Entre las estrellas y Downton Abbey, me quedé a dos metros de ti (críticas de septiembre)10/10/2019 Post de Naiara Salinas Octubre lleva ya una semanita y un par de días dando guerra con sus estrenos (son tantos que mi agenda sangra tinta a estas alturas), pero yo no puedo avanzar sin cerrar ese capítulo de mi vida que fue septiembre. Un septiembre emotivo, de reencuentros, de vivir penurias, horrores y romances con los amigos... Y todo ello sin tan siquiera empezar clases como antaño, jeje. It. Capítulo 2 (fecha de visualización: 08/09/2019) La única del mes a la que le dediqué su propio espacio, pero, por si alguien no ha estado atento o la vio más tarde, comparto otra vez. ![]() A dos metros de ti (fecha de visualización: 16/09/2019) Esta película es una de esas rarezas cuyo guion es el que inspira la versión literaria y no al revés. Y si bien en matemáticas el orden de los factores no altera el resultado, cuando se habla de versiones originales y adaptaciones la percepción puede ser muy distinta según aquello que veas primero. No obstante y aun partiendo de la lectura, fui al cine con la conciencia de que iba a ver un original, y sencillamente la historia no me hubiese podido emocionar más, y tanto por el recurso audiovisual que emplea al ser la joven Stella una youtuber de triunfo como por el ritmo y la estructura, estaba claro que estaba pensada para salas antes que para estanterías. No obstante, alabo la adaptación a las páginas porque el juego salió muy bien y se evitó el calco completo aportando algunos diálogos diferentes o detalles en la historia, como el tema del canto y el papel de Abby. Es decir, todo muy reconocible, pero al mismo tiempo más, como suele ser la labor de un libro (aprende, Rowling, aprende, que tus guiones de Animales fantásticos se me quedan cortos). A dos metros de ti nos habla del romance entre dos enfermos de fibrosis quística, una enfermedad respiratoria que les impide mantener estrecho contacto superior a dos metros. Desde el principio se conciencia al espectador sobre la importancia de este mal y de cómo afecta a la población, y es interesante el cuidado en el detalle de los síntomas y el tratamiento (buena labor de investigación). Las interpretaciones son una maravilla (ser capaces de reflejar ese sufrimiento por una dolencia con tanta verosimilitud siempre es algo que me flipa), aunque dentro de unos perfiles prototípicos del género destaca la brillante y carismática Haley Lu Richardson, cuyo personaje, todo hay que decirlo, está escrito desde el principio para aportar luz, aunque es el trabajo de Haley el que sin duda eclipsa el de los demás. Durante el visionado no dejaba de pensar lo monísima que era esa chica y para mí ha sido uno de los descubrimientos interpretativos del año. Cole Sprouse también está genial, pero su perfil de rebelde no dista mucho del que ya posee en Riverdale; está claro que está ahí porque puede hacer ese papel y puede generar muchos espectadores también (eso no le resta mérito, pero, como digo, el guion favorece a Haley todo el rato. Así que por otro lado es genial conocer en la novela el punto de vista masculino). Conclusión: es una película muy bonita, con un joven reparto que se luce cada uno a su medida y una historia con un final atípico de este tipo de dramas sobre pacientes que pueden morirse en cualquier momento, del tipo abierto que da lugar a la esperanza por un futuro. Y es que, como también es habitual, se pasan la historia cuestionándose sobre lo que pueden y no tener, y alegando que hay que aprovechar el tiempo al máximo. A lo mejor a primera vista no parece que aporte mucho, pero me ha gustado más que otras parecidas. Te gustará si te gustó Pulseras rojas, por poner un ejemplo (misma camaradería, historias de amor, sentimiento de pérdida, un poco de misterio, juventud en éxtasis...). ![]() Downton Abbey (fecha de visualización: 30/09/2019) Esta experiencia es otra digna de mencionar. Para empezar, porque hacía tiempo que no tenía una sala para mí sola, lo que significa que fangirleé en alto todo lo que pude tal y como hacía cuando veía la serie en mi cuarto. Pero no se trata solo de mí, ya que hubo un par de personas no seguidoras de esta ficción que me contaron sus buenas impresiones del largometraje y no pude por menos que sorprenderme, ya que ¿cómo podía haberles gustado el filme y no la serie? Para mí eran exactamente lo mismo y siguen siéndolo. Downton Abbey es una oda a todos los fans de la serie, una extensión de lo que fue la última temporada que se siente como un especial navideño de dos horas y que podría iniciar perfectamente donde lo dejó (de hecho, es así, casi). Sin embargo, posicionándome en el lugar de mis amigas, hay que reconocer que, como película, funciona por sí misma, y con semejante guion estructurado uno puede empatizar sin problema con los personajes, aunque no los conozca desde hace años. Se puede sentir simpatía y se puede sentir intriga, pues, como buena telenovela británica ambientada en el siglo XX, es todo un culebrón. La energía que aporta el cast, encabezado como siempre por la familia Crawley, aka los condes de Grantham, es más que suficiente para atraer, incluso con una Maggie Smith a la que ya pesan los años y ves frágil, pero al mismo tiempo continúa en su papel de canalla de siempre. La abuela de la familia es, expresándome coloquialmente, la PUTA AMA, y como tal se gana la admiración del público en cada escena. Regresando al cambio de formato, el guion adopta acertadamente la estructura clásica del cine, aunque como apuntaba arriba, es curioso que no deje de parecer un episodio largo, lo cual es una muestra de lo mucho que está evolucionando la televisión y lo cerca que está ya de su hermano mayor. Como película debe centrarse en una trama y debe dejarla lo más cerrada posible... a menos que desees una segunda parte (ayyyy pillines. De eso hablaremos luego). En este caso la mansión acoge a la familia real por una noche durante su gira por Inglaterra y los cambios comienzan a ser drásticos; una trama que se amolda bastante bien al carácter general de la ficción y que le permite conservar su espíritu al mismo tiempo que hila a nuestros personajes más queridos con subtramas cuya resolución es más una promesa que un cierre definitivo. Algunos de los nuevos personajes son pasajeros y no dejan huella, pero otros sí y acabas con el convencimiento de que si esto sale bien, podrás volver a verlos en el futuro, y ganas que te entran. Por eso digo que aun teniendo la forma de una película sigue siendo la serie a lo grande. Conclusión: por el salseo, la comicidad y el rifi rafe entre Maggie Smith e Imelda Staunton, con quienes no podemos evitar recordar a McGonagall versus Umbridge en Harry Potter y la Orden del Fénix, puede gustar al común denominador. Pero quienes van a salir enamorados hasta las trancas va a ser el fandom de toda la vida, no solo por la nostalgia y la ilusión de ver a nuestros personajes favoritos, reconocer las referencias, ver a los niños algo más creciditos y saber qué ha sido de los nobles y los criados estos años... que para ellos no han pasado de la misma forma que para nosotros, sino porque, como bien afirma el señor Carson, Downton siempre será un lugar al que volver porque siempre estará en nuestros corazones. ![]() Ad astra (fecha de visualización: 02/10/2019) Normalmente tiendo a ignorar al público durante un visionado en el cine; da igual que sea muy plasta: no suelo dejar que me arruine la experiencia. Con Ad astra por desgracia no fue posible y casi temía que eso influyera en mi percepción de la película y en esta crítica. Ya más calmada puedo alejarme de esa rabia interior, pero os garantizo que las pestes que eché al salir de la sala fueron reales. Por el tipo que se sentó delante de mí y confundió la sala con algún spá o lugar de relajación, por cuanto que cayó seco enseguida... roncando (o respiraba muy fuerte, me da igual); por la parejita del otro lado de la sala riéndose del roncador, o por la pareja de detrás mía comentando la película TODO EL MALDITO TIEMPO. Estos detalles (salvo el ronquido continuo que me llevó a la desesperación de empezar a patalear sobre el asiento a ver si se pispaba un poco) no me hubieran martilleado el cerebro si el largometraje hubiese seguido la estela de Interestellar (badum tss) con su sonora banda (en ese orden en tal caso, sí). Pero no, decidió seguir la de Gravity: ambientación súper espacial, súper realista, súper intimista, silencio absoluto, que se note que estamos en cine de festival de Venecia y no en otro blockbuster. Con todo, he de reconocer que el argumento me dejó en una nueva cara de la luna (*guiño, codazo, guiño*). Con Life viví el cuento de terror de los monstruos del espacio; con Interestellar, una digna space opera sin llegar a la fantasía de mundos y leyendas de Star Wars, pero con parte de la aventura interespacial de Star Trek. Y con Gravity, el agobio en la fría y oscura soledad del espacio donde pocos recursos hay para volver a casa sin sacrificar algo por el camino. Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos es el mandamiento de todas estas películas, la búsqueda de uno mismo en la inmensidad del universo, la búsqueda de vida inteligente, el conocimiento, la supervivencia, etc. Entonces llega Ad astra, que cuando parecía que iba a mostrarnos el camino a las estrellas... entronca con un dilema psicológico centrado en el abandono de un padre a su hijo, padre que está perdido en el espacio causando problemas y al que el hijo, por orden de un comité, debe encontrar, ironías de la vida. Si tuviera que señalar alguna otra aventura espacial con semejante tinte mental... sería Marte, seguramente (pero incluso Marte es distinta, conecta mejor con el espectador y su estilo se acerca al blockbuster). Lo que empieza como una misión con un objetivo claro acaba por diluir la máscara serena con la que se nos presenta Brad Pitt en las dos primeras partes. Más psicológico se torna todo teniendo en cuenta la importancia que le dan aquí a las evaluaciones de ese tipo. Nada de preguntarse por el sentido de la vida, o de qué hay más allá o de si estamos solos. Solo importa una pregunta: cómo estás tú. De la acción pasamos a la reflexión y, así, se nos revela una parábola sobre un padre y un hijo pródigo con los roles un poco invertidos. Quien quiera ver aceleración en el metraje mejor que vea otra película porque cuanto más avanza esta, más tiempo se permite para darle vueltas al sentido de ese viaje. Y ni qué decir lo mucho que favorece la atmósfera claroscura a ello y el 40% de silencio. Probablemente sea uno de los filmes con más efecto de ASMR que he visto en mucho tiempo (pero aun así eso no disculpa al "amigo" que se durmió en el asiento de delante). No obstante, la ambientación no solo es relevante para conseguir ese toque psicológico, sino también para contextualizar la clase de mundo en el que suceden estos eventos, pues todo va del progreso, de expandir horizontes, y aquí los humanos ya han colonizado la luna y varios planetas, y continúan en la gran búsqueda de vida inteligente. Una búsqueda dada por imposible y que para colmo puede provocar la destrucción de la Tierra. Es la búsqueda que inició Tommy Lee Jones, el padre de Brad, y es a la que este último debe poner fin, lo cual plantea otra idea y es: ¿cuán lejos estamos dispuestos a llegar por ese afán de descubrimiento? ¿Qué sacrificaríamos? ¿Merece la pena desechar una vida con tus seres queridos en tu hogar para salir a lo desconocido? Tal y como trata la peli este dilema, me orientaría a pensar que está a favor de aprovechar el tiempo que le queda a nuestro planeta. De hecho, ello forma parte también de la transformación del personaje de Brad, cuya historia se nos permite ir mascando poco a poco. Lo que vemos al principio es un astronauta, educado para recibir órdenes y cumplir su misión. Al final, quedará más un ser humano. Conclusión: una película sobre la humanización progresiva de un individuo en un reencuentro con su pasado, la historia sobre la relación de un hijo con su padre y lo mucho que puede llegar a marcar, una space opera más intimista que cualquiera de las que he mencionado antes. No creo que sea para todo el mundo, hay que tener paciencia (y, sobre todo, evitar compañía irritante, porque la notarás más que nunca). Brad destaca por encima de todo el mundo, hasta de Jones (otro al que también le pesan los años). Genial ambientación y muy pro el mostrar nuestro universo expandido sin necesidad de detenerse en detalles de cómo se crearon las diferentes estaciones espaciales y demás. Ya hemos visto mucho de eso. Un añadido para acabar este post es que a mi compi Mariaje y a mí nos queda todavía por comentar nuestra primera experiencia como espectadoras en el festival de San Sebastián durante la ceremonia de clausura con dos películas muy distintas y, sin embargo, parecidas: ¡The climb y La canción de los nombres olvidados!
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Agosto 2023
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