Post de Naiara Salinas Lo primero: agradecimientos a SHIELD España por recordarme que este largometraje existe en su último vídeo. Lo segundo: gracias a Netflix por incluirlo en su catálogo (eso me ha facilitado mucho las cosas). Hoy vengo con una de las recomendaciones que seguro que comparto con todos los amantes del anime, del cine asiático en general y las grandes historias que marcan profundamente. Your name nos cuenta la historia de una chica y un chico. Ella es Mitsuha, criada en un humilde pueblo al lado de un lago que ansía empezar una nueva vida en la gran ciudad. Y él es Taki, aquel que tiene la vida que a ella le encantaría. Hasta ahí todo bien, todo normal. Sin embargo, la fuerza del deseo es tan poderosa, que cuando ambos se van a dormir se intercambian los cuerpos y viven la vida del otro, con repercusiones. En cuanto lo descubren, establecen una comunicación por medio de notas y van desarrollando una amistad anómala, siempre a distancia, siempre en el cuerpo del otro, conociéndose a través de la vida que llevan, hasta que de pronto el intercambio se corta. ¿Qué habrá pasado?, se pregunta Taki. Suya será la misión de descubrirlo, con lo que iniciará una gran aventura contrarreloj. Muchas veces me habían hablado de esta película, o muchas veces había leído críticas estupendas, y cada vez que leía una me decía: "Tengo que verla". Una de esas tareas que acabas arrepintiéndote de dejar como pendiente, aunque mejor tarde que nunca. Ya comenté una vez (o dos) que todo lo que rodea al mundo asiático es de una fascinación asombrosa, una humanidad enorme y un lenguaje muy personal. Dicho de otra forma, en lo que se refiere a Japón, Corea y China, puedes encontrar todos los clichés del mundo pero nunca ver dos historias iguales (mi impresión, importante). Y así como en este caso encontraba similitudes con otras, tampoco he sido capaz de señalar referentes claros, salvando el enorme peso que dejaron los estudios Ghibli de cara a la globalización del cine nipón. Así pues, lo primero que tengo que destacar de este largometraje es su trama envolvente, conducida por dos personajes que son cruz y cara de una misma moneda y cuya vida está llena de todos los matices que se asocian con la juventud que empieza a descubrir su sino y no persigue otra cosa que desatar sus pasiones hasta encontrar la auténtica. Por otro lado, sucede un poco como en Parásitos: la historia toma un rumbo muy diferente en la segunda mitad y salta de la comedia romántica fantástica al drama (y algo más que me voy a callar para no spoilear). El guion está tratado con tanto mimo que es una delicia seguir su hilo sin adelantarse a los acontecimientos, viendo hacia dónde te va a llevar, porque no es uno de esos argumentos fáciles de prever, y ahí ya no solo se lo debemos a la inventiva del responsable, Makoto Shinkai (que también es el autor de la novela en que se basa, por cierto), sino a lo mucho que se disfruta cada secuencia presente y lo sutilmente que cuela ciertos detalles que luego reaparecen en los plot twist que van definiendo la estructura general y la división de los actos. A día de hoy es muy difícil encontrar historias que trasciendan en la conciencia de cada uno, pero el clímax de este filme es de los que se recuerdan para siempre y te hacen ver la vida de otra forma. El manejo de la parte fantástica es de sobresaliente, porque, a pesar de ser uno de los clickbaits, no es la protagonista (prueba de ello es que nunca empezarás resumiendo esta película alegando que es fantasía, sino que posiblemente este sea el segundo o el tercer calificativo). Como todo en el cine oriental, lo fantástico se emplea para traslucir la filosofía de la historia, su mensaje, el que se clava en el corazón del espectador. ¿Y cuál es? El poder de las relaciones humanas, de la conexión, una empatía muy literal que se manifiesta a través de un acontecimiento mágico que lo cambia todo para sus protagonistas, no solo por lo que supone para su identidad mientras están en el cuerpo del otro, sino también para sus decisiones al volver al suyo. En definitiva: cómo nos marcan las personas. Se le rasca tanto simbolismo que lo que parecía sencillo se convierte en toda una hecatombe, pero jamás te pierdes en ese laberinto porque el hilo que agarras se mantiene firme hasta el final. Y, por último, está la animación: impoluta, hipnótica, nada sorprendente porque, aparte de continuar con el canon establecido desde hace unas décadas, juega con la armonía de los colores para dotar de magia los momentos clave y embellecer lo malo como solo lo consigue el anime. Algo que también merece comentario son los movimientos de cámara y la selección cuidada de los planos. No tan especial, cierto, pero cómo percibiríamos la película sin esos giros que literalmente lo cambian todo, o esos detalles que le permiten al director guiar nuestra atención hacia lo que importa para que nada pierda el sentido. Todo el conjunto logra que la emoción vaya en aumento, hasta que se nos salta la lagrimita delatora de turno. En resumen: historia bellísima, narración increíble, personajes muy bien perfilados y con un desarrollo que envidiar si te gusta escribir. Hacía mucho que no veía anime y con la experiencia que tengo ahora ha sido como redescubrirlo. Quizá lo único que me descoloca un poco (aunque eso es cosa de mi gusto personal) es el "opening musical" a lo serie de televisión que tiene, pero por lo demás yo la considero obra magistral y entra en el top de las mejores del subgénero junto con El viaje de Chihiro y El castillo ambulante. A lo mejor es inevitable que la ponga por las nubes teniendo en cuenta lo mucho que me ha sorprendido, es decir, crees que estás viendo una historia conocida y te transporta a otra completamente nueva, una experiencia que nunca me canso de tener con esta clase de cine donde el viaje es más disfrutable por el hecho de que, como la vida misma, no sabes lo que te espera. Es un lujo poder ir descubriéndolo y es lo que más engancha de todo. Ficha técnica Your name 2016, Japón Director: Makoto Shinkai Reparto: Ryunosuke Kamiki, Mone Kamishiraishi, Ryo Narita, Aoi Yūki yNobunaga Shimazaki Puntuación: 10/10
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Post de Mariaje Ruiz La senda JediLo más interesante de este libro se encuentra no tanto en los datos que ofrece sobre el camino de estos guardianes de la galaxia y el universo de Star Wars, sino en la forma que tiene de presentarlo, a modo de método filosófico-combativo. Bajo este formato de guía de espiritualidad práctica, los creadores han realizado una interesantísima jugada: puesto que es un libro que ha pasado de jedi en jedi para iniciarse en la senda, algunos de los personajes más emblemáticos -tanto de las películas como de los mundos extendidos- han realizado anotaciones exponiendo su propia visión y aportación a la filosofía jedi. Incluso Darth Sidius hizo su intervención en el libro cuando lo interceptó. Algo que sin duda enriquece el relato, al poder mostrar distintos puntos de vista. El lado oscuroUna amplia exposición de la trayectoria de los Sith, su creación, su filosofía, sus historias personales y el desarrollo de los personajes a lo largo de la sala, acompañada de un montón de geniales dibujos de distintos artistas que no dejan indiferente. Un volumen de tapa dura que será el deleite de los coleccionistas por todo el trabajo artístico que alberga. Cuaderno de viaje de la Tierra Media: De Bolsón Cerrado a MordorUn recorrido narrativo-visual por la Tierra Media de la mano del artista John Howe, con inspiradas en los libros de Tolkien. Si bien el libro ya merece la pena solo por las geniales ilustraciones de los lugares, personajes y objetos, el texto de Howe también es agradable. Con el aliciente de que el creador también explica parte del proceso creativo junto a Peter Jackson durante la filmación de las películas del universo ESDLA. Mapas literarios Unos autores nos cuentan cómo se acercaron a los mapas y sus métodos creativos. Aunque muchos de ellos quedan dentro del campo de la literatura, muchos convergen con el relato cinematográfico: Daniel Reeve nos cuenta cómo llegó a trabajar en los mapas de las películas de El Hobbit, y Miraphora Mina nos explica el proceso de creación del Mapa del Merodeador de Harry Potter. También se pueden ver el mapa del juego de mesa de Dragones y mazmorras, que tuvo su adaptación audiovisual, y de los 7 reinos de Juego de Tronos. Podéis consultar un análisis más completo del libro en la web de reseñas literarias Capítulo IV. Los tesoros de Harry Potter¿Alguna vez te has preguntado por la complejidad detrás del diseño de los fantasmas de Hogwarts y qué los diferencia del resto del cine anterior? ¿O cómo se inspiró el equipo para crear la cámara de los secretos? He aquí un libro que nos muestra todo ese trabajo oculto y en definitiva, el nivel de detalle y la magia del perfeccionismo detrás de las películas del joven mago. Cuenta además con intervenciones del equipo técnico y de los actores, junto a fotos e ilustraciones del proceso creativo y algunos folletos del mundo mágico. Post de Naiara Salinas Un día más de este querido abril lector con un post literario que continúa con la tradición de los maratones casi recién instaurada. Si en marzo tuvimos el especial de Shakespeare por el mes del teatro, ahora podría revelarse que este no fue sino un preludio de lo que estaba por venir. Y es que, no contenta con haber hablado de películas sobre escritores año tras año, vuelvo a la carga, pues siempre quedan historias pendientes sobre cualquier temática. Nuevamente he cerrado el maratón con solo tres largometrajes, pero eso no quiere decir que no os vaya a compartir más ideas. Tres filmes. Tres autores clásicos. Tres vidas distintas, pero unidas por una pasión. La importancia de llamarse Oscar Wilde (2018) De mis autores favoritos, acostumbro más a ver las adaptaciones de sus obras que sus biopics, de los que tiene al menos dos conocidos. Uno de ellos es este, que se centra en una época posterior a su auge, una vez atravesado el escándalo que supuso su relación con Alfred Douglas, más conocido como "Bosie". Rupert Everett es quien dirige, escribe y protagoniza esta versión de los hechos que explora la decadencia de un hombre de labia viperina en medio de una relación de altibajos, primero con la sociedad, cuyo respeto ha perdido salvo en el caso de amigos muy contados, y segundo con el propio Bosie, el retrato de un idealista infantilizado cuya inmadurez va saliendo a la luz en contraste con el reconocimiento del sufrimiento de Wilde. El que fuera una vez la voz del Príncipe Encantador en Shrek 2 y Shrek Tercero interpreta aquí a un escritor atrapado por sus demonios en el vicio que crea, paradójica y paralelamente a su caída, una de sus últimas grandes obras: el cuento de El príncipe feliz, que acaba de cualquier forma menos alegre. Everett juega a menudo con las referencias y convierte a Wilde en un eco de sus personajes más lascivos y aladinos (como el Henry de El retrato de Dorian Gray o el Algy de La importancia de llamarse Ernesto, un personaje que además el mismo actor interpretó en una adaptación de 2002 al cine. Por algo es la obra que inspira la traducción del título al castellano). Aparte de eso traslada un mensaje muy contemporáneo, que es la influencia de un artista en la comunidad y cómo esta puede volverse en su contra y convertirle en un alienado cuando ni siquiera él sigue los parámetros socio-políticos que se esperan. Dicho de otra forma, cuando va por libre. Y de ahí la ironía de The Happy Prince pero también La importancia de llamarse Oscar Wilde, es decir, ser famoso. En resumen: película neutral que acaba redimiendo al escritor mostrándolo como humano roto al que la sociedad no permite ningún tipo de levantamiento, aunque su fortaleza le impide venirse abajo de buenas a primeras. Rupert Everett le hace cierta justicia, y además cuenta con el apoyo de un Colin Firth que no solo es compañero de La importancia de llamarse Ernesto, sino que también es veterano de Oscar Wilde (el Henry de la fatídica El retrato de Dorian Gray de 2009). No es una grandísima película, pero se aprecia el homenaje. Le doy un 6,5. El enigma del cuervo (2012) Cambiamos un poco de aires. La primera vez que oí hablar de esta película fue en esta entrevista a Lucas Vidal (en realidad fue otra del programa de La Sexta 3, Todo Cine, pero no he encontrado el vídeo), uno de nuestros jóvenes compositores con más prestigio y carrera en producciones internacionales (actualmente se encarga de la BSO de Élite, por ejemplo). Y por supuesto puso sonido a este thriller que explora los últimos días de la vida de Edgar Allan Poe (Jon Cusack), al que casi todo lo que rodea es tan oscuro y misterioso como sus relatos y poemas, sobre todo en lo referente a su muerte. En este caso la obra de referencia es la mítica El cuervo, pero la trama poco tiene que ver con ella, sino más bien con una oleada de crímenes en Baltimore sobre los que el escritor aporta detalles de sus libros, ya que están basados en ellos. Así, Poe se convierte en un aliado importantísimo de la policía, capitaneada por el inspector Emmett Fields (Luke Evans). El caso pronto se convertirá en algo personal. Por las propias convenciones del género, el ritmo va in crescendo y eso hace que al final se pase un rato de lo más entretenido, sobre todo si se es adicto a historias como Sherlock Holmes, El alienista y un largo etcétera. La idea de Poe como un investigador es también morbosa. Sin embargo, a los lectores fieles dudo que les satisfaga tanto, ya que la figura del escritor queda eclipsada por el misterio general y en ese aspecto puede saber a poco, pues alguien como él seguro que tiene mucho más que contar. En otras palabras, que como biopic no vale mucho, de hecho es bastante inventiva. Aun así, la esencia de toda su literatura está presente en el metraje y por lo menos como fan uno/a puede sentirse orgulloso/a de ir componiendo el puzle a la vez que su protagonista. La aproximación de Cusack a su personalidad, no obstante, peca un poco del sensacionalismo del autor corrompido por su éxito que no levanta cabeza, una idea ya muy gastada (véase el filme de arriba). En resumen: bastante original, tiene su punto. No será la más fiel a la vida de Poe, pero sí al carácter gótico de su obra y su pensamiento, que pienso que es con lo que hay que quedarse. Hasta tiene sentido que como mejor lo expliques sea a través de un thriller o un cuento de terror. Muy a favor de ese toque metaliterario en la forma y por eso le doy un 8. La joven Jane Austen (2007) El último largometraje se lo debo a Tierra Cero, y en este caso el fenómeno meta se produce con la autora de clásicos como Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad o Emma. Famosa por sus idilios románticos y relaciones fuera de lo común en sus novelas, este biopic protagonizado por Anne Hathaway explora su propio romance imposible con el estudiante de Leyes Thomas Lefroy (James McAvoy), a la vez que va desarrollando sus dotes de escritora. La vida de Jane se presenta como singular desde el principio. La séptima hija de un reverendo, criada entre hombres, sueña con el amor pero no es capaz de encontrarlo en ninguno de sus pretendientes y rechaza el matrimonio, hasta que llega a la villa el irlandés Lefroy, con quien choca en un principio a un estilo muy Elizabeth-Darcy... o quizá Emma-Knightley. La cosa es que, como sucedía con Oscar Wilde, Jane se convierte en un reflejo de sus propias historias, pero con un desarrollo menos idílico en el que la cuestión económica aflora. De cerca seguimos el provenir de sus amigos y familiares. El tono se acerca bastante a otras adaptaciones de estos libros, de tal manera que Jane se convierte en un personaje más y casi podríamos olvidarnos de la biografía, si no fuera porque nos recuerdan continuamente que esta es la auténtica Austen y no una invención, una mujer independiente con su propia idea del amor verdadero e incapaz de vivir una mentira, a pesar de su buena imaginación. Hathaway encuentra el equilibrio perfecto entre la dulzura de alguien capaz de expresarse con el sentimiento presente en su lenguaje novelesco y la determinación de una mujer educada como una igual. La película se llena de salseo, comicidad, drama y reflexión, e históricamente también es la mejor planteada. En resumen: de los mejores biopics literarios que he podido disfrutar. La frescura de los actores encandila desde el primer fotograma y Hathaway convence como inglesa. Bien hecho. Le doy un 9. Otros biopics para completar un maratón literario
1. Shakespeare in love (no he hablado de él a fondo, pero ya lo he mencionado varias veces. También es uno de mis favoritos). 2. Tolkien 3. Rebelde entre el centeno ¿Cuáles son vuestras opciones? Clueless-Emma y otras películas que (posiblemente) no sabías que eran adaptaciones de obras clásicas4/17/2020 Post de Naiara Salinas Cuando me propuse lo de los maratones temáticos, en realidad omití que había una gran culpable que lo inició todo. Mi empeño por ver una cinta de los 90 que se me había pasado en mi infancia, preadolescencia y hasta adolescencia me hizo acordarme de todos los tesoros del pasado que aún me quedaba por descubrir y con los que tenía que llenar mi vacío cinéfilo... y no descarto que alguno existencial también. Bendita Netflix por asegurarme el visionado de este pequeño pedazo de oro en toda una vorágine de contenido, pero mentiría si dijera que tuve algo así como una revelación en sueños o que se me presentó el santo Tom Hanks y me dijo: "Naiara, tienes que ver Clueless ahoraaaa". No. Si no hubiese sido por la enésima adaptación de Emma, estrenada en Reino Unido y Estados Unidos tan solo un mes antes del estado de alarma, que me levantó el hype, me animó a sortear un ejemplar de la novela que aproveché para leer mientras tenía lugar el sorteo (qué, una tiene que sacar algo de esto, ¿no es así como funciona?) y se convirtió así en el primer libro de Jane Austen que leía en toda mi vida... no, yo no habría llegado a Clueless. Si no fuera porque tooooodo el equipo de la película, o más bien tooooooda la prensa norteamericana estaba empeñada en desempolvar todas las Emmas de la filmoteca para establecer comparaciones con la versión de Autumm de Wilde... yo no habría llegado a Clueless. Y si no hubiese llegado a Clueless no me habría detenido a pensar en otras películas que disparatadamente se revelaron como adaptaciones de obras clásicas. Es decir, que sin la Emma de De Wilde, yo no habría llegado a escribir nunca este post (o quizá sí, pero en unos añitos más). Hoy, viernes 17 de abril, tendría que haberse estrenado esta adaptación en España. Y como Universal Pictures ha facilitado el alquiler de la película a través de Amazon, Google, ITunes y otras plataformas, he tenido la suerte de poder encontrar un camello que colgase el torrent para verla yo también y poder realizar mi propia comparación. Porque estamos en el mes más literario de todos me parecía idóneo abrir la semana oficial del libro con este tema. Preparen sus tazas de té, damas y caballeros, que ¡empezamos! Clueless vs Emma: una misma historia de un mismo mundo en épocas contrarias Dos jóvenes amanecen en sus camas, preparadas para lo que el día les depara. Pero una irá directa a una boda y la otra, a clase. Ambas harán migas con una chica nueva de origen más humilde y torpe con las relaciones a la que tratarán de ayudar consiguiéndole al mejor chico y dispersando a los barriobajeros o granjeros de poca monta. En medio del lío se meterá un amigo de la familia con el que se han criado y que les dará unas soberanas lecciones sobre el amor. En cuanto aparece el primer fotograma de cada adaptación, te das cuenta de lo que influye el tiempo, entendido esta vez no solo como el avance progresivo, sino también en cuanto al estilo, la visión directiva, el tipo de acercamiento y/u homenaje a una obra reputada... Ciertamente, la Clueless de Amy Heckerling (1995) supo aprovechar el material original y conceder al público una versión actualizada con la que no solo les abrió el camino de acceso a Austen, sino que además demostró que un clásico nunca muere si se reinterpreta de acuerdo con los parámetros de la sociedad presente. La trama de la novela es bastante adaptable a los tiempos modernos gracias a su comicidad y su rollito tan... Gossip Girl, y buena parte de la comedia precisamente está en imaginarse cómo sucederían las cosas en nuestra época. Eran los 90, estaba a punto de acabarse un siglo que había sufrido el mayor número de transformaciones en poco tiempo, que había explorado todo cuanto se podía explorar... menos a sí mismo. Y por eso, creo yo, los 90 supusieron la explosión del cine "juvenil", es decir, vivir la época a través de los jóvenes, que eran la última generación del XX (me tiro flores porque puedo). Heckerling podría haber tomado cualquier escenario para este experimento, pero eligió el instituto, el lugar más selvático de todos, donde habitan especies de todo tipo y los alumnos buscan su identidad continuamente, sean conscientes o no. Con esa lectura Heckerling denotó la madurez de una Austen que ya se estaba despidiendo de la vida y posiblemente pensando en aquella juventud en la que ni ella misma sabía adónde llegaría. Y es que Emma, a primera vista, puede parecer una joven muy segura de sí misma, pero no hace más que equivocarse debido al orgullo que la llena, por lo que en sí no es un personaje predefinido, sino que debe evolucionar más incluso que los que la acompañan. Lo mismo sucede con Cher, quien tiene cabeza para algunas cosas pero en el fondo es una cría que no puede saberlo todo sobre la vida. Desconozco hasta qué punto Heckerling era devota del libro o de la otra adaptación (previamente solo existía la serie de 1972, con Doran Godwin en el papel protagonista), pero puede enorgullecerse de todo el legado que ha dejado en las siguientes (y en la cantante Iggy Azalea, quien basó todo su videoclip de "Fancy" en el filme). En concreto, en lo que respecta a la de este año se producen tantos paralelismos que no sabría ni por dónde empezar: planos, el color del vestuario, manías, ¡peinados! Parece mentira. Esto es solo el principio. Tenéis mucho más aquí. La historia puede repetirse pero, tal y como dijo el león Aslan tiempo atrás, "nada sucede del mismo modo dos veces", y en esta ocasión al choque de épocas se le añade el de continentes. Dos culturas hermanadas pero nada que ver la una con la otra, la sal y el pimiento, el perro y el gato. Y muy fascinadas la una por la otra. Si Heckerling se impregnó de todo el espíritu de los 90 para realizar su película (lo que se traduce en música contemporánea con variedad de géneros como el pop, el rock, el disco, el rap, etc.; y mucha más cultura pop aun cuando no se había popularizado el concepto como ahora), Autumm de Wilde (llama la atención que ambas direcciones sean femeninas) opta por más clasicismo, pero del tipo del que las versiones anteriores carecen, lo que llevó a todo el equipo a sumergirse en todos los manierismos caídos en desgracia siglos después. ¿El más inquietante? El lenguaje. Quien haya probado a leer a Austen en su early modern english se habrá encontrado con expresiones y estructuras que si no le han provocado un ictus cerebral poco habrá faltado. Nah, hipérboles. Pero es que resulta que en el largometraje sucede un poco lo mismo, hasta el punto de que verla sin subtítulos (como una que yo me sé la primera vez...) debería bastar para convalidar tu listening de nivel C2. No me refiero tanto al vocabulario (que quizá sea lo más sencillo, si eres capaz de cazarlo en toda esa verborrea): los actores emplean el tono grandilocuente e histriónico no solo propio de la época... sino exagerado de la comedia partiendo de la época. Es decir, periodo y género se dan la mano. Además, hablan con bastante velocidad y cuesta seguirles todo el rato. Moraleja: que la veáis mínimo subtitulada (yo nunca haré ascos a ese acento tan suyo), aunque por lo demás es bastante disfrutable. Y los cursillos de etiqueta son un MUST, así que no solo te deleitas con su visión tan rococó, sino que se acaba convirtiendo en todo un documental de la época de la regencia. A veces los detalles marcan la diferencia. En cuanto a lo cultural... en qué momento meterse con lo más propio de Inglaterra (de la campiña, para ser más exactos) frente a lo más propio de USA. Aunque bien es verdad que la comedia no funciona igual, siendo la adaptación americana la más aproximada a lo que se entiende por comedia romántica (ideal vendido por Hollywood, cómo no), mientras que la inglesa se recrea en su propia rimbombancia y acidez, aunque con menos presencia de su característico humor negro a favor de dosis más pizpiretas. En algunas escenas peca un poco de la frivolidad de quien lleva traje encorsetado (se ha demostrado que la vida en vaqueros, minifaldas y camisas de cuadros es más libre y feliz). De Wilde acaba abrazando a Austen en todo su ser, por lo que la suya es incuestionablemente la versión más fiel. Sin embargo, tan personal como la crea, paradójicamente menos introspección sobre los personajes realiza. Por ejemplo, secundarios como Frank Churchill y Jane Fairfax que en el papel son de importancia muy alta quedan relegados a escenas más anecdóticas, algo que se repite más veces, porque todo lo secundario se aborda superficialmente para dar más cuerda a la relación entre Emma y su querido George Knightley, de cuya química no existen dudas, por lo que la figura de Churchill como "rival en potencia" es más bien publicidad de un falso triángulo amoroso, mientras que en Clueless el dualismo de las pasiones es más evidente, con una resolución algo más cachonda (convendría añadir que en esta versión el personaje de Jane se elimina, por lo que el de Churchill, aka Christian, tiene otro desenlace que las generaciones actuales aplaudirían). Lo que sí se aprecia más en Emma es el rifi rafe entre los supuestos pretendientes, que también divierte. Aparte de la protagonista, el personaje mejor tratado en ambas versiones es el de Harriet Smith, o Tai, una muchacha a la que siempre se la representa como tímida, dulce, leal, un tanto rarita... La diferencia es que, mientras que en los tiempos y en el país de Emma le urgía ir encontrando maridito o acabaría viviendo como solterona, en Clueless su objetivo principal es encajar, conocer a gente (y a Cher por algún motivo se le ocurre que encontrar novio es la mejor manera). Y es que, como apunte, en los países de habla hispana Clueless se traduce como Fuera de onda, lo que devuelve mis reflexiones al comienzo: la búsqueda de la identidad. Casi parece que, con ese título, Tai es más protagonista que la propia Cher, porque es ella la que a priori desencaja con todo, aunque luego se revela que en realidad la ley de la jungla, perdón, del insti, se la sabe muy bien. CONCLUSIÓN Es muy chungo elegir entre dos versiones tan distantes como similares y auténticas. Lo llamativo es que argumentalmente no hay mucho que dividir, aunque Clueless aporta más originalidad gracias al juego vinculante con la década, por lo que, de elegir, diría que esta logra encandilar mucho más a través de la trama. Pero en todo lo que rodea a la filmación, los aspectos más técnicos e interpretativos, merece mucho la pena acercarse a la versión clasicista, donde hay más cuidado en casi todo: los escenarios, la interpretación, el atrezzo... ¡Es que hasta se cuidan de mostrar cómo se vestía a un aristócrata en ese periodo! De Wilde es antes fotógrafa que cineasta (este supone su debut como directora, por cierto) y se nota en la composición armónica de los escenarios y los planos. Toma decisiones muy interesantes. Y el reparto simplemente merece un aplauso. Al final el pasatiempo lo encuentras con las dos, una con todo el liberalismo juvenil noventero norteamericano y otra, con la opresión exagerada y clasista británica. Una tiene a Paul Rudd y la otra... a Bill Nighy. De la fusión entre ambas saldría la Maria Antonieta de Sofia Coppola (es que ni lo dudo). Clueless: ¿precedente o parte de una moda? Por si alguien se había olvidado del título de este post, otra de las cuestiones que me apetecía abordar es hasta qué punto toda la ideología de los 90 (¡y más allá!) afectó a las adaptaciones literarias. Porque Clueless no fue la única, faltaría más. Es momento de ver hasta dónde alcanzaba el amor de los norteamericanos por Inglaterra, madre mía. Puede que a partir de aquí os llevéis alguna que otra sorpresa (obviando el dúo El rey león-Hamlet del 94): Mi Idaho privado (1991): Enrique IV, 1º parte Este clásico indie con los grandes Keanu Reeves y River Phoenix (hermano mayor fallecido de Joaquin) parte de una de las docenas de obras de William Shakespeare, que a voz de pronto se volvió súper popular en esa época (yo encantada, oye). Ya lo iréis viendo en esta lista... En esta película los chavales se dedican a la prostitución en las calles de Portland y su amistad se enfrenta a una gran prueba cuando en un viaje a Roma uno de ellos se enamora y al otro le entra "la fiebre de celos del bromance". Diréis: ¿y cuál es la relación con la obra, entonces? Si una cosa va de chaperos y la otra de guerras monárquicas. La inspiración no fue directa, pero al director Gus Van Sant sí le interesaba mucho el largometraje Campanadas a medianoche de Orson Welles, donde aparece Falstaff, uno de los personajes de la obra shakesperiana, amigo del príncipe Hal (futuro Enrique IV) que es objeto de varias bromas por parte de este y su otro compi Ned Poins. En Mi Idaho privado Falstaff se convierte en Bob Pigeon (William Richert) e instruye a estos jóvenes, de los cuales Reeves sería Hal (ahora Scott) y Phoenix, Ned (Mike). Diez razones para odiarte (1999): La fierecilla domada ¿Qué tal vais llevando la sorpresa? (O quizá me estoy emocionando yo más que vosotros). Volvemos a Shakespeare con otra trama actualizada en la que dos hermanas con una personalidad opuesta, la tosca e introvertida Kat (Julia Stiles) y la "inocente" y popular Bianca (Larisa Oleunik), son gobernadas por un padre estricto que impide que Bianca pueda salir con nadie a menos que lo haga Kat, razón por la que sus pretendientes urden un plan y contratan a un tío duro (Heath Ledger) para que engatuse a la primogénita. Otro de los clásicos que no deben quedar en el olvido. ¡Y además mantiene los nombres de la fuente! A saber: Catalina, Blanca... Petruchio se convierte en Patrick (Ledger), Lucencio en Cameron (Joseph Gordon-Lewitt)... Se cambia Italia por otro instituto estadounidense y listo, no hay muchas más diferencias. Laberinto envenenado (2001): Otelo Mira por dónde, Shakespeare ya no es el único que repite: Julia Stiles se le une. Cambiamos de siglo, pero la moda prosigue (y va sensacionalizando un poco las cosas, porque ese título... en fin). La trama podría hacer que Élite pareciera un reboot, ya que se ambienta en una escuela elitista (*guiño*), en la que Odin James, "O" pa los amiguis (Mekhi Phifer), es el chico más popular, el Michael Jordan adolescente, y sale con Julia Stiles, quiero decir, con Desi Brable, la hija del decano. Pero vuélvete popular y conseguirás ganarte enemigos; ahí entra Hugo Goulding (Josh Harnett), que empieza a sentir celos del éxito del tío... que sale con su guapísima hermanastra. Y decide que igual malmeter un poco podría mejorar su autoestima. Ay... No os confundáis a pesar de este resumen: Odin es nuestro Otelo, el protagonista de una tragedia. Ambos son los únicos de una etnia diferente en sus versiones. El resto ya os lo podéis imaginar: puro Shakespeare style. Chicas malas (2004): Queen Bees and Wannabes Bueno, técnicamente aquí la única "sorpresa" es que este otro clásico juvenil también nace a partir de un libro, pero no es una obra clásica, es más, se publicó solo dos años antes de la peli. Lo incluyo porque su planteamiento dista muchísimo de lo que acabó siendo el guion (y porque ya me he aburrido de Shakespeare y quería un plot twist), ya que la autora, Rosalind Wiseman, quiso ofrecer "autoayuda" para delimitar los patrones de comportamiento agresivo entre las cuadrillas compuestas por chicas durante el instituto y lidiar con ellos. De aquí salió una comedia tremenda, ¿quién lo iba a decir? Siguiendo la corriente a sus predecesoras en estilo. Ella es el chico (2006): Noche de reyes Pues qué poco me ha durado el plot twist, porque esta también la escribió Guille (la obra, se entiende). En Ella es el chico seguimos a Viola Hastings (Amanda Byrnes, ¿qué diantre fue de ella?), una futbolista que ve su sueño frustrado cuando cancelan su equipo. Tiene un mellizo, Sebastian, que quiere irse de gira con su grupo a Londres, y le pide que le guarde el secreto a todo el mundo. Aprovechando su parecido, Viola cambia su ropa y sus formas y no solo lo cubre, sino que se hace pasar por él para entrar en el equipo de fútbol masculino, donde conoce a Duke (Channing Tatum) y, por supuesto, se pilla por él. Ríete de Mulán y Shiang (nunca). ¿Y esto lo ideó una mente tan intensita, loca y radical como la de Guille? ¿Acaso lo dudabais? Que yo reconozco la dramatización de Shakespeare in love, pero ahí aparecía una mujer que se vestía de hombre para poder actuar, just sayin. Claro que él era hombre de letras y renacentista, no le iba mucho otro deporte que no fuera la esgrima. En Noche de reyes lo que ocurre es que Viola llega en un barco que naufraga y en el que cree haber perdido a su padre y a su hermano mellizo (nuevamente se mantienen los nombres originales en la adaptación). La chica, en este caso, no usurpa su identidad, pero sí que se disfraza de hombre y se hace llamar Cesario (mira que hay opciones, nena) para trabajar en el palacio de un conde, mientras que su hermano es rescatado por un tipo llamado Antonio del que se hace amigo. En las dos tramas converge todo un enredo que genera triángulos amorosos descontrolados. Duke/Orsino está enamorado de Olivia, quien rompe con él porque no le aguanta. Cuando Duke/Orsino le pide ayuda de colega a colega a Viola, vestida de chico, y esta habla con Olivia, Olivia se enamora de ella creyendo que es Sebastian. Pero el Sebastian real ni siquiera conoce a Olivia, aunque a Viola sí le empieza a molar mucho Duke/Orsino. ¿Os habéis perdido? Pues pasemos a la siguiente, anda, que ese enredo os lo sabéis mejor fijo. Si el mundo fuera mío (2008): El sueño de una noche de verano Yo no entiendo por qué no escribí sobre estos largometrajes cuando publiqué el post del maratón shakesperiano visto lo visto, pero en fin, ya está hecho. Llegamos al final de la lista (bieeeeen) con otra adaptación que para variar no es nada conocida (ni por haber oído sobre ella gracias a festivales, ni por reparto, etc.) pero que en cambio se basa en una de las obras más famosas y laureadas de Guille. Qué, así sí, ¿eh? Este filme romántico y musical usa el texto como hilo conductor en un argumento que pasa de lo realista a lo fantástico. El protagonista es Timothy, un chico gay salido del armario que estudia en un insti masculino y recibe agresiones por parte de muchos, pero sobre todo del equipo de rugby, aunque se muere por los huesos del capitán, Jonathan. Cuando consigue el papel de Puck en la obra de El sueño de una noche de verano acaba descubriendo que la poción de amor es real y no solo un producto de la imaginación de Guille ni de J.K.Rowling, por lo que la utiliza para conseguir que Jonathan se enamore de él y sus compañeros dejen de atormentarlo, lo que genera, como os podréis imaginar, un caos enorme. He querido seleccionar esta pieza y no otras por su ingrediente metaliterario (que para mí acentúa la gracia) y la presencia de una mentalidad doblemente millenial por la inclusión. Que se vea que los nuevos tiempos influyen. Y hasta aquí lo que se daba. ¿Cuál de estas parejas moderno-clásicas os ha gustado más? ¿Las conocíais todas? ¿Tenéis alguna que añadir? ¡Nos leemos!
Post de Aitor Castañeda Desde que fuera estrenada en el 2001 sin mayor éxito, la película norteamericana Osmosis Jones se me antoja saludable en países donde se impone el confinamiento. Comedia de animación/acción real, se trata un filme de la Warner, adaptada al español por el estudio madrileño Tecnison S.A. El hilo argumental dista algo de una pandemia: Frank Detorri (Bill Murray) es un empleado de zoológico viudo a quien la salud y la higiene le resultan casi totalmente desconocidos. La ingesta de un huevo duro, previamente en contacto con un mono, introduce en su maltrecho cuerpo un virus novedoso, de nombre Thrax, quien intenta organizar todos los organismos malignos de Frank con objeto de matarlo. Solo un glóbulo blanco, el desastroso agente Ósmosis Jones, podrá salvarlo, dando a conocer su valía en el cuerpo de los anticuerpos. La película, comedia, juega a la antítesis con todos sus ingredientes cinematográficos, más gustable ahora que en el 2001: la animación, dirigida por Tom Sito y Piet Kroom, con la performance humana (dirigida por Bob y Peter Farrelly); lo interior y exterior; la búsqueda del éxito, por sí mismo y en equipo. En definitiva: una película que merece la pena ver a todos los nostálgicos de la animación 2D confinados. Si bien el guion y la trama son interesantes, no puede decirse lo mismo de la parte no animada; los actores, que de cómicos pueden resultar insulsos –o, como dijo la crítica, “letárgicos”–, rozan en ciertos momentos el patetismo, comportamiento que ahonda en el poco cuidado que Frank tiene con sí mismo. No obstante, la calidad de la animación es excepcional: el intracuerpo emula la gran urbe de Nueva York, donde la ciudadanía celulosa cumple sus funciones ayudada por la inmensa tecnología que es el cuerpo. En realidad, podría decirse que lo que aporta verdadera calidad a la película es la animación, que aprovecha para caricaturizar las tramas policíacas a las que las películas norteamericanas nos tienen acostumbrados. El tema, eso sí, muy manido: el viaje al interior, la autosuperación, la amistad. De hecho, Frank es permanentemente ayudado por su hija Shan (Elena Franklin), lo mismo que Ósmosis lo será de Drix, Agente Especial Drixo-Benzo Metafedramina. Ficha técnica Osmosis Jones (Osmosis Jones) 2001, USA Directores: Bobby y Peter Farrelly Reparto: Chris Rock, Laurence Fishburne, William Shatner, Molly Shannon, Chris Elliott y Bill Murray Post de Naiara Salinas Siempre que nos sucede algo en la vida, tenemos un referente al que acudimos en busca de ayuda, consejo, apoyo o ejemplo. En mi caso, como también espero que lo sea en todos los que leéis este blog habitualmente, el cine ocupa un puesto importante en la lista. No es extraño comparar situaciones cotidianas con películas, dado que unas se apoyan en las otras como en un círculo vicioso. Ahora mismo, en plena cuarentena por pandemia, los objetos de atención son los largometrajes postapocalípticos (nos encanta ponernos muy dramáticos), pero también algunos que derrochan humanidad. He seleccionado unos cuantos ejemplos que a lo mejor viene bien recordar a más de uno (de todas formas, solo por si acaso, añado al final de cada uno una moraleja para concretar más qué es lo que conviene recordar). 1. Cómo funciona una pandemia (Contagio) Esta es la cinta que más ha dado que hablar en el último trimestre y, como intuía que esperabais que la mencionase, la he colocado en cabeza para cerrar cuanto antes. Estrenada en 2011, dirigida por Steven Soderbergh (ganador del Oscar a Mejor Director en el 2000 por Traffic) y protagonizada por todo un reparto de la talla de Gwyneth Paltrow, Matt Damon, Kate Winslet, Jude Law, Marion Cotillard y Laurence Fishburne, su argumento tan sospechosamente paralelo a nuestra crisis sanitaria ha disparado el número de visualizaciones, seguramente con el ansia viva de encontrar un fenómeno simpsoniano que nos adelantase cómo iba/íbamos a acabar. CRASO error (siriusly, chicos, nunca veáis cine para predecir el futuro, no lo recomiendo en absoluto por el bien de vuestra salud mental). La trama se inicia cuando Beth (Paltrow) vuelve a casa tras un viaje de negocios en Hong Kong y cae repentinamente enferma. Cuando su estado se agrava, su marido Mitch (Damon) la lleva urgentemente al hospital, donde fallece a las pocas horas (y también su hijo adolescente, con los mismos síntomas). Los doctores no reconocen la enfermedad, pero cuando más casos se disparan con exactamente los mismos resultados deciden poner a Mitch en cuarentena y abrir una investigación para encontrar la causa y desarrollar una vacuna. Se involucra la OMS, el gobierno y figuras científicas, legislativas y periodísticas de renombre cuando la enfermedad se expande a nivel global. Ni qué decir que todo se dramatiza considerablemente para conseguir el golpe emocional, pero he de reconocer que el proceso sigue una línea verosímil, por lo menos en cuanto al contagio y la expansión. El gran misterio es de dónde surge el virus (que en este caso, SPOILER ALERT, se transmite a través de animales secundarios a los que previamente había mordido un murciélago, teoría que se acerca bastante a la del coronavirus FIN SPOILER). La moraleja que considero más importante, sin embargo, es que pase lo que pase sucumbir al miedo y la paranoia solo conseguirá empeorar la situación y generar más caos. Por si el virus no fuera suficiente infierno. 2. Ojito con las pruebas (Soy leyenda) La distopía de 2007 dirigida por Francis Lawrence (sí, el de las tres últimas de Los juegos del hambre) y protagonizada por Will Smith es otra gran aludida. En ella, Smith interpreta a un virólogo del ejército de Estados Unidos, Robert Neville, que se queda en una Nueva York casi desierta para intentar arreglar el daño causado, paradójicamente en este caso, por la ciencia, ya que lo que empezó siendo una vacuna contra el cáncer termina convirtiéndose en un virus pandémico que convierte a las personas en vampiros (o, como mínimo, criaturas con sed de sangre y cuerpos humanos que si te muerden te convierten en uno de ellos. Vale, llamémoslos... vampizombies). Neville representa a todo ese colectivo que, sin ser directamente culpable, se presenta en la primera línea de combate para arreglar los destrozos de otro, porque su código ético y moral pesa por encima de su propio bienestar, y encontrar la cura es todo lo que importa y la única forma realmente productiva que tiene el hombre de darle un sentido a su vida en ese presente. Moraleja: aunque es poco probable que nos acabemos convirtiendo en vampiros, a veces la cura puede ser un mal, pero eso no significa que tengamos que tirar todos los intentos por la borda. Mientras quede una mente científica en el mundo, hay esperanza. 3. Nadie es más importante que nadie (2012) Puestos a exagerar, imaginaos que de pronto el gobierno ofreciera a mentes ilustres la posibilidad de rehuir el contagio y el confinamiento... con otro confinamiento en unas naves preparadas para soportar el fin del mundo, dejando a los demás como sacrificios en medio de la destrucción global. Eso es lo que sucede en 2012, la película de Roland Emmerich basada en la predicción maya en la que John Cusack se convierte en un padre de familia que hará lo que sea para ponerla a salvo. La historia se apoya en algunos valores que resaltan la solidaridad y la sensatez frente al egoísmo y la manipulación, por medio de héroes que se sacrifican para que otros puedan vivir o personajes que discuten que unos libros estén por encima de otros solo porque forman parte de la cultura clásica. Todo, señala el personaje de Chiwetel Ejiofor, es valioso, desde un cuento que adorabas de pequeño hasta la vida de una simple familia norteamericana. Aparte, ensalza con gran virtud a los científicos que dan la voz de alarma y trabajan duro para poder salvar a esas personas. Moraleja: es importante valorar todo lo que nos da la Tierra, cuidarla y cuidar los unos de los otros en los buenos y los malos momentos. Entre todos podemos salvarnos. 4. La anarquía no es la solución (Los últimos días) Me extraña, sinceramente, que este filme no sea tan mencionado, sobre todo en el caso de España. Sobre él hablé aquí, por lo que en lo que respecta al tema de esta entrada añadiré poco. El argumento, como sabréis, versa sobre una enfermedad que genera un pánico horrible al exterior, lo que causa que la gente se refugie en sus casas e incluso bajo tierra, donde el sol no alcanza. Viene a ser un confinamiento "voluntario", bueno, no, "deseado", "necesitado". Porque quedarse encerrado no es lo peor que puede pasar en esta historia, pero además tanto el personaje de Quim Gutiérrez como el de José Coronado deben enfrentarse a lo peor de la sociedad que ahora vive bajo la ley del más fuerte, que cree que todo vale con tal de garantizar la supervivencia. Bajo los perfiles de estos protagonistas encontramos el sentido de la responsabilidad, el deber y el amor, que son los pilares que les impulsan hacia delante. Moraleja: casi la misma que en 2012: somos más fuertes cuando estamos unidos. Que el mundo esté en crisis no te da derecho a vivir al margen de la ley porque todos somos responsables de que el mundo permanezca civilizado o se convierta en un territorio plenamente salvaje. 5. Apóyate en tus seres queridos (El secreto de Marrowbone) Película maravillosa, hermosa y sorprendente donde las haya, con un guión y unos personajes construidos muy magistralmente. Otra de realización hispana, con el gran Jota Bayona como productor ejecutivo y el guionista de algunos de sus éxitos (como El orfanato y Lo imposible) convertido en director novel, Sergio G. Sánchez. Recuerdo que la primera vez que hablé de ella me centré sobre todo en cómo abordaba el terror, pero curiosamente no es lo que más recuerdo que me atrajese al salir de la sala. La he vuelto a ver hace nada y he redescubierto mi amor por la humanidad tan profunda que contiene esta trama en la que se combinan el horror y el cuento dramático familiar. Los protagonistas son cuatro hermanos que deben permanecer ocultos al mundo, con la excepción del mayor y cabeza de familia, para evitar que les separen. Les hacen creer a todos que se quedan en casa para cuidar de su madre enferma, pero lo cierto es que les sigue un pasado muy oscuro que ha contribuido a esa encerrona. Su lema es: "Nada, nadie, nunca nos separará", aunque es más fácil hacer promesas que cumplirlas; por ello, uno de los conflictos que aborda el filme es el de la impaciencia, el cómo esa situación acaba quemando a todos los afectados, quienes no pueden esperar a dar el salto hacia la libertad. Es el conflicto que personifica el personaje de Billy (Charlie Heaton), quien es el más solitario, pues Jane (Mia Goth) y Sam (Matthew Stagg) se apoyan entre ellos y Jack (George MacKay) tiene a Allie (Anya Taylor-Joy). Moraleja: en este tipo de situaciones duras, la unión hace la fuerza. Sigue el ejemplo de los mayores, ármate valor y paciencia porque todo, al final, tiene una meta y una razón de ser. Ante todo, no te vengas abajo y piensa en todos los que te quieren y a los que quieres. 6. Disfruta de las pequeñas cosas (Náufrago) Aunque muchos tienen la suerte de pasar la cuarentena en compañía (el contacto humano es muy importante para no perder la razón), otros están más solos que la una y pueden empezar a hablarle a todo aquello que tengan a mano, como Tom Hanks en esta película (esta va por ti, héroe). Pero la isolation (en inglés suena como mucho más fuerte la cosa, a abandono total) nos concede la oportunidad de valorar mejor los detalles, como el trato que tienes con tus vecinos, a los que a lo mejor te da por empezar a conocer. Y es que cuando uno está solo tiene la ventaja de poder hacer aquello que se le antoje, desde pasear desnudo por la casa y escuchar música en alto hasta charlar más consigo mismo, pensar en la vida y en qué hacer cuando se solucione el lío, probar nuevos pasatiempos, tachar tareas pendientes de la agenda, desarrollar la imaginación y la creatividad... y, al final, ser mejor persona, porque la falta de compañía te hará valorar más a las personas que permanecen confinadas a tu alrededor. Puede que hasta te haga ilusión salir al balcón todas las tardes para aplaudir con ellos, verles la cara, preguntarles qué tal lo llevan... O quizá quieras ser tú el que tenga pequeños detalles con ellos, ya sea cantándoles, proponiéndoles ejercicios para mantenerse en forma, etc. Ideas hay muchas (Scott Lang me apoya en Ant-Man y la Avispa, que lo sepáis). Moraleja: estar solo no es el problema, si sabes cómo aprovechar el tiempo. Aprenderás a apreciar todo lo que te rodea e interactuarás con el medio de otra forma. 7. Cuando las paredes son físicas, es tu imaginación la que te libera (Ready Player One) Aprovechando que acaba de estrenarse en Netflix, quiero recordar otra joya del séptimo arte. En el mundo en el que viven Wade y sus amigos prácticamente no se puede vivir: todo es pobreza y fealdad. Las grandes compañías controlan los movimientos de la población. Es una realidad tan desastrosa... que solo hay una forma de escapar de ella y esta es Oasis, el videojuego donde puedes ser quien tú quieras y hablar con quien te venga en gana. La película supone todo un hito en la carrera de Spielberg, donde el cineasta se recrea en la historia de su oficio y nos brinda el pasatiempo plagado de referencias que todos los amantes de la cultura pop gustamos de devorar. Peca de autorreferencialidad varias veces, sí, pero por una gran causa. En serio, es un largometraje que debería valorarse mucho más allá del hecho de ser una adaptación de un best-seller, ya que otorga un valor considerable al arte, que es justo lo que más nos está ayudando a sobrellevar esta situación gracias a la iniciativa de multitud de creadores y empresas. Aparte, en sí misma es una explosión artística ingente. Moraleja: no se trata de apartarse de los problemas del mundo, sino de usar tus propios recursos para salir adelante. 8. La vida da muchas vueltas (El corredor del laberinto) Vale, qué gran chiste este, je. No podía faltar en esta lista alguna distópica juvenil (añado que para mí Ready Player One entra en otra categoría. Más o menos). En este "modelo" el encierro se produce con fines científicos en plan Gran Hermano para analizar los patrones psicológicos en un escenario muy a lo Soy leyenda donde se busca la cura para una enfermedad... que no tiene nombre. Vamos, que mientras Will Smith está a su bola en Nueva York, en otras partes encierran a adolescentes y los obligan a recorrer un laberinto en busca de la salida. ¿Qué destacar de aquí? Primero: la manipulación de la información, que no es que contribuya exactamente a mejorar el problema. Segundo: esto del laberinto es una metáfora muy recurrente en el arte para simbolizar la forma en que avanzamos en la vida en busca de una solución a nuestros problemas: llegamos a callejones sin salida, tenemos que volver sobre nuestros pasos, nos perdemos, nos encontramos... Es un lío tremendo y en el presente son nuestros políticos y científicos quienes están en esta carrera para intentar sacarnos lo antes posible. Si las personas corremos, el tiempo vuela, así que mejor no darle tantas vueltas pero avanza siempre sobre seguro. Moraleja: un laberinto como es esta pandemia no puede afrontarse sin más. Tienes que tener un plan, un equipo de apoyo y una estrategia para cuando todo se venga abajo. Un día fallarás en tu incursión por esos callejones opacos, pero sabes que puedes volver a intentarlo todas las veces que haga falta hasta encontrar la salida. Perseverancia y astucia, en definitiva. 9. De la pérdida también se sale (Vengadores Endgame) El punto más dramático de esta crisis es cómo nos está afectando. Ya son demasiados los que han perdido a algún familiar o tienen otros ingresados, por no hablar de amigos y conocidos. Cuando todo esto acabe, lo más triste será encontrarse un monumento muy similar al que dedican a todas las víctimas del chasquido en la última entrega de Los Vengadores. Mucha gente se vendrá abajo, pero algo que ilustra muy bien esta película es que, de una forma o de otra, se sale. Simplemente hay que encontrar la voluntad de luchar. Moraleja: no siempre se gana, pero solo pierdes de verdad cuando te dejas derrotar por la pena y la amargura. 10. Después de esta, nos queda ir a mejor... si el meteorito no nos pilla a mitad de camino (Noé, Juerga hasta el fin, etc.) En Noé (en todas sus versiones) Dios condena a la humanidad con un diluvio universal para eliminar el mal de la Tierra y empezar de cero otra vez. Justamente una de las cosas que más está llamando la atención estos días es el desarrollo de la naturaleza, que poco a poco va sanando un poco y purgándose, un pequeño punto positivo que recomiendo no desaprovechar cuando salgamos. Por otro lado, hasta en argumentos cómicos como en el de Juerga hasta el fin el apocalipsis acaba teniendo su positividad, porque si solo en la otra vida vas a poder disfrutar de un concierto de los Backstreet Boys... pues sea. Moraleja: nada, simplemente que hay que afrontar las cosas con cierta perspectiva y humor, que todo lo sana. Espero que esta experiencia nos valga para ser mejores porque a todos nos va a venir muy bien.
BONUS:
11. Ojito con pasar de las autoridades, que son a los únicos a los que tienes que hacer caso cuando, por ejemplo, te pilla una invasión zombie. No estés todo el rato enganchado a la tecnología, que ¡no te enteras si te atacan! (Los muertos no quieren morir). 12. Evita estar en Nueva York a toda costa: lo dicen las estadísticas, todo lo malo se concentra ahí siempre, como en El día de mañana, King Kong, algunas que ya he mencionado... 13. Todos ejercemos un papel vital para ayudar a los más afectados, así que nada de pensar que no estás haciendo nada. Incluso el gesto más pequeño se convierte en un paso hacia la cura. Y hay que apoyar y aplaudir a los que nos prestan servicios tanto como los médicos titulares (Patch Adams). 14. No seas avaricioso sin sentido, deja algo para los demás: oseasé, aprende a almacenar provisiones de tal forma que, cuando necesites reponer, no vayas por ahí matando a la gente en el súper de la esquina. ¡Un poquito de tranquilidad, hombre! Que no estamos en El hoyo. Dicho esto, espero que todos vosotros y vuestros seres queridos estéis sanos y salvos. ¿Qué más moralejas añadís? ¡Abrazo virtual y nos leemos en el próximo post! |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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