Post de Naiara Salinas Con diez cañones por banda/viento en popa a toda vela/no corta el mar sino vuela un velero bergantín/ bajel pirata que llaman/ por su agudeza el Gorrión/ en todo el mar conocido/del uno al otro confín... Si Espronceda hubiese viajado alguna vez con Jack Sparrow, no hay duda de que La canción del pirata cobraría un sentido diferente. Este famoso poema que podemos oír mucho estos días (teniendo en cuenta que hace nada fue el centenario de la muerte de su compositor) es la banda sonora perfecta para una saga que, en contra de lo esperado (y según se mire hasta de lo deseado), reserva cuerda para rato. Pues si algo caracteriza a Piratas del Caribe: la venganza de Salazar es esa sensación de retorno a la trilogía original, no solo a través de personajes sino también de pequeños giros argumentales. ¿El agotamiento de un pirata? Desde el comienzo se reaviva la nostalgia por la trilogía y los personajes que iniciaron las aventuras, tomando como punto de partida la historia de los Turner (no es spoiler, porque salió en uno de los tropecientos clips promocionales). Aunque, si bien la cuarta entrega tampoco es la más alabada, no por conectar más esta cinta con las primeras se la deja olvidada (recordemos que Barbossa se hizo con el Venganza de la Reina Ana, la espada de Barbanegra y todo su lote de barcos capturados). Sin embargo, lo que podría constituirse como punto final para una de las mayores sagas de aventuras y fantasía del cine queda como un capítulo más de la biografía de Jack Sparrow, líder indiscutible y soberano del peso argumental. Johnny Depp elevó al pirata a la categoría de personaje de culto, gracias a lo que obtuvo una nominación en los Oscar (ay, aquellos tiempos eran otros). Sin embargo, como suele pasar con los mejores juguetes y las mejores canciones (de tanto que los usamos y las oímos), acaba agotándose. No es que su papel e interpretación dejen de ser magistrales (ha hecho tan suyo el personaje que no soy capaz de imaginar un reboot futuro con otro actor, si acaso otra película más sobre la vejez de Jack con Depp de nuevo al mando); tan solo es que las excentricidades de este pirata son repetitivas y rozando lo absurdo, quizá demasiado para una trama en la que ya ha cumplido sus añitos y se espera cierta madurez. No hablo de cambio, no. Madurez. Una forma de comprobarlo es volver a la trilogía, donde nuestro bravucón Gorrión, sin perder su gracia ni sus agudezas, era capaz de exhibir la seriedad justa en el momento apropiado. La impresión que me deja a partir de la cuarta película es la de un niño grande histriónico como el Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas o el Willy Wonka de Charlie y la fábrica de chocolate. Teniendo en cuenta que son papeles que Depp adquirió nada más salir de En el fin del mundo, es posible que se dejara influir un poco. No estoy descontenta por ello, que conste, pero una nueva entrega de Piratas del Caribe no lima mi nostalgia por lo que fue la saga en sus inicios, con un Jack Sparrow que combinaba los rasgos de un mentor, de un forajido, de un zorro astuto y de un antihéroe que acababa dándole la vuelta a su rol. Con deciros que en La venganza de Salazar me pareció más inteligente y maduro el Sparrow joven del flashback... Jack es un tipo que necesita enfrentarse más al drama, a sus demonios internos, en lugar de refugiarse en cabriolas, chistes y ron. Esa faceta la tenemos ya muy vista y, sinceramente, creo que es hora de algo nuevo, de adaptarse tanto a las generaciones que hemos crecido viéndole como a las que le conocen ahora. Estoy segura de que tendría mucha más gracia si en lugar de un "superhéroe" nos mostraran a una persona. Jóvenes que llegan pisando fuerte + telenovela caribeña Lo que más me gustó del filme sin duda fue seguir los pasos de Henry Turner. Como he afirmado arriba, la gracia del guion es que es un retorno al pasado. ¿El hijo que una vez quiso liberar a su padre del Holandés Errante no os suena? ¿El jovenzuelo que se alía con un pirata para conseguir lo que busca? ¿Líos con el ejército? ¿Un interés amoroso en el único personaje femenino inteligente? Sip, Henry es hijo de su padre. Claro que las motivaciones personales también son dignas de admirar, pues el destino de Will no fue tan fatídico como el de Bill el Botas. Lo único que desea Henry es que su familia viva junta hasta el final de los tiempos, y poder aprovechar el tiempo con su padre que la maldición de Davy Jones le ha arrebatado. Henry es simpático, tan tenaz como su padre, y más interesado en el mundo pirata y las leyendas de lo que lo estuvo él. No me extraña que su pareja perfecta sea Carina, cuyo papel es, para mí, el mejor explotado de todos. No sé si por ser la gran novedad (puesto que a Henry ya le vimos en En el fin del mundo), por ser la chica lista o las narices que aporta Kaya Scodelario; su historia es la más intrigante de lejos; de dónde le viene su pasión por la astronomía, cómo tiene una reliquia tan especial, cómo se ve involucrada en los líos de Henry y Jack... Con esta premisa, su final no podía ser sino sorprendente, y así ha sido. Carina es la protagonista del gran plot twist, que no tarda mucho es desvelarse. Ello, junto con su condición de mujer de ciencias en un mundo de supersticiosos, la convierten en el sello feminista que en su día firmó Elizabeth Swann. De modo que, por lo que a mí respecta, este nuevo romance ha sido bien introducido. Bueno, lo de "telenovela" iba por ese giro argumental, que no spoilearé pero espero que tengáis en cuenta. Otro de los puntos fuertes del largometraje fue el villano, una especie de heredero de Davy Jones (humano maldecido con aspecto fantasmal que atraviesa celdas y quiere a Jack Sparrow sobre todas las cosas, no precisamente para amarle). Su doblaje por desgracia lo hizo menos intimidante (a mí la voz de Bardem en la versión original me ponía la carne de gallina), pero su actuación general lo convirtió en un némesis digno para Depp. Tiene la vanidad necesaria para armarse de paciencia y esperar durante años a ver su venganza colmada. Si algo eché de menos fue que no interactuase más con Johnny, y parte de la culpa se debe al ritmo urgente a partir de la mitad del segundo acto, más o menos. Aun así, el flashback me brindó todo lo que deseaba y lo cierto es que gracias a él se puede admirar la cabezonería de Salazar (Slytherin, XD) y la lucha final. Su presencia contiene también un homenaje histórico a la hegemonía de España en los mares durante esa época, algo que ya se vio en Mareas misteriosas (¿veis? Al final no fue tan mala). Así que...
Un buen retorno de la saga, con mayor nivel que la cuarta (uno siente que en realidad el orden debería haber sido otro, o que En mares misteriosas es en realidad un paréntesis). La escena post-créditos deja la impresión de que se va a iniciar una nueva trilogía o que por fin vamos a poder hablar de pentalogía, puesto que vuelve a conectar con el pasado y a abrir un misterio de cara a una más que posible sexta parte. ¿Qué diríais si alguien propusiera juntar a los personajes de Sam Claflin y Astrid Berges-Frisbey con los actuales? ¿Y que volviera Pe? Un crossover de pelis in extremis. ¿Suena muy bizarro? Mirad cómo les está yendo a los Vengadores... Lo mejor: volver a escuchar las notas musicales de Hans Zimmer, más el regreso del trío original (aunque solo sea por diez minutos contados, cuatro en el caso de Elizabeth), el background sentimental otorgado a Barbossa, el regreso de otros miembros de la tripulación familiares (aunque ninguno como el dúo dinámico, Pintel y Ragetti, a quienes se sigue echando de menos), los fantasmas, el retorno épico e hilarante de la Perla Negra, la sensación de legado heredado que dejan los jóvenes, la isla del tridente (espectacular el diseño, en serio), las referencias a episodios concretos de la saga y que Sparrow esté emparentado con un Rolling Stone y un Beatle. Lo peor: que las gracias de Jack Sparrow no sean tan impactantes como antaño, que el encuentro tan prometido dure tan poco y no muestre tanto como podría, que la voz de Salazar sea la misma que le aplican a Kevin Smith y por tanto le reste seriedad, que la acción sea más rápida justo cuando más quieres ver y en cambio el primer acto se te haga un poco eterno, que Elizabeth no haya apoyado más a su hijo en la búsqueda eterna de su padre..., y que le hayan cambiado el título, porque "Los hombres muertos no cuentan cuentos" tiene más conexión con la saga y mayor juego de guion (¡que es la frase estrella de Salazar, coj*****!).
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Post de Naiara Salinas Otra coproducción española-latinoamericana en menos de un mes, nuevo récord. Y por parte de uno de los mejores directores de cine fantástico y/o de terror. El laberinto del fauno es una historia creada de cero por Guillermo del Toro ambientada en el final de la guerra civil española. Cuenta cómo Ofelia, una niña de trece años, se instala con su madre en la casa de su nuevo padrastro, el capitán falangista Vidal, en medio del bosque. Allí la niña es guiada por un hada al laberinto de un fauno que le informa de que ella guarda dentro el espíritu de una princesa de un reino mágico a quien su padre bendijo en su lecho de muerte para que pudiera regresar algún día a su hogar, para lo que Ofelia deberá completar tres pruebas. Mientras tanto, su madre combate contra las dificultades de su embarazo y la guerrilla entre falangistas y republicanos prosigue. Como cinta fantástica no decepciona. Una trama interesante, varios elementos culturales con los que jugar... La narración se solapa al fondo del cuento de hadas y con eso del Toro consigue algo muy poco visto en el cine español: una película folklórica y mágica a la vez que histórica y cruda. En el fondo todo trata de una niña que vive en un infierno del que desea escapar. Lo hace al principio a través de la literatura (primera razón por la que me ha gustado tanto), pero más tarde la ficción se convierte en realidad. Las pruebas están para demostrar no solo su valía e identidad como princesa, sino también su nobleza. Hay algo de mitológico en moverse por un laberinto donde habita una criatura grecolatina que le encarga trabajos. Guillermo no solo bebe de seres fantásticos y cuentos, sino también de los mitos clásicos, es decir, aúna (o recicla) diferentes estilos y subgéneros a través de varios rasgos y/o elementos. Así, la protagonista medio huérfana con un padrastro cruel al que un hada guía pertenece a cuentos como La Cenicienta; las pruebas, el fauno y el laberinto son alusiones a los mitos de Teseo y el minotauro, los trabajos de Hércules u otros héroes, etc. La guerra civil ofrece el panorama perfecto para el terror. Pues por muy cuento de hadas que parezca esto no olvidemos que estamos hablando de Guillermo del Toro y este no suele limitarse a un solo género. Una de mis dudas iniciales era si el filme podía calificarse para todos los públicos. Aunque su protagonista sea una niña, las escenas de lucha resultan muy violentas, con sangre y heridas viscerales. Los monstruos no se quedan cortos, porque la escena de la segunda prueba (con ese tipo tan característico que tiene los ojos en las manos) casi emula a Silent Hill. Hay torturas, muertes desagradables..., así que no, no la recomendaría para todo el mundo. Las expectativas sobre este largometraje aumentan si uno tiene en cuenta la cantidad de premios a los que ha estado nominado y ha recibido, Oscars incluidos. Con respecto al maquillaje y los efectos no tengo queja ninguna. Sin resultar una obra de alto coste como podría ser un blockbuster de Hollywood, se defiende bastante bien y logra imágenes tanto bellas y épicas como horroríficas. El escenario minimalista suple esos gastos. Las actuaciones de Ivana Baquero y Maribel Verdú no tienen desperdicio (para mí los dos mejores papeles de todo el filme), y la dirección de Guillermo del Toro es un respaldo a tener en cuenta. Baquero aporta la imagen de inocencia superficial que esconde a una pequeña valiente con principios. Después de verla en Las crónicas de Shannara no esperaba menos (esta chica nos ha salido luchadora). Verdú podría considerarse como el rol feminista de la cinta, como mujer infiltrada que pelea por su familia y una España libre de falangistas. La relación entre estas dos actrices supera a la que tiene la cría con su madre ficticia, interpretada por Ariadna Gil. En resumen: puede parecer un poco rara en ciertas partes, pero en general contiene una buena puesta en escena para una de esas historias que querrías (y podrías) encontrarte en una librería. Final perfecto. Buena dirección e interpretación. Ah, y banda sonora muy en la honda. Entra a formar parte de los clásicos españoles de cabeza (al menos en mi lista). Ficha técnica El laberinto del fauno (Pan's Labyrinth) 2006, España y México Director: Guillermo del Toro Reparto: Ivana Baquero, Maribel verdú, Ariadna Gil, Sergi López, Doug Jones y Álex Ángulo. Puntuación: 8,5/10 Post de Naiara Salinas AVISO: no confundir con la película de Miley Cyrus y Liam Hemsworth Es una de las primeras cosas a tener en cuenta para esta historia que acabo de descubrir (no es broma, la he terminado hace poco). En fin, cosas de la traducción. No le pueden acusar de plagio. Esta "última canción" se corresponde con la de Hunter Miller, un músico famoso de folk que fallece y deja varios fans desconsolados y una viuda perdida, Hannah. Ella intenta rehacer su vida, pero no es sencillo cuando vive a la sombra del recuerdo que dejó su gran amor. Mientras se dedica a escribir artículos para el periódico local por un lado y una biografía de Hunter por otro, recibe la visita de un escritor, profesor universitario, interesado en investigar al cantante para un libro. Finalmente, tras una mala primera impresión, ambos se aliarán para acabar juntos la biografía, e inevitablemente surgirán temas y relaciones muy... personales. La trama cuenta claramente un romance en diferentes sentidos, pues por un lado tenemos el amor carnal (adivinad entre quiénes) y por otro el amor a un legado, el que deja Hunter. Hannah le quería como persona, pero para el resto del mundo era músico, y no un músico corriente, sino de un estilo muy poco visto en las discográficas actuales. Por eso el escritor, Andrew, amante de su música, quiere asegurarse de que su legado permanezca intacto, quiere ensalzar su figura y valorarlo por encima de los cantautores comerciales. Los dos personajes realizan un viaje al pasado y juntos van estrechando lazos tanto entre ellos como con el lugar, un paraje montañoso donde Hannah se crió y donde su marido insistió en permanecer por el resto de su vida. Andrew es un hombre de ciudad y le cuesta acostumbrarse a esa vida de pueblo. Me pareció genial este contraste porque acababa rindiéndose al género musical protagonista, ya que el folk es eso, es ritmo natural, conexión con la vida, la paz, lo espiritual... aspectos que se admiran mejor en una zona apartada y salvaje que en la urbe. Precisamente hay una canción en concreto, la que da nombre al filme, que simboliza esa conexión entre los protagonistas y el sitio. En la montaña la compuso Hunter y en la montaña la guarda a buen recaudo Hannah, el objeto de esa letra. Ella es un personaje realmente potente e interesante, que siempre parece estar entre la espada y la pared. Por un lado no quiere olvidar a Hunter, siente una conexión profunda, ya que lo revive a través de sus canciones, pero es consciente de que debe seguir adelante. Ella también tiene sus sueños. No quería volver a casa, pero lo hizo por Hunter. En el fondo quiere escribir, pero su voz está todavía llena de dolor. Y para colmo llega este autor forastero para volverla más loca aún. Toca hablar de Jason Sudeikis porque la madurez y la seriedad con las que afronta este papel son una anomalía en su carrera. Le hemos visto tanto en las típicas comedias gamberras que nadie le sitúa en un drama como este, y en cambio ahí está, y lo hace muy bien. Descubrir esa faceta es sin duda una buena razón para ver la película. Y por eso no creo que esta vez necesite explayarme mucho más. En resumen: una película muy tranquila y muy bonita. Contiene el drama que se espera en toda historia de amor, pero eso no le quita mérito, pues la presencia de Andrew aviva a una Hannah un poco apagada. Uno de los mensajes más bonitos es que el tipo que admiraba a un cantante acaba enamorándose de la chica de la que hablaban sus canciones y a la que tiene la oportunidad de conocer. Ficha técnica La última canción (Tumbledown) 2016, USA Director: Sean Mewshaw Reparto: Rebecca Hall, Jason Sudeikis, Dianna Agron y Joe Manganiello Puntuación: 7,5/10 Post de Naiara Salinas Antes de nada, que nadie se confunda: no voy a hablar literalmente de Black Mirror, sino de la última película que vi en cines, que casualmente se le parece mucho. ¿Sabéis ya a cuál me refiero? El Círculo. Este filme dirigido por James Ponsoldt y Sheldon Schwartz, basado en la novela de Dave Eggers, pone en boga uno de los mayores dilemas del siglo XXI: la expansión de la tecnología en la vida social del ser humano. Todo comienza cuando una joven, Mae Holland, es contratada por el Círculo, una empresa que se dedica al desarrollo de alta tecnología. Lo que empieza siendo un sueño pronto se convierte en una pesadilla al descubrir cuán cerrado es ese "círculo" y cuánta importancia se da a la transparencia. La película retrata el lado oscuro de las redes sociales y de Internet con una trama y un estilo muy asemejados a la serie de televisión, tomando como protagonista a una chica inocente, racional y de buen corazón que todo lo que desea es mejorar la vida de su familia y tener un empleo digno de sus capacidades. La que al principio va a su rollo termina convirtiéndose en el conejillo de indias de la empresa al colocarse una cámara prototipo para mostrar cada aspecto de su vida privada y pública. Sin embargo, aunque el objetivo de esa tecnología sea exponer la realidad, todavía quedan secretos ocultos correspondientes a la propia empresa. Internet tiene doble cara, pues aunque parece que nos lo sirve todo en bandeja lo cierto es que en ocasiones eso no es más que la punta de un iceberg que los altos mandos controlan. Si hablamos de transparencia, se plantea Mae, ¿por qué solo el ciudadano de a pie debe mostrar sus trapos sucios? ¿Qué pasaría si la propia tecnología del Círculo se volviera en su contra? ¿Hasta qué punto debemos exponernos a los demás y dejar de lado la intimidad, uno de los aspectos cruciales del hombre? Todas estas cuestiones aparecen en el largometraje y todas ellas se resuelven con un final bastante polémico. ¿Recordáis que hace unas semanas os hablaba de El quinto poder? Pues va un poco en esa línea. Tal y como Black Mirror, hace que reflexionemos sobre cómo estamos tratando las tecnologías, qué sentido tienen los selfies o grabar y contar cada acontecimiento de nuestra vida. ¿Es verdad que somos más sinceros que nunca a través de la pantalla? ¿Seguro que no quedan secretos? Facebook, Twitter, Instagram... Todas ellas solo contienen un 50% de la verdad. Manipulamos la información mostrando solo aquello que queremos que se vea. Lo que intenta el Círculo es dar un paso más y corregir esa manipulación, crear un Gran Hermano de elevadas dimensiones, al mismo tiempo que desenmascara a las esferas políticas y planea incluso controlar el voto de la ciudadanía para evitar corrupciones. ¿Y qué hay de las de la propia compañía? Intenciones nobles que acaban transformándose en una dictadura encubierta, pues cuando dejas a un lado tu privacidad sientes que tu vida pertenece a los que la observan. ¿Y qué margen de libertad te deja eso? ¿Podrás ser tú mismo sabiendo que millones de ojos te miran... o querrás mostrarles tu mejor versión? ¿Y cuando eso no sea posible? Esto es a lo que Mae se enfrenta, arrastrando con ello a sus parientes y amigos. Mientras ella asciende en puestos los demás sufren una caída y a través de ellos vemos las consecuencias de las decisiones de la chica. Un amigo amante de la naturaleza y de la vida sin tecnología de pronto es objeto de ataques y persecuciones. La gente se convierte en paparazzis agresivos. No hay duda de que los aparatos son útiles y nos facilitan la vida, pero... ¿a costa de qué? De nuestra humanidad. El gran problema de esta cinta, aquello que puede convertirla en objeto de críticas, no es el tema, muy ideal para los tiempos que corren (mejor que alguien abra la polémica ahora que no cuando sea muy tarde), sino la falta de "chicha". Con un contenido interesante al que se le podría sacar muchísimo jugo, la trama resulta demasiado lineal y el final te deja un poco en aguas, con la sensación de que falta algo por contar. Hubiera sido genial haber exprimido más, ¿no os parece (los que la habéis visto)? Es la única pega que le pongo y aun así suficiente para no considerarla una película de sobresaliente. Apenas roza el notable, y si lo hace es, repito, porque el tema está muy bien escogido. Interpretativamente tampoco se luce mucho. Emma está genial, pero tampoco destaca en comparación con sus otros papeles (aun así no voy a quitarle mérito, pues el suyo es el personaje más conflictivo). Tom Hanks añade su morbo como "villano encubierto". Los papeles secundarios son tan sencillos y a veces se les da tan poca importancia que no hay posibilidad de profundizar mucho, lo cual no quiere decir que no interesen, sino todo lo contrario. Todo lo que conocemos de ellos es gracias a Mae y, muchas veces, queremos conocer incluso más que ella. Nos molestamos por su salud, su bienestar, que se les haga justicia... Empatía del espectador, voy a llamarlo. Esto, desde el punto de vista argumentativo, resulta irónico, pues toda la vida de Mae se ha hecho pública pero de sus seres queridos no sabemos más que lo que ellos quieren mostrarle o contarle (volvemos al iceberg). Aun así, hay personajes que podrían haber tenido más chispa o acción, como los interpretados por John Boyega y Karen Gillan. Conclusión: no creo que sea la película ni del mes ni mucho menos del año. Es pasable y aprueba, muy buena para la clase de Ética. Pero ya está. El tema y la presencia de caras famosas es lo más atractivo. Aun así recomiendo verla, aunque no sea con las expectativas muy altas, porque, como digo, un 7 podría merecerlo. Además, ayer fue el Día Mundial de Internet, así que cómo no.
Post de Naiara Salinas Fui a una clase de empleabilidad donde salió el tema de las dinámicas de grupo en los procesos de selección para un trabajo y, como ejemplo, pusieron esta película, que me pareció tan brillante que no me resisto a compartirla con vosotros. El método es un largometraje de coproducción española y argentina (cuánto tiempo hacía que no me metía en el cine nacional, ¿eh?) y nos habla de cómo en tiempos de disturbios y revueltas sociales un grupo de personas es citado en una empresa para una prueba de selección de un cargo importante. Para determinar quién es el mejor candidato los de recursos humanos emplearán el método Grönholm, durante el cual irán saliendo las verdaderas caras de los aspirantes, algunos secretos, etc. ¿Quién acabará con el deseado puesto? A mí la psicología me fascina, pienso que es muy interesante en la práctica sobre todo, así que la primera razón para recomendar esta película es que se centra mucho en ella. Las dinámicas de grupo no son obligatorias para los contratos y desde luego no las tienen ni en todas las empresas ni en todos los sectores (no sé vosotros, pero yo en mi vida he pasado por ninguna), pero son, como dijeron en clase, una gran fuente de información en muchos sentidos, pues consisten en una serie de actividades que ponen a los aspirantes en situaciones donde a menudo deben demostrar su madurez y habilidades personales. Las pruebas son muy variadas; pueden requerir ejercicio físico u obligarte a usar la cabeza, y dependiendo del tipo de puesto y de prueba pueden medir la capacidad de argumentar, de enfrentarse a los problemas, de tomar decisiones, de ceder, etc. Me gusta compararlas con los clásicos juegos de rol, ya que en muchas se trata de eso mismo, de hacer un papel, que es justo lo que acontece en esta cinta. Por supuesto, el guion hace un poco más dramático y excéntrico el asunto, pero al menos tres de las dinámicas que aparecen podrían perfectamente darse en la realidad (tomad nota por si acaso), que no por nada las ponen como ejemplo. En el grupo los miembros parecen altamente cualificados para el puesto por el que "compiten", pero a medida que avanza la trama se van descubriendo perfiles y/o personalidades que restan puntos. Hay claramente un pelota y sabiondillo, un machista autoritario, una con las ideas muy claras y el pensamiento muy avispado, un quejica... A cada uno de ellos se les pone a prueba en todo momento y además se les crea la paranoia de que hay un topo, un psicólogo infiltrado, por lo que ni en los minutos de descanso hay descanso realmente. Eso a nivel actoral supone un reto, ya que el reparto debe manejarse entre gente que confía y desconfía al mismo tiempo, que puede mostrar doble cara..., pero, sobre todo, debe contenerse, ya que una de las dificultades de las dinámicas es el autocontrol emocional (y en este caso parecen estar hechas precisamente para sacarles de las casillas a unos cuantos). Así que es muy entretenido ver a actores interpretando a personas que deben jugar unos roles para conseguir el empleo. Es como una matriozca rusa interpretativa, que funciona porque el casting está súper bien elegido y realiza un gran trabajo. Otro aspecto llamativo es que está basada en una obra de teatro, El método Grönholm, y muchos de los rasgos de ese guion escenográfico se transparentan en el cinematográfico: escenario sobrio, pocos personajes y giros dramáticos bien introducidos. Con ello quiero decir que se siente la esencia teatral y no cuesta nada imaginarse su versión con telón. No obstante, añade más perspectiva y movimiento, aparte de ciertas escenas de contenido no muy representable sobre tablas, lo que enriquece. El largometraje juega también con diversos mensajes morales. El propio método en sí puede cuestionarse desde ese punto de vista, ya que consigue que la gente se comporte de forma diferente (o al menos lo intentan) para lograr el empleo, se sacan varios trapos sucios y quien es el topo queda, además, como un ente un poco retorcido, ya que no tiene reparos en engañar a su servicio una y otra vez. Sin embargo, el debate se abre cuando ese sistema muestra la sinceridad oculta en los aspirantes. ¿Qué es lo que pesa más? Para la empresa, obviamente, esto último, el desenmascarar a sus futuros empleados. El mensaje moral se intensifica con la situación que se está viviendo fuera del edificio y que funciona como crítica a la realidad. Ya para acabar, el montaje, ganador de un Goya, es estupendo y genial al principio y al final del filme. Al principio la imagen se divide para mostrar a los diferentes aspirantes en su día a día preparándose para la prueba. Se toman imágenes reales de manifestaciones de RTVE para mostrar la violencia de las calles y durante el final, el propio espectador se convierte en un miembro de la empresa que observa a través de las cámaras lo que sucede con los finalistas. En esa escena se acusa el rasgo, sí, pero también es verdad que nosotros mismos ejercemos de psicólogos y analizamos los comportamientos a lo largo de toda la película, con la diferencia de que se nos guardan algunos secretos (el papel de la secretaria y la identidad del topo, sin ir más lejos). En resumen: estupendo ejemplo de cómo puede funcionar un proceso de selección, y una gran oportunidad para meterse en materia y ejercer la capacidad de interpretación y juicio (ser jurado de las pruebas es genial). El reparto lo borda, aunque más o menos la primera interacción del grupo ya te deja claro quiénes van a llegar a la final y quién tiene más papeletas de sobrevivir al proceso. Lo del topo termina siendo fácil de adivinar solo a unos minutos de que se revele a sí mismo, aunque igualmente es divertido participar de la desconfianza de los demás (es muy fácil meterse en su piel). Como siempre, un guion aparentemente sencillo con muchísimo trasfondo (estos suelen ser los mejores). Resulta bastante verosímil, aunque no pierde ese toque de situación exagerada que, o bien parece una broma con cámara oculta (y la cámara está, je) o una película de Saw ("Juguemos a un juego"). ¿Qué aprendemos de ella? Que nuestra personalidad puede favorecernos o jugar en nuestra contra según la situación, y que antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Sus reconocimientos son más que merecidos. Ficha técnica El método 2005, España y Argentina Director: Marcelo Piñeyro Reparto: Eduardo Noriega, Ernesto Alterio, Najwa Nimri, Eduard Fernández, Pablo Echarri, Adriana Ozores, Natalia Verbeke y Carmelo Gómez Puntuación: 10/10 Post de Naiara Salinas Estas últimas semanas he acumulado una serie de estrenos y, como ya hiciera en el mes de agosto, en lugar de dedicar un post a cada película he decidido juntarlas todas aquí. Que no se diga que no tengo nada que opinar de ellas. Kong. La isla calavera (29/03/2017) Una de las primeras del mes, eso lo recuerdo. También recuerdo haber ido más por la curiosidad que por el deseo ferviente. Aun así, no me decepcionó. Quiero decir, si esperaba una visión original además de la típica historia de hombres contra bestia obtuve ambas. En Kong. La isla calavera hay tiempo para los buenos ratos, las risas, la acción y, en menos dosis, el terror. El cambio que pega la historia del simio para mí equivale a la de Godzilla entre el film protagonizado por Matthew Broderick y el más reciente de 2014. ¿Por qué? Porque en este largometraje el rey no solo se enfrenta contra la especie humana, sino también con una reptil bastante cabrona que será causa de desgracias como la muerte de un personaje que prometía dar mucho de sí (ejem). Aun así el guion resulta más entretenido que el de Godzilla, la ambientación es estupenda y los detalles como la historia de Kong, de los indígenas y demás suman. En cuanto al reparto, Brie Larson se lleva la primera ronda de aplausos merecidos, por su intrepidez, su empatía con el animal y su inteligencia. Tom Hiddleston es más serio que de costumbre y su papel cumple las expectativas de todo héroe protagonista interpretado por un gran actor. En resumen: lo mejor es la isla, el comienzo y John C. Reilly. Lo peor es la previsibilidad, creo, con la excepción de alguna que otra muerte ya comentada por encima. Ghost in the shell (5/04/2017) Mucha acción de videojuego era lo que esperaba y mucha acción de videojuego es lo que vi. Sin meterme en temas de occidentalización del reparto y demás, creo que el universo está muy bien logrado y que los actores se adaptan. Que no es lo mismo es verdad. Pero yo que no he visto el anime puedo abrirme más de mente y tolerar a Scarlett Johansson en un papel que le va muy al dedo y la encasilla como heroína de acción explotada tras Lucy y su trayectoria en Marvel. Por tanto no es en el casting sino en la realización en lo me fijé cuando fui a ver esta película en la fecha señalada arriba. Como introducción a la historia para los ignorantes (entre los que me cuento) funciona bastante bien. Desde la forma en que se presentan los personajes hasta el cómo se lleva el suspense despierta interés y es fácil imaginarse futuras secuelas. La contemporaneidad del argumento (que recuerda bastante a series como Humans), así mismo, la convierte en la película idónea para estos tiempos. Lo mejor son los efectos especiales sin duda, sobre todo el traje de la protagonista. El tono y el estilo son ciertamente japoneses, así que ¿cómo justifico yo esos ojos redondos y demás rasgos americanos? Bueno, técnicamente son robots, ¿no? Y no es ningún secreto que Japón lleva imitando a América y viceversa desde bastante tiempo, aunque sean dos culturas opuestas. Por tanto... no parece raro este popurrí, aunque cierto es que se echan de menos más caras asiáticas. En resumen: se entiende fácilmente la polémica que suscita, pero una vez que dejas eso a un lado y te sientas a disfrutar encuentras buenos gráficos dignos de los amantes del anime. Se agradece el intento, aunque nada como el original. Life (19/04/2017) Como ya dijeron muchos blogueros y críticos, no es una película que aporte mucho al género de la ciencia ficción espacial. Es más, repito mi comparación con Alien y Gravity. Reconozco no haber visto la primera, pero sí la segunda, y aunque es aplaudible la tensión es constante. Algo parecido sentí al ver la cinta de Alfonso Cuarón, con lo que aprendí dos cosas: que los pies están mejor en la Tierra y que nunca debes dejar a científicos sueltos por el espacio. En Life se rescata la tan habitual pregunta de si hay vida en Marte. Se descubre una larva a la que llaman Calvin, al principio toda una monería. Sin embargo, el bebé crecerá hasta convertirse en un bicho con una fuerza, una voracidad y una inteligencia descomunales, que devora desde dentro cual parásito. Aunque el marciano sea aterrador lo cierto es que su diseño me causó admiración, pues, salvo por la cara, no es nada feo, y hasta tiene su elegancia (de larva se asemeja mucho a una flor). Gracias al ritmo trepidante uno no llega a aburrirse nunca, pero cuando estamos a punto de catalogar el filme como un cliché más, el final pega un giro cojonudo que nos deja fritos (por lo menos en mi sala fue así). A nivel actoral no hay mucho lucimiento, aunque Rebecca Ferguson y Jake Gyllenhall se hacen con la batuta. En resumen: entretenida y algo sorprendente, aunque no novedosa. No descansas ni un segundo en cuanto la cosa se pone fea, así que es aconsejable disfrutar de los diez primeros minutos de paz, amor, alegría y esperanza. El bebé jefazo (21/04/2017) Probablemente la sorpresa más agradable de todas las películas visualizadas del mes. Pura risa, con una historia que enternece y te deja a cuadros al mismo tiempo. No estaba segura de que me fuese a creer que un bebé podía llevar pantalones y charlar como un ejecutivo así como si nada, pero acabé cayendo. Este bebé es el Gato con Botas de Illumination Entertainment: por un lado adorable y por otro todo un matón. Las revueltas con su hermano Tim son las mejores, recuerdan a la pobre Candace intentando desenmascarar a Phineas y Ferb. Grandes gags como las referencias a Elvis Presley y la jerga empresarial hacen las delicias y constituyen las mejores gracias. Solo tiene una pega, insignificante para nuestra generación, puede que con algo más de peso para los peques de la casa: muchos de esos chistes abarcan un público adulto más que infantil, ya que no se puede esperar que los niños comprendan por qué una carta de recomendación es importante, o qué implica ser un ejecutivo. Es una pena porque el filme va dirigido sobre todo a ellos, pero quienes mejor lo reciben son los que están familiarizados con el lenguaje laboral o un grado superior de educación. No obstante, otros aspectos, como la relación de los hermanos, el carácter imaginativo de Tim, personajes cucos y amistosos, y chistes más facilones consiguen encandilarles y suplir lo anterior, lo que logra que esta sea una auténtica animación para todos los públicos. En resumen: tronchante y original. La vería un par de veces más. Los momentos musicales y las referencias culturales, como siempre, lo mejor. Guardianes de la galaxia (28/04/2017) Y llegamos al último plato de la noche, una fiesta de juerga subliminal, con un humor igual de gamberro y facilón que la primera entrega. Pero, admitámoslo, lo simple nos hace gracia. No hay que andarse por las ramas. En esta aventura James Gunn no se reprime en recordar al público lo que tanto le gustó de la primera; así, no falta la introducción musical con un Baby Groot dándolo todo mientras sus compañeros combaten contra una bestia, ni esas gracias insultantes (o pullas socarronas) entre los miembros del equipo, e incluso cameos viejos como el de Howard el Pato. Si bien esto le resta originalidad al principio, disfrutamos de las monerías del arbolito y de Drax sacrificándose sin sentido con la pretensión de matar a un bicharraco de piel dura como el acero desde dentro. Además, un homenaje es un homenaje. La nueva raza que nos presenta el Marvel espacial (los Soveranos) no es ni mucho menos la más gloriosa, pero sí una buena excusa para que la torpeza de nuestros héroes les haga recibir un escarmiento y terminar varados en un planeta de donde Ego les rescata. Kurt Russel saca su vena más ochentera y canalla en un filme donde debe demostrar que es el padre de Star Lord, aunque está visto que el gusto musical le viene de su madre. Aunque con tanta tontería parezca muy difícil hacer aflorar los corazoncitos de los guardianes Gunn se las ingenia para profundizar en cada uno..., a excepción de Baby Groot y Drax, quien ya tuvo lo suyo en la primera parte. Aun así, el hecho de "emparejar" a este último con la novata de turno, Mantis, contribuye a que no le perdamos de vista. Si en el Volumen 1 conocimos a un tipo serio guiado por la sed de venganza en este ha aflojado la tensión y se ríe y hace reír más que nunca, superando a sus compañeros por goleada. En cuanto a Gamora, su drama familiar prosigue mediante ese rifi rafe con Nebula, quien se lleva el nuevo título de seriedad. La relación de estas hermanas evoluciona a la transición hacia una más que posible futura colaboración de cara a derrotar a Thanos en la Guerra del Infinito. Y ya que hablo de relaciones, pasemos al señor Quill y don papá súper poderoso. Tanto el homenaje al cómic con esa imagen del planeta con rostro como la interpretación de Kurt me encantaron y fueron dignas de aplaudirse. La recreación del planeta es una de las mejores cosas, así como la profundización en la historia de Quill y de por qué Yondu lo mantuvo a buen recaudo. En la primera película vimos crearse el grupo a partir de la amistad. En esta lo vemos convertirse en una familia donde los miembros se pegan, se insultan, no se respetan..., pero a la hora de la verdad muestran apoyo, amor y unión. Y, ya veis, el mensaje está presente a cada momento. Tal vez lo que más llame la atención sea esa nueva perspectiva donde el ladrón se convierte en un padre marginado por otros "criminales" de honor (Sylvester Stallone los lidera), aparte de las cinco escenas post-créditos, que nos dejan divertidas imágenes como la de un Groot adolescente y un Peter Quill ejerciendo de padre nervioso. Oh, ¡y el cameo tradicional de Stan Lee! En resumen: buena secuela, mantiene en continuidad la historia del equipo, cada vez pretende ahondar más en temas sentimentales, el humor hace que la disfrutemos el doble con una sensación familiar que muy pocas películas mantienen y, una vez más, el diseño del universo es maravilloso. Si bien la banda sonora no es tan pegadiza como en la primera entrega. Lo mejor: Baby Groot, Mantis y Yondu. Lo peor: algún que otro agujero sin llenar (esas cosas biscosas azules colocadas en varios planetas, incluida la Tierra, de la que ningún otro súper equipo- ejem, Vengadores, ejem- se hace cargo), más la guerrilla contra los Soveranos, pese a que se ha visto que dará que hablar en el futuro. Post de Naiara Salinas Nada de sensiblerías por el Día de la Madre, no. Mira que lo pensé, pero luego no se me ocurrió algo en especial. En lugar de eso, me acordé de un actor que gusta mucho a mi progenitora y de un thriller que nos gustó a las dos. La película es un remake de una belga datada de 2008. La diferencia con esta es casi nada, seis años. Cuenta cómo cinco amigos que comparten un loft donde llevan a sus conquistas de una noche se enfrentan inesperadamente a una acusación de asesinato de una chica a la que conocían. Las lealtades y la sinceridad se pondrán a prueba durante la investigación, que parece señalar a un culpable en concreto.... La primera y única vez que la vi me pareció que este filme era una defensa de los valores de la honestidad y demás, pues de lo que trata es de cómo una mentira puede volverse en tu contra. Los protagonistas conforman un grupo variopinto muy cliché, con el ligón de turno, el tímido e inteligente, el borracho relaciones públicas, el bueno y "noble" y el macarra peleón. Todos ellos están casados, de ahí que el sentido del loft sea más bien un refugio donde poder engañar a sus mujeres bajo el respaldo de los demás. Estos hombres que juegan con los sentimientos femeninos reciben la conocida justicia poética al encontrar a una de sus conquistas asesinada en el apartamento del que supuestamente solo ellos tienen la llave. A partir de ahí todo gira en una ruleta rusa, donde cada uno cuenta a la policía su versión de la historia y de cómo conocieron a la chica, que al parecer tenía relación con todos. Así es cómo en retrospección asistimos a sus vidas en pareja, cada una con su drama. La trama se cuenta desde el punto de vista de los hombres, claro, pero empatizamos con sus esposas inevitablemente, ya que son en parte víctimas. Ellos tratan de justificarse minuto a minuto. A algunos les sale estupendamente y nos lo creemos; otros en cambio resultan muy sospechosos y nada creíbles. Lo genial del guion es que más que mostrar la inocencia de cada uno muestra su culpabilidad (no necesariamente con respecto al asesinato). Y quieran o no al final todos se sienten culpables, bien por mentir a sus amores o bien por el asesinato. Eso hace que al espectador le sea difícil llegar a la resolución sin ayuda, lo que supone mayor intriga y misterio, ya que a cada parte todos parecen cada vez más implicados. Te preguntas todo el rato si no fue una conspiración, si fue el macarra al que todos señalan, si fue el pardillo o si fue incluso la mujer de alguno. Todas las sospechas son válidas, pero os garantizo que, a menos que tengáis una sensibilidad especial para la criminología, no adivinaréis la verdad hasta el final. El suspense se construye a base de darle la vuelta a la lealtad y convertir la honestidad dentro del grupo que se apoya en un juego del gato y el ratón. Los que al inicio están unidos poco a poco van mostrando lagunas y debilidades, van acusándose y mirándose con desconfianza, van arrepintiéndose del plan y entendiendo un poco más a sus mujeres... Algunos parecen más sospechosos que otros, pero en el fondo todos son culpables por alquilar ese apartamento. Cuando creemos que ya lo hemos pillado, la historia nos sorprende con un giro cojonudo. En resumen: un thriller en el sentido estricto de la palabra. Te mantiene en vilo hasta el final. Cuenta con un reparto estelar y, pese a ser una película inadvertida en su época (por lo menos para mí), su calidad es buena. Las historias de las amantes llaman mucho la atención, y el cómo se resuelven ciertas disputas. Termina acusando una acción inmoral. ¿Lo que más mola? Cómo ese refugio se convierte en una trampa y un nido de secretos. El director de la cinta belga repite con actores americanos. Mismo nivel, distinto estilo. Ficha técnica El loft (The Loft) 2014, Bélgica y USA Director: Erik Van Looy Reparto: Karl Urban, James Marsden, Wenworth Miller, Eric Stonestreet, Matthias Schoenaerts, Isabel Lucas y Rachel Taylor Puntuación: 9,5/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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