Post de Naiara Salinas Tras una semana de parón sin ton ni son, vuelvo a la acción con las ganas de una vociferadora de Twitter para saldar como buena Lannister (ejem, no) mis deudas pendientes. Mucho ha dado de qué hablar esta cinta coreana que el pasado 9 de febrero (madre mía, cuánto ha llovido desde entonces) se llevó un sinfín de Oscars para ser de origen extranjero, entre ellos, EL galardonazo. Vamos, que se volvió por la puerta grande a Corea... solo para contraer coronavirus días después (nah, es broma. Espero). Pero uno de los premios que se llevó esa grandiosa noche fue el de Mejor Guión Original, que era, por cierto, una de mis categorías favoritas para que ganara. Y es en ese puntito en el que quiero incidir en este post, porque para qué iba a reseñar de nuevo una película que ya he comentado vía Twitter habiendo pasado eones desde entonces y habiendo surgido miles de opiniones a las que poco podía aportar porque además la vi la mismísima noche de la gala. ¿Le veis sentido? Exacto, yo tampoco. Por tanto, quiero centrar mi crítica analítica en lo que para mí es lo más destacable del largometraje (junto con algunas decisiones que resaltaré de dirección), dignísimo de un análisis de Jordi Maquiavello (que espero con ansia, si soy sincera). ALERTA, ESTO ESTÁ FULL OF SPOILERS. El buen hilo VISIBLE Parásitos nos presenta a una familia coreana de los bajos fondos (tan bajos que hasta el suelo les queda por encima) que se las ingenia para aprovechar su oportunidad de ascender en la escala social colándose de a pocos en la casa de sus nuevos benefactores, una familia de ricachones que quieren jugar al sueño americano hasta el punto de aceptar profesores de inglés para sus hijos con nombres estadounidenses como Jessica. En la película esta presentación se realiza de forma muy visual a través de un plano del techo de la casa humilde (desde donde tenemos una buena perspectiva del asfalto exterior) y una grúa que va descendiendo lentamente y girando hasta dar cabida a cada miembro de los Kim (en un orden muy significativo, desde el primero que "asciende", pasando por la segunda y acabando en los últimos en sumarse a la estafa, los padres), de los que llaman la atención dos cosas:
Con solo un par de movimientos de cámara y unos encuadres muy acertados ya nos hacemos una idea de por dónde van a ir los tiros. Ya sé que esto parece más aspecto de montaje y fotografía que de guión, pero además es la primera gran decisión directiva que deseo destacar, porque hay maneras y maneras de contar e introducir una historia y aquí en lo que se pone el énfasis es ante todo en el ambiente y en determinados detalles que más adelante contribuirán a la simbología de todo el filme (como la famosa piedra de la fortuna que aparecerá cinco minutos después). Si esto se hubiese contado con palabras, podríamos habernos introducido en los olores (o, más bien, hedores) de la casa y la calle como ya hicieron los lectores de El perfume hace eones. Muy sutilmente aquí tenemos lo mismo, pero con imágenes. En fin, best introduction EVER, solo eclipsada por la de Historia de un matrimonio, que también me pareció brutal. Y no soy la única que lo piensa. Pero no solo es genial por eso, claro, sino porque condensa en diez minutos la base de la trama, las grandes respuestas que en literatura son imprescindibles en las primeras páginas (al menos, en una estructura clásica): quién, cuándo, dónde y qué.
Las secuencias siguientes que componen el resto del primer acto no tienen parangón, son un modelo de comedia negra elegante en la que la banda sonora hace destacar los violines de una manera tan refinada, armónica y maliciosa que nos muestra en bandeja a los que a priori son los villanos de la historia al mismo tiempo que los héroes. Pobre familia Park, cómo se aprovechan de ellos, ¿no? Espera... ¡pero si viven muy bien! Aquí a los que hay que admirar es a los que se infiltran, que no teniendo apenas para comer gozan de cerebros estratégicos que ya quisiera yo, majaris. Maquiavélicos, sí. Pero te capturan. No obstante, volviendo al género, me parece también muy inteligente para el ritmo y el mensaje empezar con la comedia negra. Primero consigue enganchar al espectador y sentar las bases de cuál va a ser el juego principal y, a continuación, lo lleva a través de las escenas sin perderse por el camino e incrementando su atracción con algunas buenas dosis de risas y estupefacción. Es como ver un truco de magia: no puedes evitar quedarte fascinado cuando el mago va sacando los pañuelos de su dedo, una moneda de detrás de tu nuca o un conejo de la chistera. A eso equivalen las jugarretas que se montan los Kim para ir ganando puestos. Aunque en este caso no es necesario preguntarse por el truco, porque el guión deja que simplemente todo fluya como tiene que fluir, con los parámetros genéricos que se esperan pero que ni se sienten repetitivos ni colados a presión. Todo funciona porque va orgánicamente y además el montaje y la edición de sonido contribuyen a dinamizar equilibradamente las partes que, de seguir un esquema lineal, podrían antojarse un poco más... sosas (en otras palabras, a mí que los hechos sucedan conforme los van planeando, ese intercambio continuo de planos, me hace las delicias. Y aplausos también por el uso de la cámara lenta para enfatizar). En cuanto al mensaje, nunca me cansaré de indicar que nada como una buena comedia para dejar las cosas claras sin tapujos. El drama al final tiende a romantizar el sufrimiento, mientras que en una comedia lo que hay es casi siempre sátira. En este sentido Parásitos se convierte en una buena sátira de los problemas sociales del mundo a través de un argumento y sus mecanismos un tanto rimbombantes. Hay ironía, pero de todas formas ninguno de los protagonistas tiene muchos pelos en la lengua (aunque las mujeres controlan más) y si tienen que soltar unas cuantas verdades entre ellos, las sueltan. Cuando digo que este género es un gran reflejo del lado decadente de la humanidad es porque en el fondo resulta más trágico que un melodrama (ya sabéis el dicho: "Bromeando, bromeando, amargas verdades se van soltando". ¿Y qué otra película ha ganado el Oscar a Mejor Guión Adaptado este año? Jojo Rabbit, ¡otra comedia! Una sátira mucho más directa, aunque menos visceral). LECCIÓN DE VIDA: si quieres que tu obra destaque por una crítica potente, sé como Fangoria y haz COMEDIAS, no dramas. Lo magnífico de este guión es que más que contar, muestra. Los personajes no nos hacen solo gracia por sus palabras. Son sus actos los que nos chiflan, pues a través de ellos vemos su forma de proceder y estamos en un medio donde por narices los hechos deben significar más que las palabras. Aun así, estas deben manifestarse en momentos clave para sintonizar y verbalizar los pensamientos más profundos de sus dueños. No son tan necesarias como en la novela (por algo el cine era mudo en sus inicios), pero importan, porque detrás de cada dardo y cada reflexión está la crítica del director concretada. Así que es cojonudo el plot twist que nos lleva a la siguiente parte, no solo por la revelación que supone, sino por su buen uso del diálogo. Sí, me estoy refiriendo al regreso de la ex criada y todo lo que sigue en esa espectacular secuencia que mezcla tensión y comedia. Con ese giro, Bong Joon-Ho aprovecha para darle a la historia un tono más dramático, de manera que no solo cambian las cosas para los personajes, sino también para la percepción del espectador, y es que hasta ahora había estado disfrutando del juego maquiavélico, pero de pronto la cosa empieza a ponerse seria. Una vez los Kim consiguen abandonar la casa, les sorprende un diluvio que inunda todo su cuchitril y los deja, literalmente, en la mierda, cuando minutos antes habían estado gozando la vida padre. Es un golpe de realidad duro, porque pase lo que pase eso es lo que son, ese es su mundo, y no todos se pueden permitir el sueño americano. Los violines ya no son alegres, no animan, no planifican como villanos. La banda sonora se convierte en un eco del desastre y de las palabras del patriarca, quien tras semejante fiasco le dice a su hijo, el desencadenante de todo, que lo mejor en la vida es no planificar nada porque luego pasa lo que pasa. De modo que el giro dramático no es solo el descubrimiento del búnker, sino también el cambio de registro, que además es orgánico porque, como decía, tras la máscara de la comedia se esconde una realidad dramática SIEMPRE. ¿O cuántas comedias habéis visto que no tengan sus momentos de bajón? Este cambio de tono es lo que marca el segundo acto hasta llegar al clímax. Nótese la gran sensibilidad de este director al aprovechar esos minutos gloriosos para sentar el golpe violento, dando voz a sus personajes (a partir de aquí los diálogos van a ir in crescendo porque si hay que colar críticas y reflexiones finales, mejor que sea ahora que aún no nos hemos ido de desmadre). Otro grandísimo acierto narrativo. Ese acto también está marcado por la continua tensión, que también aumenta. Si la primera parte era de jijís y jajás, ahora observamos con el puño en la boca y de pronto los Park ya no nos parecen tan inocentes ni víctimas. De pronto son ellos los villanos. La relación cordial que habían mantenido con los Kim se quiebra y acontece el gran final, con otra vuelta de tuerca (esta vez solo para los personajes, ya que el público lo veía venir desde hacía un buen rato) digna de Tarantino: muertes, barbarie, caos. Peeeero, por si encima no habíamos tenido suficiente, ¡luego hay un salto temporal de unos meses en el que descubrimos que el hijo no ha muerto, sino que estaba en coma! En cambio, la que sí muere es la hermana. La forma de contar esto quiere, además, recuperar el tono inicial del filme y lo consigue, naturalmente, porque no se ha despegado todavía de la ironía y el humor negro. Estamos en un punto en el que la palabra ha acabado tomando protagonismo sobre la acción, y lo que empezó con movimientos de cámara testimoniales acaba con la voz narradora del joven "Kevin" y un último recurso que de nuevo adopta el montaje "planificador" en el que los hechos van sucediendo a la vez que se van contando, solo que esta vez, como si emulara el monólogo del padre, no alude a una realidad..., sino a un sueño. Porque al final, los planes no nacen sino de los sueños. Y todo lo que han vivido, en el fondo, era parte de su sueño, no era real, era una vida basada en mentiras y estafas. Y parte de ello es lo que simboliza la piedra, que en el fondo no deja de ser un elemento supersticioso, es decir, algo basado en una creencia que no se ha demostrado que funcione. Así, con otro movimiento de grúa descendemos de la cima nuevamente hacia el plano del techo con el que empezó la película, porque los personajes han vuelto a bajar del sueño, se han dado el golpe de sus vidas. Las últimas palabras sentencian esto: "Cuídate hasta entonces". ¡Pam! Menudo mazazo emocional para el público que, por un momento, había vuelto a caer en el sueño de Kevin y creído que el final iba a ser así de feliz. Es esa clase de cierre perfecto que te revuelve por dentro, que te deja unos minutos plantado en el asiento no preguntándote qué acabas de ver, sino asimilándolo. Magistral. Reminiscencias kafkianas
Parásitos es una historia pocas veces contada o, como mínimo, contada de esa forma. No estaba muy puesta en cine oriental (quitando los animes, claro) antes de ver esta película, pero siempre he reconocido que por esos lares la narración funciona con un manejo y una sensibilidad bastante peculiares, muy personales y, en muchos casos, exitosos. La clase de voz que le falta a Hollywood pero que puede encontrar su hueco en el cine europeo tranquilamente. Y, aun así, contiene su gran toque americano que imagino que es el que encandilaría a los miembros de la AMPAS cuando decidieron nominarla. No me extraña: Joon-Ho ya ha demostrado y admitido que bebe de los grandes, como Scorsese y el propio Tarantino, curiosamente compañeros nominados en esta edición. Pero es que además todo el concepto argumental nos lleva a otra obra literaria de gran renombre y alta crítica socio-política como es... La metamorfosis. ¿Qué diferencia hay entre parásitos y cucarachas? Para la sociedad, ninguna: ambos están en lo más bajo y son lo negativo, lo que hay que pisotear, destruir. Es la parte de la naturaleza cuya existencia nadie va a ser capaz de comprender nunca. Poca diferencia hay en el trato que dan los Park a los Kim con respecto a los Samsa con Gregorio. En ambos relatos se sufre una transformación, en ambos relatos eso es una metáfora de la situación social y económica que viven los protagonistas (y en lo que se refiere a los Kim, la conversión pasa por su papel parasitario al infiltrarse en la vida de los Park y destrozarlo todo, incluidas sus propias vidas. Por un momento, como buenos parásitos, se hacen con el control de todo, pero pronto el sistema inmunológico de los millonetis actúa y los expulsa del cuerpo). El perfil de los personajes es trágico todo el rato, porque no hay ninguno, rico o pobre, que no acabe siendo una sombra de lo que fue o lo que podría llegar a ser. En el caso de los Kim, están los hijos que gozan de habilidades más que suficientes para un futuro brillante al que no pueden acceder por falta de recursos, aparte de unos padres que conocieron tiempos mejores con un trabajo estable y bien pagado. Y en el caso de los Park, está el hijo con un trauma de por vida, una madre preocupada que es incapaz de vivir plenamente y una hija que se ve eclipsada por su hermano menor y solo quiere que alguien le preste atención. Los Kim podrían empatizar con ellos... si no fuera por su condición de estafadores y sus enormes diferencias. Mención de honor para los dos elementos alienos, la ex asistenta y su marido, que son el alter ego de los Kim, parásitos luchando contra parásitos por un futuro que el estrato social de los Park tanto concede como arrebata. Ese matrimonio se convierte en el agujero del plan, el daño colateral, lo cual los deja en una posición todavía más victimista, y es que sufren heridas tanto de un bando como del otro. Una historia entretenida, profunda, universal, predispuesta a interpretarse de múltiples formas (como mi alusión más arriba de la crítica hacia el modo de vida estadounidense como amo financiero del mundo y una más que posible percepción de Trump contra todo el territorio asiático. Nota: desconozco las orientaciones políticas del director y ahora mismo confundo Corea del Norte con Corea del Sur y no sé muy bien de qué zona es este largometraje. Pero podría ser. Cogido con pinzas, vale, pero podría ser). Premio más que merecido. ¿Os ha seducido tanto como a mí y a la Academia?
0 Comentarios
Post de Naiara Salinas Es costumbre que cada año saltemos con un listado en este blog de parejitas memorables, o de grandes series y películas de temática romántica e incluso antirromántica para todos los haters de las ñoñerías. Este año he querido reunir las dos primeras recomendaciones cinéfilas del año en un post para todos los públicos. Ambas tratan del amor, pero de diverso tipo y desde perspectivas muy diferentes. Así que conozcámoslas. Para un plan antirromántico pero igualmente sentimental: Mañana empieza todo (2016) En la trama de nuestra primera película, de corte francés, Omar Sy (conocido por Intocable, X-Men: días del futuro pasado y Jurassic World) interpreta a un hombre que se convierte en padre responsable de una niña cuando su madre, un rollo de una noche interpretado por la hipnótica Clémence Poésy (famosa por haber sido Fleur Delacour en la saga de Harry Potter) la deja con él y se fuga a Londres, a donde él va a buscarla. Sin dar con ella, consigue un trabajo como actor especialista y gracias a su nuevo mánager y mejor amigo consigue criar a la pequeña en condiciones más que óptimas y establecer un vínculo con ella. Claro que la felicidad tiene un tiempo limitado..., sobre todo con un cargo donde te juegas la vida continuamente. Este peliculón fue mi gran descubrimiento una noche de zapping durante las vacaciones de Navidad y me lo he estado reservando para la ocasión. Supongo que no es necesario indicar la cantidad de argumentos que emulan a este (o viceversa). Desde Adam Sandler hasta Dwayne Johnson; no es raro que aparezcan papás por sorpresa en las salas. Sí es único, en cambio, el carisma y el encanto personal que aborda Sy a la hora de construir su personaje, aunque en una línea muy similar a la de Intocable, es decir, divertido y moderno, pero responsable; infantil, pero maduro. El guión, cómo no, participa de ese juego y causa que dos horas de tu vida se conviertan en una auténtica gozada, aunque la sombra de la madre siempre estará ahí, pues ni el padre olvida ni la niña se cree huérfana en ese aspecto. El filme, así pues, sigue el desarrollo de la relación padre-hija con bastante normalidad (quitando que él pasa de ser un acomodador en una playa francesa a una estrella del cine de acción británico), hasta que el conflicto principal se desata, y es que la trama también va de la aceptación de la paternidad y de lo que supondría para las vidas de cada uno de los implicados. Como digo, una historia de lo más familiar, llena de ternura y de tensión, en la que posiblemente lo más llamativo sea el personaje tan obscuro de la madre, a la que el espectador solo es capaz de aproximarse desde puntos de vista externos hasta que vuelve a entrar en acción y revela su versión de los hechos. En resumen: este largometraje que, como digo, toca la patata a todos los bienaventurados que lo seleccionan en su Filmin entra en estas recomendaciones temáticas por su visión, reflexión y valoración del amor, en concreto el paterno-filial. Nada de estrellas que aprenden a comprometerse con sus seres queridos ni gamberros que crían gamberros. El personaje de Omar Sy es un descarrilado con un corazón de oro desde el principio que simplemente no ha tenido suerte en la vida y que encuentra su rumbo y por fin se ata a un ente de la manera más inesperada y a la vez natural posible. La evolución de ese lazo es tan preciosa de observar que el final, con un plot twist muy clave, te llena de congoja. Una historia entrañable que habla sobre las segundas oportunidades y el encauzamiento, de abrirse en cuerpo y alma a la vida y no rendirse por duro o difícil que sea el camino. Es Papá por sorpresa, pero con el toque de Intocable (CHISTACO), En busca de la felicidad y... alguna otra que no recuerdo ahora. Es una buena exposición del título principal, pero mejor me callo antes de soltar de más. Sy solo hace que el cine francés merezca más la pena. Ficha técnica Mañana empieza todo (Demain tout commence) 2016, Francia Director: Hugo Gélin Reparto: Omar Sy, Clémence Poésy, Gloria Colston, Antoine Bertrand y Karl Farrer Puntuación: 10/10 Para un plan más romántico: Only You (2019) En mi siguiente propuesta sanvalentinera os traigo un drama independiente sobre una joven pareja compuesta por Elena (la española Laia Costa que se está comiendo Europa ahora mismo) y Jake (el inglés Josh O'Connor, la encarnación del príncipe Carlos de Inglaterra en The Crown) que se conoce en Nochevieja de forma accidental e inicia rápidamente una relación que evoluciona de manera vertiginosa. Él joven, DJ a tiempo parcial y estudiante de postgrado a tiempo completo; ella en sus treinta, trabajadora y muy comprometida. Cuando ambos decidan que es el momento de tener un bebé, entrarán en una montaña rusa de sueños y decepciones. Este filme respira frescura jovial y naturalidad de tal forma que es como si no hubiera cámara y los actores simplemente fuesen ellos mismos. Ambos evocan el tipo de relación en la que se juega. Son unos jugadores de cuidado, pero en plan bien: bromean, se pican, se hacen carantoñas, se apoyan... Ambos logran que la edad de sus personajes se diluya en una manifestación única de libertad y disfrute. La interpretación es tan rica y comprende tantos matices que uno acaba hipnotizado. El amor juvenil en su versión más realista y auténtica. Y eso es clave para una trama que desemboca en una dura realidad y un conflicto pocas veces tratado en la gran pantalla: ¿qué pasa cuando los sueños se ven truncados y la relación se estanca en un punto sin retorno? ¿Cuánto se está dispuesto a luchar? ¿Merece la pena? Elena no puede concebir, pero tanto ella como Jake están dispuestos a intentarlo de mil formas distintas. Es interesante asistir a esa odisea en la que el chico se convierte en el principal soporte de una mujer que se derrumba por momentos y que va denotando inseguridad conforme avanza el largometraje. En ese enfoque de la historia la labor de dirección juega un papel, ya que por un lado pasa el tiempo, pero por otro, cada corte entre escenas genera la sensación de continuidad y de que no es la trama, sino sus protagonistas, los que avanzan deprisa. Con ello se relaciona uno de los temas: qué ocurrirá cuando el tiempo vuele y la diferencia de edad sea más llamativa. Qué ocurrirá cuando se les pase el arroz. Hay que vivir deprisa porque no hay más remedio. En resumen: si creíais que con Historia de un matrimonio habíais llorado suficiente, preparad los pañuelos para esta lucha entre la esperanza y la incredulidad. Ay, el amor... qué dual se puede volver a veces, qué inestable, qué deprimente, qué egoísta... El filme pasa en un suspiro y te deja reflexionando sobre qué es la familia y lo importante en ella. En cierta medida, esta parejita se asimila a la de Adam Driver y Scarlett Johansson, pero al mismo tiempo son un poco la antítesis, en el sentido de que mientras que unos se rinden, otros aún siguen luchando. En cuanto al título, solo puedo decir: Selena Gómez o The Platters. Vosotros decidís. Ficha técnica Only You (Only You) 2019, Reino Unido Director: Harry Wootliff Reparto: Laia Costa, Josh O'Connor, Stuart Martin, Natalie Arle-Toyne y Isabelle Barth Puntuación: 8/10 |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
All Screens by All Screens is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en http://allscreens.weebly.com. Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://allscreens.weebly.com |