Post de Naiara Salinas Tras repasar lo mejor (para mí) de James Newton Howard y de Hans Zimmer, queda completar mi tríada dorada con el último compositor de bandas sonoras cinematográficas: el único, el inimitable... ¡John Williams! Normalmente estos post se me ocurren con motivo de un acontecimiento especial. En el caso de los dos primeros, fueros sus respectivos conciertos en España. Pero a Williams le ha sucedido algo más especial, y es que hoy, primer viernes de un mes plagado de ilusión (por la llegada del verano, la celebración del World Pride y, este año, la reapertura de los cines y la llegada de las fases 2 y 3 de la desescalada), ha sido galardonado con el ¡Premio Príncipe de Asturias de las Artes junto a Ennio Morricone en reconocimiento a toda su trayectoria! Una ocasión como esta merecía celebrarse por todo lo alto, ¿no creéis? El compositor de nuestra infancia Siempre me gusta dedicar algunas palabras sobre el maestro antes de centrarme en su obra. De Newton Howard, por ejemplo, destaqué su versatilidad (indirectamente) y de Zimmer, su intensidad emocional que tantos momentos épicos brinda. Si bien la popularidad de John Williams se ha ido diluyendo con el paso del tiempo como tanta evolución registra la música y su manera de interpretarse, si existe un motivo por el que situarlo en el podio es porque es el eco y la memoria de la cultura pop que la moda retro y los cinéfilos no nos cansamos de recuperar. Es el padre de algunos de los temas más reproducidos en eventos que distan del séptimo arte, más el corazón y el alma de cientos de películas. Ya no compone tanto como antes, pero su leyenda inspira a las nuevas generaciones. Sus partituras son exponentes de una inteligencia desbordante en la composición narrativa y la armonía con las otras partes de la historia, sobre todo los personajes. Williams es un autor que entiende a estos últimos como si los hubiera creado él mismo y reproduce su personalidad y su background en forma de acordes. Quien sepa escucharle sabe anticiparse a los hechos e identificar a los héroes y a los villanos. Su longevidad le ha permitido explorar toda clase de terrenos, desde el terror hasta la fantasía. Lo único que puede restarle cierto mérito es su tendencia al reciclaje, pero... ¿qué gran músico o, ya puestos, artista, no peca de lo mismo? Buena prueba de su valor la tenemos en los análisis que le dedicó Jaime Altozano (otro habitual en estos especiales). Dicho esto, empezamos. 16. Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio John Williams no suele componer para animación (digital), pero si hay un personaje que se amolda muy bien a su tono es Tintín. Este héroe popular gracias a las viñetas vive el misterio a través de las notas de este anciano, que además de manejarse con soltura en los momentos más oscuros, aporta el dinamismo propio del formato animado con una predominancia de los instrumentos de viento. Ni qué decir que el tema introductorio es el resumen perfecto de todo lo que caracteriza la película: las palabras "aventura" y "Tintín" quedan bien perfiladas con su toque de gracia para el público más joven, pero clásico para los nostálgicos adultos. 15. Las brujas de Eastwick A este largometraje de los años 80 le caracteriza un sonido más folclórico de lo que cabría esperar tanto para la década del wave como para el estilo del metraje y de los personajes. Esto se debe a que Williams es un compositor muy clásico y durante toda su vida ha permanecido fiel a ese ideal (no creo que le veamos nunca incorporar alguno de los subgéneros contemporáneos como el pop, el tecno y el rock, más sus instrumentos, a su orquesta). Podría haber sido alumno de Chopin, Mozart o Beethoven por cómo honra los orígenes de la música de cámara. En esta suite, además de cierta fantasía, se nos pinta un cuadro costumbrista muy idealista y acogedor (¿soy yo la única que imagina una panorámica del típico barrio estadounidense de bien con familias alegres paseando en al menos las primeras notas?). Luego la cosa se pone interesante. Atentos al minuto 2:07 porque se desliza casi a Piratas del Caribe. 14. El imperio del sol Es una de las primeras veces que escuché un coro en algo compuesto por este hombre y por eso quería destacarla. La melodía hace honor al título del filme por cuanto que se llena de tanta magnificencia que me siento como Luke Skywalker observando una poderosa y enorme puesta de sol (mi momento preferido del día). Madre mía, qué bello y místico todo. PD: cada compositor está emparejado a un director como si de un daimonion se tratase. En el caso de Williams, ese es Steven Spielberg, así que casi todo lo que veáis aquí va a tener una seña identificativa MUY marcada. 13. Salvar al soldado Ryan Otro de los rasgos que distingue a Williams es el éxito de sus películas en la Academia, que siempre está deseando colar cualquier obra de Spielberg y él entre los nominados a los Oscar (en los últimos años un poco menos, por desgracia). En este soundtrack dignifica a los héroes de la Segunda Guerra Mundial incluso en escenas tan potentes como el desembarco en Omaha. Pues gloria es todo lo que sentimos, y aunque solo un tema se denomina "himno", yo diría que todo el material lo es, porque así se siente. 12. War Horse ¡Hablando de guerras! ¿Recordáis lo que comentaba con respecto al reciclaje? En este película se lo marca con: el director (qué sorpresa), el tema bélico (pero Gran Guerra esta vez) y el tono. Inconfundible. Sí que presenta más ternura como reflejo de la relación del caballo Joey con su humano (un debutante Jeremy Irvine). Y... ahora que la he vuelto a escuchar más detenidamente, se percibe un juego evolutivo muy chachi desde el Williams que compone para niños al que compone para adultos. Síp, todo en la misma banda sonora. Nuevamente el viento sopla a su favor (espero que pilléis la referencia). 11. La lista de Schindler Lo más melancólico que tiene en su registro total, una composición que te oprime el corazoncito hasta que consigue arrojar tus lágrimas. Duele mucho y es tan bonita al mismo tiempo... Si el viento es aventura y epicidad, los violines para Williams son tristeza (con excepciones, claro, pero este es un ejemplo de lo que afirmo). Por favor, no os perdáis esta interpretación en directo: 10. Solo en casa Ah, la Navidad, la nieve, la solidaridad, las vacaciones... Hum. ¿Qué es esa sensación inquietante? ¿Por qué tengo la impresión de que me va a pasar algo que poco tiene que ver con el espíritu navideño? Williams utiliza los sonidos más agudos de la música para reflejar tanto la época del año (escucharéis muchos triángulos y/o xilófonos en la percusión) como la infancia, ya que es la etapa donde se encuentra el protagonista. Y el ritmo ya presagia la trama. PD: Min 1:47: Harry Potter, ¿eres tú? 9. E.T. A mí que me encanta montar en bicicleta a veces me encuentro tarareando esta sintonía, cuando no la de Verano azul. Justo este caso contradice lo que comentaba antes de los violines, porque, aparte de ser instrumentos muy melodramáticos, pueden lograr que el tiempo o la acción fluyan, una sensación muy acorde con el vuelo, que es de lo que va el famoso tema. Mítico. Nótese que entre esta y la anterior estamos empezando a adentrarnos en las historias protagonizadas por niños... 8. La ladrona de libros ¡Habemus banda sonora con piano protagonista! ¡Un aplauso! No es el primer instrumento que se asocia a Williams, desde luego. Le ayudan a potenciar el drama los violines, pero con la presencia de esta "percusión" tan delicada se consigue cierto romanticismo, aparte de contextualizar la historia en una época. También sorprende porque resulta muy madura, y es que en esta película la protagonista crece muy deprisa debido a los acontecimientos que experimenta. Preciosa. 7. Indiana Jones Nos salimos de la infancia un momento para escapar de ¡esa roca que se ha desprendido de la azotea del edificio! ¡Sálvese quien pueda! Indiana Jones es mucha aventura, pero también mucho riesgo. Aun así, el objetivo es que el espectador quiera colgarse de una liana y responder a la llamada de la jungla... Vale, no es ese, pero sentir miedo tampoco, eso ya vendrá más tarde. Toda la estética que rodea al exterior del filme (cof, el póster, cof) subraya muchísimo el carácter retro de este héroe que recuerda a los de los tebeos tan arraigados entre los 60 y los 80. La música forma parte de ello y nos anima a abrazar esa aventura. 6. Hook La combinación de la anterior con el tema infantil se resume en esta perfecta composición que si queda a las puertas del top 5 es porque la suelo recordar muy poco comparado con las que siguen. Es genial igualmente, aunque siempre he sido más fan del Peter Pan que perfila musicalmente James Newton Howard (sorry not sorry). 5. Superman Bueno, bueno, la que se viene. He decidido separar esta de su hermana gemela adrede para que tengáis tiempo de digerirla si os la ponéis y así podáis apreciar las diferencias, ya que son las clásicas que se confunden SIEMPRE. No falla. ¡Menuda fanfarria, por cierto! Es que el viento es lo mejor de Williams, en serio, esas trompetas, esos trombones, esas tubas... Poderío máximo. En fin, otra mitiquísima que no podía faltar, aunque cuando se trata del hombre de acero tiendo a quedarme más con las notas de Hans Zimmer (sorry not sorry otra vez). 4. Tiburón ¿Sabéis cuál es mi mayor ironía? Tener un pánico enorme a los tiburones pero tararear este tema a la menor ocasión. ¡Es que es tan pegadizo! E ilustra tan bien el peligro y la tensión de la escena... ¡Es muy magistral! El cabrón sabe cómo generar tensión, buf. Me pondría muy mala si me ocurriese lo que narra la melodía, pero la buena noticia es que no tiene por qué ser un tiburón. Si veo a mi jefe acercarse enfadado desde la distancia me siento igual. 3. Star Wars Lo del top 3 ha sido un ejercicio de alto riesgo para mi cerebro porque batallaban mi amor por las películas y sus temas representativos. Finalmente ha ganado lo segundo porque de eso va esta entrada. Star Wars me parece una de las bandas sonoras más complejas (y completas) de la historia del cine por la cantidad de matices que encierra, pero para hablar de ellos ya está Altozano. Yo me quiero centrar en mi amor por melodías como la de la cantina, la de Luke Skywalker (aka la Fuerza), la famosa marcha imperial... Me alegró sobremanera que regresase a la nueva trilogía, de la que quisiera destacar el tema de Rey porque creo que lo tiene todo y me encanta cómo se va creciendo en orquesta conforme evoluciona el personaje (me refiero a que tiene muchas variaciones, otra característica de las partituras de Williams). Donde no ha participado, cosa que me llama la atención, es en los spin offs: Rogue One y Solo: una historia de Star wars. Luego, por supuesto, está EL TEMA DE LOS CRÉDITOS INICIALES. Sí, el gemelier de Superman. Muajajaja, espero que estéis listos para escucharlo sin colapsar. El reciclaje tiene sus pros y sus contras.
2. Parque Jurásico Una vez reconocido el inmenso trabajo en Star Wars, he de volver a reconocer que a lo mejor, en comparación, Parque Jurásico a nivel compositivo y orquestal no es para tanto, pero, qué os puedo decir, a mí me gusta más. Quizá sea porque la emoción que viví al ver la primera de Jurassic World, cuando se reabren las puertas del parque, equivalió a la del niño protagonista en su día, o porque me encanta que sea tan emotiva cuando la trama no lo es para nada (con la excepción del principio). A mí este soundtrack me hace sentir ante algo muy grande, con lo que me sitúa en la piel de Alan Grant y compañía cuando observan su primer dinosaurio vivito y coleando. Aparte, es una de las sagas cinematográficas que más me marcaron de pequeña (quizá porque ambas tenemos la misma edad y, aunque ahora me gusta más Star Wars, de chiqui estaba obsesionada por los saurios) y cada vez que escucho la suite me dejo transportar a ese momento. Es muy guay cómo salta de la tranquilidad de los violines a lo magnánimo a través de un golpe de platillos. Cada vez que observo una interpretación en directo me quedo hipnotizada. Una curiosidad: tanto el universo de Star Wars como el de Parque Jurásico empezaron siendo orquestados por Williams, pero en la actualidad (salvando la trilogía de Rey), Michael Giacchino ha cogido el testigo de ambas. Gran honor para este compositor, ¿no? 1. Harry Potter Obvio, per favore. El niño mago es mi presente, mi pasado y mi futuro. Además, también hay un currazo ahí impresionante (ved el vídeo de Altozano, de verdad). Williams solo compuso para las tres primeras películas de la saga, pero qué películas, madre mía. Hay quien diría que el cambio de dirección de la segunda a la tercera influyó en su enfoque, ya que cuando Alfonso Cuarón (santificado sea) tomó las riendas el anciano se fue a un sonido mucho más medieval. Y lo bonito que quedó, con eso se fue por la puerta grande. Siempre le tendré un enorme cariño al "Hedwig's theme", pero yo me quedo con el "Double Trouble", el "Buckbeack's flight" y el "Window to the past". No solo vimos crecer a Harry y CIA, sino que también lo escuchamos, porque todo lo concerniente a esta banda sonora tiene un rasgo trágico y nostálgico de fondo, sumado a una epicidad sin parangón.
¿Y vosotros qué? ¿Qué me tenéis que contar sobre esta leyenda viva? ¡Que la música no se extinga!
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