Post de Naiara Salinas ¡Hola! Me encanta dar buenas noticias. No sé si recordáis, pero este año soy jurado en los Blogos de Oro, unos premios en los que los blogueros votamos las que consideramos mejores series, películas y actuaciones. Teniendo en cuenta que ya me pongo en la piel de académica cada año para los Oscar Seriéfilos, es un lujo pasarme al bando votante. Son dos tipos de jurado que se compenetran. A principios de este mes, concretamente el día 4, estuve en la lectura de nominados en Barcelona, una experiencia muy curiosa y divertida que retransmití a base de tweets y retweets. El resultado de esa primera ceremonia, que podéis repasar aquí, se verá en la gala del próximo 26 de marzo, donde se darán a conocer los ganadores. Será online y también en directo, por si queréis seguirla. Se supone que como jurado profesional mi voto debería ser secreto (al menos así lo hacen en Hollywood). No pienso mojarme en este post (una debe quedar bien en sus primeros premios), claro que nadie me ha dicho sobre qué debía escribir, tan solo que había que escribir sobre el evento, de modo que me ha parecido divertido realizar un repaso de las nominadas... y reflexionar por qué podrían o no ganar. ¿Empezamos? Lo dicho, mi voto es secreto. Mejor Serie Si algo tienen los nominados de esta edición es gusto por el trabajo bien hecho, así que, como seriéfila, debo aplaudir que estas joyas estén en la lista, al mismo tiempo que me maldigo, ya que voté para que estuvieran y no es como cuando en los Oscar Seriéfilos dejo que vote el público, no, ahora yo misma debo comerme el marrón y elegir entre UNA. Agggg. En fin. Puntos a favor:
Mejor serie española Tal vez la sorpresa en esta categoría es que no estuviera Velvet. Hum. No obstante, repasemos las demás:
Otros
Hablemos de actores un poco, de esos hombres y mujeres que más empatizan con el público e invitan a seguir sus historias. Además de los ya comentados tenemos a Benedict Cumberbatch por Sherlock, una nominación muy acertada, aunque no novedosa, lo que, a mi parecer, puede jugar en su contra. Kevin Spacey por House of Cards es un candidato fuerte, pero igual de reconocido y viejo que el británico. Entre las mujeres hay joyas muy variopintas, en edades sobre todo. ¿Quiénes tienen más posibilidades, las nuevas o las viejas caras? Papeles complejos los tienen todos. Genios, villanos, dobles identidades... Lo que les une, con una sola excepción, es que pertenecen al drama. En el caso de Stranger Things es menos pronunciado, ya que prima el tono un tanto juvenil, pero comedia no es como yo la consideraría, desde luego. Es por esto por lo que siempre dejo una categoría de Revelación, ya que el cerebro se divide mucho con tanto talento junto. Esta vez menda no tendrá esa suerte, así que basaré mi voto en la trayectoria del actor cada temporada. Es eso o... arrojarme a los leones.
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Post de Rosana Rábago (con la colaboración de Teresa Antón)“Querido diario, Ayer vimos el final de The Vampire Diaries y aún no nos hemos recuperado. 44 minutos de un final que ha sido perfecto, el mejor final de serie nunca visto…”. Así comenzaría nuestra entrada de la página de diario escrito ayer por nosotras (si se diera la casualidad de que escribiéramos un diario, cosa que no hacemos), pero es que el final de esta serie de vampiros más perfecto no pudo ser y nos dio absolutamente todo lo que pedíamos para el final de esta ficción. ¿Lo comentamos? Desde ya os avisamos de la presencia de SPOILERS del último capítulo de esta gran serie, así que si aun no habéis visto el capítulo, no sigáis leyendo y corred a verlo. Dicho esto, ¡empezamos! El penúltimo capítulo nos dejaba con ganas de muchísima Katherine y, precisamente, desde el comienzo del último capítulo lo solventaron con la presencia de Nina Dobrev desde prácticamente el minuto uno. Si bien es cierto que primero nos aparecía como Elena reencontrándose en el bosque de Mystic Falls mientras Elena se despertaba de su cama y veía a Bonnie y se fundían en un precioso abrazo. Ahí, Elena caía en la cuenta de que Bonnie había muerto por duodécima vez en lo que va de serie. Y mientras Bonnie le decía haberlo aceptado, aparecía Enzo para informar a la bruja de que él no y que no la iba a dejar morir así como así, por lo que finalmente volvía a la vida ante la mirada de Caroline y Stefan que estaban intentando traerla de vuelta de la mejor forma humanamente posible (incluyendo darle un poquito de sangre vampírica, por si colaba). Tras esto, veíamos a Damon jugando a lo que mejor se le da, matar. Y así éramos testigos de como el mayor de los Salvatore asesinaba a Vicki en un intento desesperado por impedir que ella deje de tocar la campana del infierno. Pero claro, ya estaba muerta, por lo que volvía a regresar decidida a cumplir con su función para evitar así regresar al infierno. Ni siquiera Matt podía disuadirla de su función y, éste ponía en marcha el protocolo de evacuación por una fuga de gas (sí, otra vez, este pueblo y el gas se llevan muy mal). Así, todos regresaban a sus casas a recoger sus objetos personales irremplazables y los Salvatore regresaban a su casa para recoger el ataúd de Elena. Al llegar, descubren el ataúd de Elena abierto y sin ella dentro, sino que está fuera preguntándose que ha ocurrido. ¿Qué ha pasado? Por un momento pensamos junto a Damon y Stefan que Elena ha despertado tras la “pequeña” muerte de Bonnie y mientras Damon y Elena se funden en un abrazo, los Salvatore se dan cuenta de que no es Elena quien está con ellos. Es el mito, la leyenda, la mujer más perra de todas: la gran Katherine Pierce. Y su venganza no puede incluir a otra persona que no sea Elena. Así que Kat esconde su cuerpo para que los hermanos lo encuentren. Y, como si tal cosa, les explica su malvado plan a los Salvatore, haciéndoles ver que el diablo (Cade) solo se fijó en ellos, porque ella los quería para su venganza y Cade siempre estuvo a sus ordenes desde que llegó al infierno. Mientras tanto, Alaric va en busca de Caroline con las niñas y Bonnie. La vampiro, que está en su casa recogiendo los libros infantiles y alguna foto suya y de su madre decide quedarse a ayudar a encontrar el cuerpo de Elena a Stefan. Alaric se muestra reticente porque no quiere que las niñas crezcan sin su madre. Así que a Caroline no le queda más remedio que prometer que escapara a tiempo antes de que el infierno se instale en Mystic Falls. La verdad es que a Stefan le cuesta muy poco localizar el cuerpo de Elena pero, ante su sorpresa, cuando va a irse con ella, se encuentra con que el cuerpo de Elena está hechizado para no poder abandonar la sala de calderas del instituto. En ese momento, Caroline llega al instituto y tiene una charla muy sentimental con Stefan en la que él le dice que se vaya y cumpla su promesa a Alaric, pero que él se quedará para intentar convencer a Damon de que abandone Mystic Falls con él aunque eso signifique perder para siempre a Elena. A la par que sucede esto, Bonnie, Alaric y las niñas llegan a la Armería y allí y gracias a Dorian y Alaric, Bonnie descubre cómo vencer a Katherine y salvar el pueblo redirigiendo las llamas del infierno hacia la gran villana de la serie. El problema, alguien debe sacrificarse y matar a Katherine con la daga hecha con sus propios huesos (cosa que no paran de hacer los Salvatore desde que la ven) justo cuando las llamas lleguen a ellos. Y aquí es cuando los dos hermanos comienzan a pelear por ver quién debería sacrificarse. Pero, Damon, siendo como es, se da cuenta de que Stefan es humano y puede controlarlo para salvarlo. Cosa que hace. Mientras tanto, Alaric le cuenta el plan a una estupefacta Caroline que pide al padre de sus niñas que pare el coche para poder mandarle un mensaje en la intimidad a Stefan en el que le dice que por favor la llamé para poder despedirse y que lo entiende. A todo esto, Bonnie, desde la Armería, se dispone a parar las llamas del infierno. Cuando por fin admite que no se irá sin luchar, aparece Enzo para darle fuerzas y para decirle que no tiene que hacerle frente sola. Y es que todo el clan de brujas Bennett lideradas por su abuela, Sheila Bennett, acuden en su ayuda para redirigir las llamas del infierno y así, mediante un encantamiento que comienza con el ya por todos sabido (y que echábamos mucho de menos, dicho sea de paso) Phesmatos, todas las Bennett consiguen redirigir las llamas del infierno mientras Damon y Katherine ven cómo les vienen hacia ellos. Sin embargo, no había llegado la hora de morir de Damon y es que Stefan se decide a sacrificarse al haber tomado verbena (claro está que siendo humano iba a meterse verbena de por vida) y concediendo a su hermano de nuevo la humanidad al inyectarle la cura y, por tanto, una esperanza de vivir con Elena mientras al mismo tiempo le pide disculpas por todo lo que le había hecho pasar desde que se convirtieron en vampiros. Tras esto vemos de nuevo un reencuentro Stelena en el que ambos chocan en el pasillo justo como en el piloto de la serie y donde Stefan le explica todo lo que ha sucedido y le pide que le haga llegar un último mensaje a Caroline cuando despierte. Tras lo cual sale del instituto para encontrarse con su mejor amiga Lexi, cumpliendo así su promesa de pasar la muerte juntos. Tras esto pasamos a unos días después en los que vemos cómo Bonnie logra romper el hechizo que la unía a Elena y así vemos cómo despierta sola junto a Bonnie. Por lo que lo primero que pregunta es dónde está Damon. Ella le explica que se ha ido con Caroline a despedirse de Stefan. Y es en ese momento cuando todo se pone sentimental y si ya habíamos llorado durante todo el capítulo, a partir de aquí la llorera fue interminable. Primero vivimos el reencuentro de Damon y Elena justo tras ver la despedida de Damon y Caroline a Stefan donde Damon sigue siendo escéptico sobre si existirá la paz y, si existe, si él será capaz de encontrarla después de todo el mal que ha hecho en más de 150 años. Una vez visto este emotivo momento vemos un poco de la vida de los protagonistas. Así, descubrimos que Damon ha donado la mansión Salvatore a Alaric y Caroline para que monten ahí su escuela para las niñas y otros niños con poderes, que Matt sigue siendo el sheriff de la ciudad y que está pensando en presentarse a alcalde o que Bonnie se ha decidido a cumplir la promesa que le hizo a Enzo y viajar y vivir su vida al máximo. Todo esto lo vamos viendo a la par que vemos cómo algunos personajes regresan para ayudar (sí, Jeremy se convierte en profesor de la escuela de Caroline y Alaric y Klaus manda una carta a Caroline con un generoso cheque para financiar la escuela) y otros van cuidando de los suyos desde el más allá (Vicki, Tyler, Enzo, Jo y Liz Forbes). Aquí nuestra fangirl interna también saltó y se emocionó porque la carta de Klaus a Caroline nos hizo pensar que al final serán endgame y, esperamos que su spin-off nos lo muestre. Y si no, que pasen a Caroline a The Originals. Pero tenemos claro que tienen que estar juntos. Y por último, somos testigos de un poco de la vida humana de Damon y Elena, incluyendo el momento de su muerte (o al menos eso pensamos), ya que al final, vemos que ambos encuentran la paz con sus seres queridos. De esta forma, Elena se reencuentra con su tía Jenna, sus padres y el tío/padre biológico John, mientras que Damon se reencuentra con su hermano Stefan y, tras pronunciar el “Hello, Brother” que hizo famoso al personaje de Damon, se funden en un abrazo con el que se pone fin a la serie, dando a entender, que antes del amor hacia una chica, esta serie ha tratado de la historia de amor y redención de dos hermanos, los Salvatore. Y, así, se puso fin a The Vampire Diaries, una serie que nos ha hecho sentir y comprobar que con la muerte, también hay vida. Echaremos de menos a los Salvatore, a Elena, a Caroline, a Bonnie, a Enzo, a Katherine y al resto de la tropa de Mystic Falls, pero sus enseñanzas se quedan con nosotras y The Vampire Diaries nunca será olvidada. ¡Hasta siempre, Mystic Falls y gracias por todo, The Vampire Diaries! Y, a vosotros, ¿qué os ha parecido el final de The Vampire Diaries? ¿Echaréis tanto de menos a los Salvatore y los demás como nosotras? ¿Con qué parte del final os quedáis? ¡Esperamos vuestros comentarios mientras lloramos todos juntos por el precioso final que nos ha dado esta maravillosa serie!
Post de Naiara Salinas Ya lo decía Nelly Furtado: hay cosas que cuesta aceptar, pero cuando llegan no tenemos más que ser meros testigos de cómo suceden, y que las series lleguen a un punto muerto es inevitable. Nadie sabe todavía cuándo acabarán Anatomía de Grey, Supernatural o Cuéntame cómo pasó (que llevan con nosotros casi un siglo), pero cierto es que en 2017 habrá tantos cierres y despedidas tristes que una seriéfila como yo no puede pasarlo por alto, de modo que este post plantea también el comienzo de un nuevo especial dedicado a cada final. El primero es, por supuesto, el de The Vampire Diaries, una serie con la que he tenido continuas idas y venidas hasta finalmente dejarla del todo, tragarme los spoilers y, ahora mismo (desde hace unas tres semanas), retomarla donde la dejé. Dado que para mí hablar de una serie como esta resultaba algo especial, no me decidía entre escribir solo el post o grabar un video y finalmente he terminado realizando ambos porque además el video era más rápido, de modo que esto es más una presentación. Al mismo tiempo supone mi oportunidad de añadir cosas que me he dejado en el metraje (sí, aunque dura sus veinte minutacos no lo he dicho todo, ups). Yo tengo mis razones para adorar o tener manía a esta serie, pero cuando la empecé no era más que una adolescente enfrascada en los libros y solo quiero constatar que mi visión de entonces no es la misma que ahora y que de hecho es la razón que me ha impulsado a revisionarla de nuevo. Antes era muy pro-novelas y ahora pienso que hay cambios en el guion que son potentes y están bien. Creo que muchos espectadores han crecido con la serie y han madurado mientras la veían, de modo que mi propósito es dirigirme a ellos como seriéfilos vampíricos que son y darles el pésame por el final e intentar reactivar su vena fan. En este especial no me puedo congratular de conocer los mejores momentos de la ficción en cuestión, razón por la que no hago un top. Simplemente es un tipo curioso de remembranza, un volver la vista atrás, a los inicios (con los que estoy muy familiarizada), y pensar cómo ha evolucionado todo para que mañana, a la hora de juzgar el último episodio, se haga con la mente lo más abierta posible (aunque creo que los guionistas harán justicia). Hay muchos aspectos que me llevo de esta gran serie: los líos amorosos, los personajes principales, el folklore, la magia, cómo logra mantener la tensión... Y la banda sonora, oh, sí. Siempre me fijo en las canciones. Recuerdo que me descargué casi todas las de las dos primeras temporadas, las grabé en un CD y con un rotulador permanente los llamé TVD 1 y TVD 2, para que veáis. Una vez abandonada, seguí escuchando esos CDs, recordando los buenos tiempos, y por supuesto escuchando canciones que me recomendaba el YouTube que tan bien me conoce y que casualmente salían en la serie. Sé que mis ex compis Rose y Tessa están preparando una súper review para estos días (porque nadie mejor que ellas, las buenas y fieles espectadoras, para hablar del tema), así que estad al loro. Lo último que quiero añadir es un consejo para los seriéfilos: NO hagáis como yo. Es decir, eso de dejar una serie y spoilearse porque sí si en algún momento se tiene pensado retomarla no es de buen público. Reconozco que me siento una tramposa en estos momentos, pero qué se le va a hacer, tenía otros fichajes. Eso también lo explico en el video. Así que, sin más dilación, aquí tenéis mi historia con la tropa de Mystic Falls. ¿Cuál es la vuestra? Post de Rosana RábagoHace más de un año, cuando escribí el primer post de Resurrecciones seriéfilas imposibles en los que hablaba de la manía que tienen algunos productores de matarnos a un personaje para que luego, milagrosamente, vuelva a la vida, recuerdo que mi querida Tessa me comentó que me había dejado en el tintero a algunos personajes con la extraña habilidad de volver a la vida cada dos por tres: los personajes de The Vampire Diaries. Por aquel entonces, no veía la serie. Pero pocos meses después, como reflejé en este post, tras la insistencia de Tessa y de muchos otros, me aventure a ver esta serie de temática vampírica y me enganché. Demasiado. Ahora, a pocos días de acabar esta serie (de la que os adelantó que haré review del último capítulo e igual, si la suerte me acompaña, traigo conmigo a una allscreener muy querida), se me ha ocurrido volver a hablar de resurrecciones seriéfilas imposibles. Pero esta vez solo me centraré en los personajes de The Vampire Diaries que, creedme, tienen más resurrecciones seriéfilas imposibles de las que yo pudiera haberme imaginado. ¿Empezamos? Desde ya os advierto de la presencia de SPOILERS para que quienes no hayáis visto esta serie dejéis de leer desde ya. Dicho esto, ¡COMENZAMOS! Vale, partimos de la base de que esta serie es de temática sobrenatural, por lo que casi todos los personajes ya están muertos (en el sentido de que ya no son humanos), pero esto no ha impedido a Julie Plec hacernos sufrir matando a los personajes para que luego volvieran a la vida mediante mecanismos cada vez más inverosímiles. Anillos, el infierno, ser viajero, ser bruja, etc. Todo vale para poder volver y vivir un día más como humano, vampiro, doppelganger o lo que fuera. He aquí las resurrecciones que a mí más me impactaron por su inverosimilitud (de antemano, gracias a Tessa por ayudarme a completar esta lista): 1. Bonnie Bennet: Nuestra bruja favorita ha sido, sin lugar a dudas, la que más veces ha dejado este mundo para poder luego volver a la vida. Primero fue porque usó demasiada magia y eso le pasó factura y le costó su propia vida. A priori, en esta ocasión, Bonnie muere por amor. Ella ama demasiado a Jeremy y a Elena e intenta por todos los medios hacer que su novio vuelva. Pero el éxito de esto le cuesta su propia vida. No obstante, gracias a la bruja Qetsiyah (en ese momento conocida como Tessa), Bonnie se vuelve el ancla entre El Otro Lado y el mundo real, logrando así resucitar por primera vez en lo que va de serie. Su papel como ancla de El Otro Lado, sin embargo, no le dura mucho. Y es que durante la quinta temporada, los viajeros hacen de las suyas y se cargan El Otro Lado, ese espacio que Qetsiyah había construido para que los seres sobrenaturales pasasen allí tras su muerte. Y, con la desaparición de El Otro Lado, vuelve a suceder la muerte de Bonnie que, esta vez, se lleva a uno de los hermanos Salvatore para hacerla compañía: Sin embargo, su abuela antes de que se destruya El Otro Lado le hace saber que se ha ocupado de ella. Y el cómo lo averiguamos en la sexta temporada, cuando descubrimos que Bonnie y Damon se han quedado atrapados en el mundo prisión de 1994 junto a Kai y de donde regresan a Mystic Falls para seguir con las aventuras de este grupo de vampiros: 2. Jeremy Gilbert: Si alguien más ha resucitado casi tantas veces como Bonnie, ese es Jeremy. Primero Damon lo mató en un arrebato de ira hacia Elena, pero como el hermanito de la prota llevaba un anillo que le protegía de la muerte causada siempre por temas sobrenaturales, el hermanísimo volvía a la vida sin rasguño alguno Tras esta vez, vinieron incontables veces con el anillo Gilbert pero llegó un momento en el que Jeremy se convertía en cazador y así, entraba en el mundo sobrenatural. De esta forma, ni aun con el anillo puesto, conseguía sobrevivir cuando Katherine Pierce lo usaba como carne de cañón para conseguir que Silas volviera a la vida, provocando así que Jeremy se desangrase. Sin embargo, como mencionaba antes, Bonnie se las apañaba para lograr que Jeremy volviese a la vida empleando su magia, con lo que el hermanísimo de Elena volvía como cazador a entrar en el mundo sobrenatural. 3. Alaric Saltzman: Otro que se benefició del anillo Gilbert para volver a la vida fue el profesor Alaric Saltzman, ese personaje que enseñaba Historia en el Instituto de Mystic Falls, que fue el antiguo marido de la madre biológica de Elena y que se lió con la tía Jenna. Con él descubriamos que el anillo Gilbert tenía una gran pega: hacía que cuantas más veces murieses más posibilidades había de que apareciese su yo malvado obsesionado con matar vampiros, aunque fuesen sus amigos. Este alter ego llegó a apropiarse tanto de él como para dejar que Esther Mikaelson le convirtiese en un vampiro original destinado a matar a todo vampiro que se le pusiese por delante. Pero al final, cuando Esther es vencida, Alaric cumple su deseo de morir y no transformarse así en vampiro, tal y como intentó al principio pero fracasó. No obstante, con la destrucción de El Otro Lado en la temporada 5, Bonnie logra hacer que el profesor y tutor de Elena y Jeremy vuelva a la vida como vampiro. Su vida vampírica, sin embargo, no estaba destinada a durar. Y así, su nueva novia Jo, logra salvarle la vida ya que su muerte era evitable en términos médicos. Eso sí, su vuelta a ser humano no podía llegar en peor momento y es que justo Damon vuelve y Elena quiere recuperar sus recuerdos pero, al haber dejado de ser vampiro, no logra ayudarles... 4. Matt Donovan: Otro con el anillo a su merced ha sido Matt que, sorprendentemente, ha conseguido ser humano en un pueblo plagado de vampiros durante ocho temporadas que ha durado la serie. Curioso, ¿no creéis? Pero tener el anillo Gilbert ha sido de mucha ayuda. 5. Tyler Lockwood El híbrido es otro que también acaba muerto y vuelve a la vida. Sucede en la temporada 5, cuando Marcus, el jefe de los viajeros, le usa para enseñarle a la Sheriff Forbes que es lo que pasará cuando los vampiros y demás seres sobrenaturales intenten entrar en Mystic Falls. La respuesta: perderán su magia y, por tanto, morirán. Sin embargo, su muerte dura muy poco y es que él es otro de los que vuelven a la vida cuando se destruye El Otro Lado gracias a la siempre sacrificada Bonnie, aunque tras su vuelta a la vida deja de ser el todopoderoso híbrido para volver a ser un hombre lobo normal. 6. Esther Mikaelson La bruja original es otra que también tiene el privilegio de volver a la vida. En su caso, han pasado más de mil años y vuelve a la vida gracias a las Bennet (este clan de brujas, además de poderoso pringa como nunca en temas sobrenaturales). Su intención al volver no es otra que matar a sus hijos y con ellos a la raza vampírica que ella misma creó y de la que se arrepiente sobremanera. A la bruja original la matan y la derrotan aunque volverá a la vida años después en The Originals (el spin-off de The Vampire Diaries), tema que dejo para otra edición de “Resurrecciones seriéfilas imposibles”. 7. Kelly y Vicki Donovan y Kai Parker: Las mujeres Donovan son otras que recientemente han logrado volver a Mystic Falls, en su caso, ha hecho falta aliarse con Katherine Pierce (aka la nueva reina del infierno) y tener la suerte de que Matt tocase la campana del infierno (nunca mejor dicho) once veces, con lo cual se abrió una brecha que permitió a estas tres almas (y seguramente a unas cuantas más que veremos en el último capítulo como Tyler Lockwood, el tío John, Jenna, Lexi, Enzo y alguna que me dejaré en el tintero) regresar a Mystic Falls para hacer de las suyas por última vez. Sin embargo, no son las únicas que consiguen volver gracias a Katherine. Otro que logra colarse por la brecha es uno de los villanos favoritos de The Vampire Diaries: Kai Parker, que regresa a Mystic Falls para cargarse a sus sobrinas y eliminar así a los últimos miembros del aquelarre Géminis. 8. Katherine Pierce: La villana más temida de The Vampire Diaries, Katherine Pierce, es otra que murió por muerte natural pero que, gracias a sus habilidades como viajera, logró meterse en el cuerpo de Elena y hacer de las suyas unos cuantos capítulos más mientras destrozaba el corazón del pobre Damon. Tras esto, Stefan tiene el honor de matarla indefinidamente y cuando parece que va a pasar al Otro Lado es absorbida por algo de lo que no sabremos nada hasta la temporada ocho. Es en la temporada ocho cuando nos enteramos de que Katherine es absorbida por el infierno para pagar por sus pecados pero, cuando Damon y Stefan matan a Cade, Kai les dice (vía Bonnie) que no han eliminado el infierno, sino que lo han dejado en mejores manos: las de Katherine, por lo que ¡nuestra villana favorita vuelve a la vida! 9. Stefan Salvatore: El pequeño de los Salvatore es otro que ha muerto varias veces pero, en su caso, sus muertes han sido más bien poco duraderas. La primera muerte que tenemos suya es en el 5x21 cuando Julien en el cuerpo de Tyler mata a Stefan que vuelve a la vida vía Bonnie y destrucción de El Otro Lado. Vuelve a morir en el 7x16 bajo la mano de Rayna y su espada y tras una larga persecución pero gracias a Damon, vuelve a salvarse. Y, por último, vuelve a morir en la octava temporada, pero al estar al servicio del diablo, puede ver su cuerpo mientras habla con él en Navidades (más apropiado imposible) y luego volver a la vida: 10. Damon Salvatore: Y, el último que también muere unas cuantas veces es el protagonista de la serie y el mayor de los Salvatore, Damon. Primero muere en la cuarta temporada para cargarse a los viajeros y volver a la vida junto a los demás mientras El Otro Lado cae en el olvido. Pero la falta de tiempo hace que ni él ni Bonnie puedan volver a la vida a tiempo. Pero, como dije antes, la abuela de Bonnie logra que vayan a un mundo prisión del que salen (Damon antes que Bonnie) para regresar a Mystic Falls junto a sus seres queridos. Luego, en la octava temporada, y al estar al servicio de Cade, tenemos otro momento en el que Matt y Alaric matan a Damon por estar amenazando constantemente a sus seres queridos pero, al tener un pacto con el diablo y las sirenas, la muerte le dura muy poquito. Y, la última muerte que tenemos de Damon es en la octava temporada también. Pero esta vez lo hace por amor hacia tanto su hermano como Elena. Así, cuando Cade le hace elegir entre matar a uno de los dos, él decide que morirá él para que así Cade pueda torturarlo en el infierno y dejar a sus seres queridos en paz. Sin embargo, cuando entre Bonnie y Stefan matan a Cade, Damon se las apaña para volver a entrar en su cuerpo y volver así a la vida. A todas estas resurrecciones hay que añadirle el momento en el que casi todo el que había muerto en las cuatro primeras temporadas volvía a la vida antes de que lograsen cerrar el velo. Así podíamos disfrutar durante dos capítulos de personajes que habían muerto y tan queridos como Lexi, Alaric, Vicky y otros tantos.
Como veis, casi todo el elenco de The Vampire Diaries ha logrado resucitar de forma cada vez más inverosímil pero que nos permitía seguir disfrutando de su personaje durante varios capítulos más, algunos llegando hasta el final que veremos este viernes. Y, vosotros, ¿recordáis más resurrecciones seriéfilas imposibles en esta serie? ¡Dejadnoslo en los comentarios de abajo! Yo me despido ya por hoy, no sin antes recordaros que intentaré volver el sábado o el domingo para hablaros del último capítulo de The Vampire Diaries. ¡Nos leemos muy pronto, allscreeners! ¡Es día de Oscars! Y como tal, mientras en Hollywood ponen el Dolby Theatre a punto, por aquí hacemos un repaso de los ganadores de esta segunda edición de nuestros premios estrella, tras la pseudo gala emitida durante el día (que también tendréis disponible aquí). Como el destino de Mejor Serie todavía está por decidir, la dejamos fuera de la lista, cuyos ganadores están destacados en negrita: CATEGORÍAS BÁSICAS Mejor showrunner
Mejor actor
Mejor actriz
Mejor actor de reparto
Mejor actriz de reparto
Mejor actor/actriz revelación
Mejor guion original
Mejor guion adaptado
CATEGORÍAS GENÉRICAS Mejor drama
Mejor comedia
Mejor serie juvenil
Mejor serie de superhéroes
Mejor miniserie
Mejor serie española
Mejor Serie de Animación o Anime
Mejor serie revelación
Mejor serie finalizada/cancelada
Mejor serie del verano
Mejor ganadora del Emmy
Mejor concurso
Mejor show
CATEGORÍAS ORIGINALES Mejor promo
Mejor episodio
Mejor season finale
Mejor midseason finale
Mejor final de serie
Mejor banda sonora original
Mejor opening
Mejores escenografía y vestuario
Mejores efectos especiales
Mejor diálogo (enlace a cada respectivo diálogo haciendo clic en el nombre de la serie en cuestión) Mejor fichaje de temporada
Mejor personaje
Mejor héroe
Mejor villano
Mejor romance
Mejor bromance/sisterromance
Muerte más dramática
Mejor escena musical
Mejor cover de Glee
Mejor Hot Guy
Mejor Hot Girl
Mejor Honest Trailer Serie novata más esperada
Mejor canal de televisión/plataforma
Mejor blog seriéfilo
Mejor Incógnita
Mejor Fandom
Ahora incluyo el agradecimiento de @LinaMaria11_22, la ganadora del Oscar Seriéfilo de Honor, como sabéis: Podéis repasar cada momento de la gala a continuación, con sus bromas y sus bandas sonoras. Por supuesto, hubo tiempo para el homenaje a las series novatas de este año (al menos algunas: las que me sonaban, estoy viendo o quiero ver). Post de Naiara Salinas Iba siendo hora de rescatar las teorías locas, y traigo una de las series que más se presta a ellas por sus dosis de misterio y tensión en cada episodio, donde tanto se averiguan cosas como surgen más preguntas en una cadena sin fin. Sabía que acabaría escribiendo de nuevo sobre Riverdale, no solo por ser una producción bastante interesante que me enganchó desde el principio (nos ha devuelto la infancia a mi madre y a mí), sino por la cantidad de easter eggs que contiene en relación con los cómics de los que parte. No obstante, aunque me encantaría enumerarlos todos, tuve que fijarme en uno en concreto para desarrollar una teoría vinculada a la trama del asesinato de Jason Blossom, que es lo que mantiene en insomnio a toda la ciudad (SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ). Los que seguís esta ficción sabéis que todo comienza cuando el hermano mellizo de Cheryl Blossom desaparece el 4 de julio y todos le dan por muerto, solo que ahogado en el río. Cuando el curso comienza y tiene lugar el baile de bienvenida, sin embargo, Kevin Keller, el hijo del sheriff, encuentra con su ligue el cuerpo del chico, con un agujero en la frente, clara señal de disparo. A partir de ese momento saltan las alarmas entre la población y comienza una ardua investigación para saber quién es el culpable. Primero tenía la teoría de que la concepción de esta serie como thriller venía de su versión animada, Los misterios de Archie (que ya comenté aquí en líneas generales). Con cuatro capítulos he terminado por convencerme de esta idea, pero aunque muchos misterios rodean todavía al cuerpo mutilado de Jason, todavía no ha salido ninguna pista que vaya a convertir esto en un caso más para los de Expediente X o Stranger Things como podría haber pasado en la animación, donde los misterios eran más sobrenaturales o insólitos. No, no creo que la intención del showrunner sea tirar a lo fantástico, por ahora. Y la pista que me lo prueba es, aparte del tono realista, una gran referencia que aparece no una, sino dos veces: la novela A sangre fría. En lo que llevamos de serie (que no es mucho), dos personajes clave la han mencionado: primero Veronica en el 1x01, cuando conoce a Archie y a Betty y les cuenta que su impresión de Riverdale, adonde acaba de llegar, es como A sangre fría; y segundo Jughead, cuando le explica a Betty que está escribiendo su propia versión de la novela. Este último dato es importante, ya que Juggie es el narrador oficial de toda la serie y el que supuestamente nos va a ofrecer un punto de vista objetivo, cual cronista que redacta un artículo a la par que tienen lugar los hechos. Por si no lo recordáis o no lo sabéis, A sangre fría fue escrita por Truman Capote entre 1959 y 1966 y está basada en un crimen real que aconteció en Holcomb (Kansas), donde fue asesinada una familia, los Clutter. Capote se desplazó a la localidad y durante años estuvo entrevistando a los ciudadanos y a los supuestos asesinos con la intención de conocer no solo el trasfondo de la historia sino también cómo había afectado a la gente. Así, el escritor fue pionero en algo que no se había contemplado en el periodismo hasta entonces: la novelización de una noticia. En otras palabras, partiendo de un hecho real Capote creó una historia donde interpretó los datos a su manera. Construirla le supuso una labor exhaustiva de investigación y muchos años por las dificultades que encontró por el camino, así que prácticamente se podría decir que se convirtió en detective. El llamarle periodista viene de eso y de su capacidad para obtener fuentes con el objetivo de conocer la verdad, que más tarde retocaría. Si os fijáis, en Riverdale pasa algo parecido. Jughead es un escritor novel, pero él no necesita desplazarse al lugar del crimen porque ya vive ahí, es cercano a los acontecimientos, conocía a la víctima y el hecho de estar en una ciudad pequeña le da acceso a muchos puntos de información, porque al final da la impresión de que todos saben todo (aunque no sea así). Su oportunidad de oro le llega cuando Betty le ofrece formar parte del Blue & Gold, el periódico del instituto, momento en que nuestro joven escritor pasa a ser un entrevistador y un detective como Capote, alguien más activo y no un mero testigo. Incluso la cooperación de esta pareja tiene su referencia histórico-cultural, pues Truman no estuvo solo en el tiempo que duró su investigación, sino que fue acompañado por Harper Lee, la autora de Matar a un ruiseñor. Puede que no hayamos visto mucha faceta de escritora en Betty (aunque su madre es la reportera de la ciudad), pero gracias al 1x04 sabemos que tiene un diario, y como directora del Blue & Gold es inevitable que publique noticias, empezando con el escándalo de Chuck Clayton en el 1x03. Prosiguiendo con Capote, más aspectos que el escribir e investigar tiene en común con Jughead. Para empezar, no le resultó fácil conseguir sus datos pues no era persona de fiar entre los ciudadanos, mayoritariamente puritanos. Truman era homosexual y eso le convertía en objeto de crítica y repulsión. Juggie no es gay, pero ya se ha demostrado que no cae bien a todo el mundo y que tiene fama de raro. Aparte, en los cómics el personaje es asexual, con lo que también genera la misma extrañeza en los demás (la regla de la ficción y la realidad es: si no eres como los demás, resultas un incomprendido). Cuando realizaba las entrevistas Capote nunca usaba una libreta, cosa que Jughead tampoco. Aparte, el autor tenía sus vicios, sus propios problemas, y el chico del gorro con forma de corona también (ejem, sin hogar y sin curro, ejem). Eso causó que Harper se convirtiera en un apoyo sustancial para que el hombre siguiera adelante, ¿y quién anima en la serie a Juggie a escribir? Exacto. Por otra parte, las víctimas: en la serie tenemos un niño rico, en la novela toda una familia. En la novela ya sabemos quiénes fueron los artífices, en la serie no, pero Capote puso mucho empeño en averiguar detalles de los asesinos y, tal vez, si mi teoría es cierta, analizando y comparando esos detalles podríamos encontrar algún equivalente en Riverdale, donde ya hemos conocido a la banda criminal por excelencia. ¿Podrían los South Side Serpents estar involucrados en la muerte de Jason? Quién sabe. Los Clutter y los Blossom, dos familias aparentemente perfectas. A los primeros se les consideraba el arquetipo del sueño americano de los 50: "generosos, empáticos, trabajadores, sanos, no tenían aparentes enemigos" (Wikipedia). Los Blossom no es que caigan bien, pero nadie se esperaba realmente que un joven como Jason fuera víctima de semejante crimen, pues en Riverdale nunca había pasado nada "sangriento" y, sin embargo, estamos descubriendo que no es oro todo lo que reluce. En el 1x04 sabemos más de la vida del narrador, que precisamente también hace una referencia a lo del sueño americano al hablar del autocine. Los homicidas de los Clutter fueron ex convictos en libertad condicional que creyeron que en la caja fuerte de sus víctimas encontrarían dinero suficiente para empezar una nueva vida. Terminaron huyendo a México con las manos vacías. Jughead acusa a Fred Andrews de haber despedido a su padre porque este le robó, y desde entonces no parece que hayan vivido muy bien. Mucho parecido para ser casual, ¿no? No he leído A sangre fría pero si los tiros van por ahí creo que un lector avispado podría resolver el misterio antes de acabar la temporada. ¿Y si Jason estaba involucrado en algún chanchullo con la banda de moteros? ¿Y si les pilló en medio de un atraco? ¿Tendrá Hiram Lodge algo que ver con esos trapos sucios? ¿Qué opináis? ¿Puede una novela desvelar la intriga de Riverdale? Una cosa está clara: Jughead va a ser un Capote en toda regla y Betty será su Harper Lee.
Post de Naiara Salinas Ay, el amor... Miraditas que hablan solas, pequeños roces, muchos besos, abrazos, bombones, alegrías y llantos... Lo respiramos en el papel y en las pantallas más a menudo que en el aire (por desgracia), y cuando se trata de un día como este solemos acordarnos más que nunca de nuestras parejas y momentos románticos favoritos, porque si hay un momento para ser moñas es ahora o nunca. Sin embargo, aunque es evidente que los shippeos están en todas las series, algunas son más perfectas que otras para este día. Si el año pasado repasamos nuestras parejas favoritas, este voy a hacer un repaso de las ficciones que yo vería hoy. 1. Anatomía de Grey Lo sé, se ha muerto más de la mitad del casting original (en pantalla, que conste) y ya no es lo mismo, pero aun así sigue siendo una serie donde el amor es uno de los ingredientes principales. Líos entre médicos, entre médicos y pacientes, entre pacientes, entre médico y enfermera... Pero San Valentín no solo trata de parejas, sino del amor en general, la amistad y demás. Probablemente esta sea la serie ambientada en un hospital más sentimental de la historia, así que tanto si queréis soñar como llorar a lágrima viva de pasión, la recomiendo. 2. Crónicas vampíricas Como decía antes el amor nos hace soñar... y soñar nos hace imaginar... y la imaginación puede llevarnos a otros mundos donde existen seres fantásticos. El amor en sí es fantástico (y una fantasía literal cuando es platónico), así que una serie como The Vampire Diaries es necesaria para esta celebración, en especial cuando nos demuestra que nuestro primer amor no tiene por qué ser el último, que nuestro mejor amigo puede convertirse en algo más, que el hermano de fulana también y que hasta nuestro peor enemigo puede provocarnos un estremecimiento en nuestra piel. El amor tiene su punto oscuro y hasta cierto punto trágico, como demuestra esta historia donde tanto ganan los personajes como pierden (y pierden muchísimo, que lo sepáis). Ahora que se está acabando es buen momento para pensar en ella (no quiero decir que antes no, sino que ahora inevitable). Todo empieza por una relación entre dos vampiros y una humana, y a partir de ahí la cosa se va complicando... 3. Once Upon a Time Y hablando de fantasía, si creéis en el amor de los cuentos de hadas indispensable esta maravilla donde volveremos a soñar con la magia y la chispa que solo pueden brindarnos relaciones como la de Emma y Hook, los Charming, Regina y Robin Hood, Rumpel y Belle, etc. Ni todas esas parejas duran ni son las únicas bonitas historias. Lo bueno de esta serie es que mezcla paradigmas: la villana sale con el héroe, el antihéroe con la Salvadora... Hasta el más joven de la casa tiene su amorcito. 4. This Is Us Pero qué bonita es esta serie que nos habla del amor familiar y conyugal. Cuando una joven pareja (Milo Ventimiglia y Mandy Moore) tiene tres hijos (uno de ellos adoptado) la vida les cambia por completo y deben asumir su condición de padrazos. De mayores los hijos siguen su propio rumbo. Alguno forma su propia familia y otro empieza a descubrir poco a poco el amor, pero ninguno se olvida de los otros miembros. Es romántica, profunda y muy sabia. Amor de padres a hijos y viceversa, de hermanos y de pareja. 5. La chica invisible Acabada hace tiempo, es una de las aportaciones más cómicas y alocadas de la lista, ya que en ella una chica muy torpe, Jenna Hamilton, debe lidiar con sus desvaríos amorosos por Matty McKibben al mismo tiempo que se enfrenta a la dura (puteadora más bien) adolescencia de instituto. Porque todo el mundo puede enamorarse, ahí va. 6. The Big Bang Theory Decía que todo el mundo puede enamorarse, ¿no? Hasta los más frikis y/o nerds de la pequeña pantalla. Estos cuatro amigos ya no son los mismos de 2007 ( a veces les echo un poco de menos, pero luego se me pasa). Todos están en una relación, incluso algunos se han casado. Sin embargo, aunque esas parejas sean adorables porque cada una es un mundo, no las incluyo aquí por eso, sino porque ante todo son una muestra de un amor tan grande y especial que hasta los asexuales pueden experimentar: ¡el amor por el frikismo! Series, cómics, pelis, videojuegos... Es una delicia tener una serie que nos representa a todos los que nos obsesionamos y nos enganchamos a cosas ficticias, que las vivimos como si fueran reales. 7. Glee No solo tiene momentos muy románticos y parejas que recordaremos de por vida, sino también una pasión por la música y el arte en general que no suelen mostrar muchas series. Ya solo ver cómo lo bordan Rachel y Will Shuester en sus números... Y el resto del cast, por supuesto. 8. Velvet La españolas también deben tener su huequito, y si tenemos que sacar una joya de la corona en esto de historias románticas ESTA es, sin duda, la mejor. Durante cuatro temporadas hemos contemplado cómo la pareja Alberto-Ana luchaba contra viento, marea y dinero (sobre todo el dinero. Bueno, y terceras personas vinculadas a ese dinero) para poder amarse mutuamente sin miedo al qué dirían. Al mismo tiempo vimos otras parejas romperse y formarse, como la de Rita y Pedro y la de Mateo y Clara. Romanticismo, diversión y cinismo; cada una completó el cupo y aportó diferentes tipos de noviazgo. Por supuesto, también tuvimos a los meros sexistas, hum (con todas las implicaciones del término). 9. Cuéntame cómo pasó Si hay una serie que englobe absolutamente todo lo anterior es esta: el amor conyugal, el primer noviazgo, el descubrimiento sexual, el amor fraternal (sin que sea incestuoso, ojo), el amor familiar... Gracias a Carlos y CIA hemos tenido oportunidad de ver cómo las relaciones se alimentan con el paso del tiempo y cómo esa mejor amiga se acaba convirtiendo en algo más para después volver a ser relegada a su puesto anterior pero manteniendo un feeling que no pasa desapercibido para el espectador. Y eso es solo un ejemplo, ya que los Alcántara han tenido movidas amorosas para dar y regalar. Lo más importante es que en las buenas y en las malas se han mantenido unidos como un clan, un buen, buenísimo clan. 10. Bates Motel
No, no me he equivocado. A ver, no todo el mundo en San Valentín desea algo pasteloso. Algunos tienen un sentido del amor más retorcido y esta serie es perfecta para esos, pues muestra la cara más psicótica y enfermiza de este, el tipo de amor que surge... de una obsesión. También es un amor tabú, ya que es insinuantemente incestuoso... claro que nunca llegaremos a ese extremo. Norman y su madre no son lo que se dice la familia más típica. Dylan es el más normal, y aun así su historia es cruda, ya que ese sí que nació del incesto. La obsesión del joven Bates por el género femenino aumenta al mismo nivel que su estado hormonal, pero nadie como Norma para meterse en medio. El resto ya os lo sabéis. Si en lugar de compartir palomitas abrazaditos o acurrucados preferís apretaros las manos de la tensión o inclinaros hacia el televisor/portátil..., en definitiva, si os van los thrillers, no os apartéis de este hoy. Post de Naiara Salinas ¿Echabais de menos más reflexiones a raíz del ciclo de TV Series Lovers? La semana pasada asistí a dos charlas muy seguidas que tenían en común un tema, aunque llevado de forma diferente: el arte y las series. La primera conferencia, impartida por Jordi Carrión, estaba orientada a la reflexión de si las series son arte contemporáneo y la segunda, a cargo de Carlos Reviriego (crítico cultural muy reputado), daba por hecho la primera pregunta y hablaba de clasicismo y manierismo en ellas. Pese a que fueron dos sesiones muy nutritivas, ambos se centraron más en la presencia del propio arte en las series para llegar a sus conclusiones. Es decir, hablaron más del contenido que de la forma, algo muy curioso teniendo en cuenta que Jordi Carrión inició su exposición presentando el opening de The Young Pope. La de Carlos Reviriego aún tuvo algo de mayor inmersión al abordar en su tema el cambio en la realización de las series (de ahí su nombramiento de esas dos corrientes pictóricas). Suponiendo que las series son las hermanas pequeñas del cine (como ya comenté en el último post) y a este se le denomina "el séptimo arte", hemos de deducir entonces que algo de artístico tienen, y para mí el mejor ejemplo no es cuánto se habla de Van Gogh o de Rodin en ellas, sino los openings. La verdad es que fue una pena que no se les diera tanta importancia (el ponente hasta se saltó el ejemplo de Westworld), así que he rescatado el tema para darle otra vuelta. Tanto las series como las películas concentran en su esquema audiovisual elementos que las hacen merecedoras de ser consideradas "arte", en concreto la mezcla de todos ellos: música, imagen, luz y color, la variedad de planos y la estructura narrativa. Y con este popurrí consiguen una intensidad expresiva diferente a la de otros géneros y formatos porque precisamente eso, como bien defendió Reviriego, es lo que pretenden: expresar, no ilustrar lo que el escritor siente o piensa. Si se suele decir que en las novelas importa muchísimo cómo se empieza y cómo se acaba una historia, algunos metrajes han tomado esta costumbre como un mandamiento y lo han desarrollado en forma de presentación. Sin embargo, aquí solo el caso televisivo ocupa (quizá tenga oportunidad de retomar el tema con el cine en otro momento). Últimamente los openings están de capa caída: bien con el objetivo de ofrecer más minutos de episodio, por la moda impuesta en la cadena, porque lo breve es mejor o por las tres cosas las series actuales los recortan al mero título. Pero hay todavía algunas ficciones que los desarrollan como en los viejos tiempos y esas son las que merecen atención, ya que si algo de especial tiene un opening es que en pocos segundos (máximo un minuto y medio, creo) tienen que introducir: el carácter de la serie, su tono, sus personajes y su trama. Esta es la razón por la que me encanta fijarme en ellos y por la que existe una categoría de Mejor Opening en los Oscar Seriéfilos. De hecho, los ejemplos que traigo hoy están, han estado o puede que estén nominados, así que esta es mi oportunidad para justificarlos: Series Marvel/Netflix La combinación de estas dos por lo general produce calidad. Sus creadores se han inspirado en distintos géneros pictóricos. Si analizamos la apertura de Daredevil, por ejemplo, nos encontramos con un fondo rojo y una pintura que desciende dibujando la silueta del protagonista, de su ciudad, Nueva York (en concreto el distrito, Hell's Kitchen) y la figura de la Justicia, por la parte legal que caracteriza al personaje. Todo ello acompañado de una melodía tenue con piano y violines que expresan misterio, seriedad... En Jessica Jones, por contra, tenemos un estilo más rebelde, como de graffiti, y una música más rockera. Y Luke Cage aporta lo mejor del Harlem afroamericano. En los tres casos, las imágenes son sutiles pero muy descriptivas y colaboran a la hora de caracterizar la serie.
La epicidad de la HBO Westworld y Juego de Tronos son los ejemplos, en este caso, ya que ambos openings han sido compuestos por el mismo hombre, Ramin Djawadi. La primera BSO es calmada, con el piano en predominio, mientras que la segunda suena más épica. Ambas se han convertido en marcas ya de sus series, pero lo bonito es fijarse en las imágenes. Las de Westworld pueden parecer más complejas porque cuentan una historia y transmiten tanto significado como dilemas y misterios hay en la serie: está la mezcla del mundo real y el ficticio, de los robots y los vaqueros, el despertar de los anfitriones... En Juego de Tronos lo que tenemos es más bien un viaje por las tierras de Poniente y más allá, donde los edificios se despliegan como si fueran piezas de un juego. Esta tiene la anomalía de que adapta el opening en cada capítulo mostrando los lugares principales que se vinculan con las casas protagonistas, más aquellos que van a aparecer en las siguientes imágenes. Tal vez el de Westworld aporte más simbolismo al centrarse en detalles como la aguja, el teclado del piano, los ojos... Su historia es la creación de un anfitrión que termina despertando. Tanto en este ejemplo como en el otro aparecen elementos de sus series. En fin, puro arte. Disfrutadlo:
Series juveniles Son las que más pecan de recortar intros, pero aun así ofrecen también buenos ejemplos de resumen, como es el caso de The 100, Teen Wolf y Las crónicas de Shannara. La apuesta de la primera es algo más directa y menos sutil, centrándose sobre todo en el paisaje y los créditos. Shannara cuenta la historia que se omite luego: el cómo ha surgido ese mundo postapocalíptico poblado por humanos, gnomos, elfos, etc,., lo cual le sirve bien de resumen para que el espectador capte que no se trata de otro universo, sino de un futuro muy lejano. Todos incorporan una música más moderna, intensa, ajustada al género. Teen Wolf es experta en resumir la trama de su temporada y caracterizar a sus personajes con detalles minimalistas.
Otros ejemplos En general los productos de Netflix, que de por sí gozan de calidad, generan buenos openings, como el de Narcos. El caso de Stranger Things es llamativo, una especie de expresión artística minimalista que se concentra en la música electrónica con aires de los 80 y en la superposición de cada letra que va componiendo poco a poco el título. En otros volvemos a encontrarnos el caso de la historia, como Vikingos (mitológica, claro). American Horror Story le da tenebrismo y tintes góticos para crear la atmósfera que sobresale en la serie. El suyo es un estilo más clasicista, con imágenes bastante impresionantes que no se corresponden exactamente a lo que viene después pero que cuentan bastante del mundillo terrorífico.
¿Cómo eran antes los openings? Ok, si las series evolucionan también lo hacen sus intros, como si tomaran más conciencia de su propio arte. De lo más evidente hemos evolucionado a la sutileza. Las series de ahora, como habéis podido comprobar, optan más por los símbolos, las metáforas y los detalles. No se trata de mostrar la serie en sí porque eso ya vendrá después, sino de coger aspectos que el espectador por sí solo puede relacionar con ella, como si los showrunners pretendieran darle pistas de la trama o simplemente presentarle el mundo en el que se va a desarrollar. Las de antes eran más directas, con algunas imágenes de los episodios (escogidas a modo de representación de la serie, como un anuncio de grandes momentos) y más ensalzamiento de los protagonistas. Buenos ejemplos son Smallville, One Tree Hill, Los Simpson, Friends... Bueno, en el caso de Los Simpson todo hay que decir que ponen a prueba la originalidad en cada temporada y en cada episodio. El final nunca es el mismo. Su longevidad, de paso, le ha permitido modernizarse.
Las series policíacas y de médicos suponen, para mí, la transición hacia los openings actuales, con rasgos de la vieja escuela pero también de la nueva. Hay que tener en cuenta que son también de los subgéneros más viejos y que más series longevas han aportado, ya que parecen no agotarse los misterios (Bones, Caso abierto, CSI, House, Anatomía de Grey...). Voy a ordenarlos de mayor a menos sutileza. Como veis, House va primero y es porque la considero entre las pioneras.
Como veis, un opening tiene más importancia de la que parece. No es solo una presentación guay. Si no logra definir la serie para mí no ha tenido éxito. Tanto la música que se escoge como las imágenes y el estilo son imprescindibles para mandar el mensaje al público de "Esto es lo que vas a ver". Yo tan solo he puesto unos ejemplos, pero sé que hay muchísimos más, así que os animo a decirme cuáles son vuestros favoritos, tanto si están aquí como si no, y por qué. Ya que estamos, el ciclo de TV Series Lovers finalizará mañana con el estreno de Legion en español. Post de Naiara Salinas Un buen tema, un buen ejemplo y alguien que esté dispuesto a reflexionar sobre ello. Es todo lo que se necesita para que una conferencia tenga éxito. Y por eso estoy aquí, como "embajadora" de este blog en eventos como el festival de TV Series Lovers, que continúa su rumbo con eficacia. Como ya os anuncié, el viernes tuvo lugar la segunda charla de reflexión, esta vez dada por una trabajadora del mundo televisivo acerca de cómo las ficciones de esta pequeña pantalla han logrado expandir su universo. Tanto como seriéfila como con aires de uno de los personajes de la serie de turno, Riverdale, me pongo en pose de narradora y analista de sus palabras. Esta vez el ejemplo tendrá más peso, ya que quiero orientar mi reflexión entorno a él. La televisión, como sabéis, nació en los años 60 y desde entonces muchas cosas han cambiado, tanto la forma de considerarla como de usarla. Supuso un auténtico boom en una época donde el cine llenaba todos los comentarios como expositor de ficciones filmadas. Sin embargo, pronto encontraría un competidor potente cuando la primera serie se estrenó en los hogares de millones de familias. La ponente del viernes, Concepción Cascajosa Virino (que se dedica mucho a cuestiones relacionadas con El Ministerio del Tiempo), afirmó que el auténtico culto televisivo empezó a forjarse en los 70 y la serie que lo cambió todo fue Twin Peaks, por cuanto que entroncó con profesionales de Hollywood dedicados a grabar series. Dado que el cine tenía su propia historia, que un cineasta se dedicara a un "género menor" llamó mucho la atención, hasta considerar la serie lo mismo que una película con distinto desarrollo, es decir, una obra de arte en sí misma. Por primera vez la gente discutía sobre lo que veía, los artistas se inspiraban para sus trabajos, se escribían numerosos artículos con críticas, teorías y reflexiones (justo como yo estoy haciendo ahora). No es mi intención dar una clase de Historia, no os alarméis. Como amante de la cultura en todas sus formas me intereso por los fenómenos que suponen un cambio en nuestra forma de actuar, y el nacimiento de las series entra dentro de esa cuestión. Su surgimiento no hubiera sido posible sin el cine, pero una de las conclusiones extraídas durante la conferencia fue que hoy en día la hermana pequeña ha superado al mayor y eso se nota en las horas que dedicamos a una y a otro. No hay duda (y esto hasta yo, que voy mucho al cine, tengo que reconocerlo) de que vemos más series que películas, por una cuestión muy lógica: porque duran más y son cotidianas. No es que el cine no lo sea, pero no estrenan todos los años un mismo largometraje, ¿no? Aun así, el tema va más allá que el mero uso o acercamiento. Las series, de alguna forma, se las han apañado para influir en nuestros referentes culturales y el ejemplo del día, Riverdale, es una clara muestra de ello por lo que contaré más adelante. Los Soprano también fue mencionada, ya que dio para todo un libro con solo los artículos que se habían escrito durante su emisión. El foco que tuvo llegó a las altas esferas, a periodistas, críticos y demás autores, que, según Virino, es lo que causa que una serie se termine convirtiendo en cuestión de culto: no se trata de cuántos hablen de ella, sino de quiénes. Si la gente importante le hace caso a algo, el resto del público les sigue la corriente, así funcionan las modas (por mucho que este hecho me saque cierta mueca de desagrado). No obstante, por aquellos años no había todavía prensa suficiente para especializarse en las series. No, quien de verdad se interesó por ellas fue el sector más acostumbrado a tratar con la ficción, aunque en un ámbito diferente: los escritores, tanto novelistas como guionistas, pero sobre todo los primeros. Mario Vargas Llosa escribía sobre The Wire y David Foster Wallace mostraba públicamente su preocupación por el tiempo dedicado a las series. Incluso Almudena Grandes, a quien conocí en mi máster hace apenas un año, las ha defendido alguna que otra vez. Esto resulta muy irónico, ya que Virino considera que el éxito de las pantallas supone poco a poco la muerte del papel (es decir, cada vez hay más gente que ve series y no lee). Como escritora amateur no puedo concebir siquiera la idea de que la novela pueda dejar de existir, sin embargo. Básicamente por la influencia que se tienen mutuamente. Para los autores, el auge de las series y el cine ha cambiado su forma de concebir las historias y de contarlas. El lenguaje cinematográfico ha influido a la literatura tanto como esta a él. Podemos ver muchos rasgos literarios en las pantallas: en la forma de narrar, en la poesía creada a partir de la mezcla de sonido e imagen... Aparte, se influyen en contenido, pues hasta Riverdale surge de fuente literaria (una serie de cómics de los 40, en su caso). Creo que la cuestión aquí no es si un formato logra superar a otro (cosa que, por más que me duela, puede ser cierto), sino que lo que tienen en común es la historia, el contarlas. Las historias siempre han tenido peso en la humanidad, desde que aprendimos a hablar. Lo que han demostrado las series es que casi no hay límite para la forma de transmitirlas, es decir, por lo que a mí respecta suponen una evolución, pero mientras la gente quiera contar historias ninguna forma de hacerlo va a desaparecer, por el hecho de que cada uno escoge el ámbito en el que se siente más cómodo. Aunque cada vez haya más guionistas, la novelización está tan arraigada en la sociedad que no va a morir así como así, si acaso existirá de otra forma (un ejemplo muy claro son los fanfics a partir de series. ¿Qué tenéis que decir a eso? Estas no duran eternamente, pero a los fans les cuesta despedirse de ciertas tramas y personajes, así que les dan vida más allá en el formato para el que están mejor cualificados). Como sea, el caso es que fue un escritor latinoamericano (con cuyo nombre no me quedé, mis disculpas) el primero en empezar un blog dedicado exclusivamente a series en El País. Llegó a un punto, a partir de los 90, en el que no hablar de series resultaba hasta sospechoso y se empezaron a incorporar a los festivales de cine. En la actualidad podemos ver perfectamente cómo estas han alcanzado las esferas políticas (desde Obama entrevistándose con un showrunner y haciendo un chiste sobre House of Cards en un meeting hasta Podemos hablando de Juego de Tronos y Narcos en las redes sociales). En nuestra cultura presente, básicamente hablar de series se ha convertido en "algo obligatorio" para estar en la conversación, ya que están hasta en la sopa (de ahí el título del coloquio: "Pienso, luego veo series"). ¿Qué tiene esto que ver con Riverdale? En el coloquio fue descrita como "memoria televisiva" por su inmenso contenido referencial. Una vez pudimos disfrutar del piloto todos en la sala nos dimos cuenta de la verdad de semejante definición, que es la razón por la que es un ejemplo tan bueno de las ideas expuestas. Riverdale no solo tiene un argumento semejante a otras series que conocemos sino que es la ficcionalización (me lo acabo de inventar, sí) de nuestra realidad, como personas que en cada charla usan algún referente cultural, sea de cine, de literatura, de música, de tele o de Internet. En las ficciones de hoy en día hay muchísimos referentes. En realidad estos siempre han estado, pero conforme más avanzamos en el tiempo más se acumulan, en especial si son "de culto". Las propias series se convierten en una manifestación de su auge y eso, como espectadores, nos atrae, es como una reivindicación de la cultura. Un personaje menciona Outlander. ¿No sabes por qué? ¿No sabes de qué va? Pues ponte a verla y te enterarás del chiste. Así es nuestra cultura también, nuestras comparaciones y los chistes se forman en relación con lo que vemos y oímos. Riverdale es una mezcla entre Gossip Girl (con este personaje que me ha encantado, Jughead, interpretado por Cole Sprouse, que se dedica a novelizar los sucesos que ocurren a su alrededor y por tanto se convierte en narrador de la historia), Pequeñas mentirosas (asesinatos y misterios juveniles), High School Musical (chico deportista que quiere dedicarse también a la música), etc. Una serie juvenil producida por la CW (así que no es de extrañar este popurrí) que nos sitúa en un pueblo típicamente americano donde el verano se ha visto ensombrecido por la desaparición misteriosa de Jason Blossom, cuya hermana, Cheryl, lidera el equipo de animadoras del instituto. Sin embargo, el protagonista es Archie, un pelirrojo que descubre su vocación musical de la mano de su profe de música, que también resulta ser su amante. Archie tiene una mejor amiga, Betty, que está coladita por sus huesos, pero la nueva de turno, Veronica, será, aunque no quiera, un obstáculo en ese amor. Si os suenan estos nombres es debido a la fuente literaria que antes mencionaba. Los cómics de Archie forman parte de esa cultura paternal a la que los mayores regresan con nostalgia. En realidad, incluso a los de la generación de principios de los 90 nos tiene que sonar un poco, aunque solo sea por las series de animación creadas a raíz de esos cómics y su famoso tema, "Sugar, Sugar" (que espero que metan en algún momento como homenaje). Este rasgo acentúa la referencialidad de esta serie por cuanto que encima rescata un tesoro del pasado adaptado a la nueva juventud. El thriller adolescente en el que han convertido esta historia se justifica, quizá, por la serie animada Los misterios de Archie, llevada ahora con un tono más oscuro (y realista) que la original (prácticamente era como la Scooby Doo del instituto).
Yo vi la serie sin tener esta información. Sabía que estaba basada en una serie de cómics y ya. Pero no sabía que el Archie de la tele de dibus fuese el mismo que el de los cómics. Luego me encontré con eso en Google y mi cuerpo hizo PLOF. A esta ficción le ha pasado como a Teen Wolf: surgida a raíz de una apuesta anterior con un tono más cómico o animado, cambiado casi por completo. Aun así, como "memoria" no está nada mal. No me extraña que haya vuelto ahora y que en los próximos meses pueda sonar con fuerza, no solo porque se perfila como sustituta de las que se van (la propia Pequeñas mentirosas entre ellas), sino porque se incluye en la moda nostálgica en la que está cayendo últimamente Hollywood y que en materia de series empezó este verano con Stranger Things. Si en cine La La Land rescata la Edad de Oro de los musicales, parece que en televisión quieren hacer lo mismo con su propio subgénero, aunque no tienen por qué remontarse tan atrás como la gran pantalla porque su origen es más próximo a nuestra época. Riverdale, por tanto, tiene una importancia de peso en este viaje por el tiempo, pues pretende condensar todo lo que he escrito hasta ahora. Para el espectador no es más que otro remake con una trama que más o menos engancha. Para el analista, en cambio, se convierte en mucho más. Históricamente, cuando Hollywood creyó haber llegado al límite de su expansión empezó a rescatar clásicos, formas antiguas, con la intención de modernizarlos. Uno de ellos, de hecho, ganó el Oscar en 2012 (The Artist, un ejemplo de cine filmado a lo clásico estrenado en tiempos más "futuristas"). Ahora las series, que ya han puesto su auge en boca de todos, van por el mismo camino. Esto no significa un punto. Es solo el principio del siguiente paso en la evolución. Una vez que parece que ya se ha contado todo lo que se podía contar, se están buscando nuevas formas de contarlo. Y ahí es donde reside la originalidad (por si pensabais que había muerto. Yo no lo creo). Dejada esta conclusión, os dejo algunos de mis momentos favoritos de este buen piloto. Por si no ha quedado claro, he de decir que, por mi curiosidad insaciable, voy a seguir viendo esta "novata" (adiós, vida social. Por cada nueva serie cuarenta y cinco minutos menos aire fresco T.T).
El ciclo continuará mañana, martes, con "¿Son las series arte contemporáneo?", impartido por Jordi Carrión. La serie de preestreno será This Is Us, de Fox Life. Post de Naiara Salinas ¡Buenas! Ya sé que los post últimamente se hacen un poco de rogar, pero soy yo contra un millón de series. No obstante, como ya se anunció por Twitter, ayer tuvo lugar el estreno en Pamplona de nuestro primer festival de series, TV Series Lovers, un ciclo orientado a una serie de conferencias sobre distintos aspectos reflexivos sumado al preestreno, con la participación de canales de tele por cable y el Museo de la Universidad de Navarra, de varias series. El ciclo comenzó con el coloquio "El efecto Lucifer", impartido por el especialista Alberto Nahum, cuya serie de acompañamiento fue Cuatro estaciones en la Habana, que se estrenará en Movistar Plus el 29 de enero (esta semanita misma). Me pareció una charla tan interesante que no me resisto a compartir mis conclusiones con vosotros (cuando la inspiración te llega, asegúrate de no dejarla escapar). El título de esta primera conferencia viene de un libro escrito por Zimbardo y publicado en 2007. Está orientado a mostrar la influencia del bien y el mal a partir del análisis de una serie de experimentos sociológicos, es decir, cómo la gente buena puede volverse malvada. Según el profesor Nahum, la televisión de hoy en día ha puesto en auge el género del terror a la hora de enfrentarse a este concepto, con series como Apparitions, American Horror Story, The Walking Dead, The Fall y Hannibal, entre otras. Pero no es necesario hablar solo de terror para hablar del mal, ya que tanto en comedia como en drama (sobre todo en drama) disponemos de grandes ejemplos. En todos ellos, afirmaba el profesor, el gran tema parecía ser el origen del mal, pero presentarlo en televisión no es lo mismo que presentarlo en una película. Hubo muchísimas cosas interesantes que dijo y con las que estoy completamente de acuerdo, pero no pretendo reproducirlo todo aquí, así que iré a mi grano. Hace años, cuando estaba en la carrera, me dieron la opción de escribir un ensayo para una optativa de Comunicación Audiovisual sobre si se podía contar el mal (para que veáis que este asunto se plantea mucho por esos lares). Mi conclusión fue que sí se podía, solo que su visión dependía enteramente del autor. Da la casualidad de que la mayoría de los showrunners siempre han tendido al conflicto interno de sus personajes, de forma que nada sea blanco o negro, sino gris. La extensión de una serie posibilita el seguimiento y la evolución de dicho conflicto, de forma que llegamos a conocer a un personaje más profundamente que en una película (que no forme parte de una saga) y facilita más el enganche a esa ficción. De hecho, la clave de la adicción a una serie para Nahum no es el grado de originalidad de su trama, sino el conflicto de sus personajes, encarnaciones de los vicios y las virtudes de la humanidad. Y resulta que la figura más prominente hoy en día es la del antihéroe, perfecta representación del gris que mencionaba. Antiguamente este personaje se identificaba con el tipo al que le salía todo mal cuando trataba de ser un héroe. En la actualidad un antihéroe es alguien con rasgos tanto detestables como positivos (es un criminal, un drogadicto, un mujeriego..., que, sin embargo, es capaz de amar y sentir como el héroe en cuestión). Y, como puede verse en casos como Daredevil, por poner un ejemplo, muchas veces hasta el que se supone que es el héroe lleva su moralidad al límite. Aun así, Daredevil no es el mejor caso de antihéroe (de hecho, no lo es, tal y como yo lo veo). Ya que esto se llama "El efecto Lucifer" hablemos de nuestro diablo por antonomasia. El ángel caído es justamente el Mal personificado según la historia y la cultura religiosa, pero en la serie es mucho más complejo. Se le presenta más como un diablillo travieso que no puede evitar ser como es, pero aun así es capaz de amar y tratar con los humanos como uno más. Tiene manías deplorables, pero también sufre y nosotros, como espectadores, no podemos evitar sentir empatía por él. Esto también es un concepto expandido en Hollywood y se llama sympathy for the devil: empatizamos con el dolor ajeno. Por mucho que un personaje sea odioso y villano malhechor, sufre tanto dolor físico y mental como los santurrones y no podemos evitar sentir pena por él en ciertos aspectos. Tiro hacia casos más radicales, como Ramsay Bolton y Negan. ¿Les queremos? Más bien les odiamos por lo que hacen, pero los seguidores de sus series no olvidamos que Ramsay siempre ha vivido como bastardo a la sombra de su padre (y un bastardo en Poniente lo tiene difícil para ser reconocido) y que Negan perdió a su mujer de forma trágica. Hacer un villano totalmente negro/oscuro es absurdo porque le resta verosimilitud y no ayuda a que el público se enganche. Aunque predomine su rasgo vil, todos tienen una historia, su propio drama interno. Además, la bravuconería en estos individuos resulta hasta entretenida (nos va mucho la ironía, admitámoslo). No quiero decir que esté de acuerdo con lo que hacen esos villanos, claro, faltaría más. Es solo que me paro a pensar en las series que sigo y reconozco la verdad de esta moda: mirad a la Reina Malvada de OUAT, que empezó como ser repulsivo y hoy en día todo el mundo la adora porque ha demostrado que es canalla y tiene su corazoncito. Seamos sinceros: los personajes puramente buenos y malos aburren. Necesitamos que tengan conflictos, desde los Lannister, pasando por el Dr. Alchemy, The Punisher, Damon Salvatore, Walter White, el Pingüino, William/El Hombre de Negro, Rumpelstilskin, los protas de The 100, Lena Luthor... Puede que el mundo esté lleno de ángeles y demonios, pero los primeros pueden caer y los segundos pueden levantarse. No importa que una serie tenga una, cuatro o diez temporadas; como pone en la frase de inicio de All Series: "Una serie no es sino la representación de una vida", y la vida supone un largo recorrido donde tenemos tiempo de trabar amistad con esos personajes, de tal forma que si falta uno lo notamos enseguida. Además, sin ese recorrido sería muy difícil que el conflicto llegara al espectador (las series no están hechas ya para darnos lecciones, aunque las tomemos, sino para enfrentarnos a nuestra propia conciencia al meternos en la mente del asesino). Ahora bien, el prestigio de una serie no se define solo por su calidad en cuanto a conflictos, sino por el guion entero, donde importa tanto el principio y el final, y aquí es donde se está teniendo más cuidado en los últimos tiempos. Para terminar de reflexionar sobre el mal hay que saber cómo acaba la historia, explicaba el profesor Nahum, y es importante cerrar bien. Hollywood tiende a ir mucho a las modas y no es que esto sea malo, ya que la originalidad, pienso, está algo sobrevalorada, pero cuando un género se agota lo que logra mostrar es vagancia o fatiga narrativa, que lleva a finales como el de Perdidos (y a mí me encantó esa serie, que conste. Fui fiel devota hasta el final). El final perfecto es el que muestra coherencia con la historia y sus personajes, es decir, con su conflicto. ¿Y qué pasa con el villano y el antihéroe? ¿Pueden redimirse? ¿Qué le espera al mal? Si hablamos de justicia poética, quien ha hecho cosas malas debería recibir castigo por ellas, ¿no? Sin embargo, no siempre es así y hay guionistas que lo terminan pintando todo muy bonito y feliz, llevándose duras críticas por ello. Yo digo: LA FELICIDAD NO ES COMPLETA. Asumámoslo, la vida no siempre es de color de rosa. Vuelvo al gris otra vez. Muchos finales dejan un sabor agridulce, como el de Penny Dreadful. Ni los héroes tienen por qué acabar bien ni los villanos mal. La historia misma es la que decide qué final se lleva cada uno, y contra esto no tenemos control y, si lo tenemos, podéis esperar un mal final, porque el público no tiene derecho a elegir sobre la obra de otro. Es este final el culmen de la reflexión sobre el mensaje de la serie. Sin el final no podemos entender qué nos han querido contar y debemos verlo en esa clave. El final es la consecuencia última del mal. Si acaba tristemente no produce ninguna sorpresa, pero ¿si acaba bien? Toma castaña. Ahora quiero detenerme un poco a hablar de lo siguiente que vi en la conferencia, la primera parte de una miniserie de ocho capítulos. Cuatro estaciones en la Habana es un thriller producido por RTVE, entre otros. Un policía aspirante a escritor investiga un caso de asesinato de una mujer, aparentemente violada. La investigación les lleva a él y a su compañero por sitios bastante oscuros donde no vale jugar limpio, y para averiguar la verdad van a tener que mezclarse con calaña. Los supuestos malhechores podrían ser hasta estudiantes de un instituto (ya que resulta que la víctima es profesora), jóvenes con sus propios miedos. Como serie la verdad es que no me atrajo mucho (he terminado cansada de los polis y cacos tras vivir toda mi infancia y adolescencia rodeada de ellos), pero como ejemplo de la conferencia me pareció buena, ya que es un caso a la inversa, es decir, en lugar del malo con sentimientos vemos buenos con un lado oscuro. Espero que este post os haya parecido interesante. Me ha gustado volver a ponerme filosófica y analítica en lugar de escribir la típica crítica (lo echaba mucho de menos, para qué mentir). Y espero que podáis aportar vuestra opinión y abrir un debate, ya que lo bueno de las series es eso. Si os animáis, hasta puede que haga algo con ello. El ciclo continuará mañana en la Universidad de Navarra con "Pienso, luego veo series. La irresistible emergencia de la ficción televisiva en la cultura contemporánea", seguido del preestreno de Riverdale en español y, como siempre, tomaré notas para reflexionar sobre ellas, así que puede que esto se vuelva a repetir. |
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Enero 2023
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