Post de Naiara Salinas Una de esas películas que se aprovecha para ver en un momento de menor estrés como son las vacaciones, en la comodidad de tu casa, palomitas de microondas y un tazón de chocolate en mano (¿por qué no?). Crazy Rich Asians es una comedia romántica basada en la novela de Kevin Kwan y protagonizada exclusivamente por personajes y actores asiáticos, aunque la trama comienza en Nueva York (si obviamos el pequeño flashback en Londres a modo de prólogo), donde Rachel Chu vive feliz enseñando Economía en la universidad y saliendo con Nick Young sin saber que es el heredero de una de las familias más poderosas de Singapur, dueñas de un imperio empresarial bien consagrado a lo largo de décadas. Cuando Nick recibe la invitación de boda de sus mejores amigos, que estará organizada por su familia, decide llevarse a Rachel para presentársela a todo el mundo, pero tratándose de los Young, la joven será víctima de toda clase de chismorreos y sabotajes. ¿Será lo suficientemente digna para conquistar el corazón de la familia entera además del de Nick? Desde el furor que causó en Estados Unidos, estaba deseando comprobar con mis propios ojos qué hacía de este filme tan especial. Si bien no hay nada en la trama que sorprenda, todo lo que subyace, la forma, atrae, y es que es una película realizada por asiáticos (John M. Chu dirige), sobre asiáticos y para asiáticos (no todos tienen que ser necesariamente chinos, aunque se hagan pasar por tal). Peeeero, eso sí, con América como modelo. ¿Qué significa esto? Que tenemos la oportunidad de reunir a medio reparto de estrellas asiáticas bien conocido por todos gracias a producciones norteamericanas, así como situarles en un ambiente donde podemos beber de la cultura china y sorprendernos y maravillarnos al igual que Rachel, más sentirnos familiares con todo lo que sucede a su alrededor. Puede que se sienta como una falsa Singapur, pero quien vea la película de esa forma habrá caído en el prejuicio de que la distancia genera dos mundos completamente opuestos y tampoco tiene por qué ser así. Crazy Rich Asians viene a ser casi lo mismo que Ocho apellidos vascos para los españoles: la oportunidad de jugar con esos prejuicios culturales tanto para reafirmarlos como para desmentirlos y, ante todo, normalizarlos dentro de un mundo cada vez más abierto, una excusa condensada en una historia de amor entre dos personas que están hechas la una para la otra a pesar de tener estilos de vida muy diferentes. La trama acierta en no hacer de ese romance un Romeo y Julieta, sino emplear un tono desenfadado y carismático, gracias a la gente de la que se rodea Rachel y, cómo no, a las características del género en sí. NOTA: quien quiera considerar lo que viene ahora spoiler allá él/ella, pero ya veréis que podría estar hablando de este filme o de cualquier otro. Como en toda comedia romántica, hay momentos muy divertidos, fomentados sobre todo por Goh Peik Lin, la mejor amiga de Rachel; momentos dramáticos llenos de dudas y corazones rotos; un miembro de la familia que apoya a la pareja; un miembro de la familia (generalmente la madre) que desaprueba la relación; un descubrimiento y una rendición y al final... pues aceptación y felicidad para todo el mundo. Ingredientes que llevan toda la vida funcionando que para qué suprimirlos, ¿no? Pero no hablo más, no sea que me pase de revelaciones. En resumen: puede apreciarse el porqué de su éxito enseguida, teniendo en cuenta la comparación que he hecho más arriba. La película es muy disfrutable porque se coge mucha empatía por Rachel y sus circunstancias, aparte de tener un desarrollo muy llevadero y llamar la atención sobre la bella cultura asiática, con todos esos decorados, esa ciudad, esa riquísima cocina y tradiciones ancestrales con las que la asociamos. Es como ver La boda de mi mejor amigo, La boda de mi novia o cualquier otro título semejante..., pero made in Asia. Y, por supuesto, también es divertido ver a (casi) todas las caras asiáticas famosas de Hollywood reunidas en una aventura, aunque los protagonistas justamente sean noveles para nosotros (algo que también es habitual). Veréis muchos crossovers. Lo malo es que no la encontraréis doblada y, sí o sí, habrá que descargarla para verla. Ficha técnica Crazy Rich Asians (Crazy Rich Asians) 2018, USA Director: John M. Chu Reparto: Constance Wu, Henry Golding, Gemma Chan, Awkwafina, Ken Jeong, Michelle Yeoh y Lisa Wu. Puntuación: 8,5/10
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Post de Naiara Salinas Una se toma su tiempo para adaptarse al año nuevo, que es la razón por la que mi opinión de todos los estrenos de diciembre se ha hecho de rogar. Pero allá que me lanzo. Ralph rompe Internet (fecha de visualización: 6/12/2018) Más divertida, más compleja, más variada y, en resumen, más completa. Las aventuras que Panélope y Ralph viven en esta entrega son lo suficientemente entretenidas para cautivar, lo suficientemente tiernas para inspirar y lo suficientemente originales para admirar. Lo que más atrae a un adulto o un adolescente de la era millenial es la modernización, la caracterización de Internet en unos dibujos animados que consiguen capturar la moda esencial del panorama cibernético de una forma que un niño puede perfectamente salir de la sala, encender un ordenador y ponerse a crear su próximo vídeo viral. Pero no solo de buscadores, youtubers, spam y virus se trata. Esta película supone un gran ejemplo de la inmensa globalidad de esta creación, donde todo puede ser posible, es decir, toda la cultura de millones de generaciones en un espacio... Muy inteligente por parte de los guionistas es entonces el haber ambientado esta película en ese mundo con el que hay todo un microverso que jugar, un sinfín de referencias que bien coladas se disfrutan a todas las edades (mención especial para el cameo de las princesas Disney, quienes en el acto final tienen un momentazo). No deja de ser una película infantil, con sus momentos infantiles, pero se aprecia la madurez del guion y de los personajes y eso es un regalo para los nostálgicos y los que tratan de adaptarse al nuevo mundo. E incluso algunos de los gags atraen más a los jóvenes que a los niños, así que... ¿quién soy yo en verdad para meter edades en esta breve reseña? Es más, cualquiera diría que esto se ha hecho para esos querubines que se encuentran en plena pubertad: videojuegos, viralidad, cuestiones sobre la amistad en una época en que cada uno intenta encontrar su camino y se va dando cuenta de que este puede alejarle de sus amigos y cómo aborda la situación... Es una historia que en el fondo trata sobre la identidad. Ah, y la animación impecable. En resumen: mucho más que una cinta infantil. Bravo, Disney, lo has hecho bien este mes. Lo mejor: las princesas Disney y el spam (en serio, me pareció lo mejor reflejado de todo). Lo peor: nada, la disfruté como una adolescente (*guiño, codazo, guiño*) Robin Hood (fecha de visualización: 12/12/2018) Cuando Taron Egerton protagoniza una peli, no importa lo que digan las críticas y no importa cuántas versiones de Robin Hood se hayan filmado ya; ahí estoy yo comprando entrada para pasar unas horas de seguro entretenidas. Y es que una cosa buena que ha tenido esta adaptación, aparte de su reparto carismático, es el sentimiento de frescura y actualización, un poco parecido a Ralph rompe Internet pero con la peculiaridad de que, en lugar de intentar plasmar todo el siglo XXI, se han concentrado en un solo género: el de superhéroes. Y es que al final, parece que de tanto comparar a Flecha Verde con Robin Hood, los directores han tomado nota y han decidido llevar al arquero de Starling City al pasado y hacerle un trasplante de cara. No solo el atuendo se siente mucho más moderno, sino su historia casi un calco: enviado a los confines del mundo y dado por muerto, regresa para ver su vida vuelta del revés, por lo que, con ayuda de un amigo de color (¿oportunamente?), decide tomar cartas en el asunto y jugar al doble rol: ricachón noble dispuesto a hacer negocios de día y bandido justiciero de noche, que hasta recibe el apodo de "Capuchón" (hood en inglés) lo mismo que Clark Kent el de "la Mancha" (cual provincia de España) y Oliver Queen el de... ¿"Justiciero"? Algo así era. Vamos, que si tuviera que darle un subtítulo a este filme sería "Arrow made in Edad Media", chavales. Cambiamos a Malcolm Merlyn por el sheriff de Nottingham y las Cruzadas por todo lo que acontece en la isla y listo. Con esa referencia es fácil disfrutar de esta historia (a menos que no te guste Arrow), pero también porque, como buena cinta de acción, cuida las coreografías y la tensión. Y, como arquera de hace años, una se queda luego con el mono de coger un arco y probar todos esos trucos que, por cierto, son REALES (sí, eso se puede lograr, no es fake, mirad este vídeo para más pruebas). La historia de amor, en cambio, peca de excesiva previsibilidad y escasa exhaustividad en el desarrollo. Ella como personaje me cae bien; la pareja no solo es un clásico, sino que además es encantadora, pero... no acaba siendo lo más atractivo de la trama, la verdad. Y, sin embargo, una sensación te queda de que no lo hacen mal (en su defensa diré que todo el largometraje acaba siendo previsible, pero se le perdona porque es una historia ya muy sabida). En resumen: no pasará a la historia como la mejor versión de Robin Hood, pero al menos ha intentado hacer algo nuevo y mezclar una historia de orígenes con la leyenda y el espíritu juvenil romántico. Lo mejor: la dinámica entre Egerton y Jamie Foxx y toda escena que implica el uso del arco (delicia para la vista). Jamie Dornan con el doblaje castellano habitual de Jude Law también es digno de ver (aparte, el suyo es el plot twist definitivo. La vuelta de tuerca a la leyenda que conocemos). Lo peor: el villano. Es prácticamente el mismo que en Rogue One (y no lo digo solo por el actor). Máquinas mortales (fecha de visualización: 17/12/2018) Cuando te has hartado de ver el libro con el título traducido en las librerías mucho antes de que se estrenase la peli, simplemente tu cerebro rechaza el original, lo siento. Con Máquinas mortales me ha pasado algo que ha dado pie a que reflexione tanto, pero tanto, sobre el tema, que mucho de lo que pensaba escribir aquí me lo voy a guardar para más adelante porque da mucho más juego. Y es que estamos hablando de la enésima adaptación de una novela juvenil distópica (léase cada palabra bien remarcada), pero esta vez realizada por uno de los más grandes adaptadores de novelas del Hollywood actual: Peter Jackson. Vale, él no dirige exactamente la peli, solo la produce, pero su mano se nota en cada fotograma cargado de esa luz imperiosa, esos planos épicos, el paisaje que reina en el fondo y la música. La película es bonita, muy bonita, y su argumento es lo bastante interesante como para que te motive a verla en la gran pantalla. Peeeero, cuando parecía la promesa de la ruptura de esa maldición que impera en este (sub)género, va y la casca, como quien dice. Sin perder su atractivo, gracias a que el mundo está muy bien construido y los personajes logran cautivarte, da mucha pena que el montaje no haya podido ocultar mejor los recortes de la novela (lo siento, llevo viendo esto demasiados años como para que, aun no habiendo leído los libros, note las señales de, seguramente, una historia de amor caída ahora en el aire, una realización mucho más profunda sobre la identidad de ciertos personajes, algún que otro borrado del mapa para no alimentar a otro actor más y un largo etcétera). Pero aún da más pena ver cómo tantos prejuicios y tantas ideas acuñadas antes de entrar en la sala provocan que pase desapercibida cuando, hay que reconocerlo, es mejor adaptación que otras. No sé hasta qué punto fiel, pero a mí como espectadora no me disgustó. Es la clase de película que te anima a conocer su universo literario porque sientes que ahí hay la promesa de algo original dentro de los clichés. Desgraciadamente, la gente poco piensa en lo que es original hoy en día. Pero de eso hablaré en otro momento. En resumen: se deja ver. Tampoco pasará a la historia pero ha sido tratada muy injustamente. Jackson le puso mucho mimo. Valoremos eso al menos. Lo mejor: los protagonistas, el world building y muchos aspectos técnicos. Lo peor: que acabe siendo juzgada más por su género que por lo que puede ofrecer. El regreso de Mary Poppins (fecha de visualización: 28/12/2018) Habéis acertado: me dejé casi todos mis ahorros en el cine ese mes (pero fue por una buena causa. Espero que unos cinéfilos como vosotros, gustosos de tener una peli gratis, me comprendáis). Para ver la vuelta de otro clásico de Disney necesitaba la compañía de mis fieles amigos universitarios y, así, entre risas y alguna lagrimita nos entretuvimos con esa Mary rejuvenecida en la piel de Emily Blunt, que no solo hizo justicia al carisma del personaje, sino que acabó dejando de propina su impronta. Muy bueno estuvo también Lin-Manuel Miranda como el nuevo compañero de aventuras. La verdad es que la elección del casting no hubiese podido ser más acertada, incluidas las jóvenes promesas y a un Ben Whisaw cuya voz sorprende... en YouTube (sí, lo siento, las canciones están dobladas. Para disfrutar del talento real de sus intérpretes hay que recurrir a otros medios). La traducción también causa que se pierdan juegos de palabras por el camino y, con ello, un par de gracias, pero, eh, entendemos que los niños no tienen por qué estar sobresalientes en inglés. El mayor acierto de esta secuela es que funciona. La historia tiene sentido y los números musicales, aunque no dejan la misma huella que los originales, están currados (yo me quedo con el que alaba la lectura. Ese fue maravilloso). Hay mucho aire nostálgico con la vieja animación, el trabajo tras las cámaras es innegable y, aun así, sales con el convencimiento de que es otra más en la moda de revivir la Edad de Oro de Disney (aparte, las canciones no se te pegan. Nada como el "Supercalifragilisticospialidoso" -Os reto a encontrar una falta ortográfica ahí, ánimo-). Aun así, está bien contada y conecta muy bien el lado ficcional e/o imaginativo con el real dentro de la propia película. Es hermosa porque no solo es un homenaje a lo que viene siendo Mary Poppins, sino a TODA Inglaterra (basta con ver el tema inicial, dedicado a Londres). Por eso cuando ves el Big Ben te acuerdas de Peter Pan, aprecias la magia de los rincones secretos de Harry Potter (¡el Callejón Diagon hace un cameo, damas y caballeros!), el punto de locura de Alicia en el País de las Maravillas, el océano de Bob Esponja (que no es británico) y de Vaiana (que tampoco, pero conecta con Lin-Manuel). Todas las referencias están colocadas muy sutilmente, sin interrumpir el ritmo ni eclipsar a los personajes, porque Londres en sí misma es un easter egg de los más fuertes, algo de lo que se han percatado los guionistas de esta película, y es maravilloso ver toda la fantasía reunida en un solo espacio. Si os encanta la ciudad y os encantan los cuentos de hadas ambientados en ella, la vais a disfrutar muchísimo. Por otra parte, hay un par de escenas que te dejan a cuadros con la Poppins en el mal sentido (pero ella se lo puede permitir porque, en términos muy coloquiales, es la pu** ama). Y... qué más os voy a contar, si todo se lo llevará el viento del este. En resumen: una secuela a la que se va para revivir la infancia, cosa que hay que tener muy presente porque hay mucha ñoñería en ella. Pero también mucha ternura, y mucha música, y, y... ay. Es muy british. Lo mejor: Blunt, Miranda y Shaw, conocidos como "la Tríada" del filme. No obstante, Meryl Streep está graciosa, le sientan bien esa clase de papeles. El cameo de Van Dyke también genial. Se echó de menos a Julie Andrews, no obstante. Lo peor: a veces es difícil no juzgar con el ojo adulto, lo que puede provocar que disfrutes un poco menos. ¡Intenta tirar del niño que llevas dentro! By the way, Colin Firth, siendo el villano principal, pasa muy desapercibido. Bumblebee (fecha de visualización: 30/12/2018) Ya lo dije en Twitter: fue mi última peli del año... y ¡la primera gratis! Uiiii. La verdad es que lo mereció, porque nunca he sido gran fan de Transformers. Pero, de alguna forma, había logrado cogerle cariño a Bumblebee tras la primera y única peli (que he visto completa, al menos) y el trailer me había gustado, por lo que decidí darle una oportunidad. Mi conclusión: los fans merecían esta historia. No solo por darle mayor profundidad a un personaje carismático y encantador, sino también por, una vez más (es el gran tema de esta maxi crítica), la frescura y la jovialidad de una historia que tan ochentera resulta, que hasta recuerda a E.T., pero con mucha más acción y robots. Una vez hecha esta comparación, hablemos de la protagonista, pues Hailee Steinfield te atrapa con una sonrisa y te sumerge en el trauma de una adolescente con el sueño mudo de reconectar con su padre fallecido arreglando un viejo coche. La chica es una superviviente incluso más que Shia LaBeouf, porque sobrevive a la adolescencia, a las tías chulas de turno que le amargan la existencia, a la familia que no la entiende, al chico tímido que no se atreve a pedirle a salir, al chico guapo que intenta cautivarla con una sonrisa... y luego, por supuesto, a los robots llegados desde otro planeta que intentan matarla por ayudar a un amigo. Sobrevive a eso y apenas sin despeinarse. A su lado (o en el equipo medianamente contrario) está John Cena, que, como es guay, no puede quedarse en el mero soldado que sigue órdenes, no, sino que tiene que tener su momento heroico estelar. No os preocupéis porque no le roba protagonismo a la chiquilla ni, mucho menos, al Transformer, faltaría más. Lo que más me enfada de su presencia es oír en mi cabeza todo el rato la cancioncita "Jooooohn CENAAAAA, PAPARAPAAAAA" (por favor, ¿para cuándo una parodia?). En resumen: aquí pasamos a otra precuela, como Robin Hood, menos oscura que la saga de Michael Bay y más entretenida. Lo mejor: Hailee y Bumblebee. Lo peor: a mí el arco de la guerra entre Autobots y Decepticons la verdad es que sigue sin hacerme tilín. Disfruto más cuando volvemos al mundo real que viendo a los robots interactuar. No puedo engancharme a esta saga, pero no negaré que por lo menos tiene una gran banda sonora. |
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Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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