Post de Naiara Salinas Diciembre se pega una recta de estrenos de campeonato, y como no podía faltar el estreno DC del año, ahí ha apurado la compañía con el hombre pez al que ya nadie volverá a juzgar como hacía Raj en The Big Bang Theory. Y es que Jason Momoa ha elevado la dignidad del personaje a un nuevo nivel. ¿Cuál ha sido el acierto? Poner a un tío hawaiano muy macizorro y con conexión a Juego de Tronos de protagonista... Nah, ahora en serio. El mayor, el gran, el primer acierto de Aquaman es su tono y el tipo de historia. Supone una buena oportunidad para presentar y ensalzar a un héroe más allá de la aparición que vimos en La Liga de la Justicia, donde, cuando ves este filme, te das cuenta de que no se le hizo mucha justicia (valga la ironía). Aquaman cuenta una historia para todos los públicos. Es una aventura que detalla los orígenes y al mismo tiempo se nutre de todo lo bueno que tiene el género, más allá de un espectacular CGI que es motivo para plantarse frente a la Academia de Hollywood y EXIGIR una nominación más que merecida a los Oscar. Lo mejor es que sigue la estela de Wonder Woman y se aleja notoriamente de los fiascos oscuros. Aquaman viene a ser el punto intermedio entre la nobleza épica (asentada con nuestra querida amazona) y la diversión (que culminará con Shazam el año que viene), con lo que marca un tono mucho más próximo a Marvel, con una prueba más que evidente cuando comparamos su argumento y ciertos detalles con los de Thor. Y es que si el meme de Wet Thor circula por las redes no es por nada. ¿Y... sería justo afirmar que Aquaman toma más referencias del dios del trueno que de su propia casa? Bueno, veámoslo con una enumeración sencilla (SPOILER ALERT):
¿Alguien necesita más pruebas? Pero más allá de las comparaciones que puedan surgir entre Marvel y DC, lo cierto es que en estos tiempos de frío gélido y niebla aquí en la bella Mordor, nada apetece más que darse un chapuzón en los fiordos noruegos, ¿verdad? Exacto, ni de coña, no para mí, así que no me toméis en serio en esa parte. Pero Aquaman es mucho más que seres mitológicos con armas de última generación (¿metáfora de una futura caída de la humanidad?); es la sexy salida del océano al ritmo de Pit Bull en cámara lenta cual Vigilantes de la playa o Inmersión letal; es el ejemplo de que los peces son amigos y no comida; ¡es el retorno del Anillo de Fuego como nunca lo vimos en Buscando a Nemo!; es un romance imposible con mejor final que Romeo y Julieta. Por referenciar, hasta hay una similutud con La piel fría en esas criaturas de la Fosa. ¿Y qué me decís de esa búsqueda de un tesoro perdido que nos lleva a recorrer lugares exóticos siguiendo pistas propias de La búsqueda o Indiana Jones? Y el retorno a la era jurásica en ese pequeño territorio olvidado por la humanidad a lo La isla misteriosa? Oh, sí, las referencias son también literarias. Vamos, en resumen: es una novela de aventuras, es aprendizaje, es entretenimiento, es misterio, es acción y es amor. ¿Dónde está el superhéroe? Ahí es adonde quería llegar: si Aquaman no hubiese salido de un cómic, podríamos aventurarnos con que estamos ante la adaptación de un mito como tantas veces hemos visto con Hércules, Perseo, Ulises y Teseo. Es el tipo de historia que sin saberlo echábamos de menos, y el que esté asociada a DC nos demuestra una vez más el universo rico que contiene y que merece la pena explorar. Batman y Superman ya nos han dado suficiente, ¿no creéis? Son personajes que ya se agotan a sí mismos. Uno oye hablar de una nueva película de ellos y la emoción ya no es la misma. Pero cuando DC se atreve a salir de la zona de confort, resulta exitosa. Los fans y la crítica la premian, aunque la Academia no Y es que no solo la trama es atractiva; vamos a tratarla ahora como lo que superficialmente es: una explotación de todos los recursos técnicos del cine en la actualidad. James Wan ha ejercido su magia detrás de la cámara, hasta el punto de que hasta George Méliès podría sentirse orgulloso: una ambientación oceánica muy lograda, unos escenarios que quitan el hipo, criaturas formidables, unos efectos que, aunque a estas alturas no deberían impresionar, te dejan a cuadros porque, incluso aunque sabes que pocas escenas son realmente acuáticas, te lo llegas a creer. E, importante, un guion muy bien estructurado, donde cada pasaje tiene su sentido porque nos permite explorar el pasado del protagonista y anclarlo a cada personaje, al mismo tiempo que nos adelanta el futuro. Si hay fan service (que lo hay), es muy sutil, y no sientes que nadie sobre, así que Rowling, Yates, por favor, tomad nota de esto. Conclusión Aquaman es la nueva gran oportunidad de DC de remontar. No es navideña per se, pero denota mucho amor por la familia (la calidez, ah, fermosa y cálida calidez), así que excusamos su estreno en estas fechas. Es el héroe que nos merecíamos, más que necesitar (aunque la canción principal diga lo contrario). Hablando de canción, como reflexión final simplemente añado: parece que toda película de DC que contiene un tema para los créditos finales cantado por una mujer... triunfa. Just sayin. Voy a dejarlo aquí para que os imaginéis los créditos de esta reseña y quede bien claro el mensaje: "Todo lo que necesito es que DC siga haciendo películas así". PD: advertencia para los aventureros: solo hay UNA escena postcréditos.
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Agosto 2023
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