Post de Rosana Rábago y Naiara Salinas
El 2023 será recordado en el terreno cinematográfico por el éxito sin precedentes de Barbie y Oppenheimer. Un fenómeno que se vio impulsado cuando, debido a la huelga, la otra gran película esperada del año se pospuso hasta el viernes 1 de marzo: Dune: parte 2.
La continuación del éxito de 2021 ya está a punto de llegar a la gran pantalla y llega con un objetivo: el de desmentir una frase muy habitual en las sagas cinematográficas: "Las segundas partes nunca fueron buenas". Y con Dune: parte 2 el tópico se desmiente. La película protagonizada por Timothée Chalamet y Zendaya resulta mucho más entretenida que su primera parte debido a que ya no hay tanta presentación de Arrakis y a que, y esto quizás es un error aunque ayuda a que avance la trama, no se ve tanto componente político. La moralidad de Paul Atreides, a prueba en Dune: parte 2
Los que ven un desarrollo sin precedentes son los personajes principales. Si la primera película de Denis Villeneuve nos presentaba a un Paul Atreides inexperto y tratando de comprender la situación que está viviendo, un adolescente inteligente pero inocente, en Dune: parte 2 el personaje al que da vida Timothée Chalamet ha madurado, aunque sigue negando la realidad de quién es. Una lucha que vemos de primera mano durante toda esta película y que es, realmente, lo que motiva toda la trama. Su transformación atiende dos vertientes: por un lado, la impuesta por las figuras líderes sobre las que él vierte su apoyo mientras aprende; por otra, la consecuente una vez descubierta la traición gubernamental. Paul inicia su camino de la venganza y, haciendo referencia a la heredera popular de esta saga literaria (cuyo nombre empieza por “s”), ya sabemos qué conlleva para el personaje de turno.
Cuenta la leyenda que Frank Herbert nunca se sintió satisfecho por la acogida de su protagonista entre los lectores, quienes veían en él una víctima de los horrores Harkonnen, un caudillo liderando al pueblo oprimido… En definitiva, un héroe. Con la pretensión de abrirles los ojos, por tanto, escribió la secuela y, no sin cierta provocación, la tituló El mesías de Dune. Porque la historia, en el fondo, nunca fue solo un “juego de tronos”, sino una lección sobre las consecuencias de una fe descontrolada en una persona, el intento de controlar las acciones y de creer de forma desmedida en el destino; cuando algo pasa de una creencia pura a un fanatismo que no se diferencia del que origina muchos regímenes totalitarios, ya que la luz, al igual que la oscuridad, también puede cegar. Por suerte, Villeneuve entendió el mensaje y el propósito, y él, experto en recrearse en caídas, en atmósferas lúgubres y épicas, más en el cuestionamiento de la moral, lanza sobre su Paul toda la dualidad que requiere el sacrificio por el bien común y el ansia de justicia para la familia. A nivel narrativo se puede poner en cuestionamiento la actitud del personaje, pero quizá lo que más cojea en una escena muy concreta (que muestra por primera vez el culmen de este cambio) es la interpretación de Chalamet, muy en la línea de El rey, como ese joven rebelde empujado a la villanía y abrazándola con cierta exageración forzada. El componente político-religioso, la escisión entre los fremen
Los fremen fueron introducidos en la parte uno y en la dos ocupan casi todo el foco de la contienda. El guion no solo nos permite conocer más a fondo las tradiciones de este peculiar pueblo, sino también a secundarios de lujo. Chani, interpretada por Zendaya, también evoluciona y, en este caso, demuestra ser una mujer fuerte, con ideas propias y, lo más importante en Arrakis, independiente. No necesita a nadie y, a pesar de estar orgullosa de su cultura y de su gente, no dudará en señalar aquellas cosas que, a su parecer, podría mejorar su comunidad. Y una de ellas es precisamente la famosa profecía que involucra a Paul, en la que ella no acaba de creer.
La parte contraria a esta falta de creencia la encontramos en los personajes de Jessica Atreides y Stilgar, interpretados respectivamente por Rebecca Ferguson y el español Javier Bardem. En ellos encontramos el salto principal de la trama política a la religiosa, que a su vez se impone entre los antagonistas. Mientras unos alimentan el por y devenir de Muad’Dhib, los otros se encaminan a detener a quien es capaz de atraer a las masas y lograr que luchen en su bando.
En cuanto a las nuevas incorporaciones, nos deshacemos en elogios, tanto con un Austin Butler desatado en su sadismo como con una Florence Pugh elegante y estratega. Él es todo lo que pedíamos de este personaje complejo cuyo rol antagonista en cierta medida también es una imposición (aunque lo viva como regalo y gran oportunidad) y sus escenas logran dejar huella por lo bien que traza su perfil. Francamente es todo lo que Gurney Halleck prometió a su discípulo: un bestia, no un hombre. Pero un bestia con cierta sensibilidad bélica que no escapa a nadie y por la que se hace respetar entre los fans. La princesa Irulan, en comparación, no es tan emocionante, pero igualmente deja su interés entre el público, pues cuenta con el magnetismo de la propia actriz y su buena fe. En general, el reparto entero se luce, respaldados por una labor de dirección y guionismo excelentes, además de su talento para interpretar, por supuesto.
"La mejor película de ciencia ficción"
Todo esto queda brillantemente envuelto en una película que podría ser el mejor proyecto de Denis Villeneuve. El director, consciente de la importancia del libro, destina gran parte de su presupuesto a una ambientación y escenografías que hacen que el planeta de Arrakis, al igual que sucedió en la primera película, brille con luz propia.
![]()
Lo mismo sucede con la música. De esta forma, el cineasta vuelve a contar con Hans Zimmer que, de nuevo, es capaz de dar su toque y lograr que sus melodías acompañen perfectamente a las múltiples líneas argumentales, llegando a ser capaz de que combinen con un idioma completamente inventado para la película pero que tampoco sorprende debido a las decisiones artísticas de Villeneuve y donde, quizás, la única pega realmente importante reside en la duración, que llega a las cerca de tres horas.
Un tiempo que, visto en retrospectiva, puede ser el necesario para que la película cuente la historia correctamente pero que, para aquellos espectadores que sigan sin entrar en la historia, puede ser excesiva.
Decisiones que colaboran a que se cree una película de ciencia ficción con un tono serio, alejada de los blockbusters más recientes, y que demuestra, al igual que aseguran muchos críticos que Dune: parte 2 es la "mejor película de ciencia ficción" de la historia, al nivel de otras grandes sagas como El señor de los anillos: las dos torres o, incluso, La guerra de las galaxias: el Imperio contraataca.
Entre tantas palabras elogiosas destacan las de Brian Herbert, hijo del autor de la saga original. "Es gratificante ver la historia de mi padre contada con tanto cuidado", escribió el también reconocido escritor: "Cuando la nueva película se combina con Dune: parte 1 es, con diferencia, la mejor interpretación cinematográfica que se haya hecho jamás de DUNE, la novela clásica de Frank Herbert".
Nota de Rose: 9,5/10
Nota de Naia: 10/10 Nota media: 9,75/10 Lo mejor: la ambientación, la música y la trama, con muchísima más acción que en la primera parte que, al final, resulta necesaria para entender las bases de Arrakis. Dune: parte 2 es la máxima expresión artística de la franquicia por el momento, con un gran hilo conductor en este apartado con respecto a la entrega anterior, que causa que la experiencia espectadora alcance cuotas de fanatismo audiovisual equivalentes al de los fremen con Muad´Dhib (lo que en términos coloquiales hemos definido como un “orgasmo ocular y auditivo”). Lo peor (para Rose): el camino del villano a la imagen de Chalamet no se siente todo lo orgánico que debería. Naia opina que no es un camino del villano, sino del antihéroe, y que por eso es tan gris e imperfecto. Paul no es mal chico, solo el producto de un fanatismo exacerbado y un resentimiento puro.
1 Comentario
Redfox
3/2/2024 00:28:37
Excelente post, nada mas allá de lo que se esperaría de alguien con tan buen juicio como ustedes, sin duda ahora tengo mas ganas de ver la cinta y mas desesperación al saber que no podré hasta sino la próxima semana 😫
Responder
Dejar una respuesta. |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
![]() All Screens by All Screens is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en http://allscreens.weebly.com. Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://allscreens.weebly.com |