Post de Naiara Salinas Pues... holi. "He vuelto" (*voz de Terminator*). Supongo que si me atreví con un balance de mis estrenos seriéfilos del año, lo justo sería hacer lo propio con el cine. La cosa es que... me he dado cuenta de que, a pesar de la pandemia, he visto muchas, muchas pelis. Demasiadas pelis. Pelis nuevas, pelis viejas, pelis en salas, pelis en streaming... No me caben todas aquí. Por suerte, ni falta que hace, porque, aunque sea un párrafo o un tuit, palabras les he dedicado a casi todas. El casi es la clave. Como no me queda mucho tiempo y redactar una lista igual de exhaustiva que la anterior podría llevarme 24 horas o más, he resuelto dedicar este último post del año a esas "grandes olvidadas" por mi ojo crítico. Va por vosotras. Pero primero, mi top 20 (porque estamos en los años 20):
Menciones honoríficas: Parásitos, Your name y Retrato de una mujer en llamas, que son de 2017-2019 pero me han gustado demasiado como para ignorarlas. Las olvidadas 1917 Hace muchos meses (se diría que a comienzos de año) vi este análisis crítico de Jordi Maquiavello y creo que su título resume a la perfección lo que para mí significó este largometraje al que le debo mi propio vloganálisis. Recuerdo estar en el cine pensando al principio: "Sí, voy a ver otro drama bélico ambientado en la Primera Guerra Mundial. Vaya sorpresa. No espero que me cuenten nada nuevo". Y por mucho que se cumpliera esa premisa, conforme el filme avanzaba me noté más y más sumergida en él. Lo que lo hace tan especial es a) que fue mi primera película de 2020 (así que es justo acabar como empecé: con ella en mi cabeza); y b) el peso del lenguaje cinematográfico en la narración, a través de la música (que para mí se merecía el Oscar, lo siento), la fotografía y el ESPECTACULAR montaje en el que, de verdad, espero detenerme algún día de estos cuando vuelva a verla. 1917 nos resultará muy familiar, pero creo que es la cinta bélica más introspectiva que he visto nunca, con una buena exploración de los protagonistas, los cuales presentan un contrapunto que te mantiene atento en el primer acto mientras se mueven junto con la reminiscencia de un acontecimiento de la antigua Grecia muy famoso. Me callo ya, no sea que empiece a soltar spoilers de mi análisis y fastidie la "sorpresa". En fin, grande, Sam Mendes, nunca me decepcionas. Merecías un puesto muy alto en mi top. Jojo Rabbit Otra joyita que me dejé un poco adrede, porque mi intención inicial era escribir un post dedicado a las películas bélicas de los Oscar. Vamos, que esta iba a ir emparejada con 1917, en plan contraposición, el drama y la comedia, la guerra I y la guerra II, la nobleza versus la sátira. Pero, bueno, mi compromiso con los Oscar Seriéfilos me chafó el plan. Aun así, quiero pensar que haber pospuesto su crítica me ha valido para este repaso anual y darme cuenta de que, efectiviwonder, ha sido uno de los estrenos que más me ha calado. Tras Thor Ragnarok no tenía yo tan buena imagen de Taika Waititi, lo vi en Marvel como pez fuera del agua (otra cosa es si hubiera dirigido Guardianes de la Galaxia). Pero cuando llegó este largometraje pensé que encajaba tanto con la visión del director que no solo podía, sino que además debía de estar muy bien, por lo que fui esperando encontrarme mucho humor y aun así me sorprendió, porque distaba de lo absurdo. Era un humor mucho más satírico, más inteligente. ¿Con su toque infantil? Por supuesto, pero mejor encajado que en la tercera aventura del dios del trueno (no es que me disguste esa peli, pero su estilo no es lo que para mí es Thor, no sé si me explico). Jojo Rabbit acabó llevándose merecidamente uno de los dos Oscar dedicados al guion y me alegré mucho porque salí con la sensación de que estaba súper bien narrada. Transmite un mensaje muy bello y cuenta con personajes de los que tocan la fibra. Scarlett Johansson está espléndida y merecía algún premio, cachis. Sigue el ritmo Aquí ya saltamos al streaming netflixiano. Este filme estrenado en verano cuenta la historia de April, una bailarina que, viendo fracasar su oportunidad de obtener un nuevo papel en Broadway, vuelve a sus raíces y se convierte en profesora de un grupo de niñas que esperan participar en una competición de baile con un jurado reputado que podría devolver a April al escenario si juega bien sus cartas. Esta dramedia (acabo de saber que la crítica profesional emplea este vocablo) no resulta muy llamativa ni afirmaría que sea imprescindible y, sin embargo, como entretenimiento no está mal. Es muy correcta, predecible, divertida, con momentos cursis pero muy bonitos... ¿Por qué recomendaría verla? Por el baile, obvio (y cierto chico que..., bueno, ya me entendéis). La vieja guardia Netflix le ha dado muy duro a la acción y la fantasía este año, con lo que la presencia de esta película en su catálogo no me extraña para nada. La sinopsis es curiosa: un grupo de mercenarios inmortales se dedica a proteger el mundo, hasta que sus habilidades salen a la luz y Steve Merrick, algo así como un millonario "cazatalentos" (badum tss), engaña al equipo con el objetivo de averiguar sus orígenes, investigar su sangre y recrear su habilidad. La nueva recluta, Nile, tendrá que ayudar a la líder, Andy, a salvar a sus compañeros. Casi haría un copy-paste de la reseña anterior, pero no me puedo ir sin felicitar a Harry Melling su fuerte presencia este año, con dos películas y una serie (todas en Netflix). Notable evolución la de este actor, que aquí interpreta al villano y lo hace magistralmente, una de las mejores partes del largometraje. Este es la mezcla perfecta entre el cine de superhéroes y el mágico: ofrece buenas secuencias de acción y algún diálogo de enmarcar, aunque no deja de ser "del montón". Se aprecia el toque de saga fantástica adaptada de una novela (gráfica: Greg Rucka y Leandro Fernández) y la dirección femenina que da peso a las dos guerreras del grupo, incluye un romance homosexual y soporta bastante bien esta red de golpes y maquinaciones (vamos, es millenial friendly). Añadido: está pensada como primera entrega de una trilogía. Los chicos de la banda De esta sí tengo un recuerdo memorable (bueno, es que Ryan Murphy es otro que merece un aplauso este año). No sé qué bicho me picó para olvidarme de ella en uno de mis maratones o repasos mensuales, pero huella me dejó aunque no contara con la misma profundidad que otras, os lo garantizo. Lo más destacable: el espacio tan minimalista, que simula la técnica teatral, universo del que parte. Todo el guion puede resumirse como una conversación bastante dinámica, fluida y tensa entre varios individuos gays que explora mucho sobre sus vidas y su personalidad durante la fiesta de cumpleaños de uno de ellos. Lo único que la diferencia con respecto a la obra es la posibilidad, como con Hamilton, de jugar con los planos, los ángulos y los movimientos de cámara (y que no es representación filmada, sino peli peli); por lo demás es un eco cinematográfico del libreto, construido sin artificios y con un reparto que juega las mismas cartas, donde Jim Parsons y Zachary Quinto están en la cumbre de la pirámide, seguidos muy de cerca de un Matt Bomer que me llamó mucho la atención (mi personaje favorito de lejos). Nada más acabar la película la definición que se me ocurrió fue: "Muy Murphy friendly, muy Murphy style", por la extravagancia de algún personaje que nunca falta en sus producciones, por la temática y por la soltura general con que la aborda. Interesantes perfiles dispares hay aquí (el gay con pluma, el gay que no sale del armario, el gay "normalito"...). Más allá de la luna Mis padres deben de sentirse orgullosos de lo mucho que les he gorroneado la cuenta de Netflix este año. Ha sido el comienzo de una relación duradera. Más allá de la luna será la única cinta de animación que he visto por estos lares y tampoco diría que destaque, esperaba más de este bebé que visualmente se luce muchísimo. Tiene encanto. Lo que no tiene es tan buena banda sonora, que siempre suele ser lo que no falla en este género. Y confieso que la vi bastante distraída, por lo que no recuerdo con detalle más que el principio y el final. Punto a favor: su originalidad y su diseño. Y que la prota cuenta con una conejita, y dado que viaja a la Luna como suelo hacer yo también a menudo... diría que me representa. Un cierre de diciembre muy superheroico y musical The prom El último largometraje de Murphy lo devuelve a su fetiche musical y el maestro tira la casa por la ventana y cumple su sueño no confesado de rodar una película de Glee (porque, vaya, el argumento se parece sospechosamente a la última temporada, en la que la reina de Broadway destronada, Rachel Berry, regresa al instituto para ayudar a un grupito de alumnos a cumplir su sueño con mucha música de por medio. Ya, también se parece a Seguir el ritmo). Como musical es muy espectacular, con unas transiciones entre diálogos y números de cinco estrellas, mucho poderío entre el carismático cast (Meryl Streep no pierde fuelle, aunque para mí la estrella en la sombra es Nicole Kidman) y coreografías de alucine. Los ojitos brillan con tanto talento, per favore. No obstante, el guion también goza de su punto. Lo dividiría en dos actos, siendo el conflicto que anuncia la película el que da mucho más sentido al primero, hasta que su resolución conduce a una segunda parte que trata de explorar más a fondo el quid de la cuestión (es por eso que puede parecer que se resuelve muy pronto y que lo demás es un alargamiento, pero no. Es más, en el segundo acto tiene más peso la psicología de la historia). El filme no solo es un canto hacia la libertad y los derechos, sino un grito a favor de las artes, del espectáculo. Es la respuesta de todo un colectivo a las patrañas de Sue Sylvester, aquel personaje memorable encarnado por Jane Lynch que en Glee se dedicaba a echar por tierra el arte a favor del deporte, la tecnología y cosas que "rinden de verdad". El mensaje que deja The prom es que el teatro es algo más que un escenario, colorido y rimbombancia: es interpretación de la vida y, como tal, te abre la mente, que es lo que falla en esa ciudad tan conservadora. Broadway irrumpe en las vidas de sus habitantes como una necesidad de abrir los ojos. Es muy significativa y posee una banda sonora chula, aunque tres canciones destacan: la de Meryl, obviously; la del tráiler (con un estribillo que viene a resumir a la perfección todo el percal: "Una cosa es universal: la vida no es una prueba de vestuario") y la de la joven promesa (Jo Ellen Pellman). Va a recordar a muchos otros musicales queridos (cof, Hairspray, cof, cof). Muy bien, Ryan. Wonder Woman 1984 El año no se puede acabar sin comentarla (cuando me propongo no dejar asuntos pendientes...). Si hace unos años Wonder Woman se convirtió en mi favorita del renovado universo DC, esta secuela se me queda a medias, aunque en cuanto a tiempo se exceda mínimo una media hora (y mi compi Rose me respalda). Es larguita, sí, pero en ella volvemos a tener a Diana dándolo todo en cuerpo y alma. En un comienzo apabullante (¿alguien más echaba de menos a las amazonas?), vemos de nuevo a una mini Diana entrenándose y aprendiendo al más puro estilo Hércules made in Disney qué es ser una heroína verdadera, para en cuestión de minutos saltar a la era de la renovación, esos 80 marcados por un consumismo atroz y el constante mensaje de luchar por los sueños. De eso sabe aprovecharse muy bien Maxwell Lord, el villano, que supone el papel más excéntrico en la carrera de Pedro Pascal. La empresa de Max, que ni siquiera ha empezado a dar sus frutos, se encuentra en quiebra, pero el hombre insiste en que aun así querer es poder. Cuando una piedra misteriosa llega al museo donde trabajan Diana y su nueva amiga Barbara, ese mantra comienza a ser literal. De esta forma, no sin su ironía, los 80 llenan el corazón de una Diana sumida en la nostalgia por su antiguo (y breve) amor. Mientras, en esta década, echamos de menos el optimismo de los 80, que ahora se ve justificado por el don de esa piedra que más de un arqueólogo querría rescatar de las profundidades terrestres (a menos que vea este filme y descubra lo que conlleva). Técnicamente cumple con lo esperado: es grandiosa, es frenética, es entretenida..., pero carece de la personalidad de la primera parte y no lleva tan bien la estructura, muy desigual. Normalmente la acción ayudaría a resolver el letargo que provocan secuencias muy extendidas, pero cuando esa extensión se produce precisamente para exaltar la acción, se agradece pasar cuanto antes a una secuencia más relevante, es decir, que aporte de verdad a la narración en lugar de ser un "adorno". Salvando ese defecto, Patty Jenkins acierta en volver a darle a su protagonista una dimensión humana (en este caso físicamente, además) que confronta su propio deseo con su deber ético-moral. Me quedo con el mensaje de que en ocasiones ese deber está por encima de nuestros sueños y que a veces hay que tener cuidado con estos, porque nada es gratuito. Ah, y la música de Hans Zimmer. Genio. We can be heroes Con esta seré breve, ya que la vi por falta de inspiración y mi amor hacia Pedro Pascal, otro que, como se ve, ha tenido un año pleno (habría que regalarles una medalla a los que sacan más de una cosa cada año, aunque sea mera casualidad). Es una aventurilla muy para los fans del Robert Rodríguez infantil, es decir, el que está detrás de Spy Kids y Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl (sobre todo esta última). ¿Es del montón? Mucho. ¿Es cachonda? Yo me reí igual que viendo Sharknado en ciertas partes. Creo que estaba concebida con ese toquecito, es decir, inspiradora pero graciosa, con mucho gag que te saca la mueca aparte de una palmada en la cabeza (tiene ocurrencias entre muy ingeniosas y absurdas). No creo que sea paródica, pero a veces lo parece. Si la veis doblada aconsejo paciencia con las voces más jóvenes (sobre todo la de la protagonista, Missy). Otra cosa: ¿por qué nadie comenta la reunión tan surrealista de Pascal y Boyd Holbrook encarnando a superhéroes del mismo equipo tras Narcos? En fin, no voy a ser muy dura: soy consciente de que no soy el target de esta. La madre del blues Mi última película de 2020 (y primera de 2021, porque la tuve que dejar a la mitad y he tardado un poquito en retomarla) es muy sencilla en apariencia pero al mismo tiempo encierra todos esos rasgos que seguro (sobre todo con la nueva política de la Academia, aunque esté mal que lo recuerde) que le granjean una o varias nominaciones en los próximos Oscar que, para variar, se celebrarán en primavera. En ella Ma Rainey, la madre del blues (como señala el título), cantante como pocas, reina, diva y señora, se prepara para grabar su nuevo disco, un evento no exento de enfrentamientos con sus magnates blancos. La trama se concentra en un breve lapso de tiempo, con un poco de intro para estas generaciones (no se vayan a perder quién fue esta poderosa mujer de los escenarios de una Estados Unidos racista) y mucho discurso progresista que encabeza el tono y el ritmo, que por suerte no se ven afectados por esa decisión directiva y se aprovechan de la energía de esta banda como buenamente hizo Aaron Sorkin en El juicio de los 7 de Chicago. Esta comparación me parece relevante porque este filme también emite un juicio en contra de la opresión. Ma Rainey y Levee son defensores de su pueblo a través de la música, que cuidan como sangre salida de sus venas. Con un mensaje muy potente el guion se centra ante todo en exponer y explotar al máximo estas personalidades tan guerreantes, lo cual provoca que la calidad interpretativa esté bien por encima de cualquier otro elemento (incluido, irónicamente, el propio guion, que en el fondo es un eco de otros discursos liberadores), y si tuviera que apostar, me juraría mi dinero a que Chadwick Boseman se llevará una nominación póstuma, porque es el tipo de secundario que sobresale y ocupa tanta pantalla como la protagonista en cuestión. Al margen de todo su academicismo, es una película con mucha soltura, dinámica y sorprendente (y agradablemente) corta. Tiene una buena base. Mi único problema con ella es que está muy creada para lo que está (y que esperaba más episodios biográficos. En ese sentido me recuerda al desarrollo de Los chicos de la banda), pero por su equipo pongo la mano en el fuego, dado que es excepcional. George C. Wolfe me ha llamado la atención como director, aunque sea solo por el último acto. Algunos diálogos son potentes. Derrocha energía. Con esta última he acabado marcándome un Dumbledore y... si os fijáis, el top de arriba ya no es el mismo, ejem, ejem. ¿Cómo acaba vuestro año cinéfilo, allscreeners?
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Post de Naiara Salinas Las preguntas surgen desde el momento en que adquirimos consciencia y nos acompañan a lo largo de toda nuestra existencia, hasta que en su límite volvemos la vista un segundo y el presente se convierte en un memorial: quiénes fuimos, de dónde vinimos y a dónde fuimos. Con esa premisa, Pixar ha construido una de sus películas más existencialistas, más profundas y más emotivas. La aliada de Disney ha vuelto a superarse imaginativamente; podríamos decir que ha desnudado su alma ante el público. Viviendo hasta el infinito y más allá Joe Gardner es un profesor de música inconformista que sueña con dedicarse al jazz. Justo cuando le surge esa oportunidad y le ofrecen el cargo de pianista en la banda de una cantante famosa, tiene un accidente y su alma acaba en un limbo mientras su cuerpo se debate entre la vida y la muerte. No dispuesto a avanzar hacia el Más Allá, Joe retrocede en busca de una forma de volver a su cuerpo y entre medias acaba como mentor de 22, un alma nonata que no encuentra las ganas de vivir en el mundo mortal. Con esta sinopsis Pixar sube un peldaño más en la escalera que empezó a recorrer con Inside Out (Del revés), donde una trama superficialmente sencilla encerraba la complejidad del interior humano, en su caso en torno a las emociones. Como una concatenación premeditada, en un año muy óptimo para la meditación, esta historia explora el sentido de la vida poniendo en boga las pasiones, los sueños, aquello que creemos que estamos destinados a hacer hasta que la vida, o más bien la muerte, nos lo arrebata. Al término de su existencia, Joe no se siente satisfecho con lo que ha conseguido (en él impera la tristeza, el asco) y batalla contra todo y todos con mucha ira para poder posicionarse al nivel de su expectativa, donde espera alcanzar la felicidad (el estado máximo de alegría). Mientras tanto, a un alma que todavía no ha experimentado lo terrenal pero ha gozado de mucha formación histórica le guía la indiferencia absoluta. Aunque muy carismática (algo a lo que contribuye Tina Fey, su voz en la versión original), en el fondo no goza de ninguna de las emociones vitales que generan lo que ellos llaman la spark, una chispa de energía, la inspiración que incentiva ese movimiento, esos sueños, y que inicialmente Joe confunde con el propósito, el objetivo máximo, que para él sería la música. Debido a alguna que otra adversidad durante el nudo, su alma y la de 22 acaban en cuerpos incorrectos y eso les da la oportunidad de ver la realidad desde una perspectiva diferente en la que ambos acaban encontrando su estado de realización tras un viaje lleno de miedo por parte de Joe, quien ve peligrar su sueño, mientras que en 22 se empiezan a despertar las emociones más contradictorias y positivas. A través de este desarrollo, Pixar completa los cimientos plantados con su anterior largometraje filosófico y se expande a nuevos caminos que defienden el ingrediente vital básico, que no es tanto un propósito como una ilusión, una fuerza mayor, una motivación de ir adelante con todo, lo bueno y lo malo. Verlo es sencillo, pero aceptarlo no tanto. Este viaje le vale a la compañía de la lamparita el surco por otros trasfondos que materializa con maestría en forma de páramos oscuros de arena adonde se llega meditando (por un lado una alusión al estado onírico que nos recuerda al hombre de arena y, por otro, al tiempo, los relojes); parques que simulan un jardín de infancia para los nonatos; una escalera mecánica que asciende en un único sentido hacia una bola brillante gigantesca (la "luz" al final del túnel)... Se trata de un universo creado mediante asociaciones culturales que a su vez implican mucha lectura y empatía para con la fuentes psicológicas y hasta religiosas, pues el tema de este filme es mucho más trascendente que el planteado por Inside Out y extrapola toda experiencia mental o espiritual que puede en ese entorno hipotético. Un ejemplo lo tenemos en las almas oscuras de apariencia monstruosa que vagan lastimeramente por el desierto, una definición gráfica de la pérdida del sentido de la vida, de la chispa. Una apología a la educación Toda esa filosofía que alimenta el argumento es también empleada para ensalzar la figura del maestro, que actúa como el famoso incidente incitador de las estructuras narrativas sobre el futuro de sus alumnos, al ayudarles a encontrar su motivación, al inspirarles directa o indirectamente. Que Joe sea profesor no es casual y, si bien su egocentrismo le resta mucha capacidad para advertir el potencial de los demás, su ilusión, el brillo con el que observa y escucha la música, sirve como detonante, pues a veces nada hay más inspirador que ver a alguien hablar sobre lo que le emociona. Al mismo tiempo, la educación consiste en un proceso retroalimentativo en el que el aprendizaje también lo recibe el mentor en función de lo que su pupilo asimila, algo plasmado en la relación entre Joe y 22. La nonata acaba enseñándole que lo bonito de vivir es disfrutar de las pequeñas cosas, como el sabor de la pizza, la sensación del aire sobre el cuerpo... Es eso, y no el objetivo x, lo que enciende la chispa. 22 es el personaje más interesante por ese doblete. 22 es un reflejo del tipo de estudiante pasota que trae de cabeza a todo profe pero que al final demuestra ser avispado, inteligente y, con el tiempo, muy sabio. 22 no acepta todo lo que le cuentan a la primera, pero eso no significa que no sea receptiva, sino que necesita algo más que teoría. Necesita experiencias. Este filme puede inspirar métodos educativos para los más "chungos". Un sonido con mucha alma, un dibujo muy rico La película está tan, tan bien hecha que aúna todos sus elementos en un círculo sobre la misma idea sin interrupción. Por ello, que la música juegue otro papel de incidente incitador tampoco es casual, como que predomine el subgénero del jazz, primo hermano del soul (*guiño*), una música basada en la improvisación, en el dejarse llevar y sentir los instrumentos en el fondo del corazón. También, he de señalar, no es la primera vez que aparece en la filmografía de esta productora (Monstruos S.A, por ejemplo). Pixar suele otorgar al piano el protagonismo en muchas composiciones por la cantidad de matices que expresa y lo bien que controla el tempo del metraje: puede ser acelerado, lo cual anima la animación, pero también es contemplativo, sentimental, una doble virtud que equilibra el ritmo y muestra a los pequeños de la casa a la par que conmueve a los adultos. El piano (o teclado) es el vínculo entre el mundo de Joe y el limbo, siendo el único que se mantiene en todos los temas de la banda sonora, que para retratar esa realidad espiritual se vale de mecanismos más electrónicos, sintetizadores y un sonido semiplano que asciende y desciende (muy similar, de hecho, al ideado por Michael Giacchino en Inside Out. Por eso trato a las dos como parte de la misma burbuja). Jon Batiste, Trent Reznor y Atticus Ross nos demuestran el poder activador de la música, una manifestación de nuestros sentimientos más que de pensamientos. Por eso tanto Joe como 22 la admiran tanto: es intrínseca. Queda hablar sobre el estilo de la animación, que mezcla 3D con un tipo más plano en las figuras de los Jerrys (y Terry), que parecen sacados de un cuadro de Picasso. Cuando estos cruzan al plano material, se nota, el fotograma se descuadra un poco, igual que cuando se incluyen personajes animados en un live-action (Space Jam; Quién engañó a Roger Rabbit; Pedro y el dragón Elliot, etc.). Es fascinante cómo, aun tratándose de animación, se consigue ese resultado, esa diversificación, que afecta igualmente a la paleta (el empleo de tonos más cálidos, pero oscuros, en el plano material, en tanto que el limbo está lleno de colores fríos, pero muy claros). Soul, por ende, es una de las aventuras animadas más madura, que tocará la fibra a quien la vea, por mucho que su trama pueda no ser tan atractiva como otros títulos con mucha más comedia o dinamismo. Te enseña muchas cosas, en las cuales no está de más detenerse de vez en cuando.
Lo mejor: su planteamiento, la psicología de los personajes y el diseño animado, más la sencillez con la que explica todo. Es una trama muy necesaria hoy en día. Lo peor: ¿esto es necesario? No me puedo inventar nada, lo siento, aún estoy muy prendada. Ni siquiera la voy a puntuar. Repito lo dicho en el párrafo anterior. Post de Naiara Salinas Merry Christmas, allscreeners! ¿Qué tal habéis amanecido? ¡Espero que tengáis vuestra recompensa como buenas personas! Tal y como señalé en las recomendaciones seriéfilas navideñas, siempre elegimos películas para celebrar las navidades antes que series, porque siempre hay clásicos que queremos recordar. No son pocos los filmes que se ambientan en esta celebración tan señalada: El cascanueces, Love Actually, El Grinch, Vaya Santa Claus... Seguro que les guardamos cariño a todos, ¿verdad? No obstante, hay mundo más allá de los clásicos. Mi regalo para vosotros va a ser un planning de maratón temático especial, un recorrido por la tradición al mismo tiempo que una apertura a nuevas aventuras que tanto como he disfrutado yo en el último mes espero que gocéis vosotros. Esta selección es para todos los públicos, me atreveré a decir. Para sentir el espíritu navideño: Qué bello es vivir Cumplió añazos hace poco y recordé que es uno de mis clásicos favoritos y que todavía enciendo una vela mental por la profesora que la puso en clase cuando era una escolar y me permitió descubrirla. George Bailey es un hombre con un corazón que no le cabe en el pecho, pero que es apaleado por la vida sin perdón, hasta que el día de Nochebuena llega a su tope y decide que su familia estará mejor sin él. No obstante, justo entonces aparece su ángel de la guarda y le ofrece el mejor regalo de todos: el sentido de su existencia a través de un recorrido vital. Si estuvisteis atentos a mi review de Un cuento de Navidad este argumento os será familiar, pero el trato de Frank Capra a este guion es mucho más amable, romántico y positivo, mágico. Veréis cómo los pequeños actos tienen más importancia de la que les concedemos en su momento, cual efecto mariposa. Acabaréis con la mano en el pecho, conmovidos, y sintiendo más que nunca el valor de la solidaridad, aparte de más confiados en el karma. Otra opción con un toque similar: La gran familia (y, por supuesto, alguna adaptación infantil de Un cuento de Navidad). Nota: 10 Para mentalizarse un poco en tiempos de pandemia: Balto y Togo El invierno de 1925 en Nome, Alaska, fue el más duro que se recuerda debido a la epidemia de difteria que asoló la ciudad y dejó al borde de la muerte a cientos de niños, cuyo remedio, la antitoxina, aguardaba a una distancia insalvable para cualquier transporte que no fuese un trineo tirado por perros. Aquí es donde entran nuestros héroes. Recuerdo estar muerta de miedo por la posibilidad de ponerme así de enferma, a pesar de amar Balto con todo mi inocente pequeño corazón, así que vaya ironía estar recomendando esto en 2020, pero precisamente porque más que nunca podemos encontrar un eco de la realidad en estas historias propongo revivirlas, pues seguro que las apreciaremos de otra forma. Los niños recibieron como regalo una segunda oportunidad y con suerte nos llegará a nosotros la enésima el año que viene. Togo está más apegada a los datos históricos (breve recap de lo que conté en marzo: su mensaje valió para la exaltación de la relación humano-animal), mientras que Balto es más entretenimiento, pensada para los chiquis y destaca otras cosas (el aprovechar lo que te hace único puede beneficiar a los demás, por ejemplo). Ambas, eso sí, ensalzan el trabajo en equipo, lo que todos deberíamos aplicar estas vacaciones. El largometraje animado ha celebrado su aniversario esta misma semana, además. Os dejo con su inspirador temazo, compuesto por James Horner. Nota: 10 Para experimentar la Navidad medieval: Un caballero de la Navidad Peli de Tarde la resumió excelentemente. Qué voy a decir, no todo en Navidad tiene por qué ser tan mágico, brilli brilli o profundo; también es una fecha donde se aprecian las risas ante todo. Por eso la comedia es algo que saboreamos con el mismo gusto que un caramelo o el turrón, y esta peli quizá no es el genio del género, pero al menos es simpática y más reciente, por ampliar. La alienación del personaje al situarlo fuera de su contexto histórico nos ha brindado peliculones como Dos colgados en Chicago, pero me parece que nunca habíamos visto un caso en plena Navidad, lo que hace que también me pregunte... ¿cómo serían las fiestas en esa época? Salvo los nobles, no se estaba muy como para preocuparse por adornar el árbol, ¿no? Así que es normal que el caballero protagonista, Sir Cole, lo flipe en colores (literalmente) al ver el panorama en el siglo XXI. ¿Sabéis cuando ayudas a una bruja y ella te ofrece un regalo, mientras que si la menosprecias te convierte en una bestia? Bueno, pues aquí creo que la consecuencia da igual si proviene del trato positivo o del negativo, porque acabar lejos de tus seres queridos, en una tierra que desconoces, en un tiempo de locos, puede sentar tan bien como mal según lo mires. Cole reacciona con una confusión momentánea de lo más natural, pero se deja llevar enseguida por el rollito que se trae la población del futuro, aunque tiene hasta Nochebuena para encontrar su verdadero regalo: el amor. Básicamente, lo que aprendemos de esta historia es que las brujas son pésimas alcahuetas y NUNCA te lo van a poner fácil para llegar a tu media naranja, tanto si es por las buenas como por las malas (encima las jodidas ponen tiempo límite como la lotería). Afortunadamente, así como a Bestia le acabó llegando su Bella, Cole es "rescatado" por una dama en no apuros, Brooke, así que pistas por lo menos hay. Ah, bueno, otra moraleja es que el amor no tiene fronteras espacio-temporales, mucho menos en Navidad (así que ya sabéis, solteros del mundo, preparad bien vuestro idioma medieval porque se avecinan agujeros de gusano mágicos). Nota: 7 Para los que siempre acaban solos: Un amor de calendario Que conste que aquí no pretendo ser cruel. Cualquiera podría estar en este grupo, no por hater de las fiestas (bueno, de todas formas Grinchs hay en todas partes). De hecho lo odioso es ser siempre el tipo de persona que las vive como los demás porque le falta algo: compañía. Gente que ya está harta sobre las alusiones al amor en Navidad como si no bastara con San Valentín, gente que solo quiere pasarlo bien sin que le echen miradas de sospecha por acudir solo... Por eso, Un amor de calendario es un grito para todos aquellos que se sienten como Sloane y Jackson, quienes adoran ir a fiestas pero casi nunca tienen con quién y siempre acaban en algún momento embarazoso. Cuando los dos se encuentran en una tienda devolviendo regalos de Navidad fallidos y empiezan a comparar sus dramas, surge la chispa y ambos se intercambian los números de teléfono para quedar en cada gran celebración: Nochevieja, San Patricio, Pascua, el Día de la Independencia... Su relación se ajusta estrictamente a ese calendario, ningún otro día se ven, ya que el objetivo no es formar una amistad sólida ni que surja el amor, solo tener un apoyo en medio de grupos y parejitas. Por supuesto, el roce hace el cariño y a punto de completarse el año de esta relación curiosa empiezan los torbellinos... Otra comedia romántica muy desenfadada, con una Emma Roberts en su punto justo de cocción y un Luke Bracey que es toda una revelación (para los ojos, ejem). La gracia de estos dos salva un guion de lo más explotado. Nunca viene mal añadir un poco de picante a estas fechas. Otra opción más clásica para este grupo: Solo en casa. Formidable. ¡Y The Holiday! Esa siempre la recomiendo. Nota: 8,5 Para los que siguen en modo Pesadilla antes de Navidad: Gremlins El mundo se divide entre gente que tiene mucho espíritu y gente que ya lo ha dado todo en Halloween y no sale de ese mood. Gracias a Tim Burton ambas esencias coexisten y entre los clásicos de terror para casi todos los públicos este es un rubí, y de mis favoritos para ver y rever hasta que explote la televisión (badum tss). ¿Os encanta Baby Yoda? ¡Pues Gizmo llegó antes! Gremlins es una apuesta potente porque: A) toma su trama del folklore, siendo estas criaturas seres que se dedican a sabotear máquinas (si son electrónicas más todavía, por lo que como arma contra esta generación junto índice y pulgar), y si estamos hablando de un día con mucha fantasía y leyenda... esto es como retorcerlo, como presentar a los duendes del Averno; B) son un buen reflejo del consumismo que imperaba en los 80 (¿os digo más? ¡Se estrenó en 1984! ¡El mismo año donde trascurre la secuela de Wonder Woman! CROSSOVERAZO); C) es un hito a nuestra infancia por todos los nombres y alusiones que le rodean: Roald Dahl (tiene un libro sobre ellos), Walt Disney Pictures (hasta Blancanieves y los siete enanitos tiene un cameo)... Con unas marionetas que asustan, otras que enternecen, misticismo, una carrera contrarreloj para evitar que la Nochebuena se convierta en destrucción masiva, etc., ¿cómo no quererla? Otras opciones "terroríficas": Krampus, Noche de paz, noche de muerte y Kiss Kiss, Bang Bang (esta última no da miedo, pero tampoco me encajaba en los otros grupos y solo porque tiene acción y un narrador sumido en su burbuja mental interpretado por Robert Downey Jr. pienso que puede ser de interés). Nota: 9 Para la excursión tradicional al Polo Norte: Noelle No debe faltar una visita, aunque sea express, a la tierra de Santa Claus y compañía: Klaus, Polar Express, Elf... En 2019 Disney Plus estrenó su original navideña, donde los hijos de Claus, Nick y Noelle Kringle, se preparan para tomar el relevo de su progenitor, al menos Nick, quien se ve tan estresado que su hermana le anima a que se coja un fin de semana libre, lo que acaba con una desaparición que deja todos los preparativos de Navidad al rojo vivo en su hora más acuciante. Valiente como ella sola, Noelle se lanza a buscarlo con su elfa niñera, Poppy, y ambas acaban en la costa oeste de Estados Unidos, un mundo lleno de calor... que no viene precisamente de los abrazos. Allí Noelle se alía con un detective privado para rastrear a su hermano y, mientras tanto, se empieza a dar cuenta de que puede que encontrarlo no sea el modo de salvar la Navidad. Con esta película Disney realiza algo muy bueno, que es emprender un viaje de descubrimiento que abriga otro tipo de nostalgia sin relación con la resurrección innecesaria de clásicos. Sin embargo, todos los que aplaudisteis en su día la transformación de Tim Allen en el rey del Polo Norte sentiréis de nuevo esa esencia en esta película, aunque no trate de lo mismo. Aparte de la actualización de este universo a nuestra era, subraya los valores por encima de los materiales al confrontar el sistema tecnológico con la humanidad de los individuos. El conflicto es: ¿qué ocurre si perdemos a nuestro símbolo, cómo mantenemos viva la llama, cómo hacemos que marche todo como siempre? ¿Merece la pena convertirnos a la religión de Amazon como todo el mundo? Parece que la ocasión exige reinventarse o morir. Aun así, un algoritmo puede sugerirnos deseos basándose en una serie de patrones de comportamiento, pero jamás podrá decirnos cómo somos, ni nos hará auténtica justicia cuando se hable de valorar ese interior. La Navidad trata de emociones, y solo un ser humano con poderes mágicos puede leerlas. A través de Noelle, a quien Anna Kendrick da vida con una dulzura de princesa Disney (hasta llama cantando a los renos), los aspectos que hacen único a su padre se ponen en boga y cada pieza del puzle navideño encaja. Esta es una travesía con mucho encanto, a pesar de que también sea discreta. Como guinda, Bill Hader se mantiene digno de sí mismo (¿?). Mención honorífica como alternativa: El origen de los guardianes, POR SUPUESTO (una de Dreamworks como complementaria a una de Disney: el escándalo). Prácticamente la misma moraleja, pero con más desarrollo, ya que son varias entidades confrontando a las sombras, las pesadillas, y eso causa que roce lo conceptual. Nota: 8 Para encontrar ideas originales que regalar: Jingle Jangle Mi última película de maratón ha sido esta. Sorpresa: ¡es musical! No sé por qué se me había olvidado ese detalle en el momento de verla, con lo bonito que es ver en la descripción de Wikipedia lo de "fantasía musical". Eso es exactamente lo que opino de la Navidad; si tiene que ser un género, que sea este, por favor. Para aquellos enamorados de El bazar de las sorpresas o que llegaron a alucinar un pelín con un Dustin Hoffman en su papel más excéntrico en Mr. Magorium y su tienda mágica, este filme es un gran complemento. Encontrar regalos a veces es la tarea más complicada, por encima de preparar la cena, decorar la casa o hasta sacar las ganas para ello. Menos cuando eres inventor. Sin embargo, hasta este oficio requiere un poco de magia inspiradora e ingenio. Al querido Jeronicus Jangle ya no le queda nada tras perder a su esposa, el contacto con su hija y su libro de inventos a manos de su antiguo ayudante, enriquecido a su costa. Pero cuando su nieta, la pequeña Journey, entra en su vida para desempolvar la ilusión dormida y consigue dar vida a un viejo invento de su madre, la esperanza llama a la puerta y las viejas enemistades regresan para añadir salseo. Un argumento dominado por una estética steampunk muy chic y unos números musicales con unas coreografías potentes levantan el ánimo tan deprisa que apenas es comprensible cómo el espíritu de Jeronicus se ha apagado durante tanto tiempo, además de más detalles sobre la construcción de esa realidad muy molones. Para todos los concienciados con el movimiento Black Lives Matter, este largometraje es una exaltación del talento afroamericano, o afrobritánico más bien (en dirección, guion original, producción, interpretación, composición musical —John Legend está implicado en las canciones—, etc.). Jingle Jangle: una mágica Navidad supone una delicia para pasar el rato, con mejor repertorio general que The Prom (hale, ya lo he dicho) y con la voz de Ricky Martin como el muñeco Don Juan Diego. Nota: 10 Otros maratones temáticos: Post de Naiara Salinas Tal día como hoy, es decir, un 20 de diciembre de 1812, se publicaba la primera edición de Cuentos de la infancia y del hogar de Jacob y Wilhelm Grimm. El 20 de diciembre de 2012 el mismo libro cumplía dos siglos entre nosotros y ahora, he decidido que este 20 de diciembre va a ser un día muy mágico y oscuro por tratarse de la última veintena mensual del inicio de la veintena del siglo XXI, es decir, 2020. 20/12/2020: una fecha con todos los números que rodean la fama de los Grimm. Yo no puedo traeros otra edición de sus cuentos clásicos (de momento), pero sí puedo juntar algunos en una recomendación cinéfila. El secreto de los hermanos Grimm es la décima película de Terry Gilliam, que, como es habitual en él, rompe los moldes al situar a los protagonistas, recopiladores de cuentos y leyendas orales de la tradición alemana, en un contexto puramente fantástico, que viene a ser el de sus relatos. La trama nos sitúa en plena ocupación francesa de Alemania, donde Jacob y Will viajan embaucando a la gente haciéndoles creer que son sufridores de una maldición que ellos mismos se encargan de solventar cual exorcistas y cazadores de brujas, hasta que las autoridades francesas les obligan a hacerse cargo de una maldición real en el pueblo de Marbaden, donde varias niñas han sido raptadas por seres del bosque. Este filme me importa por varias razones: mi introducción al cine de Terry Gilliam (*insertar aquí foto de mi yo sonriente de 15 años posando con la entrada y el cartel en la puerta del cine*) y mi introducción a los autores de muchas de las historias que ya había devorado, bien gracias a Disney, bien gracias a recopilatorios varios. Pero hasta ese momento no había leído EL recopilatorio; es más, hasta varios años después no me introduje del todo en la literatura Grimm, cuando decidí que quería seguir sus pasos filólogos. Dejando a un lado mi historia personal, este largometraje puede considerarse pionero en su empleo de los relatos clásicos a modo de crossover. La inventiva de Gilliam, viejo miembro de los Monty Python, es admirable: teje un argumento predefinido por la tenebrosidad de los cuentos originales, pero con el humor mordaz con el que firma sus obras y una composición esencialmente fantástica, pero muy oscura, tanto como le permite el espacio. La historia es un híbrido no solo por la reunión de los cuentos en una única trama; cuenta con partes grotescas, personajes estrafalarios y sucesos a caballo entre la aventura, el thriller y el terror. Esta combinación entre mal agüero y entretenimiento no pasa desapercibida y es lo que conforma la poción para atraer al espectador y mantenerlo pegado al asiento, siempre que se tenga paciencia con las torpezas de los personajes y los momentos de mayor incomodidad (y de hecho entre la crítica encontraréis opiniones muy diversas acerca del "toque Gilliam" en el montaje). Del humor se pueden dar más detalles; no llega a la parodia, pero en varias ocasiones la roza, sobre todo en lo referente a los manierismos franceses y alemanes. Cuando ambas culturas se encuentran en el metraje, siempre chocan y siempre hay alguna broma insultante entre ellas, como cuando el torturador Cavaldi (para más inri es italiano) alude al alemán como ese idioma en el que "cada palabra suena como una ejecución" (ironías de la vida: los Grimm iniciaron su trabajo para exaltar la cultura alemana, principalmente la lengua). El general francés Delatombe (interpretado por un Jonathan Pryce que es a Terry lo que Johnny Depp a Tim Burton o Robert DeNiro a Martin Scorsese) es incluso más bocazas juzgando la comida: "¿Alguien puede decirme quién parió esto?" Es decir, el papel del enemigo Gilliam lo marca muy fuerte. Y es un tipo de humor bastante presente en esta "ópera décima", pero por supuesto también hay tristeza, miedo, preocupación... y el halo mágico que los elementos técnicos se encargan de recordarnos (otra cosa que alabarle a la película es eso que una vez que descubres ya nunca se te va de la cabeza: la fotografía. Es la exposición perfecta de lo que indicaba hace un párrafo, con contrastes muy fuertes, colores vivos, pero un paisaje generalmente siniestro e inquietante). ¿Y de los protagonistas qué os cuento? Como biopic, la película no vale mucho, ya que al alejarse del realismo con un tono satírico y/o sarcástico tiende a la exageración, pero de fondo el contexto que diseña nos ofrece pinceladas de la vida de estos hermanos. La relación franco-germánica tan precaria es incuestionable y basada en hechos reales, y en una de las primeras escenas podemos ver la infancia de Jake y Will (sí, los nombres pasan por la conversión inglesa), donde se menciona a una hermana llamada Lotte que existió de verdad (de hecho la prole de los Grimm contó con nueve hermanos burgueses y uno de ellos alcanzó también la fama por la pintura). Además, Jacob hace referencia a su pasado en el mundo de las letras cuando afirma: "Yo antes era un estudioso". Ah, y mencionan que son de Kassel. Posiblemente nosotros, a pesar de todas las historias geniales (y perturbadoras) que nos han dejado, los veamos muy en la distancia, como hombres serios, adoctrinados, unas ratas de biblioteca. En la visión de Gilliam, en cambio, son muy divertidos, tozudos, amables, tímidos, cínicos..., con gran carisma, dos personalidades que se complementan (y cumplen con el estereotipo del hermano mayor molón y el pequeño más introvertido. Por cierto, en este filme las edades están invertidas, así que valga como clase de Historia: en la vida real fue Jacob el mayor). Se les coge cariño, vamos, porque allí donde estén Matt Damon y Heath Ledger, ays... Menudos actorazos, en especial Ledger, cuya muerte no supero. En resumen: una película que vale como repaso de los cuentos más populares de los Grimm, como Caperucita Roja; Hansel y Gretel; Rapunzel; Cenicienta; Jack y las habichuelas mágicas, etc., bajo el prisma de un Gilliam ido de la olla pero divertido que captura la esencia germánica de estas leyendas y consigue rendir su particular tributo a la labor de esta familia (él es fiel, a su manera. Los hermanos usan su talento literario para engañar a los aldeanos y encuentran más inspiración en lo que les ocurre. Es otra forma de emular el origen de estos clásicos). Es la clase de atrevimiento que aplaudo. Además, nunca es tarde para descubrir a una Lena Headey en sus comienzos. Monica Belucci también goza de papel importante. El argumento per se ya es un buen cebo, pero seguro que se os hace la boca más agua con este reparto. Ficha técnica El secreto de los hermanos Grimm (The Brothers Grimm) 2005, Reino Unido Fantasía, aventuras, comedia, thriller Director: Terry Gilliam Guionista: Ehren Kruger Reparto: Matt Damon, Heath Ledger, Jonathan Pryce, Peter Stormare, Lena Headey y Monica Belucci Disponible en: Prime Video y HBO Puntuación: 9/10 Post de Teresa Antón En la primera parte de esta serie de posts ya hablé de cómo empezó todo y mi gran fail --aunque yo estoy dando por válido el reto--. En ella vimos las adaptaciones de libros juveniles que he visto en 2020; ahora nos toca ir a un público más joven aún --o supuestamente más joven-- con esta nueva parte. Adaptaciones infantiles y middle gradeSpider-Verse de Dan Slott Vale, considerar esta película y cómic middle grade está un poco cogido por los pelos, pero creo que ya es apta e interesante a partir de ese público y pegaba más en este grupo que en el romántico anterior. ¿Como adaptación? No soy de leer cómic, aunque quisiera empezar en algún momento, pero soy fan de las películas de Spider Man --aunque diré que la segunda de Andrew Garfield y mi amada Emma Stone no la he visto--. ¿Trama? En cuanto a la historia, en algún momento me ha aburrido un poco, pero en general me ha gustado mucho. Además, está llena de referencias y, sin ser una fan de los cómics, he podido pillar varias, ¡vete a saber cuántas otras me he perdido! ¿Actuación? Sinceramente, no sé muy bien juzgar esto en animación. Pero las voces en español eran geniales, espero que también en la versión original. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos especiales...? La película es una pasada en cuanto a animación. Incluso sin ser una experta en el tema puedo verlo y creo que nadie puede negarlo. Traen literalmente un cómic a la pantalla, manteniendo muchas características como los dibujos de las interjecciones o el estilo de dibujo, que dista mucho de otras versiones animadas de Spider Man. Es, además, sencillamente bonita. Toda la película parece arte y guardaría la mayor parte de los fotogramas para decorar las paredes sin ni siquiera tener que aparecer algún personaje. Otro punto a destacar es la música. Toda la banda sonora es genial y me ha encantado, perfecta para añadir una lista de ellas a mi Spotify. Puntuación: 4/5 La historia del doctor Dolittle de Hugh Lofting Antes de dar paso a mi reseña, aquí os dejo la de Naia. Ahora sí, nunca he visto las películas antiguas, ni me he leído los libros, así que lo único que sabía del Dr. Dolittle es que podía hablar con los animales. Y he de decir que no era nada de lo que pensaba, me imaginaba un Ace Ventura en versión veterinario. ¿Como adaptación? ¿Para qué sigue esta pregunta aquí si hace parecer que no leo nada? ¿Trama? Ha sido una película divertida, genial para ver en familia. Con una historia de aventura y muchas risas. Los paisajes son bonitos y ciertos momentos me recordaban a las aventuras de historias como Piratas del Caribe. ¿Actuación? He apreciado el reparto que tiene, aunque a muchos les viera como a animales. Si alguien puede hacer un papel así de excéntrico es Robert Downey Jr. y escucharle trabajar de nuevo con Tom Holland solo añadía más humor a la historia. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos especiales...? Mi única queja son los efectos especiales, que a veces eran un tanto malos. En algunos momentos la animación de los animales supera escenas de acción de fuego o agua, uno pensaría que lo otro es más complicado de recrear. Puntuación: 3/5 Artemis Fowl de Eoin Colfer Esta es otra que Naiara también vio en su estreno, pero ninguna de las que hablamos la hemos visto juntas. Aunque ella es o demasiado buena o al parecer le ha gustado la película mucho más que a mí. ¿Como adaptación? Hace años que leí los libros --solo llegué hasta el 4º porque no conocía la existencia de más-- y, aunque recuerdo que me encantaban he olvidado casi todo. E, igualmente, creo que falla mucho como adaptación, ya que muchas cosas me parecían raras y definitivamente no era tan aburrido el libro. ¿Trama? Mi opinión es que es una película muy prescindible. No es horrible, como me habían hecho pensar. Pero la acción se hace aburrida e irreal, no llegas a conocer a ningún personaje que no sea Artemis y ocurren muchas cosas que a mí no me suenan de nada de los libros. ¿Actuación? Artemis la verdad es que me gusta mucho. Si bien cuando leí el libro no lo imaginaba así, el niño lo hace bien. Holly --cuyo personaje pierde mucho, ya que era una de mis chicas literarias favoritas de pequeña-- y el resto de la cuadrilla están bien pero no me han destacado tanto. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos especiales...? Vale, en este aspecto no ha sido tan mala. Los efectos estaban bien --y necesitaban recrear mucha cosa--. Solo hubiera querido algo más de música irlandesa céltica por ahí y muchos más escenarios de paisajes de Irlanda que tienen ese encanto de las hadas. Puntuación: 1/5 Percy Jackson y el ladrón del rayo de Rick Riordan Aunque el libro tuve la sensación de no estarlo disfrutando demasiado porque se me hacía un poco infantil, este no ha sido el caso con la película. ¿Como adaptación? ¡Algo que he leído! Se nota mucho que este libro middle grade ha evolucionado a juvenil como un intento de atraer más al público. Ya veremos qué pasa con la serie, pero aquí no es buena adaptación y como película decepciona. ¿Trama? La historia, aunque entretenida, me da la sensación de que podía haber dado más de ella. Un viaje de aventuras puede ser más emocionante y, a mi parecer, el principal fallo es que el malo no convence y es un tanto aburrido. ¿Actuación? En cuanto a los personajes y actuaciones, todas bastante logradas y con una presentación fluida de cada uno. Se marca claramente unos protagonistas claros, y un poco clichés, pero como es mi tipo de historia no tengo quejas ante ello (#ClicheLover). ¿Música, fotografía, vestuario, efectos especiales...? Como amante de la mitología me ha encantado ver traer tantas cosas de ella y todo el mundo mezclado que se crea me ha gustado mucho. Los efectos especiales me han parecido muy buenos y convincentes, he de decir que me han sorprendido para bien ya que lo esperaba peor. Puntuación: 3/5 Percy Jackson y el Mar de los Monstruos de Rick Riordan Esta segunda parte me ha gustado más que la primera. Se explora un poco más del campamento, aunque agradecería que pasaran más tiempo enseñándonos la vida ahí, y nos presentan a nuevos personajes. ¿Como adaptación? Así que... Nunca seguí con esta saga, todos dicen que va madurando, pero me da mucha pereza ahora. Culpad a mis padres por no comprármela hace años. ¿Trama? La historia se vuelve mucho más emocionante aquí. La historia de Thalia da un importante background a varios de los personajes y explica además cosas del mundo en el que viven, por lo que me ha gustado mucho. Por otro lado, Clarisse, la chica antagonista, me ha parecido un poco pobre. Muchos "giros" de los personajes malos han sido un tanto predecibles y volver a ver al mismo malo un tanto decepcionante. Creo que esta es la parte que menos me ha gustado, ya que no me convence como villano. ¡Necesito que mejoren eso en la serie! ¿Actuación? Siguen haciéndolo genial, ¡buen trabajo, chicos y chicas! ¿Música, fotografía, vestuario, efectos especiales...? No recuerdo mucho que la música me encantara. Ya que está tan obviamente destinada a un público juvenil tal vez deberían haber apostado más por ella. En cuanto a los efectos volvían a ser geniales así que nada que reprochar por ese lado. Puntuación: 4/5
Post de Naiara Salinas Con la segunda nueva normalidad retornando poco a poco a cada comunidad, me había propuesto que este puente iba a ser más "sociable", lo que se traduce en dejar de ver películas en mi televisión u ordenador y volver con el ansia viva a las salas acompañada de los cuatro espectadores más de turno (he tenido suerte y ya no soy la única que va, así que sí, para mí es socializar). El caso es que no contaba con que mis ahorros se agotarían del todo durante diciembre, mes de gasto por excelencia, acudiendo a ver la soberana cantidad de largometrajes que tenía marcados en mi lista (alguien se ha puesto las pilas, ¿eh?). He tenido que moderarme, ya que solo estamos en la primera mitad de mes, así que vamos a llamar a este el primer episodio de mi regreso al cine desde finales de octubre (¿solo un mes he estado mordiéndome las uñas? Qué eterno se me ha hecho). Érase una vez (fecha de visualización: 02/12/2020) De acuerdo, aún no había puente el 2, salvo que fueras de Navarra y tuvieras libre el 3, pero para entonces yo estaba enterada de la reapertura de los cines y no pude esperar, ya que este era un filme que tenía muchas ganas de ver. En verano leí una obra de teatro de John Logan llamada Peter and Alice en la que se representa de forma muy imaginativa el encuentro histórico entre el dúo que inspiró los personajes de James Barrie y Lewis Carroll. Esta película parecía que iba a relatar, con su libre interpretación también, la misma conexión, pero nada que ver. Brenda Chapman, con la ayuda de la guionista Marissa Kate Goodhill, propone un retelling al más puro estilo de la serie Once Upon a Time, con la que comparte el título en castellano, y nos relata los orígenes de Peter y Alicia, quienes se crían en el seno de una familia humilde en una pequeña isla que dispara su imaginación. Sin embargo, la tragedia se masca cuando el hijo mayor de la familia fallece en un accidente. A partir de entonces, la trama adquiere el tinte básico del duelo y la imaginación se convierte en el recurso que los niños emplearán para superarlo y aprender de paso qué significa crecer. El filme se construye como un homenaje a ambas historias y no escatima en referencias por un lado y por el otro, lo que hace que sea muy disfrutable, además de contar con el tono fantástico de ambas aventuras, muy bien planteado a través de la música y la fotografía. La construcción de los personajes queda a un cuidado minucioso. La presencia de Angelina Jolie y David Oyelowo (Selma) sin duda redondea un elenco que, aparte de ellos, puede pasar desapercibido, aunque también cuenta con Michael Caine en un papel muy secundario y con David Gyasi (Interestellar; El caballero oscuro) en el de antagonista. Pero el aplauso se lo lleva el debut de los pequeños: el trío formado por Keira Chansa, Jordan A. Nash y Reece Yates (que interpreta al hermano fallecido) supera las expectativas, sobre todo ella, cuya carta de presentación, por jugar con la analogía, es un as de corazones en toda regla. A Jordan lo vi un pelín más flojo, pero en general lo hace bien. En resumen: una mirada nueva a los cuentos clásicos que se apoya sobre mecanismos tradicionales, pero que se lleva su encanto y encaja de muy buena forma en el desarrollo del duelo y el devenir de los protagonistas. Se trata de una película con su idea sobre la madurez y la perpetuación de los sueños, que vincula sin miramientos y con buen ojo a las ideas de Barrie y Carroll. Lectura notable de ambos y logra su objetivo: entretener y conmover. Lo mejor: los easter eggs y el replanteamiento de algunos orígenes entremezclando las historias, la relación de la familia y el tratamiento de los temas. Lo peor: creo que en algunas partes se queda a medias, sobre todo en el tercer acto, y le falta más firmeza en la dirección, más sello. La interpretación personal está ahí, pero aparte de percibirla molaría verla. Puntuación: 8 El verano que vivimos (fecha de visualización: 05/12/2020) Este otro largometraje también narra una historia muy familiar. No porque esté inspirado en un libro, sino en un suceso real que se toma como base para el tejido de un culebrón typical spanish. Lo irónico del asunto es que dicha base es lo más bonito y conmovedor de la historia, por lo que si hubiesen contado las cosas tal y como sucedieron tampoco hubiese pasado nada..., salvo que el resultado opino que sería más indie, y a los guionistas les perseguía la ambición del blockbuster. De manera que cogieron lo mejor de los dramas españoles (e ingleses), se pusieron en modo literario y se inventaron una trama que vuelve a tomar las cartas como desencadenante y eje del nudo, donde una periodista becaria y el hijo del protagonista fallecido van en busca de la historia completa y desentrañan un misterio oculto durante décadas. Si esto hubiera partido de una novela, sería uno de esos best-sellers que se venderían con la coletilla de "La nueva Luz Gabás" o "Si te gustó Palmeras en la nieve...". De hecho, es bastante notorio que se ha aprovechado del éxito de esta. Sin embargo, conforme la estaba viendo, no era solo en Palmeras en lo que pensaba, sino en... Jojo Moyes, otra escritora (de origen británico) que, casualidad, proviene del periodismo. "¡Coño, yo esto sí que lo he leído, normal que piense que tiene fuente literaria!" Efectivamente, hace un año. La última carta de amor es un libro precioso y adictivo (cuya adaptación llevo esperando todo 2020) que también se elabora en torno a dos amantes separados injustamente por las circunstancias y los haters de su relación, pero que vuelven a ser unidos cuando una reportera mete las narices. Hasta la época en la que transcurre el romance se aproxima (una en los años 50 y otra, en los 60, y en ambos casos en verano). Originalidad, la justa. Y si ese libro me encantó, no voy a mentir ahora y decir que este filme no porque, como cinéfila empedernida ávida de salseo y emoción, acabé dejándome llevar por el metraje y reconociendo que como blockbuster cumple con todo. Aparte, donde estén Javier Rey y Blanca Suárez ahí estoy yo, firme animadora de estos intérpretes cuya química en la pantalla es increíble (aunque lamento que no le dieran el papel a Yon González porque me encanta verlo actuar junto a Blanca). El trabajo del reparto con el acento andaluz es lo más destacable de la interpretación. Conseguir esa naturalidad no es fácil, pero ellos lo resuelven de manera envidiable. En resumen: no es la joya de la corona del cine español de este año, pero está muy bien hecha. Tiene una trama de novela (literalmente) con toda la técnica que hizo brillar al largometraje de Fernando González Molina en su día. Contiene su parte "meta". Lo mejor: la bonita anécdota real que la inspira, Javier Rey, Blanca Suárez, la composición y demás elementos de la cinematografía y la banda sonora. Bueeeeno, y que engancha, aunque solo sea por jugar a adivinar qué sendero de todos los habituales del género va a optar por seguir. Lo peor: lo dicho, que es algo ya muy visto (o leído) y no se esfuerza por dejar huella, sino simplemente atraer a espectadores en masa (lo cual para las salas apoyamos; para la pandemia no). Puntuación: 7 Mank (fecha de visualización: 07/12/2020) Ups, una infiltrada. Pero no quería dejarla fuera de este "maratón" peliculero de puente. El regreso de David Fincher ha sido muy comentado en los últimos días por hacerse en Netflix en plena defensa de cineastas a favor de sus espacios sagrados (sí, lo he colado aquí también por esto). Lo diré desde ya: esta película tiene muchas posibilidades de obtener una fuerte presencia en los próximos Oscar a pesar de ello, porque casi se diría que ha sido planteada para tal meta. Sumado al regreso de un director admirado tras su largo retiro está el reparto colosal que la protagoniza, el nuevo homenaje al cine con el que la Academia ve saciada su autoestima, los hechos reales que rodean a una figura histórica de la meca y todo ese bonito aura retro impreso en el etalonaje. Netflix siempre juega sobre seguro, pero estaba decidida a arrasar con la que ya va siendo calificada como su mejor película del año, aunque para mí no lo es (sigo apostando más fuerte que nunca por El juicio de los 7 de Chicago, si acaso). El guion de Mank se disuelve en tres rutas: la época o contexto socio-político, el perfil del protagonista y el origen de una obra maestra. No entraré en si Ciudadano Kane está sobrevalorada (ni siquiera yo sé cómo calificarla, ya que me es imposible despegarme de su importancia histórica para el cine), pero su esencia se encuentra en esta película, que no solo emula su origen, sino absolutamente todo. David Fincher elabora de forma muy astuta una matrioska en la que la vida del guionista Herman J. Mankiewicz sucede en paralelo a la de Charles Foster Kane, empezando con ambos en una cama, convalecientes. La estructura del biopic imita a la de la ficción, ocultando el paralelismo bajo capas y capas de discurso político que en el fondo no logran sino vincularla más al largometraje de Welles, cuyo protagonista vive para ese mundillo. Consecuencia: no estoy segura de si la gente se da cuenta de esto a la hora de juzgarla, pero si no eres fan de una, difícilmente te va a engatusar la otra, porque de forma sutil se nos vende la misma historia bajo los mismos preceptos. Entonces es un tributo por todos los poros, que en lugar de ensalzar un acontecimiento importante para la industria (la realización de un filme), exterioriza el filme mostrando el reflejo o impacto del contexto en él. Una película con la máscara de otra película: esa es la genialidad que le veo a Mank. ¿Y el defecto? Que Fincher es demasiado coherente con su idea y, así, nos tiene durante 132 minutos en un circunloquio de vicios, personajes que llegan y se van sin perdón, reflexiones culturales, etc. Mank es el continuo tira y afloja de un genio con su sociedad, lo mismo que resultó Ciudadano Kane. Sus diálogos pueden verse provistos de la profundidad y cierta agudeza esperada, pero el ritmo es tedioso a más no poder, de tal forma que se agradece que conserve los saltos temporales de la obra de Welles. La labor de los actores es sobresaliente, pero ninguno me salvó del aburrimiento en varias secuencias de los dos primeros actos, bien porque sus tramas son tan pequeñas que resultan fáciles de ignorar u olvidar o porque la reiteración de Kane es tan notoria que eres incapaz de conectar con la historia presente y estás pensando en el clásico todo el tiempo (de hecho a la par que iba viendo el largometraje tenía abierta la Wikipedia para ir repasando). En resumen: no diré que fue una decepción porque lo cierto es que tampoco esperaba que me deslumbrara. Es más, cumplió mi expectativa, ya que solo iba a verla porque sabía que era carne de premios y quería poder opinar cuando llegase el momento. Fincher como cineasta no es de los que más me entusiasman (o sus películas son las que no me suelen atraer, con excepciones), aunque reconozco que tiene muy buen fondo y cuando estrena, si eres amante del cine, tienes que darle una oportunidad. En este largometraje se echa de menos parte de su voz, que solapa con la de Orson Welles, pero toma algunas buenas decisiones. Lo mejor: el efecto muñeca rusa, Gary Oldman y una escena que me llamó especialmente la atención: cuando están reunidos varios trabajadores de Hollywood (entre ellos el prota) y comentan el nazismo y la forma en que puede acabar repercutiendo en su arte. Como reflejo de la época es muy buena y aporta una opinión del cine sobre hechos externos a las películas que es muy interesante, ya que lo normal en los biopics relacionados con Hollywood es que siempre se reflexione sobre el arte en sí y lo fascinante que es dedicarse a él (se tiran flores porque pueden). Aquí no, hay mucho estrés porque importan muchas más cosas, y ese punto de vista es uno de los aciertos de Fincher. Técnicamente también se luce. Lo peor: si le damos la vuelta a lo que acabo de comentar, también vemos que genera un efecto soporífero. No sé de qué forma se podría hacer más atractivo este argumento con las reglas con las que decide jugar, así que lo dejo en "gajes del oficio" porque, de hecho, del oficio trata. Lo que sí sobran son unos cuantos personajes o subtramas que no aportan, claro que si lo que vamos a reflejar es "la vida" pues entonces... como la vida misma es. Puntuación: 6,5 Madame Curie (fecha de visualización: 08/12/2020) Historias sobre los logros femeninos no es algo exclusivo de esta década, aunque lo parezca. Lo que sí que parece importar cada vez más es la reflexión en torno a los avances científicos, en especial lo que supone la mayor arma de nuestro tiempo. Chernobyl abrió de nuevo el debate sobre la energía nuclear y el abuso de la mano humana sobre la naturaleza en aras de mejorar la calidad de vida. Pero Marie Curie, científica pionera que en su día pretendió también mejorar vidas, ha regresado de entre los muertos en un conjunto de fotogramas para directamente echar por tierra su descubrimiento. Marjane Satrapi, quien me hiciera llorar como nunca he llorado leyendo un libro con Persépolis (2000, con su adaptación animada de 2007), nos trae una biografía que más que de empoderamiento bebe de la reflexión en torno a las consecuencias de uno de los mayores hallazgos de la ciencia: el radio. La película nos muestra el intento desesperado de Curie (Rosamund Pike) por continuar su trabajo mientras los académicos de su alrededor le cierran puertas, hasta que llega Pierre Curie (Sam Riley). Continúa con su relación romántica en paralelo al descubrimiento de ambos, pero como en toda buena biografía que se precie hay momentos de vicio y caída en desgracia. Entre esas partes no sabía si el filme como tal me acabaría convenciendo, pero mi percepción general empezó a cambiar cuando su estructura saltó a la luz y reveló las intenciones de la directora y el guionista (Jack Thorne), ya que de forma muy inteligente, en lugar de flashbacks, lo que se cuela en el relato lineal son flashforwards sobre cada uso impactante que la humanidad ha realizado del descubrimiento de los Curie, con los que se contraria el discurso favorable y esperanzador de ambos científicos años antes. Todo ello deja una intención crítica muy clara, como un cielo despejado, pero no es el objetivo de Satrapi condenar o cancelar a Curie; de hecho se muestra bastante empática con la mujer, desde la primera escena en que llega moribunda al hospital y de pronto retrocede a los mejores años de su vida, un viaje espiritual que todos podemos realizar en la madurez para ver el camino que hemos recorrido y si estamos conformes con él. ¿Y Curie lo está? Para saberlo, habrá que ver la película, aunque el repaso exterior se porta y adopta una postura neutral. En resumen: inteligente uso del biopic para plantear cuestiones ético-morales sobre la función y el uso de la ciencia. También abre diálogos feministas sobre la eterna batalla de la mujer por lograr el reconocimiento merecido en un campo de inteligencia con mucho hombre (antaño, al menos) y otros más generales sobre ciencia versus espiritualidad (puestos a saber, hay que saber de todo). Por cierto, mucho mejor el título original (que, además, me hace cantar a mi grupo favorito, Imagine Dragons). Lo mejor: el manejo de la estructura, las interpretaciones y el mensaje. En el último acto, además, se deja ver Anya Taylor-Joy, que está en su año más productivo (como diría Marisa en Aquí no hay quien viva: "Qué mona va esta chica siempre"). Lo peor: el momento más "picante" y que arroja a Curie del podio me pareció un poco sobrante y muy de cortar el rollo sobre el tema principal. Supongo que debido a que observa el lado negativo de su ciencia, Satrapi quiere que el público empatice con ella de otra forma, aunque no me parece que este modo sea el más efectivo. Yo lo situaría como un paréntesis, pero al final acaba teniendo su relevancia para el resurgir de la mujer en el clímax y yo qué sé lo que sucedió en realidad (no, aún no he ido a Wikipedia a averiguarlo). En fin, lo dejo entre interrogantes. Puntuación: 8 Post de Naiara Salinas Después de retomar este especial con el primer dueto brujo, regreso para comparar más brujas, aunque en este caso no hablamos de un remake en sí, sino de una secuela que cuenta con rasgos de remake, ya que su guion se estructura como un paralelismo, salvando pequeñas diferencias que tratan de justificar en vano la producción del filme. Si decimos que segundas partes nunca fueron buenas... ¿qué hacemos con esta? Del origen al legado Jóvenes y brujas (The Craft) es una película rodada y estrenada a mediados de los años 90, en pleno auge del cine juvenil (véase el repaso de esa década en este post) que cuenta cómo tres brujas de Los Angeles adoptan en su grupo a la recién llegada de San Francisco, Sarah, que posee los mismos poderes. Con ella el círculo se completa y las amigas pueden realizar su magia, hechizos que consisten en rituales complejos con los que harán algo más que levitar: mejorarán sus vidas. Y como toda magia siempre conlleva un precio, Sarah no tarda en darse cuenta de que hay algo ahí muy turbio y de que puede que jugar con fuerzas ancestrales para su beneficio no sea lo más indicado. En su día este largometraje no contó con el respaldo esperado, aunque hoy se considera película de culto dentro del género. En un alarde de originalidad, la secuela adopta como título en inglés The Craft: Legacy (*cara de póker aquí*), pero el legado que deja dista mucho de igualar a su predecesora y, como muchos remakes o secuelas de la actualidad, resulta floja si la comparamos (es decir, pierde bastante brillo). Así como con Las brujas seguí el orden de visionado cronológico, debido a lo que me ha costado encontrar la versión antigua con esta tuve que empezar por ir al cine a ver la nueva primero. La trama me llamó la atención, pero reconocía cuándo había algún paralelismo (no porque yo tenga un sexto sentido que los detecta, sino porque, como peli de culto, raro es que no haya oído hablar nunca de ella o no haya visto alguna escena por ahí), por lo que más que atraerme hacia esta aventura me animó a viajar al pasado para investigar. Por supuesto que la versión actual cuenta con su propia personalidad, pero con el término "legado" ya se condena a sí misma porque quien no conozca la primera entrega tiene la necesidad de acudir a ella en busca de respuestas que este guion pasa muy por encima posiblemente con el ánimo de elaborar una saga y seguir dándole coba al vínculo entre ambas películas en una tercera (y la productora ha admitido que está dispuesta a ello si el filme tiene buena acogida). Por desgracia, esta secuela se ha llevado tantos palos como la primera en su día, así que puede que haya que esperar otros veintipico años para que de nuevo sea aceptada y continúe. Cuatro elementos para equilibrar... ¿o desequilibrar? Que la secuela no haya convencido posiblemente se deba a su planteamiento y desarrollo, que por un lado quiere introducir un nuevo elemento en la historia pero por otro resulta demasiado homogéneo para ser una secuela (de ahí que para mí sea medio remake). Es justo lo mismo que critico de la última trilogía de Star Wars: bravo por querer avanzar y explorar algo de ese futuro sobre el que nos preguntábamos cuando acabamos la saga hace eones, pero muy mal por repetir la jugada, aunque sea de forma camuflada. Como este es un caso especial voy a concretar más: al comienzo del filme tenemos la llegada de una bruja nueva a la ciudad, Sarah en 1996 y Lily en 2020. Sarah se traslada con su padre desde San Francisco tras morir su madre y él empezar una nueva relación. En el caso de Lily, es el padre el fallecido y la madre la que quiere introducirlas a ambas en una familia compuesta por cuatro hombres: el patriarca y sus hijos, que acuden al mismo instituto que Lily. Aquí ya hay un cambio llamativo, ya que Sarah no contó ni con hermanastras ni hermanastros. Se tenía solo a sí misma. El conflicto de Lily, en cambio, pasa por tener que encajar en una familia donde no siente el apoyo esperado y hasta es acosada sin venir a cuento. Sarah es un poco más abierta y se esfuerza por trabar amistades desde el primer día, aunque le cueste. Sus futuras compañeras de aquelarre, en cambio, son las que se cierran en banda, perfiladas desde el principio como las góticas marginadas con pasado oscuro y muchos secretos raros. En los 90 ser así no estaba bien visto en los pasillos del instituto: lo raro era sinónimo de demencial y razón de más para un vade retro en toda la jeta. Pero los tiempos cambian y ahora ser raro y friki es lo que se lleva, porque somos de mente más abierta y apoyamos a las minorías. De modo que cuando a Lily se le escapa la menstruación en plena clase y los chicos se burlan de ella, las brujas se van a alzar en defensa de su nueva amiga. El mensaje que se envía es el de chicas contra chicos (bueno, alguna mala pécora por la clase también hay, pero no influye tanto como en 1996). No obstante, la insistencia nada sutil en la nueva ideología es lo que acaba ahogando la película (un resultado similar al cambio del mensaje en el live-action de Mulan, me atrevo a afirmar), en tanto que lo que puede condenar su entrada a la papelera es un guion muy vago para con los personajes y sus dramas. Mientras que en 1996 llegamos a empatizar con todo el aquelarre, ya que cada bruja elemental tenía su conflicto personal, en 2020 todo gira en torno a Lily, porque ella es la chica especial, el legado, la que posee un vínculo con aquel aquelarre de antaño. Aparte, es la que tiene el riesgo de volverse loca, mientras que sus amigas son las sensatas, algo que en la versión del 96 sucedía a la inversa (reconozco que este cambio de roles es chulo). Y no es que esa trama no sea interesante, que lo es. Ocurre que ese circunloquio y monólogo que se monta el guion sobre la protagonista molesta, pues a pesar de seguir una intención muy clara desmerece a las otras miembros del grupo y, por tanto, a su título. ¿Dónde está el aquelarre? Por no hablar de la trama del padrastro, que es el nuevo elemento en discordia. Los 90 nos dejaron con una moraleja muy chachi, ya que si algo tienen en común las películas estrenadas entonces es el mensaje de que nosotros mismos somos nuestros peores enemigos, por lo que ahí tenías a jóvenes tratando de arreglar los marrones que ellos mismos creaban y repercutían en sus vidas. Poco intervenían los adultos, jueces en la sombra, porque al final lo importante era madurar y eso solo se conseguía reconociendo el error. Así pues, cuando se daba cuenta de los tres Estados que se habían pasado, Sarah se enfrentaba a sus amigas y demostraba un valor digno de Gryffindor porque al final ellas eran las malas, cosa que no es fácil de digerir cuando estás en la piel del maltratado. Vamos, que una película en apariencia sencillita al final estaba contándote la lucha contra los demonios internos, el fin nuevamente justificando los medios y dónde encontrar la fuerza para discutir con las únicas personas que te apoyan porque son tus iguales. Además, el espacio contiene su relevancia, ya que se encuentran en un instituto católico de Los Angeles, es decir, hay profesoras monjas y uniformes, se juega mucho con el contraste entre lo cristiano y lo pagano, la divino y lo diabólico. Cuando parece que la actualización va a seguir esta senda (salvo por el espacio y el colegio católico), de pronto presenta a un enemigo externo al aquelarre perteneciente a una raza de la que no se ha hablado nunca y que deja una sensación de deus ex machina, salvo porque no está para solucionar nada, sino para destruirlo. Y es lo que me terminó de cabrear del todo, pero solo después de ver la del 96, donde esperaba que se me hablase más de ese grupo de brujos o demonios que arrebatan los poderes a las brujas. ¿Cuándo, cómo, por qué? Dado que la versión del 96 se nutre de la moda de Embrujadas y hasta utiliza el mismo tema mítico, ¿he de suponer que estas cintas se desarrollan en el mismo universo y que por tanto todo está explicado en la serie o qué? Lo dicho: guion vago. Una versión no me explica de dónde surgen esas brujas, aunque tampoco te enfadas por eso porque por lo menos tienen un local lleno de libros y herramientas para hechizos que insinúa que las chicas son más bien brujas por aprendizaje, mientras que Sarah lo es por naturaleza (eso SÍ se cuenta. Punto para la generación del 96). Y ahora en la nueva no me quieren justificar a esos enemigos, que para colmo son todos hombres que lo que propician es la reunión del aquelarre (aquí el grupo no acaba disuelto, al menos, porque las brujas unidas jamás serán vencidas. Lo veis, ¿no?). Golpe de efecto es lo que es. And the winner is... La versión clásica logra sostenerse por sí misma, siendo una más de mil aventuras similares que nos regaló su década. Ni siquiera necesita una segunda parte porque el cierre no da pie a ello. Básicamente lo demás se lo sacan de la manga, y esa falta de interés por mantener la coherencia interna es por lo que el semi remake no termina de funcionar como secuela, aunque tampoco lo haría de ser una película solitaria por la pereza de su planteamiento, y eso que sí le da tiempo a tocar todo lo relevante del presente cultural. Actualiza a los personajes, pero deja una historia muy pobre que no sé si merece más desarrollo, salvo en caso de que siga por esa puerta que acaba de abrir, porque de lo contrario predigo su caída en picado. Vamos, que para Jóvenes y brujas, las que ahora son viejas (dirigidas por Andrew Fleming. La de 2020 queda a cargo de Zoe Lister-Jones). Eso sí, la letra de "How soon is now" le pega mucho más a la secuela y ni siquiera la usan. Post de Naiara Salinas Un mes después de la inauguración de este especial regreso para comparar dos nuevos remakes que vi en salas como celebración de la noche de las brujas. Así que sí, mucho ha llovido desde entonces, pero me he permitido aprovechar el tiempo para rever las versiones clásicas y forjarme una opinión más concienciada (o sabia, o completa). Me he encontrado con que en un caso puede que sienta más simpatía por el remake y en el otro, por el original. ¿Queréis saber cuál es cada? Pues vayamos al lío (y estad a la espera de la parte dos de este "doblete"). Las maldición de las brujas (1990) vs Las brujas de Roald Dahl (2020): dos títulos, una historia, dos épocas cinematográficas La primera parejita que os traigo adapta en conjunto el libro homónimo de Roald Dahl. Si bien en la versión original ambas se copian hasta el título, en castellano se ha querido distinguir un poco más como servicio de ayuda al algoritmo, no sea que luego te sea muy difícil encontrar la que buscas (a ver si aprendemos, Jóvenes y brujas...). La trama cuenta cómo un niño huérfano que vive con su abuela es sorprendido por una bruja que lo marca como presa, razón por la cual ambos se trasladan y acaban en un hotel donde, quiere su buena suerte, se celebra una convención de brujas que planean convertir a todos los niños en ratones para acabar con ellos de una vez por todas. En este caso mi orden de visionado siguió los preceptos naturales y empecé el viaje en 1990, por lo que al llegar al cine pocas sorpresas me aguardaban, o eso pensaba. Hay aspectos en los que la primera cinta acierta y otros cuyo mérito hay que concedérselo a la segunda, pues para ser un remake no resulta tan literal. Tanto en esta actualización como en la siguiente vamos a ver que, en comparación con la versión antigua, el lenguaje se ha adaptado a los nuevos tiempos y hay mayor inclusividad en el reparto, siendo el protagonista de Las brujas de Roald Dahl de color, mientras que en La maldición de las brujas es blanco y rubio. En fin, ¿para qué están los remakes, si no? La estructura de guion en ambas películas se mantiene, pero el enfoque es ligeramente diferente, más fantasioso y clásico en la de 1990, que como primera incursión para esta historia merece mucho la pena (es uno de esos clásicos de la infancia que me perdí en su día, pero mejor tarde que nunca), ya que se impregna de todos los rasgos del cine de la época y te genera mucha nostalgia por aquel pasado y esos metrajes de calidad de vídeo casero, ays... Debido, no obstante, a ese poco avance en la técnica, los efectos visuales son minimalistas, a fin de evitar un trauma a los ojos del espectador. Usan ratones de verdad en algunos planos, por ejemplo, cuando no son animatrónicos (a lo mejor pueden realizar gestos humanos, pero no muestran expresiones y cuando hablan creo recordar que se les dobla por encima, sin mover su boca a la par). Aunque lo que de verdad está curradísimo es el maquillaje de las brujas, que causa repelús (ups, parece ser que sí hay trauma visual después de todo), pero también admiración (ya se sabe, como cuando te curras el disfraz de Halloween y todo el mundo te aplaude). ¿A qué viene lo de "más fantasioso", entonces? No es por la técnica, sino por el tono, el efecto que consiguen los fotogramas, la música y el ritmo. A pesar de tener más rasgos "realistas", la emoción con la que el niño vive esta aventura, su increíble parque de atracciones para sus ratoncitos, su amistad con Bruno y el desenlace llevan consigo el halo de cuento del material del que parten. El filme se postula como un entretenimiento para los pequeños de la casa y la idea es que se diviertan, no que se traumen, por lo que todo se narra con bastante simpatía, a pesar del peligro. ¿Actualización más currada o no? Esa simpatía no se pierde en la versión actual, pero resulta un pelín más introspectiva o psicológica. Aparte, el metraje abusa más de la tecnología. Paradójicamente, no solo conlleva más digitalización, sino que lo que antaño se trabajó más, el aspecto de las brujas, ahora se rebaja. No es que no tenga su curro, pero, en comparación, a Angelica Houston la perdemos bajo toda esa prótesis, mientras que Anne Hathaway sigue siendo reconocible (y guapa, que quizá sea lo menos convincente. Eso sí, chapó por la decisión sobre las garras y la cola). Imaginándome con diez años seguramente me hubiese impactado más la transformación de Houston. Lo curioso de esta adaptación es que toma nuevas ideas que dotan a sus personajes de más fondo (se habla sobre la muerte, la depresión y la superación, por ejemplo, que no es moco de pavo para una película infantil), pero al mismo tiempo incurre en sistemas que, para mi gusto, la infantilizan mucho más que la versión clásica. El mejor ejemplo que se me ocurre es el trato de los ratones, por su rediseño caricaturesco y manierismos tan humanizados, lo cual los convierte casi en dibujos animados. Para un largometraje fantástico no está mal, pero choca con respecto al original. Y ni hablemos de los cambios argumentales, que dejan la versión de 1990 como un tanto simplista. En la de 2020 se introduce una subtrama que es la de la ratoncita adoptada por el protagonista, el cual además se convierte en el narrador en su versión adulta (fun fact: nunca se dice el nombre de este chico. En el reparto figura como "Héroe" a secas). En resumen, este remake trata de no quedarse en lo básico y explorar un poco más dentro de sus posibilidades. Tampoco arriesga demasiado, salvo por el gran cambio del final, lo que me hace preguntarme ahora cuál es el correcto, es decir, el que está en la novela. Ambos son felices, pero cada uno a su manera. And the winner is... Si tuviera que quedarme con una versión no sabría cuál escoger, así que empate. Creo que cada una en sí aporta, no se pisan tanto. La mezcla entre ambas produciría la adaptación perfecta, incluso. Ahora bien, entre las brujas, por mucho que adore a Anne Hathaway, Angelica Houston gana por goleada. Es más mala, más... bruja. Impone. Post de Teresa Antón Al comienzo de 2020, cuando aún no éramos conscientes de que estaríamos viviendo en nuestra propia serie apocalíptica, yo me metí en un reto grupal con un foro de lectura al que pertenezco que trataba de ver 12 (una por cada mes del año) series o películas que sean adaptaciones de libros. No de todas las adaptaciones he leído el o los libros en los que se basan y el mínimo era 12, pero se podía seguir con más. Y antes de mostraros mis elecciones para este reto os daré un aviso: hay una que no es una adaptación. ¿Alguien puede localizar el gazapo? Para quien no lo haya localizado, lo indicaré en su reseña. Y es que os voy a contar mis opiniones en breves reseñas --espero-- que voy a organizar en tres posts: juveniles, infantiles-middle grade y series. Adaptaciones juvenilesFallen (Oscuros) de Lauren Kate Leí estos libros hace unos años y primero voy a confesar dos cosas que afectan a mi opinión sobre la película: 1) De la sinopsis al libro hay un salto de diferencia, por lo que me quedé confusa y decepcionada cuando lo vi y 2) Nunca me gustaron los libros demasiado, así que era de esperar que la película no me emocionara. Y el resultado tras ver la película es... ¡que tampoco me gustó! (Nadie se sorprende). ¿Como adaptación? He olvidado mucho del libro, pero creo que es bastante fiel. Los fans estarán felices, aunque siempre hay quejas. ¿Trama? Breve, introductoria y da la sensación de que falta algo, pero el libro ya lo describí como "una larga introducción para el segundo" --y aviso que no habrá segunda película--. Esta es la razón por la que no me ha gustado, pero habría visto la segunda (claro que también vi todo Divergente...) ¿Actuación? Decente, mucho mejor de lo que esperaba de una película con una producción tan baja que fue un desastre para salir adelante --si queréis os cuento esa historia otro día--. Con Jeremy Irvine (War Horse), Addison Timlin (Californication) y Harrison Gilbertson (En la hierba alta) de trío principal. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos visuales...? Dejando fuera la escena de la biblioteca, los efectos están bastante decentes --desde mi ignorancia-- y las alas son preciosas. El inicio con esa voz en off y esa imagen tan bonita ha sido mi parte favorita. Punto positivo por la recreación del mítico vestido de la portada. Puntuación: 2/5 A dos metros de ti de Rachael Lippincott ¡Y este era el gazapo! Resulta que el libro es a partir de la película y no al revés (ya veis que no voy a ir al clickbait y dejároslo para el último post). Mi compañera Naiara Salinas ya os hizo su reseña en donde dejó claro que el libro era una adaptación de la película (hay gente que hace su tarea, no como otras), pero ahora es mi turno. ¿Como adaptación? ¡Una adaptación genial! Vale, sabiendo ahora que el libro fue después de la película esto tiene sentido. A mi parecer el libro no aporta nada, lo único que me gusta es que añade más de Will y me dio una percepción distinta del personaje. Pero vamos, que si solo ves la peli bien y si solo lees el libro también. ¿Trama? Sigue la moda de de Bajo la misma estrella o, incluso, Antes de ti y, simplemente, no creo que añada nada demasiado original. Me gustó, me hizo llorar, es entretenida, pero cuando veo estas películas es para llorar mucho y no lo hice tanto como esperaba, así que tal vez decir que es un poco pobre. ¿Actuación? La pareja protagonista lo hace muy bien. Cole Sprouse hace simplemente una versión de Jughead (su personaje en la serie Riverdale), pero sigue convenciéndome. Y Haley Lu Richardson me ha gustado mucho, pero su doblaje en castellano era muy malo, le faltaba mucho sentimiento en la voz. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos visuales...? Una de las cosas que más he echado en falta es el juego de sonido con música que te acompañe durante las escenas tristes para aumentarlo todo. Me ha parecido un gran error. Puntuación: 4/5 A todos los chicos de los que me enamoré: P.D. Te quiero de Jenny Han Después de que la primera parte me gustase mucho, esta segunda ha sido una decepción. Tal vez sea que la he visto en un momento en que no estaba con el mood correcto para ella, pero si alguien me spoilea ahora cómo termina el tercer libro, puede que me salte la última película. ¿Como adaptación? Tengo pendiente leer los libros, así que ni idea. ¿Trama? La trama es una repetición de la primera parte. Otro triángulo amoroso, en el que vuelvo a preferir al otro chico (¿qué pasó con el mejor amigo, a todo esto?). Y no nos olvidemos de la chica mala del instituto que simplemente repite los mismos dramas... Sin hablar de que muchos personajes me pasaron a caer mal y otros creo que están demasiado olvidados y no sé si es por la película o por el libro. ¿Actuación? La actuación ha seguido bien, la química entre los protagonistas es genial y de ahí solo me sigue chocando lo poco que se parecen las hermanas. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos visuales...? La ropa sigue encantándome, especialmente la de la amiga, y la música también está bien. Puntuación: 1/5 Chemical Hearts de Krystal Sutherland ¿Como adaptación? Este libro tampoco lo he leído y la película, aunque me gustó, no me ha convencido de leerlo. ¿Trama? Tiene un aire a Violet y Finch y otros dramas del estilo adolescentes. La película es bonita e interesante. Realista, pero con demasiado drama para mí. Me ha parecido poco original, tal vez porque las últimas películas adolescentes que he visto eran del estilo. ¿Actuación? El chico lo hacía bien, era tranquilo, un apoyo y tenía ese rollo especial de chico escritor. Pero Lili Reinhart es lo gran destacado de la película. Su actuación es asombrosa --si podéis, vedla en inglés--. Lo vives mucho con ella y su evolución para ir mejorando tras lo que ha pasado se siente bien. ¿Música, fotografía, vestuario, efectos visuales...? Visualmente me ha parecido muy bonita, sin detenerse totalmente en lo artístico, pero con unos atisbos de ello. Es una película pausada en la que sientes que te lleva de paseo contándote una historia, al igual que a nuestra pareja protagonista les gusta pasear. Los diálogos, el guión en general, me han gustado, las partes de voz en off daban una narración que recordaba más a que te estuvieran contando su historia, y hay frases muy bonitas que, sin haberme leído el libro, estoy segura de que son calcadas de la novela así que los fans estarán felices con ello. Puntuación: 3/5
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El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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