Post de Naiara Salinas Cuando ya parecía que este especial se iba a volver a saltar un mes, vengo con el toro rozándome las carnes. Durante Semana Santa este peliculón que os traigo regresó a los cines unos días, por lo que aprovecho para rescatar su memoria aquí. La vida de Brian probablemente sea la mejor cinta escrita por los Monty Python, si no la más conocida al menos. Narra la historia del Nuevo Testamento pero centrándose en un personaje segundón que tiene la suerte o la desgracia de nacer el mismo día que Jesucristo pero... al que le sigue una suerte muy distinta. Aun así, Brian vivirá de forma paralela a él apareciendo en algunos de los episodios más emblemáticos de esta historia. Lo llamativo no es tanto la trama (que también), sino el cómo está contada, con un aire más desenfadado que los clásicos oficios del festejo sagrado o que la mayoría de adaptaciones bíblicas. Los Python elaboran un guion plagado de gracias e ironías que rozan el humor absurdo, pero humor del bueno. Satírico es como mejor se podría definir, ya que, como en toda comedia de este tipo, no faltan dardos a cuestiones vitales como la democracia, el imperialismo, la libertad, la justicia, etc. Todo contado desde el punto de vista de un insignificante, justo como puede sentirse cualquier persona sobre la faz de la Tierra al lado de un famoso objeto de todas las miradas y aplausos. Hablando de miradas, esta es claramente contemporánea, tanto por los temas que toca, uniéndolos siempre con inteligencia a los antiguos (vieja historia nunca muere), como por la música, que desde el título hasta el final nos deja con la familiaridad del género cómico y nos anuncia que lo que estamos a punto de contemplar no va a ser tan simple como nos da a entender, sino un compendio de géneros, desde el biopic hasta el musical. Las referencias no acaban ahí, sino que se completan con infinidad de cameos de algunos de los más grandes, como Terry Gilliam, que además ejercen distintos papeles, algo que si has visto El profesor chiflado de Eddie Murphy sabrás valorar. En resumen: no pierdas, amable lector, la oportunidad de conocer este gran clásico en una fecha tan importante (aunque ya se haya pasado. Sorry not sorry). Cualquier persona amante del cine debería conocer algunos de sus hitos más grandes y este, sin lugar a dudas, es uno. ¿Quién no ha cantado alguna vez el Always look on the bright side of light? Ficha técnica La vida de Brian (Life of Brian) Reino Unido, 1979 Director: Terry Jones Reparto: John Cleese, Terry Jones, Terry Gillian, Eric Idle y Graham Chapman Puntuación: 10/10
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Post de Naiara Salinas Tenía intención de realizar esta crítica en formato vídeo para poder emocionarme debidamente, con gestos, voz y todo lo que a veces pienso que no transmito por escrito, donde sin duda parezco una persona mucho más normal y sensata (gente refutándome en 3, 2...). Pero sucede que también tenía muchas cosas que decir, y el resultado de lo que grabé no me acababa de convencer. Así que me vuelvo al lenguaje que domino, porque esta película lo merece. Por si con el título no había quedado claro, hoy estoy aquí para hablar de Vengadores. Endgame, la misma que ya anticipé en el pasado post como el cierre histórico a una era que no supimos que existía cuando hace once años se estrenó la primera entrega de Iron Man. Es increíble hacer a estas alturas un balance de lo mucho que ha evolucionado este universo cinemático sin que apenas nos diéramos cuenta, claro que tampoco es necesario porque ya se encarga la propia peli de establecer esa comparación de forma (in)directa, a través de un argumento y una estructura que no solo toma lo mejor de los cómics, su esencia aventurera, extraordinaria y épica, sino también de todas las leyendas y los cuentos de héroes que se alzaban unidos para hacer frente a un enemigo común, costara lo que costase. ¿Qué es lo mejor de este filme? Como si el propio Thanos hubiese escrito el guion, el equilibrio. Al contrario de lo que sucedía en Infinity War, muy supeditada a la acción y la estrategia, así como la comedia (el ingrediente que nunca debe faltar en toda cinta marvelita), en esta hay un tiempo para la reflexión sobre la situación presente, hay drama, hay aventura, hay risa, hay dolor, hay esperanza y hay desesperación. La vuelta de tuerca que nos dejó el chasquido nunca fue gratuita; hay un porqué, y el porqué es esta historia, donde es preciso hacer un quieto parao antes de ponerse en marcha. La estructura está muy marcada por el ritmo y hay tres partes esenciales, que titularé: duelo, acción y caos. En el duelo es donde se concentra mayormente el drama y la reflexión, con unos héroes hundidos que intentan seguir con sus vidas sin éxito. Es la parte más "tranquila", pero no dura demasiado porque los hay que no van a quedarse de brazos cruzados. Es ahí donde se entra en acción, en la búsqueda de una solución, el viaje más alucinante y complejo a nivel emocional y técnico que se haya visto jamás en el UCM, una delicia para los fans, que absorberán con los ojos cada segundo para no perder detalle. Y es recomendable no pestañear, porque nunca sabes dónde se va a ocultar una referencia. Este segundo acto está dedicado a todos los que han seguido el progreso del Universo Cinemático desde el principio, con sus saltos a la tele también. Y de ahí, pasamos al caos, cuando los problemas emergen y nuestros héroes deben afrontar su última batalla. Lo llamo caos porque se arma la gorda, por decirlo sin tapujos, y porque con un villano como Thanos, cuya presentación en el anterior largometraje fue BRUTAL, no puede ser fácil la victoria. A través de este montaje el guion juega con tus emociones, saltando continuamente de un lado a otro en la balanza, y te va conduciendo hacia el éxtasis. Pero hay más. Tal y como comenté, Endgame supone un golpe de realidad, tanto para los fans, que serán testigos como nunca del tiempo que pasa, de que las cosas nunca suceden de forma igual y de que toda decisión tiene unas consecuencias, como para los personajes, que tras años de victoria encuentran la primera derrota y deben aprender, más que nunca, a trabajar como una familia para sobreponerse. Eso sí, un golpe de realidad no exento de apoteosis en su tramo final, como digo. El viaje espiritual que realiza cada Vengador es tal, que me he sentado a observar detenidamente la evolución de cada uno y es lo que pretendo destacar aquí. Y por hacerlo más guay, voy a unir a cada principal con una gema del infinito (y al resto, pues... que les den). He de suponer que si estás aquí es en parte porque has visto la película, pero si no es así, quisiera que dejaras de leer ipso facto, porque aunque me he cuidado de no incluir spoilers muy llamativos (y cuando los hay siempre se avisa), es mucho mejor acudir al cine en blanco, virgen, y de esta forma no arruinarte la sorpresa que con tanto esmero han preparado los Russo. Así que estás avisado. 1. La gema del espacio: Thor El primer vínculo es el más evidente, ya que el Teseracto siempre ha estado conectado con Asgard y Thor se convierte en su principal guardián cuando asciende al trono (aunque poco le dura). Pero no solo por este dato objetivo el espacio es simbólico de este dios del trueno; Thor es el superhéroe que más ha viajado de todos, física y espiritualmente. El inicio de su transformación se inició con el destierro a la Tierra, y desde entonces, cada aventura que el dios ha emprendido le ha llevado a descubrir algo más sobre sí mismo y su familia, lo que ha conformado sus principios, su identidad. Thor es el más enérgico de todos. Esa fuerza, ese movimiento, es una constante en Infinity War, donde lo vemos emprender dos viajes para cumplir su misión de venganza contra Thanos. ¿Y en Endgame? [SPOILER ALERT]. Se detiene, se queda estancado. Porque su objetivo se cumple y no hay más razón para seguir adelante. Todo lo que le daba sentido a su último viaje está muerto, así que... por qué seguir. De esta forma, Endgame supone el esfuerzo de los demás por devolverle la energía y el movimiento a un héroe que no quiere seguir porque no tiene motivos. Y no será el único. Thor es un héroe que, mal que pese, he visto ir degradándose y ascendiendo progresivamente. El tono de Thor Ragnarok, como comenté en su día, no le hizo mucha justicia a su trayectoria, y en Infinity War se anticipó al golpe de realidad (es más, diría que lo sufrió dos veces). Nunca se vio tan imperfecto como cuando trató de devolvérsela al genocida de su pueblo y falló. Así que su cambio en esta película es de los más drásticos, aunque no tanto como el de otro Vengador [FIN SPOILER]. 2. La gema del tiempo: Hulk Este caso es mucho menos evidente. ¿Por qué el grandullón que todo lo aplasta (o aplastaba) es el tiempo? ¿Qué tiene que ver uno con el otro? Muy sencillo: porque Hulk es el superhéroe que lleva con nosotros más tiempo, o que por lo menos conocemos de casi toda la vida. Mucho antes de Los Vengadores, hubo ya dos películas que nos presentaron al personaje, a raíz de las cuales llovieron cómics y series animadas. Su éxito, no obstante, no se puede comparar al de ahora, aunque la versión protagonizada por Edward Norton es un poco injustamente ninguneada en este Universo, aunque contiene elementos esenciales interconectados con él. Yo lo comparo con ese primer beso que das siendo muy adolescente (o pre, incluso) por probar cómo es, y que al final no te resulta para tanto o es muy incómodo. Cuando llegas a la madurez y das tu primer beso serio, es el que vas a considerar el auténtico, mientras que el otro quedará (o no) en lo más hondo de tu memoria. Pues como digo, El increíble Hulk fue el primer beso adolescente de la Casa de las Ideas, mientras que Iron Man fue el maduro y serio. Paradójicamente, Bruce Banner no es solo el que mejor conocemos, sino también uno de los Vengadores que menos tiempo ha tenido de pantalla, ya que la versión de Mark Ruffalo no ha contado todavía con cinta propia y encima se saltó la Civil War. Con todo, lo bueno que tienen estos guiones es que no ha requerido de presentación alguna, en parte porque lo conocemos de sobra y, además, porque se ha dejado claro que como funciona mejor es en equipo. Ruffalo se ha hecho con el papel hasta el punto de que no necesita mucho tiempo para mostrar sus inquietudes, su filosofía, sus deseos, etc. El personaje siempre ha estado en conflicto consigo mismo y en Infinity War pareció llegar al límite. Así que por un lado es gracioso y alentador verle [SPOILER ALERT] en modo zen en Endgame, pero por otro, es un tono que le quedaba mejor en Thor Ragnarok pero que, llegados a este punto, es preciso cambiar cuanto antes, no sea que se convierta en una mofa de sí mismo. Por suerte, no llegamos a ese punto y Bruce continúa siendo un tierno y determinado gigante científico [FIN SPOILER]. 3. La gema de la realidad: Viuda Negra Que no os engañe mi selección: el parecido entre el color de esta gema y el pelo de esta Vengadora son mera casualidad, así como el de los anteriores. Natasha Romanoff es un personaje cuya realidad desde el principio ha sido confusa. Eterna espía superviviente, siempre ha dado la impresión de jugar a dos bandas, siempre se ha presentado con dos caras: por un lado, la máquina de matar con la que es mejor no meterse y, por otro, la chica perseguida por un pasado del que intenta escapar refugiándose en los suyos. Su presentación en Iron Man 2 estuvo muy en esa línea, por no hablar de su papel en El soldado de invierno y en la Civil War. Y por eso, el éter, ese "barro rojo que posee gente", es lo que mejor la representa. No solo su realidad se ha visto distorsionada, sino que poco a poco ha ido modulándola hacia la persona que es en End game: alguien dispuesta a luchar por recuperar a la familia que Thanos le ha arrebatado. Natasha acaba siendo un componente emocional muy importante, y con ello destaca su evolución última, que además en su caso está muy reflejada en el corte de pelo. No por ser mujer hay que fijarse en ese detalle, ojo, pero que la Viuda Negra es la que por más estilos ha pasado a lo largo de la franquicia es una obviedad alta. Volviendo a Iron Man 2: la vimos con un pelo rojísimo y plagado de rizos que le conferían un aire salvaje, sensual y mortífero. Una asesina de cuidado. En Los Vengadores era la única chica del grupo y parecía que eso la obligaba a presentar un aspecto igual de fuerte, con la melena recortada, de forma que nadie la tomara por la típica dama en apuros que necesitase del auxilio de sus compañeros. Mejor me salto lo que le hicieron en El soldado de invierno porque ese trabajo es para aporrear al estilista, pero a su regreso en La era de Ultrón, su segundo trabajo como Vengadora, volvía a lucir el mismo peinado que en la primera. Más tarde, en la Civil War, fue la voz de la razón con un pelo largo y ondulado, la imagen de una mujer serena y sensata, madura. Nada de intentar parecer masculina esta vez. Tras ese episodio se escondió de nuevo en el corte y en el tinte, rubio. Y en Endgame [SPOILER ALERT] le vuelve a crecer el pelo y lo llamativo es que mantiene sus dos tonalidades, la fiera pelirroja natural y la rubia que se oculta, porque en parte eso es lo que hace para con su amigo del alma Clint, hasta que no tiene más remedio que ir tras él. Pero más aún: durante casi todo el filme va con trenza, una imagen muy inocente, casi infantil, y familiar para alguien como ella. Cómoda para luchar también, claro, aunque ¿verdad que en esta película hemos tenido la versión más dulce o por lo menos más sensible de Natasha? Es la prueba de lo mucho que ha cambiado el personaje, de cómo ha ido definiendo su realidad con todos sus matices, cómo se ha humanizado desde aquella máquina de matar. Y todo eso lo ha logrado gracias a sus amigos, su familia. La más bonita de las evoluciones. [FIN SPOILER]. 4. La gema del poder: Ojo de Halcón Con mucho sarcasmo me he reservado esta gema, mayormente conocida como orbe, para precisamente el Vengador menos poderoso de todos, o así es como nos lo han vendido siempre (porque que a mí no me digan que lanzar las flechas como él lo hace, sin mirar, no es un superpoder. Yo no lo consigo con tal precisión ni de broma). Eterno ninguneado del grupo, su presentación en Thor se redujo a un cameo donde al final no tuvo participación y no pudo demostrar sus habilidades (aunque nos alegró el día). Y para cuando llegó el que creímos que sería su momento, se pasó tres cuartas partes del filme siendo controlado por Loki. En El soldado de invierno fue el gran ausente a pesar de que la trama involucraba a S.H.I.E.L.D, de donde era agente. Como mucho nos regalaron una referencia en forma de colgante de flecha que llevaba Natasha y que fue una insinuación a su supuesta relación. Nada más lejos de la realidad, porque al final, en La era de Ultrón, se desenmascaró y rompió los corazones a miles de shippeadores Clintasha (yo entre ellos). Aparte, también fue el primero caer en la batalla inicial. Sin embargo, esa película tuvo algo que acabó jugando a su favor, y es la demostración de que Clint Barton es un héroe dedicado a romper moldes. El orbe es considerada la gema más fuerte, destructiva, y al igual que ella Ojo de Halcón destruye expectativas para bien y para mal, primero como arquero muy en forma en un grupo lleno de poderosos que se las apaña increíblemente bien para sobrevivir (tanto es así que sobrevivo al chasquido); luego con su propia historia de fondo. Algo que lo ayuda en esta labor de sorpresa continua es el gran misterio que le rodea, y es que poco se habla de él en el cine a pesar de que en los cómics vive mil dramas, partiendo de sus orígenes. Para todo el mundo era un lobo solitario, pero nada más lejos de la realidad: es un hombre muy familiar. Por lo tanto, todo lo que Marvel ha hecho con él ha estado siempre orientado a cubrirle las espaldas y justificar, en cierta forma, su presencia ahí, como bien nos hace ver su mujer Laura en La era de Ultrón. Tras "jubilarse" vuelve a sorprender interviniendo en la Civil War, y en Endgame llega a su límite. [SPOILER ALERT]. Ahí ya no romperá moldes, sino su propia identidad, algo doloroso de ver porque lo hace consumido por la pérdida. Todo lo que ha sucedido porque sus compañeros no han podido impedirlo le impide reconectar con el Ojo de Halcón que fue y toma un nuevo nombre y una nueva voluntad: Ronin, un samurai sin objetivo definido, sin dueño. Un mercenario de sí mismo. Nuevo traje, nuevas armas, nuevo corte de pelo que de estar su mujer viva pondría el grito en el cielo... Lo que hace poderoso a Barton es lo lejos que está dispuesto a llegar por sus seres queridos, lo que está dispuesto a sacrificar: a sí mismo. En definitiva: su humanidad es su superpoder. En esta película toma la iniciativa (como cuando se ofrece de conejillo de indias para el primer viaje de prueba). Es el momento en que Barton reafirma en los demás su respeto robando el show en determinados momentos, como el destino que le espera en Vormir o como cuando cruza por el campo de batalla con el guantelete que trata de proteger a toda costa. ¿Y sabéis quién es el primero que acude a ayudarle? ¡Pantera Negra! Cuando la última vez que se vieron y Clint se presentó por su nombre, el otro dijo que no le importaba. Pues esta vez le llama "Clint" bien alto porque esta vez SÍ le importa. Si eso no es suficiente prueba del respeto que se ha ganado el Vengador estos años... Ha sido de los mejores personajes de la franquicia y de esta película en concreto. Eso sí que es ascender [FIN SPOILER]. 5. La gema de la mente: Capitán América Me ha costado mucho repartir las dos últimas gemas. Antes de End game tenía una visión muy distinta del UCM, pero todo ha cambiado con el mensaje que se da al final de esta entrega. Siempre que se habla de Vengadores, el Capi es la primera cara que asoma en el frente, el líder, el encargado de reunir siempre al equipo. Todo comenzó con él, que no por nada su primera película se subtituló El primer Vengador. De alguna forma, él representa la idea del equipo, lo que es y debe ser un Vengador, el espíritu noble. Y eso, amigos, es mente. Otro punto a favor de esta asociación es el plan orquestado en el despacho de Kevin Feige, bien tejido durante una década, que cobró forma con el héroe americano. Steve Rogers ha cambiado en ciertas cosas (el traje lo que más), pero su mentalidad se ha mantenido impoluta todo ese tiempo. Es como si siempre hubiese estado enfocado a ser la voz de la inspiración, aunque no sea el más avispado. Le viene una sabiduría natural por todo lo que ha vivido (literalmente) y en Endgame [SPOILER ALERT] continúa en esa faceta hasta el punto de que ya creía que lo iban a nombrar presidente de los Estados Unidos (no solo tiene el culo, sino también la labia de América) [FIN SPOILER]. Así en resumen voy a terminar alegando que Steve es historia, historia americana, y es el que más visión y opinión abierta puede aportar. A veces se encierra en sí mismo, pero tal y como acaba el personaje, sabemos que lo de ser profesor y modelo de vida le venía como anillo al dedo. Con él hemos aprendido qué y qué no hacer. 6. La gema del alma: Iron Man Y se acabó. El punto final. Hay quien podría ver a Tony Stark como una figura mucho más inteligente que Rogers, y razón no le faltará, pero hay algo que pesa más y que de forma sutil se nos muestra en la Saga del Infinito. Stark es el corazón del equipo, el alma. Histórica y objetivamente Steve es el primero, sí, pero es con Iron Man con el que se forjó el Universo Cinemático de Marvel. No solo eso, sino que todo lo vinculado a él ha servido en varias ocasiones para conectar al equipo, desde el escudo del Capi fabricado por su padre, Howard, pasando por el Teseracto que descubren en la Tierra y mantienen a buen recaudo, la fundación de S.H.I.E.L.D., la primera toma de contacto con el general Ross para hablar de la iniciativa Vengadores, sus enseñanzas a Peter Parker, futuro gran superhéroe, etc., etc. Se ha convertido en un personaje demasiado importante y de los más queridos de todo el UCM. La conexión con todos los miembros solo es superada por el propósito de su misión. Él nunca pierde el foco y es más humano y menos patriótico que Steve al poner por delante lo que a él le importa: su gente. Cuando firma los Acuerdos de Sokovia lo hace porque quiere mantener unido al equipo, cueste lo que cueste. Es un sacrificio que ni el Capi acepta, más a favor de la libertad. Lo que intento señalar es que mientras que en Steve a veces parece predominar el discurso político de valores, Tony es un ser libre y para muchos más realista y más afín a las motivaciones auténticas del equipo. ¿Por qué vuelve si no a la caña en Endgame cuando [SPOILER ALERT] ya tiene la vida rehecha? Porque se lo debe a los que confiaron en él. Pero eso no significa que quiera jugar con su nueva vida. Steve empieza en lo más bajo y se va llenando de orgullo a medida que crece, mientras que Tony, de bravucón opta por imitar a Clint y se convierte en hombre de familia cuyo bienestar es lo más importante del mundo porque es lo que realmente le llena, no el dinero, la tecnología, su cerebro ni las armas. Esa idea de familia, además, va cambiando para él de la misma forma que para Natasha. Los dos al principio no ven claro que eso sea cosa suya, hasta que encuentran el amor, hasta que conocen un poco de paz. Que esta franquicia empiece y acabe con Tony es muy, muy simbólico. Si hubiese muerto el Capitán, mi impresión del papel de ambos hubiese sido justo al revés. Pero le tenía que tocar a Tony [FIN SPOILER]. Sé que esta película no es perfecta y encuentro varios errores o más bien explicaciones que en algún momento deberían aparecer (como las nuevas líneas temporales, o qué pasa con Capitana Marvel a su llegada a la Tierra. Capitana, a todo esto, no ha recibido un trato justo y coherente en esa película, su participación aquí me ha defraudado independientemente de sus minutos en escena. Sentía que estaba ante una Carol muy distinta). Pero no puedo sino estar agradecida a Marvel por estos años y este hito cultural que nos ha dejado. Nunca había sentido tantos corazones compenetrados en una sala repleta de espectadores. Ha sido mágico y emocionante desde el principio hasta el final. Y gracias, Alan Silvestri, para maravilloso clímax en forma de notas musicales con las que cierro a modo de créditos finales. Post de Naiara Salinas Veintidós películas en diez años. Diez años de cuidado preparativo para un culmen épico. Diez años de regresión a los cómics, de risas, sorpresas, llantos y conocimiento. Diez años de evolución. La Casa de las Ideas es la primera en Hollywood en dejar un universo retroalimentado tan bien construido, y por fin sella el trabajo de toda una década con la que es una película dispuesta a dejar una huella profunda en la historia del cine: Vengadores. End game. Quizá parezca que me estoy sobrepasando y me estoy dejando llevar por mi fangirleo tras haber visto el largometraje, pero una mirada al contenido prioritario en Internet, en YouTube, en los blogs, en la prensa, etc. de los últimos años bastan para reafirmar mi pensamiento de que el Universo Cinematográfico de Marvel no solo ha reinventado el género de superhéroes, sino también la manera en que se elaboran las historias a través de la lente de una cámara. Lo que un espectador se encontrará al acudir al cine en los próximos días es un tributo a toda esa historia, ese legado, esos diez años de conexión que culminan con un montaje apoteósico que hará las delicias a todo fan, no solo a los lectores de cómics. Y por ello, yo misma he querido sentarme frente al ordenador antes de hablar de y analizar esa trayectoria, para recordar los diez momentos que en mi opinión han hecho del UCM memorable. 1. Cuando los personajes principales fueron presentados en escenas postcréditos que marcarían un antes y un después Primero Tony Stark en El increíble Hulk; más tarde, Nick Furia en Iron Man (considerada erróneamente la apertura de todo solo porque tuvo éxito). Incluso cuando no fueron tras o en medio de los créditos (recordemos la aparición estelar durante unos minutos de Ojo de Halcón en Thor): todas son dignas de recordar. Por supuesto, la invención de este tipo de cameos y escenas no se le puede atribuir solo a Marvel; el cine ya había contado con ellas previamente (para lo que es muy interesante ver este vídeo). Pero en cuanto a trascendencia... sin duda fueron muy significativas, ya que cada una de ellas sirvió como conexión a un hilo que se iba perfilando sutilmente, poco a poco, como una especie de promesa que los espectadores se olían. También fue la primera vez que Marvel se atrevió a saltar de personajes y demostrar que había vida más allá de Spider-Man, los X-Men, los Cuatro Fantásticos y Hulk. Fueron easter eggs bien introducidos. 2. Cuando el UCM se elaboró a sí mismo O, mejor dicho, cuando por fin fue evidente la construcción de un nuevo universo ficticio interrelacionado y hacia dónde iba encaminado, cosa que creo que sucedió cuando tras los créditos de Capitán América: el primer Vengador (título muy revelador, por cierto) se anunció que el personaje regresaría en Los Vengadores. Creo que ese fue el momento en el que los fans estallaron de buchabú. Y con razón. Esa película ya era considerada todo un hito antes de estrenarse, y todavía nos quedaba por ver lo mejor (qué jóvenes inocentes éramos entonces). 3. Cuando el género de superhéroes se diversificó Hasta más o menos la fase 2 Marvel había logrado definir un estilo, un tono, unos personajes... Pero lo que sucede cuando tienes diferentes franquicias interconectadas dirigidas por distintas personas es que al final no puedes contar solo una cosa. Con Thor, por ejemplo, revivimos el amor por los mitos y aquellas cintas de acción protagonizadas por héroes como Hércules, Furia de titanes... Thor fue la introducción de Marvel en la fantasía, de la misma forma que Capitán América nos devolvió los largometrajes de espionaje, los thrillers, y Guardianes de la galaxia las space opera. Doctor Strange resucitó la magia en una vertiente más mística de El aprendiz de brujo. Y así demostraron que los superhéroes no eran más que otro bagaje de una cultura dominada por héroes intentando salvar el mundo o a sí mismos y villanos tratando de destruirlo. 4. Cuando no solo conectó películas, sino también series Lo sé, cuando se habla de UCM, esa C ya nos sitúa exclusivamente en el cine. Pero Marvel es una compañía ante todo INCLUSIVA (o así es como se nos vende) y, de todas formas, últimamente ya no se habla de Universo Cinematográfico, sino Cinemático, es decir, simplemente imágenes en movimiento, por lo que la televisión realmente SÍ forma parte de esto (fallo mío el seguir empleando el primer término, sorry). De hecho este rasgo es lo que la separa de su rival, DC, ya que en ese universo las películas van por una senda y las series siguen otra. Prueba de ello es la cantidad de actores escogidos para interpretar los mismos papeles en un lado y en otro, cosa que en Marvel no sucede. Agents of S.H.I.E.L.D. fue la primera que lo demostró, resucitando (literalmente) al agente Phil Coulson, mano derecha de Furia, para dirigir sus propias misiones al margen de los Vengadores. Pero es que además el propio Furia interpretado por Samuel L. Jackson realizó una aparición en la primera temporada, así como la Maria Hill de Cobie Smulders. Stan Lee tiene sus cameos en todas las series marvelitas. Agent Carter gozó de su propio spin off televisivo y en End game hay un cameo GENIALÍSIMO relacionado con esa serie que no os voy a desvelar. Por si fuera poco, en cuanto salió Netflix al mercado, Marvel no tardó en asociarse con ella para traer una de sus primeras series exitosas: Daredevil, a la que seguirían otras. Ahora bien, su éxito no se puede comparar al del cine. 5. Cuando se volvió toda una fuente de referencias a la cultura pop más vintage Marvel es un mundo que, contrariamente a lo que pueda parecer, vive muy vinculado a la época de la que partieron los primeros cómics. Digo contrariamente porque cualquiera diría que es bastante futurista con toda esa tecnología que emplea. Pero hasta Howard Stark la desarrollaba en plena Segunda Guerra Mundial, y no hay que olvidar que la ciencia ficción nació en el siglo XIX como una labor de análisis y estudio de la sociedad presente y hacia dónde iba encaminada. Hasta H.G.Wells escribía sobre alienígenas con máquinas avanzadas que disparaban láseres. Por tanto, sí, la Casa de las Ideas es muy vintage a la hora de exponer sus referentes: toma argumentos de viejas historias muy conocidas, o estilos, y los une a los suyos. No hay película en la que no se mencione otra aventura pasada (y anda que en End game no hay comparaciones), y si la lista de Steve Rogers no es clara para entender esos referentes qué lo será. En su banda sonora tampoco oiremos música de Lady Gaga, Demi Lovato o Juan Magán, sino de los Jackson 5, AC/DC, No Doubt... Música del ayer, de los años 20 hasta los 90, la época en la crecimos la mayor parte de los lectores de cómic cuando estos eran la gran moda. El UCM es un viaje en el tiempo por dentro y por fuera. 6. Cuando trajo de vuelta a Spider-Man en su mejor versión Todo un logro considerando que el superhéroe pertenecía a Fox, y Fox aún no había sido comprada por Disney. Spider-Man era el superhéroe que más contaba con varias caras, rompiendo un poco el canon de Marvel (pero sus derechos estaban en otras manos, así que se le perdona, al igual que a Hulk. Los Cuatro Fantásticos son otro cantar). Con Tom Holland llegó la versión definitiva, más joven, más fresca, más asociada con el adolescente que imaginábamos al leer los cómics y/o ver la serie animada. Ya que antes comentaba lo de la diversificación de géneros, he de añadir que con Spider-Man Homecoming Marvel hizo lo más parecido a una teen movie de aventuras. También puede considerarse una precuela, dado que no lo vemos currando de fotógrafo como en su versión adulta, cosa que también sale en los cómics. 7. Cuando Disney dio una vuelta de tuerca con un final muy tétrico Marvel es Disney. Disney es Marvel. A veces cuesta recordarlo porque las historias maduran cuanto más tiempo llevan entre nosotros, pero una mirada a su humor y a sus aires heroicos e inspiradores basta para salir de dudas. En Disney el bien siempre vence al mal, da igual cuán difícil sea la empresa de los protagonistas y lo que tengan que sacrificar. Hasta la Civil War se ablandó para no agitar en exceso el corazón de los peques y darles un poco de esperanza al ver la pelea tan fatal entre el Capi y Iron Man, sus mayores héroes. Por eso el final de Infinity War fue un mazazo para todos, niños y mayores. No por el increíble genocidio del que fuimos testigos (y creía que solo lloraría en la vida con Bambi cuando se cargaron a su madre, o El rey león cuando mataron a Mufasa), sino por el hecho de que los héroes HABÍAN PERDIDO POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA. Fracaso, un completo fracaso (para ellos, que no para el filme, que de hecho fue un taquillazo). Tan hundidos como ellos nos quedamos, una sensación de vacío, muchas preguntas y entre ellas la más importante: ¿y ahora qué? La esperanza se tambaleó para todos de una forma que en la actualidad todavía intentan curar el trauma. 8. Cuando Black Panther fue nominada a los Oscar en la categoría de Mejor Película Proeza que ni siquiera logró Infinity War, que a priori resultó más compleja. Pero Black Panther era mucho más profunda en su planteamiento, como ya comenté en este post, y abarcaba a todo un colectivo, por no hablar del increíble trabajo de diseño de producción y de vestuario. Yo no niego el valor de este filme, aunque la decepción al ver a Infinity War tan ninguneada como sus predecesoras al limitarla a las categorías técnicas también fue real (y eso que sigo diciendo que es una película muy sobrevalorada, aunque a mí también me encantase). Con todo, el que Marvel por fin lograra posicionarse como ya hizo en su día DC con El caballero oscuro de Nolan (que no tenía la firma del universo todavía y a la que, por tanto, las malas lenguas querrán dejar fuera) es digno de aplaudir. ¡Los superhéroes demostraban que podían ir más lejos! Y que un blockbuster, ya de paso, podía tener importancia cultural, aparte de económica, para la industria. 9. Cuando se volvió feminista del todo Era la asignatura pendiente de la productora, darle a una mujer el protagonismo que merecía. Estuvimos años esperando el spin off de la Viuda Negra, suplicando, sin que el Kevin Feige moviera un solo dedo. Pero este año, tenía que ser el año. Si bien el UCM siempre ha contado con grandes personajes femeninos, a veces más badass que sus compañeros masculinos (véase Hope en Ant-Man, por poner un ejemplo), ha sido Capitana Marvel la encargada de declararlo feminista forever and ever. Previamente ya habíamos tenido un esbozo con la serie de Agent Carter, como comentaba, y hasta con Jessica Jones. Pero porque el cine nos gusta más a los marvelitas (y sobre todo por cómo han acabado ambas ficciones), necesitábamos todo un largometraje para destacar esos papeles. Esa idea se refuerza nuevamente en End game en otro momento buchabú. 10. Cuando llegó el fin del juego
Vamos al quid de la cuestión. ¿Verdad que dije cuando se estrenó Infinity War que posiblemente estábamos ante el mejor estreno de Marvel? Me retracto de mis palabras, me equivoqué TOTALMENTE. Vengadores. End game es compleja, profunda y madura en todos los sentidos. El ejemplo de que nuestros héroes debían dar un paso atrás antes que otro en falso hacia adelante. Es un golpe de humildad muy crudo y plagado de drama. También de comedia, sí, pero que al comienzo de la película hay decaimiento es evidente. Es como si todo el éxito alcanzado estos años les hubiera hecho bajar la guardia y, alimentados de suficiente ego, hubiesen creído que vencerían a Thanos como el súper equipo que eran. Nada más lejos de la realidad, y sus consecuencias han de afrontarse en End game, que para cada uno supone un viaje diferente, para algunos el último, y para los fans, el final de una era, una además marcada por los juegos (madre mía, el drama de este finde solo acaba de comenzar). Quizá el mensaje que prevalece es el de las segundas oportunidades. Muchas veces miramos al pasado y en algunos casos podemos sentirnos orgullosos de todo lo que hemos alcanzado, pero siempre queda esta cuestión: ¿cambiaríamos algo de poder hacerlo? ¿Qué hacemos con este camino que nos ha llevado a este desastre? ¿Cuán de importante es cada adoquín en esta calzada? ¿Cómo afrontaremos el futuro? Las primeras preguntas ya han sido respondidas, pero la última es la que nos afecta ahora. Y junto a esa, otra más: ¿llegará alguna película del UCM que desbanque a esta? Difícil superarla, ha dejado el listón demasiado alto, tanto por trayectoria como por héroes y villano. Post de Naiara Salinas Creo que este es el título más extravagante que le he dado nunca a un recopilatorio de críticas, pero es como siento que podría resumir mi experiencia cinematográfica del ya pasado mes, uno muy, muy tedioso, eterno y estresante, de arrancarse los pelos. Por suerte, donde haya buen cine... Por cierto, dejo las críticas aparte de Cómo entrenar a tu dragón: el mundo oculto y Dumbo. Y ahora sí: ¡comencemos! Alita, ángel de combate (fecha de visualización: 4 de marzo de 2019) Marzo empezó con el rescate de esta abandonada de febrero cuya premisa a lo Pinocho 3000 en versión femenina y una poquita de Ghost in the shell me resultó atractiva, aparte de por contener la firma de Robert Rodríguez y James Cameron. ¿Qué podía salir de ahí? Pues toda una historia, que, ahora visto, puede que tenga mucho de resumen de las trayectorias de ambos cineastas: la inventiva, la acción, la aventura, la búsqueda de una identidad, la violencia, la injusticia, la relación entre dos seres diferentes, la sensibilidad de la máquina... Lo que Alita construye se auguraba como una buena saga... que, sin embargo, es difícil creer que vea la luz debido a la crítica general y los pobres resultados de taquilla, lo que es una pena. Como digo, la historia es muy completa, y quizá una bomba para nuestro cerebro, que siente que está procesando mucha información y, al mismo tiempo, se deja atrapar. Esa condensación, no obstante, es también la que provoca cierto colapso o la percepción continua de que todo ya lo has visto antes. Se disfruta porque su protagonista es lo que todos esperan de ese rol: carismática, valiente, misteriosa, inocente, divertida... Bien construida emocional pero también físicamente. La tecnología de Cameron se nota mucho aquí, ya que consigue dotar a la cyborg de una humanidad realista digna de su Avatar (como cuando ella se moja. Parece que lo hiciera de verdad. De no ser por esos ojos anormalmente grandes sentirías que estás ante una persona real). El motion capture sobre las expresiones de Rosa Salazar, actriz que le da vida, es perfecto. Todos los efectos en general son una pasada, más las coreografías bélicas y el estilo de muchos personajes, que hacen que te sientas un poco en un anime (nota añadida a posteriori: de hecho, lo es en parte. Está basada en un manga). Un gran elenco aparece en papeles secundarios que, aunque bien interpretados, minan un poco el estatus de estrella de sus intérpretes, quienes tienen muy contadas ocasiones para lucirse y, en algunos casos, ninguna (Christophe Waltz es el que mejor sale parado aquí). La aparición de Edward Norton al final es lo que más me apenó, pues prometía un gran desarrollo... si pudiera hacerse). Casi toda la culpa de esto recae sobre el guion, sobre lo que comentaba de la aceleración en la trama para poder contarlo todo. Cierto es que hay elipsis también, pero eso no quita que el contenido sea a veces excesivo. En ello acuso al ritmo, ojo, pero no a la historia. Dentro de lo que cabe, podría haber sido mucho peor, y aquí al menos han ofrecido un producto de calidad. En resumen: muy disfrutable si te encanta alguna de las películas que he mencionado, o el género, o los animes/mangas en general. Lo mejor: el CGI y la inmersión de Rosa en el personaje de Alita. Lo peor: amenaza con ser imperceptible por ser "otra más". Pero de todas formas, cuando llama la atención, aunque cuenta mucho, todavía le queda y te deja con las ganas. Capitana Marvel (fecha de visualización: 8 de marzo de 2019) El estreno de la primera película sobre una superheroína de Marvel tenía que verse, naturalmente, el día del estreno, el Día Internacional de la Mujer. Ya comenté aquí lo que me parecía el personaje antes de verla en acción y después de verla, la verdad es que me cayó mejor. Carol Danvers aporta la frescura idónea para encajar donde quiera. Es indómita y al mismo tiempo legal, buena compañera disciplinada y voluntaria. Buena persona inmerecida del desprecio de muchos, en definitiva. Capitana Marvel se adapta buenamente a la tendencia vintage que prima hoy en día, pues aunque la historia sea en los 90 y haya varias referencias culturales sobre todo a través de la música, en el fondo se amolda a los parámetros que Marvel tan bien ha construido en esta década. Con eso quiero decir que sí, la protagonista es una badass que tiene que superar determinados obstáculos y sí, hay mucha acción y mucho, muchísimo, humor. Hay veces en las que te preguntas si a la Casa de las Ideas se le agotarán alguna vez las fuentes de chistes y gags. ¡Hasta Nick Furia es gracioso, válgame Grimm! Está sorprendentemente joven, pero ojito con tacharlo de inocente porque tampoco es tal. Y qué decir de la alegría que supone tener a Coulson de vuelta. Estos dos agentes son buena razón del éxito de esta película, para mí el clickbait definitivo (¿quién no quiere ver la juventud del misterioso Furia?). Pero a la hora de la verdad quien se lleva los aplausos es... el gato. El mejor de todos los gags, y ahí lo dejo. Sin embargo, a pesar de mi buen recibimiento, he de destacar un problema que no solo le veo a este filme, sino a todo el UCM a la larga: el peligro del reciclaje. Hasta ahora a Marvel le ha ido muy bien con la presentación de superhéroes, pero bien es cierto que lleva mucho tiempo en la zona de confort, apoyándose sobre todo en los Vengadores. Sin embargo, a partir de End game siento que va a tener que ponerse las pilas y reescribir su fórmula. Por qué habría de hacerlo si funciona, os preguntaréis. Porque las comparaciones son odiosas y emplear elementos de otras películas de éxito en las nuevas es un rasgo muy de Disney. Capitana Marvel sufría ya de recelo bastante antes del estreno y tal vez eso ha provocado que la compañía recorra lo mejor de cintas como Guardianes de la galaxia y Iron Man. Muchos de los planos o ideas que se utilizan aquí son casi un calco de otros que hemos visto en las aludidas, en especial respecto a escenas de acción con música. Esto es fácil de explicar, ya que el soundtrack de las tres pelis se centra en canciones muy cañeras de la época (de los 70 a los 90, más o menos): AC DC, los Jackson 5, No Doubt... Las escenas siempre mejoran con música, eso es algo que tengo clarísimo y que siempre voy a apoyar (así que probablemente sea un mal ejemplo de crítica "en contra"), peeeeero aquí ya queda como "el recurso". Vaya, que se les ve el plumero un poco. Y no me parece mal, repito, pero la idea que extraigo de esto es, de nuevo, el confort, que puede impedir que se establezca una relación de conocimiento auténtico. Es decir, al adornar una escena igual que otras privas al personaje de originalidad y le quitas al espectador la oportunidad de acercarse a él como persona individual, algo de lo que sí han gozado otros del UCM, como es el caso del trío original de los Vengadores y los Guardianes. Brie Larson como Carol es maravillosa, pero está rodeada de adornos y hay momentos en los que cuesta verla solo a ella. Al final, sales de la sala pensando en Capitana Marvel como una Thor mezclada con Capitán América que podría entenderse con Ojo de Halcón y compartiría gusto musical con Tony Stark y Peter Quill. Así que... ¿encaja en este supergrupo? Por supuesto. ¿Tiene menos personalidad propia desde un punto de vista creativo? Puede que un pelín. No quiero que esto se convierta en el centro de mi crítica, sin embargo. Es una mera puntualización. Porque Carol mola, la gente que le rodea mola y el marketing ha acertado poniendo grises en ciertas partes para que al final, pese a lo que he dicho, sorprenda en algunos de sus giros. Es también una película feminista de principio a fin y ensalza la lucha sobre todo. El momento del clímax en el que Carol se da cuenta de que puede ser más que una subordinada, que siempre ha tenido una gran fuerza aunque otros la hayan menospreciado, contiene el mensaje importante que hace de esta una cinta obligatoria para las niñas del siglo XXI. En resumen: valiosa, aunque es recomendable repasar la historia del UCM porque ya te pierdes con cierto dato compartido. Funciona porque coge lo mejor de otros largometrajes. Es un poco de tranquilidad y desenfado antes de la tormenta, la de Vengadores: end game. Hablando de lo cual, hasta qué punto es necesario ver esta cinta antes de esa es discutible, a mi modo de ver. Pero Carol merece ser conocida. Lo mejor: Goose, ver a un Nick Furia desenfadado, el regreso de Coulson y prácticamente todo el último acto. Ah, Ben Mendelsohn: gran incorporación. Lo peor: se le puede acusar falta de originalidad y con mucha razón. Perdiendo el este (fecha de visualización: 14 de marzo de 2019) Cuando vi Perdiendo el norte en salas me gustó mucho, me reí como hacía tiempo que no hacía con el cine español. Jugaba muy bien con el panorama inmigrante (o emi) actual. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero me alegra poder decir que en este caso también hubo carcajadas. Si bien no tantas como la primera vez, al menos sí bien pronunciadas en un par de escenas. Cosas que eché de menos: a Yon González y Blanca Suárez. Es una pareja que para mí siempre ha encajado en todo lo que han hecho juntos. Ella en especial pienso que es una de las mejores actrices jóvenes que tenemos y no me extrañaría que de aquí a unos años esté cruzando el charco. Aparte, todos los personajes de la primera vuelven menos ellos, y teniendo en cuenta el éxtasis armonioso en que acaba el filme pues... qué menos que un cameíto al menos. Cosas que aplaudo: Braulio o, por antonomasia, Julián López, que salva el desgaste de la secuela ofreciendo mejor humor de lo que lo hizo en la primera. Antes compartía el protagonismo, pero ahora este es todo suyo y luce la patosidad del personaje como mejor puede, mostrando su ineptitud cultural... en China, lo más opuesto a Occidente, todo un reto para el señor. El sueño sigue siendo el mismo, pero, al contrario que en Alemania, aquí se le abre por fin la puerta que él deseaba y hará de todo por conseguir cruzarla antes de que se le cierre. Y, como casi siempre, el amor jugará un papel importante. La evolución es notoria en ese sentido, ya que el chico pasa de ser el amigo torpe del guaperas al torpe galán que sabe hacer algo más que inventarse el idioma que está intentando aprender: sabe conquistar con su encanto natural y, no menos importante, ¡la discografía entera de Sergio Dalma! A su lado sus compañeros se quedan estereotipados de por vida y, la verdad, poco evolucionan, por no decir nada. No son más que meros bufones del guion, diseñado para que el antiguo bufón brille aun más con luz propia. Entre los papeles femeninos, y dado que estamos hablando de comedia, Carmen Machi se lleva el aplauso, aunque su participación esté reducida. En resumen: nuevo buen juego intercultural. Me gusta cómo esto va de menos a más en cuanto a viajes con el único objetivo de prosperar en la vida. Julián es adorable, al final siempre te va a sacar aunque sea una sonrisilla. Y qué puedo decir; como pamplonica de toda la vida, viva San Fermín (*guiño*). Lo mejor: que Braulio por fin se luzca como es debido. Te deja con la sensación de que el personaje podía necesitar esta película para obtener verdadera justicia, que se merecía llegar tan lejos como Hugo (aunque yo no le ponía pegas al final de Perdiendo el norte). Lo peor: no mejora la primera. No es romántico (fecha de visualización: 18 de marzo de 2019) De una comedia pasamos a otra. No estoy tan metida en el cine de Netflix como en las series, pero a esta le tenía ganas porque me encantan las películas que se ríen de sí mismas. Cuando Hollywood es autocrítico mola, le añade un punto de sarcasmo y humor absurdo que te llevan a pensar que no todo está perdido y que al final la industria sabe lo que se hace. Nada mola más que ser autocrítico; por eso obras como La importancia de llamarse Ernesto me gustan tanto. Y así es como se nos vende esta hilarante trama cuya protagonista, que tiene manía a las comedias románticas, se lleva el golpe duro de su vida (literalmente) al verse atrapada en una. Es aquí cuando tendremos oportunidad de hacer un repaso de todo lo que nos molesta y al mismo tiempo nos agrada del género, desde la lista interminable de tíos buenos, pasando por los milagros espontáneos, la corrección lingüística y el momento musical (ya lo dije en Twitter: cuando suena "A thousand miles" la crítica contra este tipo de historias es definitiva). No fallan referencias a cintas concretas como Pretty woman, de modo que esto no es solo una crítica al género, sino a muchos clásicos del ayer que hoy se ven con otra mirada. Y es que el mensaje es claro: la forma en que se hacían antes las cosas ya no vale. Es imposible creer en el amor de antaño porque la sociedad de ahora está mucho más mentalizada en cuanto a valores y prioriza otras cosas. Los cuentos de hadas son materia del ayer; es el momento de las guerreras que se ganan el pan cada día, de los encuentros casuales, las amistades que se desarrollan y el paraíso que se puede encontrar en la sencillez. Fuera la rimbombancia. El problema es que todo esto se concentra sobre todo en la primera parte. Surgido el golpe de efecto, la segunda pierde fuelle, no pasa de la mera simpatía y es más fácil distraerse con algo que tengas alrededor, como el móvil. Al final la película se convierte en otra comedia romántica, pero si nos paramos a pensarlo puede que esto forme parte del mensaje que quieren darnos, y es que sí, por un lado, estamos hartos de lo mismo, pero por otro, seguimos viendo y valorando esos clásicos y un género no nace, se hace. Al final, es crítica y defensiva consigo misma: ¿por qué las cosas tienen que ser así? Porque es lo que hace al género lo que es. En el momento en que lo cambiamos, pasa a ser otra cosa. Si pretendes que aparezcan unicornios en una de terror, o son carnívoros o algo malo se cuece. Cada pieza del séptimo arte existe para una función determinada, obviando la lúdica. Así que si quieres soñar con el amor ideal, ves una comedia romántica. En resumen: una comedia romántica que, como su nombre indica, no es romántica (pero lo es). La elección de la actriz se amolda bastante a la intención; nadie como Rebel Wilson para un poco de ironía cruda. Lo mejor: todos los gags sobre el género, incluido el número musical final. El salero que Liam Hemsworth demuestra no tiene parangón tampoco. Siempre tan serio en sus pelis... Me alegra verle liberado. Lo peor: cae en su propia trampa y tiene una división de actos tan clara como descompensada en cuanto a atractivo. Post de Naiara Salinas Pensaba reservarme esta crítica para el compendio general de todo el mes que tengo pendiente esta semana, pero ante lo que he ido leyendo en Internet sobre la película, he cambiado de opinión. Damas y caballeros, esto es Dumbo. Lo que nunca vi y ahora espero ver... es a un elefante triunfar Dumbo nunca ha sido mi peli Disney favorita, y solo Bambi me arrancó más lágrimas (y trauma) que ella cuando era niña. Teniendo en cuenta cómo habían ido los remakes en live action de la compañía del ratón realizados hasta ahora, solo la presencia de Tim Burton me daba ánimos para alzar el dedo a favor de esta... hasta que recordé cómo había ido Alicia a través del espejo. Pero entonces vi la primera foto del elefantito y hubo "algo" que tampoco puedo explicar bien. Poco después llegaría el primer trailer... y el resto es historia. No es que los otros remakes de Disney no hayan estado a la altura. Pero donde se quedaban en la mera copia casi calcada, con nada más que un par de añadidos (un hurra para El libro de la selva por ser, hasta la fecha, el más original), Tim Burton ha logrado dar su visión de este clásico no solo a través de un retoque histórico, sino también continuando la historia, por lo que se podría decir que es en parte remake y en parte una secuela; responde a la pregunta de qué le pasaría al pequeño animal de orejas voladoras después de alcanzar el éxito. Todavía había miga que rascar, y Burton lo ha aprovechado buenamente. Su expansión del argumento alcanza inevitablemente a la temática, y es que aunque hacer justicia a Dumbo continúa siendo el eje de acción principal, lo que los niños del siglo XXI pueden aprender de este filme va más allá del respeto por lo que es diferente: mensajes a favor de la naturaleza, de la libertad de los animales frente a su opresión en las ferias, de la inteligencia de la mujer, del luchar por lo que uno cree y no rendirse a pesar de tenerlo todo en contra, de lo que supone una familia... y el saber hacer oídos sordos ante las habladurías. Sobre esto último se construye la paradoja que motiva esta crítica, ya que el pequeño Dumbo ha tenido que enfrentarse a las críticas dentro y fuera de la pantalla. Sin ser el "peliculón del año", la cinta logra salvarse a través de su contenido humanitario y una puesta en escena con la que Burton continúa luciéndose como ya lo hiciera, por ejemplo, en Charlie y la fábrica de chocolate (si de parques temáticos hablamos). En este caso, es el Dreamland capitaneado por Michael Keaton (un Willy Wonka mucho más egoísta) el foco del excentricismo del director, empleado para captar el espectáculo fantástico que atrae a los personajes y que sin duda alude a los parques temáticos reales, con lo que marca un punto de inflexión histórico en el porvenir (o devenir) del circo. Una historia a medida No solo por esto, sino por la llamativa historia sobre un animal maltratado por ser distinto a los demás estaba este remake destinado a caer en manos de semejante director. Es más, cuenta la leyenda que Burton accedió a rodar las dos de Alicia a cambio de poder hacerse con este proyecto en el futuro. Con razón un hombre que se ha pasado la vida contando historias de personajes alienos a su sociedad y su tiempo estaría interesado en trasladar todo su mensaje filmográfico a Dumbo. Lejos del respaldo tradicional de su mujer Helena Bonham Carter y Johnny Depp, regresan a él otros de sus habituales, como Danny Devito (a quien vistió de Pingüino para The Batman), Eva Green (tras Sombras tenebrosas y El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares) y Michael Keaton (Beetlejuice), quienes son los rostros humanos protagonistas junto a Colin Farrel y sus hijos en la ficción. Con semejantes nombres en cartel, sin embargo, nada hace peligrar el protagonismo del elefante, que continúa siendo el que da sentido a cualquiera de las tramas adicionales. Dicho de otra forma, sin Dumbo no habría película, y es lo que más agradecerá el público fiel que vaya a verla. Los demás papeles resultan correctos en su desarrollo, sin venirse abajo pero tampoco brillando y, quizá por influencia de Disney, hasta infantilizándose un poco. Con Dumbo Tim recupera el encanto ensoñador y tierno que se vio en Big Fish y en la propia Charlie y la fábrica de chocolate. Aparte, es reivindicativa sobre los derechos y crítica con el robo como lo fue en Big Eyes; las tres cintas que nada tienen que ver con la atmósfera gótica que tanto se le acuña y que, en esta ocasión, parece ser indicación de que el hombre se ha ablandado en demasía con la edad. Burton no tiene que ser gótico para ser genial, sin embargo; existen más marcas de su autoría. Cuando esta parece eclipsarse por la presión de Disney, aún tenemos todo lo demás para darnos cuenta de que quien firma esta obra tiene unas claras intenciones más allá de lo que le impone la productora. Cambios inevitables
Aquí sí voy a colgar el cartelito de SPOILER, ya que la adaptación a un live action implica poner una barrera entre nuestro mundo y la animación, y en este caso Burton decide sustituir a los animales auxiliadores (el ratón Timothy y los cuervos) por los humanos, a saber: la troupe del circo y Eva Green. Tampoco es musical. No por ello se olvida de las referencias, que emocionan a cualquier adulto joven de hoy que haya crecido con el filme de 1941. Quizá no tengamos cuervos, pero la pluma sigue siendo el elemento que hará que Dumbo vuele. Los ratones tienen su cameo también, así como otras secuencias muy familiares para los espectadores del ayer, introducidas en un nuevo contexto: los elefantes rosas ya no estarán impregnados de alcohol al compás de versos satánicos, ni oiremos los fuertes truenos al montarse la carpa. Las canciones pasarán a formar parte de los diálogos y Danny Elfman se encargará de recuperar el sonido clásico a través de la banda sonora instrumental. Como veis, nada se deja de lado y todo logra cuadrar en el marco "realista" que se nos está vendiendo (tan realista que hasta la crisis del circo tras los efectos nefastos de la Primera Guerra Mundial se deja ver. Es algo a tener muy en cuenta sabiendo que la peli original se estrenó en plena Segunda Guerra Mundial. Eso forma parte del mensaje a las masas) [FIN SPOILER]. El mundo que elabora Burton aquí es suficiente para rescatar nuestro yo infantil que disfrutó con el Dumbo del 41 y seguir concienciando a través de valores tan diversificados como nuestro tiempo. Con ese toque de Liberad a Willy, más el drama familiar que une a humanos y animal, Tim Burton reconecta con el público y alcanza el objetivo de que su elefantito vuele al siglo XXI, más alto de lo que lo hizo en el viejo largometraje animado. |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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