​Cuando empecé este especial hace un año sabía que era cuestión de tiempo que cayera esta temática. La suerte me ha sonreído en abril, un mes que por ahora está resultando más soleado y alegre de lo que esperaba. ¿Será el brillo de la estatuilla dorada? 

Esta madrugada se entregan los codiciados galardones en una gala que promete ser muy peculiar. Este mes me he dedicado, como buena cinéfila, a ver las películas nominadas a Mejor Película, y aunque es verdad que no he completado la tarea (lo cierto es que rara vez lo hago, con la excepción del año pasado), he conseguido hacerme con una opinión de cuál creo que merece más el premio y cuál creo que se lo va a llevar en serio. Así que procedo al top, excluyendo la parte crítica de aquellas que ya reseñé meses anteriores:

1. El juicio de los 7 de Chicago

Me parece que acierta en todo y por eso la sitúo en el top top. El reparto es de lo mejor. Contiene un montaje brutal, dinámico y muy acertado para transmitir con parsimonia y carisma un proceso tedioso como el juicio al que fueron sometidos estos hombres defensores de la paz. Dudo mucho que vaya a ganar, no obstante, aunque me encantaría que me contradijeran. Sí le garantizo Mejor Guion Original. 

Puntuación: 10

2. Una joven prometedora

Nunca un título en la historia de los Oscars estuvo tan bien acuñado. Una joven prometedora prometía y acabó mereciendo cada segundo de metraje. Esta película se lanza como la propuesta más visceral y feminista, con la escenografía más comercial de todas las nominadas, pero cuenta con una protagonista sobresaliente que ilumina la pantalla y se gana a todo el mundo por su bravuconería, agudeza mental y porque es Carey Mulligan y es un amor. Interpreta a Cassandra, una joven que abandonó su futuro brillante en Medicina después de un conflicto de intereses y que desde entonces trabaja de camarera y se dedica a cazar violadores por las noches haciéndose pasar por una borracha. Sin embargo, no es esta sinopsis la que le ha otorgado un puesto de honor en el cine de este año, sino toda la profundidad del relato y la maravillosa interpretación de Mulligan, quien todavía es capaz de otorgarle a Cassie en medio de su ira varios instantes de sentimentalismo tierno y doloroso.

​Es una dramedia con mucha desfachatez donde la heroína surca entre el perfil justiciero y el psicópata, aunque las tablas acaban poniéndose de su parte, porque el guion no esconde la rabia y la impotencia en ningún momento, hasta que acaban siendo tan fuertes que llegan también al espectador. Por tanto, ¿es una película que enfada? Sí, pero tiene un final muy digno del recorrido y valiente. Se atreve, arriesga y gana; por eso está nominada, claro. En lo que a mí respecta, atrapa enseguida, tiene muy buenos personajes, muy buen montaje, buenos plot twist o cliffhangers (el guion está genialmente escrito) y ya por el uso de su versión terrorífica de "Toxic" la admiro. Me causa tristeza que compita contra El juicio por el Mejor Guion Original. Pero si cualquiera de las dos lo gana aplaudiré. 

Puntuación: 9,5

3. Sound of Metal

Aquí retomamos el cine en streaming con una historia que me cautivó un poco tarde. Lo importante es que lo hizo. Sound of Metal entra dentro de la temática del viaje interior y el redescubrimiento de la realidad, que tan popular se ha vuelto esta edición. Su protagonista, interpretado por un hasta ahora minusvalorado Riz Ahmed, es un batería drogadicto de una banda de heavy metal (al menos creo que es heavy metal. No tengo muy clara la distinción entre los subgéneros metal) que comienza a perder capacidad auditiva, lo que transforma por entero su presente y futuro. Incapaz de adaptarse a esa vida es llevado a un espacio para sordomudos donde le enseñan lenguaje de signos y le ayudan mediante terapia de grupo a superar su malestar y su adicción, pero más aún a entenderse un poco a sí mismo y a los demás. Sin embargo, a él le cuesta bastante hacerse a la idea de no volver a ser el de siempre y se pasa buena parte del filme intentando retroceder. El fuerte de esta película, un poco obviamente, es su increíble montaje de sonido, que nos sumerge en la experiencia de una persona con un 20% de capacidad en sus oídos. Si entonces casi no oímos nada ¿cómo es la experiencia audiovisual? Bastante pasable, ya que lo vivimos como oyentes y no oyentes. Lo cierto es que se pueden tomar muchos apuntes sobre todo lo que acontece, las cosas que le enseñan. El protagonista se ve obligado, pero acaba aceptando la oportunidad de un viaje interior donde, tras una vida de mucho ruido y actividad, todo se detiene y enmudece, lo cual le permite contemplar en serio por primera vez. Como historia es entrañable y deja una buena moraleja, ya que es casi como una fábula o una parábola. Y creo que Riz tiene muchas papeletas para el premio a Mejor Actor Principal.

Puntuación: 8,5

4. Minari. Historia de mi familia

Vamos progresando de lo más blockbuster a lo más independiente. Este es un largometraje tranquilo y familiar, donde se nos cuenta el vaivén de una familia coreana intentando cumplir el sueño americano (un poco como Parásitos, pero más verosímil). La trama se desencadena cuando el patriarca decide mudarse a una mobile home en Arkansas para plantar un huerto mientras mantiene un empleo con su mujer catalogando pollitos en la fábrica. Cuando el hombre comienza a verse saturado y a su mujer le cuesta un poco adaptarse, esta decide llamar a su madre para que vaya desde Corea a echarles un cable. La historia se cuenta desde la perspectiva del benjamín de la casa, David, y dado que se encuentran en los años 80 deja un aire considerablemente similar a Cuéntame cómo pasó. La cinta mantiene un tono costumbrista y un ritmo más pausado del deseable donde seguimos la relación entre David y su abuela, la cual aporta el humor liviano donde escasea. A través de esta familia se pone en jaque la relación del extranjero con su nuevo hogar, bajo el punto de vista del idealista que no tiene miedo de probar cosas nuevas y la realista muy arraigada en su cultura que ni se siente ni parece que desee sentirse en casa. La historia tiene buen fondo, pero podría tener mejor superficie. Al menos se puede hablar de historia con trama. 

Puntuación: 6,5

5. Nomadland

Hay películas que están hechas para admirarse desde la distancia, como quien observa un cuadro naturalista y se pierde en el bello paisaje, sin llegar a sumergirse en él. Solo observar y admirar, nada de entender. Con Nomadland me ocurrió un poco eso; no me duele admitir que fui al cine con mucha expectativa después de tanto premio y tanta buena crítica. Y me fui con una sensación un poco... decepcionante, incompleta. Podía entender qué era lo que veía la crítica: el retrato de una Estados Unidos en decadencia desde la perspectiva del pueblo sin hogar fijo obligado a cobrar un mísero sueldo cada cierto tiempo y emigrando en busca del siguiente empleo en una caravana. Las road movies tienen su atractivo como modelo de la conexión entre el ser humano y la naturaleza, otro de esos viajes espirituales donde aprendes a valorizar la vida de nuestros antepasados, la oportunidad de vivir una aventura y descubrir mundo...

Sin embargo, tienen un problema, y es que la trama puede quedarse ahí y no avanzar tanto como el vehículo por la carretera. Así que lo que parece que tiene un argumento al final se pierde, ya que no hay un hilo conductor firme aparte de seguir a Fern, la protagonista, en su viaje durante un año, incluyendo los amigos que va forjando, los lugares que encuentra... Es una historia, básicamente, de experiencias, sin sinopsis. Y eso, para quien le atraiga, puede estar muy bien. Pero para los amantes de un guion sólido, bien estructurado y un montaje inteligente se puede volver tedioso y repetitivo, hasta el punto de encontrarte mirando el reloj y preguntándote en qué punto del viaje van a decidir fundir a negro porque no existe ni la sensación de clímax, y la cosa podría seguir y seguir. ¿Una metáfora vital? Tal vez, quién sabe. Porque algo bueno que logra Chloé Zhao y que se lo tengo que conceder es que sabe capturar la esencia vital de las cosas y sabe transmitir emociones mediante la fotografía, que junto con la hermosa y sentimental banda sonora de Ludovico Eunadi es lo que corona el filme y nos traslada a ese mundo ensoñador, esa naturaleza viva de la que solo la carretera y quien la cruza son testigos. Ello, más la experiencia real de rodaje, cuya decisión de emplear a nómadas verdaderos en lugar de actores (con la excepción de Frances McDormand y algún que otro más) le da un toque casi documental, es lo que para mí le daría el Oscar que estoy segura de que va a ganar: el GALARDONAZO de Mejor Película. Por lo demás, para mí es una cinta que no me cautiva como las anteriores, culpa de un montaje muy aburrido. No tenía que tener un guion completo ni sólido, pero podría haber jugado un poco más para suplir carencias. 

Puntuación: 6

6. Mank

Es la que menos me ha gustado de todas las que he visto de este año. Tiene puntos fuertes en el apartado técnico e interpretativo, pero ya está. Eso sí, nunca puede faltar la película meta sobre cine. 

Puntuación: 6

​Ha pasado mucho desde que comenté por ahí que había visto x películas. "¿Y dónde están?", igual se preguntó alguno cuando cantaron los grillos en este blog. Mea culpa, jeje. Me he tomado mi tiempo pero aquí estoy, dispuesta a resumir mi epopeya del último mes. O meses. 

(En realidad esto me da auténtica pereza, pero si lo sigo retrasando al final acabará en el resumen del año en diciembre, cuando ya sí que no me acuerde de nada, y no queremos eso, ¿no? También sucede que llevo unas semanas sin ver mucha cosa nueva más allá de lo que tengo reservado para finales de mes).

Bajo cero (fecha de visualización... ehhhh. Febrero, yo creo que algún día suelto de febrero, sí)

Intrigante. Buen thriller. Deja escapar algunas conveniencias de guion, pero en general resulta interesante, convincente en su desarrollo y muy guay. Eso es lo que llegué a apuntar (previsoramente) de este largometraje para que cuando llegara este momento no me quedara en blanco. La trama tiene lugar en una de las zonas más frías de España (no recuerdo el país, pero dado que es española vamos a quedarnos en casa por si acaso, aunque en teoría la sensación térmica sea noruega, sueca o rusa). Allí un furgón que está trasladando a unos presos sufre un asalto por parte de un grupo que busca a un personaje en concreto de todos los presentes. Al pobre Javier Gutiérrez le toca ser el poli que tiene que lidiar con la situación y sacarlos a todos de ese juego mortal sin morir de frío en el intento (o de un disparo. O por un incendio. O por asfixia). La película contiene un ritmo trepidante que no suelta cuerda apenas, más que para darle al espectador la sensación falsa de que todo "va a estar bien". Es un filme con bastante acción y tensión como para enganchar, donde la gota que colma el vaso es la alianza extraña que se forja entre el único policía que queda vivo y los delincuentes, ambos bandos conocedores de las situaciones límite que tendrán que aunar fuerzas contra un nuevo enemigo común y en la que la línea moral se irá diluyendo hasta que el buen agente decida si para ganar a este juego sucio de capos tendrá que ensuciarse las manos. 

En resumen: buena historia, con una resolución bastante top y un protagonista bien encauzado. Creo que cuando Gutiérrez se apunta a algo son muy pocas cosas las que pueden salir mal. 
Lo mejor: la buena atmósfera y el buen reparto. Logran calar (de frío, badum tss). 
Lo peor: lo dicho al principio, hay algunas partes que no buscan tanto la lógica como la conveniencia del guion. 

La excavación (fecha de visualización: la vi muy pegada a Bajo cero, así que mediados o finales de febrero)

Una historia basada en hechos reales que nos sitúa en la Inglaterra de pre y durante guerra, donde Ralph Fiennes da vida al excavador Basil Brown, que encuentra un barco medieval aparentemente vikingo en la finca de Edith Pretty (Carey Mulligan). Cuando se corre la voz muchos son los que quieren participar en este importante descubrimiento y hasta llevarse el mérito. El largometraje desarrolla esta trama con un fondo doméstico donde las relaciones humanas y el peso del enfrentamiento internacional inminente juegan un papel importante durante la excavación. Al guion le da tiempo a explorar a todos los personajes principales y nos deja una huella de sus sueños, pasiones y temores, como un cristal empañado que cada vez se va volviendo más transparente. Eso causa que disfrutar del viaje emocional sea muy sencillo, porque te encariñas con esta gente, desde el protagonista hasta el más secundario. Fiennes y Mulligan están divinos y constituyen el eje central a partir del cual entran y se van el resto de individuos. El guion aborda cuestiones interesantes, como el papel que puede tener ese descubrimiento en unos tiempos negativos donde esas anécdotas se olvidan rápidamente a favor de la seguridad del país y sus hijos. Se alude más de una vez a la esperanza, al desenterrar un tesoro de siglos de antigüedad en un paraje sorprendente, por lo que buena parte del metraje se dedica, paradójica y simbólicamente, al combate entre el hombre y la tierra hasta obtener ese tesoro valioso. El equipo de Brown se aferra a él como los ingleses a la victoria de la contienda mundial. 

​En resumen: relato muy casero contado de una forma muy orgánica que explora la psicología de la acción a la par que esta transcurre y que consigue darnos una visión nueva de ese periodo, donde por una vez, aunque la guerra nunca deja de mencionarse, no es la protagonista. 
Lo mejor: Fiennes y Mulligan, junto con el breve pero hermoso romance entre Johnny Flynn y Lily James.
Lo peor: recuerdo un tramo en el segundo acto que igual se me hizo un poco largo, pero en general el filme me gustó bastante. 

El rey de Zamunda (fecha de visualización: de esta es fácil acordarse, porque fue en el estreno: 5 de marzo de 2021)

Creo que lo mucho que me divertí con esta película a pesar de que no añade mucha novedad es un ejemplo de lo bien que ha envejecido El príncipe de Zamunda, una prueba de fuego para todos aquellos clásicos que si no pasan hoy en día por un remake se convierten en invitados de honor de la lista negra de Hollywood. O puedes tener la misma idea que esta gente y realizar una secuela con una trama más "actualizada" para los nuevos tiempos que mantenga la esencia de la anterior, que es lo que nos encontramos en este filme donde nuestro príncipe Akeem por fin se convierte en soberano de su tierra y debe buscar a su hijo bastardo en la Gran Manzana para convertirlo en su heredero. La sinopsis es una gran oportunidad para revivir el clásico "chico de ciudad en la vida salvaje" (que también inspiró Perdidos en la tribu) con buenas dosis del humor más básico pero abiertamente disfrutable para todas las edades. Se siente mucha ilusión volviendo a ver antiguos personajes que aluden a momentos épicos de su historia original. Aparte de esas referencias que ayudan a refrescar la primera parte, hay tiempo para introducir algunos gags que siempre funcionan (como el pobre heredero siendo amonestado por todo el mundo o la súper secuencia de baile random) y discursos progresistas en boca de la primogénita de Akeem, que siente que debería ser la verdadera heredera. 

En resumen: no es muy original, pero no hace falta. Es una secuela brillante que no se despega de su original, ni siquiera para agradar a las nuevas generaciones. Claro que las tiene en cuenta (discurso progresista, recordemos), pero la esencia de El príncipe se mantiene intacta. Quizá no mantiene el mismo brillo (consecuencia de tanta reiteración), pero te lo puedes pasar genial igualmente. Simplemente, relájate y disfruta. 
Lo mejor: la comedia y volver a saludar a viejos personajes como si fuesen viejos amigos. Reencuentro entrañable con esta historia. 
Lo peor: dejando a un lado todo eso, acaba siendo muy "sin más". 

El mapa de las pequeñas cosas perfectas (fecha de visualización: pues marzo, supongo. A estas alturas ya me da igual)

Peliculón. No por sus pretensiones magnánimas, porque no tiene ninguna (al menos a simple vista). No es un blockbuster, tampoco es independiente. Es una bella historia donde la ciencia ficción motiva a reflexionar sobre las cosas importantes. En ella dos adolescentes interpretados por Kyle Allen y Kathryn Newton están inmersos en un bucle temporal que les obliga a revivir continuamente un día. Él quiere salir, pero ella, quedarse, y cuando sus caminos se cruzan empiezan a desarrollar una relación donde mutuamente irán llenando los huecos que les faltan en su visión vital con la del otro. La trama toca temas bastante profundos desde una perspectiva juvenil fantástica que le dota a la aventura de su gracia, aunque no deja de ser misteriosa y un tanto existencialista. ¿Por qué se produce ese bucle? ¿Por qué solo ellos están "atrapados"? La idea parte de un relato corto del también guionista de la cinta Lev Grossman y es un híbrido entre Atrapado en el tiempo y la trilogía de Antes del amanecer de Richard Linklater. Los protagonistas manejan muy bien la química y os aconsejo no perder de vista a Kyle, un pequeño heredero de Heath Ledger en apariencia. Es uno de esos tesoros recomendados por compañeros (ejem, Tierra Cero, os estamos mirando) que acabas abrazando. Este mapa orienta bien a su objetivo, está claro (*guiño*). 

En resumen: divertida, reflexiva, tierna. Es muy buena en lo suyo (hablando de géneros románticos y juveniles) pero me encanta sobre todo lo que aprovecha el contexto para dar rienda suelta a lo demás. Adoro cuando se usa así la fantasía. Si la volviese a ver probablemente esta crítica sería más larga porque es una de esas donde sientes que todo se puede comentar. 
Lo mejor: todo.
Lo peor: nada. Es una pequeña cosa perfecta a mis ojos.

Godzilla vs Kong (fecha de visualización: ¡pues hoy! 11 de abril de 2021, toma)

Ahhhhh qué bien sienta sacar algo del horno cuando te mueres por catarlo. Sabía que esta película era un must, pero conforme iba dejando que pasaran los días no sabía hasta qué punto iba a dejarme indiferente. Fueron los maravillosos análisis de Jordi Maquiavello sobre el universo de los monstruos, alguna que otra crítica y el despegue de la taquilla en EE.UU los que me convencieron de que merecía la pena. Y la ha merecido. Me lo he pasado como una enana. Es una película de acción construida tras una red de mentes que se han preocupado por generar un mundo reconocible para el espectador donde es posible relacionar a cada monstruo con lo que se ha visto de ellos anteriormente. Y eso es lo que más me ha llamado la atención: la unidad creativa. Si hay algún agujero en cuanto al planteamiento, lo he perdido de vista. Esta hora y cincuenta y tres minutos saben a gloria. Me preocupaba que fuese a ser lenta teniendo en cuenta cómo fueron las últimas de Godzilla, pero lo que le faltaba a una parte lo pone la otra. El mambo es para el señor Kong, el ser preparado de antemano para conectar con nosotros como ninguno, el humano, no como el dios Godzilla. Ambos juntos en pantalla funcionan estupendamente, es asombroso, nada como ver a dos reyes reclamando su territorio en nuestros corazones. Pero me voy a detener aquí porque pienso explotar estas ideas en el bloganálisis que merece. 

En resumen: los datos de taquilla tienen razón: apunta alto. 
Lo bueno: la combinación de dos estilos que representan a dos monstruos distintos. Este crossover se convierte en la Superbowl y te tendrá jaleando cuando llegue el ansioso combate, seas fan del boxeo o no (o de cualquier otro deporte de contacto. Ya, ya sé que la Superbowl es fútbol americano). Olvidaos de Batman vs Superman; ESTE es el EL enfrentamiento épico.
Lo peor: me la he visto antes de El rey de los monstruos y justo la mayoría de los personajes humanos son de ahí, pero quizá he hecho bien porque ahora tengo ganas de verla para completar la info que me falta, cosa que antes no pasaba. Ah, bueno, me temo que peca de alivios cómicos que degeneran los diálogos un poco, pero como en cualquier blockbuster de acción, así que no es grave.