Post de Naiara Salinas No están siendo tiempos fáciles para nadie, pero ahí donde estén los Blogos de Oro para darnos unas horas de normalidad y entretenimiento, justo lo que nos espera en nada, (¡todos a las 17:00 en Twitter!) que se quite lo demás. Hace una semana cumplía con una de las tareas más bonitas del cargo de jurado: poder disfrutar de cortometrajes inéditos con mucha variedad de estilos, de autores consagrados o noveles. No hablamos mucho en este blog de los cortos, a pesar de que también pretendemos darles difusión a través de los Emmys Cinéfilos. Una tarea que este año estamos dispuestas a cumplir, empezando por este glorioso día. Antes de nada, quisiera destacar y agradecer mucho la INCREÍBLE calidad que ha habido este año. Historias muy humanas, algunas de las que trascienden, otras de las que te tocan la fibra del corazón, de Internet, etc. Efectos especiales alucinantes, fotografía, música, guión... Conozcamos cada joya. Y mucha suerte esta tarde a las bienaventuradas. (F)our Seasons, de Miguel Gabaldón Un corto grabado entre Estados Unidos y España que nos ilustra el paso de las estaciones a través de una cámara que se convierte en una testigo anónima de la vida en sociedad, siguiendo a distintas personas en su día a día, planos muy costumbristas y generales, que sin necesidad de palabras, tan solo música, captan diferentes historias, distintos perfiles, y le otorgan al guión un retrato sin artificios, puro documental artístico, en el que cada estación se convierte en un eco de esos perfiles. ¿Cómo somos cuando hace calor frente a cuando hace frío? ¿Qué personas se unen a nuestras vidas con el paso del tiempo y de quiénes nos despedimos? Casiopea, de Fernando Manso En este cortometraje puramente abstracto se nos refleja un concepto único: el inicio y el final de la vida, a través de imágenes que seducen por su increíble estética, un espacio tan oceánico y marino que enfrenta a la mujer al medio, un recorrido que atrapa en un bucle porque "la vida sigue". Y, valga la ironía, te sumerge en esa batalla a favor de la vida. Te provoca admiración y agobio. Presenta un contraste precioso entre la negrura y el azul; nos deja fotogramas muy oníricos, lo cual es bellísimo y de una laboriosa postproducción. Encandila porque no se ven cortometrajes tan currados y porque la metáfora en sí es muy efectiva a la hora de conectar con el final. La Tierra llamando a Ana, de Fernando Bonelli Bonelli nos sitúa en una trama algo más corriente, pero con un comienzo un tanto paradójico, pues la protagonista de este corto es una pianista con mucho talento que imagina y escucha toda una orquesta en su cabeza. Pero la realidad es muy distinta, y es que, aunque no deje de tener talento, es sordomuda. Y está muy alterada. Bonelli nos coloca ante el drama y el dilema de los complejos y la comunicación, a través del enfrentamiento entre una pareja en la que saltan las sospechas y los celos por parte de ella, ya que no se considera suficiente para él y teme la posibilidad de que le sea infiel ante su situación. En este lo más logrado sin duda es la interpretación, a cargo de Laia Manzanares (vista en la última temporada emitida de Estoy vivo) y Javier Pereira. Un ejercicio arduo de convencimiento, una pulla muy directa contra la falta de comunicación o entendimiento que se produce a veces en muchas relaciones y que en este caso genera controversia por el hecho de que los protagonistas utilizan lenguajes muy distintos (música, signos, palabras: todo aquello que nos sirve para expresar nuestras emociones) y, aunque no tienen mayor dificultad para entenderse, ¿cómo abrir sus corazones a la verdad? Como filóloga, destaco la comunicación no verbal tan bien traída por el reparto. Moros en la costa, de Damià Serrá Esta serie de catastróficas desdichas se convierte en la propuesta más entretenida y cómica de esta edición, una especie de humor negro que recuerda muchísimo a Parásitos, por cuanto que el protagonista es víctima de las circunstancias, al tener que lidiar con una familia rica católica que desconoce la homosexualidad de su hijo y que además rechaza a los "moros". Justo todo lo que es él. Pero esconderse de los padres es solo el primer problema, al que de pronto sigue todo un hilo, como si el guionista hubiera derribado una ficha de dominó e iniciado un curso. Un ritmo que mantiene la tensión y agiliza bastante la trama, con un final que impacta. El título es el chiste perfecto, by the way. Saber perder, de Sergio Milán
Y ya llegamos al final más sensible de todos, el corto que, en medio de la situación que estamos viviendo, te remueve por dentro y te anima a estar concienciado/a. En las últimas horas de un abuelo, su nieta decide iniciar con él una competición para ver quién aguanta más la respiración, en intervalos que nos van introduciendo flashbacks de distintas etapas que profundizan en la relación entre ambos a lo largo del tiempo. Totalmente pesado para sacarte las lágrimas a borbotones si te descuidas donde la música se convierte en otro elemento sensibilizador. Es la propuesta más conmovedora y humana de todas. Yo la metería de anuncio en algún lado.
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Post de Naiara Salinas Hoy es el día en que se debiera haber estrenado uno de los live-action más esperados y también de los más controvertidos: el de Mulan. ¿Controvertido por qué? Por la cantidad de cambios que han enfadado a muchos seguidores fieles de la versión animada, a pesar de que esta se tomó bastantes licencias creativas con respecto a la fuente original. Por ello el pueblo chino se enfadó bastante y rechazó de primeras el largometraje. Disney se ha retractado y ha decidido hacer honor a la leyenda del personaje. ¿Pero cuál es esa leyenda, en concreto? La balada de Hua Mulan Los insectos celebran con su canto la tarde. Mulan está tejiendo ante la puerta. No se escucha girar la lanzadera, tan sólo los lamentos de la niña. Preguntan dónde está su corazón. Preguntan dónde está su pensamiento. En nada está pensando, si no es en el rey Kong, su bello amado. La lista del ejército ocupa doce rollos y el nombre de su padre figura en todos ellos. No hay un hijo mayor para el padre, un hermano mayor que Mulan. «Yo iré a comprar caballo y una silla, yo acudiré a luchar por nuestro padre.» Ha comprado en oriente un caballo de porte, ha comprado en poniente una silla y cojín, ha comprado en el sur una brida ha comprado en el norte un buen látigo. Al alba se despide de su padre y su madre; cuando anochece, acampa junto al Río Amarillo. Ya no escucha el llamado de su padre y su madre, tan sólo el chapoteo del caballo en el agua. Al alba abandona el Río Amarillo; cuando anochece, llega a la Montaña Negra. Ya no escucha el llamado de su padre y su madre, tan sólo a los caballos relinchando en el monte. Cruzó miles de millas en busca de la guerra, corrió como volando por pasos y montañas, las ráfagas del cierzo traían son de hierro, a la luz de la luna brillaban armaduras. Allí los generales luchando en cien batallas morían, y después de haber dado diez años volvían a su casa, valientes, los soldados. De vuelta, es recibida por el Hijo del Sol, que se sienta en la Sala de los Resplandores. Le concede medallas por sus méritos muchos, le ofrece alas de pato crujientes por millares. El Khan le ha preguntado qué quiere hacer ahora. «Mulan no necesita honores oficiales, dame un burro robusto de cascos bien ligeros y envíame de vuelta a casa de mis padres.» Cuando escuchan sus padres que su hija se acerca, los dos salen a verla, dándose de codazos. Cuando escucha su hermana que su hermana se acerca, se arregla y se coloca delante de la puerta. Cuando escucha su hermano que su hermana se acerca, saca filo al cuchillo, sacrifica un cordero. «He abierto la puerta de mi cuarto oriental, y en el occidental me he sentado en la cama. Me quité la armadura que llevaba en la guerra y me he puesto la ropa que llevé en otro tiempo. Delante del espejo, cerca de la ventana me he peinado el cabello enmarañado y he adornado mi frente con pétalos dorados.» Cuando Mulan salió ante sus camaradas, todos se sorprendieron, quedáronse perplejos. Doce años estuvieron con ella en el ejército y ninguno sabía que era una muchacha. Las patas del conejo saltan más, los ojos de la hembra son algo más pequeños, mas cuando ves un par corriendo por el campo, ¿quién logra distinguir la liebre del conejo? Traducción del blog TodoAl59, "Campos de fresa" (disponible también en Wikipedia) ¿Inspiración histórica? Esta balada viene a ser lo que se conoce en Occidente como cantar de gesta, es decir, un texto heredero de la épica clásica, una composición medieval de carácter narrativo escrita a menudo en verso que los juglares transmitían de aldea en aldea, de ciudad en ciudad, para ensalzar, como su nombre indica, las gestas de un héroe (como el Cantar de Mio Cid en España o la Chanson de Roland en Francia) o, en este caso, de una heroína. Data del siglo VI, en plena dinastía Tang, conocida, entre otras, por promover un periodo que se convirtió en la Edad de Oro para el arte chino en general y la literatura en particular, aparte de ser la última en la que los militares estuvieron obligados a dominar las artes marciales. Es más, en esta época las carreras civiles y militares no se distinguían y eso favoreció la proliferación de dobles virtudes o pluriempleo: poetas y funcionarios, escritores y políticos. Un contexto de lo más favorable para el surgimiento de esta leyenda que, como suele suceder cuando se habla de medievo, es de autoría anónima. Y, por el carácter legendario que posee, aún existe la duda de si Mulan fue un personaje histórico real (como en el caso del Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar) o pura invención. Lo que sí es evidente y llama la atención es el contenido, que ensalza a la mujer como guerrera en una sociedad entera y principalmente patriarcal, en una época donde manifestarse por los derechos no era una tradición que estuviese muy contemplada. Además, la balada no era exclusiva, sino un fragmento de una colección más ambiciosa llena de poemas similares. Pero solo se ha conservado ese. También se desconoce en qué fecha exacta se ambienta, pero existen teorías al respecto y una de ellas relaciona el nombre Khan con la nación altaica de los Xianbei, muy antiguos, que acabarían gobernando a través de la dinastía Wei del Norte entre el 420 y el 589, etapa próxima a la publicación del poema. Analizando la composición es posible identificar varios elementos que hemos podido ver o intuir en los avances del live-action (por ejemplo, en la sexta estrofa se alude a la hermana pequeña), aunque las concreciones justas dan pie a que el relleno pueda ser de libre albedrío, justo lo que acaba sucediendo en todas las adaptaciones. ¿Y el nombre? ¿Por qué Disney cambió el Hua por Fa? Hasta donde se sabe, Hua es el nombre popularizado en China, pero como podéis ver en el texto no se menciona en ningún momento, aparte de en el título. Resulta que en otra versión este es La balada de Fa Mu Lan y no está muy claro cuál es el correcto, así que me inclino por creer que es un asunto vinculado al autor del cantar, es decir, probablemente la gente tuviera sus rumores de quién lo había compuesto y vincularon su apellido a la protagonista. En China la onomástica siempre da prioridad al nombre común o familiar por encima del de pila, al contrario que en Occidente, donde adoptamos la estructura romana de praenomen, nomen y cognomen (nombre, apellido y mote). De esta forma, Mulan sería considerada "hija" del escritor (en sentido metafórico), y como ya he contado que en esa época los militares y políticos podían dedicarse al arte con total libertad... sería como si el "padre" escribiera la historia de la hija que le salvó la vida usurpando su identidad para luchar por él. Tal vez el poema no cuente una historia real, pero sí alude a territorios que existen. Así, el Río Amarillo es una referencia a Huang He, que une las provincias de Qinghai, Gansu, Henan, Shandong, Shanxi y Shaanxi, así como las regiones autónomas de Mongolia Interior y Ningxia, para a continuación desembocar en el mar de Bohai. Esa extensión cubre en total 5.464 km y eso lo convierte en el sexto río más largo del mundo, siguiendo al Amazonas, el Nilo, el Yangtsé, el Misisipi-Misuri y el Yeniséi-Angará. Es precisamente el tercer río de esta lista el que se encuentra separado del Huang He por la Montaña Negra, que hace referencia a la cordillera de Bayan Har, en la meseta de Qinghai-Tíbet. Por ende, sabemos que ahí se producen los hechos importantes de Mulán, tal como retrata la película. Para encontrar al rey Kong me he tenido que pelear un poco más con Google, ya que, por supuesto, el único "rey" con ese nombre que conocemos es un gorila de diez metros. Sin embargo, ni siquiera eso es casual, ya que durante el reinado de los Tang salió a la luz otra leyenda llamada... El rey mono. Kong es 'mono' en chino. Su nombre era Sun Wukong, pero de nuevo alude a un personaje ficticio que acrecenta el carácter de leyenda de la propia Mulan, cosa que tiene sentido, ¿no? Es como cuando los héroes griegos se relacionaban con los dioses o criaturas que descendían de ellos. Sin embargo, también hubo un rey real llamado Kong Jia, por lo que... ahí lo dejo. En cuanto al Hijo del Sol... a simple vista parece un título muy dado a los gobernadores para elevarlos a la categoría de divinidad (véase los egipcios y su obsesión por Ra o a Luis XIV), por lo que no es nada raro, la estrofa habla de cómo el emperador rindió honores a Mulan por su esfuerzo. Pero, aaaaamigo, la mitología vuelve a jugar su papel, ya que existía una tribu aborigen en Taiwan, los paiwan, que afirmaban que el ser humano había surgido del Sol de la siguiente forma: un buen día este descendió a la tierra para recorrerla y llegó a un lago donde plantó un huevo. Cuando el huevo se rompió, de él surgió un bebé con la piel roja: Ramuchi, el Hijo del Sol. Claro que para mí la mejor parte es el final, cuando Mulan vuelve a casa, revela su identidad a sus compañeros y se mira en el espejo ("mi reflejo me diráaaaaa quién soy de verdaaaaad") y adorna su frente con pétalos ("mi dulce y linda floooor") ¡dorados! Ese detalle la está elevando a la categoría de emperatriz, de diosa, porque solo los más grandes son dignos de ese color. Y ya con la alusión a los conejos y esa última pregunta mi corazón hace CHAS.
Por tanto, este es el live-action que nos espera. Es la aventura que Disney quiere readaptar y solo espero que no tengamos que esperar tanto para verla porque creo que va a ser de los puntazos de 2020 (de los pocos, a estas alturas). La cultura china es un sinfín de maravillas y me encantaría ver más elementos en esta película que los que cuenta el poema. La presencia del fénix, por mucho que echemos de menos a Mushu, es uno de ellos. ¿Y vosotros? ¿Tenéis más interés ahora? Post de Naiara Salinas Es momento de dar cierre al Día Mundial del Teatro que, por una vez, no solo celebramos en la sección correspondiente. Hace un mes anuncié que empezaría una nueva tradición que consiste básicamente en ponerme al día con películas "viejas" dedicando un maratón temático cada mes. Escogí largometrajes basados en obras de Shakespeare para marzo pensando explícitamente en este día y me complace anunciar que, obviando clásicos que ya tenía en la memoria como Shakespeare in love y El sueño de una noche de verano, lo he conseguido. Por lo que aquí os presento tres nuevos en juego comparativo: Ophelia (2019), Macbeth (2015) y La tempestad (2010). Consideraciones generales Shakespeare siempre me ha parecido un dramaturgo con muchos matices que en esencia es capaz de capturar una fantasía y utilizarla para dotar a su obra de un toque legendario. Por eso en parte sigue siendo de los autores más representados y leídos, porque todas sus historias nos suenan en el cerebro como leyendas, cuentos, un compendio de dramas y comedias que versa sobre los corazones de los hombres y el interior recóndito de su alma. Me pongo lírica adrede, porque todo lo que envuelve a Shakespeare es de una intensidad próxima al teatro griego, sobre todo en los dramas. Importante quedarse con ese adjetivo: Shakespeare en drama = intensito. Algo que, curiosamente, todos los directores de sus adaptaciones han respetado, consciente o inconscientemente, como veremos a continuación. TRAMA Ophelia El 21 de abril de 2008, la escritora de ciencia ficción estadounidense Ursula K. Le Guin publicó Lavinia, una novela que tomaba toda La Eneida desde el punto de vista de la mujer del héroe e introducía una apuesta metaliteraria haciendo que la protagonista fuese consciente de su condición de personaje y hasta conversase con su creador, Virgilio. Pues bien, Ophelia viene a ser la Lavinia de Hamlet. La historia no cambia, pero el punto de vista confiere pasajes nuevos y la loca e incomprendida hija de Polonio tiene su oportunidad de contar su verdad, lo cual narrativamente genera un cambio llamativo. Y es que el interés amoroso del príncipe de Dinamarca ya no es una secundaria, ni su trama un daño colateral de la locura de este: participa activamente y se convierte en la heroína que hizo un sacrificio. Conocemos a la joven desde su infancia, cuando se convierte en doncella de la reina y empieza a intimar con Hamlet. La focalización tan exclusiva causa que se obvien pasajes que afectan al hombre en su soledad, como las apariciones de fantasmas y el famoso "ser o no ser". Y luego está cierto cliffhanger que acaba por confirmarla como entrega atrevida comparada con las otras. Macbeth Entre Macbeth y Ophelia hay un aspecto en común básico: la conspiración, la trifulca y la apoteosis tan... cruda. Sin entrar en muchos más detalles, la película abre con una batalla en la que el ejército noruego invasor es derrotado por el de Macbeth. Posteriormente, al guerrero se le aparecen unas brujas en medio del valle que le profetizan mucho poder, lo cual da cuerda a la ambición del hombre hasta que lo embarga, lo enloquece, de tal forma que, con el apoyo de su esposa, cuando el rey Duncan descansa en sus tierras como un invitado, le da muerte y a continuación inicia su ascenso hasta el trono. Como buena historia de conspiraciones monárquicas, no faltan los aliados que se convierten en enemigos y los enemigos que son aún más enemigos, con lo cual todos están en contra de todos y hasta el que menos esperas puede acabar convirtiéndose en un rival. Con esa idea surge la paranoia y el guión se centra en explorar cómo funciona y qué provoca. La locura es otro de los temas más abordados en la bibliografía de Shakespeare, pero la visión que daba el escritor no era la misma que en Hamlet, como tampoco lo es ahora, y es que hay una diferencia entre la locura que produce el dolor y la sed de venganza frente a la ambición; ambas pueden conducirte a actos extremos, pero la ambición es capaz de romper antes con los principios morales, pues el camino es mucho más directo, mientras que el dolor es como un primer escalón. La caída de Macbeth, así, es más rápida, porque esa es otra: Shakespeare nos demuestra que el no disponer de control sobre nuestra mente nos lleva a la fatalidad. La tempestad Una historia más amable que las dos anteriores y más impregnada de fantasía, en la que un barco donde viajan el rey de Nápoles, su heredero Ferdinand, el duque de Milán y varios aliados y criados encalla en una isla a raíz de una tormenta provocada por Próspera, una hechicera que lleva años exiliada y ve la oportunidad de vengarse y castigar al culpable, su hermano Antonio, el duque, para lo que emplea a un fantasma esclavo de nombre Ariel, que volverá locos a los náufragos con sus jugarretas. Sin embargo, sus planes se trastocan cuando su hija, Miranda, se enamora del príncipe. El argumento no tiene mucho más y, sin embargo, esta adaptación es incluso la más personal y estilosa del trío, por cosas que comentaré en cuanto al estilo. PERSONAJES Ophelia Si hay algo que me sorprende de esta adaptación es... lo cuerdos que parecen todos. Son personajes con una aproximación interpretativa más comedida de la que cabría esperar con la que se lía en el papel, en la que cada cual expone sus motivos para actuar como actúan y, si acaso, los acontecimientos son más fruto de "pequeños accidentes" que de arrebatos completos. Tampoco pretendo insinuar que la obra es "¡Ay de mí!" todo el rato, pero cuando la lees la oscuridad de los pensamientos parece nublar las acciones y, en el caso del guión, no es así del todo. No quiero decir que no haya emoción, que no haya intensidad, pero el enfoque femenino dota de racionalidad al conjunto. La protagonista es lo que cabría esperar de una heroína del siglo XXI: independiente, rebelde, lista, humana... Imperfecta, pero pura. Sufridora sobre todo, pero valiente y sensata. Desde el minuto cero está desmintiendo que su "ahogamiento" se debiera a que estaba tocada por la muerte de su padre y de la supuesta del amor de su vida (espero sinceramente que a estas alturas conozcáis todos la obra. No quiero spoilear el filme, pero el libreto es materia de estudio en colegios, eh). La interpretación de Ridley se llena de pequeños matices. Si hay algo que llama de esta actriz es su capacidad para abordar el sufrimiento mientras se escuda en su fortaleza, como ya veíamos en Star Wars. Del resto de miembros del reparto habría que aplaudir a George MacKay, cuyo Hamlet es más joven en espíritu que el de Kenneth Brannagh (el retrato de un adolescente con las hormonas muy alteradas y el legado de un padre muerto a sus espaldas que lo obligan a desarrollarse deprisa), y a Tom Felton, un Laertes más desarrollado gracias a su vínculo fraternal con Ophelia. Naomi Watts también se lo curra bastante y su presencia termina siendo crucial, algo muy extraño de ver en personajes secundarios. Pero es que su personaje envuelve toda la trama, le da inicio y la cierra, por lo que al final hay que aplaudirla, pues la reina también es muy compleja. Macbeth Pues... de estos voy a decir una cosa y la voy a decir en mayúsculas: INTENSITOS. Macbeth hay que verla con paciencia, con mucha paciencia. Porque es súper, súper oscura y los personajes son un eco de toda la atmósfera, de toda la trama y hasta de sus demonios internos. Preparaos para dos horas de absoluta seriedad y paranoia. Sin sonrisas, sin amor... La ambición lo nubla todo. Las relaciones son inestables y los pequeños y rascados momentos de alegría o alivio son titubeantes y apenas esbozos, aunque las decisiones son firmes. Ahora bien, como construcción lo valen y las interpretaciones de Michael Fassbender y Marion Cotillard son muy dignas. Te producen mal rollo auténtico y al mismo tiempo lástima. Porque en el fondo el Macbeth que retrata Fassbender es un prisionero de sí mismo y del destino profetizado. Es un retorno a los héroes griegos. Y, sí, esto es parte de lo que la convierte en la adaptación más clásica de todas. La tempestad Es la más versátil, porque juega con más posibilidades: los personajes provienen de distintos ámbitos y, al igual que en el libreto, el guión se cuida de desarrollarlos de forma individual, por lo que se podría decir que hay tres tramas: la de Próspera y el duque, la del romance entre Miranda y Ferdinand, que está preso de la locura generada por Ariel, y la de Calibán, Stefano y Trínculo, que son el monstruo de la isla, el mayordomo y el bufón. El fantasma es el encargado de conectar todas las tramas, ya que afecta a todos. Si atendemos a los perfiles clásicos que sabemos que le gustan a Shakespeare y consideramos que esta película es un calco del libreto y tan solo transgrede en meras formalidades, podríamos adivinar enseguida el carácter de cada trama y veríamos que a los criados les toca el papel cómico, a los enamorados el idealista y a los líderes el dramático y el de suspense. Siendo el tipo de película que es, no está muy hecha para brillar interpretativamente, pero eso no quita que los roles de los actores sean de lo más correctos. Es más, sus nombres son lo que más puede atraer a la hora de decantarse por verla o no, porque no en todas partes se juntan Helen Mirren, Alfred Molina, Felicity Jones, Ben Whishaw, Reeve Carney (el Dorian Gray de Penny Dreadful), Djimon Honsou y Russel Brand, la mayoría de ellos actores que despuntan sobre todo ahora (los jóvenes, al menos). ESTILO Ophelia Aquí es donde verdaderamente se concentra el meollo en todas las adaptaciones, el último rasgo que animará o no a verlas. En el caso de Ophelia, posee las propiedades de un blockbuster: es atractiva, decente, llama la atención sobre todo por la premisa y la actualización de la historia, el apostar por los rostros juveniles del momento... No necesita mucho más para encandilar, pero aun así, la dirección toma decisiones que arriesgan sin romper enteramente con la fuente, lo cual aumenta el interés. Tiene planos que son una pasada y la fotografía es el aspecto técnico más impresionante, característica que comparte con Macbeth, y es que los claroscuros son una constante, la naturaleza tiene mucho peso y abunda el lado cromático del verde, el azul y el amarillo, y la banda sonora amplifica la tensión. Otra cosa que tiene la dirección es que es femenina (aplausos, bieeeen. Claire McCarthy, una anónima en nuestras tierras con experiencia en biopics y romances o relaciones humanas), por lo que al final todo el largometraje se supedita a esa visión y ello quizá explique mucho de lo que ya he mencionado. De la protagonista, por ejemplo, llama mucho la elección del vestuario y la peluquería: pelirroja en plena Edad Media. La brujería, la magia, es otro recurso de Shakespeare; en este caso parece un rasgo premeditado para restarle credibilidad y hacerla parecer, a ojos de sus enemigos, una bruja, una mala pécora, la reina del infierno que solo quiere malmeter y sacar provecho, por lo que hay que acabar con ella, enviarla a la hoguera como se envía a las hijas de Satán. O, también, una loca, una endemoniada, una pobre víctima que solo necesita un poco de exorcismo. La película adopta ambas interpretaciones. Pero de todas formas, es el color de su vestido el último en definir al personaje: siempre azul, siempre frío, creativo, puro. Porque Ophelia es buena, porque es racional, porque fluye como el agua y es vida. La conexión de Ophelia con el agua es muy importante. Macbeth De esta merece la pena adentrarse en el tono y el ritmo. Porque cuando digo que es muy intensa también se debe a esto. Si en Ophelia la fotografía quiere reflejar la oscuridad de los personajes, la fatalidad de sus acciones, la naturaleza de cada uno y la locura, el tenebrismo fantasmal... todo eso se acentúa en Macbeth, mediante un paisaje eternamente nublado, gris, triste, el norte escocés en estado puro. Ese tenebrismo es lo que marca el tono de todo el filme y llena de pesadumbre a los personajes. La película quiere que sientas desazón, que lo veas todo negro, razón por la que la diferencia entre día y noche es poco nítida. No vale la luz entre tanta oscuridad pecaminosa. Y en cuanto al ritmo... no llega a ser sosa la cosa, pero es muy lento, un ritmo creado para recrearse en las emociones y el ambiente. Te produce letargo porque, aunque los hechos van aconteciendo en una secuencia normal, como una concatenación (esto lleva a eso y eso a lo otro...), lo que importa siempre es el reflejo de la mente, y la ambición te impulsa, sí, pero también te agota. Macbeth lucha todo el rato con sus demonios internos y a él le siguen los demás. Se reflexiona y se ejecuta. Por eso repito que hay que verla con mucha paciencia. Es una cinta muy suya, muy indie. Pero de nuevo la fotografía es espectacular. La tempestad Algo que me gustó de esta es que, a pesar de ser de esta década (es más, del principio principal) su forma de proceder recuerda mucho a las cintas de fantasía de los años 80-90, por cuanto el vestuario es muy moderno (hay veces en que los actores parece que estén vistiendo ropas de estrellas del rock) y hasta la música se adapta a esa circunstancia: hay pop, rock... No es un musical, pero es un poco como Dentro del laberinto, aquella mítica película protagonizada por Jennifer Connelly y David Bowie. Ese punto a favor. En contra: pues que... también se parece mucho a esas películas en que igual los efectos especiales no están a la altura en estos tiempos. Hay gente que puede crucificar el largometraje por eso (pero tened en cuenta que probablemente el presupuesto tampoco fuese mucho, no sé, habría que preguntar a Helen Mirren cuánto le ofrecieron) y gente que lo mismo se lo toma como un: "Anda. Así que este es el año en el que empezó la moda retro". Para gustos los colores. Y hablando de eso, la paleta presenta distinciones significativas, como el uso del blanco para representar la pureza de Miranda, mientras que Ferdinand va de negro. Son colores que se complementan, el yin y el yan, que anticipa su unión consagrada pero cuyo contraste, cuando afecta a un mismo personaje, aborda una personalidad dual, como sucede al final con Ariel, blanco por lo general, cuando quiere ser un "fantasma cuervo demonio". En general, yo la calificaría como popera y destacaría como el elemento raruno el fantasma, dejando caer de paso que a Ben Whishaw le tengo mucho cariño, que lo admiro desde El perfume, que en El retorno de Mary Poppins me demostró el arte de sus cuerdas vocales y, sobre todo, que es un actorazo (otro brit más para la lista). Pero en esta película su presencia a veces da risa. No por lo que hace el personaje, sino porque los efectos que le acompañan te chocan. Es un fantasma humanoide y desnudo pero sin pilila, es un torbellino, es Flash Gordon... En su defensa diré que a él le debemos el 80% del toque vintage del largometraje. Y que se luce mucho en el último acto, la verdad. En resumen
Al final cada película puede destacar por algo. De estos tres rasgos que he mencionado para mí el fuerte de Ophelia es la trama; el de Macbeth, la interpretación y el paisaje y el de La tempestad, el estilo (además de potente, en este último caso es hasta determinante, porque si rechazas de primeras el estilo porque difiere de lo que esperas de esta década, entonces en consecuencia rechazas todo lo demás y se te queda en una experiencia audiovisual anecdótica, una de esas historias "de pasada" que acabarás olvidando con el tiempo). Con lo que me quedo de este maratón es cómo el cine en la actualidad se acerca a la literatura clásica de una forma cada vez más abstracta y sutil, de cómo a su vez quiere reinventar el género aprovechando un material muy conocido para darle más personalidad haciéndolo suyo, tomando puntos de vista diferentes y recreándose en las técnicas, y cómo la influencia de los subgéneros sigue estando y determina esa cinematografía. Es como un círculo vicioso: los elementos se retroalimentan, se producen entre sí. Podemos decir que Macbeth es una tragedia por el tono que adopta o que precisamente el tono es ese porque es una tragedia. De hacerse más remakes o reboots de estas u otras obras en el futuro, a mí me encantaría que apostasen por más modernismo en lugar de clasicismo. Sip, habéis acertado, Ophelia es mi favorita, aunque solo sea porque es el híbrido perfecto entre estos dos estilos y porque técnicamente es una belleza y las interpretaciones están muy bien. Es una cinta que me ha conquistado en todo y es la que más he disfrutado esta semana. Otra cosa que me han demostrado es lo bien que queda el teatro en la gran pantalla y lo aparentemente sencillo que es adaptar un libreto mucho más que una novela, ya que el guión ya está prácticamente escrito y solo es cuestión de jugar con el enfoque, el nuevo formato y los efectos. ¿Y a vosotros qué adaptaciones shakesperianas os gustan? Post de Naiara Salinas Disney Plus llega hoy a nuestros hogares después de meses esperando, aunque me consta que no somos pocos los que ya hemos disfrutando de su contenido gracias a las webs rápidas de descarga (yo no es que quiera fomentar la piratería, pero el compartir arte se agradece). Aun así, siempre queda gente que opta por esperar con muchas ganas y mucha ilusión, los cubiertos arriba y la lengua fuera mientras el camarero sirve el plato. Esto es lo que os ofrezco degustar en mi menú seleccionado: La dama y el vagabundo El último live action de 2019 que vi con mucho entusiasmo me devolvió a aquellos maravillosos años en los que cantaba con acento italiano y devoraba espaguetis. Con unos cambios predispuestos a actualizar el diseño y la historia a nuestro tiempo, La dama y el vagabundo es de estas readaptaciones que surgen bastante salvadas, con un reparto capaz de empatizar y sensibilizar al espectador, así como transmitir toda la ternura y la diversión que se puede en este contexto. La presencia de animales reales cuyos diálogos y expresiones se generan por ordenador con las voces de perfiles hollywoodienses como Tessa Thompson, Justin Theroux, Sam Elliot y Janelle Mónae, entre otros, contribuyen en buena medida a este acercamiento, que busca humanizar más aún a estos seres peludos y desarrollar su psique: sus inseguridades, sus deseos... El realismo está muy presente y se amolda bastante a los parámetros que distinguen un filme de acción real frente a uno animado (sin restarle méritos a este último género, ya que también contiene películas que se quedan en el plano de la realidad). El nuevo enfoque con respecto a la relación entre Reina y Golfo, la insistencia en su rifi rafe inicial, causa que se disfrute mucho más, que su romance se viva con más emoción, y es que la química entre los canes es palpable desde el minuto cero (sí, a pesar del rifi rafe). Los añadidos realmente suman y no desproporcionan el contenido de la cinta original (ejemplo pequeño: los cachorros callejeros, que le dan la oportunidad a Golfo de mostrar su solidaridad más allá de la fama de canalla que le conocemos). En otras palabras: se puede ver perfectamente sin echar la otra de menos, como un nuevo clásico resurgido de sus cenizas, claro que cierto brillo nostálgico positivo prevalecerá. Como casos sombríos que desmienten un poco lo que afirmaba sobre el realismo: entre el reparto humano Jim Dear se casa con una afroamericana, es decir, hay unión interracial, algo que no tengo muy claro que se viera bien entre la clase alta en la época que retrata la película (poco después de la guerra civil). Un detalle sin más, más vinculado a la actualización de la trama que otra cosa, pero que lo mismo desde el punto de vista histórico puede "romper" un poco la casuística verosímil generada con lo demás. Por otro lado, el número de los gatos siameses (que ya no son siameses, por cierto) pierde bastante y es posiblemente el único caso en el que digas: "Prefiero el original". Simplemente la música es raruna y es un cambio injustificable. Otros cambios que sí me gustaron: que el terrier vecino de Reina sea de pronto una perrita y esté sometida a esa moda de vestir a los apodados como "perros patada" con trajes ridículos (crítica bien colada) y lo del castor, que ya veréis jeje. El final también es digno. Puntuación: 8 (por el desarrollo profundo de la relación entre los perros, el reparto, la ambientación, la fotografía y un guión a la altura) Togo Como este otro live action lo tengo más reciente, puedo contaros las cosas mejor y más resumidamente jeje. Togo es uno de los primeros resultados efectivos de la fusión entre Disney y 20 Century Fox (ahora 20 Century Studios), una historia que no solo readapta la leyenda urbana de Balto, una de las mejores cintas de animación del mundo, sino que además le sirve como precuela, ya que la trama no trata de Balto, sino de Togo, el perro que realizó el recorrido más largo y peligroso de la carrera, el auténtico héroe ninguneado por la prensa. Disney le hace justicia al fin a través de otro relato muy humano que se cuela en el top de los grandes defensores de la relación humano-animal (canino) en la lucha por la supervivencia, como ya pasó en La llamada de lo salvaje y Bajo cero. Las mismas reglas que en La dama y el vagabundo se aplican aquí, pero destaco como fuerte la estructura, que apacigua la tormenta con recuerdos tiernos y graciosos de la juventud del animal, su progreso hacia el guía que es en el presente. Los flashbacks son también el modo que tiene el protagonista humano, interpretado por Willem Dafoe, de conectar con él. Es de esta forma como se va apreciando el vínculo potente entre ambos, cómo un animal subestimadísimo acaba demostrándole su enorme espíritu. El largometraje presenta un tono muy clásico y dramático, soportado por una banda sonora dominada por violines e instrumentos de viento, es decir, epicidad y drama a partes iguales. La fotografía es otro aspecto de lo más destacable. El paisaje de Alaska enamora y resulta un eco de aquello de "naturaleza bella y peligrosa". La paleta de colores define muy bien la estructura, por cuanto que el viaje se llena de tonos fríos y oscuros, el invierno golpeando con toda su fuerza y la sombra de las muertes de los niños en ciernes, mientras que el crecimiento del perro es principalmente cálido, el verano, el deshielo, la vida y la juventud alegre cargada de aventuras. Hay un momento en que la situación apremia y todo se vuelve serio de golpe, pero nada como el cálido recuerdo para calentar el corazón de los protagonistas en tiempos difíciles. Posiblemente esta sea la mejor película para empezar en una cuarentena, por la relación y la conciencia que tenemos ahora con las enfermedades y el cuidar los unos de los otros. Una oportunidad de documentarse acerca de la realidad de aquella epidemia de los años 20 en Nome, porque hasta en eso el filme cumple a conciencia. El perro es PRECIOSO, con más aspecto de lobo que el propio Balto (que es un husky de pura raza. Ahí nos mintieron). Preparad los pañuelos. Puntuación: 10 Stargirl En esta propuesta ya no hay animales (salvo una ratita muy mona), pero sí mucha gente especial. Disney Plus se lanza con su primera historia de romance juvenil, donde no faltan el carisma y la música. Si os gustaron las adaptaciones de las novelas de John Green (como Bajo la misma estrella, Ciudades de papel o hasta la serie de Buscando a Alaska) y Las ventajas de ser un marginado, estoy casi segura de que esta encajará en vuestro perfil. Stargirl comienza introduciéndonos a Leo Borlock, un niño con una mentalidad única al que le mola llevar corbata y que se muda con su madre, pero que, tras pasar por una experiencia de acoso escolar, decide que lo mejor es ser uno más, aunque cada aniversario alguien misterioso le deja siempre una corbata en la puerta de su casa. Así hasta su decimosexto cumpleaños, cuando descubre que tiene una nueva vecina a la que le encanta cantar y tocar el ukelele y que dice llamarse Stargirl. La chica es la gran sensación del instituto y Leo, coladito por ella hasta las trancas, intenta conectar de algún modo aunque sea un pringado y ella vaya haciéndose cada vez más popular. La película rezuma una sorprendente madurez. A través de este personaje femenino que puede considerarse una mezcla entre Pippi Calzaslargas y Leslie (de Un puente hacia Terabithia, otra gran historia de referencia para esta ocasión), Disney nos muestra su lado más filosófico, justo en una etapa en la que empiezas a cuestionarte el sentido de la vida y las elecciones que se hacen, planteando una forma de vida sin ligamentos sociales, únicamente fiel a tu espíritu y tus principios. Y es que, como afirma Stargirl, todos nos convertiremos en polvo, pero que añada "estelar" le da un matiz más bello, más esperanzador, y sitúa a sus compañeros en la tesitura de que todo el mundo tiene derecho a ser único y especial si lo desea. Por eso Stargirl le coge cariño a Leo y gracias a ella él se atreverá a salir del caparazón otra vez. El reparto realiza una gran labor a la hora de retratar con dulzura y profundidad la adolescencia. Grace VanderWaal es pura luz, como su personaje. Para acompasar este modo de pensar se opta por el folk, el género musical más pacífico, armónico e independiente, en cuya etimología ya se señala la conexión con la naturaleza. Todo ello representa a su intérprete y confiere al filme un tono familiar, acogedor. Argumentalmente no es nada ambiciosa (hasta se podría acusar de ausencia de trama), pero funciona como la vida misma y se puede pasar un buen rato con ella. Un retrato de la adolescencia muy sincero y muy tierno. Dejo abajo el tema principal de la película, que a mí ya me ha enamorado. Puntuación: 7,5 Post de Naiara Salinas Los cines cerraron el pasado viernes tras el decreto de cuarentena, lo cual ha dejado en stand by esta mini sección hasta que podamos acceder a los estrenos de la cartelera nuevamente. Por suerte, yo me había dejado trabajo pendiente y, aunque es verdad que actualmente nadie puede ver estas películas a menos que cuente con su "camello pirata" de referencia, la situación ha hecho que muchas productoras aceleren el estreno en versión digital. Así que no temáis, lectores, porque tiempo al tiempo. Yo os dejo mis impresiones para que, si acaso, vayáis apuntando: Las aventuras del doctor Dolittle (fecha de visualización: en algún momento entre enero y febrero que ya me queda lejano. No encuentro la entrada, sorry) En esta propuesta, el famoso doctor y veterinario que sabe hablar con los animales resucita en un panorama completamente distinto a la versión de Eddie Murphy para iniciar un relato de aventuras, como bien indica el título, fantástico y épico, con el carisma de un cuento de hadas protagonizado por Sherlock Holmes. Y es que a Robert Downey Jr. le quedaba el papel muy a su medida gracias al histrionismo del personaje, un antisocial que ya vivía su propio confinamiento y aislamiento mucho antes que nosotros y al que le surge una misión digna de Piratas del Caribe: encontrar la cura de la enfermedad de la reina de Inglaterra, vilmente envenenada, en un lugar legendario del que no hablan muchos mapas. Al doctor le acompañan un joven ayudante que se convertirá en aprendiz, el actor novel Harry Collett; Jesse Buckley; Michael Sheen; Jim Broadbent y Antonio Banderas entre el elenco "humano", y Emma Thompson, Tom Holland, Marion Cotillard, Selena Gomez, Rami Malek, Octavia Spencer, Ralph Fiennes, John Cena, Kumail Nanjiani y Craig Robinson entre los animales. A pesar de toda esta retahíla de grandes figuras, Downey sobresale con bastante diferencia y se alza con la matrícula de honor. El filme carece de la madurez de su original y está realizado con más proyección infantil o familiar, pero eso no quita que el público pueda reconocer a ciertos personajes y escenas enmascarados, como el tratamiento de urgencia a un tigre cascarrabias, o la raza terrier del perro Jip. En resumen: un cuento familiar muy entretenido y simpático, eco de los viajes de las novelas de aventuras y con un reparto a la altura. Repito lo que dije en su día: Newt Scamander, Sherlock Holmes y Jack Sparrow estarían orgullosos. Lo mejor: Downey no pierde fuelle en este tipo de roles. La historia, a su vez, se renueva y adquiere frescura y posibilidad de continuar hasta como serie animada si se lo propone. Interesante es. Lo peor: el CGI cantoso en varios momentos y el infantilismo de muchos de los animales puede poner algo nerviosos a los adultos que estaban más acostumbrados (y más cómodos) al humor sarcástico de la versión original. Puntuación: 7/10 Aves de presa (fecha de visualización: 12 de febrero de 2020) La temporada de los premios me dejó en vela cinematográficamente, así que en cuanto acabó no tardé en ponerme al día. Aves de presa es una cinta tratada injustamente, pues, si bien no es la mejor de DC, rebosa más carisma que su predecesora, Escuadrón Suicida, gracias a la voz narrativa de la gran Harley Quinn que domina todo el metraje. Quizá, no obstante, ahí resida parte del problema, y es que aunque Harley nos encanta, a veces escucharla demasiado puede resultar... agotador, por ser amable. Y aunque la película es bastante fiel y consecuente con su tono desde el principio, algunas elecciones por parte de la dirección no contribuyen del todo a dinamizar el relato como se pretendía, sino a sobrecargarlo innecesariamente de elementos que el espectador ya es capaz de reconocer sin que la voz de Harley se lo diga todo el tiempo. Punto a favor de esta decisión: la historia es muy divertida. Porque es cien por cien Harley, es el mundo bajo su punto de vista exclusivo y es lo que nos flipa de ella, que aparentemente inocente es bastante ladina cuando quiere. Y las risas te las echas; de ahí que considere que el acribillamiento de la crítica y los espectadores esté injustificado, ya que todo se orientaba a esa meta desde que a alguien se le ocurrió semejante título (me refiero a la parte de y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn, toda una declaración de intenciones). Harley Quinn conduce el relato, pero junto a ella tenemos caras nuevas (y no tan nuevas) que le dan más seriedad al asunto, o al menos lo intentan. En este punto lo que es lamentable es el escaso desarrollo de estos personajes cuya historia apenas se cuenta. Por eso, aunque sean las Aves de Presa, es en verdad el final del titulito el que verdaderamente importa en este guión. Porque sí, las otras serán fieras, serán independientes, tendrán su papel importante en la trama..., pero el filme está empapado de Harley en cada fotograma. Quizá lo único equiparable a esta antiheroína o villana es el villano reconocido aquí, interpretado por Ewan McGregor. Otro aspecto que tiene mucho que ver con la voz narrativa es la estructura, que juega todo el rato al borrón y cuenta nueva, es decir, con la naturalidad de quien está escribiendo, cometiendo erratas y volviendo al principio otra vez. En otras palabras: es un relato mal contado, pero es así aposta, porque Harley Quinn tiene un cacao mental alucinante y necesita centrarse en los detalles antes de reunirlo todo y sacar sus conclusiones. En resumen: sin mucha expectativa que tenía yo con esta película, me lo pasé bastante mejor que con Escuadrón. Margot Robbie quería brillar y lo hace. No aporta mucho pero te entretiene. La música es una pasada y bastante reivindicativa y el guión tiene gags de la leche. Lo mejor: los personajes son muy guays aunque no tengan tantos momentos como gustaría a esta servidora. A pesar de que sea una estructura caótica juega bien uniendo los hilos y generando plot twists. Lo peor: Canario Negro está muy desaprovechada, corre el riesgo de quedarse en algo muy banal, le falta profundidad y debería arreglar los sinsentidos que surgen en algunos momentos. Son agujeros difíciles de olvidar. Puntuación: 6,5/10 La llamada de lo salvaje (fecha de visualización: 24 de febrero de 2020) Si os encantan los perros, si Colmillo Blanco es un clásico que solo podéis recordar con cariño a pesar del drama, si estáis nostálgicos, si Harrison Ford es vuestro héroe... entonces esta película está hecha para vosotros. La llamada de lo salvaje es otra ninguneada por Hollywood y, aunque la historia ya nos transmita mucha familiaridad, su ternura merece ser promovida. En ella seguimos a Buck, una mezcla entre San Bernardo y Collie que va pasando de dueño en dueño después de ser secuestrado en su gran casa, hasta que se entronca con la naturaleza. Buck es un perro travieso, que no puede evitar ceder ante sus impulsos, un grandullón solidario cero mordedor cuyas cualidades lo convertirán en un líder nato en su travesía, en la que se cruzará con Harrison Ford. La novela de Jack London salta a la pantalla por enésima vez rescatando el espíritu clásico y aventurero del escritor, con un amor profuso hacia la naturaleza y la relación hombre-animal. El tono quiere ser un híbrido entre el logrado por el Colmillo Blanco de 1991 y Bajo cero, pero, puestos a comparar, hasta la animada Balto tendría colofón por la presencia del espíritu lobuno que despierta el instinto de Buck. El filme logra conmover y emocionar. La belleza y realismo dotados a un animal generado por ordenador valen lo que vale la empatía enorme de Harrison Ford, que logra establecer una conexión emotiva con todo lo que le rodea. Los temas secundarios: el progreso de la humanidad, la ambición por el oro... no son nada en comparación con la magia de estos dos protagonistas. En resumen: un filme entrañable y para ver con pañuelos, muy recomendable para los ecologistas, los animalistas y los amantes de las películas que he mencionado. Lo mejor: la conexión entre Harrison Ford y Buck, el diseño de este y el paisaje norteño. Lo peor: no era una adaptación necesaria que se diga, pero así por lo menos llega la historia a las nuevas generaciones. Puntuación: 8,5/10 Onward (fecha de visualización: el 8 de marzo de 2020) La última película vista en salas antes del confinamiento se va a grabar en mi memoria para la eternidad (no solo por este hecho). Siempre he puesto a Pixar por encima de Disney en lo que se refiere a originalidad y emotividad y, una vez más, no me ha fallado. Onward se ha convertido probablemente en mi favorita de toda la filmografía del estudio, no solo por el mundo que nos presenta, sino por la premisa y el mensaje que termina expresando, lo bien contada que está la historia y cómo al final todo tiene más sentido que el que le dabas como espectador/a. Onward es una historia muy familiar, con un argumento muy simple que, sin embargo, desencadena toda una aventura de proporciones épicas. Lo maravilloso de todo es que, aunque la búsqueda sea parte importante de la trama, el motivo no es el heroicismo, como por ejemplo en Dolittle, donde el viaje se enfoca como misión para salvar a una víctima. El objetivo es que dos elfos jóvenes puedan completar un hechizo para conocer a su padre. No les importa la magia, no les importa el pedrusco..., sino lo que pueden hacer con él, que es volver a reunir a la familia durante unas horas y completar el tiempo perdido. Si eso no es hermoso y conmovedor, no sé qué lo será. La integración de la fantasía en la modernidad (o viceversa) es de pura genialidad, el aspecto más divertido, tanto por los gags que genera como por el diseño del universo. Es una historia con muchos homenajes al género, desde el perfil de mago que recuerda a Gandalf a los viejos juegos de rol y/o de mesa, como Dragones y mazmorras. De hecho a los que jugáis bastante os va a gustar en especial porque la estructura de la búsqueda sigue las mismas reglas que las de una de estas partidas, pero enfrentándolas a una situación realista. En esta trama, los hermanos son de perfiles muy opuestos: el dulce y tímido elfo que vive con los pies en la tierra y solo quiere cumplir un sueño frustrado y seguir un modelo de vida que para él es el determinante; luego está el intrépido, el rebelde, el de mente abierta con fe inquebrantable que mira más allá. Es decir, el que sigue las reglas del juego vital... y el que sigue las reglas del juego mágico. A lo largo de hora y media estos hermanos tendrán que aprender a trabajar juntos y a respetarse mutuamente. En resumen: brillante historia, sublime labor de (post)producción, personajes muy carismáticos y una presentación que te deja en ascuas, más un final que te llena por dentro. Giros cojonudos que desmienten mitos (valga el chiste), mientras que otros los confirman. Mensaje a favor de la antigüedad, de respeto hacia una forma de vida más pura. Reflexión acerca de la evolución. La vais a disfrutar muchísimo. ¿Sería legítimo decir que el personaje de Tom Holland es muy Tom... y el de Chris Pratt es muy Chris? Por último... aunque sea tarde ya... ¡la mejor recomendación actual para el día del padre! Lo mejor: todo. Bueno, venga, vale. Hummm las reglas de los hechizos, cómo evoluciona la relación entre los hermanos y la dragona mascota. Ah, nunca volveré a mirar a los unicornios de la misma forma. Lo peor: nada. No, en serio, nada. Está en mi top del año. Puntuación: 10/10 Post de Naiara Salinas "Hasta que no se eduque a las mujeres de modo más racional, el progreso de la virtud humana y el perfeccionamiento del conocimiento recibirán frenos continuos". En algún momento de finales del siglo XVIII, en plena época de la Ilustración, Mary Wollstonecraft selló con esas palabras el porvenir de muchas mujeres. Considerada la primera filósofa feminista de la historia, también expresó que la debilidad y la inocencia que se predicaban tanto del "bello sexo" no era más que una forma cortés de llamar a la ignorancia. Hay una razón por la que sus palabras decoran todo el mes de marzo en mi agenda, y es que, en tiempos donde lo racional pugnaba con el romanticismo, esta figura histórica ensalzó el amor por encima de todo de forma lógica como un canto hacia la libertad y un desbloqueo del decoro. Falleció el 10 de septiembre de 1797 a raíz de complicaciones tras el parto de la querida hija que heredaría su nombre, Mary, así como su pretensión literaria. Justo en ese punto arranca el biopic que aquí os presento y que me pareció ideal para este día y este mes, como una forma de honrar las enseñanzas que ambas nos dejaron. La de Mary Shelley fue una vida llena de complicaciones y tragedias, que son las que ilustra este filme. Todo comienza cuando su padre, otro hombre de letras, decide enviarla a sus dieciséis años a Escocia, a la mansión Baxter, para que se curta como escritora y como mujer. Allí conoce al poeta romántico Percy Bysshe Shelley, que vive con la libertad de la que puede gozar un hombre de su posición pero además con el completo rechazo al decoro y las imposiciones de la sociedad. Él le abrirá la mente a Mary a todo un universo de amores, fantasía, conocimiento y letras..., pero no todo será goce. Y es que en el romanticismo hay muchas sombras... y muchos monstruos. Mary seguirá teniendo que luchar por encontrar su voz y que esta sobresalga. Como buen biopic, la película se sumerge en lo que hay tras el texto de Frankenstein o el moderno Prometeo y le da un nuevo sentido a la obra al proyectarla sutilmente sobre la vida de su escritora. El guión cumple en la labor documental dramatizada y poco hay de invención (incluyendo los conocimientos más "rosas" fruto de rumores), lo cual genera una oportunidad de conocer los entresijos del dúo literato principal, así como acercarse a otros personajes más invisibles, como el filósofo William Godwin y su familia. El manejo de la aparición de Lord Byron es tan salseante como el hecho en sí, y es que Tom Sturridge lo perfila con un excentricismo y una vanidad que podría definir perfectamente al artista medio de la época (ejem, Wilde, ejem, Dorian Gray, ejem). Claro que sin duda algo que destaca en cuanto a la composición es el modo en el que la paleta de colores se rinde al paisaje y el aire lúgubre que nos quiere transmitir la historia, en medio de un paraje tanto idílico como sombrío. Es la Inglaterra gótica en su estado puro y un reflejo de la belleza en el horror, acorde con el mensaje de toda la obra. Y es que el largometraje está cargado de un lirismo que envuelve el drama de Mary y le hace soñar con esa voz que ansía encontrar y que, durante un tiempo, cree ver en su amante, quien resulta esencial en su desarrollo como personaje. La trama gira entorno a ambos durante prácticamente las dos horas, pero es de destacar dos partes divididas por un acontecimiento traumático y dos visiones de la vida: la joven y la que entronca de golpe con el mundo adulto. Durante la primera Mary todavía es una niña, que a pesar de gozar de buena educación aún posee cierta inocencia, por lo que orbita alrededor de Percy. Se desvive por él, le apoya, se inspira, aprende. En el montaje sus voces llegan a entrecruzarse en medio de su creatividad porque, en ese momento, Percy es la voz que Mary necesita y desea. Mary Wollstonecraft también dijo: "Concedo que con un amante la mujer deba esforzarse por excitar su emoción, no para satisfacer su vanidad, sino su corazón. No creo que esto sea coquetería, sino el impulso sencillo de la naturaleza. Solo protesto contra el deseo sexual de conquista cuando el corazón está fuera de cuestión". Bien, pues atendiendo a esas palabras, en esa parte Mary es todo corazón y, como dos espíritus naturales, la pareja busca su libertad y se aleja de las convenciones sin importarles el escándalo que supone estar juntos. Pero si he dicho que esa época estuvo marcada por la lucha entre el sentimiento y la razón, esta última entra en juego en la segunda parte y de nuevo las palabras de la madre señalan a su hija manipulada, hundida. Es en este momento de frialdad donde se pone en jaque la verdadera esencia de la joven, donde surgen sus demonios internos, donde su voz única y original empieza a despertar y donde el amor externo deja de ser el impulso principal frente al amor interno. Una imagen muy simbólica sobre esto es la de Mary pasando el lápiz por su mano, como escribiendo sobre su piel, rascando en ella para sacar a la superficie todo lo que contiene y que el carbón lo absorba para transportarlo al papel. Ni qué decir que el filme goza de unos diálogos brutales gracias a esa apuesta por la literariedad. Un ejemplo modélico es la conversación que Mary mantiene con su madrastra en la primera parte. Otros parecidos:
El elenco resulta muy llamativo, con caras bastante reconocibles y perfiles muy dispares. Elle Fanning brilla y Douglas Booth sorprende (para bien). En resumen: importante historia para un día como hoy, llena de reivindicación y exaltación de las pasiones: carnales, sentimentales, literarias. La película nos muestra de qué forma Frankenstein ha intervenido en la sociedad más allá de su relato, solo porque fue una mujer criada en un mundo de hombres la que lo escribió, la primera mujer en escribir en un género mayormente masculino gracias a las voces de las que se había impregnado y que despertaron la suya, llena de decepción y desesperación, pero también de esperanza, porque podría acabar con el "fin" de la novela, pero se explaya para incluir un episodio más que modifica lo que podría haber sido un cierre trágico. Querido Percy Bysshe Shelley: creaste un monstruo para tu tiempo (*guiño, codazo, guiño*). Nota: a los fans de Penny Dreadful especialmente os puede enamorar este biopic. El tono y el estilo recuerdan mucho a la serie. Hasta la banda sonora. "Recuerda que soy tu criatura. Debería ser tu Adán, pero soy más bien tu ángel caído, a quien privaste de la alegría sin haber cometido mal alguno. En todas partes veo la felicidad de la que solo yo me encuentro irrevocablemente excluido. La aflicción me ha convertido en demonio. Haz que sea feliz y seré virtuoso otra vez". Ficha técnica Mary Shelley 2017, Reino Unido Director: Haifaa Al-Mansour Reparto: Elle Fanning, Douglas Booth, Tom Sturridge, Ben Hardy, Stephen Dillane, Joanne Froggatt, Maisie Williams, Derek Riddell y Bel Powley Puntuación: 10/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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