Post de Naiara Salinas Disney Plus llega hoy a nuestros hogares después de meses esperando, aunque me consta que no somos pocos los que ya hemos disfrutando de su contenido gracias a las webs rápidas de descarga (yo no es que quiera fomentar la piratería, pero el compartir arte se agradece). Aun así, siempre queda gente que opta por esperar con muchas ganas y mucha ilusión, los cubiertos arriba y la lengua fuera mientras el camarero sirve el plato. Esto es lo que os ofrezco degustar en mi menú seleccionado: La dama y el vagabundo El último live action de 2019 que vi con mucho entusiasmo me devolvió a aquellos maravillosos años en los que cantaba con acento italiano y devoraba espaguetis. Con unos cambios predispuestos a actualizar el diseño y la historia a nuestro tiempo, La dama y el vagabundo es de estas readaptaciones que surgen bastante salvadas, con un reparto capaz de empatizar y sensibilizar al espectador, así como transmitir toda la ternura y la diversión que se puede en este contexto. La presencia de animales reales cuyos diálogos y expresiones se generan por ordenador con las voces de perfiles hollywoodienses como Tessa Thompson, Justin Theroux, Sam Elliot y Janelle Mónae, entre otros, contribuyen en buena medida a este acercamiento, que busca humanizar más aún a estos seres peludos y desarrollar su psique: sus inseguridades, sus deseos... El realismo está muy presente y se amolda bastante a los parámetros que distinguen un filme de acción real frente a uno animado (sin restarle méritos a este último género, ya que también contiene películas que se quedan en el plano de la realidad). El nuevo enfoque con respecto a la relación entre Reina y Golfo, la insistencia en su rifi rafe inicial, causa que se disfrute mucho más, que su romance se viva con más emoción, y es que la química entre los canes es palpable desde el minuto cero (sí, a pesar del rifi rafe). Los añadidos realmente suman y no desproporcionan el contenido de la cinta original (ejemplo pequeño: los cachorros callejeros, que le dan la oportunidad a Golfo de mostrar su solidaridad más allá de la fama de canalla que le conocemos). En otras palabras: se puede ver perfectamente sin echar la otra de menos, como un nuevo clásico resurgido de sus cenizas, claro que cierto brillo nostálgico positivo prevalecerá. Como casos sombríos que desmienten un poco lo que afirmaba sobre el realismo: entre el reparto humano Jim Dear se casa con una afroamericana, es decir, hay unión interracial, algo que no tengo muy claro que se viera bien entre la clase alta en la época que retrata la película (poco después de la guerra civil). Un detalle sin más, más vinculado a la actualización de la trama que otra cosa, pero que lo mismo desde el punto de vista histórico puede "romper" un poco la casuística verosímil generada con lo demás. Por otro lado, el número de los gatos siameses (que ya no son siameses, por cierto) pierde bastante y es posiblemente el único caso en el que digas: "Prefiero el original". Simplemente la música es raruna y es un cambio injustificable. Otros cambios que sí me gustaron: que el terrier vecino de Reina sea de pronto una perrita y esté sometida a esa moda de vestir a los apodados como "perros patada" con trajes ridículos (crítica bien colada) y lo del castor, que ya veréis jeje. El final también es digno. Puntuación: 8 (por el desarrollo profundo de la relación entre los perros, el reparto, la ambientación, la fotografía y un guión a la altura) Togo Como este otro live action lo tengo más reciente, puedo contaros las cosas mejor y más resumidamente jeje. Togo es uno de los primeros resultados efectivos de la fusión entre Disney y 20 Century Fox (ahora 20 Century Studios), una historia que no solo readapta la leyenda urbana de Balto, una de las mejores cintas de animación del mundo, sino que además le sirve como precuela, ya que la trama no trata de Balto, sino de Togo, el perro que realizó el recorrido más largo y peligroso de la carrera, el auténtico héroe ninguneado por la prensa. Disney le hace justicia al fin a través de otro relato muy humano que se cuela en el top de los grandes defensores de la relación humano-animal (canino) en la lucha por la supervivencia, como ya pasó en La llamada de lo salvaje y Bajo cero. Las mismas reglas que en La dama y el vagabundo se aplican aquí, pero destaco como fuerte la estructura, que apacigua la tormenta con recuerdos tiernos y graciosos de la juventud del animal, su progreso hacia el guía que es en el presente. Los flashbacks son también el modo que tiene el protagonista humano, interpretado por Willem Dafoe, de conectar con él. Es de esta forma como se va apreciando el vínculo potente entre ambos, cómo un animal subestimadísimo acaba demostrándole su enorme espíritu. El largometraje presenta un tono muy clásico y dramático, soportado por una banda sonora dominada por violines e instrumentos de viento, es decir, epicidad y drama a partes iguales. La fotografía es otro aspecto de lo más destacable. El paisaje de Alaska enamora y resulta un eco de aquello de "naturaleza bella y peligrosa". La paleta de colores define muy bien la estructura, por cuanto que el viaje se llena de tonos fríos y oscuros, el invierno golpeando con toda su fuerza y la sombra de las muertes de los niños en ciernes, mientras que el crecimiento del perro es principalmente cálido, el verano, el deshielo, la vida y la juventud alegre cargada de aventuras. Hay un momento en que la situación apremia y todo se vuelve serio de golpe, pero nada como el cálido recuerdo para calentar el corazón de los protagonistas en tiempos difíciles. Posiblemente esta sea la mejor película para empezar en una cuarentena, por la relación y la conciencia que tenemos ahora con las enfermedades y el cuidar los unos de los otros. Una oportunidad de documentarse acerca de la realidad de aquella epidemia de los años 20 en Nome, porque hasta en eso el filme cumple a conciencia. El perro es PRECIOSO, con más aspecto de lobo que el propio Balto (que es un husky de pura raza. Ahí nos mintieron). Preparad los pañuelos. Puntuación: 10 Stargirl En esta propuesta ya no hay animales (salvo una ratita muy mona), pero sí mucha gente especial. Disney Plus se lanza con su primera historia de romance juvenil, donde no faltan el carisma y la música. Si os gustaron las adaptaciones de las novelas de John Green (como Bajo la misma estrella, Ciudades de papel o hasta la serie de Buscando a Alaska) y Las ventajas de ser un marginado, estoy casi segura de que esta encajará en vuestro perfil. Stargirl comienza introduciéndonos a Leo Borlock, un niño con una mentalidad única al que le mola llevar corbata y que se muda con su madre, pero que, tras pasar por una experiencia de acoso escolar, decide que lo mejor es ser uno más, aunque cada aniversario alguien misterioso le deja siempre una corbata en la puerta de su casa. Así hasta su decimosexto cumpleaños, cuando descubre que tiene una nueva vecina a la que le encanta cantar y tocar el ukelele y que dice llamarse Stargirl. La chica es la gran sensación del instituto y Leo, coladito por ella hasta las trancas, intenta conectar de algún modo aunque sea un pringado y ella vaya haciéndose cada vez más popular. La película rezuma una sorprendente madurez. A través de este personaje femenino que puede considerarse una mezcla entre Pippi Calzaslargas y Leslie (de Un puente hacia Terabithia, otra gran historia de referencia para esta ocasión), Disney nos muestra su lado más filosófico, justo en una etapa en la que empiezas a cuestionarte el sentido de la vida y las elecciones que se hacen, planteando una forma de vida sin ligamentos sociales, únicamente fiel a tu espíritu y tus principios. Y es que, como afirma Stargirl, todos nos convertiremos en polvo, pero que añada "estelar" le da un matiz más bello, más esperanzador, y sitúa a sus compañeros en la tesitura de que todo el mundo tiene derecho a ser único y especial si lo desea. Por eso Stargirl le coge cariño a Leo y gracias a ella él se atreverá a salir del caparazón otra vez. El reparto realiza una gran labor a la hora de retratar con dulzura y profundidad la adolescencia. Grace VanderWaal es pura luz, como su personaje. Para acompasar este modo de pensar se opta por el folk, el género musical más pacífico, armónico e independiente, en cuya etimología ya se señala la conexión con la naturaleza. Todo ello representa a su intérprete y confiere al filme un tono familiar, acogedor. Argumentalmente no es nada ambiciosa (hasta se podría acusar de ausencia de trama), pero funciona como la vida misma y se puede pasar un buen rato con ella. Un retrato de la adolescencia muy sincero y muy tierno. Dejo abajo el tema principal de la película, que a mí ya me ha enamorado. Puntuación: 7,5
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Agosto 2023
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