Post de Naiara Salinas Una pareja de músicos separados por la vida, un niño abandonado con un oído muy musical y un solo objetivo en la vida. Preparaos para emocionaros con este drama sobre una de mis grandes pasiones: la música. Curiosamente, aunque la música tenga un papel esencial (a estas alturas ya estaréis acostumbrados a que mis gustos cinéfilos se dejen influir por esto), el sueño del protagonista, Evan Taylor, no es triunfar en ella, sino encontrar a sus padres. Freddie Highmore (el actual Norman Bates de la serie Bates Motel, por destacar el increíble salto de este chico) interpreta al hijo de una joven pareja de músicos de diferente género (ella clásica, y él, rock) que tienen un lío una noche durante una fiesta y terminan separando sus caminos, aunque en el fondo guardan el recuerdo de aquel momento tan especial. Ella queda embarazada y da a luz, pero su padre, por evitar la desgracia de tener un nieto bastardo de un desconocido, le cuenta que el bebé ha nacido muerto (aprovechando que ella tiene un accidente) y manda al pequeño a un orfanato, donde pasa once años pensando en su familia y en la música (lógico, la lleva en la sangre). Un día se escapa del orfanato y comienza a recorrer el país en busca de sus padres, viviendo un poco a la picaresca, aunque por el camino tendrá ocasión de experimentar con su oído y desarrollar su talento innato. La historia es entrañable, tierna y preciosamente contada, como un cuento. La odisea de Evan es bastante completa: le pasan cosas buenas y cosas malas, es estafado y es afortunado, pero sobre todo persiste su curiosidad por el mundo que le rodea y por cómo puede convertir eso en una melodía. Evan es una especie de Mozart, un genio de la música que todo lo que oye lo convierte en una nota, una sinfonía, una rapsodia... Pero es también un Lázaro de Tormes y un Oliver Twist que trata de encontrar su lugar y va pasando de mecenas en mecenas, por así decirlo. Uno de ellos es Wizard (Robin Williams, en paz descanse), que es lo que Fagin al huérfano de Charles Dickens, es decir, un hombre que acoge a niños de la calle en su refugio siempre y cuando trabajen para él, la mayoría de las veces robando. Sin embargo, Williams no puede ser tan malo y por eso subyace en el personaje cierta pizca de bondad y simpatía que le hace encariñarse con Evan (o August Rush, su pseudónimo de artista) y animarle a tocar en la calle por sus padres. En cada etapa de su trayectoria Evan va descubriendo un nuevo instrumento y componiendo su banda sonora de vida mientras sus padres tratan de seguir con la suya. Lo hermoso de esta película es el mensaje de que todo a nuestro alrededor es música, pues si esta habla de la vida y se inspira en ella, no es necesario pensar en un instrumento como fuente musical imprescindible, sino que cualquier sonido puede ser una nota: la teclas de un ordenador, un bolígrafo al rascar el papel, una bocina, una pelota botando contra el suelo... Así es como piensa y crea Evan una de las mejores bandas sonoras que he oído en mi vida, muy inspiradora. Por supuesto, un largometraje tan musical como este debe rodearse de grandes artistas como John Legend, que además tiene su propia canción en la lista de reproducción del filme (es lo normal, véase el caso ya contado de Adam Levine en Begin Again). Pero además los propios actores tienen oportunidad de lucir talento, como Jonathan Rhys Meyers (el padre de Evan), que interpreta canciones originales y muestra tener buena voz. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de Freddie, ya que quien toca realmente la guitarra en sus respectivas escenas es Kaki King, una guitarrista estadounidense. Retomando el tema de la banda sonora, su originalidad no solo radica en emplear cualquier elemento al servicio, sino en la mezcla de géneros, lo clásico con lo contemporáneo, el chelo con una guitarra de rock, música gospel... Como premio fue nominada en la categoría de Mejor Canción Original en los Oscar 2008. En resumen: una historia sobre el poder de la música, un gran cuento a caballo entre la biografía de Mozart y Oliver Twist con un final que, por supuesto, conmueve, ya que el huérfano de Dickens consigue realizar su sueño y en este largometraje el título es bastante más spoileante que el de la novela. La banda sonora es de DIEZ (si me la pusieran en un concierto lloraría de emoción) y la mejor escena es el final. Ficha técnica El triunfo de un sueño (August Rush) 2007, USA Directora: Kirsten Sheridan Reparto: Freddie Highmore, Jonathan Rhys Meyers, Keri Russell, Robin Williams y William Sadler. Puntuación: 10/10
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Agosto 2023
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