Post de Naiara Salinas El cine también es un elemento importante cuando hablamos de infancia. Todos tenemos primeras películas de la misma forma que series, historias que no solo entretuvieron sino que también asentaron las bases de nuestro gusto, que nos transmitieron importantes valores y nos hicieron soñar, tanto si partiesen de un guion original como de uno adaptado. Así que he seleccionado veinte largometrajes que podría seguir viendo hoy en día si la ocasión se presentase. 1. E.T. el extraterrestre (1982) La imagen de Elliot y su amigo de otro mundo sobrevolando la ciudad y la montaña a la luz de la luna, acompañada de la banda sonora de John Williams siempre se me quedará grabada, así como el “Teléfono, mi casa”. 2. La historia interminable (1984) Basada en el clásico de Michael Ende, aunque el resultado no gustase al escritor, para mí es uno de esos clásicos que recuerdas con cariño y cierta ironía, ya que es una película que, pese a tener continuaciones (muy malas, por cierto), terminó. Y siempre quedará esa mítica canción que, una vez que se te pega, es para toda la vida. 3. Los Goonies (1985) Cuando Sam Sagaz no era más que un pequeño niño empeñado en encontrar el tesoro de un viejo pirata debajo de su casa para salvar a su familia de la ruina y no tener que mudarse. Grupo de amigos, aventuras… Clásica película de Spielberg para niños. Cindy Lauper puso el tema principal en los créditos y el personaje de Gordi protagonizó esta mítica escena tan recordada entre mis amigos (un poco parecida al discurso que se marcó Tyrion Lannister cuando fue juzgado en el Nido de Águilas, je): 4. Regreso al futuro (1985) Una trilogía que volvió locos nuestros cerebros con tanto quebradero temporal. Aun así, Marty McFly y Doc pasaron a la historia a lomos del DeLorean y crearon modas como las zapatillas que se atan solas y los monopatines voladores. 5. Fievel y el nuevo mundo (1986) Una película muy tierna donde un pequeño ratoncito descubría Norteamérica tras un largo viaje desde Rusia. Allí tenía que encontrar a su familia. 6. En busca del valle encantando (1988) ¿Cómo olvidarse de esa pequeña tropa de dinosaurios compuesta por Piecito, Sera, Patito, Petri y Púas? Una de las películas más conmovedoras, que nos enseñó el valor de la amistad y la unión, el esfuerzo y la esperanza para abrirse espacio en un mundo hostil plagado de enemigos, con el objetivo de encontrar a las familias. Probablemente la primera película sobre las consecuencias de un desastre natural que vi. 7. ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) Una cinta que combinaba imagen real con dibujos animados. La historia de un increpamiento y una investigación para limpiar el nombre de Roger Rabbit, acusado de asesinato. 8. Willow (1988) Más fantasía. Un joven mago enano que debía proteger a una princesita destinada a acabar con la tiranía de una malvada reina. En su odisea no faltaría un humano ladrón que termina demostrando ser un guerrero muy capaz. 9. Cariño, he encogido a los niños (1989) Una máquina que no solo tenía el poder de encoger, sino también de agrandar, como demostró la secuela. Era sorprendente contemplar el mundo desde los ojos de un insecto. Diversión y emoción a partes iguales. 10. Solo en casa (1990) El niño que nos enseñó que estar solo en casa un día tan familiar como Nochebuena tenía sus pros y sus contras. Canalla y avispado como él solo, su valentía y su astucia fueron dignas de admirar. Al final, aprendimos que la solidaridad (como cuando el viejo del que siempre huía le ayuda) y el perdón (a su familia) son pilares de la vida. 11. Hook (1991) ¿Qué pasaría si de repente Peter Pan creciera y olvidara lo que es ser un niño? Así empezó este largometraje que nos demostró que nunca se es demasiado adulto para regresar al país de Nunca Jamás y recuperar la ilusión y la imaginación. Y con el gran Robin Williams, en paz descanse, en la piel de uno de mis héroes de la infancia. 12. Beethoven (1992) El mejor amigo del hombre fue aquí un San Bernardo que lo rompía y ensuciaba todo, adoraba la música clásica y, a la hora de la verdad, demostraba su lealtad protegiendo a sus niños y dándoles el mismo amor que ellos a él. Un gigante con corazón. 13. Parque Jurásico (1993) ¿Dinosaurios en el siglo XX? ¿¿¿Dónde??? Eso debieron de pensar los críos más entusiastas cuando oyeron hablar del estreno. Yo no pude porque en esos momentos estaba ocupada formándome en el vientre de mi madre. Aunque al principio le tenía un poco de miedo (había momentos muy de susto) le acabé cogiendo cariño. Después de todo, ambas vinimos al mundo el mismo año. 14. Casper (1995) Era y siempre será mi fantasma favorito. Por lo majo y mono que era. Sus aventuras con Kat en la mansión me tenían enganchada, y ni qué decir de otras aventuras como Casper y la bruja Wendy, con Hillary Duff de joven. Pero mi favorita seguirá siendo esta. 15. Jumanji (1995) Robin Williams regresa a la lista con esta aventura que parte de un juego africano donde suenan tambores y que es capaz de crear el caos cuanto más avanza la partida. Este filme, de algún modo, te enseña a ser valiente y asumir las consecuencias de tus actos. Alan Parrish comienza y acaba el juego, dejando dramas por el camino. 16. Toy Story (1995) Esta es mítica por ser la primera película de Pixar, aunque con tres años lo que más me importaba a mí eran los juguetes. Con lo coleccionista que era yo de ellos (tan caprichosa que mis padres estaban un poco hartos), acabé creyendo que de verdad cobraban vida cuando no les miraba, ya que a veces oía ruidos en mi cuarto. Y me escondía bajo la sábana y vigilaba a ver si veía alguna silueta moverse. Nunca pasó, pero mi imaginación me la jugó. 17. Air Bud (1997) Otro perro maravillas, esta vez que jugaba a deportes como baloncesto, fútbol, béisbol… Hoy en día es su estirpe la que ha protagonizado una saga. 18. Flubber y el profesor chiflado (1997) Vale, Williams me gusta mucho, se nota, ¿no? En esta ocasión encarnó al creador de un ser gelatinoso que las armó grandes. Pero luego recuerdo que todos queríamos un Flubber en nuestra vida. Después de todo, ese chiquitín no solo era divertido, sino también útil. 19. Stuart Little (1999) ¡Un ratón que habla! Vale, eso no es raro. ¿Pero y si viste como una persona normal y se relaciona con ellas? Tampoco. ¿Y es de carne y hueso? Ok, eso ya es especial. Esta película me enseñó que no importa cuán diferente seas, ya que siempre tendrás derecho a una familia y siempre tendrás un padre y una madre para el que seas el niño de sus ojos. 20. El pequeño vampiro (2000)
Antes de Entrevista con el vampiro, antes de Underworld, antes de Crepúsculo… Mi primera película de vampiros, una de las mejores, fue esta, en la que el niño de Stuart Little se alió con un joven y guapo vampiro para encontrar la piedra del cometa Átamon y devolver a la vida a todos los vampiros malditos.
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Agosto 2023
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