Post de Naiara Salinas Para quien venga del ránking de los personajes de series, ninguna sorpresa: misma regla. Si bien lo de los personajes es algo que suelo tener súper claro, con el cine me ha costado mucho más elegir y ordenar, quizá por las tropecientas películas que he visto este año (y ni siquiera llegan a 150, creo). ¿Que qué me ha pasado? Ay, la vida, muchachos/as/es. Pero vayamos al lío. Insisto: solo personajes NUEVOS. Que luego vais y me lanzáis tomates por no meter a Lady Di, aunque sea una nueva versión (adoro a Lady Di, que conste. Quiero el Oscar para Kristen, no se hable más). Otra nota: lo que veáis en estos tops no tendrá mucho que ver con el resultado oficial en el top de series y películas del año. Es decir, que no porque un personaje esté en el puesto uno, significa que su serie o peli lo estará. Son dos temas muy distintos. Menciones honoríficas De nuevo quiero honrar el veintiuno de 2021 con once nombres aparte que merecen ser recordados a pesar de no entrar en el top principal. Y aquí no hay orden de preferencia. Ellos son:
Sigamos con ese top 10. EDIT: hay un personaje (cof, puesto 4, cof, cof) del que me he olvidado vilmente y, aunque es trampa, lo cierto es que es de los que más me calaron. Si me he olvidado es por el bombo que tengo en la cabeza ahora entre tantas películas y series. Así que he modificado ligeramente el top. Mirabel pasa a mención honorífica (porque la sigo queriendo) y los demás sufren un cambio ligero de puesto. Lo sé, me acabo de marcar un Dumbledore. Mis disculpas. Si estás leyendo esto después del 30 de diciembre, entonces te da igual. 10. Ludwig Dieter/Sebastian (Ejército de los muertos/de ladrones) Este ladrón de pacotilla (sí, otro más), friki bonachón, se ha ganado un hueco en mi corazón, siendo el mejor personaje de la película donde era un secundario y luego repitiendo éxito en su spin off. Con semejante doblete tenía que entrar en el top. Ludwig es un enamorado de su campo y no tiene miedo de demostrarlo, es el típico que con tal de superarse a sí mismo o encontrarse con el objeto de su obsesión arriesga la vida, aunque nunca su integridad. Es un tipo con buen corazón y un humor particular, es de esos inteligentes introvertidos que difunden la verdad a través del sistema de moda: YouTube. Y solo por eso empatizo con él, pero es que además es achuchable a más no poder. 9. Sizu (Raya y el último dragón) Quién iba a decirme que una dragona aparecería en este top (ver para creer), pero es que todo lo que representa Sizu es un SÍ en mi interior, como esa criatura poco hábil y un tanto inocente capaz de ver lo bueno del mundo y optando por la confianza y la fe antes que por los prejuicios y el odio. El personaje es una parte importante para la transmisión del mensaje de su película y también para inspirar a la protagonista y ayudarle a madurar como persona. Su final es glorioso. 8. Luca (Luca) El espíritu de este joven monstruito es entrañable. Rescata ese niño interior de tu alma que se aventura a descubrir el mundo íntegramente, pero más importante aún de él es lo abierta que tiene la mente para asimilar toda esa información que le llega. Luca es como un Pinocho más positivo, porque su única mentira (ocultar su identidad) es por el bien de su gente y de sí mismo. Lo que no está bien es usar eso como una excusa para aprisionarse, que es lo que Alberto le hace ver. El afán de este muchachito por aprender a vivir es algo con lo que puedo identificarme muy fácilmente. ¿Y lo que cuida a sus amigos? A ver, sinceramente, Alberto y él están muy a la par en este aspecto, pero Luca tiene algo más, así de sencillo. 7. Paul Atreides (Dune) Uno de los personajes más complejos con los que me he topado este año y tremendamente bien capturado en la adaptación de Denis Villeneuve. Paul es digno hijo de sus padres, incorporando las mejores cualidades de ambos a su personalidad. Me vi la película del 84 en primavera; en verano me leí el libro y a las puertas del otoño me vi el remake, y mi conclusión es que Paul es un personaje muy intensito que necesita un poco de risoterapia y algún que otro abrazo, pero algo que me gustó mucho de cómo lo interpretaba Timothée Chalamet es ese aire fresco propio de la juventud que presenta al principio de la historia, donde lo vemos más risueño, curioso. Es un joven heredero al que la vida obliga a crecer deprisa y que se va llenando de amargura a medida que lo hace por todo lo que pudo ser y no fue, abrazando su destino hasta el líder divino en el que se debe convertir (suerte que tiene muy buenos maestros para guiarle en ese viaje). Un Mesías de la ciencia ficción. Es uno de los arcos más ricos y quedo pendiente de ver cómo prosigue. 6. Yelena Belova (Viuda Negra) Es cierto que el arco de este personaje se completa con la serie Ojo de Halcón, pero donde la conocemos es en el spin off cinematográfico de Viuda Negra. La hermana adoptiva de Natasha enamora desde la primera escena, como esa tierna niña que cree que todo lo que vive es real, hasta que el mundo le lanza un jarrón de agua fría y convierte su vida en un infierno. Cómo se levanta y supera todo eso es la prueba de su fortaleza, cómo de estar unida a su hermana adquiere resentimiento por el abandono, cómo llega a enseñarle cosas al mismo tiempo que continúa inspirándose en ella y cómo al final, justo cuando encuentra su vocación, su misión de vida, vuelve a perderlo todo y de nuevo tiene que remontar, pero esta vez sola. Es uno de los personajes más bonitos de Marvel, con mucha claridad a pesar de toda la oscuridad que la rodea, y un sentido del humor algo bruto que me gana con poco. Mucha personalidad, mucho desarrollo y mucho futuro, espero. 5. Jonathan Larson (Tick Tick Boom) Es curioso incluir aquí un personaje de la vida real, pero es que hasta que llegó este musical literalmente sabía cero de la vida de Larson; ni siquiera lo busqué por Rent. Hay muchas cosas de John que me resultan familiares para bien y para mal: ese ansia por crear y dejar alguna huella mientras se ve consumido por el tiempo, que avanza deprisa; esa sensación de no estar haciendo nada, aparte de fracasar; esa motivación e imaginación; esa capacidad para contar historias mientras las vive; su sensibilidad; su caos interior que manifiesta siendo desastre en aspectos básicos de la vida, etc. Es un individuo muy grande, muy auténtico y Andrew Garfield tiene una capacidad alucinante para acercarlo al espectador. Fulminante. 4. Ratcatcher II (The Suicide Squad) Una de las sorpresas del año, para rato me esperaba yo que en una película con Harley Quinn me fuese a encariñar más de esta ladrona... (bueno, ahora que lo pienso, sí era de esperar) amante de las ratas con un corazón muy puro y lo bastante afable como para desencajar en ese grupo de criminales súper brutos, aunque algo que funciona muy bien en esta película es la química entre todos los personajes. La relación de este con el de Idris Elba me pudo demasiado, casi como una hija y un padre. Daniela Melchior ha sido un descubrimiento y pone tanto corazón que sin duda se convierte en el alma del equipo, sobre todo con ese alegato final. Ella representa a todos los marginados que buscan su lugar en el mundo. Y también me representa a mí cuando no hay quien la despierte. 3. Druig (Eternals) Para mí el gran plot twist de esta película y del año fue darme cuenta de que Druig no iba a ser el villano que garantizaba su apariencia, su personalidad conflictiva y su historial en los cómics. De hecho es el más concienzudo de todos, el más sabio y me encanta todas las lecciones que da, tanto seria como irónicamente. Sus zascas continuos son palabra del señor para mí. No solo es avispado y superviviente, sino gracioso (a su manera), valiente y bastante más leal a los suyos de lo que deja entrever. Es un marginado porque piensa diferente, pero nadie se da cuenta de que, por su habilidad, es el más inclinado a empatizar. Aparte, ama la comida. ¿Cómo no quererle? Os juro que eclipsó de una forma muy exagerada a mis crushes (ciertos Stark que coinciden por aquí, ejem, ejem...). 2. Eloise (Última noche en el Soho) Donde los demás solo tienen ojos para Sandie, yo miro a Eloiiiiiiseeee, porque, como ya comenté en la crítica, es la figura fuerte, resistente y peleona de verdad en esta historia, aunque la vendan como una patética chica de pueblo que no tiene lo que hace falta para sobrevivir en la capital. Pero lo encontrará, vaya que sí. Eloise es un personaje muy dual y bastante bien desarrollado, pero al final de lo que no me puedo desentender es de su increíble gusto por la música y de cómo se inspira a través de los sueños. Ya sabéis (si la habéis visto) que en la película se juega con el doble significado de ese vocablo; Eloise recorre la delgada línea que separa el mundo onírico de la realidad, tiene una capacidad que otros verían como trastorno y en su aprendizaje eso es muy importante, porque todo lo que amaba del pasado se convierte en una pesadilla que le hace replantearse muchas cosas, gracias a que desde su época lo contempla todo con los dedos de frente que por fin adquiere la humanidad tras décadas de arcaísmo. Toma decisiones erróneas con la intención de encajar hasta que se encuentra a sí misma gracias a haber superado la prueba a la que le somete toda la situación. Creo que es uno de los mejores desarrollos del año (en el cine, siempre valoro muy positivamente a los que caen para volver a levantarse). Su final es poesía. 1. Cassandra (Una joven prometedora) ¿Alguna vez os habéis encontrado con un personaje que para vosotros estaba escrito perfectamente de principio a fin? Quizá después de todo lo que he dicho sea muy raro plantear esto, pues Cassandra no es perfecta, simplemente es un personaje como los demás que destaca por su personalidad arrolladora y su porvenir. Pero ella lo significa todo para su filme. Así como sientes y sabes que Dune es más grande que solo Paul o Eternals más que Druig, Cassie es toda Una joven prometedora, es el núcleo del guion, su razón de ser. En ella se forja una dicotomía vocacional entre lo que podría ser y lo que es de verdad, entre su sueño y su objetivo. Se trata de cómo el segundo se acaba convirtiendo en lo primero porque le pueden más sus ganas de justicia que sus intereses personales, hasta el punto de que es incapaz de ser feliz sabiendo lo que sabe y no actuando al respecto. Es un tipo de mentalidad que normalmente se atribuye a los malos, a los psicópatas y seres con un trastorno obsesivo-compulsivo, pero Cassie ni es compulsiva ni una trastornada (aparte, no la verás como asesina en serie aunque te la vendan así. Es bastante responsable). Su zasca final es uno de los que no voy a olvidar en la vida. Lleva lo del altruismo justiciero y el amor a otro nivel.
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Post de Naiara Salinas Antes de nada, sí, voy a hablar de esa película de la que todo el mundo lleva hablando desde el año pasado. No, a pesar del título, no voy a soltar NINGÚN PUÑETERO SPOILER. Podría hacerlo, porque ya no hay ninguna veda que me detenga y nadie está obligado a leer esta crítica (es más, si no habéis visto todavía la película, os animo encarecidamente a cerrar esta ventana ipso facto, alejaros todo lo que podáis de internet e ir al cine lo más vírgenes posible). Pero prometimos en redes que seríamos buenas y lo vamos a ser, que la Navidad anda cerca y queremos regalos, no carbón. Además, pienso demostrar que se puede hablar de la película sin estropear la experiencia. Es más, si seguís aquí, os invito a reflexionar conmigo sobre todo este movimiento tan fanático que se ha levantado en torno a ella. No habrá paz para los hackers Han pasado solo tres días desde que vi Spider-Man: sin camino a casa (No Way Home) y os aseguro que todos y cada uno de ellos he seguido pensando en esa peli, digiriendo todo lo que ha sido, pero, ante todo, respirando por primera vez en semanas que ahora mismo solo puedo comparar con un campo de batalla cibernético contra el exceso de información, donde había que «atrincherarse» en un nicho seguro mientras llovían las bombas de spoilers, por una vez ni siquiera por culpa de Tom Holland. Es de agradecer el esfuerzo del equipo por mantener el secreto todo lo posible, que ahora que estoy escribiendo este post mordiéndome los dedos me doy cuenta de que ha sido titánico. Querido hacker filtrador: tú que estás ahí bien satisfecho en la silla de tu escritorio iluminado únicamente por una pantalla. Sí, tú. Si me estás leyendo, quiero que sepas que Tom Holland no recibió un cursillo intensivo impartido por Benedict Cumberbatch y Kevin Feige sobre cómo no cometer spoilers para que vengas tú ahora y lo filtres todo, desgraciao. No obstante, mi queja no es tanto por esas filtraciones que, a fin de cuentas, conseguí esquivar como si surfeara en aerodeslizador (en su mayoría, al menos), sino también por el planteamiento de la campaña de promoción de Sony y Marvel (aquí si se riñe a una, se riñe a la otra también). Y es que por mucho que disfrutase la película, sé que podría haberme emocionado muchísimo más si literalmente no hubiese sabido más que lo básico. Y qué es lo básico, diréis. Este filme supone el cierre de una trilogía que aborda el conflicto de Peter Parker cuando Mysterio, el villano de la segunda entrega, revela su identidad al mundo entero. Si quiere salir de este embrollo necesitará ayuda, pero a veces hay que tener cuidado con lo que se desea... Un marketing desafortunado Si me hubiesen vendido esa sinopsis, solo esa sinopsis, hubiese seguido sintiendo atracción por la película. De acuerdo, no es mucho, pero suena intrigante, alguna razón habrá por la que exista tanto secretismo. Mira el bombazo que fue Vengadores: Endgame, que consiguió salir adelante sin ninguna filtración y fue emocionante de principio a fin. Incluso los avances de esa película se realizaron para mantener en secreto la verdadera jugada, cosa que con Spider-Man no tanto y es de cuestionarse el motivo. ¿No es esta versión del personaje lo suficientemente interesante? ¿Marvel estaba harta a estas alturas de seguir decepcionando con algunos de sus estrenos del año y quería garantizar el espectáculo más absoluto? Por lo que a mí respecta, me parece que esa preocupación era innecesaria: todos sabíamos que venía algo grande, se olía en el ambiente, había demasiados rumores. Si en lugar de mostrar directamente el hueso al perro le hubiesen ido dejando migajas, cuando encontrase el premio estaría loco de alegría y, sobre todo, muy sorprendido (y doblemente alegre). En cambio, al mostrar ese hueso, el animal comienza a dar saltos y a ladrar, y se lanza como loco a por la presa sin tener en cuenta lo que rompe y aplasta por el camino. Es una metáfora que puede parecer muy tonta, pero es lo que de hecho ha ocurrido con el fandom, que no podía estarse callado en ningún momento, hasta el punto de que, si realmente querías ir ciego/a/e por la vida debías o burlar al algoritmo o pasar en las redes sociales el menor tiempo posible e ignorar las tendencias. Yo sé cuándo soy muyyyy pesada con algo, lo llevo siendo con mis obsesiones todo el año. Y por eso entiendo la reacción, entiendo el ansia, pero hay un límite, y cuando Marvel se quiere cerrar en banda, lo correcto es respetarlo y no estar atosigando, porque atosigar en el caso de Spider-Man, un superhéroe con muchísimos adeptos (puede que el que más), implica ser trending topic todas las malditas semanas. Una foto de rodaje por aquí, una entrevista sospechosa por allá, análisis de cada plano, cada diálogo, cada palabra... Y cuando llega el segundo tráiler y se revela más allá de la base argumental inicial, toda teoría se convierte en confirmación. No estoy hablando de lo que es mentira y verdad en esta campaña, sino de la reacción popular. Y ello repercute en el nivel de hype que, cuando viene en dosis demasiado exageradas, a mí por lo menos me echa para atrás, ya que nunca he creído en los excesos y a mí me gusta controlar la excitación, no sea que luego me lleve decepciones (no siempre lo consigo, es verdad, pero normalmente esa es la razón por la que acabo disfrutando muchas cosas que los demás no). Dicho esto, no estoy segura de considerar a Spidey mi superhéroe favorito (aunque nos ha dejado algunas de las mejores lecciones y aventuras), por lo que entre eso y el bombardeo, mi hype andaba en un nivel normal, como el resto de largometrajes (salvo con Dune). Con el Arrowverso aprendí que esto de los megacrossovers tiene un lado oscuro, dado que tienden muchas veces al mero fan service y, cuando sabes ya mucho de antemano, no verlo como te esperabas o deseabas a veces provoca decepción, ya que la película que te montas en tu cabeza siempre suele ser más grande y más épica que la realidad. Como espectadora he tenido buenas y malas experiencias con el fan service; el ejemplo más evidente es la segunda entrega de Animales fantásticos. Con respecto a DC, incluso las cosas que me gustaron también me dejaron un poco fría porque se quedaban a menudo en meros cameos y ya que hay fan service sería bonito desarrollarlo un poco más, ¿no? Es como si ese verbo fuera en contra del concepto fan service. Por tanto, por mucho que haya disfrutado el largometraje entero, lamento decir que, exceptuando una escena del primer acto, a mí la primera mitad se me hizo muy normalita y nada sorprendente, un desarrollo muy entretenido del segundo tráiler con el humor que caracteriza a esta trilogía y unos efectos visuales de cinco estrellas. Y eso me dio entre pena y rabia, porque yo quería sorprenderme de verdad, así que no pude evitar cierta decepción. Por suerte, Spider-Man: sin camino a casa es más que un megacrossover... El truco final
Sin camino a casa no deja de ser una conclusión y el guion es bastante consciente de ello, tanto que se quiere despedir a lo grande con una idea más ambiciosa y compleja que las anteriores películas y que sumerge a este Peter en todo un viaje para reencontrarse a sí mismo. Hemos visto a Spidey ganarse un hueco en el mundo como superhéroe e intentando compaginar las dos mitades de su vida. El conflicto de esta parte pasa por darle toda la vuelta al bien que ha ejercido durante años y obligarle a asumir las consecuencias como ciudadano de a pie, lo cual no deja de tener su ironía porque... ¿acaso los superhéroes tienen carta blanca por vivir en el anonimato pero en cuanto conoces su identidad secreta se convierten en enemigos públicos, irresponsables y rebeldes a los que enseñar modales? ¿Y lo del «amigo y vecino» dónde queda? La población de Nueva York parece sufrir un lavado de cerebro y olvida convenientemente todo el bien que el chaval ha hecho por ellos, lo que no solo afecta a su vida personal, sino también a las de sus allegados. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y así se llega al embrollo. Un embrollo que da la oportunidad de desarrollar más al personaje, obligarle a cuestionarse realidades antes obvias y hasta confrontarlo con su lado oscuro y acercarle más a la madurez que se espera de quien ayudó a salvar toda la galaxia. El Peter Parker del principio puede parecer egoísta, pero bajo esa capa se esconde un altruismo que va aflorando cada vez más hasta un cierre muy digno. Si antes comentaba que la primera mitad me había parecido corriente, en la segunda, marcada por un giro dramático que lo cambia todo y es el secreto mejor guardado, el guion se viene muy arriba y es un auténtico deleite, mucho más de lo que se había filtrado o de lo que sospechábamos. Nada te prepara para toda esa adrenalina que sientes como fan y que te hace valorar cada segundo. ¿Fan service? De campeonato, pero el mejor que he visto en años porque todo lo que sucede y cómo sucede tiene mucho sentido, se respeta la coherencia interna, el orden lógico de las acciones. Se obra con mucha justicia poética y el guion no se pierde en las referencias, sino que mantiene el foco en el propósito del filme. Así que, como conclusión, esta es la película más seria de esta versión, donde Tom Holland ofrece su mejor interpretación como el hombre araña. Los arcos se completan, se abren nuevos caminos que espero que Marvel desarrolle y, si eres fan de Spider-Man, la vas a gozar muchísimo y vas a querer verla varias veces, aunque ninguna será tan mágica como la primera. En mi caso, yo quisiera verla de forma más fría para juzgarla bien, dado que ahora que he dejado que se asiente todo el mazazo, me parece mejor película de lo que me pareció en la sala (soy un bicho raro). Sobre todo, es una prueba de que, a veces, menos puede ser más, y espero sinceramente que Marvel replantee sus próximas campañas hacia la sutileza. Así que recuerda, querido lector, cuando la veas, que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad. Lo mejor: los spoilers. Lo peor: los spoilers XD. Post de Naiara Salinas *Voz de Laura Pausini*: Diciembre yaaaa llegóooo. Así que toca el recopilatorio de críticas cortas y sin spoilers del mes anterior. En octubre me quejaba de que casi no había visto pelis y me comí algunas «de relleno». Pues bien, noviembre me oyó bien fuerte y prácticamente me lanzó estrenos a metralla. Aunque yo siempre digo que, si hay que arruinarse, que sea por el bien de mi salud mental. PD: en este crossoverazo he dejado atrás dos de las que más me gustaron: Eternals y Última noche en el Soho, que siendo tan grandes no daban espacio a las demás (badum tss). ![]() Ejército de los muertos (fecha de visualización: 1 de noviembre de 2021) Con esta seré breve. Nada como terminar Halloween con El juego del calamar y seguir prolongando la fiesta con zombies. No fue precisamente un estreno del mes, sino un estreno del año que en mi caso se retrasó. No estaba muy arriba en la lista de pendientes, pero, si recordáis, disfruté tanto Ejército de ladrones que acabé queriendo darle una oportunidad y ver cómo finalizaba el viaje de Sebastian, alias Ludwig Dieter. La trama es básicamente una premisa de videojuego con una misión bien definida desde el principio: grupo de gente muy variopinta pero badass se cuela con una guía aún más badass en Las Vegas, ciudad invadida por los zombies, para llegar a una cámara acorazada y conseguirle a un millonetis el dinero porque al hombre no le bastaba con lo que tenía. Lo que me llamó del filme es la soltura con la que se maneja Zack Snyder, más desenfadado que en prácticamente toda su filmografía (hay una diferencia abismal entre esto y su Liga de la Justicia: el tono, el ritmo... No tanto en los personajes, sin embargo). Ese humor negro me funcionó bastante bien y logró que me entretuviera toda la película, aunque no todos los personajes me terminaron de cautivar (mejor para mí, dado el nivel considerable de víctimas que hay). De hecho confirmo que Sebastian, o Ludwig, continúa siendo la estrella y fue muy agradable captar todas las referencias a su aventura anterior. Probablemente si hubiera visto los largometrajes a la inversa habría apreciado la profundidad del personaje de otra forma. Aparte de eso, el guion es tan básico que no se detiene mucho en historias pasadas, pero por el tipo de argumento tampoco me sorprende, es decir, aquí se viene a lo que se viene. Otro aspecto que merece destacarse son los zombies: me moló mucho el clan inteligente. En resumen: Las Vegas es un buen escenario para una aventura de zombies y seguro que los gamers pueden apreciar más el desarrollo de la misión y cada obstáculo que surge. El guion no es muy profundo que se diga, a excepción de la familia protagonista (porque siempre hay una familia protagonista), pero tampoco se anda con muchos rodeos. Peli de tarde, tan solo un poquito mejor que la media en este género y todo porque Snyder sabe plasmar ambientes y dirigir la acción. Por lo demás, no muy memorable. Le doy un 6. Lo mejor: los zombies (y el que haya uno tigre), la química Ludwig-Vanderohe y la ambientación. Lo peor: de lo más básica y predecible, aunque muy coherente. También me chirría que siempre haya un personaje que toma decisiones estúpidas y lleva al grupo a la perdición, lo quiera o no (y no me refiero al típico personaje al que te puedes cargar de un tiro, sino al que se supone que es importante). ![]() Alerta roja (fecha de visualización: 7 de noviembre de 2021) Nueva aventura cómica protagonizada por ladrones. Netflix, te veo desatada este año; yo creo que hasta podemos hablar ya de subgénero, porque, vaya, siento que me he pasado el año viendo un maratón temático mes a mes. El trío compuesto por Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot ya era suficiente clickbait, pero tras haberme enganchado a estas tramas no tardé ni diez segundos en incluirla en mi lista. Sin embargo, al final la aventura me supo a poco, o quizá sería mejor decir que fue muy light, muy del montón, algo disfrutable (en buena parte gracias al humor y la química notoria de este equipo), pero no memorable. De hecho eso es todo lo que recuerdo, que me reí en un par de ocasiones y pasé un buen rato, pero nada más. Obviamente la podemos encasillar en trama típica para un Ryan Reynolds muy típico (el que sabe lo que se le da bien, sabe, yo ahí no pongo pega alguna, que conste). Posiblemente el mayor plot twist interpretativo lo consiguió Gal, despegándose de todo el misticismo y los coros de guerra de Wonder Woman y convirtiéndose en toda una criminal, mujer de negocios rastrera y sex symbol. Realizó un papel que acabó sentándole como un guante y me dejó con más ganas de verla en esa faceta corrupta. Sin duda ahora su versión de la madrastra de Blancanieves promete más. En resumen: no es la mejor historia ni el mejor equipo de ladrones, pero sin duda por su gracia y salero merece disfrutarse como peli de tarde. Sobresaliente en compenetración. Le doy un 6,5. Lo mejor: Ryan Reynolds haciendo lo que mejor se le da y Gal Gadot en modo «malota muy badass». Ah, sí, y Dwayne, no olvidemos al Dwayne cada vez más enfocado en la comedia pero sin decir adiós a la acción. Por otra parte, hay gags curiosos, como el cameo de Ed Sheeran (ups, spoiler alert). Lo peor: lo dicho, solo es una más. No va a ser el exitazo de Netflix en 2021, está claro. ![]() Eiffel (fecha de visualización: 12 de noviembre de 2021) Cuando en cartelera aparecen biopics que cuentan el origen de obras artísticas emblemáticas, una servidora debe ir (y es en estos casos cuando echo de menos las clases de Historia del Arte para poder preguntarle por el salseo al/a la profe de turno). Porque así es Eiffel: mitad torre, mitad salseo. La trama sigue al artífice del mítico monumento, Gustave Eiffel (Romain Duris), desde que presenta el proyecto al comité para la exposición de 1889 hasta que lo inaugura, y entre medias inicia un affaire con Adrienne (Emma Mackey, la de Sex Education), una mujer de su pasado que regresa para inestabilizar su corazón. Algo que me suele irritar un pelín de estos guiones es la necesidad de incorporar un romance de culebrón por añadir un poco de morbo, como si ser testigos de la construcción de una de las mayores torres del mundo no fuera argumento lo suficientemente atractivo (a mí las historias sobre descubrimientos y edificaciones, insisto, me suelen atraer mucho. ¿Quién no quiere saber de dónde viene todo lo que admiramos en el presente?). Sin embargo, en este caso acabé retractándome, dado que este guion parte de una leyenda urbana con cierta base histórica y, más importante, es de producción francesa. ¿Quiénes mejor que los franceses para hablar de su obra cumbre, tan minusvalorada durante las obras? Además, no por nada la torre hoy en día se emplea somo símbolo del amor: fue el que la inspiró, o eso cuentan los rumores y las biografías. Por tanto, aunque a priori innecesaria, esta trama intermedia cuya evolución conocemos a través de flashbacks dota al filme de un sentimentalismo que nutre a través de la frescura y la rebeldía de sus protagonistas. Las emociones importan para despertar el demonio creativo de Eiffel e impulsarle a levantar algo contra viento, marea y finanzas. En resumen: un largometraje de pasiones, inspiración y lucha encarnizada contra la opinión pública y los elementos naturales. Como historia llega a ser muy interesante y equilibra muy bien el fondo real con el inventado o reinterpretado, de forma que sales valorando mucho más el resultado de lo que ocurrió (porque sí, esos tomates verbales que le soltaron al pobre sucedieron en la vida real. Resultó que solo unos pocos creían realmente en el proyecto por culpa del diseño, más que de la altura. Yo en la sala quería gritar a los detractores: «¿No os dais cuenta de que hoy en día es el símbolo de Francia como Eiffel quería, necios, más que necios?»). Aparte, la parejita lo hace increíblemente bien, en su punto los dos. Le doy un 7. Lo mejor: explorar el pasado de Eiffel y su torre, más Emma Mackey, que, por si en Sex Education no lo demostró lo suficiente, tiene un talento para el francés y la interpretación casi innato. Lo peor: lo montaña rusa que se vuelve esta relación hasta una resolución un poco pobre. ![]() Tick Tick Boom (fecha de visualización: 19 de noviembre de 2021) Imaginaos el subidón de ese viernes empezando la tarde con Última noche en el Soho y concluyendo con el primer musical cinematográfico dirigido por el genio de los musicales, Lin-Manuel Miranda. Solo imaginad el éxtasis en el que acabaron mis oídos y entenderéis por qué voy a valorar deliciosamente esta película, porque creo que fue el mejor viernes de todo el mes. Casi realicé un vídeo con estas dos, porque por verlas tan seguidas acabé encontrando varios puntos de comparación, pero al final me refrené. Y es que Tick Tick Boom también es una película sobre sueños, aunque menos literal: es el sueño de un hombre real, Jonathan Larson, por producir un musical en una época invadida por otra crisis económica para los artistas (de la que nunca han salido) y otra crisis sanitaria (el sida). Es el lado oscuro y humilde de la vida bohemia neoyorkina que tanto se prodigaba en Rent, musical, por cierto, que ahora comprendo mucho mejor, gracias a la inmersión total del guion en Larson como hombre de familia y amigos y como creador ávido de éxito. El filme explora los inicios de Larson en Broadway, cómo intenta abrirse un hueco con su mente tan vanguardista y cómo se va atropellando a sí mismo hasta que encuentra su voz. El papel de Andrew Garfield encarnando a este soñador es de Oscar todo el metraje: como el alumno más empollón de la clase realizó un estudio muy cuidado de Jonathan hasta el punto de que ganaría incluso Tu cara me suena sin pestañear, por no hablar del talento musical que nos ha descubierto que posee. Así que nada me gustaría más que verlo hablando de esta interpretación cuando por fin salga a la luz en Spider-Man No Way Home, ya solo por venganza, porque el chaval merece esta atención. Conserva parte del excentricismo que ya le vi en Los ojos de Tammy Faye, pero en un rol completamente distinto donde se permite ser más un espíritu libre únicamente preso de sus demonios creativos pero que siempre aboga por vivir con pasión y autenticidad. Es decir, en la piel de Jim Baker el pobre estaba sometido a mucho estrés por mucha presión y eso le dejaba al borde de un ataque de nervios con sonrisas muy tensas e hipócritas. Aquí si se tiene que poner nervioso, lo abraza, es uno con la ansiedad, y así es como funcionan los artistas de verdad. La banda sonora es deliciosa, mejor que la de Rent, con más variedad de tonos y timbres, y la dirección de Miranda muy notable y prometedora. Combina todo lo que sabe de los musicales sobre tablas con lo que ha podido aprender trabajando para el cine mayormente como compositor, actor, guionista y productor. Quizá sea su primera película como capitán, pero el hombre venía con los deberes hechos y, aunque aún tiene alguna cosa por pulir, promete seguir ascendiendo. En resumen: a los Oscar de cabeza. Creo que es el mejor estreno cinematográfico en streaming del año por ahora. Lo mejor: la trama, porque adoro explorar a los genios creadores y esta logra enganchar y que te intereses por el porvenir de los personajes; Andrew Garfield y la banda sonora. Lo peor: hummmm sé que había un «pero» relacionado con algo del montaje (no me refiero a la estructura basada en flashbacks porque eso en cine queda muy guay), pero no me acuerdo, jeje. Para mí tiene un 9. ![]() Way Down (fecha de visualización: 25 de noviembre de 2021) ¡Más ladrones! Bieeeeeen. Si no empiezo 2022 robando algo me considero alumna en curso de repetición. Freddie Highmore vuela de Londres a España para ayudar a Liam Cunningham a cumplir su sueño de recrear La casa de papel robando el banco más protegido del mundo (sí, en España, quién lo hubiera dicho. No sé si es marketing o es que realmente desde la serie de Netflix han reforzado la seguridad el triple). Pero Liam no va en busca del dinero, sino de un tesoro más preciado, porque su equipo no se considera de robo, sino de cazatesoros, son como Indiana Jones con la mente estratega del Profesor. Algo que me gustó mucho de la peli, aparte de que tiene un ritmo y un enfoque muy buenos para conectar la atención enseguida con la acción, es cómo está escrito el personaje de Freddie, que vuelve a interpretar a un genio, esta vez de la ingeniería, pero no de forma tan arquetípica, sino que va en busca de un camino, de una chispa que lo motive, ya que no tiene muy claro qué hacer con su talento. La relación que forja con el personaje de Liam se percibe mucho como la de un pupilo dejándose inspirar por un maestro mucho más comprensivo que su padre biológico y también es correcto no mostrarlo como alguien que conoce la solución desde el principio, sino que también sufre del clásico bache mental. Eso, sumado a la intriga, un reparto que incluye lo mejorcito del panorama nacional e internacional (¿quién no quiere ver en una misma secuencia a José Coronado, Luis Tosar, Sam Riley, Àstrid Bergès-Frisbey y Famke Jensen?), la acción y una grandiosa calidad de imagen, así como un marketing muy insistente, justifican la popularidad del largometraje en territorio local. En resumen: 100% blockbuster, con poco fondo, pero entretenimiento asegurado. Recomendable para los fans de La casa de papel, aunque el guion sospecho que es más flojo que el de la serie. Le pongo un 7,5. Lo mejor: el reparto, la fotografía, el ritmo, ese viejo chiste intuitivo de españoles contra ingleses y viceversa, más Freddie Highmore luciendo un poco de spanish y vistiendo la camiseta de la selección mientras burla a José Coronado. Lo de que todo transcurra durante el mundial de Sudáfrica en 2012 le añade ese punto nostálgico y curioso que causa que lo vivas todo con gracia. Épico. Lo peor: lo dicho, no es muy profunda y desaprovecha a algunos actores. Podría haber sido más original. ![]() La casa Gucci (fecha de visualización: 26 de noviembre de 2021) El señor Ridley Scott se enfada con los millenials a pesar de que yo he disfrutado muchas de sus pelis. Como esta, donde juega a las ricachonadas cual cómico ácido para desvelar a las nuevas (y no tan nuevas) generaciones la telenovela en la que se puede convertir la vida de un diseñador de moda. A lo largo de la historia, hemos conocido a grandes familias italianas con sus intrigas: los Médici, los Borgia, los Montesco, los Capuleto... y ahora los Gucci. El guion se convierte en prensa de lo más amarilla al tomar el episodio concerniente a la caída en desgracia de la familia con su último heredero, Maurizio (Mau para los amigos, siempre que sea con la cara de Adam Driver), cuando conoce a su mujer Patrizia (Lady Gaga), muchacha de orígenes más humildes que se pega a la fortuna Gucci como un parásito que comienza a infectar las buenas relaciones hasta provocar una guerrilla interna por los beneficios y el liderazgo de la compañía. Y eso es solo el 50%. La historia se desarrolla tan enrevesadamente como interesa para conseguir el toque exagerado sin resultar demasiado ridiculizante para los protagonistas, porque al fin y al cabo no deja de ser un suceso histórico no muy lejano. Percibes la comedia en el histrionismo de algunas escenas y personajes, como el de Jared Leto, al que solo se reconoce por sus ojos, en la piel del primo idiota y marginado de la casa (un tipo que tan pronto como irrita te inspira cierta compasión). La visión satírica es muy evidente; existe detrás una intención muy crítica para con este estilo de vida y estas pretensiones. Pero ante todo es la evolución de una relación destinada al fracaso desde que el avispado de Jeremy Irons suelta: «No te cases con ella, no te hará bien, solo va tras tu dinero» (y pensar que, de haberle hecho caso, tendríamos los créditos a los diez minutos de película y un final feliz...). Guarda muchas similitudes con la historia de Versace que conocí gracias a American Crime Story, lo cual hace que me pregunte si esto es lo habitual entre grandes magnates de la moda. En lo que respecta a la pareja protagonista sí me deshago más en elogios. Adam está que se sale este año y este es para mí su segundo mejor papel en lo que a las apuestas para los Oscar se refiere (el primero, el de Annette). Demuestra mucha versatilidad y no deja de fascinarme lo rápido que puede pasar de la adorabilidad al hijoputismo, siempre como víctima y como verdugo en distintos grados, aunque como más lo prefiero es como tontorrón enamorado porque siempre sorprende para bien. En cuanto a Lady Gaga, tiene la nominación asegurada tras el salto desde Ha nacido una estrella, una película que todavía se amoldaba mucho a ella y la conectaba con su lado cantante. Como si la mujer hubiese querido por fin demostrar que vale para la actuación, se despega de todo ello y convierte su rol en un felino juguetón y cazador, muy voraz (sí, ella misma contó que se había basado mucho en el comportamiento animal para el papel. Porque al final, en esta familia hay mucho zorro y mucha víbora). No puedo olvidarme de un Al Pacino en su salsa que, haciendo poco, queda como un maestro. Su papel es como el de un padrino (*guiño*) destronado que se va con la cabeza lo más alta posible. En resumen: Italian Crime Story muy graciosa con interpretaciones de lujo y mucho mamarracheo. Disfrutable si te gustan las ficciones como Succession, Dynasty, etc., etc. donde los familiares se lanzan cuchillos y trampas por el poder. Luego se preguntarán por qué seguimos asociando Italia con la mafia... Para ella un 8. Lo mejor: Driver y Gaga, el personaje de Domenico, más el maquillaje, el vestuario (es Gucci, malo sea) y la música, una vez más (aunque qué triste que no suene ninguna canción de la protagonista cuando la historia entera se puede resumir a través de su discografía). Lo peor: aunque tiene un buen principio, se va desinflando sobre la mitad. Yo me hubiese ahorrado algún que otro minuto del tramo final; quizá no todo sea tan relevante para la conclusión. Lo de la trama de la pitonisa (Salma Hayek) y la parte en Suiza me pareció un poco excesivo a pesar de que ambas cumplen su cometido. ![]() Encanto (fecha de visualización: 28 de noviembre) Nueva película Disney de animación con canciones de Lin-Manuel Miranda, así que éxito asegurado. Si a eso le sumas otra cultura latinoamericana y una trama con mucha magia... imposible que no te brillen los ojitos. Pero el encanto de Encanto va más allá de eso todavía, ya que le da la vuelta a una fórmula muy explotada donde ser normal se convierte en lo raro. Eso le ocurre a Maribel Madrigal, la única de una familia legendaria que no cuenta con un don mágico originado al tocar una vela mágica resguardada en un hogar con vida propia. La última vez que vi un argumento así fue en la cinta de acción real Sky High, donde el hijo de los superhéroes más famosos (ni de Marvel ni de DC, ojo) acudía a un instituto para revelar su carencia de poderes. En Encanto esta idea termina sirviendo a la reflexión en torno a los lazos familiares y culturales, que pesan más que los dones cuando de la noche a la mañana estos empiezan a fallar. Es un placer seguir a Maribel en la búsqueda de su papel en la familia, puesto que todos contribuyen a mejorar la vida de los aldeanos, mientras trata de salvar la magia que queda. Aborda con gracia y ritmo la cuestión de los roles, cómo cada uno es más de lo que aparenta, la presión por la responsabilidad que supone un gran poder, el prejuicio sobre lo negativo como algo que evitar, etc. Las canciones de Miranda son de lo más pegadizas, ingeniosas y coloridas, como el filme entero, que, por lo que he podido ver, rinde su homenaje a Colombia de forma sobresaliente. En resumen: imagina un caldero donde metes toda la fantasía y la sangre latina de Coco, el viaje de autodescubrimiento y el compositor de Vaiana y al prota de Sky High y tienes Encanto, una película que no gusta, sino que encanta a quien la ve (*guiño*). Lo mejor: Maribel, Bruno (yo SÍ hablo de él, ¿ok?), Antonio, la comedia, la música y los dones, que no siempre son los habituales. Mola mucho que en la familia haya una que cure heridas con arepas mágicas, una Tormenta, un Dolittle, un Místico... El trabajo en la animación es impresionante, dado que los personajes tienen muchísimos movimientos y se emplean encuadres de los que exigen horas. Las voces me han llamado mucho la atención también. Y en cuanto a escenas, necesitáis pañuelos para las oruguitas... Llorera nivel «Recuérdame». Lo peor: hay alguna canción que no me transmitió mucho. Tiene un 9,5. ![]() Spencer (fecha de visualización: 30 de noviembre de 2021) Nada como acabar el mes con una historia desarrollada en plena Navidad, mejor antesala imposible. Kristen Stewart va a ganar el Oscar. Quizá suene muy sorprendente, hasta prepotente, esta afirmación, pero es una de las pocas cosas que tengo claras de cara al año que viene y, aunque una mente más prudente tendría en cuenta los cliffhangers que se producen alguna vez en esta ceremonia, realmente pienso que por muy buena que sea la competencia, no tiene nada que hacer. Y es que Lady Di es un papel que, como el Joker, si se interpreta bien, se interpreta para condecorarse por la cantidad de matices y trabajo que exige al desarrollar un rango de emociones muy complejo y elevado. Eso es lo que nos regala Kristen en su versión, que explora a una Diana más adulta, madre y al borde de un colapso por toda la opresión de la realeza. La Diana de The Crown era todavía un alma joven e inocente que iba descubriendo poco a poco el precio de un matrimonio «de conveniencia» y el peso de su título real. La presente es del todo consciente y el espectador es testigo de su lucha contra la prisión en la que se convierte la mansión durante los que se supone que deberían ser los días más felices del año. Todo el escenario marca un contraste entre el idealismo que debería transmitir y la prisión que en verdad es. Diana se ahoga entre esas paredes tan frías y opacas y todo el sentimiento pasa a quien es testigo desde la butaca, que navega todo el rato entre esa claustrofobia y la libertad de un espacio en plena campiña inglesa donde no debería ser tan difícil escapar, si no fuera porque las cadenas son más bien mentales, impuestas por el deber político-social. La interpretación de Kristen no es claustrofóbica todo el tiempo, sin embargo, porque además de cónyuge del heredero a la corona es también una madre que solo quiere disfrutar de las fiestas con sus hijos y una ciudadana llena de nostalgia por su viejo hogar, la música y, en definitiva, todo lo que le hacía sentir viva y que ya no es capaz de disfrutar. El público llora y se frustra con Diana por renunciar a esa libertad en vano, pero también celebra cada acto de carisma y valentía como la rebelde que es. Aun así, no ganará el Oscar por eso, sino porque la actriz desaparece por completo. ¿Dónde está Kristen?, pensaba yo todo el tiempo en la sala. Solo veo a Lady Di, solo veo a Diana Spencer luchando por reafirmar su autonomía. En resumen: brillante trabajo el de Pablo Larraín, por el enfoque, por la elección del reparto (para mí mejores versiones adultas que las de la quinta temporada de The Crown a simple vista), por la forma en que consigue que una paleta de colores «amistosa» y pacífica nos cause repulsión y por lo bien que transmite ese ambiente tan frío, casi gélido, e impersonal, solo suavizado por el carácter de Diana y sus hijos. Claramente toma partido, al contrario que la serie, al introducirnos en las pesadillas (literales) de la princesa de Gales. Tal vez la trama solo dure tres días, pero representa casi toda una vida. Excelente definición. Tiene un 9. Lo mejor: Kristen Stewart. Su actuación es una bonita secuela de la versión de Emma Corrin; me encanta reconocer los manierismos. Es como haber visto crecer a Lady Di de verdad, en lugar de que la interpreten dos actrices distintas. Además, como la vi en V.O.S.E., puedo aplaudir su gran trabajo con el acento. El actor de Carlos muy correcto también. La cinematografía: impecable. Lo peor: que este reparto no esté en The Crown y la pesadez del guion en ocasiones. |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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