Post de Naiara Salinas Lo primero: agradecimientos a SHIELD España por recordarme que este largometraje existe en su último vídeo. Lo segundo: gracias a Netflix por incluirlo en su catálogo (eso me ha facilitado mucho las cosas). Hoy vengo con una de las recomendaciones que seguro que comparto con todos los amantes del anime, del cine asiático en general y las grandes historias que marcan profundamente. Your name nos cuenta la historia de una chica y un chico. Ella es Mitsuha, criada en un humilde pueblo al lado de un lago que ansía empezar una nueva vida en la gran ciudad. Y él es Taki, aquel que tiene la vida que a ella le encantaría. Hasta ahí todo bien, todo normal. Sin embargo, la fuerza del deseo es tan poderosa, que cuando ambos se van a dormir se intercambian los cuerpos y viven la vida del otro, con repercusiones. En cuanto lo descubren, establecen una comunicación por medio de notas y van desarrollando una amistad anómala, siempre a distancia, siempre en el cuerpo del otro, conociéndose a través de la vida que llevan, hasta que de pronto el intercambio se corta. ¿Qué habrá pasado?, se pregunta Taki. Suya será la misión de descubrirlo, con lo que iniciará una gran aventura contrarreloj. Muchas veces me habían hablado de esta película, o muchas veces había leído críticas estupendas, y cada vez que leía una me decía: "Tengo que verla". Una de esas tareas que acabas arrepintiéndote de dejar como pendiente, aunque mejor tarde que nunca. Ya comenté una vez (o dos) que todo lo que rodea al mundo asiático es de una fascinación asombrosa, una humanidad enorme y un lenguaje muy personal. Dicho de otra forma, en lo que se refiere a Japón, Corea y China, puedes encontrar todos los clichés del mundo pero nunca ver dos historias iguales (mi impresión, importante). Y así como en este caso encontraba similitudes con otras, tampoco he sido capaz de señalar referentes claros, salvando el enorme peso que dejaron los estudios Ghibli de cara a la globalización del cine nipón. Así pues, lo primero que tengo que destacar de este largometraje es su trama envolvente, conducida por dos personajes que son cruz y cara de una misma moneda y cuya vida está llena de todos los matices que se asocian con la juventud que empieza a descubrir su sino y no persigue otra cosa que desatar sus pasiones hasta encontrar la auténtica. Por otro lado, sucede un poco como en Parásitos: la historia toma un rumbo muy diferente en la segunda mitad y salta de la comedia romántica fantástica al drama (y algo más que me voy a callar para no spoilear). El guion está tratado con tanto mimo que es una delicia seguir su hilo sin adelantarse a los acontecimientos, viendo hacia dónde te va a llevar, porque no es uno de esos argumentos fáciles de prever, y ahí ya no solo se lo debemos a la inventiva del responsable, Makoto Shinkai (que también es el autor de la novela en que se basa, por cierto), sino a lo mucho que se disfruta cada secuencia presente y lo sutilmente que cuela ciertos detalles que luego reaparecen en los plot twist que van definiendo la estructura general y la división de los actos. A día de hoy es muy difícil encontrar historias que trasciendan en la conciencia de cada uno, pero el clímax de este filme es de los que se recuerdan para siempre y te hacen ver la vida de otra forma. El manejo de la parte fantástica es de sobresaliente, porque, a pesar de ser uno de los clickbaits, no es la protagonista (prueba de ello es que nunca empezarás resumiendo esta película alegando que es fantasía, sino que posiblemente este sea el segundo o el tercer calificativo). Como todo en el cine oriental, lo fantástico se emplea para traslucir la filosofía de la historia, su mensaje, el que se clava en el corazón del espectador. ¿Y cuál es? El poder de las relaciones humanas, de la conexión, una empatía muy literal que se manifiesta a través de un acontecimiento mágico que lo cambia todo para sus protagonistas, no solo por lo que supone para su identidad mientras están en el cuerpo del otro, sino también para sus decisiones al volver al suyo. En definitiva: cómo nos marcan las personas. Se le rasca tanto simbolismo que lo que parecía sencillo se convierte en toda una hecatombe, pero jamás te pierdes en ese laberinto porque el hilo que agarras se mantiene firme hasta el final. Y, por último, está la animación: impoluta, hipnótica, nada sorprendente porque, aparte de continuar con el canon establecido desde hace unas décadas, juega con la armonía de los colores para dotar de magia los momentos clave y embellecer lo malo como solo lo consigue el anime. Algo que también merece comentario son los movimientos de cámara y la selección cuidada de los planos. No tan especial, cierto, pero cómo percibiríamos la película sin esos giros que literalmente lo cambian todo, o esos detalles que le permiten al director guiar nuestra atención hacia lo que importa para que nada pierda el sentido. Todo el conjunto logra que la emoción vaya en aumento, hasta que se nos salta la lagrimita delatora de turno. En resumen: historia bellísima, narración increíble, personajes muy bien perfilados y con un desarrollo que envidiar si te gusta escribir. Hacía mucho que no veía anime y con la experiencia que tengo ahora ha sido como redescubrirlo. Quizá lo único que me descoloca un poco (aunque eso es cosa de mi gusto personal) es el "opening musical" a lo serie de televisión que tiene, pero por lo demás yo la considero obra magistral y entra en el top de las mejores del subgénero junto con El viaje de Chihiro y El castillo ambulante. A lo mejor es inevitable que la ponga por las nubes teniendo en cuenta lo mucho que me ha sorprendido, es decir, crees que estás viendo una historia conocida y te transporta a otra completamente nueva, una experiencia que nunca me canso de tener con esta clase de cine donde el viaje es más disfrutable por el hecho de que, como la vida misma, no sabes lo que te espera. Es un lujo poder ir descubriéndolo y es lo que más engancha de todo. Ficha técnica Your name 2016, Japón Director: Makoto Shinkai Reparto: Ryunosuke Kamiki, Mone Kamishiraishi, Ryo Narita, Aoi Yūki yNobunaga Shimazaki Puntuación: 10/10
0 Comentarios
Dejar una respuesta. |
El diálogo cinéfilo de la semanaRuido de fondo
Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
![]() All Screens by All Screens is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en http://allscreens.weebly.com. Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://allscreens.weebly.com |