5 razones por las que (re)descubrir WandaVision se convertirá en una experiencia inolvidable3/5/2021 Post de Naiara Salinas Uff, pero qué gris está todo por aquí... (*Soplo sobre la casilla de búsqueda y se levanta una nube de polvo que me provoca tos seca. La espanto con la mano*). En fin, creo que las telarañas pueden esperar un poco. Porque si hay un motivo poderoso para volver a escribir en este bello mini paraíso tras una semana de sequía es poder vomitar por fin todo lo que me he contenido viernes tras viernes durante el pasado mes. De la misma forma que hice con The Mandalorian, así como con Stargirl (con mi fiel Rose como cowriter in disguise, ¿o era al revés?), no vengo aquí a daros una opinión que se da por supuesta acerca de (lo voy adelantando) esta SERIAZA, sino que voy a sacar la artillería pesada para contaros por qué deberíais darle una oportunidad si no lo habéis hecho ya. Fans, si me estáis leyendo, ¡assemble a mi causa! (*guiño*). 1. Su conexión con el UCM Tras Agents of S.H.I.E.L.D y Agent Carter no habíamos vuelto a ver una serie que conectase con nuestro adorado Universo Cinemático de Marvel, esa casa a la que nunca parecen agotársele las ideas. Sí, estaban las series de Netflix sobre los Defensores y las de Fox sobre el universo de los X-Men, pero estas constituían micromundos y vivían felizmente en su burbuja, a pesar de que ahora los medios y los directivos insinúen cada dos por tres que esos héroes por fin se juntarán con los de la gran pantalla. WandaVision, en cambio, es esa serie que no solo nos devuelve el UCM, al que no vemos desde hace más de un año (¿¿tanto??), sino que además cuenta con personajes de la gran pantalla que han llegado para quedarse y que sin duda harán las delicias a los guionistas que tengan la oportunidad de "jugar" con ellos. Oseasé, esta serie no es un mero spin off, sino que cumple un papel esencial en el entramado marvelita tejido por Kevin Feige, de manera que no solo contiene más easter eggs y fan service (lugar de honor para las apariciones estelares, como las de Monica Rambeau y Darcy), sino que además podría decirse que es imprescindible en nuestro calendario, al contrario que todas las anteriores, cuya conexión era más anecdótica. De hecho, ha cruzado un umbral que hasta ahora solo se había rozado (ejem, cierto cameo de otro universo...). Y no hay que olvidarse de que enlaza directamente con la secuela de Doctor Strange... 2. Un formato muy inusual y meta Cuando creía que Legion iba a ser la serie más bizarra (en sus dos acepciones: rara y valiente) de Marvel, llegó esta joyita... Honestamente, Legion sigue siendo la bizarra del grupo; lo que hizo Noah Hawley con su mutante dudo que vuelva a repetirse y, en comparación, WandaVision es 100% digerible porque es más light, pero eso no significa que no haya querido darle un toque muy personal y, si acaso del UCM, se ha convertido en la más curiosa. Los tres primeros capítulos no hacen más que generar preguntas y la primera es: "¿Qué cojones estoy viendo? ¿Esto tiene alguna salida? Me muero por ver alguna explicación ya". Tranqui, querido espectador impaciente, que la tiene. A partir del capítulo 4 la cosa empieza a ponerse seria y de ahí hasta el final se va creciendo. WandaVision no toma su título solo de sus dos protagonistas, sino que le da una vuelta al concepto de televisión (por eso no me gusta usar el castellano Wanda y Vision para referirme a ella, porque pierde toda su gracia): cada episodio se estructura como una sitcom de una década, empezando por los 50-60 y acabando en los 2000. Esos episodios a su vez son referencias a sitcoms concretas, como Malcolm in the Middle y The Office. Una elección que a priori parece aleatoria va cobrando más y más sentido conforme avanza la trama y se descubre estrechamente ligada a esta y a lo que es el personaje de Wanda, cómo se ha desarrollado a lo largo de los años. Es decir, no solo es una serie con mucha personalidad y carisma por cómo está retratada, sino que además cada tramo es un carácter con el que se configura un viaje emocional e histórico por el octavo arte en paralelo al de su protagonista. Es un doble tributo que va más allá del UCM, una celebración a la seriefilia por todo lo alto. Y si os soy sincera, este detalle es lo que más me ha gustado. Porque podría haberse contado de mil maneras distintas y han elegido una de las más atrevidas y divertidas. 3. La buena pareja que componen Elizabeth Olsen y Paul Bettany Ella es... divina. Reina. Y él es encantador y súper carismático. Hacía tiempo que no lo veía tan carismático. Juntos conforman el dúo dinámico. Ya los habíamos visto relacionarse antes; la química estaba ahí desde Capitán América: Civil War, puede que incluso desde Los Vengadores: la era de Ultrón. Pero esta serie ha sido un regalo para ellos y sus fans, porque por fin los hemos visto como la pareja que siempre soñamos que fuesen: agradable, sencilla, con los problemas típicos de una pareja. Y, sobre todo, muy desenfadados, alejados de todo el drama. Vision siempre ha tenido su toque humorístico, pero Wanda vivía rodeada de drama en prácticamente todas las películas: cuando no perdía a su hermano gemelo, la encerraban en casa sin pandemia por terrorista o se cargaban a su novio. Vida justa la muchacha no ha tenido. Así que Wanda ha llegado a Disney Plus a reinar, a conquistar, a coger el micro y cantar: "No quiero más dramas en mi vida, solo comedias entretenidas". Y ole por ella, con dos ovarios. Ole, ole y ole. La muchacha pone toda la carne en el asador interpretativamente. Sabíamos que era buena, pero aquí se ha lucido como nunca. El rol de depresiva desesperada intentando conservar a duras penas la cordura en su loco mundo me ha tocado la patata (porque, no lo neguemos, la pobre estaba al borde de un ataque de nervios, un claro indicio de mental breakdown que se evidencia en el episodio 7). Juntos son el matrimonio ideal. Nos regalan momentos en cada capítulo y eso es conmovedor. Queremos verlos actuar más veces juntos, ya sea en otra serie, película u obra de teatro. Nos hemos encariñado mucho con su bonita amistad actoral. La química es explosiva. 4. La oportunidad de conocer más a toda una leyenda de los cómics Desde que vi mi primera serie de X-Men animada, mucho antes de la pubertad, quise saberlo todo sobre los mutantes y sus poderes. Y los hijos de Magneto, que eran los que menos aparecían, me provocaban una curiosidad tremenda. Sabía que tenían un historial único y, aunque no sabía cómo se las ingeniarían para mostrar todo ese potencial en una pantalla, cuando me enteré de que por fin iba a verlos en carne y hueso en el UCM monté la fiesta, porque los llevaba esperando igual desde X-Men 2. Aun así, cuando llegaron, eran diferentes y se mantenían en un segundo plano (mejor que un tercero, oye, pero no como el primero donde quería verles). Su historia tras La era de Ultrón se me quedó insuficiente, yo necesitaba saber más de estas versiones, no podía creer que hubiéramos perdido a Pietro tan pronto... Esta serie es el background que le pide el cuerpo a todo fan de los mellizos Maximoff. Sobre todo en lo que respecta a Wanda, pero no puedes tener a una Maximoff sin intentar profundizar un poco más en la relación que tenía con su hermano. Tampoco puedes tener a Bruja Escarlata sin exaltar sus poderes y su identidad mágica. Y en lo que a eso se refiere el guion es exquisito porque introduce cosas mínimamente esperadas cuando se habla de esta superheroína (villana en algunas versiones), más otras ligeramente diferentes que convencen y te dejan ciencia y folklore a partes iguales. Todo eso que quedó pendiente desde el ataque a Sokovia se resuelve en esta serie al fin. Podemos decir que esa herida se ha cerrado. 5. Un guion bien construido
Creo que esta es la conclusión inevitable (como Thanos, badum tss) que se extrae de todo lo que he contado. Y es que estos ingredientes no funcionarían si el argumento no estuviera escrito de forma astuta para que pueda sorprender pero sin dejar agujeros. Igual si nos ponemos tiquismiquis encontramos alguno, pero a buen ojo no le veo errores significativos. La experiencia es una gozada, cumple con lo que suele ser Marvel y más allá. Es otro ejemplo muy bueno de variedad en el (sub)género de superhéroes y pocas cosas hay que lamentar, aparte de un final que obliga a sacar el klínex, de muchas teorías echadas a perder (ojito con emocionarse mucho ahí, que luego os rabiáis) y de la ausencia de Aaron Taylor-Johnson (se puede considerar en espíritu). El último episodio es como ver una película, con sus dos escenas post-créditos y todo (advertencia a los aventureros: no hay que despistarse en este aspecto, ya que más de un episodio viene con sorpresa al final). No puedo contaros más de WandaVision sin acabar en spoiler, por lo que lo mejor que podéis hacer es encender la tele y comenzarla. Yo me uno, ¿o acaso pensabais que no iba a revisionarla (*guiño*)? ¡Si es lo mejor, ahora que conozco sus secretos! ¡Sumergíos en esta muñeca rusa televisiva!
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