Post de Naiara Salinas Una pareja de músicos separados por la vida, un niño abandonado con un oído muy musical y un solo objetivo en la vida. Preparaos para emocionaros con este drama sobre una de mis grandes pasiones: la música. Curiosamente, aunque la música tenga un papel esencial (a estas alturas ya estaréis acostumbrados a que mis gustos cinéfilos se dejen influir por esto), el sueño del protagonista, Evan Taylor, no es triunfar en ella, sino encontrar a sus padres. Freddie Highmore (el actual Norman Bates de la serie Bates Motel, por destacar el increíble salto de este chico) interpreta al hijo de una joven pareja de músicos de diferente género (ella clásica, y él, rock) que tienen un lío una noche durante una fiesta y terminan separando sus caminos, aunque en el fondo guardan el recuerdo de aquel momento tan especial. Ella queda embarazada y da a luz, pero su padre, por evitar la desgracia de tener un nieto bastardo de un desconocido, le cuenta que el bebé ha nacido muerto (aprovechando que ella tiene un accidente) y manda al pequeño a un orfanato, donde pasa once años pensando en su familia y en la música (lógico, la lleva en la sangre). Un día se escapa del orfanato y comienza a recorrer el país en busca de sus padres, viviendo un poco a la picaresca, aunque por el camino tendrá ocasión de experimentar con su oído y desarrollar su talento innato. La historia es entrañable, tierna y preciosamente contada, como un cuento. La odisea de Evan es bastante completa: le pasan cosas buenas y cosas malas, es estafado y es afortunado, pero sobre todo persiste su curiosidad por el mundo que le rodea y por cómo puede convertir eso en una melodía. Evan es una especie de Mozart, un genio de la música que todo lo que oye lo convierte en una nota, una sinfonía, una rapsodia... Pero es también un Lázaro de Tormes y un Oliver Twist que trata de encontrar su lugar y va pasando de mecenas en mecenas, por así decirlo. Uno de ellos es Wizard (Robin Williams, en paz descanse), que es lo que Fagin al huérfano de Charles Dickens, es decir, un hombre que acoge a niños de la calle en su refugio siempre y cuando trabajen para él, la mayoría de las veces robando. Sin embargo, Williams no puede ser tan malo y por eso subyace en el personaje cierta pizca de bondad y simpatía que le hace encariñarse con Evan (o August Rush, su pseudónimo de artista) y animarle a tocar en la calle por sus padres. En cada etapa de su trayectoria Evan va descubriendo un nuevo instrumento y componiendo su banda sonora de vida mientras sus padres tratan de seguir con la suya. Lo hermoso de esta película es el mensaje de que todo a nuestro alrededor es música, pues si esta habla de la vida y se inspira en ella, no es necesario pensar en un instrumento como fuente musical imprescindible, sino que cualquier sonido puede ser una nota: la teclas de un ordenador, un bolígrafo al rascar el papel, una bocina, una pelota botando contra el suelo... Así es como piensa y crea Evan una de las mejores bandas sonoras que he oído en mi vida, muy inspiradora. Por supuesto, un largometraje tan musical como este debe rodearse de grandes artistas como John Legend, que además tiene su propia canción en la lista de reproducción del filme (es lo normal, véase el caso ya contado de Adam Levine en Begin Again). Pero además los propios actores tienen oportunidad de lucir talento, como Jonathan Rhys Meyers (el padre de Evan), que interpreta canciones originales y muestra tener buena voz. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de Freddie, ya que quien toca realmente la guitarra en sus respectivas escenas es Kaki King, una guitarrista estadounidense. Retomando el tema de la banda sonora, su originalidad no solo radica en emplear cualquier elemento al servicio, sino en la mezcla de géneros, lo clásico con lo contemporáneo, el chelo con una guitarra de rock, música gospel... Como premio fue nominada en la categoría de Mejor Canción Original en los Oscar 2008. En resumen: una historia sobre el poder de la música, un gran cuento a caballo entre la biografía de Mozart y Oliver Twist con un final que, por supuesto, conmueve, ya que el huérfano de Dickens consigue realizar su sueño y en este largometraje el título es bastante más spoileante que el de la novela. La banda sonora es de DIEZ (si me la pusieran en un concierto lloraría de emoción) y la mejor escena es el final. Ficha técnica El triunfo de un sueño (August Rush) 2007, USA Directora: Kirsten Sheridan Reparto: Freddie Highmore, Jonathan Rhys Meyers, Keri Russell, Robin Williams y William Sadler. Puntuación: 10/10
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Post de Teresa Antón ¡Hola, hola! Ya sé que a mí no soléis verme por aquí, pero aprovechando que Naia no me ve vengo a estrenarme en la sección (no os chivéis, eh) y lo hago no para recomendar sino para quejarme. Pixar siempre ha presumido de ser más madura que su hermana mayor, Disney, y de que cada vez más sus películas eran capaces de entretener tanto a los niños como a los mayores que les acompañaban a verlas lo que ha supuesto que haya más gente que viera sus películas teniendo algunas tanto éxito como Inside Out. Sin embargo, parece que esto ha terminado (o se ha visto interrumpido, habrá que ver Cigüeñas) con su última película: La vida secreta de las mascotas. Aunque el título recordaba al de La vida secreta de Walter Mitty, no tiene nada que ver pero tampoco tiene nada que ver con lo que veíamos en el trailer. Yo siempre he sido una niña Disney, reconozco que lo mío eran las princesas así que cuando me sacabas de ellas ya no me gustaban (a excepción de Anastasia) pero tras emocionarme con Inside Out pensé en dar una oportunidad a Mascotas después de reirme con su trailer, craso error La cosa es que la película no es solo aburrida, sip es aburrida ni siquiera fui capaz de terminarla, sino que además la historia está repetida. No es broma, el trauma de los de Pixar tras perderse en el supermercado (todos terminan perdidos y alejados de su casa: Buzz y Woody; Nemo, y ahora Dory; Boo; Rayo McQueen; Arlo) ya no da para más y ahora repiten las historias desde el principio lo que significa copiar a Toy Story. Mascotas tiene como protagonista a Max, él y Katie (a.k.a. Woody y Andy) han sido los mejores compañeros desde siempre pero todo va a cambiar cuando Katie trae a un nuevo amiguito: Buzz Lightyear, digo Duke. Tras una pelea en el parque ambos acaban perdidos y tienen que descubrir como llegar hasta casa, ahí sus amigos también se preocupan por ellos y deciden ir a ayudarles. Entre los amigos también tenemos parecidos y es que Buddy sería el alter ego de Slinky y Gidget el de Bo Bee. Aunque con algunas diferencias los parecidos entre los personajes y la trama es más que evidente y ver Toy Story pero contado con mascotas en Nueva York no es interesante. Max y Duke son atacados por gatos callejeros, perseguidos por los de la perrera y declarados enemigos de las mascotas abandonadas (estos serían como los juguetes macabros de Sid). Aún así tienen tiempo para hacerse amigos y tener momentos ¿lacrimógenos? en Brooklyn. Ni los protagonistas, ni los antagonistas, ni los secundarios me parecen personajes interesantes y el “equipo de rescate” que se va formando con la perrita desesperada, los amigos, el halcón y el perro inválido no tiene química alguna y hay incorporaciones que no entiendo para qué aparecen, simplemente querían tener personajes. A mi parecer es una copia descarada de Toy Story pero que además resulta peor ya que los personajes no pegan entre ellos y las tramas a veces no tienen mucho sentido. Con esto está claro que si has visto Toy Story ya no tienes edad para esta película, dirigida exclusivamente a los niños que no estoy segura de que se vaya a colar entre sus películas favoritas. Aquí tenéis lo único salvable de la película, que corresponde a los primeros 5 minutos: el trailer. Post de Naiara Salinas Producida por Fox Searchlight Pictures, presentada por primera vez en el Festival de Sundance en 2014 y ganadora del premio a Mejor Película en el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges el mismo año. Esta es la película de la semana. Resulta complicado describir esta película, así que empezaré por lo básico y tradicional: su argumento. En Orígenes un joven científico especializado en biología molecular y dedicado a la investigación del ojo humano queda prendado de una joven a la que conoce una noche, cuyos iris resultan muy atípicos. Mientras continúa su acercamiento a esta chica, su compañera de laboratorio y él descubren algo asombroso que les hace cuestionarse sus creencias tanto científicas como espirituales y que llevarán al joven doctor a realizar un viaje por medio mundo. Un largometraje que sin duda encierra un mensaje que no mucha gente es capaz de comprender o, mejor dicho, de interiorizar. Es más, reflexionando sobre el tema, me arriesgo a admitir que puede que ni yo misma haya entendido la película desde un punto de vista objetivo. Es decir, ¿qué motivación existe realmente para contar esta historia? ¿Qué me quieren decir? En estos casos lo mejor es guiarse un poco por el género, que ya he mencionado antes: fantástico. Y quizá la ironía está en que lo fantástico provoca el entrecruzamiento de dos áreas que no tienen mucho que ver: la ciencia y la espiritualidad. Depende de qué culturas, muchos no opinarían lo mismo (Thor, sin ir más lejos). Y está claro, por el argumento, a favor de qué se posiciona la balanza. Tal vez entonces lo que de verdad enseña esta película es que hay muchas cosas que, curiosamente, se le escapan al ojo humano. Tal vez quiera que nos cuestionemos la verdad de un razonamiento científico. Tal vez la investigación termine siendo refutada porque en este caso lo mágico, lo anormal, lo simbólico... tiene más peso. Dejando esas reflexiones a un lado, como espectadora resulta valiente y hermosa en su concepción. Una historia a favor de lo especial y lo inusual. Y como muestra el trailer que os pongo al final, plagada de símbolos y supersticiones. ¿Qué hacer cuando la razón no tiene forma de luchar contra una fuerza superior inmersa en el hombre que le anima a creer en cosas que parecen increíbles? Todos hemos recibido señales alguna vez. Nos tomamos pequeños acontecimientos curiosos como maneras que el universo tiene de orientarnos en nuestro camino. En este caso lo increíble son los ojos de una chica normal con una vida sencilla que observa el mundo de una forma más religiosa. ¿Y por qué es valiente esto? Porque todo el mundo sabe que en los ojos de una persona se esconde su alma, y es la creencia principal con la que juega este guion. Entonces, ¿estamos hablando de reencarnaciones? No seré yo quien se vaya de la lengua porque empezar a teorizar sobre eso sería contar demasiado y este es un post de recomendación, no de teorización. Por tanto, ¿qué podéis esperar al ver el filme? Una historia de amor. Así es como empieza, al menos. Chico conoce a chica con una característica que le llama enormemente la atención. La busca, la encuentra, la conoce... Y algo más le trae ese encuentro, un descubrimiento que cambia su vida. Ian Gray y Sofi, los protagonistas, forman una pareja muy contradictoria, pero ninguno es capaz de negar sus sentimientos. Esta relación va más allá de los superficial y seguro que quedaréis encariñados con la pareja. En resumen: hermosa historia de un versus que atrae incluso a los más ateos. No perdáis la oportunidad de conocer algo más sutil que lo que nos tiene acostumbrados el cine de blockbusters. Película sencilla pero profunda, con bonitas ideas sobre el mundo. No todo es reflexión, por supuesto, ya que acontecen muchas cosas típicas de los romances. En definitiva, vedla. Y punto. Ficha técnica Orígenes (Origins) 2014, USA Director: Mike Cahill Reparto: Michael Pitt, Àstrid Bergès-Frisbey, Brit Marling y Steven Yeun Puntuación: 9,5/10 Post de Naiara Salinas Cuando titulas un post como parte 1, esperas que haya una continuación, ¿no? En mi caso se ha hecho un poco de rogar porque he estado bastante liada estas últimas semanas de agosto y quería cerrar mis estrenos del verano antes de escribir esta entrada. A falta de una película (Peter y el dragón se quedó por ahí), procedo con mis reseñas del último mes fortuito, que, como estáis a punto de comprobar, ha sido muy "cómico". Malas madres Fecha de visualización: miércoles 10 de agosto Cuando mi madre me propuso ir a ver esta comedia con una amiga suya, vacilé. Sabía que lo más probable era que fuera a ver un producto enormemente repetido en el mercado hollywoodiense y, con sinceridad, prefería reservar mi dinero para estrenos que de verdad quería ver. No obstante, ella invitaba, así que acepté. Y no me equivoqué, pero, curiosamente, tampoco lo pasé mal, es más, me reí muchísimo. Malas madres es una historia que nos sitúa en el punto de vista de mujeres tan minusvaloradas en su trabajo que de pronto deciden rebelarse y hacer el ganso para variar. No faltan los gags dedicados a modas actuales, como por ejemplo Juego de Tronos, ni música cañera presente en las listas de reproducción de Spotify, una de las mejores cosas de la película (una de las mejores escenas, de hecho, va muy unida a la música con ese I don't care en el supermercado). El humor está muy bien llevado supliéndolo con la parte más seria y profunda, que se subraya con el alegato final de las actrices protagonistas a favor de sus madres, que tienen un pequeño momento de protagonismo muy tierno (si tenéis madres muy sensibles las veréis llorar seguro en esta parte. Yo vi a la mía). Los personajes tampoco estaban mal, dentro del prototipo de la comedia. El trío protagonista se complementa bien y aporta una mujer líder y responsable, otra con el espíritu demasiado joven y otra más subyugada, o lo que es lo mismo: Mila Kunis, Kathryn Hahn y Kristen Bell. Ver a esta última me sorprendió, pero su personaje es uno de los mejores del largometraje, el perfil de esposa fiel y obediente con un toque de inocencia que aprende a defender sus derechos gracias a sus amigas. Ya sabéis cómo funciona esto: cuanto más buena eres más loca te vuelves. Así que con quien más me partí fue con ella. A este trío de protagonistas se opone otro de antagonistas: Christina Applegate, Jada Pinkett Smith (vista en Gotham) y Annie Mumolo, es decir, la líder tocapelotas, la fiel seguidora y la tonta que en el fondo tiene malicia cero. Mi cariño especial va para Jada por el aprecio que le tengo desde que la he descubierto en la piel de Fish Mooney. Aquí es menos espabilada y más zorra, pero no se lo tendré muy en cuenta. Lo que falla en esta cinta es la parte masculina. Entiendo que por el título los hombres no destaquen demasiado pero es que sus personajes tampoco aportan realmente nada. Tenemos al padre viudo buenorro de turno y al marido infiel que no sabe cuándo madurar. Un perfil propicia al otro para hacerse con la víctima en cuestión, Mila Kunis. Y ya está, ese es su papel en esta historia. Hasta los niños actúan mejor. Creo que en esta parte se dejaron influenciar por la figura del hombre perfecto para la mujer, pero dejando eso a un lado me limitaré a decir que el bueno de Jay Hernández cumple su papel muy bien. Una curiosidad: este verano también ha estrenado Escuadrón Suicida (os presento al hombre detrás del maquillaje de Diablo). Así que en resumen: una película perfecta para verla con tu madre (¡chicas al poder!). Te reirás o como mínimo mostrarás una sonrisa simpática al reconocer las bromas. Star Trek: más allá Fecha de visualización: lunes 22 de agosto Le tenía unas ganas enormes y entré en la sala con muchísima ilusión (huelga decir que el fin de semana previo había realizado un maratón con las dos primeras entregas). Esta es la clase de películas cuya larga espera (teniendo en cuenta que Star Trek en la oscuridad se estrenó en 2013) merece mucho la pena, aunque te reviente la paciencia. Justin Lin releva a J. J. Abraams de muy buena forma, prácticamente dejando intacto su legado y limitándose a realizar lo que aprendió en Fast&Furious. Eso contribuyó a que las escenas de acción resultasen tremendamente ligeras, si bien la dirección debe alabarse al lado del guion de un trekkie de por vida como lo es Simon Pegg, un hombre que conoce la saga desde dentro y que esta vez se enfrentaba al reto del 50 aniversario de la serie, de modo que colar un par de tributos no estaba de más. Pero aun más importante es saber cuidar a los compañeros y darles el trato que merecen. Puede que por eso al ver el largometraje uno sienta cierto aire familiar, como de hermandad. El Enterprise navega por el espacio en mitad de una misión de cinco años y ese tiempo hace mella en la tripulación, que se presenta mucho más unida. Los guionistas no se olvidan de los personajes secundarios y les dotan de mayor profundidad, como a Sulu. Kirk, por su parte, envejece y pasa de ser el capitán jovial al hombre que se cuestiona su rumbo. Vemos por fin lo que ha supuesto para él vivir a la sombra de la memoria de su padre y su comportamiento en la trama casi roza la del hermano mayor que cuida de sus pequeños. Aunque por hacerle justicia a la versión de Chris Pine, el chico demuestra estar todavía dotado para la acción y el humor. Las nuevas incorporaciones, Sofia Boutella e Idris Elba, se ajustan de buena forma a la historia. Ella es genial, tiene muy buenas escenas y verla al lado de Scottie inspirara toda clase de fanfics para las mentes más perversas y/o imaginativas. Él continúa en el perfil de sus predecesores Bana y Cumberbatch como villano que hace cuestionarse el funcionamiento y la moralidad de la flota estelar. No me pareció un enemigo como para quedarse a cuadros en cuanto a peligroso (aunque su "enjambre" de naves es sumamente eficaz y destructivo, como muestran los trailers), pero sí que abrió un debate mucho más llamativo que los anteriores y me pareció más trabajado a nivel psicológico. Es decir, le doy entre un 7,5 y un 8. El resto de la tripulación sigue en su línea; eché de menos a Alice Eve, que interpreta a Carol Marcus (quien está destinada a acabar con Kirk, hombre al que no se le ha visto todavía en una relación seria, cosa que creo que ya es hora que experimente) y me encantó el acercamiento entre Spock y Bones. Esos dos necesitan más escenas juntos. El vaivén que atraviesa el vulcano con Uhura, por otro lado, tiene las de no acabar nunca. Y Chekov... Ay, mi Chekov. Aunque no fuera intencionado (dado que la postproducción del filme fue anterior a la tragedia), creo que el personaje interpretado por el difunto Anton Yelchin acaba de forma muy satisfactoria para sus seguidores, o al menos me pareció que cobraba más importancia que en las anteriores entregas y tenía oportunidad de intervenir más, algo tan triste como bonito. Esta tripulación ha calado tanto en los espectadores que irremediablemente se le va a echar de menos en futuras secuelas. Ni a él ni al otro fallecido, Leonard Nimoy, se les olvida en los créditos finales, antes de insertar la hermosa canción de Rihanna (ya era hora de que alguien innovara un poco en la banda sonora, que aunque el momento en el que vuelven a sonar los Beastie Boys es sublime y épico, todo en realidad era muy repetitivo). En resumen: preciosa combinación de acción, efectos especiales y humor. Los homenajes están muy bien insertados, tanto para la serie original como para el propio universo creado por Abraams. Simon Pegg debería escribir más guiones y Justin Lin ha demostrado ser un buen heredero. Es entretenimiento en mayúsculas. Las cazafantasmas Fecha de visualización: miércoles 24 de agosto Llegamos a las chicas más abucheadas en la trayectoria de los remakes que llevamos este año. Y, con humilde sinceridad, no entiendo a qué viene tanto alboroto, pues no creo que una versión femenina de un clásico de los 80 sea para tanto. Es más, la propuesta me resulta interesante y ajustada a los nuevos tiempos. Pero inevitablemente surgen las comparaciones y parece ser que la copia en este caso no ha terminado de convencer a la mayoría del público. Yo era muy peque cuando vi Los cazafantasmas por primera vez, tanto el filme de Bill Murray como la serie de dibujos. Los recuerdo muy entretenidos pero si me paraba a pensar en el porqué del argumento me veía ojeando la Wikipedia para recuperar detalles que a mi mala memoria se le habían escapado. Si he llegado hasta ese punto hablando de una película, tal vez signifique que es buen momento para repasar la saga. Esta adaptación, por tanto, supone para mí un rescate, un renacimiento, un "salir a flote" desde el fondo de la Historia del cine. De modo que no la he visto con ánimo comparativo sino como lo que creo que pretende ser: una presentación para las nuevas generaciones. A favor de esta teoría está la trama que retorna a los orígenes, cuando podría haber sido perfectamente una secuela al igual que Star Trek (cuya función es muy parecida a la de este largometraje, por cierto). Tenemos a cuatro protagonistas femeninas que ocupan casi los mismos cargos que el cuarteto original: profesoras de Universidad, expertas en física, química y demás ciencias, teóricas de lo paranormal, testigos de manifestaciones fantasmales... Sin embargo, aunque sean cuatro al final no son tan copias como parece, pues mi experiencia al intentar compararlas con los hombres fue que no encontraba un perfil que encajase de forma determinante en otro. Jillian (Kate McCinnon), por ejemplo, la experta en física y creadora de las armas más potentes, es rebelde, independiente y dura de roer, con un punto socarrón que puede recordar al personaje de Bill Murray, salvo por el detalle de que ella no es profesora de la universidad, sino un apoyo de Abby (Melissa MacCarthy) cuando su amiga Erin (Kristen Wiig) la deja tirada por un puesto de profesora fija. Ya que hablamos de los personajes, repasemos un poco el reparto y su conducta. El guion marca una división muy clara entre las actrices más curtidas y las comediantes. MacCarthy y Wiig llegaron a los Oscar con La boda de mi mejor amiga (2012) y Hollywood las ha vuelto a reunir para dar caza a unos espíritus. Por aprovechar su relación y su capacidad de levantar pulgares entre los académicos y los críticos llevan el peso más dramático de la trama, en la piel de dos amigas desde jóvenes que comparten un sueño, terminan separando sus caminos y al reunirse deben volver a aprender a confiar la una en la otra. En el grupo de las comediantes, cómo no, tenemos dos adopciones del programa de sketches paródicos Saturday Night Live , dos expertas en los chistes y manías que más gustan a los americanos y en derramar locura de la forma más natural. Si las mujeres protagonizan el filme algún ser masculino debe ejercer de secretario, y ahí entra Chris Hemsworth, que no tiene más carrera en la comedia que Vacaciones (2015) y algunos sketches de Saturday Night Live. Él es Kevin, chico que todo lo que tiene de guapo lo deja en inteligencia. Aun así, su despiste natural y su aparente inocencia convencen. Da la impresión de que en realidad es más listo de lo que muestra, solo que se la sopla todo y va a su bola. Ver a Chris actuar un poco del revés a lo que me tiene acostumbrada me gusta y me divierte. Aplausos por atreverse a realizar el baile de los créditos finales. ¿Más cosas que decir? De la trama me queda algo: está muy bien volver a la formación del equipo acompañada de su esfuerzo por ganarse la fidelidad de la ciudad, pero me hubiera gustado algo más de riesgo en la apuesta. La aparición de algunos de los actores originales como Murray (le voy a agotar el nombre en esta reseña), Sigourney Weaver y Ernie Hudson en otros papeles me pareció desaprovechada. Bien por el tributo, pero una relación más cercana con las protagonistas no habría estado mal (Ernie, de hecho, es el tío de Patty que le presta el coche. ¿Por qué no apareció como viejo cazafantasma o dijo un gag en alusión?). También es verdad que ir por esos derroteros implicaría volver a los clichés (sí, lo sé, soy muy maniática). También Moquete (ese fantasma regordete de color verde que al final es una especie de mascota del grupo) tiene su cameo, pero esta vez no congenia mucho con las chicas. En resumen: no va a ser tan memorable como la original, pero tampoco merece tanto acribillamiento y uno se lo pasa mejor si en lugar de comparar busca las referencias. Mascotas Fecha de visualización: jueves 29 de agosto Para todo aquel que sienta amor por los animales y tenga alguno como mascota, películas como esta son un regalo y un recordatorio de por qué es bueno estrechar relaciones con ellos. Pero ¿qué hacen cuando los dejamos solos? Con esta película me llevé algo más de chasco, si cabe. No por la historia, sino por el humor, que en los trailers me parecía inteligente y luego fue disminuyendo un poco en la sala. Los productores fueron muy listos: sabían que no podían vender el típico argumento de aventuras y desmadres en la gran ciudad si querían "causar sensación" y por tanto presentaron a los protagonistas en sus casas viviendo la vida loca. Cuando ves la película te das cuenta de lo poco que sabes en realidad del argumento, aunque al menos los protagonistas los tienes muy claros. Sin embargo, no todos los personajes los has visto en la publicidad, como por ejemplo Duque, un perro enorme que comparte piso y dueña con Max, la mascota principal, o Tiberius, un halcón enjaulado en la azotea del edificio donde viven los demás animales. Pese a esto, como sorpresa funcionó y hay partes que son muy satisfactorias, como la relación entre las mascotas, luego entre ellas y sus dueños, las rivalidades entre Duque y Max... y el villano: un conejito muy resentido. La película distingue los bandos de los queridos y los abandonados, y con ello presenta su mensaje moral. Los perros, como siempre, lideran el cotarro: Max y Bridget, una perrita enamorada de su vecino que pese a su aspecto pequeño y delicado posee atención, fiereza y determinación para ir en busca su amado. Ambos son los principales focalizadores, uno en el equipo de perdidos y otra en el de rescatadores. Que al principio veamos las cosas desde el punto de vista de Max causa que juzguemos a Duque erróneamente y lo pongamos por malo, cuando lo cierto es que el pobre es tan víctima como él. En cambio, es muy fácil adorar y estar de acuerdo con Bridget, el personaje que en mi opinión más salero le da al filme junto con el conejo. En resumen: no las veas si aspiras a un humor más adulto, pero si lo que quieres es pasártelo como un crío, entonces de cabeza. Post de Naiara Salinas Hoy os traigo una de esas películas que sacan a la luz el lado más oscuro de la personalidad humana. Conocéis la serie Mentes criminales. Ahora es momento de que conozcáis el filme Mente criminal (Like Minds en la versión original). Like Minds es un thriller que ahonda en la relación de dos jóvenes estudiantes: Alex (Eddie Redmayne), rebelde sin causa e hijo del director de un prestigioso internado, y el solitario Nigel (Tom Sturridge), otro niño de familia importante que aterriza como su nuevo compañero de cuarto. Cuando el cadáver de Nigel es encontrado en los brazos de Alex, la psicóloga forense Sally Rowe (Toni Collette) inicia una investigación e interroga al joven, que clama su inocencia y se justifica con una inquietante historia de peligrosos juegos e ideas radicales. Siempre hay una primera vez para todo y, ya que acostumbro a repasar mi trayectoria, para qué romper la tradición: drama histórico, biopics, animación, comedia... y ahora thriller. Esta es una de esas historias que atrapa e inquieta desde el principio porque muestra la corrupción de una mente, digamos, "anti criminal". Francamente, la estructura es la misma que Crónica de una muerte anunciada: hay una víctima y un verdugo. El verdugo no se declara inocente al principio sino que simplemente afirma: "Nigel tenía que morir", pero no dice por qué. Eso viene después. El relato de Alex es serio e intimidante por cuanto que es muy sincero. Intenta deshacerse de la culpabilidad del crimen presentando a Nigel como un personaje oscuro, imprevisible, que termina atrapándolo en un juego mental como una secta. Y este símil no está escogido al azar. Frente a la apertura de Alex está la confidencialidad (que viene a ser un eufemismo de "misterio") de Nigel, el raro, el callado, el de las obsesiones y fijaciones frikis y el más capaz de padecer una patología importante. Y aun así, es un personaje que el espectador trata de comprender desde el momento en el que llega y Alex se cuestiona su presencia y sus intenciones. El niño de papá se hace eco de la inquietud del que, como él, es testigo de los actos del novato. La forma en la que los hilos se van entretejiendo hasta completar la historia y llegar a su final es lo que mantiene la tensión, pero ojo con acusar a esta cinta de predecible porque no todo se reduce a un chico con una forma muy "especial" de pensar, sino que marca a un colectivo. Tom tiene fama de ser algo más serio, pero casi todo el mundo conoce a Eddie Redmayne, el alegre, encantador, simpático y empollón Eddie. ¿Y si os dijera que este fue su primer papel cinematográfico? Cambio drástico de género y de registro, y ambas actuaciones merecen los pulgares arriba. La paciencia y serenidad de Toni Collette también es admirable, más teniendo en cuenta que solo tiene el testimonio de un chaval sospechoso de asesinato como fuente fiable. Por cierto, aunque no cuelgue el trailer doblado, la película tiene versión en castellano. En resumen: irás flipando conforme vayas llegando al final. Te posicionarás del lado de Alex pese a sus actos... y hasta lo admirarás. Posdata: no te fíes de todo lo que ves. Es una película muy simple en su argumento pero muy compleja en su planteamiento. Ficha técnica Mente criminal (Like Minds) 2006-2007, Australia y Reino Unido Director: Gregory J. Read Reparto: Eddie Redmayne, Tom Sturridge, Toni Collette, Richard Roxburgh, Jon Overton y Kate Maberly Puntución: 7,5/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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