Post de Naiara Salinas ¿Por qué ser original con el título cuando hasta hace unos días circulaba en redes un hastag precioso? Exacto. Bueno, pues llegamos por fin a la fecha clave del mes: 30 de noviembre. Un martes, como si nos quisiera transmitir mal rollito o, mucho mejor, darle la vuelta y convertirlo en el mejor día de la semana. Por lo menos en España, porque, aunque el 12 de noviembre se reestrenó en salas Harry Potter y la piedra filosofal... esa no fue sino la fecha británica de estreno en su día (aquel maravilloso 2001, el mejor año de nuestra era, ays). En lo referente a nuestra tierra sureña, el niño mago aterrizó en su escoba el último día del mes y, como buena potterhead, tenía que estar preparada para celebrarlo como es debido. Momento de confesar algo: no me enamoré de Harry Potter en el cine. «Oh, pues claro que no, porque tú leíste los libros primero, ¿a que sí?» *Enmudezco y me miro los zapatos* «¿A que sí...?». Pues no, no lo hice. La primera vez que vi La piedra filosofal fue en mi casa... en VHS. Y encima me dormí en una parte (era una mocosa dormilona, ¿vale?). No obstante, mi madre no se rindió y me pidió todos los libros publicados hasta ese momento. Volví a intentarlo y esa vez sí, caí rendida, y comenzó una historia de amor de las auténticas, con sus baches pero una fidelidad incuestionable. Ah, y por supuesto, aquella fue la primera y única vez que ignoré un estreno potterhead en cines. Viéndolo en retrospectiva, lo cierto es que en ese momento debí darme cuenta de que lo mío no era el amor a primera vista (pero desde luego sí el atractivo, eso sin duda). Todo lo demás ya lo conocéis, porque me sentiría fatal si no hubiera prodigado mi potterismo (a veces histérico, lo admito) por aquí y por allí. Por ende, podéis suponer que el fin de semana del reestreno, fui a comulgarme y limpiar esa mancha en mi expediente. Y, oh, por muy cliché que suene, fue una experiencia súper mágica. Como nada se ve nunca de la misma forma, he planteado este post como una especie de listado de comentarios y curiosidades, pensamientos que me vinieron mientras reveía por vez 5.697 el filme... pero esta vez en la gran pantalla. Así pues, ¡dale, Harry! 1. Lo primero que se me viene a la mente es lo bien que se ve el logo viejo de Warner Bros. en grande. ¡Omgggg! No me puedo creer que esté aquí a mis 28 años, he rejuvenecido más de una década de golpe y me siento genial. Quizá sea la espectadora que aumente la media de edad de la sala, pero me da igual, aquí veo más millenials, generación Z y esos chiquitines que aún no saben lo afortunados que son por que su madre potterhead les haya mostrado este mundo fascinante. 2. OMG, ¿el logo de Warner? Quitaaaaaa, ¿qué hay de Privet Drive de noche? Ayyy con el Richard Harris. Por favor, es evidente que no es una película de esta década pero también os digo que no ha envejecido tan mal como pudiera esperarse. Y aparece el título y ya estoy llorando, no puede ser. 3. Harry no solo hablaba pársel, sino que además sabía poner la mirada de basilisco perfecta con solo once años. Preocupante cuanto menos. 4. No, si es que ya lo sabíamos, pero el chico no tenía madera de Ravenclaw. A ver, es muy emocionante agarrar cosas que caen mientras caen (alma de buscador como él solo), pero si hubieras cogido una maldita carta del suelo discretamente, no solo la hubieras podido leer sin mucha molestia, sino que encima no hubieseis tenido que mudaros al faro de Robert Pattinson y Willem Dafoe. Por cierto, ¿por qué de todos los lugares perdidos de la Tierra tenían que elegir ese y cómo coño llegaron allí? ROWLING, I NEED ANSWERS. 5. Veinte años después todavía me pregunto cómo hizo Hagrid para llegar sentado sobre la tarta y que esta siguiera perfecta. Supongo que, como diría Jordi Maquiavello..., ¡lo hizo un mago! 6. Es increíble la cantidad de actores que aparecieron en esta película y solo esta película. Como Tom, el del Caldero Chorreante, que en la tercera entrega es sustituido por Quasimodo (no, pobre hombre, no quiero ser cruel). 7. Warwick Davies interpretando a todos los duendes. No lo digo solo yo, que conste, también el Honest Trailer. 8. Las escenas de Gringotts y de Ollivander's siempre me provocan ASMR. Menos mal que he tomado café. Por cierto, ¿no os encanta lo misteriosa y épica que suena la primera aparición estelar de la piedra filosofal? Gracias por tanto, John Williams, y perdón por tan poco. 9. El flashback lo recordaba más siniestro con ocho años. 10. ¡El andén 9 y 3/4! ¡El andén 9 y 3/4! ¡Yo estuve allí en 2015, estuve allí! Aparte, Harry no lo sabía, pero le acababa de desear buena suerte su futura esposa. Mierda, se supone que las primeras interacciones son clave para las relaciones. Debí haberlo visto venir. 11. Qué bonita es Escocia en esta época del año, joder. Quiero iiiiiiirrrrr. Aparte, la presentación de Hogwarts es una de las más chachis e impresionantes que se han hecho jamás de una localización en la historia del cine. 12. ¿Por qué no me había fijado nunca en que la comida del banquete aparece de repente de la nada? ¿Cómo he podido acabar en Ravenclaw ignorando este detalle? Quizá porque hay otro que siempre me ha escamado: las torres. Necesito detalles de sus dimensiones, todo: altura, anchura... ¿Cómo lo hacen para meter a siete cursos de alumnos en ellas con lo estrechas que parecen desde fuera? Pues será la magia, yo ya no sé. 13. Por cierto, antes de que se me olvide, eso de «Slytherin no» no es por nada pero hoy en día se leería como discurso racista y xenofóbico. Qué pasa, ¿por ser de Slytherin ya estás condenado al mal? No en el siglo XXI, bitches (por cierto, qué chula la moda mágica retro y de los 90). 14. Pues sí que era repipi la Hermione de primero, aunque lo de «agitar y golpear» es súper eficaz tanto si eres mago como si no: te vale para darle a la bola en el béisbol o para matar bichos con el trapo. ¿Y por qué McGonagall se enfada con Harry y Ron por perderse en un sitio donde no llevan ni 24h después de acostarse a saber a qué horas? ¿Y por qué Snape no se molestó en fijarse en que el pobre chaval estaba tomando apuntes de SU clase? ¿De verdad se llevó una reprimenda por eso? ¡BOICOT! Uy, no me había fijado en que la profesora Hooch tenía los ojos dorados. Hay que ver lo diferentes que se ven las cosas en XXXL y en HD. Por cierto, la caída en CGI desde las alturas se ha notado un pelín, gente del CGI. 15. Hermione no se merecía tanto hate. Ella solo quería ayudar. También creo más que nunca en la teoría de la señora Norris como maledictus. 16. Hagrid es el Tom Holland del Mundo Mágico. Tampoco confío en su habilidad para ponerles nombre a las mascotas. Un perro de tres cabezas enorme, can Cerbero de toda la vida: Fluffy. Un dragón, poderosa criatura escupefuegos: Norberto, que rima con Roberto y Alberto. Como si fuera tu primo. 17. Nadie aplaude demasiado la buena recepción de Oliver de ese bludger durante el entrenamiento de quidditch. Mucho mejor que durante el partido, de hecho. «Un bludger me golpeó a los dos minutos». Y va y a los dos minutos de partido le golpea otra vez. ¿Casualidad? En el Mundo Mágico cero. 18. Hay un troll en las mazmorras. Envían a los alumnos a sus casas. La casa de Slytherin está... en las mazmorras. GENOCIDIO ESTUDIANTIL. No puedo más, de verdad. 19. Veinte años después sigo queriendo unas navidades así. Aparte, dudo mucho que Dumbledore estuviese buscando a Harry porque sí. De hecho, creo que lo encontró por casualidad, lo que significa que muchos años después el viejales sigue acudiendo al espejo de Oesed a ver... ¿a su amado Grindelwald? 20. Hombre, ¡Firenze! Otro que jamás volvió a aparecer. ¿Por qué diseñaron a los centauros con esas caras? Y eso que Firenze era más atractivo comparado con los de La orden del fénix. Vale, al final (casi) todos redimieron a Snape, pero nadie le dio suficiente crédito por todo lo que aguantó solo en esta película: tres mocosos acusándole de ladrón, le muerde un perro la pierna, le incendian la capa y encima el trauma de ver un fantasma del pasado. De verdad, pobre hombre. Era un rata cuando quería, pero se merecía algo mejor. Oh, y toda la secuencia de la búsqueda de la piedra filosofal es legendaria no, lo siguiente. En especial el ajedrez mágico. Y yo estoy acumulando tantos pensamientos aquí porque ya he llegado al número tope... Anda, ¿que por ser 2021 me dejas un extra, querido blog? ¡Yupiiiii! 21. Harry sobrevive al encuentro con el espíritu de Voldemort porque tiene agarrada la piedra. Si no, al atravesarle algo peor que un desmayo le hubiese provocado, digo yo. Llevo con esa teoría en la cabeza desde que se le ocurrió a mi madre hace no sé cuánto ya. Dumbledore se come una grajea de cerumen de oído; todavía no lo he superado. ¿Y por qué deberían celebrar Ravenclaw y Hufflepuff que Gryffindor ha ganado? Holaaaa, ¿y el espíritu competitivo qué? Ah, que solo arrojan los sombreros los de Gryffindor. Perdón, es que con tantos en el aire por todo el Gran Comedor una ya no sabe qué pensar. Oins, se acaba la película y ya quiero ver la segunda. Soy insaciable. El público aplaude, porque siempre hay que aplaudir a los que cumplen años y la experiencia no ha podido ser más tierna. Como soplar una vela y pedir un deseo. Soy demasiado potterhead como para no pretender seguir hablando de la saga, así que voy a colgarme los pulgares antes de acabar escribiendo el Quijote. ¿Cómo habéis vivido vosotros este aniversario? ¿Película favorita de la saga? ¿Libro favorito? ¿Personaje? ¿Cuál es vuestra casa? ¿Asignatura favorita? ¿Profe favorito? Os dejo hablar a vosotros y ya me voy. No obstante..., que no se diga que solo usamos el canal de YouTube para publicitar este espacio. Un poco de retroalimentación, por favor (¿deberíamos actualizar estas recomendaciones, a todo esto?):
0 Comentarios
Post de Naiara Salinas El mundo ha cambiado (y no, no es una referencia al comienzo de El señor de los anillos). Todo forma parte de un proceso evolutivo, aun cuando también existen elementos imperecederos. Como bien señalaba Aslan en Las crónicas de Narnia (y es una cita que, me doy cuenta, suelo repetir bastante, así que perdón si os sabe a déjà vu): «Nada sucede del mismo modo dos veces». Aun así, se requiere de cierta madurez o cierto desarrollo para tomar conciencia de ese cambio y abrazarlo. Parece que tras su primera década entre nosotros, Marvel se ha hecho mayor por fin. En las últimas películas de Los Vengadores pudimos percibir una metamorfosis en su chip, pero es ahora, en su fase 4, cuando por fin se está lanzando a explorar lo inexplorado, a diluir más la línea que separa los géneros, a dar rienda suelta a su lado más afectivo y convertirse en algo más que acción y CGI, y ya voy adelantando que estoy aquí para ser testigo de ese gran viaje. Porque no solo con Shang-Chi se reinició, sino que ahora, con Eternals, ha abierto un nuevo camino en su gigante universo. El sentido de una existencia Eternals abre la boca presentando de una forma más elaborada que Thor: el Mundo Oscuro el origen del universo de la mano de los Celestiales, quienes enviaron a los Eternos, un grupo de individuos superpoderosos del planeta Olimpia (ojo al dato), a varios planetas para dar caza a los Desviantes, unas criaturas primitivas que se alimentan de vida inteligente. Nuestro grupo protagonista de diez fue destinado a la Tierra y allí han permanecido todo este tiempo empatizando cada vez más con la humanidad, alejándose de ella y esperando una llamada de retorno que nunca llegaba hasta finalmente cuestionarse su sino en este mundo. Aunque la introducción es muy tajante (mención anecdótica a esa entradilla escrita a lo Star Wars) y no tarda mucho en saltar del pasado al presente (muy bien ahí), en su primer acto el filme nos conduce por un viaje histórico progresivo a través de flashbacks que pretenden ensalzar el contraste entre lo que fueron los protagonistas y lo que son ahora, o incluso justificar su situación. Eso provoca que toda esa parte se concentre más en presentar (unas veces mejor que otras) a esos personajes y sus motivaciones y tarde en ir al meollo en cuestión. El chivo expiatorio (comúnmente conocido como «incidente incitador») es la reaparición de Desviantes cuando supuestamente habían sido extinguidos milenios atrás, lo que motiva al equipo a reunirse para resolver el misterio y salvar, una vez más, a la humanidad. Si bien cada reencuentro nos proporciona información jugosa, al guion le cuesta encontrar el equilibrio entre la acción disparada (que, para variar, no es la protagonista) y la contemplación, lo que deja una sensación de aparente caos narrativo (aunque no estructural, por suerte). Y con un protagonismo tan coral la atención lamentablemente no es la misma para todo el mundo, ni dejan la misma huella en la historia, lo cual no quiere decir que no se les coja cariño o interés, aunque sea mínimo, porque la mano sensible de su directora lo facilita. Y es que Zhao aprovecha este inicio para plantar semillitas de un dilema moral que luego va a suponer una crisis emocional para los personajes. Eternals es un largometraje que cosecha un planteamiento muy existencialista que tiene mucho que ver con su origen y destino, intentando responder a las preguntas: «Por qué sigo aquí», «Cuál es mi verdadera misión», «Por qué permitimos que pasen tantas atrocidades», «Dónde queda mi libre albedrío» «¿Hasta qué punto ayuda la evolución a esta gente?» y «¿De verdad tenemos tanto poder para cambiar el mundo o estamos actuando en vano?». Por tanto, se podría decir que la película rinde mucho a nivel psicológico/filosófico, aunque su ejecución tenga lagunas. Su mensaje queda muy claro. Es más, el hilo de pensamiento que sigue puede recordar en más de una ocasión a Westworld, dado que algunos conflictos individuales resultan muy similares a lo que se plantea en la serie. Una Marvel no muy Marvel A pesar de que todo parezca muy serio y muy noble en virtud de respetar todo ese código moralista que vende el largometraje, este sigue identificándose como marvelita (sobre todo en los dos últimos actos). Si bien la visión de Chloé causa cojera en algunas partes, también aporta frescura, romanticismo y madurez, con las que consigue llenar un vacío creativo en el UCM, como si la mujer hubiese redactado una lista de cosas que faltaban y quería ver, como buena fan. Gracias a ella nos podemos deleitar con la primera escena de sexo, el primer romance LGTBIQ+, el primer personaje sordomudo, la primera incursión a Bollywood, ¡el primer reconocimiento de la existencia de DC!... Es más, tiene mucho mérito para Marvel no haber caído ante la presión de cubrir la taquilla internacional filmando escenas alternativas para evitar la censura en determinados países. Esta película estaba destinada a convertirse en una defensa de valores y el estudio ha apoyado a Zhao como no lo ha hecho con ningún otro cineasta, lo cual se ve reflejado en la pantalla. Cuando salieron las primeras críticas de Dune, la que más me llamó la atención fue la de la propia Chloé, dado que valoraba la libertad creativa de Denis Villeneuve para hacer magia cinematográfica. Teniendo en cuenta que los rodajes de ambas películas fueron más o menos simultáneos, es muy curioso ver cómo la propia Zhao ha tratado de convertir Eternals en su Dune particular: una película distinta, muy ambiciosa, bella, introspectiva y con un reparto magnánimo. Cierto es que Marvel lleva años fichando a superestrellas para protagonizar sus películas, pero en esta da un paso más con respecto a su fase 1. La diferencia es sutil, pero está ahí: hay un antes y un después entre cuando contrataba a más jóvenes promesas que pocas estrellas y a más estrellas que pocas promesas. Por no hablar de la gran versatilidad. Actores muy versátiles para héroes muy versátiles y representativos. Puede parecer un chiste a priori reunir a una mexicana, una estadounidense, un coreano, un hindú, una china, un afroamericano, un inglés, un irlandés y un escocés, pero es una mezcla que sale tremendamente bien. Parte de esa representación se emplea para explicar la conexión de los Eternos con la Tierra (una idea que surge cuando Sprite —Duende en castellano, pobrecita— se pregunta por qué tiene el cuerpo que tiene) y uno de los mejores aspectos es descubrir qué aporta esta gente a la trama, cómo confirman y desmontan mitos (*guiño, codazo, guiño*). Cada uno de ellos manifiesta un conflicto en torno al ser humano o un rasgo. Además, los Eternos representan a todas las poblaciones y su unión tan familiar simboliza un deseo de paz mundial. No son como otros superhéroes; nos los presentan más antiguos, más longevos, más legendarios y con un peso mayor para nuestra existencia. Por eso también tiene mérito la dirección de Chloé, quien baja del pedestal a esos héroes confrontándolos con su (no) humanidad, dirigiéndolos con gracia. El humor funciona muy bien porque en ningún momento es forzado ni excesivo, sino una expresión de la inocencia, el sarcasmo y la simpatía naturales de sus dueños, que conforman una piña donde, a pesar de algunos roces, hay mucho cariño (tanto que hasta improvisaron). Se nota que a la cineasta le preocupaba mucho la naturalidad y por ello hasta en las localizaciones se desprende de los artificios y nos traslada a paisajes reales donde las puestas de sol son el punto fuerte y súper metafórico (teniendo en cuenta que Sersi protagoniza la mayoría de esos planos. Ahí lo dejo). De esta forma Zhao marca el final y el inicio de una era. Conclusión
Quizá Eternals no sea el largometraje perfecto que esperábamos (es muy expositivo, no es 100% concluyente, no siempre tiene claro lo que quiere, no es muy armónico y parece que pide más tiempo de metraje aunque sientes que has vivido toda una vida con tanto viaje histórico), pero no es el peor de Marvel y no merece tantos dardos, sobre todo teniendo en cuenta lo que supone para el futuro de la Casa de las Ideas. El filme es un ejercicio muy valiente de terapia para la compañía: todo lo que he comentado del existencialismo se puede extrapolar a toda la trayectoria del UCM. Toda su propuesta para mí es un golpe de esperanza a la apertura a nuevas fronteras, a la aventura, y no puedo esperar a ver a esta gente desenvolverse con el resto del UCM y a más momentos románticos, a más reflexiones profundas y más subgéneros, cosa que confieso que me da miedo que se pierda por la reacción de los críticos. Ahora mismo Vengadores 5 suena incluso más explosiva que Endgame solo por lo que hemos catado este año entre cine y series, sumado a lo que está por llegar. Merece la pena darle una oportunidad, aunque no salgas 100% satisfecho. No arranca muy directa, pero tiene puntos de giro muy guays, así como dos escenas post-créditos que dejan en ascuas como las de Shang-Chi. Y son mitos, joder. MI-TOS. Si pensabais que lo iba a pasar por alto estáis muy equivocados (una revisión muy chula). El problema con Eternals es que su mayor virtud es su mayor defecto: es muy osada. Al igual que Ícaro, pretende volar demasiado cerca del Sol, no como Shang-Chi, que fue más humilde y le salió perfecto. Y aunque Ramin Djawadi captura muy bien la epicidad de estos héroes, mi propuesta para la BSO es el tema «To be human» de MARINA. Mi nota final es un 7,5 porque la he disfrutado a pesar de esos defectos y porque quiero más cosas así. El tiempo dirá si sube de puesto o baja. Post de Naiara Salinas Cuando había pasado la mitad del mes y solo había visto dos películas en el cine, me pregunté seriamente qué estaba haciendo mal. En la última semana he acabado sumando otros cuatro estrenos (pero sin coacción alguna, eh. Quería verlos de verdad de la buena). Esta es mi impresión resumida y sin spoilers de todos ellos. Venom: habrá matanza (fecha de visualización: 16 de octubre de 2021) Con Venom he mantenido una relación de absoluta indiferencia todos estos años. La primera película me dejó tan fría que me sorprendió su éxito tan elevado, culpable de que ahora tengamos esta entrega. He reflexionado sobre aquella experiencia y he llegado a la conclusión de que me la tomé demasiado en serio, que quizá la hubiera disfrutado más de haber ido al cine con otro chip. Aquella vez no fui preparada, pero esta sí. No estaba especialmente motivada, pero por lo menos sabía a lo que iba. Y menos mal. Si en Venom la trama nos situaba en un contexto de orígenes y una dualidad en conflicto donde el protagonista trataba de dominar a su demonio interno-simbionte, en Venom: habrá matanza su relación parece haberse afianzado del todo. Eddie y Venom por fin son una pareja consolidada que tras un noviazgo duradero se dan el sí quiero, pero de pronto atraviesan una crisis matrimonial cargada de pullas y reproches por la falta de atención que deben superar deprisa, ya que la llegada de dos nuevos villanos con el punto de mira en la venganza pone a toda la ciudad en jaque. Y no, la policía no va corriendo a buscar a Eddie para que les salve el culo (menos mal), sino porque este y ese malo, Cletus Kasady (Woody Harrelson) tienen una cuenta pendiente entre ellos. El filme empieza interesante presentándote a esos villanos y ahí se queda. ¿Desarrollo? Poco, a menos que consideréis el momento retrospectivo como tal (no es mi caso, aunque agradezco conocer un poco más del personaje). Aunque Matanza esté en el título solo es un clickbait, ya que la trama sirve de excusa para el desarrollo del matrimonio Eddie-Venom. Y eso es lo único destacable de un largometraje comandado por Andy Serkis, el experto en la materia (chistaco para mí, ya que en la primera crítica comparé al simbionte con Gollum). El director maneja un humor negro llevadero que puede llegarte a arrancar alguna risita y mantiene el entretenimiento a flote, pero no saca partido a lo demás y es una pena tremenda, sobre todo en lo respecta a un elenco con muy buenos actores que saben hacer su trabajo y de los que solo UNO se luce de verdad. Descompensada aquí veo la balanza protagonista-antagonista. En resumen: no me ha parecido mejor que la primera, pero la he disfrutado un poco más. Verla como comedia romántica negra es la mejor decisión del mundo (gracias, Héctor de Caja de Películas) porque eso al menos te permite desconectar el chip dramático y salir de la sala sin mucha culpabilidad por haber invertido en una historia que no se preocupa por un guion inteligente ni por unos personajes que vayan más allá del arquetipo (también critican mucho los efectos visuales, pero yo de eso no sé). No es ese tipo de película. Es súper básica en todos sus elementos y por eso puede atraer fácilmente a las masas. No te está pidiendo que leas entre líneas ni que le busques profundidad. Sony sigue usando a Venom como padre que intenta imitar la jerga de la generación Z y suena muy ridículo, pero al menos tiene a Tom Hardy siempre dándolo todo como un campeón y una escena mid-créditos muy sorprendente y que..., mal que me pese, te deja con hype. Creo que si filman más entregas voy a pasar a verla como peli de serie B. Para ella un 5 porque soy muy blanda. Lo mejor: Tom Hardy y la demencia hacia la que gira varias veces el guion (se puede tener un humor retorcido también, ¿vale?). Ah, y la escena mid-créditos. Lo peor: exceptuando a los protagonistas, el resto de personajes son todavía más planos que en la primera entrega y el resto de rasgos se van desinflando cuando descubres que no van a innovar ni un poquito. Venom no solo es menos malo incluso, sino que encima puedes afirmar que es buena gente. Pero en fin, ya he hecho las paces con eso. Me cae bien ese simbionte. La crónica francesa (fecha de visualización: 22 de octubre de 2021) Increíble bálsamo tras Venom 2. Lo que me encanta de la filmografía de Wes Anderson es que cada parte, cada aspecto de la realización, grita WES ANDERSON. Es uno de los pocos directores actuales con un sello muy personal y meticuloso que manifiesta en cualquier género y argumento. Ello también acarrea una consecuencia: si no te gusta la visión de este cineasta, difícilmente cambiarás de opinión por las maravillas que te cuente yo (sobre todo respecto a esta película, que es lo más ANDERSON que ha hecho). En este caso nos presenta una redacción periodística que se dispone a echar el cierre tras el fallecimiento de su director publicando un último número especial. La estructura la marcan los capítulos en los que se divide el filme, cada uno sobre un artículo escrito por un personaje. El largometraje se hace enseguida con el estilo cronista y nos presenta un conglomerado de historias cortas narradas con tonos definidos por los redactores pero que se hilan manteniendo el lenguaje estilístico del director. La crónica francesa es un relato marco elaborado como puzle que se construye con distintos subgéneros, una técnica súper Anderson que nos brinda historias para todos los gustos: una exploradora local, una carcelaria artística, una revolucionaria estudiantil y una culinaria mafiosa. Se puede tener una favorita pero todas cuentan con su encanto personal, ya que en ellas Anderson se recrea para convertir la experiencia visual en un desglose artístico: juega con planos, con el etalonaje, de pronto cuela una secuencia animada... Es maravillosa de contemplar, una de las mejores fotografías de todo el año, con un set muy elaborado para jugar con los distintos puntos de vista. Otro punto muy favorable es el humor, muy agudo, satírico, sarcástico e inocente, siempre basado en la sinceridad (cuanto menos pelos en la lengua tienen los personajes, más gracia te provocan). De nuevo, muy Anderson style. En resumen: La crónica francesa denota a un Wes Anderson con un estilo muy maduro donde termina de consagrar su firma en el mundillo. Es su largometraje que más he disfrutado, en parte por la gran originalidad en mayúsculas (hasta los créditos finales fueron una delicia), la cual combina divinamente con la sinopsis y el ambiente presentados, y en parte por un reparto muy aprovechado, cosa difícil cuando hay todo un coro de rostros famosos que está claro que no pueden compartir los mismos minutos en pantalla. La propia trama se vende como una historia global, ya que todos los relatos van de gente por y para gente, y por eso todo el mundo tiene su papel, aunque sea pequeño. Difumina bastante la fina línea entre narración e información. Se lleva un merecido 9,5. Lo mejor: que es muy Wes Anderson y por tanto única en la cartelera (siempre y cuando no «compita» contra otra Wes Anderson). Lo peor: se puede volver pesada si no entras en ese juego narrativo. Aun así es muy difícil, por la variedad, que no te llame la atención una trama o un personaje. La familia Addams 2: la gran escapada (fecha de visualización: 27 de octubre de 2021) Con los Addams mantengo una relación curiosa. Como concepto me parecen de lo más originales y he disfrutado muchas, muchísimas versiones desde la infancia, aunque hay personajes que no terminan de encandilarme (Fétido, ejem) y, al final, me sucede un poco como Los Simpson: aunque existen diferentes historias siempre tengo la sensación de que acabo viendo las mismas. Tras la primera entrega, fui con curiosidad a ver esta secuela donde Miércoles acapara todo el protagonismo cuando se pone en duda su consanguinidad con la familia. Para evitar perder a su hija, Gómez y Morticia deciden embarcarlos a todos en un viaje por Estados Unidos y dejar a la abuela al cuidado de la mansión. La película continúa con la propuesta de actualizar gráfica y sonoramente a la familia más pintoresca del país, pero menos efectivamente porque basa la aventura en alienar a los Addams situándolos en ambientes normales y un conflicto sin el appeal de la parte anterior. Un 5 es justo. En resumen: bien, pero sin más. A lo mejor el problema es que la fórmula del contraste entre la familia gótica sobrenatural y la civilización normal ya está muy gastada. Yo propongo que para la próxima nos quedemos solo en el ambiente tétrico. Una mano directiva como la de Tim Burton podría refrescar o sacar más partido a esta historia. Lo mejor: continúa aprovechando los gags millenials. Lo peor: la película se titula La familia Addams, pero si se titulase Miércoles tampoco pasaría nada. Por algún motivo es el único personaje que presenta profundidad psicológica en serio. Y tanto reggaeton en la banda sonora al final te saca de la atmósfera, buf. No hace falta modernizarse tanto. The Green Knight (fecha de visualización: 29 de octubre de 2021) La enésima epopeya relacionada con la leyenda artúrica, bajo la mirada del estadounidense David Lowery, nos refresca el mito de Sir Gawain y el Caballero Verde, relatado en el poema medieval homónimo. Para quien no lo conozca, un resumen muy resumido: un joven caballero recién incorporado a la corte del rey Arturo acepta el desafío de una criatura mítica que en el plazo de un año deberá infligir al rival el mismo daño que le ha causado este a él, en este caso cortarle la cabeza, oseasé, darle el finiquito vital. De Lowery solo tenía visto Peter y el dragón, un filme infantil, por lo que sorprende mucho aquí con una apuesta el doble de lírica, etérea y a veces tétrica. El director envuelve el metraje entero en un velo místico que genera una fotografía hermosa, tenebrista y legendaria, poética; un tono intenso y una secesión de escenas sin aparente lógica que acentúan la fantasía. Es como un sueño. Cuando los mitos se han contado ya tantas veces, parece crucial la capacidad de aproximarse desde un nuevo ángulo y Lowery lo consigue con un tinte muy shakesperiano (recuerda mucho a la Macbeth de Justin Kurzel en 2015). Llama la atención también el reparto, con un Dev Patel representando al héroe inmaduro que se encuentra a sí mismo en su viaje al matadero; una Alicia Vikander que sigue apostando por papeles menos activos y más de soporte emocional; un Sean Harris muy envejecido y más caras anecdóticas como Barry Keoghan (que está por estrenar Eternals), Erin Kellyman (vista en Falcon y el Soldado de Invierno), Joel Edgerton, Kate Dickie... En resumen: un deleite ver cómo un poema se convierte casi en un relato de fantasmas que pone al protagonista a prueba en cada tramo del recorrido. Es intensita e impresionante. Me intriga mucho ver qué va a hacer Lowery ahora con el live action de Peter Pan y Wendy. Tiene mi 8 porque ya sabéis lo que me gusta a mí esta temática. Lo mejor: toda la técnica. Lo peor: el viaje se puede volver un poco muy aletargado en ocasiones, precisamente por la técnica. Ejército de ladrones (fecha de visualización: 29 de octubre de 2021) Ese viernes me pegué un buen maratón, sí. Netflix me ha vuelto demasiado adicta a las historias de ladrones y esta ya me prometía diversión desde el tráiler. No defrauda salvo en que contextualmente puede descolocar un poco a quien la vea partiendo de que es una precuela de Ejército de los muertos, es decir, una película de zombies. Y aunque aquí quedan aún algunos hilos para unir ambos filmes, los zombies son más un chismorreo que se difunde por las noticias, ya que la trama nos lleva a los inicios del apocalipsis para explorar más a uno de los personajes más queridos de la saga: Ludwig Dieter, alias de Sebastian No-Recuerdo-Su-Apellido-Impronunciable (ese gag es muy recurrente en la peli). A Sebastian lo ficha una Profesora con el rostro de Nathalie Emmanuel (sí, la bondadosa Misandei de Juego de tronos) para abrir tres cajas fuertes legendarias ocultas en diferentes localizaciones. La trama del golpe sigue siendo el hilo conductor de la saga y revela varios datos del protagonista, a quien se le quiere enseguida por su carisma, su torpeza y sus manierismos (rarito pero adorable), como de dónde viene su mote, su afición a los cerrojos o el nombre de su cerrajería. Como Venom, es una trama sin muchos artificios, destinada al puro entretenimiento, pero con mejores personajes (o al menos, mejor construidos). En resumen: si sois como yo y creéis que las historias se construyen principalmente a través de los personajes y sus motivaciones, esta película conseguirá satisfaceros aunque sea un poco. Dieter continúa siendo el mejor personaje y su destino en Ejército de los muertos impacta más cuando sabes de dónde viene. Huelga decir que yo he seguido el orden de visionado cronológico, es decir, me vi la de Zack Snyder solo porque me enamoré del protagonista de esta cinta, así que para mí la saga va enteramente de Ludwig. Le doy otro 8 porque hacía tiempo que no tenía a un chico así de majo en una película de acción y maquinación con su comedia. Lo mejor: Sebastian, los ladrones y su dinámica. Lo peor: al compararla con Venom puede que haya descubierto su punto flaco (véase en la crítica de Venom). Pero esta sigue siendo mejor, eh. El último duelo (31 de octubre de 2021) Vamos con el último plato. Ridley Scott firma un nuevo drama histórico sobre el último juicio por combate real en la Francia del siglo XIV. El caballero Jean de Carrouges reta a su viejo amigo Jacques Le Gris a un duelo a muerte cuando la esposa de Carrouges, Marguerite, lo acusa de violarla. El largometraje adopta el multiperspectivismo para construir la estructura. Se divide en tres partes que narran los mismos acontecimientos significativos hasta el momento del juicio (el clímax) y eso es lo que la vuelve muy interesante por cómo maneja la verdad bajo los ojos de cada protagonista, cómo añade información. Y es que todo lo que elabora en un capítulo lo destruye o lo confirma en el siguiente, lo que alimenta la duda tanto entre los personajes como en el espectador. Podría ser muy buen ejemplo del efecto Kuleshov, esa teoría que afirma que el orden de los planos puede cambiar el sentido de la historia. Bien, pues la historia también puede diferir en virtud de quien la cuente. Aun así, objetivamente hablando no hay lugar para esas dudas, pues el propio filme te confirma una postura muy progre y feminista al margen de la interpretación de cada uno, y es que todavía puede quedar quien recele (yo, sin ir más lejos). Por tanto, he aquí mi interpretación del mensaje: en la vida hay muchos hechos que se pueden distorsionar por los ojos y por la lengua, podrás tener pruebas que refuten tus afirmaciones y comportamientos muy sospechosos o motivaciones para la hipocresía, pero eso no quita que, llegado el momento, puedas decir la verdad y esta sea verdadera. El trabajo del reparto me ha parecido muy colosal: tener a Matt Damon, Adam Driver, Jodie Comer y Ben Affleck (yo añado a Alex Lawther, que apareció ahí un poco de sorpresa pero me encanta) siempre suena a garantía y a quien vaya a ver la película por ellos no le va a defraudar, en especial Jodie Comer, quien se come sin miramientos el último acto. En resumen: muy bien hecha, la verdad. Te presenta un juicio medieval de una forma que lo asocias enseguida con los actuales sobre el mismo asunto y empatizas con la víctima, pero te lo coloca de una forma un tanto tramposa porque también vas empatizando con los hombres y tal y como acaba representado el personaje de Matt Damon no sabes en qué frente situarlo, si quererle o tenerle manía. Tiene mi 9. Lo mejor: la recreación histórica, el montaje multiperspectivista (sin él muy buena parte de la película pierde su gracia) las interpretaciones y la escena del duelo, muy visceral y original en coreografía. Lo peor: nada. Bueno, salvo esa broma que colgué en Twitter sobre que este filme supone la ruptura del bromance entre Damon y Affleck. Mi corazón acabó destrozado ante ese engaño tan vil. R.I.P. Hasta aquí lo que se daba. ¿Qué películas habéis visto este mes y qué os han parecido? |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
All Screens by All Screens is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en http://allscreens.weebly.com. Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://allscreens.weebly.com |