y como no he ido mucho este año (desventajas de que ella viva en Madrid y yo en Pamplona durante este curso) como que no tenía grandes cosas de las que hablar menos de las películas a las que ella me arrastraba cuando venía de visita a Pamplona (tampoco es muy difícil todo hay que decirlo) y ya solía hablaros ella de dichos filmes aquí. Pero, como siempre, me estoy yendo por las ramas, así que vayamos al lío antes de que me pierda del todo. Ayer os mostré que los seriéfilos somos tan o más frikis que el grupo de The Big Bang Theory y que todos tenemos nuestra colección seriéfila (en mayor o menor medida). Pero no somos los únicos. Los cinéfilos también tienen sus propias colecciones y nada tienen que envidiar a la de los seriéfilos. Además, es muy típico que un coleccionista de estas características no coleccione solo cosas de cine o de series, con el tiempo acaba haciéndose con artículos de ambos géneros. Cosa que se simplifica cuando descubrimos que estos artículos son casi los mismos. Por cada camiseta de The Big Bang Theory tenemos una de Indiana Jones. Por cada pin de Arrow tenemos el pinsajo de Los Juegos del Hambre. Por cada libro de Cómo conocí a vuestra madre disponemos de un libro sobre el séptimo arte (estos los manuales además crecen como la espuma). Por cada taza de Lost hay una taza de Jurassic World y por cada funko pop de Juego de Tronos hay otros tantos de Los Vengadores y todas las películas de Marvel (Civil War, Iron Man, Thor, Ant-Man y un largo etcétera). Pops que además se renuevan a cada película nueva que hay. No solo eso, hay que admitir que el fandom cinéfilo es tan genial como el seriéfilo y hay películas que nos levantan el hype y de las que queremos hacernos con la mayoría de artículos, como la saga de Star Wars (da igual a donde vayas que siempre vas a ver un BB-8, un R2-D2, un Yoda o algún personaje de las galácticas películas). Pero ya no es solo Star Wars, ¿qué me decís del fenómeno Frozen? ¿A cuántas niñas habéis visto con camisetas, muñecas de Elsa, cantando el Let it go (vale, no seré una niña pero me declaró culpable de saberme la canción al dedillo, pero es que me encanta) o mochilas del colegio de este par de princesas Disney que además son hermanas? No solo Frozen, las princesas Disney de toda la vida han tenido un montón de merchandising de sus artículos y raro es el año en el que no sacan algo nuevo sobre Cenicienta, Blancanieves, Ariel, Rapunzel y/o las demás. Por tener, tienen hasta sus propios parques de atracciones donde son las protagonistas indiscutibles (¿quién no conoce a estas alturas todos los Disneylands? París, Orlando, Shanghai… Yo solo he estado en el primero, pero de oídas conocemos todos). Este es un hito que solo ha conseguido otro personaje primero literario y luego cinéfilo más: Harry Potter, que ahora tiene su propio parque de atracciones también. Así que, como os digo, nada tienen que envidiar las colecciones cinéfilas a las seriéfilas. Y es más que probable que vosotros tengáis algún artículo cinéfilo en casa (aparte de los DVDs o Blurays que todos teníamos, y que algunos tenemos aun). Y, para demostraros que no estáis solos, pedí la colaboración ciudadana en Twitter para que nos enseñéis vuestras colecciones cinéfilas y estas son las fotos que hemos recibido (podéis seguir mandándonos, que las iremos subiendo a medida que nos lleguen. Lo mismo que con las seriéfilas): Yo me despido por hoy, no sin antes recordaros que estaremos encantadas (aunque quizás con algo de envidia) de recibir fotos de todos vuestros productos seriéfilos y cinéfilos y que ha sido un placer poder escribir en esta sección (en un mesecito o así también me estrenaré con el teatro). De todas formas, no os librareis de mi y la semana que viene os espero en el apartado de series o en alguna de sus secciones pero, mientras tanto, me podéis encontrar por el Twitter o el Facebook de All Screens. ¡Hasta la próxima allscreeners!
Post de Naiara Salinas Estoy de luto: hoy acaba la 75º Feria del Libro de Madrid. Puedo decir que me he arruinado a gusto, pero más importante aún, me llevo contactos y una experiencia que me acompañarán de por vida. Me hallo en un momento en que conservar la esperanza es difícil. Todos los jóvenes atravesamos bajones de voluntad de vez en cuando, pero sabemos que sin esperanza no se llega a ningún sitio. Es por eso por lo que he seleccionado este título de mi mediateca para esta sección. Charles Dickens, autor del que mencioné otra adaptación hace dos meses, es el responsable del texto original en el que se basa la película, un relato sobre cómo un huérfano humilde de nombre Phillip Pirrip (Pip para los amigos) consigue, de la mano de un misterioso benefactor, ganar la suficiente fortuna como para ser educado como un caballero en Londres. Un sueño que el muchacho persigue desde que, en su niñez, conociera a Estella, una joven pupila de una rica y una extravagante mujer, Miss Havisham, quien le enseña a usar a los hombres a su merced. En el momento en que la ve, Pip queda prendado de ella (aunque la chica no le corresponda) y su ambición de ser alguien en la vida para estar a su altura crece por momentos. Al convertirse en caballero abandona a su maestro herrero, Joe, y se embarca en la aventura de conocer la capital. Pero una vez allí Pip descubrirá que tener dinero no te asegura exactamente "fortuna" y que ser un caballero tiene también sus contras, más todavía cuando su misterioso benefactor resulta ser alguien a quien conoció en el pasado en circunstancias nada amables... Esta no es la primera versión que surge de este conocido clásico. Hasta donde yo sé, hay una adaptada a los tiempos contemporáneos protagonizada por Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow, y otra de 2011, y varias más antiguas. Pero sí es de las que mejor diseño y fotografía tiene. Las imágenes son fieles a las páginas desde el primer minuto. Los diferentes ambientes trasladan al espectador al siglo XIX y el reparto es de alto nivel. Jeremy Irvine, que dio el salto a la fama con War Horse, interpreta al Pip adulto y su hermano pequeño interpreta a la versión joven. Holliday Grainger (Cenicienta) se pone en la piel de Estella, Jason Flemyng (La liga de los hombres extraordinarios) es Joe, Oly Alexander (Penny Dreadful) es Herbert, el mejor amigo de Pip, y completan el cupo los potterianos Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter y Robbie Coltrane. Aunque al principio la trama parece girar entorno a la relación entre Pip y Estella, hay cauces secundarios que terminan hilándose con el principal para resolver el misterio que ha llevado al chico a esa situación. Para que me entendáis mejor, nada sucede de forma esporádica en el filme y todo lo que vive el protagonista tiene más tarde su eco y sus consecuencias. Estella es el objetivo real por el que Pip desea ser caballero, pero la película no trata de ellos dos, sino que su tema arraiga en algo más profundo que tiene que ver con las segundas oportunidades y de cómo la vida te devuelve lo que le das. Justicia poética, por llamarlo de alguna forma. Un joven que no es nadie de pronto tiene ante sí "un futuro brillante de grandes esperanzas" (como comenta el personaje de Coltrane, de ahí el título de la obra), pero ¿realmente es lo que necesita para ser feliz? Un bildun roman con muchos rasgos que el espectador puede reconocer en toda la bibliografía de Dickens. Un Oliver Twist ayudado por una mano en la sombra para poder tener todo aquello que quiere y se merece, como su amada. Al cambiar de clase Pip tendrá la oportunidad de aprender y madurar desde otra perspectiva, y el final te deja satisfecho en ese sentido. Los sueños de uno pueden cambiar a lo largo del tiempo. Además, el cómo han perfilado aquí al personaje de Miss Havisham es impresionante. Esta mujer añade un elemento surrealista al estar varada tanto tiempo en el fatídico día de su boda, que nunca llegó a celebrarse. Es por eso por lo que educa a la joven Estella para que jamás de los jamases sienta compasión por los hombres y les rompa el corazón. Havisham emplea a la pareja protagonista como si fueran títeres. Lo único que desea es que "jueguen" el uno con el otro. Incentivará el amor de Pip por Estella y a su vez el rechazo de esta hacia él. Magnífica caracterización y estupenda actriz para dar vida a esta señora loca (¿alguien me puede recordar cuál fue la última vez que Bonham Carter representó a alguien normal?). La de Fiennes es otra actuación soberbia, pero me la guardo porque sería spoilear demasiado y ya dije en su momento que esta sección NO pretende eso. Resumen: la mejor adaptación para darse cuenta de que los sueños pueden llegar a cumplirse... aunque a veces lo que quieres en realidad lo tienes delante y no te das cuenta hasta más tarde. El dinero no da la felicidad. Ficha técnica Grandes esperanzas (Great Expectations) 2012, Reino Unido Director: Mike Newell Reparto: Jeremy Irvine, Toby Irvine, Holliday Grainger, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Robbie Coltrane, Oly Alexander, Jason Flemyng y Sally Hawkins. Puntuación: 8/10 Post de Naiara Salinas Hay que acabar la Semana de la Infancia de muy buena forma y, si ayer alguien echó de menos algún que otro largometraje de mi lista, puede estar tranquilo, pues es mi intención llenar esa falta con una recomendación única: Matilda. ¿Por qué recomendar esta película tan famosa? A modo de rescate de una de mis pelis de la infancia míticas. Si la semana pasada me fui hacia lo más caballeresco y fantástico, esta vez el mundo en el que me muevo es el real. Entrañable, tierno… Tengo mil razones por las que incluir este filme en esta sección fija y todas se concretan en su argumento. Para las nuevas generaciones que todavía no hayan tenido el placer de descubrirla, Matilda está basada en una novela de Roal Dahl (popular por otros relatos como El pequeño vampiro y Charlie y la fábrica de chocolate) y cuenta la historia de una niña muy peculiar que nace en un ambiente barriobajero y humilde, con un padre estafador, un hermano mayor muy canalla y vago y una madre que, igual que Belén Esteban, podría coronarse “princesa del pueblo”. ¿Y por qué Matilda es peculiar? Porque al contrario que su familia, que se preocupa más de los bienes materiales, a ella lo que más le gusta en la vida es leer, y de hecho empieza a formarse sola acudiendo desde que aprende a caminar y a hablar a la biblioteca. Hasta que al cumplir los seis años, el patriarca, ante el temor de que unos detectives privados descubran la ilegalidad de las condiciones en las que vive la niña y de su propio empleo, decide escolarizar a la pequeña y la envía a un colegio donde conoce a la maravillosa señorita Honey y a la monstruosa directora Transbull, que no siente ningún tipo de compasión ni cariño hacia los niños. Allí Matilda no solo tendrá la oportunidad de hacer amigos y de desarrollar su inteligencia, bastante buena gracias a sus lecturas, sino que además descubrirá un talento oculto que la ayudará a defenderse de las amenazas de la Transbull y de sus familiares. Y, volviendo al porqué de recomendar esta cinta, porque, no sé si lo habréis notado, igual que Matilda soy una lectora ávida y también opino que en los libros se encuentra el saber más humano, así como el desarrollo de nuestra imaginación. No podría vivir en un mundo sin libros. Pero además de esa cuestión está la protagonista infantil que se enfrenta al mundo adulto desde su inocencia avispada (por muy contradictorio que pueda sonar). Matilda es una niña pero es la inteligencia y la evolución frente a una mujer que es puro músculo y crueldad. Esa paradoja resulta muy divertida y hasta encierra cierta complejidad. Por no hablar de ese talento oculto que uno se puede cuestionar hasta qué punto encaja en la película. Puede que no tenga nada que ver con el mundo realista que se pretende reflejar, aunque mi opinión es que, si nos ponemos a comparar los otros títulos del autor, ese rasgo es una marca personal y es también un reflejo de que la distancia entre lo real y lo fantástico, lo lógico y lo absurdo, es más corta de lo que parece. Para mí no hay nada en este largometraje que no funcione. El talento de Matilda nos conduce a la fuerza interior de las personas que con su fe y voluntad son capaces de mover montañas y lograr cambios en su vida. Vemos cómo la pequeña es capaz de encontrar su lugar en el mundo y cómo enfrentarse a las adversidades la ha hecho madurar muy deprisa, sin dejar de hacer lo que los niños a su edad hacen: pasarlo bien. Es una mini justiciera, un modelo a seguir. ¡Yo de pequeña la envidiaba! En resumen: es de esa clase de películas de cuya protagonista te enamoras y con cuya percepción del adulto mandón e imponente (aunque no siempre tenga razón) podrías llegar a identificarte.
Ficha técnica Matilda (Matilda) USA, 1996 Director: Danny DeVito Reparto: Danny DeVito, Mara Wilson, Liccy Dahl, Pam Ferris, Embeth Davidtz Puntuación: 10/10 Post de Naiara Salinas El cine también es un elemento importante cuando hablamos de infancia. Todos tenemos primeras películas de la misma forma que series, historias que no solo entretuvieron sino que también asentaron las bases de nuestro gusto, que nos transmitieron importantes valores y nos hicieron soñar, tanto si partiesen de un guion original como de uno adaptado. Así que he seleccionado veinte largometrajes que podría seguir viendo hoy en día si la ocasión se presentase. 1. E.T. el extraterrestre (1982) La imagen de Elliot y su amigo de otro mundo sobrevolando la ciudad y la montaña a la luz de la luna, acompañada de la banda sonora de John Williams siempre se me quedará grabada, así como el “Teléfono, mi casa”. 2. La historia interminable (1984) Basada en el clásico de Michael Ende, aunque el resultado no gustase al escritor, para mí es uno de esos clásicos que recuerdas con cariño y cierta ironía, ya que es una película que, pese a tener continuaciones (muy malas, por cierto), terminó. Y siempre quedará esa mítica canción que, una vez que se te pega, es para toda la vida. 3. Los Goonies (1985) Cuando Sam Sagaz no era más que un pequeño niño empeñado en encontrar el tesoro de un viejo pirata debajo de su casa para salvar a su familia de la ruina y no tener que mudarse. Grupo de amigos, aventuras… Clásica película de Spielberg para niños. Cindy Lauper puso el tema principal en los créditos y el personaje de Gordi protagonizó esta mítica escena tan recordada entre mis amigos (un poco parecida al discurso que se marcó Tyrion Lannister cuando fue juzgado en el Nido de Águilas, je): 4. Regreso al futuro (1985) Una trilogía que volvió locos nuestros cerebros con tanto quebradero temporal. Aun así, Marty McFly y Doc pasaron a la historia a lomos del DeLorean y crearon modas como las zapatillas que se atan solas y los monopatines voladores. 5. Fievel y el nuevo mundo (1986) Una película muy tierna donde un pequeño ratoncito descubría Norteamérica tras un largo viaje desde Rusia. Allí tenía que encontrar a su familia. 6. En busca del valle encantando (1988) ¿Cómo olvidarse de esa pequeña tropa de dinosaurios compuesta por Piecito, Sera, Patito, Petri y Púas? Una de las películas más conmovedoras, que nos enseñó el valor de la amistad y la unión, el esfuerzo y la esperanza para abrirse espacio en un mundo hostil plagado de enemigos, con el objetivo de encontrar a las familias. Probablemente la primera película sobre las consecuencias de un desastre natural que vi. 7. ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) Una cinta que combinaba imagen real con dibujos animados. La historia de un increpamiento y una investigación para limpiar el nombre de Roger Rabbit, acusado de asesinato. 8. Willow (1988) Más fantasía. Un joven mago enano que debía proteger a una princesita destinada a acabar con la tiranía de una malvada reina. En su odisea no faltaría un humano ladrón que termina demostrando ser un guerrero muy capaz. 9. Cariño, he encogido a los niños (1989) Una máquina que no solo tenía el poder de encoger, sino también de agrandar, como demostró la secuela. Era sorprendente contemplar el mundo desde los ojos de un insecto. Diversión y emoción a partes iguales. 10. Solo en casa (1990) El niño que nos enseñó que estar solo en casa un día tan familiar como Nochebuena tenía sus pros y sus contras. Canalla y avispado como él solo, su valentía y su astucia fueron dignas de admirar. Al final, aprendimos que la solidaridad (como cuando el viejo del que siempre huía le ayuda) y el perdón (a su familia) son pilares de la vida. 11. Hook (1991) ¿Qué pasaría si de repente Peter Pan creciera y olvidara lo que es ser un niño? Así empezó este largometraje que nos demostró que nunca se es demasiado adulto para regresar al país de Nunca Jamás y recuperar la ilusión y la imaginación. Y con el gran Robin Williams, en paz descanse, en la piel de uno de mis héroes de la infancia. 12. Beethoven (1992) El mejor amigo del hombre fue aquí un San Bernardo que lo rompía y ensuciaba todo, adoraba la música clásica y, a la hora de la verdad, demostraba su lealtad protegiendo a sus niños y dándoles el mismo amor que ellos a él. Un gigante con corazón. 13. Parque Jurásico (1993) ¿Dinosaurios en el siglo XX? ¿¿¿Dónde??? Eso debieron de pensar los críos más entusiastas cuando oyeron hablar del estreno. Yo no pude porque en esos momentos estaba ocupada formándome en el vientre de mi madre. Aunque al principio le tenía un poco de miedo (había momentos muy de susto) le acabé cogiendo cariño. Después de todo, ambas vinimos al mundo el mismo año. 14. Casper (1995) Era y siempre será mi fantasma favorito. Por lo majo y mono que era. Sus aventuras con Kat en la mansión me tenían enganchada, y ni qué decir de otras aventuras como Casper y la bruja Wendy, con Hillary Duff de joven. Pero mi favorita seguirá siendo esta. 15. Jumanji (1995) Robin Williams regresa a la lista con esta aventura que parte de un juego africano donde suenan tambores y que es capaz de crear el caos cuanto más avanza la partida. Este filme, de algún modo, te enseña a ser valiente y asumir las consecuencias de tus actos. Alan Parrish comienza y acaba el juego, dejando dramas por el camino. 16. Toy Story (1995) Esta es mítica por ser la primera película de Pixar, aunque con tres años lo que más me importaba a mí eran los juguetes. Con lo coleccionista que era yo de ellos (tan caprichosa que mis padres estaban un poco hartos), acabé creyendo que de verdad cobraban vida cuando no les miraba, ya que a veces oía ruidos en mi cuarto. Y me escondía bajo la sábana y vigilaba a ver si veía alguna silueta moverse. Nunca pasó, pero mi imaginación me la jugó. 17. Air Bud (1997) Otro perro maravillas, esta vez que jugaba a deportes como baloncesto, fútbol, béisbol… Hoy en día es su estirpe la que ha protagonizado una saga. 18. Flubber y el profesor chiflado (1997) Vale, Williams me gusta mucho, se nota, ¿no? En esta ocasión encarnó al creador de un ser gelatinoso que las armó grandes. Pero luego recuerdo que todos queríamos un Flubber en nuestra vida. Después de todo, ese chiquitín no solo era divertido, sino también útil. 19. Stuart Little (1999) ¡Un ratón que habla! Vale, eso no es raro. ¿Pero y si viste como una persona normal y se relaciona con ellas? Tampoco. ¿Y es de carne y hueso? Ok, eso ya es especial. Esta película me enseñó que no importa cuán diferente seas, ya que siempre tendrás derecho a una familia y siempre tendrás un padre y una madre para el que seas el niño de sus ojos. 20. El pequeño vampiro (2000)
Antes de Entrevista con el vampiro, antes de Underworld, antes de Crepúsculo… Mi primera película de vampiros, una de las mejores, fue esta, en la que el niño de Stuart Little se alió con un joven y guapo vampiro para encontrar la piedra del cometa Átamon y devolver a la vida a todos los vampiros malditos. |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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